Las Convenciones de Ginebra constituyen una serie de normas internacionales para humanizar la guerra, incluyendo la Primera Convención de 1864 sobre el tratamiento de militares heridos, la Segunda de 1906 sobre militares heridos en el mar, la Tercera de 1929 sobre heridos y prisioneros de guerra, y la Cuarta de 1949 para proteger a víctimas de la guerra. Estas convenciones normalizan el derecho internacional humanitario y se aplican en tiempos de conflicto armado entre gobiernos que las han ratificado.