1. 001.- Bautizados o remojados en agua
El título del presente artículo, debiera de hacernos meditar para saber si en verdad, cuando
decidimos bautizarnos como miembros de iglesia, lo hicimos tal como la Sagrada Escritura nos
aconseja, o fue como un simple remojón donde pudimos ser protagonistas, en el buen sentido de la
palabra, ya que toda la congregación estaba pendiente de nosotros.
Las miradas de todos ellos, estaban fijas en nuestros actos, expresiones, respuestas y luego del
bautismo, felicitaciones y bienvenidas como miembro de iglesia.
¿Fuimos realmente bautizados? ¿Somos conscientes de lo que debería de haber significado este
rito tan sagrado para Yahweh? O ¿Simplemente fuimos remojados en agua y posteriormente
hemos sentido el deseo de serle fiel?
La gran comisión dada para cada hijo/a de Yahweh nuestro Dios.
Una pregunta que debe ser analizada ya que el mismo Salvador, momentos antes de su ascensión a
los cielos dijo: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en mi
nombre; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; ...” Mt. 28:19 y
Marcos profundiza más estas palabras cuando dice: “El que creyere y fuere bautizado será
salvo; mas el que no creyere será condenado” 16:16
Yahshua, nuestro Salvador dio una orden. Dio la gran comisión para evangelizar el mundo entero.
Dijo “Id y haced discípulos...” No dijo: busca un trabajo. Dedícate ocho o más horas diarias al
mismo para que puedas sustentarte bien, que puedas dar a tus hijos carreras universitarias, que
puedas tener una linda casa, un buen auto, una casa de campo... en definitiva que seas un esclavo
de todas estas cosas y luego ven y sígueme. ¿Dijo esto nuestro amante Salvador? “Y ellos,
dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron” Mt 4:22 con el llamamiento de Mateo, fue
parecido: “Sigueme. Y se levantó y le siguió” Id 9:9. Sin embargo, trabajamos ocho horas o más
cada día; nos gusta estar bien; nos gusta por lo general dar buenas carreras o estudios a nuestros
hijos; nos gusta tener una linda casa, un buen auto, una casa de campo...¿o no es así en términos
generales? En definitiva, te estás convirtiendo en un esclavo de la sociedad, todo lo contrario a lo
que el Salvador nos dijo: “Id y haced discípulos a todas las naciones...” y después, querremos
estar con El cuando aquí en esta tierra no hemos sabido estar a su lado.
Todo ello, nos lleva a la siguiente conclusión. Estamos tan absorbidos con los problemas de este
mundo, estamos tan identificados con él, que nos hemos alejado de Yahweh nuestro Dios.
Estamos muy lejos de entender “no améis al mundo ni las cosas que están en él…” 1Jn.2:15
cuando en realidad estamos más amando al mundo y a sus cosas que a la urgente necesidad de
encontrarnos con aquel que decimos, creo que de una manera hipócrita, nuestro “Dios”, cuando
apenas nos acordamos de que existe, porque es tan poco el tiempo de nuestro diario vivir que le
dedicamos a él.
En algunas conversaciones que he mantenido con supuestos hermanos en la fe, me dicen con una
frialdad pasmosa que, se levantan justo para ir a trabajar, y que llegan a casa tarde cansados y
entonces, dicen que abren la Biblia y por supuesto caen rendidos por el agotamiento y el sueño.
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2. Entonces les digo: no sería mejor hacer todo lo contrario. Levantarse más pronto, orar y estudiar la
Sagrada Escritura antes de salir a trabajar y hacer así una realidad las palabras del Salvador cuando
dijo: “Buscad primeramente el reino de Yahweh y su justicia y luego, todas las cosas os serán
añadidas” Mt. 6:33 Inmediatamente en algunos vienen las excusas, tengo sueño, no puedo, me da
pereza... Después todos queremos estar con El cuando aquí en la tierra, apenas hemos movido un
dedo por su causa.
Entonces, ¿Bautizados o remojados en agua? ¿Cuál de las dos opciones fue la elegida por ti qdo.
Hno/a? ¿Fuiste realmente bautizado, sentiste realmente un arrepentimiento sincero de tus pecados,
fui realmente bautizado, sentí realmente un arrepentimiento de mis pecados o fuimos simplemente
remojados y entramos a formar parte de un club social, llamado iglesia...?
