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ESCUELA DE ENSEÑANZA MEDIA Nº 436 “ JUAN MANTOVANI”
POSTÍTULO : TRANSFORMACIÓN DE LA ESCUELA SECUNDARIA
Grupo de trabajo: Arnesi, G.; Capoulat, L.; Contreras, S.; Dulong, A.; Eydallín; M.;
Inchaurraga, V.
Autora: Denise Najmanovich
DIMENSIONES DE LA CORPORALIDAD
Nuestra cultura tiende a disociar el cuerpo y el alma, lo corporal de lo biológico,
la persona de la comunidad, y al aislarlo el cuerpo se fue aislando el alma.
Por ello, nuestra experiencia corporal es multidimensional y debemos abrirla para
comprender la relación entre esas distintas dimensiones: cuerpo afectivo, físico
relacional, social biológico y pensante. Resulta imposible expresar una experiencia
sólo a través de una dimensión corporal, ya que no abarca solamente las partes del
cuerpo sino que las experiencias nos afectan globalmente.
Podemos experimentar de muchas maneras nuestra interacción con un objeto
o suceso según muchos criterios diferentes. Este modo de disociar y compartimentar
no es propio de la naturaleza humana, sino que es propio de la cultura de cada tribu o
pueblo.
Es imprescindible soltarnos de la concepción mecanicista para poder pensar la
multiplicidad de lo corporal y sus transformaciones en el vivir.
Las dimensiones de la experiencia corporal “ no son integrables” en un único cuerpo
de conocimiento ya que representan diversas formas de interpretar las vivencias que
expresan las diversas formas en que somos afectados en nuestra interacción con el
mundo. Este es el resultado de nuestra complejidad.
Estas ideas se contraponen con las concepciones preestablecidas, desde la
época de Platón, donde el conocimiento se asociaba a formas de percibir, expresar,
sentir, y pensar, mientras que el renacimiento privilegió la mirada exterior y se basó en
la observación y la división.
EL CADAVER COMO REFERENTE Y GARANTE DE LA OBJETIVIDAD DEL
CUERPO
A través de la historia, observamos como fue abordado el conocimiento, desde
el renacimiento surgen las ideas de que el universo era racional, simple, ordenado y
cognoscible, posición que se contrapone con la época medieval donde el mundo se
concebía como producto de la creación de Dios.
A partir de las innovaciones científicas de la modernidad , las ciencias
comenzaron a explicar los misterios de la naturaleza a través del uso de la razón, es
allí entonces cuando la naturaleza pierde su sacralidad y por lo tanto el cuerpo
humanos también ( las disecciones cadavéricas permiten conocer el interior del
cuerpo).
La cultura occidental privilegió el ojo de la mente en lugar del ojo corporal,
sensible, afectivo, por ello el sujeto, el cuerpo, la sociedad y la naturaleza no son
vistos como un todo, perspectiva que prevalece , especialmente en los espacios
curriculares de la escuela secundaria.
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DESTORCER EL GIRO CARTESIANO
Nuestro conocimiento del mundo no es un reflejo de la realidad sino una mirada
y modo de dar sentido a lo que vivimos, donde las experiencia no pueden remitirse
solamente a las experiencias biológicas, sino que son el resultado de la forma de vida
humana: biológica y cultural.
El ilusionismo moderno tuvo una visión parcial de la realidad y no total como
pretendía, por ello Descartes separó al hombre de su cuerpo y lo enfrentó a al
naturaleza. El alma se independizó del cuerpo, paradójicamente, el sistema cartesiano
supone la independencia de la razón pero al mismo tiempo pretende que se imponga
a los instintos y pasiones propias de la naturaleza.
Entonces, ¿Cómo se comunican cuerpo y mente según este enfoque?
El romanticismo continuó con el criterio dualista. Los científicos se encargaban
del cuerpo y la materia y los otros del alma. En contraposición a estas ideas, la
estética actual sugiere que somos partes indisociables.
