1. Nombre: González H, Antonio M. PA: 2017-I
Maracay, Marzo 2017
UPEL-IPRAEL
Doctorado en ciencias de la educación.
LA EDUCACIÓN DE CARA A LA POSTMODERNIDAD
La llamada posmodernidad plantea que el núcleo ilustrado no es funcional en un
contexto multicultural, así mismo, sostiene que el proyecto de la ilustración del que
se alimentaron todas las corrientes de pensamiento moderno (Desde el liberalismo
hasta el marxismo) no han terminado de dar respuestas a los problemas del hombre
actual, ahora bien, ¿Cuál es el planteamiento de la ilustración que de alguna forma no
se ha concretado aún? Veamos, según la ilustración el conocimiento humano podía
combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para construir un mundo mejor;
pero, para Habermas, J. Y Lyotard, J. tal cosa no ha sido posible, en consecuencia,
la modernidad presenta fallas en sus aspiraciones por no haber logrado aún la
emancipación de la humanidad.
Ahora bien, para autores como Habermas, de innegable corte marxista, aun
habiendo fallas en la modernidad, no cree necesario hablar de posmodernidad, pues
reconoce como valiosos e irrenunciables valores como la igualdad y ciudadanía, en
todo caso lo que se debe hacer es una reinterpretación de la ilustración para seguir
avanzando hacia el progreso, ya que, a partir de las diferentes áreas técnicas y la
cultura se garantiza al hombre un futuro mejor, contrario al planteamiento de Lyotard
quien sostiene el advenimiento definitivo de la modernidad hacia la postmodernidad,
en virtud de que los metarelatos ligados al socialismo, cristianismo, ilustracionismo, y
capitalismo son incapaces de conducir a la liberación del hombre; no obstante,
sostiene Lyotard: “no se trata de promover un sistema alternativo a la modernidad, se
trata y se debe actuar en espacios muy diversos para promover los cambios, ya que
aún no han declinado definitivamente todos los metarelatos legitimados en nombre de
la emancipación del hombre, por el contrario, lo que ha habido es el triunfo de uno de
ellos sobre los demás, llamado capitalismo tecno-científico”.
Dentro del contexto anterior, Vattimo G. en correspondencia con el planteamiento
de Lyotard, quien colinda con la ideas nietzscheanas, afirma que: “ hemos entrado en
la posmodernidad, algo así como una especie de <Babel informativa> donde la
comunicación adquiere un carácter central”, en tal sentido, la postmodernidad, para
2. éste, abre el camino hacia la tolerancia, hacia la diversidad; no obstante, en este punto
bueno es tener presente al mismo Nietzsche cuando nos habla de la verdad de poder,
esa verdad fabricada que termina silenciando a las demás, en razón de que quienes
controlan los medios informativos terminan por imponerlas , ahora bien, en virtud de
lo antes dicho, uno pudiera preguntarse: ¿Es realmente la posmodernidad un terreno
fértil donde la educación puede cosechar buenos frutos?
Pues bien, frente a multiplicidad de opiniones, no es tarea fácil responder la
pregunta anterior, sin embargo, el planteamiento mismo, obliga a fijar posiciones
frente al fenómeno de carácter postmoderno, así se tiene que, quienes critican el
pensamiento moderno padecen de lo que critican, ya que, la llamada posmodernidad
tampoco ha sido la panacea a los problemas que confronta el hombre posmoderno,
porque contrario al superhombre propuesto por Nietzsche, éste, el posmoderno no ha
logrado “…transponer la esencia del que ha sido hasta ahora, de su verdad…”, todo
lo contrario, ha caído en un desencanto, renuncia a las utopías, cree en el progreso
individual, ha cambiado el orden económico por uno de producción de consumo, cree
en nuevos ídolos que duran hasta la aparición de algo novedoso, renuncia a ideologías
y exalta su imagen, está impregnado de excesiva información contradictoria, ha
perdido su intimidad frente al show mediático basado en la vida de los demás,
cuestiona las grandes religiones, desmitifica los grandes líderes, se comunica
despersonalizadamente a través de las redes sociales, entre otras.