¿Qué debe significar el bautismo en la vida del nuevo creyente?
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En
ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O
no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en el Salvador, hemos sido bautizados en
su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como El resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en vida nueva”. Ro. 6:1-4
El bautismo, el acto público de confesar que hemos aceptado el plan de la salvación, que ya no
vivimos bajo la esclavitud del pecado, sino que somos libres por guardar “la ley de la libertad”
Stiago 2:12 debiera de haber significado en nuestra vida la muerte al viejo hombre. La muerte al
pecado y al salir de las aguas del bautismo, las palabras del himno: “En las aguas de la muerte”
debieran de haber sido una realidad en nuestras vidas.
En este capítulo 6 de la carta del apóstol Pablo a los romanos, encontramos la base para
comprender la nueva vida para el verdadero cristiano. La ley me lleva al conocimiento del pecado
y por tanto, si deseo ser fiel a nuestro Padre celestial, debe producir en mí en primer lugar el
arrepentimiento por esos pecados cometidos y luego por supuesto, la confesión de cada uno de
ellos, de una manera puntual, confesando cada uno de ellos ante el Padre para que el Hijo, como
mi sumo sacerdote, presente su sangre por ese/esos pecados confesados y nos da su gracia, el
poder para vivir una nueva vida. El bautismo, debiera de haber producido en nosotros, lo que
lamentablemente no ha hecho: Un nuevo nacimiento. Ser una nueva criatura. El bautismo nos
debiera de haber dado la libertad de no estar sujetos al pecado que tanto nos ha gustado o nos sigue
gustando. El pecado causa separación entre el Creador y el hombre, no puede haber unión
mientras haya pecado en nosotros. Yahshua vino a restaurar en el hombre, la imagen que perdimos
como consecuencia de la entrada del pecado en Adán y Eva. El vino a restaurar en nosotros, la
futura vida inmortal, una nueva relación con su Padre cuando ésta ha sido cortada como
consecuencia del pecado. El Salvador viene a salvar a pecadores que se hayan arrepentido de sus
pecados y hayan vencido cada defecto de carácter, no viene a buscar a hombres, mujeres, jóvenes
con pecado.
“El Salvador invita a todos a que acudan a El, pero cuando lo hacen deben poner a un lado sus
pecados. Todos sus vicios y locuras, todo su orgullo y mundanalidad, deben ser dejados al pie de
la cruz. El lo requiere así porque los ama y desea salvarlos, no en sus pecados sino de sus pecados.
El que acepta la verdad anhela una transformación y la luz le llega en rayos brillantes” ATO 167
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3. “La justicia del Salvador no cubrirá ningún pecado acariciado” PVGM 257
“El bautismo puede repetirse vez tras vez, pero no tiene poder inherente para cambiar el corazón
humano. El corazón debe estar unido con el corazón de Yahshua, la voluntad debe estar
sumergida en su voluntad. La mente debe llegar a ser una con su mente, los pensamientos deben
sujetarse a El. Un hombre puede bautizarse y su nombre ser escrito en los registros de la iglesia,
pero con todo, puede ser que el corazón no haya cambiado. Las tendencias heredadas y cultivadas
pueden estar todavía obrando mal en el carácter.” ATO 180
“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Yahweh tu Elohim,
tenéis por vuestro fruto la santificación y como fin, la vida eterna” vs. 22
La santidad a la cual somos llamados como hijos del Creador, debe llevarnos a comprender nuestra
urgente necesidad de qué es lo que El desea para cada uno de nosotros. “Porque sin santidad
nadie verá al Salvador” Hb. 12:14 y los frutos de la santidad se ven en la observancia a todos los
mandamientos, estatutos, preceptos y leyes que componen el evangelio eterno incluyendo la ley de
Moisés. Hb 10:26-28 “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos
de Yahweh y la fe de Yahshua” Ap. 14:12
Este mensaje es similar a las características que van a tener aquellos hombres, mujeres y niños que
reciban el sello de Yahweh y proclamen el Evangelio eterno, ya que “en sus bocas no fue hallada
mentira, pues son sin mancha delante de su trono”. Id. 5
Toda la Sagrada Escritura es un llamado, una exhortación por parte de Yahweh para que podamos
comprender la gran lucha entre la verdad y el error. La gran lucha entre Su Palabra y el
comentario del hombre. Entre un “escrito está” y lo que desea el corazón carnal no santificado.
