3. el Renacimiento
Caracteres generales
Los artistas se inspiran en las obras clásicas y las reinterpretan siguiendo los valores de
la sociedad renacentista. A esta influencia dominante se añade la pervivencia del
naturalismo realista propio del Gótico vigente en Europa.
Se busca la belleza formal, capaz de producir placer estético a través de la proporción,
la simetría y el canon;
Preocupación por la expresividad de las figuras, aunque nunca exagerada. Las figuras
(incluso en momentos dramáticos) aparecen con una actitud digna y elegante.
Composiciones sencillas (a veces sólo aparece un personaje), equilibradas y simétricas
que trasmiten serenidad y nunca desequilibrio (salvo en el Manierismo)
Como materiales, prefieren el mármol y el bronce, igual que en la Antigüedad, pero
también utilizaron el barro cocido, recubierto con esmalte vidriado y policromado, y la
madera.
4. el Renacimiento
Los artistas se inspiran en las obras clásicas y las
reinterpretan siguiendo los valores de la sociedad
renacentista.
5. el Renacimiento
A esta influencia dominante se añade la pervivencia del
naturalismo realista propio del Gótico vigente en
Europa.
6. el Renacimiento
Se busca la belleza formal, capaz de producir placer
estético a través de la proporción, la simetría y el canon;
7. el Renacimiento
Preocupación por la
expresividad de las figuras,
aunque nunca exagerada.
Las figuras (incluso en
momentos dramáticos)
aparecen con una actitud
digna y elegante.
8. el Renacimiento
Composiciones sencillas (a veces
sólo aparece un personaje),
equilibradas y simétricas que
trasmiten serenidad y nunca
desequilibrio.
9. el Renacimiento
Como materiales, prefieren el mármol y el bronce, igual que en la Antigüedad,
10. el Renacimiento
…pero también utilizaron el barro cocido, recubierto
con esmalte vidriado y policromado, y la madera.
12. el Renacimiento
Temática
Escultura religiosa .
Escultura profana (retratos, temas mitológicos,
históricos y alegóricos )
13. el Renacimiento
Mientras que en la escultura medieval
primaba el arte narrativo (se trataba de
contar secuencias, episodios evangélicos,
etc. debido a su función didáctica) ahora nos
encontramos con un arte menos narrativo y
mucho más sensorial: se pretende
representar figuras o escenas bellas.
14. el Renacimiento
El cuerpo humano desnudo adquiere
gran importancia, como ejemplo máximo
de la belleza perfecta, siguiendo las ideas
antropocéntricas, y representándose de
una manera realista, con estudio de la
anatomía, el movimiento y la proporción,
según el canon clásico.
15. el Renacimiento
ESCULTURA
DE BULTO
REDONDO
FIGURAS
MONUMENTOS ESTATUAS
BUSTOS DE CUERPO
FUNERARIOS ECUSTRES
ENTERO
El retrato tiene un gran auge en esta época, expresión de la importancia del individuo en la
sociedad.
16. el Renacimiento
ESCULTURA
EN RELIEVE
captación del espacio y la
profundidad mediante
el nuevo sistema de
representación
composiciones de la perspectiva.
sencillas, También se utiliza
armoniosas, claras y en la misma
serenas obra el alto, medio
y bajo relieve,
para dar sensación de
profundidad.
(RELIEVE PICTÓRICO)
19. el Renacimiento
Pero el gran escultor del siglo XV florentino es Donatello.
Trabaja todo tipo de materiales, con los que representa la figura humana con gran
variedad de edades y actitudes (niños, jóvenes, ancianos).
Su estilo expresivo, estilizado y nervioso, se centró en la representación del hombre
al que esculpió con diversos estados de ánimo y en diferentes edades.
Domina a la perfección la anatomía y sus figuras están dotadas de serenidad y
dignidad. Fue el primero que, desde los romanos, se atrevió a representar un cuerpo
desnudo.
Destacó por el dominio de la técnica del bajorrelieve, que se caracteriza por su
peculiar manera de difuminar las líneas con suavidad, sin bruscos contrastes de luz y
sombra, empleando un relieve muy plano, con figuras aplastadas o esbozadas
(schiacciato).
Debe bastante al pasado clásico: la belleza clásica, la delicadeza se nota desde sus
primeras obras, el culto al desnudo, el retrato ecuestre.
22. el Renacimiento
Escultura en bronce que
muestra al personaje bíblico
casi niño, pensativo y
melancólico, con el pie sobre la
cabeza del decapitado Goliat. El
suave contraposto en S aporta
elegancia y sensualidad a la
postura. Aunque el joven
aparece desnudo, porta un
detalle naturalista en el
sombrero florido típico de los
campesinos de la Toscana: se
dice que simboliza a la
república de Florencia, con todo
un futuro juvenil por delante. La
composición invita a rodearlo y
admirarlo desde todos los
puntos de vista.
24. el Renacimiento
La escultura del Cinquecento
El siglo XVI viene definido por va a ser
el predominio de lo romano frente a lo
florentino.
Hay asimismo una difusión de los
modelos renacentistas por toda Europa
gracias a la importación de piezas
italianas, a la contratación de artistas
italianos (caso de Domenico Fancelli y
Pietro Torrigliano, en España) y los
viajes a Italia emprendidos por artistas de
otros países.
En lo estrictamente formal, las
delicadezas cuatrocentistas y el amor el
detalle menudo, van a ceder el paso a
una grandiosidad monumental y
simplificadora. El realismo da paso a la
idealización.
25. el Renacimiento
La primera mitad del siglo XVI la acapara la personalidad artística de
Miguel Ángel (1475-1564).
