Psicología Humanista
El movimiento de la Psicología Humanista surgió en Norteamérica durante el siglo XX en
los años 50 y principios de los 60, como un movimiento social interdisciplinar
predominantemente psicológico, pero no de forma exclusiva, ya que se fue manifestando
en todos los aspectos del pensamiento y de la interacción humana: sociología,
antropología, educación, política, teología y filosofía. Orientado a promover una psicología
más interesada por los problemas humanos, que sea "una ciencia del hombre y para el
hombre". Se fue desarrollando a medida que un grupo de psicólogos y psiquiatras se
dieron cuenta, a través de conferencias y comunicaciones en congresos, de sus
coincidencias en unas mismas inquietudes y que -a pesar de la diversidad en sus
posiciones teóricas o en sus metodologías psicoterapéuticas- compartían un cierto
distanciamiento y protesta en relación a algunos de los postulados de los dos paradigmas
predominantes en psicología de la época: el conductista y el psicoanalítico.
La mayor parte de estos autores eran de orientación fenomenológica o existencial,
teóricos de la personalidad que procedían del neopsicoanálisis o del conductismo y
también teóricos de la ciencia como Ludwing von Bertalanffy.
Misiak y Sexton, 1973 en un estudio sobre las raíces históricas de la Psicología
Humanista, proponen la siguiente definición: “la psicología humanística es un
acercamiento polifacético a la experiencia y a la conducta humana que centra su atención
en la singularidad del hombre y en su autorrealización” (1973, p. 127).
La psicología humanista es una escuela que pone de relieve la experiencia no verbal y los
estados alterados de conciencia como medio de realizar el pleno potencial humano.
Surgió como reacción al reduccionismo del conductismo y al psicoanálisis ortodoxo
freudiano, dos teorías con planteamientos opuestos en muchos sentidos, pero que
predominaban en ese momento; hay que aclarar que ―contrario al conductismo (de
pensamiento monista, materialista y determinista)― el psicoanálisis se fundamenta en la
filosofía humanista y desde siempre ha pretendido que la persona sea responsable de sí
misma y de su devenir, por tanto esta última ha dado muchos aportes al desarrollo de la
psicología humanista que hoy se conoce y se posiciona como parte de la psicología de la
posmodernidad.
Esta escuela pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus
aspectos existenciales como la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la
historicidad, criticando a una psicología que, hasta entonces, se había inscrito
exclusivamente como una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables
cuantificables (conductismo), o que, en el caso del psicoanálisis, se había centrado en los
aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad humana).
Enfoca su filosofía a diferentes puntos:
1. Resalta la dignidad del ser humano y un ideal de vida (Defensa de las libertades
individuales y de la democracia de los dos Manifiestos Humanistas (1933 y 1974).
2. Propone además un método de conocimiento humanista en donde se rechaza el
absolutismo y hay una preferencia por la flexibilidad frente a la exactitud racionalista.
Postulados básicos sobre el hombre:
Es más que la suma de sus partes.
Lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
Es consciente.
Tiene capacidad de elección.
Es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y la
comprensión de significados.
Los integrantes del movimiento comparten:
1. El afán por centrarse en la persona, su experiencia interior, el significado que la
persona da a sus experiencias y en la autopresencia que esto supone.
2. Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas: decisión,
creatividad, autorrealización, etc.
3. Mantenimiento del criterio de significación intrínseca en la selección de problemas a
investigar, en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de la objetividad.
4. Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno del
potencial inherente a cada persona; es central la persona tal como se descubre a sí
misma y en relación con las restantes personas y grupos sociales.
Uno de los teóricos humanistas más importantes de la época, el psicólogo
estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), quien había incursionado en el
conductismo, denominó a este movimiento La Tercera Fuerza, para mostrar lo que se
proponía con esta corriente: integrar las formas (aparentemente opuestas) en que se
expresaba el quehacer psicológico de la época (conductismo y psicoanálisis).
