2. JORGE LUIS BORGES. CUENTOS Y POEMAS.
Borges siempre mostró desdén por la novela, ya que consideraba que fastidiaba,
aburría y detenía el tiempo real; por eso, siempre prefirió el cuento. Baquero Goyanes
decía que el cuento se encontraba entre la narrativa y la poesía: tiene forma de prosa,
pero fuerza de poesía.
Borges tuvo reconocimiento crítico por sus cuentos: su poesía estuvo más
marginada. Siempre se le consideró un poeta menor, porque su poesía fue eclipsada
por la gran calidad de su narrativa.
La poesía hispanoamericana estuvo muy supeditada, relacionada con el
pensamiento ideológico. Así es la poesía típica del s. XX, pero Borges hizo una poesía
diferente: una poesía dedicada especialmente a la lectura, tachada de fría y
culturalista.
Borges fue traducido prontamente al francés, a sus cincuenta años. Los francés
colaboraron en el lanzamiento a Borges a la gloria, sobre todo de su faceta de
cuentista y narrativo. La poesía ha sido un género que ha tardado en considerarse de
gran importancia en su obra, un hecho paradójico pues Borges se autodenominaba
“poeta”.
El canon de la literatura hispanoamericana del s. XX es Borges. Ha dejado una gran
influencia, por su estilo original y casi perfecto. Harold Bloom propone como cánones
de la literatura hispanoamericana a Carpentier, Neruda y Borges.
Empezó con “Himno del mar” (1919) —su primer poema—, donde se comprueba
una gran influencia de Walt Whitman; su último libro en aparece en 1985, un año
antes de morir, con el título de Los conjurados. La obra poética de Borges abarca casi
todo el siglo XX.
Cuando recibió el Premio Cervantes, en 1979, lo hizo ex aequo a Gerardo Diego.
Esto se debió a que ambos militaron el movimiento ultraísta de los años 20. Su
discurso fue muy breve; identificó el destino del poeta del monarca —D. Juan Carlos
2
3. I—, pues ambos desempañaban un oficio que no habían elegido. Borges definió el
destino del poeta como “hermosamente fatal”.
A partir de los años 80 es cuando comienza a valorarse la poesía de Borges. La
poesía hispanoamericana se desprende, por fin, del tópico de ser una poesía militante.
Son muy importantes en Borges los monólogos dramáticos, recurso que proviene de
la poesía épica y de la dramática.
La autobiografía autorizada de Borges fue una entrevista en inglés, con su traductor
Norman Thomas di Giovanni, que apareció por primera vez en el New Yorker —
suplemento semanal del New York Times— en los años 70. Se tuvo que esperar hasta
1999 para que se publicase en español, en Argentina.
El 24 de agosto de 1899 nace Borges en Buenos Aires, y muere en Ginebra el 14 de
julio de 1986. Tiene una vida bastante dilatada, hecho que le venía de familia: su
madre vivió 99 años y su abuela paterna, Francis Haslam, vivió más de 90 años —pidió
perdón a sus hijos por haber muerto tan despacio—. Borges, desde pequeño, fue
bilingüe, ya que su familia paterna era descendente de ingleses.
Su padre, Jorge Guillermo Borges daba clases de Psicología, aunque era abogado.
Daba las clases en inglés, usando un manual de William James —hermando de Henry
James, autor de Otra vuelta de tuerca y Retrato de una dama—. Francis Haslam, su
abuela paterna, era inglesa, pero llegó a Argentina porque su hermana se había casado
con el ingeniero que introdujo el tranvía tirado por caballos en Argentina; Francis
Haslam conoció al General Francisco Borges, y de ese matrimonio nació Jorge
Guillermo Borges. Borges siempre ha exaltado a sus antepasados generales.
Borges consideraba a los famosos autores como amigos: su obra es cómo responde
Borges a los libros que ha leído.
El padre de Borges era anarquista, creía que todo lo que fuera institución
desaparecería algún día. El padre de Borges fue una figura muy importante, pues es
quien lo introduce en el mundo de la Literatura y de la Filosofía. El padre era un
apasionado de la poesía romántica. El padre le inculcó el amor por la poesía y la
3
4. filosofía. Le enseñó, usando un tablero de ajedrez, las aporías eleáticas (filosofía
presocrática, Zenón de Elea): una aporía es un razonamiento lógico que no tiene
verificación práctica —Aquiles y la tortuga—, solo existe en el dominio del
pensamiento. El juego del ajedrez estará muy presente en Borges; la imaginación, para
Borges, genera un mundo propio y autónomo. El padre había sido un escritor
frustrado; incluso, llega a publicar una novela sobre la independencia de Argentina, El
caudillo.
