1. La mayoría de las personas reconocen que
las palabras tienen un poder increíble. El
teólogo y editor Tyron Edwards dijo: “Las
palabras pueden ser mejores o peores que
los pensamientos; ellas los expresan y
hasta les añaden cosas; les dan poder para
el bien o para el mal; los llevan en un
vuelo eterno de instrucción, aliento y
bendición o de heridas, pena y ruina”.
DIGA LAS PALABRAS
APROPIADAS EN EL
MOMENTO APROPIADO.
2. Algunas veces, lo mejor
que podemos hacer por
alguien es quedarnos
callados.
Pero decir las palabras adecuadas no es
suficiente. El momento de decirlas también
es crucial.
3. Cuando se sienta tentado a dar un
consejo que no se le ha pedido, a
lucirse, a decir “yo te lo dije”, o a
señalar un error en otra persona, lo
mejor es no decir nada.
4. Tal como el periodista británico del siglo
XIX, George Sala aconsejaba, debemos
esforzarnos “no solamente a decir lo
adecuado en el momento correcto, sino
algo más difícil: A no decir lo inadecuado
en un momento tentador.
5. UTILICE SU CAPACIDAD DE DISCERNIMIENTO A
LA HORA DE ELEGIR SUS PALABRAS Y
EN QUÉ OCASIÓN DECIRLAS