1. La envidia es un término confuso y ambivalente los franceses la traducen como
“tener deseos de“, o también como “sentirse mal por el bien ajeno”, desde los
orígenes de la tierra se habla ya de este sentimiento, también se define como lo
que el sujeto desea en el otro es siempre su deseo propio, pero no lo sabe.
Las sociedades holistas dependen de un sistema de jerarquías que da a cada
individuo un lugar fijo en un orden general. Mientras que en las sociedades
individualistas se da cierto igualitarismo. Según este autor existen tres dificultades
para el estudio de la envidia que son: 1)Para existir no necesita manifestarse 2) La
vergüenza de sentirla 3) La inteligencia de los envidiosos para ocultarla. La envidia
implica dolor por el bien del otro, o bien disfrute por el mal ajeno.
La historia nos ha demostrado que un político no necesita mencionar la palabra
envidia, para mostrarse envidioso, con solo calumniar a sus rivales, la nefasta
ambición queda allí asentada. La vergüenza que implica admitir la envidia tiene
dos razones una es psicológica y otra es social.
Durante la Edad Media, el orden existente daba una jerarquía a esa sociedad tal
que mantenía a la envidia bajo control, solo los ambiciosos comerciantes fueron
capaces de cambiar ese orden, para esto es fundamental el control por parte de la
iglesia, es decir la complicidad entre el Estado y la Iglesia para mantener el orden
existente, no obstante este sistema de control entró en crisis, con el fracaso de las
cruzadas, la guerra de los cien años y la peste negra, mostraron lo ineficaz del
viejo orden y dieron paso al Renacimiento.
Durante el Renacimiento se difundieron las actitudes individualistas y la fusión de
clases comenzó a sustituir el antiguo orden medieval, entonces la envidia empezó
a dominar la escena política, fue en Italia donde mostró su brutalidad al extremo,
al mismo tiempo surgió otra fuerza que contuvo este embate, el narcicismo, que
influyó tanto en artistas como en comerciantes y políticos, frenando el egoísmo
ambicioso.
Más adelante se ve como las potencias Europeas tratan de frenar el poder de
España, a través de la piratería, debido a la envidia que representaba el
descubrimiento de los nuevos territorios, ricos en tesoros y piedras preciosas.
Pero fue la iglesia la que repartió el nuevo mundo entre españoles y portugueses
esto debido a compromisos políticos adquiridos anteriormente con el papa
católico. Cuando los gobernantes se dieron cuenta de las grandes riquezas a
cumuladas por la Iglesia los gobiernos protestantes comenzaron a expropiarla.
Con el crecimiento de las ciudades apareció una nueva amenaza, las oleadas de
pobres, con el dinero en pocas manos el viejo orden ya no funciona, para evitar
revueltas sangrientas y apaciguar la envidia, se aísla a los ricos, y se amplía la
2. caridad, elevarla a la categoría d prioridad social y política. Por cierto la Iglesia
inventó la idea de las limosnas para hacerse de recursos.
Posteriormente la iglesia hizo que la sociedad buscara un chivo expiatorio, alguien
que pagara por todas las desventuras que estaban pasando y lo encontró en la
mujer, así es las iglesias hicieron de las féminas su chivos expiatorios favoritos,
convirtiéndolas en brujas, culpándolas de manipuladoras, objeto de lujuria y
competencia entre los hombres.
El debilitamiento de la religión y la quiebra del orden desencadenaron la envidia de
los diferentes sectores. Desde de la época Renacentista aumento la redistribución
de la caridad, las leyes de pobres, los hospicios y otros mecanismos para atenuar
la furia de los miserables, estos mecanismos ayudan a reducir el odio pero no
suprimen la envidia.
Durante el siglo XVII la religión era el centro de la sociedad, la envidia seguía
siendo vista como un mal de ojo, en este tiempo los comerciantes y banqueros
seguían acumulando enormes fortunas, decía La Rochefoucauld, “no tanto nos
atormenta el deseo de llegar a ser felices, como el de hacer creer que lo somos”.
