El documento presenta 10 pergaminos o principios para alcanzar el éxito. Cada pergamino contiene consejos como formar buenos hábitos, tratar a los demás con amor, persistir ante los desafíos, creer en el propio potencial único, vivir cada día como el último, controlar las emociones, cultivar el humor, establecer metas ambiciosas, actuar sin demora y orar pidiendo guía más que cosas materiales.
1. LOS 10 PERGAMINOS
1. “Hoy comienza una nueva vida”
A pesar de haber escogido esta carrera repleta de oportunidades a la vez quede angustia y
desesperación, no fracasaré como los otros.
Debo practicar el arte de la paciencia porque la naturaleza no procede jamás con
apresuramiento.
La experiencia de alguien que tuvo éxito en el pasado, será impracticable mañana.
La única diferencia entre los fracasados y los exitosos en la vida reside en la diferencia de
sus hábitos. Los buenos son la clave, los malos, la puerta al fracaso.
Me formaré buenos hábitos y seré esclavo de ellos.
Cada uno de los pergaminos contiene un principio que sustituirá un hábito malo por uno
bueno.
El primero de mis nuevos hábitos será leer cada pergamino durante 30 días antes de leer el
siguiente. Primero, en silencio, al despertar. Luego, tras la comida del mediodía. Por
último, y en voz alta, antes de acostarme.
La repetición diaria convertirá al nuevo hábito en parte integral de mi mente activa para
pasar a formar parte de mi mente inconsciente, la que crea mis sueños.
Al convertirse en hábito, al practicarlo diariamente, se hace fácil y entonces, placentero.
Hoy soy una nueva persona, con una nueva vida.
2. “Saludaré el día con amor en mi corazón”
Es el secreto más grande del éxito de toda empresa.
Sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre.
Haré del amor mi arma más poderosa. Les derretirá el corazón.
Contemplaré todas las cosas con amor. Elogiaré a mis enemigos y serán amigos míos.
Animaré a mis amigos y se volverán mis hermanos. Amaré a todas las clases de hombre
2. porque cada uno tiene cualidades dignas de ser admiradas, aunque están ocultas. Derribaré
la muralla de la sospecha y en su lugar edificaré puentes hasta sus almas.
El amor es mi arma para abrir corazones y también para protegerme del odio y la ira de
otros. Si me agreden, me dirigiré a ellos en silencio e internamente les diré que los amo.
Me amaré a mí mismo y vigilaré celosamente todo lo que entra en mi mente, mi cuerpo y
mi corazón. No mimaré los apetitos de la carne. Trataré mi cuerpo con limpieza y
moderación. Impediré que mi mente sea atraída por el mal o la desesperación. Los
estimularé con conocimiento y sabiduría. No permitiré que mi alma se vuelva complaciente
y satisfecha. La alimentaré con la meditación y la oración.
Amaré a toda la humanidad. El odio no corre por mis venas porque no tengo tiempo para
odiar.
Por más habilidades y conocimiento que tenga, sin amor fracasaré.
3. “Persistiré hasta alcanzar el éxito”
Todos los días la vida me pone a prueba de nuevo. Si persisto, alcanzaré el éxito.
Me abstendré de escuchar aquellos que lloran o se quejan, porque la enfermedad es
contagiosa.
Siempre daré un paso más.
Jamás aceptaré la derrota y borraré de mi vocabulario fracaso, no puedo, imposible,
improbable, irrealizable, abandono, impráctico, sin esperanzas o retirada.
Trabajaré y aguantaré manteniendo la vista fija en mis metas. Recordaré la ley del
promedio: con cada fracaso estaré más cerca del éxito.
Tampoco permitiré que mis éxitos me hagan caer en la complacencia del hoy: es el
fundamento del fracaso.
Si persisto lo suficiente alcanzaré la victoria.
3. 4. “Soy el milagro más grande de la Naturaleza”
Nunca ha existido ni existirá nadie como yo: con mi me mente, mi corazón, mi mente, mis
oídos, mi boca.
Soy una criatura única: el milagro más grande de la Naturaleza.
Proclamaré mi singularidad al mundo. Nadie venderá como yo. Promoveré esta diferencia.
No imitaré a otros. Venderé, proclamaré y sentiré orgullo de mi diferencia.
Tengo un potencial ilimitado y sólo uso una pequeña porción de mi cerebro y ejercito una
ínfima parte de mis músculos.
No quedaré nunca satisfecho con los éxitos del ayer. Puedo hacer mucho más de lo
realizado y lo haré.
Estoy con un propósito en esta tierra. Así que concentraré todos mis esfuerzos y me
autoexigiré el máximo potencial.
Acrecentaré mis conocimientos. Practicaré, mejoraré y puliré mis palabras y mis modales
para que atraigan como el azúcar que atrae a los demás.
Dejaré los problemas de casa en casa y los del trabajo en el trabajo. Así me mantendré
unido a los dos. Ni el hogar ensombrecerá mis negocios ni mis negocios apagarán mi amor.
Tengo ojos para ver y mente para pensar: con cada victoria, la próxima lucha será más fácil.
Venceré porque soy único, singular.
5. “Viviré este día como si fuese el último de mi vida”
No perderé ni un momento en lamentarme por las desgracias del ayer. Ha quedado
sepultado para siempre. No pensaré más en él.
