La discusión actual tiene que ver entonces, tanto con la Matriz Energética mundial, como con las relaciones de poder que se están estableciendo a partir de las nuevas tecnologías y fuentes de Energía.
Si el año 2050 Chile efectivamente llega a poseer una matriz 100% ERNC, será la primera vez en la historia de nuestro país, en que efectivamente seremos independientes energéticamente hablando.
Pero la discusión sobre el impacto de esa situación en la Cultura debe ser anterior, y debe sentar las bases de nuevos modelos de distribución del poder, de la fuerza y de la energía, tanto a nivel social, político, económico como científico, tecnológico, doméstico e industrial. Esta es la discusión más relevante que debemos desarrollar desde hoy.
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Apuntes sobre energía y cultura
1. Apuntes sobre Energía y Cultura
Por Alexis López Tapia *
1) Datos
La Energía que el Sol proporciona a la Tierra en 1 día, es superior al total del consumo mundial de todas las
otras fuentes de Energía durante 1 año.
Los recursos energéticos disponibles mediante Energía Solar son de 3,8 Yota (1024
) Julios/Año (120.000
Tera Watts).
Menos del 0,02% de los recursos disponibles en Energía Solar, son suficientes para reemplazar las energías
fósiles y las nucleares como fuentes de energía.
EE.UU. Consume el 25% de la Energía mundial, aporta el 22% del Producto Mundial y posee sólo el 5% de la
población.
EE.UU consume unos 11,4 kW por persona; Japón y Alemania 6 kW por persona. En países en desarrollo
como la India el uso de energía por persona es cercano a los 0,7 kW. Bangladesh tiene el consumo
mundial más bajo, con 0,2 kW por persona.
Según como sea medido, el Hemisferio Norte
consume entre un 70% y un 91% de la Energía
producida en el Planeta.
Estimaciones optimistas predicen que la
máxima producción de Petróleo a nivel
mundial (Teoría del Pico de Hubbert), se
producirá el año 2025.
Otros datos apuntan que eso ya ocurrió entre
el 2005 y 2007, cuando se produjeron más de
80 millones de barriles diarios.
2. El año 2012 fue declarado por Naciones Unidas como “Año internacional de la Energía
Sostenible para Todos”.
Actualmente, las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), alcanzan el 10,3% de la Matriz
Energética de Chile, lo que ha ocurrido en los últimos 5 años.
La Ley establecía que un 20% de la Matriz Energética debería ser ERNC para el año 2025.
Actualmente, esa exigencia legal está excedida 2,4 veces, y se estima que el 20% de ERNC se
alcanzará el año 2020, cinco años antes de la exigencia legal.
El pasado 26 de Octubre, las ERNC se adjudicaron el 100% de la licitación de un bloque de 1.000
Giga Watts/Hora, para suministrar energía por 20 años a partir de 2017. El precio promedio
ofertado por las ERNC, fue US$ 79,336 por MWh, un 40% más bajo que lo conseguido en el
proceso de 2013. Según el Ministro de Energía, Máximo Pacheco (Pulso – 27/10/2015): “Solía
decirse que las renovables eran poco competitivas. Es un discurso del pasado, obsoleto y un
discurso que no da cuenta que las energías renovables con los precios de las tecnologías son
perfectamente competitivas”.
De continuar a este ritmo, Chile podría tener una Matriz Energética 100% Renovable para el
año 2050.
Según el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon: “Conseguir energía limpia y renovable
para todos en torno a 2030 es un desafío tremendo, pero alcanzable. Estamos a tiempo de
cambiar nuestro modelo energético por uno más sostenible basado en el ahorro, la eficiencia y
la utilización de energías limpias, contribuyendo a poner en marcha una [r]evolución "verde"
que siente las bases de un futuro sostenible para el conjunto de la humanidad y de la
biodiversidad de la que formamos parte y de la que dependemos. Sabemos cómo hacerlo y
estamos a tiempo (aunque, ciertamente, no sobra demasiado)”.
El “Panel Intergubernamental del Cambio Climático”, conocido como SRREN (Special Report on
Renewable Energy Sources and Climate Change Mitigation) muestra que es posible satisfacer,
antes de 2050, las necesidades energéticas del planeta contando únicamente con recursos
renovables y limpios, con lo que se podría evitar que la concentración de gases de efecto
invernadero supere valores incontrolables (IPCC, 2011).