La madre de Borges, Leonor Acevedo Suárez, era una mujer católica, perteneciente
a una familia unitaria —abierta a las corrientes extranjeras—. La madre de Borges
estuvo ciertos días en la cárcel, en la época de Perón. Por ser unitarios, fueron
amenazados; los peronistas eran muy federales. Borges fue humillado por trabajar en
bibliotecas y fue degradado a trabajar como inspector en un mercado de pollos y
verduras.
La madre, sobre todo durante la ceguera de Borges, fue su compañera y secretaria.
Fue muy importante para la elaboración literaria de Borges; al morir en 1975, el poeta
le dedicará toda su poesía. El puesto de secretaria lo ocupará desde entonces María
Kodoma, la que se convertirá en su segunda esposa. Los poemas, a partir de los años
50, se los dictaba a su madre para que ella los transcribiese.
Borges empezó leyendo literatura inglesa. Su primera novela fue Huckleberry Finn,
de Mark Twain. También leyó a H. G. Wells, a Grimm y a Lewis Carrol. Se interesó por
la literatura argentina, aunque se madre le prohibió leer el Martín Fierro.
En 1914, toda la familia se traslada a Suiza, para remediar la ceguera del padre de
Borges. Se instalaron en Ginebra. Borges se instala en el Colegio Calvino, pese a no
saber francés; aún así, aprobó todas las asignaturas, excepto Francés.
Siempre sintió admiración por la poesía —la denominaba música verbal— inglesa y
alemana.
En el Colegio Calvino era muy importante el estudio del latín. Borges se convirtió en
un buen latinista; el autor que más le influyó fue Virgilio y La Eneida. En Ginebra
también estudiará el alemán; en esa época es cuando escriben los más famosos
4
5. autores expresionistas alemanes. Además de leer a estos poetas, los tradujo al
español. Probó a leer a Kant, pero como le resultó muy difícil, probó con el poeta
romántico Heine. También leyó la novela expresionista de Meyrink, El Golem —será el
título de uno de los poemas de Borges—.
Borges, durante esta época, se familiarizará con Schopenhauer y su obra más
importante: El mundo como voluntad y representación. El mundo como representación
procede la filosofía idealista: lo que vemos no es más que la muestra de nuestro
pensamiento; el mundo es el escenario donde se desarrolla todo lo que imaginamos, el
mundo es todo lo que representamos. La voluntad es la fuerza motriz de todo lo que
sucede en el universo; es aquello que nos hace nacer, desarrollarnos, alimentarnos y
morir; es aquello que lo mueve todo. El problema de la voluntad es que es insaciable.
Esta filosofía es muy pesimista, nos muestra siempre la imagen de la continua
insatisfacción. Estos pensamientos estarán siempre muy presentes en Borges.
Borges termina su periplo europeo cuando termina la I Guerra Mundial. La familia
Borges decide volver a Argentina, no sin antes pasar por España (1919). Los argentinos
tenían una imagen de una España en decadencia, retrasada, sin embargo, Borges ve
una España diferente, abierta a la modernización. Entre 1919 y 1921, Borges entra en
contacto con los círculos ultraístas y realiza sus primeras publicaciones. Conoce a sus
primeros maestros, como Rafael Cansinos-Assens. La trayectoria poética de Borges
comienza el 31 de diciembre de 1919 con la publicación, en la revista ultraísta Grecia,
de su primer poema, “Himno del mar”.
ETAPAS DE LA POESÍA DE BORGES
Dividimos la poesía de Borges siguiendo la “Parábola VIII” de Machado, en Campos
de Castilla:
Cabeza meditadora,
¡qué lejos se oye el zumbido
de la abeja libadora!
5
6. Echaste un velo de sombra
sobre el bello mundo y vas
creyendo ver, porque mides
la sombra con un compás.
Mientras la abeja fabrica,
melifica,
con jugo de campo y sol,
yo voy echando verdades
que nada son, vanidades
al fondo de mi crisol.
De la mar al percepto,
del percepto al concepto,
del concepto a la idea
— ¡oh, la linda tarea!—,
de la idea a la mar.
¡Y otra vez a empezar!
La poesía de Borges parte de los perceptos por ser una poesía ultraísta.
1. Etapa del percepto (1919-1922). Es la etapa ultraísta (poema = rosario
metafórico). El Ultraísmo quiere crear unos poemas donde el sujeto poético
desaparezca. Borges no quiso reeditar sus poemas ultraístas; renegó de esa etapa.
Gloria Videla, en El Ultraísmo, estudió muy bien este movimiento.
Cuando Borges regresa a Buenos Aires (1921), sigue con sus deseos de ser un
poeta ultraísta, aunque evolucionará a pasos agigantados. Funda en Argentina las
revistas Nosotros y Prisma. Borges dice que Ultraísmo se caracteriza por:
a) Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.
b) Tachadura de frases medianeras, nexos y adjetivos inútiles.
c) Abolición del poema como exposición de las circunstancias. No hay
voz poética; la poesía ultraísta considera que el sujeto es un haz de
percepciones.
d) Síntesis de dos o más imágenes en una; ensanchamiento de la
facultad de la sugerencia.
