El documento resume la evolución de la sexualidad en la antigua Roma desde la República hasta el Imperio, destacando el papel de la familia y la religión, la promiscuidad sexual durante la decadencia del Imperio, y la proliferación del erotismo en el arte, con numerosas representaciones explícitas en pinturas, esculturas y objetos.
2. La República y el Imperio Romano atravesaron por distintas
etapas tanto en su desarrollo como en su decadencia. Igual
sucedió con el modo de entender y vivir la sexualidad.
Tanto la religión como la familia ocupaban un lugar
preeminente dentro de la sociedad. Ambas instituciones
(religiosa y familiar) eran respetadas y admiradas como
valores que salvaguardar dentro de la vida cotidiana de los
ciudadanos romanos.
El modelo de familia en Roma era el patriarcal y dentro de este
modelo la mujer romana ocupaba un lugar insignificante.
3. Antes de casarse la mujer era “esclava” en el hogar
paterno, y tras el matrimonio (decidido por los padres
previamente), pasaba a someterse al marido. Su
cometido se limitaba a cuidar de la casa, procrear, criar
a los hijos y complacer sexualmente a su marido.
La extensión del Imperio Romano supuso un duro golpe
a la familia como institución, ya que las guerras fueron
causa de la desintegración de numerosas familias.
Este hecho promovió una mayor búsqueda de la
sexualidad fuera del marco del matrimonio y la familia.
4. Culminación del rito. En el centro éxtasis de Dionisio. Pompeya. Villa
de los Misterios, 70-50 a. C.
5. En la decadencia del Imperio Romano, comenzó a
reinar el caos familiar y sexual, con excesos
sexuales, desenfreno, adulterio y prostitución.
Frente a este despertar sexual, se inicia un
movimiento contrario que promueve la abstinencia
sexual y valores como la virginidad y el sexo sólo
dentro del matrimonio,
6. Comienzan a proliferar los burdeles, no sólo como
casas de placer sino como lugares para ir a charlar de
filosofía.
Las infidelidades y el adulterio pasaron a ser prácticas
sexuales comunes y cotidianas, hasta tal punto que
los divorcios se consideraban como un trámite más
dentro de la vida diaria en Roma.
La homosexualidad no estaba mal vista: “ los jóvenes
procuraban un placer tranquilo que no trastornaba el
espíritu, mientras que la pasión por una mujer sumía
al hombre libre en una dolorosa esclavitud” (P. Ariès y
G. Duby).
8. Como reacción contraria a esta promiscuidad sexual, aparece una corriente
filosófica proveniente del estoicismo y el neoplatonismo, que ensalza una
nueva espiritualidad que afecta a la vida sexual de las personas.
Se reconoce la práctica amorosa en el marco del matrimonio, animando
a los jóvenes a llegar vírgenes al matrimonio.
Marco Aurelio (emperador y filósofo) afirmó no haber intimado sexualmente
con ninguno de sus esclavos (tanto hombres como mujeres) además de:
“…haber salvaguardado la flor de su juventud, no haber ejercitado
velozmente su virilidad e incluso haber retrasado precozmente su
virilidad…”.
Dentro de esta corriente que se difundió a lo largo del s. II, los médicos
aconsejaban el ejercicio físico (la gimnasia), así como la lectura, el estudio
de la filosofía, y el abstenerse de la masturbación (aunque reconocían que
no era nociva para la salud, consideraban que provocaba un desarrollo
sexual demasiado precoz).
10. La conquista de los países mediterráneos aportó las diferentes libertades de
cada civilización y las manifestaciones exteriores del lujo. Roma amalgamó
las herencias más diversas: fenicia, egipcia, judía, griega. Las prohibiciones
cayeron una tras otra. El poder social de la familia quedó intacto, pero
individualmente cada cual disponía de una libertad casi total, con un espíritu
de tolerancia digno de los maestros de Atenas.
Después del período antiguo de prostitución sagrada, se instaló la
prostitución pagana. Lentamente se borraron los límites entre la mujer
honesta y la mujer galante. Por comodidad de lenguaje se clasificaba a las
cortesanas (meretrices, mantenidas) y a las prostitutas (lupae, fornicadoras
o bustuariae). En realidad Roma se transformó en un inmenso escenario
donde el gozo físico era el fin supremo. Aun antes de lo que se llamó la
“decadencia imperial”, Roma se complacía en toda la gama del erotismo y
su contribución a los clásicos del amor es enorme, aunque se quiera
silenciar a Ovidio
Mesalina no es sino un caso anecdótico de neurosis sexual delirante
13. Casa de los misterios
Ménade danzante,
Villa de los Misterios,
Pompeya
14. La lectura del ritual.
Pompeya. Villa de los
Misterios, 70-50 a. C.