Conclusiones concordantes ofrecen otros estudios rigurosos, como "Renewable Energy Policy
Network for the 21st Century" (REN21, 2012), "The Energy Report.100% Renewable Energy by
2050" (WWF, 2011), "The Energy [R]evolution 2012 (A sustainable World Energy Outlook to save
the climate, reduce fossil-fuel dependence and create more employment)" (Greenpeace, 2012),
etc.
3. 2.- Discusión
Según sostiene el antropólogo norteamericano Leslie A. White, en “La Ciencia de la Cultura” (1982):
“Los sistemas sociales son, en un sentido muy verdadero, secundarios respecto a los sistemas
tecnológicos. Un sistema social puede en verdad ser definido efectivamente como el esfuerzo
organizado hecho por los seres humanos en el uso de los instrumentos de subsistencia, ofensa y
defensa, y protección. Un sistema social es una función de un sistema tecnológico. La
tecnología es la variable independiente, el sistema social la variable dependiente. Los sistemas
sociales, son en consecuencia determinados por sistemas tecnológicos; un cambio en éstos se
traduce en un cambio de aquellos”. White parte de la perspectiva del determinismo cultural: la
conducta de los pueblos está determinada por sus respectivas tradiciones culturales.
El aspecto tecnológico para White está compuesto por instrumentos materiales, mecánicos, físicos y
químicos, así como la manera en que la gente utiliza estas técnicas. White argumenta sobre la
importancia de la tecnología basándose en los siguientes puntos, donde el aspecto energético se
destaca:
La tecnología constituye un esfuerzo para resolver los problemas de supervivencia
Este esfuerzo significa, fundamentalmente, producir la energía necesaria para satisfacer las
necesidades humanas.
Las sociedades que son capaces de producir más energía y usarla más eficientemente tienen
ventajas sobre otras sociedades.
En este sentido, estas sociedades son más avanzadas desde el punto de vista evolutivo.
A partir de esta lógica, White sostiene que el grado de desarrollo cultural de una sociedad puede
calcularse por la fórmula: E x T= C, donde E es la cantidad de energía utilizada per cápita por año, T
representa la eficiencia de las herramientas usadas para aprovechar la energía, y C representa el grado
de desarrollo cultural.
Tomando en cuenta esta cuantificación, White afirma que el desarrollo de un manejo efectivo de la
energía es la principal causa de la evolución cultural, y enuncia en 1949 una ley conocida como Ley de la
Evolución de White, que dice:
“Mientras los otros factores se mantengan constantes, la cultura evoluciona a medida que
crece la cantidad de energía disponible por cabeza y por año, o a medida que crece la
eficiencia de los medios de hacer trabajar esa energía”.
Sin embargo, esa perspectiva resulta demasiado estrecha, rígida y determinista para explicar –por
ejemplo-, el desarrollo de altas matemáticas en culturas supuestamente “primitivas” de la
antigüedad, sin que necesariamente ese nivel de conocimientos se haya traducido en realizaciones
técnicas.
4. Es el caso, por ejemplo, de la Grecia clásica, los Mayas o los Incas, por citar sólo algunas culturas,
donde el conocimiento matemático no se tradujo inmediata y directamente, en desarrollos
tecnológicos.
Según la Dra. Elizabeth Robles de la Universidad de Puerto Rico:
“La historia de la tecnología refleja la historia de la humanidad y revela una relación profunda
entre incentivos y oportunidades, y condiciones socioculturales. Para cualquier desarrollo
tecnológico tiene que haber un envolvimiento social: recursos, necesidades y un etos solidario
(carácter común a un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad)”. Y agrega: “El
conocimiento tecnológico en sí no es suficiente, lo que es crítico son las metas, los valores y los
principios para los cuales el conocimiento es usado. Hay que reconocer que sin humanidad y sin
valores no puede haber aprendizaje verdadero ni desarrollo de la sabiduría (Goleman, 1995)”.
Para esta autora entonces, la tecnología sería una función de un determinado sistema cultural.
