El documento describe los posibles síntomas y comportamientos de una víctima de abuso sexual infantil, como conductas regresivas típicas de niños más pequeños, disminución del rendimiento escolar, agresividad e hiperactividad, y moretones, mordeduras o infecciones en las zonas genitales. También habla de la importancia de permitir al niño hablar libremente sobre lo sucedido y brindarle apoyo y cuidado para evitar mayores consecuencias psicológicas.