James Bugental en 1960 afirmo cinco hipótesis de la psicología humanista. Esto sobre
todo afirma que los seres humanos no pueden ser comparados o reducidos a una
máquina y que todo ser humano tiene dentro de sí un contexto específicamente humano.
También afirma que la conciencia humana se compone de una toma de conciencia de sí
mismo en las relaciones de otras personas y que los seres humanos tienen opciones y
responsabilidades. Por último, se sugiere que los seres humanos son intencionales y
buscar el significado, el valor y la creatividad.
Principales representantes de la Psicología Humanista
Abraham Maslow
Carl Rogers
Alfred Adler
Rollo May
Gordon Allport
Abraham Maslow
Fue una de las figuras más conocidas de la psicología humanista es considerado como el
padre de este movimiento, compartiendo la visión holística basado en la experiencia
humana y por tal motivo rechazando el uso de un solo método para el estudio del
comportamiento humano y proponiendo como concepto principal de sus estudios la
autorrealización entendida como una culminación de la tendencia al crecimiento definida
como una ligera obtención de satisfacciones hacia ciertas necesidades que con el paso
del tiempo se vuelven más exigentes y partiendo de aquí es la necesidad del ser humano
para satisfacer necesidades de estructuración de la percepción de su mundo a partir de
su propio análisis y valores que él ha adquirido.
Para probar que los seres humanos tratan una tarea mayor, Maslow estudio mentalmente
a individuos saludables. Esto le proporcionó información para su teoría de que la gente
vive experiencias cumbre, momentos sublimes en la vida en los que el individuo está en
armonía consigo mismo y con su entorno.
Las Cinco Necesidades de Maslow
Maslow agrupa las distintas necesidades que debe cubrir cada individuo en cinco niveles
de la siguiente forma:
Necesidades básicas
En las necesidades básicas se incluyen las necesidades fisiológicas básicas para
mantener la vida humana y la supervivencia de la especie. En estas necesidades básicas
encontramos las funciones básicas de alimentación, respiración e hidratación así como
las necesidades internas para regular la temperatura y el pH.
Además, se incluyen las necesidades de evitar el dolor, mantener el equilibrio, expulsar
los desechos de nuestro cuerpo y por supuesto la necesidad de tener relaciones
sexuales.
Necesidades de Seguridad y Protección
Una vez cubiertas y compensadas las necesidades básicas, en los individuos aparecen
las necesidades de seguridad y protección. En estas necesidades, se desarrollan también
conceptos que acotan y ponen límites. Pensemos por ejemplo en la seguridad física, en la
salud de los individuos, en la necesidad de cobertura del empleo, mantenimiento de
ingresos u obtención de recursos.
Maslow también encuadra dentro de estas necesidades la seguridad moral, el núcleo
familiar y la necesidad de la propiedad privada como tal. El concepto de hogar y
propiedad ligado a las necesidades anteriores, explica gran parte de nuestra organización
social por ejemplo.
Necesidades de Afiliación y Afecto
Dentro del tercer nivel, se encuentra el desarrollo afectivo de las personas y los niveles
relacionales de la sociedad. Encontramos como necesidades de este nivel la asociación,
la participación en colectivos, el sentimiento de sentirse aceptado en integrado entre
otras.
Este grupo de necesidades se cubren mediante la realización de servicios y prestaciones
que incluyen actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por
naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse
en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre estas se encuentran: la
amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Tengamos presente también que estas
necesidades surgen de manera colectiva en función de la propia organización social de
los colectivos.
Necesidades de Estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja. La estima alta
concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, el cuidado de nuestro yo y las
necesidades de comunicación interna y autocomprensión que los individuos tenemos
sobre nosotros mismos. Dentro de estos sentimientos propios nos encontramos con la
confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas y a la traslación de las
necesidades de estima alta al resto de interacciones sociales. Maslow sitúa en esta
escala la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad,
fama, gloria, e incluso dominio sobre el resto de los individuos.