Spinoza, propone la concepción de una red infinita de intercambios en la que
nada está aislado. Toda entidad precisa de las demás para existir.
Debemos encontrar un equilibrio entre el dualismo y el monismo. Estamos frente a
dos metáforas diferentes y no a argumentos contradictorios.
La vida tiene un carácter relativo, dinámico y multidimensional que supone
cambios, por ello el cuerpo actual no representa un arquetipo sino que dependerá de
las circunstancias que le toque vivir.
Es así como conceptos, tales como la concepción tradicional de la palabra
PODER, adquiere otros significados y la podemos sustituir por la idea de “potencia-
actividad”, que implica que todos podemos hacer algo, ya que la potencia no es lo que
debería ser, ni lo que podría ser, sino lo que se hace.
Desde esta mirada el cuerpo no es un objeto, sino un proceso de
autoproducción , un intercambio con el ambiente produciendo diferentes reacciones
cada uno, porque cada cuerpo es singular, no tiene referentes y no surge de la
comparación.
Es importante destacar aquí, lo que dice Spinoza, respeto a los modos de
existencia, todo lo que existe expresa potencia y es activo y al estar el universo
completamente entramado esa actividad es simple, interactividad, en la que todos nos
afectamos mutuamente.
Las certezas, las definiciones nos dan seguridad; lo desconocido, lo
difuso, nos da miedo.
Los abordajes contemporáneos de la complejidad intentan reconfigurar
globalmente nuestra dimensión del cuerpo para dar lugar a otras dimensiones, donde
las emociones que tienen un carácter social no son parte de la noción mecánica de la
inteligencia que está totalmente disociada de nuestra existencia corporal.
Las emociones tienen un rol fundamental en la toma de decisiones
Por mucho tiempo, el emocionar, como actividad vital fue separado del cuerpo y pasó
a ser concebido como un proceso meramente mental y perturbador.
El mundo no se nos da, lo construimos a través de una incesante experiencia,
categorización, memoria, reconexión de nuestras emociones y percepciones que
tenemos de nuestras experiencia, ya que las emociones no son una proceso
meramente fisiológico, sino que se relacionan con los vínculos.
La toma de decisiones no es un proceso puramente racional, es un proceso
modulado emocionalmente y la visión no es un proceso óptico sino afectivo y cultural.
Aprendemos a ver con otros y en un entorno dado.
En la nueva corporalidad de la últimas décadas nos encontramos con cuerpos
que se desarrollan en el intercambio permanente con su medio ambiente y se modelan
Mutuamente en los encuentros afectivos.
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Somos seres autónomos, pero ligados indisociablemente a la red activa y
afectiva que engloba al universo. Los límites de nuestro cuerpo son los de nuestra
potencia. Ampliar nuestras cartografías nos permitirá que nuestra forma de
relacionarnos con el mundo sea más grata.
ESTETICA DE LA COMPLEJIDAD
En la modernidad se concibió el conocimiento como el reflejo interno en el
sujeto, del mundo externo, al que se suponía objetivo e independiente.
De este modo, las teorías clásicas sobre el conocimiento ni siquiera se
consideran teorías, o interpretaciones, sino una descripción obvia de la forma del
proceso cognitivo “ en si”.
Fueron los antiguos griegos quienes establecieron las pautas que anclaron
férreamente al conocimiento en una disposición radicalmente dicotómica, que aún
perdura en la cultura occidental.
En los tiempos de Platón y Aristóteles existía el hombre, el ciudadano pero no el
sujeto, que va a empezar a existir recién en la modernidad, con el giro cartesiano de
la filosofía, la extensión del humanismo en la cultura, la invención del individuo en la
política, la acelerada transformación de las costumbres y las prácticas sociales.
El sujeto habría de ser el protagonista de la escena moderna, y llegó a la
concepción de un conocimiento total y absoluto, a través de una mirada
omniabarcadora y si bien admitió que esto no era posible de hecho, confió que era
concebible en principio.