Desde nuestra perspectiva, efectivamente, son las matrices filosóficas valóricas y éticas de cada
cultura, las que determinan –o no– el surgimiento y utilización de ciertas tecnologías, y no al revés.
Sin embargo, en el caso de la Energía en sí misma, mucho más que una “función” subordinada, es un
factor preponderante en el surgimiento y desarrollo de la Cultura.
El acceso a fuentes de Energía ha sido siempre un elemento primordial para el desarrollo de las
diversas sociedades y culturas humanas, ya desde el período Paleolítico, y sin duda desde muchísimo
antes.
En efecto, el paso evolutivo de nuestra línea Homínida, de Consumidores a Predadores, implicó
fundamentalmente dos aspectos: el acceso a fuentes de energía alimenticia de mayor potencia, con la
adición de proteínas animales en la dieta; y el desarrollo de formas culturales adaptadas a ese nuevo
estadio ecológico, como la caza organizada y su correlato tecnológico de las primeras herramientas de
piedra.
Posteriormente, el uso y dominio del fuego implicó una de las revoluciones energéticas más importantes
en la evolución humana. En efecto, las tecnologías de uso del fuego siguen presente y son
determinantes hasta hoy en día, por ejemplo, en las Centrales Termoeléctricas, a Carbón, Gas o
Petróleo, por citar sólo algunas tecnologías derivadas de esta fuente de energía primordial.
Hace unos 10 mil años, la llamada “Revolución del Neolítico” supuso la primera transformación radical
de la cultura humana, que pasó de ser nómada a sedentaria, y de una economía recolectora (caza,
pesca, recolección), a una productora (agricultura y ganadería).
En términos energéticos, la aparición de los cereales cultivados –fundamentalmente trigo, maíz y arroz–,
y el ganado, se transformaron en la base de la alimentación humana, situación que perdura hasta
nuestros días. El aumento de energía disponible en forma de alimento, trajo aparejado desde entonces,
un aumento sostenido de la población en el mundo, que no se ha detenido hasta nuestros días.
5. Paralelamente, la ganadería aportó además de alimento, la fuerza de caballos, bueyes, renos, llamas,
elefantes y muchas otras especies, como un elemento fundamental para el transporte, construcción,
urbanización, defensa, ataque, y medida de riqueza social, entre otras áreas.
De hecho, el concepto de Pecunio, es decir, dinero, deriva directamente del latín “Pecus”, rebaño o
ganado. Y además, es altamente significativo que hasta hoy en día, una de las formas de medir la
potencia de un sistema motriz, sea en “Caballos de Fuerza”.
Muy tempranamente también, se comenzó a utilizar la energía hídrica, que fue aprovechada para mover
molinos de agua desde tiempos remotos. Lo mismo pasó con la Energía Eólica, que primero fue utilizada
en la navegación a vela, y posteriormente, en los molinos de viento.
Por su parte, la tecnología que se desarrolló a partir de la llamada “Edad de los Metales”, estuvo
directamente relacionada con el uso del carbón, de origen vegetal en un comienzo, y posteriormente de
origen mineral. El carbón mineral fue la primera fuente de energía fósil que permitió alcanzar
temperaturas muy elevadas, capaces de fundir metales, y su impacto también se proyecta hasta
nuestros días.
De hecho, los hidrocarburos, de origen vegetal –en forma de aceite de oliva o de ajonjolí–, fueron
utilizados como combustible desde la antigüedad. Lo mismo ocurrió con los aceites animales, como el de
ballena, que iluminó la mayoría de las lámparas hasta el Siglo XIX. Por su parte, derivados del Petróleo
como el Betún de Judea o asfalto y el aceite mineral, también se conocían y utilizaban desde la
antigüedad.
La electricidad estática también fue conocida desde la antigüedad. Tales de Mileto, en el S. VI a.C., fue el
primero en describir algunos de sus efectos. Sin embargo, no sería hasta el S. XVII que se utilizaría para
desarrollar las primeras máquinas electrostáticas, que fueron la base del desarrollo de la Electricidad y la
Electrónica modernas. Lo mismo sucedió con el Magnetismo, que también fue conocido y someramente
estudiado por los Griegos, a partir de piedras de Magnetita que se encontraban cerca de la ciudad de
Magnesia, en Asia Menor, pero que sólo vino a ser sistemáticamente estudiado a partir del Siglo XIII.