La carencia de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de
inferioridad, al igual que el exceso de muchas de ellas, también es un origen de graves
psicopatologías en muchos individuos.
Autorrealización o Autoactualización
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo a lo
largo de toda su vida tales como “motivación de crecimiento”, “necesidad de ser” y
“autorrealización”. En este nivel se encuentran las necesidades más elevadas, se hallan
en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida
mediante el desarrollo potencial de una actividad.
Para alcanzar este nivel, todos los individuos necesitan alcanzar y completar hasta el
mejor punto posible, el resto de niveles y necesidades inferiores.
La Teoría Humanista de Carl Rogers
Rogers resaltó la tendencia del organismo hacia el crecimiento personal. Su teoría se
basa en los siguientes postulados:
• Visión holista y optimista del ser humano
• El objetivo de la Psicología Humanista es comprender y mejorar la personalidad.
• Todas las personas tienen un potencial de crecimiento y el fin de la persona es el
desarrollo de sus capacidades positivas.
• El eje vertebrador del comportamiento son los procesos motivacionales.
Para Roger lo que diferencia a una persona sana de otra desadaptada es la calidad de la
relación entre su yo (ideales, valores, expectativas, intereses) y su experiencia. La
personalidad madura y equilibrada es el resultado del proceso de autorrealización, es
decir del proceso de convertirse en persona. Esto supone cultivarse, crecer y madurar en
armonía. Luego, aunque pueda parecer un proyecto a largo plazo, no es así, significa
saber vivir el presente. La autorrealización no es un fin sino un proceso: es saber disfrutar
de la vida; aceptarse sin apartar la posibilidad de cambiar; valorar lo que uno piensa y
siente; ser independiente, valorar las relaciones con los demás sin someterse a sus
expectativas, resolver adecuadamente los conflictos; y además, es aceptar la
responsabilidad de la propia vida.
Terapia humanista
Dentro de esto se encuentran diversas terapias empleadas por los psicólogos:
No directiva
Centrada en el cliente
Análisis Transaccional
En las terapias humanistas el terapeuta y cliente se sitúan en un mismo nivel, de manera
que no se ve al primero como la figura de respeto y experiencia que tome el rumbo de las
sesiones de trabajo. En este tipo de terapia se confía plenamente en las habilidades y
recursos internos de las personas que acuden a la consulta para avanzar en situaciones y
problemas que tengan arraigados, la razón de las teorías humanistas consiste en sacar a
flote la conciencia de dichos recursos escondidos en el interior de la persona.
El psicodrama dentro de las teorías humanistas está relacionado con la patología que
surge cuando las personas admiten roles inadecuados y además los convierten en roles
rígidos que van dañando a la persona. Para eliminar las patologías que se derivan de los
roles que asumen las personas es necesario realizar psicodramas, o psicoterapias que
permitan deshacerse de esos roles y asumir otros adecuados.
Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el concepto básico
de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de la vida genera neurosis
y patologías, el terapeuta tiene como objetivo promocionar y favorecer que el paciente
logre restaurar o generar un sentido a la vida para poder desprenderse de la neurosis
noógena, o pérdida de sentido de vida, el vacío existencial es el que se trabaja como eje
en este tipo de terapias humanistas denominadas logoterapias.
Psicoterapia Centrada en el Cliente
La Psicoterapia centrada en el cliente es el nombre de una psicoterapia enmarcada en la
Psicología humanista. "Cliente" pretende enfatizar un matiz semántico distinto a
"paciente", ya que un cliente permanece con la responsabilidad y libertad sobre el proceso
terapéutico como un agente activo, en contraposición de "paciente", como indica éste
término en su sentido literal ("ser paciente con el problema").