Esto nos remite a los albores de la cultura occidental, cuando las
paradojas( contradicción de algo cierto) comenzaron a preocupar a los pensadores,
quienes pasaron de una estética de la representación, es decir la supuesta imagen
de representar en la mente una imagen que es copia fiel de la realidad, es decir
pensar un universo independiente que lo está pensando.
A su vez, las paradojas muestran algo irracional de un modo perfectamente
racional, y señalan el límite de la lógica clásica y del modelo representacionista.
EL PENSAMIENTO COMPLEJO EN EL BORDE DE LAS PARADOJAS
Es preciso comprender que el conocimiento es actividad y que pensar es dar
forma, configurar la experiencia, entonces se hace preciso concebir una nueva forma
de espacio cognitivo que pueda dar cuenta de fenónemos no lineales, auto referentes
y autopoiéticos implicados en la percepción y en la producción de sentidos y de
pensamientos.
La concepción del “espacio de pensamiento” que se abre con los enfoques de
la complejidad puede aceptar el desafío de un pensamiento que se vuelve sobre si
mismo sin que por eso sea en absoluto solipsista. Se trata de un nuevo tipo de
experiencia estética la del “espacio dinámico”, lo que nos permite cuestionarnos lo
establecido por el pensamiento dicotómico.
La paradoja entonces, es un “golpe”, nos provoca, nos permite cuestionarnos
lo que hasta ese momento era dado, obvio, evidente contra los límites de nuestro
espacio cognitivo. Al chocar con los límites se hace visible el territorio del pensamiento
y las dimensiones sobre las cuales construimos el edificio del conocimiento.
Estas paradojas, pueden ser pensadas como un inevitable nudo gordiano
cognitivo, imposible de desatar en las condiciones y con los modos de pensar con que
lo creamos, estas son una compuerta evolutiva porque en el espacio en que fueron
formuladas no tienen solución.
La propuesta de la autora, para una estética de los enfoques de la complejidad
es completamente diferente: es desarrollar perspectivas no dualistas de las cuales
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resulta mucho más productivo mantener la diferencia, reconocer la legitimidad en
cada ámbito, lineal y no lineal, continua y discontinua, analítica y sintética.
DINAMICA VINCULAR: EL TIEMPO FORMATIVO Y TRANSFORMADOR
El aporte fundamental que nos da el enfoque de la complejidad es el de
habilitar otros interrogantes, de gestar otra mirada sobre el mundo incluidos nosotros
en él, una estética diferentes, una praxis virtual y una ética que nos lleve a crear y
habitar nuevos territorios existenciales.
Hay nuevas configuraciones y producciones de sentido, pero en una dinámica
donde paradójicamente la tradición es antagónica de la transformación, sino condición
de posibilidad, lo que n os exige pensar en el tiempo, ( los griegos lo pensaron como
eternidad, la modernidad como progreso, con una ruptura absoluta con el pasado) la
complejidad, en cambio lleva implícita la posibilidad de una multiplicidad de
modulaciones temporales.
Si algo se mantiene idéntico a sí mismo no está en el tiempo, según Seassure
“la continuidad implica necesariamente la alteración, el desplazamiento de las
relaciones”.
Los investigadores que eligen trabajar desde un abordaje complejo enfrentan el
desafío de gestar una concepción del conocimiento en que la teoría no esté
divorciada de la praxis, los efectos de los pensamientos, ni el sujeto del ecosistema.
DESDE ESTE PUNTO DE VISTA LA COMPLEJIDAD NOS DA LA
OPORTUNIDAD DE INSUFLAR SENTIDO EN NUESTRAS PRACTICAS SOCIALES,
EN NUESTRO MODO DE CONOCER, LEGITIMAR Y COMPARTIR EL SABER.
La complejidad nos permite ver en cuanto a la emergencia del tiempo en la
producción del conocimiento, que la lógica del pensamiento clásico es olvidarse del
proceso y enfocar solo un producto.