Se formó en la Florencia de los Medici, donde entró en contacto con las
ideas neoplatónicas, que unidas a un profundo sentimiento religioso,
marcaron su obra. Fue arquitecto, pintor, poeta, y sobre todo escultor.
Miguel Ángel entendía la obra escultórica como la expresión de una
idea: el artista lucha contra la materia para arrancarle la forma bella
concebida en su mente. La aplicación de este planteamiento fueron
esculturas limpias y sin añadidos, hechas en mármol con una técnica
excelente.
Le interesaba especialmente el hombre, tanto la anatomía como los
estados de ánimo. Como escultor representa la figura humana en sus
más diversos sentimientos y estados Sus figuras, casi siempre
desnudas, destacan tanto por su fuerza física como espiritual
presentando cuerpos poderosos y monumentales, y están preñadas de
dramatismo y tensión contenida (terribilitá).
27. el Renacimiento
Evolucionó a lo largo de su larga vida, por lo que
podemos establecer varias etapas artísticas:
- En las primeras obras escultóricas Miguel Ángel
nos muestra su maestría técnica, su virtuoso
acabado del mármol, su afán de conseguir la
belleza ideal. A esta etapa pertenecen el relieve
pictórico de la Virgen de la Escalera, la Piedad del
Vaticano y el David.
En 1496 viajó a Roma donde esculpió la Piedad
del Vaticano, un grupo de esquema piramidal. Su
sentido de la belleza es idealizado, con la figura de
la Virgen de apariencia más joven y de mayor
tamaño que el Hijo muerto. Es una realización
serena, que muestra un claro contraste entre los
ropajes amplios de María y el cuerpo desnudo de
Cristo. El estudio anatómico de la figura de Jesús
es cuidadoso y detallado, apenas deformado por el
sufrimiento, como si estuviera plácidamente
dormido. El acabado formal de la Piedad del
Vaticano es de un virtuosismo irreprochable.
29. el Renacimiento
En 1501 el Gremio Mayor de la lana
de Florencia le encargó el David.
Vasarinos dice que lo esculpió para
ponerlo junto al palacio de la Señoría.
Utilizó un bloque de mármol blanco
de Carrara de cuatro metros y medio
de alto. La obra representa a a gran
tamaño a este rey bíblico, al estilo
clásico: completamente desnudo y
como atleta, que porta en su mano
izquierda una honda (apoyada sobre
su hombro) y, en la derecha, una
piedra.
Se trata, pues, de un joven desnudo,
de anatomía cuidadosamente
estudiada, pletórico de fuerza, con el
torso ligeramente vuelto hacia el lado
derecho y la cabeza girada a la
izquierda. Es un monumento a la
juventud triunfante. Su expresión es
concentrada, la actitud tensa y el
movimiento contenido. Es una
escultura sin añadidos como él
mismo recomendaba.
30. el Renacimiento
Los rasgos son típicos de un La tensión corporal: la
luchador que se apresta al musculatura (e incluso los
combate. Esa expectación se tendones y las venas) son
traduce en la mirada, claramente perceptibles.
enormemente penetrante.
31. el Renacimiento
Desnudo heroico, de tamaño mayor que
el natural, impresionante en su
grandiosidad, rompiendo la iconografía
tradicional, que lo representaba como
adolescente. Realizado sobre un enorme
bloque de mármol, pero de forma
alargada y estrecha, lo que le obliga a
hacer una obra casi plana.
En él apreciamos los rasgos de su arte:
la “terribilitá”, el carácter terrible y
amenazador de sus figuras; la tensión de
la anatomía, el movimiento contenido y
centrípeto, con los miembros hacia
adentro; la falta de simetría en la postura;
la pasión del rostro y el perfecto estudio
anatómico, dando la sensación de que la
figura está viva.La postura es helénica,
pero las manos, el gesto terrible, la
disposición en zigzag del cuerpo,
comunican una tensión que no es clásica,
sino punto de partida del Manierismo.
33. el Renacimiento
La plenitud del genio (1505-1534). En
este periodo, tras el impacto que le produjo
el Laocoonte, recién descubierto, su obra
adquiere más plasticidad y una intensa
expresividad contenida, la terribilitá.
En 1505 el Papa Julio II le llamó a
Roma por para encargarle su
Mausoleo.
35. el Renacimiento
En 1520, de nuevo en
Florencia, recibió el
encargo de varias
tumbas para una
capilla funeraria, en la
iglesia de San Lorenzo.
Estas Tumbas de los
Médici son otra de sus
obras maestras por la
perfecta simbiosis
entre las poderosas y
plásticas formas
anatómicas y la
expresión tensa y
contenida.
Identificamos también
rasgos manieristas
como la sensación de
inestabilidad de las
figuras alegóricas, y la
opresión, por falta de
espacio, de los
personajes sentados.
37. el Renacimiento
Últimas obras (1550-1564). Tras
unos años en que se dedicó al
urbanismo, a la pintura y a la
arquitectura, retomó la actividad
escultórica y se enfrentó de nuevo el
tema de la Piedad, como en la de la
catedral de Florencia y en la
Piedad Rondanini, su última obra
inacabada. En ella Miguel Ángel se
despreocupa de los valores
formales, dejando muchas
superficies esbozadas, y acentúa los
rasgos manieristas para conseguir
un intenso patetismo. Los restos
corpóreos de Cristo aparecen casi
fundidos con los de María, como si
fueran una misma masa y un mismo
sufrimiento, y parece que se
escurren o que ascienden,
recorridos por un eje llameante,
serpentinato. Podríamos decir que
es la más atormentada
manifestación plástica de la soledad
de los últimos años del artista y una
de las esculturas más desgarradas
del arte universal.