Con frecuencia se habla de "enfoque centrado en el cliente". Enfoque es un término más
general con más matices filosóficos, que permiten enmarcar con éste una consecuente
psicoterapia y comprensión sobre los intercambios interpersonales acaecidos durante el
proceso psicoterapéutico.
Según Rogers, el cliente es el que lleva el peso de la terapia (auto-directividad) y no el
terapeuta. Sin embargo, el terapeuta tiene que ofrecer al cliente una relación que se
define por tres condiciones necesarias y suficientes para lograr el éxito de la misma. Las
tres primeras características o condiciones son Empatía, Aceptación positiva incondicional
y Autenticidad o Congruencia. Todo el proceso de la psicoterapia puede traducirse como
la actitud del psicoterapeuta en una profunda creencia de respeto y aceptación del cliente
y de sus propias capacidades para el cambio: de este modo, todo lo que se hace en la
psicoterapia (si entendemos esta como una escuela o enfoque, de la que surgen técnicas
o estrategias) es la instrumentalización de esa actitud. Desde el uso del silencio a la
empatía, vienen a trasmitir este mensaje implícito.
Estas tres condiciones relacionales mencionadas son llamadas actitudes de base:
La aceptación y consideración incondicionalmente positiva de la persona en
búsqueda de ayuda. Se acepta sin condición alguna la manera en que ella está dispuesta
a revelarse y demostrarse en la relación frente al terapeuta.
La empatía centrada en la persona sufriente. Es la capacidad del terapeuta de entrar
en el mundo del cliente y de comprender con exactitud sus vivencias como si el terapeuta
fuese el otro. Esta comprensión empática facilita la concientización, favorece el
acompañamiento terapéutico y promueve el desarrollo personal. La autenticidad del
terapeuta permite a menudo un diálogo sincero y constructivo directo entre el terapeuta y
el cliente. El terapeuta sigue siendo un experto, pero él se comunica también como ser
humano al servicio del cliente sufriente.
La relación centrada en el cliente se define además por un mínimo de contacto
establecido entre el cliente y el terapeuta, el cliente debe estar en un estado de
incongruencia y por último, el cliente debe, de una manera u otra, darse cuenta de la
presencia del terapeuta y de la relación ofrecida (lo que, a veces, no ocurre, por ejemplo
en caso de una psicosis aguda).
Una relación definida por las actitudes de base genera una multitud de interacciones
terapéuticas cada vez más adaptadas a la relación con el cliente, a su persona y situación
particular, favoreciendo la capacidad natural e inherente en cada persona de poder
desarrollarse de manera constructiva (tendencia natural de cada persona a su auto-
actualización, es decir a desarrollarse y madurar).
Rogers describe el proceso de cambio que viven las personas que ingresan a terapia y
describe siete etapas:
1. Fijeza: es el estado que comúnmente es descrito como neurótico.
2. Vivir la experiencia de ser plenamente aceptado: al inicio de la relación terapéutica, el
primer cambio que vive la persona es entrar en un ambiente que no le condiciona, lo
que convierte en innecesarios los patrones de comportamiento que ha desarrollado
para enfrentar al mundo hostil y condicionante en que se desenvuelve cotidianamente.
3. Desarrollo y flujo de la expresión simbólica: la persona en proceso comienza a
desarrollar una expresión verbal más allá de los lugares comunes y que le permita
expresarse con más propiedad conforme a su vivencia.
4. Flexibilización de los constructos y flujo de los sentimientos: se comienzan a
cuestionar los valores y creencias que han llevado a la persona a un estado de
permanente insatisfacción, y se permite ver las cosas de forma distinta. Además, en
esta etapa se advierte una mayor libertad para expresar los sentimientos.
5. Flujo organísmico: la estructura personal del cliente manifiesta una mayor relajación,
los sentimientos son expresados con mayor libertad, las creencias son libremente
cuestionadas y hay una necesidad por explorar nuevas formas de comportamiento.