15. Se han hallado numerosas pinturas y esculturas
sexualmente explícitas en los edificios romanos en
ruinas de Pompeya y Herculano, si bien el propósito
original de estas representaciones puede cambiar.
Por una parte, en la «Villa de los Misterios» hay una
escena de flagelación ritual que está claramente
relacionada con un culto religioso, por lo que puede
considerarse que esta imagen tiene una importancia
más religiosa que ritual. Por otra, las pinturas
explícitas en un burdel publicitan servicios sexuales
en murales sobre cada puerta
39. 'La Maja': Vasija de barro de paredes finas en la que el alfarero
Verdullus moldeó en el siglo I dos escenas sexuales con sendas
inscripciones en latín popular («Quantu mea senectus indicat
hoc more util belli sumu est» y «In genucubis Naticosa coleos
franci»).Museo de la Rioja- España
40. 'La Maja': Vasija de barro de paredes finas en la que el alfarero
Verdullus moldeó en el siglo I dos escenas sexuales con sendas
inscripciones en latín popular («Quantu mea senectus indicat
hoc more util belli sumu est» y «In genucubis Naticosa coleos
franci»).Museo de la Rioja, España
41. Los paralelos entre la
sexualidad humana y la
animal fueron descritos en
escenas bestiales en los
muros de los templos
romanos en honor de Príapo,
y una famosa escultura
encontrada en pompeya
(ahora en el Museo Y galería
Nacional de Capodimonte,
Nápoles) muestra a pan
copulando con una cabra. El
escultor inglés Joseph
Nollekens hizo una copia en
terracota (Londres, museo
Británico) mientras vivía en
Nápoles en la década de
1760.
47. Lucerna con escena de
acrobacia erótica. Pompeya,
Herculano, s. I d. C.
48. Se descubrió en las
excavaciones del muelle
romano de la calle Tadeo
Murgia (Irún, España).
Sólo ha conservado la
parte superior, en la que
se concentran las
peculiaridades de la
pieza. Es del modelo de
volutas y tiene asa. La
representación trata dos
personas en el lecho
mientras mantienen
relaciones sexuales.
67. En Pompeya se hallan falos y testículos grabados en las aceras para ayudar a
los visitantes a orientarse en dirección al distrito de prostitución y
entretenimiento, además de como decoración general. Los romanos
consideraban las representaciones sexuales de buen gusto, y de hecho las
pinturas reflejan las buenas costumbres y prácticas sexuales de su cultura,
como en el caso de la copa Warren. Los actos sexuales que se consideraban
tabú (como los que profanaban la pureza de la boca) se representaban en las
termas buscando un efecto cómico.
68. Fresco de un
dormitorio de
Pompeya.
Polifemo y
Galatea
71. Atalanta extendía
sus piernas sobre
la espalda de
Milanione ; si
hermosas tienes
las piernas debes
hacerlas admirar
de este modo.
Ovidio, Arte
amatoria, 111
775-6
Museo Nacional
de Nápoles
96. Woman, painting a statue of Priapus. Roman fresco from the
Casa del Chirurgo (VI 1, 7-10-23) in Pompeii
97. Figuras que describen al dios de la fertilidad, Príapo, se
vieron favorecidas por los muy supersticiosos romanos,
que consideraban tales imágenes fálicas como
poderosos talismanes. Pruebas abundantes de tales
creencias se encuentran en las ruinas de Pompeya,
destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 d. C.:
los ejemplos incluyen amuletos y colgantes de la
buena suerte en forma de falos con alas y patas traseras
con campanitas a ellos unidas (Londres, Museo
británico). Las lámparas domésticas tenían colgantes en
forma de falos, y las mesas estaban sostenidas por
figuras itifálicas. Con frecuencia los suelos de mosaico
estaban pintados con un falo, y tales imágenes se
incorporaban con frecuencia a los muros, y también en
las lápidas
98. Pintura pompeyana
Fresco de Príapo pesando
su miembro en una balanza
contra la ganancia obtenida
de sus campos (casa de los
Vettii, Pompeya).
110. Los objetos inherentes a los rituales
religiosos de origen oriental tuvieron
gran fortuna en Pompeya, hablamos del
"Tintinnabulum" o sea de campanillas
que a la par del phallo o miembro,
tenían el poder de evitar el mal de ojo
de casas y bodegas o de asegurar
buenos negocios a los que los colgaban
en sus tiendas.
Nace así una nueva decoración con una
cabeza central representada por el
miembro y alrededor toda la serie de
campanillas. Además de la función
misteriosa y decorativa se unió aquella
otra práctica que utilizaba estos objetos
con funcion de linterna.