6
7. Los poetas ultraístas trabajan más con revistas que con poemarios. La
inmediatez de la revista es muy importante.
Solamente se conservan 18 poemas de esta etapa. Borges quería publicar dos
libros antes de regresar a Argentina. Uno de esos dos libros es Los naipes del
tahúr, colección de ensayos anarquistas. En él podemos encontrar poemas
ultraístas y expresionistas —el Expresionismo era muy importante para Borges por
contener una idea de fraternidad universal—. Por ejemplo, encontramos el poema
“Prismas”, que apareció en la revista Ultra de Madrid en 1921.
Otro ejemplo de poema ultraísta es “Trinchera” —el Ultraísmo se suele
relacionar con lo bélico—, que pertenece al segundo libro que pretendía publicar
Borges, Los salmos rojos, aunque nunca se editó; Borges quemó los originales.
El pudor de mostrarse en sus poemas, el desapego ultraísta, permanecerá en
Borges para siempre.
2. Etapa del concepto (1922-1929). Es la etapa en la que la familia Borges regresa a
Argentina y se “recupera la ciudad de Buenos Aires”. El regreso es un
reconocimiento que Borges denominará “fervor”: Borges se encontrará con una
ciudad nueva que los fascinará.
Esto conlleva un cambio estilístico: ya no cultivará una poesía distante, sino que
creará una relación con el ámbito urbano; por eso, hay muchos poemas de un
paseante que recorre la ciudad, sobre todo los arrabales que limitan con la Pampa.
El elemento melancólico de la tarde está muy presente. También se interesa por el
folclore.
Hay tres poemarios clave de esta etapa, conocidos como la “triología porteña”:
Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín
(1929). También publicará Inquisiciones, El tamaño de mi esperanza y El idioma de
los argentinos, que son colecciones de ensayos que nunca más querrá reeditar —
María Kodama sí los volverá a editar posteriormente—.
En los títulos de esta etapa ya encontramos al yo poético; se queda atrás el
Ultraísmo. Leopoldo Lugones publicó un poemario cuya unidad temática era la
7
8. luna; su segundo poemario sería un homenaje a este escritor. Cuaderno San
Martín podría ser un guiño al libertador de Argentina, Chile y Perú.
La edición de Fervor de Buenos Aires fue sufragada por su padre; su hermana
Norah —pseudónimo de Leonor Fanny— colaboró con las ilustraciones. “El libro
era esencialmente romántico”, dirá Borges, por lo que va se va apartando del
Ultraísmo. La edición que leemos hoy no es la primera; Borges sacrificó muchos
poemas, rectificó algunos, transformó otros, etc., para dar lugar a la edición
definitiva.
3. Etapa de la idea (1930-1969). En este período poetiza Borges sobre la literatura y
sobre cuestiones filosóficas; hace un ejercicio intelectual atravesado por la ironía.
Es una etapa muy diferente: muchos años y pocos títulos; una etapa de barbecho.
Esta será la etapa de madurez. El nuevo poemario de Borges se publicará en 1960
–31 años después de la publicación de Cuaderno San Martín— con el título de El
hacedor. Otros poemarios son El otro, el mismo (hubo una primera edición en
1964, ampliada en una que apareció en 1967), Para las seis cuerdas (conjunto de
milongas que apareció en 1965) y Elogio de la sombra (1969).
Borges no publica muchos poemarios en esta época, pero sí revistas. Esta es la
etapa donde se produce el cambio más importante en el estilo de Borges.
En esta etapa tan extensa Borges no escribe tanta poesía; cultiva más el ensayo y
la narrativa breve —cuento—.
El concepto borgeano de “literatura” será el referente de la creación de Borges.
Su universo particular será la biblioteca; su literatura, en general, será un ejercicio
de intertextualidad a partir de las obras que él lee: si tomamos la obra de Borges
como signo lingüístico, el referente sería la biblioteca, el significado es el juego
que se establece entre el libro leído y su creación, y el significante es el poema en
sí.
8
9. 4. (1970-1986). En esta etapa ensaya modalidades de los temas desarrollados en la
anterior etapa.
Este es el período en el que encontramos más poemarios: El oro de los tigres
(1972), La rosa profunda (1975), La moneda de hierro (1976), Historia de la noche
(1977), La cifra (1981) y Los conjurados (1985). Esta etapa es tan prolífera porque
había firmado un contrato con una editorial.
También cobra mucha importancia la ceguera de Borges a partir de 1955.
Borges ya no podrá leer y la composición de poemas será mediante dictado. Este
es el motivo por el cual el soneto es tan usado en estos años; el soneto tiene una
estructura fijada fácil de memorizar.
9