6. Inicio de la experienciación plena: es la fase de la terapia en que las personas llegan
al "punto de no retorno", donde es posible que abandonen el proceso terapéutico y no
experimenten retrocesos dado que toman conciencia de que son ellas las
responsables de su vivencia y experiencia.
7. Fluidez: es la descripción de una persona que funciona plenamente.
Antecedentes Históricos
Movimiento Histórico
Surge en los años 60 ubicándonos históricamente con la Guerra Fría y la Segunda
Guerra Mundial, conflicto que dividió el mundo ideológicamente en dos bandos liderados
por la Unión Soviética (U.R.S.S) y Estados Unidos, posteriormente en los años 70
existieron múltiples movimientos (moda hippie, liberación sexual, etc.) buscando una
reivindicación de derechos como la paz, libertad y un libre desarrollo de la personalidad.
Estos movimientos llevaron a la humanidad a su destrucción total envolviéndola en una
oscuridad total mostrando el peor lado del ser humano, esto derivo en que de alguna
manera la civilización renaciera económica y psicológicamente trayendo consigo el
énfasis que hace la psicología humanista en el desarrollo individual del hombre.
La Segunda Guerra Mundial
Al final de la Segunda Guerra Mundial la humanidad siente los efectos de una lucha que
no se limitó a los territorios donde se llevaron a cabo las batallas, pues su influencia
trascendió todas las fronteras. Se apreciaba un panorama de desolación principalmente
en ciudades como Coventry, Hamburgo, Dresden, Berlín, Varsovia, Hiroshima y Nagasaki
las cuales quedaron reducidas a un montón de escombros. Después de la guerra en la
mayoría de los países europeos la subalimentación y el hambre por carestía eran la regla,
como dice Procacci, era la condición humana. “La humanidad había tocado fondo y ahora
quería volver a la vida”.
Movimientos Juveniles
La mayoría de los movimientos de los años sesenta eran conformados por jóvenes que se
sentían inconformes, con diferentes aspectos del sistema o de la situación global, pero
uno de los más representativos y que llego a sentar un precedente de la fuerte influencia
de las manifestaciones masivas, con el llamado Mayo del 68 o Mayo Francés, fue el
movimiento estudiantil principalmente de París, una serie de manifestaciones que fueron
masivamente apoyadas por los sectores obreros y que llegaron a constituir una de las
huelgas más memorables de la historia. Los manifestantes protestaban, principalmente,
en contra del sistema educativo y laboral, pero en algunos sectores eran movidos también
por los conflictos Bélicos latentes, como la guerra de Vietnam. Todo esto en el marco de
la revolución sexual y el auge del movimiento hippie que promovía el amor libre y criticaba
la plastificada y consumista vida burguesa.
Movimientos Feministas
El feminismo es otro de los movimientos que toman fuerza durante los años sesenta y se
caracteriza por la lucha llevada a cabo por las mujeres, en pro de sus derechos y la
igualdad ante los hombres. Pues en este momento de la historia se registraba la intención
de dar a la mujer el papel de acompañante del hombre, y que vive dedicada a las labores
domésticas.
Durante el siglo XIX la lucha está enfocada a conseguir el derecho al voto y después de la
Segunda Guerra Mundial, es cuando el feminismo toma fuerza en la sociedad y logra que
se lleven a cabo, en muchos países las primeras votaciones, en las que pudieron
participar todas las mujeres. Posteriormente, en la época de la Guerra Fría, se extendió
una visión principalmente publicitaria de la mujer, que la establecía como un personaje,
del tipo que está en casa y que posee los electrodomésticos que le facilitan las tareas
hogareñas. De esta manera durante la década de los años sesenta el movimiento
feminista toma conciencia de que la sola igualdad de derechos jurídicos no elimina la
creciente explotación económica y sexual y continua con su lucha para generar un cambio
a nivel cultural que le permita a la mujer ocupar el lugar que le corresponde como igual,
en todos los aspectos.
