La juventud es una etapa crucial para el desarrollo del espíritu inmortal según la doctrina espírita. Es un período de definiciones, elecciones y oportunidades para el autoconocimiento que ayudará al espíritu a progresar. La educación espírita ofrece un ideal de vida y explica que el espíritu es eterno, lo que motiva al joven a tomar decisiones armonizadas con las enseñanzas cristianas.
3. “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos.
Contradicen a sus padres, devoran su comida,
y le faltan al respeto a sus maestros.”
.
Sócrates (470 AC-399 AC) Filósofo griego.
4. El concepto de juventud, un término que deriva del
vocablo latino iuventus, permite identificar al periodo que
se ubica entre la infancia y la adultez.
5. Esta importante fase del desarrollo humano se
divide en diferentes etapas, a saber:
Pre-adolescencia: comprende desde los 11 a los 14
años aproximadamente.
Adolescencia: de los 14-15 a los 18-19 años.
Juventud propiamente dicha: de los 18 a los 25 años.
7. Pre-adolescencia y adolescencia
Desarrollo tendencial:
Tiene necesidad de seguridad
pero a la vez una necesidad de
independencia de sus padres.
Esto hace que despierte la
necesidad de libertad, de ser
independiente y libre; para ello
emplea la desobediencia como
una necesidad.
8. Desarrollo afectivo:
Gran intensidad de emociones y sentimientos.
Hay desproporción entre el sentimiento y su expresión.
Las manifestaciones externas son poco controladas y se traducen en tics
nerviosos, muecas, refunfuños, gestos bruscos, gritos extemporáneos.
Pasa con facilidad de la agresividad a la timidez.
Desarrollo social:
Creciente emancipación de los padres.
Busca la independencia pero a la vez busca protección en ellos.
Se da mutua falta de comprensión (con sus padres)
Tiene necesidad de valorarse, de afirmarse, de afiliación y de sentirse
aceptado y reconocido por los de su entorno.
Su principal interés son las diversiones, el deporte, etc.
Desarrollo sexual:
Tendencia a la separación entre chicos y chicas.
Gran curiosidad por todo lo relacionado con la sexualidad
9. Desarrollo
social:
Va pasando de
la heteronomía
a la autonomía.
Desarrollo religioso: En la
adolescencia se pone en
movimiento exigencias particulares
como el encuadramiento del
propio yo en un mundo que tiene
un sentido absoluto.
El grupo de compromiso en la fe
ahonda la religiosidad del
adolescente y lo abre a los demás.
10. Es también la edad de los
ideales. El ideal es un
sistema de valores al cual
tiende por su
extraordinaria importancia.
El adolescente descubre
estos valores y trata de
conquistarlos para sí y para
los demás.
11. En el adolescente sobresalen los siguientes motivos:
Necesidad de seguridad: Se funda en un sentimiento de certeza en el
mundo interno (estima de sí, de sus habilidades, de su valor
intrínseco, de su equilibrio emocional, de su integridad física) y
externo (económica, su statuts en la familia y en el grupo). El
adolescente puede sufrir inseguridad por los cambios fisiológicos, la
incoherencia emotiva o por la falta de confianza en los propios juicios
y decisiones.
Necesidad de independencia: significa, sobre todo, independencia
emocional, intelectual, volitiva y libertad de acción. Se trata de una
afirmación de sí.
12. Necesidad de experiencia:
Fruto del desarrollo y la
maduración que en todos sus
aspectos son dependientes de
la experiencia.
Necesidad de integración (de
identidad): Que es un deseo
inviolable y de valor personal.
Necesidad de afecto: Sentir y
demostrar ternura, admiración,
aprobación).
13. Desarrollo moral: La moral para los
adolescentes no es una exposición de
principios, ni un conjunto de
convenciones sociales; es, ante todo, un
comprometer todo su ser a la búsqueda
de la imagen ideal de sí mismo, donde
pone a prueba la fuerza de la voluntad, la
solidez de las posibilidades y cualidades
personales. Hay algunos valores morales
que ellos prefieren por ser más brillantes,
más nobles y porque exigen un don de sí
más absoluto.