La triste historia de Caín y Abel, refleja la lucha entre el error y la verdad en este caso. Y la
historia se repite de generación a generación, llegando incluso hasta nuestros días. Hoy, el error
está mezclado dentro de la verdad. Se dice que debemos guardar la ley moral, sin embargo, la gran
mayoría proclaman que para el hombre es imposible obedecerla. Si es así, ¿a quién estamos
haciendo caso?
“¿Qué diré para despertar al pueblo remanente de Yahweh? Me fue mostrado que nos esperan
escenas espantosas; Satanás y sus ángeles oponen todas sus potestades al pueblo de Elohim. Saben
que si sus hijos duermen un poco más, los tienen seguros, porque su destrucción es cierta. Insto a
todos los que profesan el nombre de Yahshua a que se examinen, y hagan una plena y cabal
confesión de todos sus yerros, para que vayan delante de ellos al juicio, y el ángel registrador
escriba el perdón frente a sus nombres.”1JT 91
El pecado hay que verlo en su verdadero carácter pecaminoso
“El verdadero pueblo de Yahweh que toma a pecho el espíritu de la obra del Salvador y la
salvación de las almas, verá siempre al pecado en su verdadero carácter pecaminoso. Estará
siempre de parte de los que denuncian claramente los pecados que tan fácilmente asedian a los
hijos del Creador. Especialmente en la obra final que se hace en favor de la iglesia, en el tiempo
del sellamiento de los ciento cuarenta y cuatro mil que han de subsistir sin defecto delante del
trono de Yahweh, sentirán muy profundamente los yerros de los que profesan ser hijos de Elohim.
Esto lo expone con mucho vigor la ilustración que presenta el profeta acerca de la última obra,
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4. bajo la figura de los hombres que tenían sendas armas destructoras en las manos. Entre ellos había
uno vestido de lino que tenía a su lado un tintero. "Y le dijo Yahweh: Pasa por medio de la ciudad,
por medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa
de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella." (Eze. 9:4.)
“¿Quiénes siguen su consejo en este tiempo? ¿Son los que excusan virtualmente los yerros de entre
el profeso pueblo de Yahweh, y quienes murmuran en su corazón, si no abiertamente, contra los
que quisieran reprender el pecado? ¿Son aquellos que se les oponen y simpatizan con los que
contemporizan con el mal? No, en verdad. A menos que se arrepientan, y dejen la obra satánica
de oprimir a los que tienen la preocupación de la obra, y de dar la mano a los pecadores de Sión,
nunca recibirán el sello de la aprobación del cielo. Caerán en la destrucción general de los impíos,
representada por la obra de los hombres que llevaban armas. Nótese esto con cuidado: Los que
reciban la marca pura de la verdad, desarrollada en ellos por el poder del Espíritu y representada
por el sello del hombre vestido de lino, son los que "gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen" en la iglesia. Su amor por la pureza y el honor y la gloria de
Yahweh es tal, y tienen una visión tan clara del carácter excesivamente pecaminoso del pecado,
que se los representa agonizando, suspirando y llorando. Léase el capítulo noveno de Ezequiel.
Pero la matanza general de todos los que no ven así el amplio contraste entre el pecado y la
justicia, y no tienen los sentimientos de aquellos que siguen el consejo de Elohim y reciben la
señal, está descrita en la orden dada a los cinco hombres con armas: "Pasad por la ciudad en pos de
él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad viejos, mozos y vírgenes, niños
y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis;
y habéis de comenzar desde mi santuario."(Eze. 9:5,6.) 1JT 335,336
El pecado y los pecadores que hay en la iglesia deben ser eliminados
prestamente…
“Como pueblo, limpiemos nuestras filas de la contaminación moral y de los pecados que
agravian... ¿cómo podemos esperar que Dios manifieste su poder en nuestro favor y nos salve
como si practicáramos la justicia?” ATO 354
“Ahora mientras dura el tiempo de prueba y aún se oye la voz de la misericordia, debemos
abandonar nuestros pecados” Mar 77
“El pecado y los pecadores que hay en la iglesia deben ser eliminados prestamente, a fin de que no
contaminen a otros. La verdad y la pureza requieren que hagamos una obra más cabal para limpiar
de Acanes el campamento. No toleren el pecado en un hno. de los que tienen cargos de
responsabilidad. Muéstrenle que debe dejar sus pecados o ser separado de la iglesia” Consejos
Salud e Instrucciones Obra médico misionera pág. 628
¿Discerniremos pues entre la verdad y el error?