Influencias del Existencialismo y Fenomenología a la Psicología
Humanista
Gracias a la influencia del existencialismo se pone en énfasis en la existencia, en cómo
los seres humanos viven sus vidas, en la experiencia del ejercicio o de la renuncia a la
libertad. Contra las especulaciones abstractas y el cientifismo racionalista. El ser humano
no se puede reducir a una entidad cualquiera, sea esta la de animal racional, ser social,
una relación entre psíquico y biológico. Con la influencia de la fenomenología, método
privilegiado para acercarse al hombre, que trata de descubrir lo que es dado en la
experiencia, de reconsiderar los contenidos de la conciencia humana tratando de ver más
allá de los prejuicios, preconcepciones y teorías del observador; en su propuesta la
consciencia siempre tiene a algo, es esencialmente intencional.
La corriente se basa como se mencionó en un hombre autónomo y responsable de las
decisiones que tome por parte de su desarrollo personal. El pensamiento que determino
esta corriente psicológica tiene como antecedente a todos los pensadores, psicólogos y
filósofos que se resistieron a que la psicología fuera reducida al estudio del ser humano y
a pesar de esto se pueden incluir a varios grupos que influenciaron a esta corriente:
Los críticos del mecanicismo y reduccionismo de la psicología y su propuesta de ponerle
cierto énfasis a la intencionalidad del ser humano como un individuo total (Wilhelm
Dilthey, Oswald Külpe y William James) en cuanto al estudio del antielementarismo, la
conciencia y la introspección.
Aporte de figuras disidentes de la ortodoxia freudiana como Erik Fromm y su búsqueda
existencial del ser humano, Karen Horney y Erik Erikson con el concepto sociocultural, a
Frietz Peals con el desarrollo de la terapia Gestalt, Carl Jung con su estudio de
espiritualidad humana, Alfred Adler y Wilhelm Reich con la reivindicación del cuerpo en la
psicoterapia.
Las teorías de personalidad que emergieron en esos momentos intentando mostrar al ser
humano en función de la motivación y necesidades en función a sus patologías y
determinaciones (estudios hechos por Gordon Allport y Henry Murray)
La fenomenología existencial antes mencionada con autores como Karl Jaspers, Medard
Boss y Ludwig Binswanger en Europa y Rollo May en Estados Unidos.
Ludwig Bingswanger fue discípulo de Husserl e influido por Heidegger empleo las
categorías heideggerianas en la terapia, tratando de abarcar con ello al hombre en su
totalidad y no solo en sus dimensiones básicas. La descripción del mundo del paciente
son los objetivos de investigación principales buscando un encuentro interpersonal libre
de prejuicios entre el terapeuta y el paciente.
Rollo May fue uno de los principales representantes del humanismo por parte de Estados
Unidos, este personaje dio una dura crítica al reduccionismo del psicoanálisis freudiano
en el tratamiento que el hombre recibía. May de alguna manera impulsa la visión
humanista de la psicoterapia pero a su vez critica la ligera exclusión de los elementos
negativos de la naturaleza humana que postulan los demás autores humanistas. Por otro
lado el concepto central de la psicología de Rollo es el dilema del hombre (Originándose
la capacidad del ser humano para sentirse un sujeto y como objeto al mismo tiempo)
determinando así puntos importantes en lo que hoy es conocido como psicoterapia
existencial.
Planteamientos fundamentales en la psicología
Dentro de esta corriente los enfoques teóricos y terapéuticos son tan diversos que no es
posible plantear un modelo teórico único. Lo que sí se puede extrapolar de estas diversas
teorías y enfoques es una serie de principios y énfasis:
Énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana: el ser humano es considerado
único e irrepetible. Tenemos la tarea de desarrollar eso único y especial que somos,
así, ámbitos como el juego y la creatividad son considerados fundamentales.