Desde hace apenas 150 años, los combustibles fósiles, como el Carbón, el Petróleo y el Gas, se
transformaron en la principal fuente de energía del planeta, al punto de que al breve período histórico
desde esa época hasta hoy se lo suele llamar la “Era del Petróleo”. Al respecto, el Ing. Eléctrico, Víctor
Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad, sostiene:
“Lo que hoy llamamos “nuestra civilización” se construyó sobre tres pilares que dieron lugar a las
sociedades modernas: el sistema de producción fabril, el triunfo de las ideas de la ilustración y las
máquinas térmicas. Estos tres pilares asociados a la modernidad se constituyeron en elementos
emancipatorios: forjaron sociedades abiertas, permitieron el florecimiento de la creatividad
humana y liberaron para la producción todas las potencialidades energéticas de la naturaleza
almacenadas en los combustibles fósiles. Así, la civilización industrial está sustentada en nuevas
ideas y formas organizativas, pero su base fundamental es la instauración de un nuevo régimen
energético”. Y agrega:
6. “Desde Marx, se acepta generalmente el planteo de que la historia de la sociedad es la historia
del hombre que procura el dominio de sí mismo y del mundo exterior por medio del trabajo, y
que los sistemas socioculturales están basados en la manera en que se relacionan los hombres y
mujeres en su lucha continua para obtener los recursos necesarios de la naturaleza. De esta
manera, Marx pone en primer plano el trabajo como el elemento fundante de la especie humana
y que lo distingue del resto de los animales”. “Sin embargo, el dominio de la energía es previo al
trabajo. Es decir, cada civilización responde a un régimen energético que la identifica”.
Por su parte, el Físico Ilya Prigogine, demuestró que el surgimiento de orden en sistemas lejos del
equilibrio depende de la energía disponible. Este orden y complejización sólo es posible a partir de
consumir energía del entorno. Llegamos así a una doble acepción del concepto de energía en los
sistemas sociales. Por un lado, la energía obtenida de las relaciones de poder que permiten la evolución
social. Por otra parte, la necesidad de consumir cada vez más energía del entorno (medio ambiente)
para mantener sociedades cada vez más complejas.
Desde hace 25 años el mundo consume más petróleo del que descubre y el tamaño de los nuevos
descubrimientos empezó a disminuir en los años sesenta. Los recientes descubrimientos en aguas
profundas del Golfo de México y Brasil son grandes, pero no cambian demasiado esta tendencia. Hoy el
mundo consume alrededor de 86 millones de barriles diarios y se calcula que para 2030 esta cifra
alcanzará los 130 millones, pero nadie sabe de dónde saldrá ese petróleo, y la discusión pasará no por el
precio sino por quién tiene o domina el recurso. Esto explica muchos de los movimientos geopolíticos
actuales.
Los combustibles fósiles han sido hasta ahora la base de “nuestra civilización”, pero esta nueva situación
nos plantea algunas preguntas inquietantes: ¿Puede mantenerse la civilización industrial y sus niveles de
consumo eternamente? ¿Puede nuestro planeta soportar un crecimiento demográfico como el que
estamos viviendo? ¿Podrán remplazar las ERNC al Petróleo a tiempo?
La discusión actual tiene que ver entonces, tanto con la Matriz Energética mundial, como con las
relaciones de poder que se están estableciendo a partir de las nuevas tecnologías y fuentes de Energía.
Si el año 2050 Chile efectivamente llega a poseer una matriz 100% ERNC, será la primera vez en la
historia de nuestro país, en que efectivamente seremos independientes energéticamente hablando.
Pero la discusión sobre el impacto de esa situación en la Cultura debe ser anterior, y debe sentar las
bases de nuevos modelos de distribución del poder, de la fuerza y de la energía, tanto a nivel social,
político, económico como científico, tecnológico, doméstico e industrial. Esta es la discusión más
relevante que debemos desarrollar desde hoy.
***
* Alexis López Tapia, es Investigador y Director del Programa “Energía Alterna” de Publimetro TV, Diario Publimetro.
energía.alterna.chile@gmail.com