Si continuamos diciendo que es imposible guardar la ley de Yahweh, estamos usando las palabras
de Satanás quien está denunciando con su falacia que esa ley es tan injusta que el hombre no la
pueda guardar. Sin embargo, después de salir de la esclavitud egipcia, esa ley fue recordada al
pueblo hebreo en medio de relámpagos, sonido de bocina, el monte que humeaba... con un solo
propósito: “No temáis; porque para probaros vino Yahweh, y para que su temor esté delante
de vosotros, para que no pequéis” Ex. 20:20 Ese era y sigue siendo el propósito de Elohim al
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5. darnos su santa ley. Cuando pretendemos justificarnos y decimos que no podemos dejar de pecar,
miremos a la cruz y contemplemos lo que sufrió por nuestros pecados el Inmaculado Hijo de
nuestro Padre celestial, y veremos cuan odioso es el pecado para El.
“Mediante nuestro voto bautismal hemos reconocido y confesado solemnemente al Señor Yahweh
como nuestro Gobernante. Tácitamente prestamos un juramento solemne de que de allí en
adelante nuestra vida sería una con la vida que viviéramos en su sagrada ley. Nos declaramos
muertos, y nuestra vida escondida con Yahshua en Yahweh, para que de allí en adelante podamos
caminar con él en novedad de vida como hombres y mujeres que han experimentado el nuevo
nacimiento. Reconocimos el pacto de Elohim con nosotros, y prometimos buscar las cosas de
arriba, donde Yahshua se sienta a la diestra del Padre. Por nuestra profesión de fe reconocimos a
Yahweh como nuestro Dios, y nos entregamos para obedecer sus mandamientos. Por la
obediencia a su Palabra testificamos delante de los ángeles y de los hombres que vivimos por cada
palabra que procede de su boca”. CBA Dt. 26:18 “Y el creyente arrepentido, que sigue los pasos
que exige la conversión, conmemora en su bautismo la muerte, la sepultura y la resurrección de
Yahshua, desciente bajo el agua a la semejanza de la muerte y entierro del Salvador y sale del agua
a semejanza de su resurrección, no para vivir otra vez la antigua vida de pecado, sino para vivir
una vida nueva en el Hijo de Yahweh” CBA Mr 16:1,2
“Cuando salisteis de la tumba líquida después de vuestro bautismo, profesasteis estar muertos y
declarasteis que vuestra vida había cambiado: estaba oculta con Yahshua en Yahweh. Afirmasteis
que estabais muertos al pecado y limpios de vuestros malos rasgos hereditarios y cultivados. Al
practicar del rito del bautismo prometisteis delante de Yahweh permanecer muertos al pecado.
Vuestra boca debía permanecer como una boca santificada y vuestra lengua como una lengua
convertida. Hablaríais de su bondad y alabaríais su santo nombre. Por lo tanto, habíais de ser una
gran ayuda y bendición para la iglesia” CBA Col. 4:6
El bautismo debía de haber sido una declaración pública de que hemos muerto al pecado y que
nuestra vieja naturaleza ha sido dejada en las aguas para que Yahshua nos dé el poder para
alcanzar la victoria final.
Si todavía hay pecado, si todavía hay defectos de carácter, si todavía hay mundanalidad, quiere
decir que no hubo conversión y el mundo siguió en tu corazón y lo entraste en la iglesia. “Oh
almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Yahweh? Cualquiera
pues que quiera ser amigo del mundo se convierte en su enemigo” St. 4:4
¿No entró el mundo en la iglesia? ¿No se está celebrando el día de la madre, el día del padre, el
día de los enamorados, el día del niño, la fiesta del sombrero, el día del conquistador, el día del
pastor y cuantas fiestas participa el mundo y esto se promueve en las horas del santo sábado …?
¿No es eso amar al mundo y al mismo tiempo estar violando la santidad del día de reposo, el
cuarto mandamiento, el sábado? Fuiste bautizado o simplemente remojado en agua?
Espero y deseo que sea de bendición como lo ha sido para mí. Vuestro hermano en Yahshua y
servidor
Ernesto Farga Gadea
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