La recursividad en cambio, es un procedimiento que nos permite focalizar en la
no-dualidad de procesos/productos, este pensamiento dinámico, en el sentido que se
le está dando actualmente al término, es aquel capaz de incluir el tiempo como
variable interna, como expresión del cambio en todas sus dimensiones. Estamos
frente a un pensamiento poiético, es decir productivo y creativo.
La complejidad puede aceptar el desafío de la fluidez, del movimiento
transformador, de la dinámica, de lo inesperado.
La diferencia crucial con la mirada de la simplicidad es el acento en el “orden
generativo”, es decir, en la dinámica de la producción de formas.
Es por ello que lo que he denominado “ensambles dinámicos” y redes fluidas
resultan los modos más característicos de la estética compleja.
LAS REDES
La forma red implica ante todo una geometría variable con un alto grado de
interconexión y posibilidades diversas de establecer itinerarios y flujos.
Toda red puede crecer, transformarse, reconfigurarse. Las redes no tienen
centro, ni jerarquías prefijadas, lo que tienen es uno o múltiples nodos donde
confluyen una mayor cantidad de interconexiones.
De acuerdo al ejemplo de Morin, la red es un movimiento en constitución que
no cesa. No es fácil pensar de este modo ya que la educación nos ha grabado a fuego
la estética de la simplicidad.
La modernidad establecía cosas que se presentaban “ya hechas” es decir
cuyas características estaban definidas a priori y eran eternas. Las formas mas
difundidas fueron la forma piramidal (de arriba hacia abajo), las formas centralizadas
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(propias de la estética disciplinaria) y la cuadriculación mecanicista (característica de
la estandarización normalizadora).
En la estética de la modernidad el único sistema concebible era el mecánico
que es un sistema cerrado y conservador.
La noción de sistemas abiertos resultó crucial para abrir las puertas, para un
pensamiento genuinamente dinámico, fue un primer paso hacia la complejidad pero no
suficiente.
La teoría General de los Sistemas estableció un “universo diverso” en
permanente formación, configuración y transformación. En él no existen elementos
aislados sino que forman unidades heterogéneas que se entretejen y se forman y
diluyen en una variedad de formas de una dinámica creativa: el juego de la vida.
Según Castoriadis, la lógica clásica es una forma de pensar que se basa en la
exclusión de la diferencia. Desde la perspectiva del pensamiento identitario toda
unidad es eterna, está absolutamente determinado y puede ser definido
unívocamente. El pensamiento no- dualista, que caracteriza a las perspectivas
dinámicas transformadoras, está fuertemente enraizado en el tiempo entendido como
creación, producción de diferencias, transformación y devenir.
Esta dinámica es característica de todos los procesos de auto-organización, a
partir de los cuales el sistema genera bordes y límites en la dinámica que lo hace
nacer y vivir.
LIMITES
Para comprender la dinámica vincular es preciso repensar el concepto de límite
, que según el pensamiento heredado, estos están entre lo propio y lo ajeno, el
yo y el otro; adentro y afuera.
Desde la mirada dicotómica el límite separa drásticamente un exterior y un
interior, no hay comunicación entre una entidad y el medio que lo circunda. Sin
embargo, sabemos bien que no son la única clase de límites que somos capaces de
concebir y vivenciar: las fronteras entre países son transitables y permeables. Ya no
estamos hablando de barreras insuperables, sino de la conformación de “unidades
heterogéneas”.
La unidad compleja logra su autonomía en la multiplicidad de los vínculos.
NODOS
Es una posición de alto tránsito, que así como se forma puede desvanecerse.
En la estética de la complejidad no hay destino: hay configuración en el tiempo. Es una
posición, en un momento dado, en una dinámica de intercambio.
CARTOGRAFIAS DINAMICAS Y TERRITORIOS EXISTENCIALES
El tránsito hacia un pensamiento complejo no implica meramente un cambio de
paradigma sino una transformación global de nuestra forma de experimentar el mundo,
de construirlos en las interacciones de concebir y vivir nuestra participación en él, de
producir, compartir y validar el conocimiento.
