1. Los neonatos son seres sociales desde el principio o, al menos, producen ciertas respuestas que son precursoras del
desarrollo social posterior. Atienden preferentemente a energías sonoras que poseen propiedades físicas, de longitud
y frecuencia de onda. Muestran preferencia visual por estímulos con las propiedades características del rostro
(estímulos móviles, con elementos abultados, moderadamente brillantes, estructurados y un grado de complejidad
comparable al del rostro). Están “presintonizados” atencional o perceptivamente hacia el rango estimular que
proviene de las personas.
Ésta presintonización parece especialmente poderosa en el caso, de un cierto tipo de estímulos sociales, a saber,
los de naturaleza lingüística. Se ha detectado que los bebés en muy poco tiempo, su sistema perceptivo a
contornos prosódicos característicos del lenguaje de su comunidad, dan muestras muy precoces de preferir la voz de
su madre y poseen, desde muy pronto, capacidades notables de discriminación fonética.
Los neonatos no sólo están especialmente sintonizados con relación a estímulos de origen social, sino que además
producen respuestas armónicas con relación a ellos. Dos de esas categorías de respuesta poseen una significación
especial en relación con esa preparación especial para lo social y aún más específica para el lenguaje. Las
primeras constituyen en ciertos patrones de movimiento, que los neonatos producen cuando se les habla, y que
muestran una curiosa sincronía con respecto a los moldes prosódicos del habla. Este fenómeno de sincronía
interactiva sugiere la presencia de precursores muy precoces, y que se emplean para defender la hipótesis innatista
de las facultades lingüísticas. Es muy probable que las pautas de sincronía interactiva se relacionen de algún
modo, aún no bien determinado, con el desarrollo posterior del lenguaje.