El sentido del honor: sentimiento de la
nobleza y de la dignidad del hombre
frente al hombre.
La sinceridad, signo de una personalidad
que se afirma.
La valentía, motor de muchos actos
La lealtad
14. La Juventud
Es la etapa comprendida aproximadamente de los 18 a los 25 años.
Es la etapa en la que el individuo se encuentra más tranquilo con
respecto a lo que fue su adolescencia, aunque todavía no ha
llegado al equilibrio de la adultez. El joven es capaz de orientar su
vida y de ir llegando a la progresiva integración de todos los
aspectos de su personalidad.
15. En el campo del conocimiento: El joven es más reflexivo y más
analítico. Es la mejor época para el aprendizaje intelectual, porque
el pensamiento ha logrado frenar cada vez más los excesos de la
fantasía y es capaz de dirigirse más objetivamente a la realidad.
Tiene ideas e iniciativas propias, pero no deja de ser un idealista; sus
ideales comienzan a clarificarse. De ahí nace el deseo de
comprometerse.
En el aspecto moral: Los valores empiezan a tener jerarquía en la
que predomina la justicia y es capaz de distinguir lo prioritario y lo
urgente. Rechaza la imposición, no con agresividad sino con una
sana rebeldía. Asume una conciencia propia de sus actos y les da el
valor moral que les corresponde.
Su desarrollo puede desembocar en la autonomía y entonces sabrá
integrar a sus convicciones personales los valores presentados por la
sociedad, la religión, el grupo y el ambiente de trabajo o de estudio.
Nace en el joven el concepto de bien y de mal.
16. En el ámbito vocacional: Es el
momento en el que el joven se orienta
hacia una profesión, hacia el mundo
del trabajo, todo se concretiza en el
PROYECTO DE LA EXISTENCIA. Ese
proyecto es el conjunto de valores en
el que el joven crece, le da una
orientación a la propia vida y lo orienta
dinámicamente hacia el futuro.
17. En la vida afectiva y sexual: Mirando hacia atrás, un joven se ríe de sus
fracasos sentimentales, porque empieza a descubrir lo que es realmente el
amor.
La joven deja de soñar en su príncipe azul, para aceptar un muchacho como
es, e iniciar un diálogo de amor auténtico.
El amor ya no es para él o para ella un simple pasatiempo, una necesidad
social, un escape, una compensación, sino un compromiso serio y respetuoso
con la persona a quien ama. Todo esto implica que el joven es ya dueño de
sí, controla sus impulsos y así se desempeña oportunamente.
18. Su socialización: Frente a los demás, el joven actúa
responsablemente, es decir, haciendo uso de su libertad es capaz de
responder de cada uno de sus actos, de tener conciencia de lo que
dice y hace en orden a la realización del proyecto de vida. Esto
significa que el joven:
Asume la vida como tarea
Es consciente de su solidaridad con los demás
Está convencido que su vida es para los demás
Está abierto a nuevas responsabilidades
El joven va concluyendo la emancipación de la familia
mientras que se abre cada vez más a múltiples
relaciones sociales.
19. Desarrollo religioso del joven: En el joven se verifican profundas
transformaciones en el pensamiento religioso. Así, el joven
fundamenta críticamente la religión con mayor base motivacional,
pero también puede acentuar su crítica sobre determinadas formas
institucionales que se oponen al ideal de un pueblo de Dios en
marcha.
Para algunos jóvenes la visión religiosa del hombre y del mundo
puede servir de soporte a la autonomía moral.
20. La adolescencia y la juventud son fases de confrontación
y de crisis en la que el joven se cuestiona la propia
moral individual, los valores familiares y, por extensión, los
valores sociales.
22. Adquirir desde jóvenes tales o
cuales hábitos no tiene poca
importancia: tiene una
importancia absoluta.
Aristóteles (384 AC-322 AC)
23. Desde el punto de vista de la Doctrina Espírita, entendemos que, en la
juventud, el individuo ya dejó de ser niño, pero aún no es adulto. Está en otra
fase de su desarrollo, etapa difícil, marcada por cambios de orden biológico,
psicológico y social, necesita, más que nunca, orientación y amparo para
que pueda quedar bien consigo, con el prójimo y con Dios, conforme nos
instruye Kardec en las notas de la pregunta 617, de El Libro de los Espíritus.