Este día es todo lo que tengo. Doy gracias por el don de un nuevo día.
Soy afortunado. Las horas de hoy, algo extra, inmerecido.
Trataré con ternura y afecto cada hora porque no volverán jamás.
4. Destruiré la indecisión con acción, el temor con confianza y sepultaré las dudas bajo la fé.
Los deberes de hoy cumpliré hoy.
Saborearé este día y daré gracias.
Cada minuto de hoy será más fructífero y fecundo que las horas de ayer.
Mi último día deberá ser mi mejor día.
6. “Hoy seré dueños de mis emociones”
La Naturaleza es un ciclo de estados de ánimo y yo soy parte de ella.
Si ofrezco a mis clientes lluvia y tinieblas, reaccionarán con tristeza. Si ofrezco gozo,
claridad y entusiasmo, reaccionarán con alegría y mi tiempo será productivo.
Débil es aquel que permite que sus pensamientos controlen su acciones.
Si estoy deprimido, cantaré.
Si sólo, reiré.
Si enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si con miedo, me lanzaré adelante con acción.
Si inferior, vestiré ropas nuevas.
Si inseguro, levantaré la voz.
Si pobre, pensaré en riqueza.
Si incompetente, recordaré éxitos pasados.
Si insignificante, pensaré en mis metas.
Pero también:
Si confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si inclinado a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si complacencia, recordaré mis competidores.
Si todopoderoso, intentaré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, pensaré en una boca hambrienta.
Si orgulloso en exceso, recordaré momentos de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.
5. Con todo este nuevo conocimiento comprenderé y recordaré los estados de ánimo de los
demás.
Reconoceré e identificaré el misterio de los estados de ánimo de la humanidad y míos
mismos.
Los dominaré y controlaré mi destino.
Hoy controlo mi destino, seré dueño de mí mismo, seré grande.
7. “Me reiré del mundo”
De todos los seres vivos sólo el hombre puede reírse.
Cultivaré el hábito de la risa. Es el gran secreto de la larga vida.
Y, especialmente, reírse de uno mismo.
Tres palabras conseguirán que el buen humor no se aparte de mí: “ Esto pasará también”.
Trabajaré para no estar triste. Disfrutaré la felicidad de hoy. Me reiré de mis fracasos y se
desvanecerán. Me reiré de mis éxitos y quedarán reducidos a su verdadero valor.
El día será triunfante sólo cuando mis sonrisas provoquen risas en otros.
Nunca me permitiré ser tan sabio, tan importante, tan reservado, tan poderoso que me
olvide de reírme de mí mismo y del mundo.
Seguiré siendo siempre un niño porque sólo así puedo admirar a otros y mientras lo haga,
no tendré una opinión excesiva sobre mí mismo.
Mientras pueda reírme, jamás seré pobre. Sólo con la risa y la felicidad puedo alcanzar el
éxito.
Seré feliz y tendré éxito.
6. 8. “Hoy multiplicaré mi valor en un 100%”
El trigo no puede elegir ser alimento para puercos, molido para pan o sembrado para su
multiplicación. Yo tengo la facultad de escoger.
Fijaré metas para el día, el mes, el año y mi vida.
Recordaré mis mejores trabajos y los multiplicaré en un 100%.
Si tropiezo, me levantaré de nuevo. Todos los hombres deben tropezar antes de llegar a su
hogar.
Sobrepasar los hechos de otros carece de importancia. Sobrepasar los propios, lo es todo.
No habrá escapatoria de mí mismo hasta que mis palabras se conviertan en hechos.
No apuntaré demasiado bajo.
No trabajaré como lo haría un fracasado.
Extenderé siempre mi brazo más allá de lo que esté a mi alcance.
Nunca quedaré contento con mi actuación.
Ampliaré siempre mis metas una vez alcanzadas.
Procuraré que la próxima hora sea mejor que esta.
Pero sobretodo, nunca proclamaré mis éxitos. Que el mundo se me acerque con alabanza y
que yo tenga la sabiduría de recibirlo con humildad.
9. “Procederé ahora mismo”
Los sueños sin acción carecen de valor.
La acción es el alimento y la bebida que nutrirán mi éxito.
Me convertiré en luciérnaga. Sólo proyecta su luz cuando está en movimiento. Y así
iluminaré el mundo.
7. No eludiré las tareas de hoy ni las postergaré. Es mejor actuar y fracasar que quedarse
quieto o sobrevivir a duras penas.
Saltaré de la cama en lugar de dormir una hora más, como el fracasado.
Sólo la acción determina mi valor y para multiplicarlo, multiplicaré mi acción.
Trabajaré cuando el fracasado busque descanso.
El ahora es todo lo que tengo.
Si el león siente hambre, come. Si el águila tiene sed, bebe. Si no lo hicieran, morirían.
Yo siento sed de éxito. Hambre de felicidad y paz mental. Si no actúo, pereceré en mi vida
de fracaso.
El éxito no espera.
10. “Oraré pidiendo dirección”
¿Qué hombre con poca fé no ha invocado a su Dios en un momento de angustia o
desesperación?
¿No son nuestros clamores una forma de oración?
Oraré, pero no pidiendo cosas materiales, sinó dirección.
Clamaré orientación, señales en el camino.