1. Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o tan pequeño como un acuario. Pero
no importando su tamaño, éste está conformado por dos tipos de factores, losbióticos y
los abióticos (biotopo).
Bióticos
Conocidos también como biocenosis, son todos los organismos que comparten un ambiente,
desde los protistas (organismos que presentan una estructura unicelular) hasta los animales
mamíferos. Estos individuos deben tener un comportamiento y características fisiológicas
específicos, que les permitan subsistir y reproducirse en un ambiente definido. La condición de
compartir un lugar provoca una competencia entre las especies, ya que deben estar
constantemente luchando por el alimento o el espacio.
Abióticos
Son los factores inertes ligados al entorno físico y algunos de ellos son:
- Luz: es un componente fundamental, porque constituye el suministro principal de energía de
todos los organismos. Por ejemplo, las plantas para su mantención convierten la energía
luminosa en energía química, gracias al proceso denominado fotosíntesis.
- Calor: el que deriva de la radiación solar es útil para los organismos ectotérmicos (individuos
que no están adaptados para regular su temperatura corporal), como los peces, anfibios y los
reptiles. También es necesario para las plantas, ya que usan también cierta cantidad de calor
para realizar la fotosíntesis.
Otro elemento relacionado con el calor, pero más bien con una acción equilibrante,
corresponde a los océanos. Estos juegan un papel importante en la estabilidad del clima
terrestre, porque si no existiesen, el planeta estaría excesivamente caliente durante el día y
congelado por la noche. Asimismo, las diferencias de temperaturas entre las diferentes masas
de aguas oceánicas (en conjunto con vientos y la rotación de la Tierra) generan las corrientes
marítimas, las cuales permiten que ciertas zonas atmosféricas frías se calienten y las más
tibias se enfríen.
- Atmósfera terrestre: es fundamental para que los seres vivos puedan subsistir y está formada
por cinco capas sobrepuestas, que se diferencian por su altitud, temperatura y composición, y
son: la exosfera, termosfera, mesosfera, estratosfera y troposfera.
- Elementos químicos: todos los organismos vivos están constituidos por materia y esta, a su
vez, está conformada por 25 de los 92 elementos químicos conocidos. De estos 25, el
carbono, el oxígeno, el hidrógeno y el nitrógeno están presentes en el 96% de las moléculas
de la vida. Las moléculas que contienen carbono se denominan compuestos orgánicos, como
el bióxido de carbono, y las que no lo tienen se llaman compuestos inorgánicos, por ejemplo,
el agua.
- Agua: es un recurso fundamental para la vida, porque todos los organismos, en mayor o
menor cantidad, necesitan ingerirla o absorberla para mantenerse vivos. También, es
2. importante porque forma parte de varios procesos químicos orgánicos y actúa como un
elemento termorregulador del clima.
- Suelo: es la porción de la corteza terrestre donde se desarrolla la vida. El suelo consta de
cuatro componentes: minerales (materia inorgánica), materia orgánica, agua y aire. La materia
orgánica del suelo representa la acumulación de las plantas destruidas y de los residuos de
los animales. El humus es considerado el producto final de la descomposición de la materia
orgánica.
Debemos imaginarnos todo ecosistema como una permanente fábrica, en la que sus
componentes están, directa o indirectamente, en permanente acción e interacción.
PROCEWSOS
Para facilitar este funcionamiento, la vida orgánica y el equilibrio sistémico, existe una serie de
procesos energéticos, químicos y físicos, que involucran tanto a los factores bióticos como
abióticos. Un conjunto de fenómenos que revelan la dinámica vida de los ecosistemas, las
jerarquías que en él se constituyen y el papel exacto que cada individuo cumple en estos
importantes sistemas naturales.
A continuación, te mostramos algunos de los principales procesos ecosistémicos.
Descomposición orgánica
Todo organismo vivo posee la capacidad de descomponerse en sustancias más simples hasta
casi desaparecer. Decimos casi, porque en la naturaleza nada se desecha totalmente, todo se
transforma.
La descomposición o biodegradación corresponde a la desintegración de sustancias orgánicas
complejas en otras más pequeñas, ya sean de origen animal, microbiano o vegetal.
Comprende dos procesos: la fragmentación de la materia descompuesta en partículas de
menor tamaño y el catabolismo de los compuestos orgánicos (obtención de energía a partir de
compuestos orgánicos complejos).
La biodegradación es considerado uno de los procesos más importantes que ocurren a nivel
ecosistémico. De hecho, la supervivencia y mantención de un ecosistema, tanto acuático
como terrestre, depende de la existencia de seres productores y otros degradadores.
La materia orgánica en descomposición, por lo general, comprende hojas, ramas de diversos
tamaños, flores, frutos, insectos y animales muertos, fluidos vegetales, líquidos y desechos
orgánicos. Todos ellos caen directamente al suelo, componen lo que se denomina mantillo y,
finalmente, se transforman en una sustancia orgánica amorfa denominada humus.
3. La biodegradación es catalogada como el resultado del trabajo de una comunidad de
macroorganismos, principalmente invertebrados, y además, como un proceso biogeoquímico,
que integra actividades enzimáticas.
Fijación de energía
En todo ecosistema existen importantes procesos a través de los que se fija la energía y se
conduce hacia los diferentes organismos que lo componen.
Un continuo viaje que comienza con el aprovechamiento de una de las principales fuentes
energéticas del planeta, el Sol, y que incluso integra la descomposición orgánica.
La captación y transformación de la energía solar en materia (principalmente, carbohidratos)
es trabajo de los vegetales a través de la fotosíntesis (en plantas terrestres y acuáticas). Este
último es un proceso vital para el desarrollo de la vida en nuestro planeta y corresponde a un
intercambio bioquímico, que permite fijar la energía radiante del Sol, convirtiéndola en energía
disponible para otros seres vivos.
El proceso anterior, que se denomina productividad primaria, es el verdadero motor de todo
ecosistema y de los procesos de captación de energía posteriores.
Meteorización
Uno de los fenómenos más importantes, que moldea y transforma la superficie de todo
ecosistema es la denominada meteorización. Corresponde a la desintegración y
descomposición de las rocas alojadas en la superficie terrestre, producto de la acción de
agentes biológicos, químicos y/o factores físicos.
Cuando hablamos de meteorización física, nos referimos a la desintegración o ruptura del
material rocoso, sin que este vea afectada su composición mineral. Ya sea por la acción de la
temperatura, el hielo, la sal o por cambios de presión, una enorme roca puede dividirse en
fragmentos menores e incluso, convertirse en un grano de arena.
La meteorización química implica cambios más complejos, que involucran a los compuestos
primarios que forman las rocas. Por lo general, la acción de algunos procesos atmosféricos,
así como también la del oxígeno y del dióxido de carbono, modifican de forma irreversible la
composición química de la roca.
Por último, existe una meteorización biológica, en la que participan directamente organismos
vivos que habitan en el ecosistema. El crecimiento de algunos vegetales en la roca puede
4. producir la fragmentación de ésta, así como también la acumulación de desechos orgánicos
(heces y orina) sobre la superficie rocosa influye directamente en su composición.