E filosofo español Francisco de Quevedo decía; “El hombre es envidioso por
naturaleza”, “Se envidia al dichoso, no a la dicha”. Los filósofos de esta época
planteaban ya la posibilidad de manipular la envidia con fines políticos.
La suma de envidias se entrelazan y alimentan unas a otras y provocan la guerra
de los treinta años, donde la envidia hacia el enemigo es a veces superada por la
envidia entre los aliados, la guerra de los treinta años es la última de las guerras
de religión y la primera de las guerra políticas, tras el fin de esta guerra, las
nuevas naciones utilizan descaradamente los mecanismos de la envidia para
convertir al extranjero en chivo expiatorio, para competir por los recursos del
mundo bajo el pretexto de ayudar a consolidar o pacificar un país.
La guerra civil Inglesa se da por los desacuerdos y envidias entre la nueva
burguesía y la vieja nobleza. Por si fuera poco la crisis de la religión vuelve aún
más incontrolable a la envidia, los católicos fueron los chivos expiatorios de los
protestantes ingleses, los persiguieron los encarcelaron y les quitaron sus
propiedades, con el mismo pretexto que los católicos usaron en contra de sus
adversarios la persecución religiosa.
Durante el siglo XVIII tanto Inglaterra como Francia intentaron extender a todo el
continente los primeros la anglofobia y los segundos la galofobia. La crítica a la
religión estaba relacionada con el ataque al clero, la envidia hacia los aristócratas.
El odio, la envidia y los conflictos reinaban en la sociedad campesina, la escasez
3. de alimentos entre los campesinos franceses provocaba actitudes brutales y era el
origen de la competencia y la envidia, la historia de la Cenicienta es un paradigma
de esta situación. Se manifestaba mucha envidia en los ataques contra el clero, se
encuentra en la literatura francesa informes sobre los excesos de sacerdotes,
obispos y monjes.
La ley francesa excluía a los protestantes de los cargos públicos, les impedía ser
abogados, médicos, etc., si no habían sido bautizados no tenían derecho civil
alguno, sus hijos eran ilegítimos, los hombres sorprendidos en tales oficios eran
castigados de por vida. Voltaire lucho toda su vida contra los excesos de la iglesia
y el Estado. El clero Francés obtuvo un edicto que hacía de cualquier ataque
contra la iglesia un crimen cuyo castigo era la pena de muerte, más tarde la
revolución Francesa incluyo la libertad de culto.
En América el gobierno francés por envidia y ver arruinados a los Ingleses,
patrocinaron a los insurgentes de las trece colonias, los rebeldes triunfaron y los
franceses gozaron la derrota británica.
Son muchos los factores que influyeron en la modernización de las economías
inglesa y francesa, las guerras, la legislación, los inventos, etc. Pero los factores
más interesantes son la monetización, la ambición y el consumismo pues juntos
hacen el coctel de la envidia, los negocios eran más poderosos que cualquier
moral o ley, se hacían fortunas con el contrabando la piratería y la venta de
esclavos.
La moral relajada y el individualismo dominaban a las poblaciones de Paris y
Londres, la prostitución aparecía en todas las clases sociales. La historia
demuestra como los periódicos y panfletos han sido utilizados para obtener un
opinión favorable de la gente, también se han utilizado al contrario, para agitar a la
gente en contra de algo o alguien, los medios pueden ser usados para evadir o
bien para azuzar la envidia. En Inglaterra los medios de comunicación se
convirtieron en un espacio ideal de las rivalidades envidiosas entre los partidos.
El hombre quiere estar en el lugar de otro, pero esto se puede convertir en
compasión o envidia, después del siglo XVII los ingleses construyeron un sistema
político para dirimir sus diferencias y canalizar sus pasiones. En Inglaterra el
equilibrio de poderes y la civilidad por la competencia en el poder, hicieron de la
envidia un elemento siempre presente.