24. Entre las leyes divinas, unas regulan el movimiento y las
relaciones de la materia inerte. Son las leyes físicas. Su
estudio es del dominio de la ciencia. Otras conciernen, en
especial, al hombre en sí mismo, así como en sus relaciones
con Dios y con sus semejantes. Comprenden las reglas de
la vida de cuerpo tanto como las de la vida del alma. Éstas
son las leyes morales.
Preg. 617, L.E, Allan Kardec
25. Teniendo en cuenta las respuestas obtenidas por Kardec, podemos
concluir que la adolescencia es, como las demás fases del
desarrollo humano, de gran importancia para el espíritu que se está
preparando para, asumir su verdadera identidad, efectuar una
verificación de sus valores individuales y definirse como ser eterno.
26. El joven es un Espíritu en fase de
desarrollo, definiciones y
elecciones. La juventud es un
período propicio para la reflexión
acerca de la vida y el
alineamiento de los objetivos
reencarnatorios, mediante los
contextos y las posibilidades que
se presentan, convidando al joven
al ejercicio del auto-conocimiento,
de la reforma íntima y el cultivo de
actitudes responsables por medio
de su libre albedrío y del
reconocimiento de la Ley de
Causa y Efecto.
27. Se identifica, en ese momento,
el benéfico efecto del estudio y
de la vivencia del mensaje
cristiano, a la luz de la Doctrina
Espirita, cuyo conocimiento
fortalece las almas juveniles
para la adecuada toma de
decisiones y para la elección
de caminos saludables y
armonizados a las
enseñanzas espíritas.
28. El Espiritismo ofrece al joven un proyecto ideal
de vida, explicándole el objetivo real de la
existencia en la cual se encuentra sumergido,
viviendo ahora en el cuerpo y después, fuera
de él como un todo que no puede ser
disociada sólo porque se presenta en etapas
diferentes.
Le explica que el Espíritu es inmortal y que el
viaje orgánico se le transforma en curso
precioso de valoración del proceso
iluminativo, liberador y placentero.
¿QUIÉN ERES
TU?
29. La acción orientadora de la Educación y su acción
preventiva evitará caídas en el error y nuevos desastres
morales. Dignificados por el conocimiento y vivencia de
los postulados espíritas-cristianos que aprenden,
enfrentan mejor los desafíos que los sorprenden, ricos de
esperanza y de paz, sin permitirse la aflicción o resbalar
en las trampas del desequilibrio, de la agresividad, de la
delincuencia.
Educar es preparar al ser
humano para enfrentar
todos los momentos y
adversidades de la vida,
de ahí la importancia de
la Educación Espírita,
basada en los postulados
del Evangelio.
30. Afecto, creatividad, movimiento, idealismo, arte e
información son algunos de los muchos elementos que
penetran el mundo del joven y que, asociados al
conocimiento espírita y a la vivencia de las enseñanzas
cristianas, contribuyen para la formación de verdaderas
personas de bien.
31. El Amor, en su total amplitud, será siempre el gran educador, el
que posee los mejores métodos para atender la búsqueda del
joven, ofreciéndole los mecanismos seguros que facilitan el éxito
en las empresas iniciadas, así como en las venideras.
32. Enseñarás a volar, pero no volarán tu
vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu
sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu
vida.
Sin embargo, en cada vuelo, en cada
vida, en cada sueño, perdurara siempre
la huella del camino enseñado.
Madre Teresa
33.
34. BIBLIOGRAFIA
El comportamiento en las etapas del desarrollo humano,
http://www.monografias.com/trabajos16/comportamiento-
humano/comportamiento-humano.shtml
Adolescencia y Vida, Divaldo Pereira Franco, Joanna de Ângelis
El Libro de los Espíritus, Allan Kardec
El Evangelio según es Espiritismo, Allan Kardec
Educar os filhos compromiso inadiável, Lucia Moysés
Imágenes INTERNET