Confianza en la naturaleza y búsqueda de lo natural: el ser humano es de naturaleza
intrínsecamente buena y con tendencia innata a la autorrealización. La naturaleza, de
la que este ser humano forma parte, expresa una sabiduría mayor. Por lo tanto, como
seres humanos debemos confiar en la forma en que las cosas ocurren, evitando
controlarnos o controlar nuestro entorno.
Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de nosotros mismos y la
forma en que nos identificamos con nuestro yo o ego, es uno de los varios estados y
niveles de conciencia a los que podemos llegar, pero no es el único.
Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la totalidad que somos: la tendencia
en el curso de nuestra autorrealización es ir alcanzando cada vez niveles de
conciencia más evolucionados, que se caracterizan por ser cada vez más integradores
de partes de nosotros mismos y de nuestra relación con el resto y con la totalidad.
Véase también Psicología transpersonal.
Superación de la escisión mente/cuerpo: la psicología humanista parte desde un
reconocimiento del cuerpo como una fuente válida de mensajes acerca de lo que
somos, hacemos y sentimos, así como medio de expresión de nuestras intenciones y
pensamientos. Funcionamos como un organismo total, en que mente y cuerpo son
distinciones hechas sólo para facilitar la comprensión teórica.
Reequilibrio entre polaridades y revalorización de lo emocional: la cultura occidental
ha tendido a valorar lo racional sobre lo emocional, la acción frente a la
contemplación, etc. Esto produce un desequilibrio en nuestro organismo, ya que
desconoce aspectos valiosos de nosotros mismos o los subestima, relegándolos al
control de otros. El cultivo de lo emocional, lo intuitivo, lo contemplativo, por parte de la
psicología humanista, es un intento por restablecer ese equilibrio.
Valoración de una comunicación que implique el reconocimiento del otro en cuanto tal:
dejar de reconocer a los demás como objetos o medios para alcanzar nuestros
propósitos personales es uno de los énfasis principales de esta corriente. Esta forma
restringida de relacionarse con los demás se transforma en una barrera
comunicacional entre los seres humanos, ya que nos concentramos en sólo una parte
del otro (la que nos es útil, por ejemplo), y dejamos de verlo como un ser total,
impidiendo una comunicación plena.
Conclusiones
El principal cuestionamiento que se le ha hecho a las aproximaciones psicológicas de esta
corriente es su falta de rigor teórico. Esto es motivado principalmente por la crítica a los
modelos académicos de adquisición del conocimiento, los psicólogos humanistas
privilegiaron la experiencia directa y el aprendizaje vivencial en sus centros de formación.
La crítica que la psicología humanista hizo a la psicología de la época, en cuanto a un
centramiento excesivo en la naturaleza racional humana, redundó, a la larga, en el
desarrollo escaso de teoría o teorías muy vagamente fundamentadas.
Las teorías sobre la psicología humanista han sido objeto de una gran cantidad de
críticas. Esto se debe a que el comportamiento humano es puramente subjetivo y no se
puede clasificar en las clases fijas. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, el
concepto de la psicología humanista ha ganado popularidad y ha demostrado ser muy
beneficioso.
Actualmente existe conciencia de esta crítica por parte de los psicólogos que se
consideran humanistas, por lo que muchos han iniciado un proceso de búsqueda de
fundamentos teóricos más profundos, principalmente epistemológicos.
Bibliografía
La psicología humanista en Maslow y Rogers, artículo en el sitio web IES Mossèn
Alcover.
La Psicología Humanista: Historia, Concepto y Método; Manuel Villegas Besorra;
Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona.
portalpsicologia.org
siquia.com/que-es-la-psicología-humanista
http://prof.usb.ve/miguelm/lapsicologiahumanistacomonuevoparadpsic.html
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http://www.monografias.com/trabajos66/piramide-necesidades-maslow/piramide-
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http://es.wikipedia.org/wiki/Terapia_centrada_en_la_persona