Frente al panorama antes descrito, cabe preguntarse: ¿Qué papel debe desempeñar
la educación de cara a la propuesta posmoderna? Sin lugar a dudas, una educación de
espalda al desarrollo del pensamiento crítico estará condenada al fracaso, y más aun,
cuando lo que justifica la existencia de instituciones educativas es precisamente la
formación de ciudadanos actos para el ejercicio de una vida en democracia, activa,
participativa, protagónica, como agentes de transformación social (Caso legislación
venezolana, fines de la educación), en atención a ello, cualquier sistema educativo
debe abrirse hacia una nueva ontología como la propuesta por Heidegger quien
sostiene que es necesario escuchar los mensajes que provienen de otros, de otras
épocas, de los lenguajes especializados, pero también de aquellos no visibilizados por
otros grupos en nombre de una supuesta superioridad intelectual.
Del cuadro de reflexiones anteriores, se desprende que: aquí no se trata de lo que
propone Rorty, R. en su filosofía del espejo y la naturaleza, sobre que “el hombre
debe concentrase únicamente en cómo se las arregla en la vida cotidiana, y no en las
conclusiones a las que llega teorizando”, tampoco se trata de creer que sólo hay que
rendir culto a lo dionisíaco en detrimento de lo apolíneo, como sugiriera alguna vez el
propio Nietzsche, ni mucho menos se trata de pensar que alguien deba entregarse a la
3. ligera en una ataraxia estoica inspirada en el pitagorismo, en detrimento de los
términos medios propuestos por Aristóteles, de lo que se trata es de mediar entre dos
posturas teóricas llamadas modernidad y posmodernidad ( indistintamente de si tales
concentos describen mejor o no la realidad de una determinada época) para tratar de
reinterpretar al hombre en su condición de humano despojándolo con ello de intereses
mezquinos que en nada lo enaltecen, en este sentido cabe preguntarse: ¿De qué sirve
un hombre letrado, de amplia sapiencia numérica, versado en filosofía y derecho,
entre otras áreas del saber científico, si ese mismo hombre poco sabe de lealtad,
compañerismo, solidaridad, empatía, honestidad, paz, justicia, amor, tolerancia, entre
otros valores no menos importantes?
Lo antes expuesto es de sumo interés, pues, una educación sin valores es de poca
utilidad social, de que sirven los adelantos tecno-científicos si los mismos son
utilizados contra la misma humanidad, de que sirven los adelantos en medicina, si a
diario mueren muchos por no tener acceso a los servicios médicos, de que sirve que
existan leyes que versen sobre los derechos del hombre, si la desigualdad en el mundo
es cada vez más pública y notoria, y por ese jaez pudiésemos agotar millones de
páginas escritas hablando de la no pertinencia del discurso tanto moderno como
posmoderno, pues, se dice una cosa y otra se hace, es el doble discurso que ha
gobernado la existencia del mortal más que su propia epistemia.
En síntesis, educar para la liberación del hombre pasa por invitarlo a pensar a
pensar en lo pensado de su pensamiento (Metacognición), pues, no basta con predicar
un canto, un poema sobre la libertad, la igualdad, la justicia, la paz, entre otros
valores, si tal predica no se materializa en hechos concretos, y para que esto último se
convierta en realidad, es necesario que el sistema educativo se desprenda del tutelaje
financiero al que ha sido sometido por quienes ,de alguna manera, ostentan el poder,
no sólo para perpetuarse en el mismo, sino para controlar a las mayorías con fines
políticos en detrimento de su libertad de pensamiento, en tal sentido, cualquier
sociedad responsable deberá luchar para alcanzar la autonomía educativa, así como
tender a la autogestión con el firme propósito de evitar las manipulaciones de quienes
la financian porque ven en ella un medio para lograr fines personales, y no como un
fin en sí misma para lograr la emancipación del hombre.