Desde la perspectiva de la autora, la complejidad es una meta a la que arribar
sino una forma de cuestionamiento e interacción con el mundo.
La complejidad entendida como un enfoque dinámico e interactivo, implica un
cambio en el tratamiento global del conocimiento que nos exige renunciar a la noción
de un mundo exterior independiente y a una mirada que puede abarcarlo
completamente.
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Es preciso un cambio en el tratamiento global del conocimiento. Este cambio
no implica meramente la invención de nuevos modelos y conceptos; implica una
profunda transformación de los valores y de las actitudes, de la estética cognitiva, de
las emociones y de los modos relacionales.
La complejidad, es una reconfiguración global de las formas de producir, validar
y compartir el conocimiento.
EL DISEÑO DE LA COMPLEJIDAD: REDES, CARTOGRAFÍAS DINÁMICAS Y
MUNDOS IMPLICADOS
El comienzo de este nuevo siglo nos encuentra frente a un proceso de licuación
que denota notables cambios en la epistemología y en consecuencia una
transformación paradigmática en las ciencias naturales y sociales, surgiendo la noción
de “red”.
Las redes dinámicas son fluidas, pueden crecer, transformarse y reconfigurarse, son
ensambles auto organizados que se hacen al andar. Pensar en red implica una
interconexión de los fenómenos bajo estas circunstancias.
El paradigma de la simplicidad, estilo positivista de la modernidad,
cognitivamente exige pureza y definición absoluta en contextos separados, en cambio
los abordajes de la complejidad nos dan la posibilidad de expandir, transformar o
reinventar el juego del conocimiento.
La epistemología positivista se focalizó en los productos ya terminados, el paso
de la simplicidad propia del pensamiento moderno, tanto en la ciencia como en la
filosofía, hacia el pensamiento complejo implica gestar nuevas cartografías y formas
de cartografiar en red para dar cuenta de la forma que se nos presenta en mundo en
que vivimos. Los seres humanos somos nodos de una red de permanente evolución y
estamos a su vez conformados por redes.
Estamos pasando de una concepción estática y aislada del ser, a nivel
epistemológico y oncológico, hacia una perspectiva en red, interactiva, dinámica y
multidimensional, o sea redes poiéticas, capaces de producir y crear.
La modernidad también sostuvo un estilo conceptual del pensamiento sistémico
basado en la estructuración de un cosmos mecánico, la diferencia sustancial de este
modelo con las redes dinámicas del pensamiento complejo, no se ubica en la
dicotomía analítico-sistémico, sino en destacar que la modernidad instituyó un enfoque
esencialista-determinista mientras que en la actualidad esta en plena expansión un
abordaje emergente, dinámico y no lineal.
Zygmundt Bauman considera que estamos viviendo en el tiempo de la
modernidad líquida, por su fluidez, totalmente opuesta al estado de rigidez sólido de la
anterior.
Las ideologías, las teorías y los paradigmas, tenían visiones solidificadas,
uniformes y simples para dar sentido a un mundo que se percibe cada vez más fluido,
complejo y diverso, donde el fundamento se comienza a dudar.
Los enfoques complejos se caracterizan por tener un pensamiento fluido, capaz
de adoptar diversas configuraciones sin llegar a la rigidez del cristal y sin
desvanecerse como el humo.
El conocer, como interacción multidimensional, surge del encuentro múltiple y mediado
de los seres humanos con el mundo al que pertenecen en un devenir sin término, por
lo tanto, todo conocimiento es una configuración actual del mundo producida en la red
de interacciones e intercambios.
Los enfoques dinámicos aplican la noción de red, configuración y organización
como infinitos vínculos entre el objeto, el cuerpo, la estructura, el sujeto y el
significado, donde la estética de la complejidad se manifiesta en las paradojas de
estabilidad y cambio, unidad y diversidad, autonomía y dependencia, individuo y
sistema, la red al tener una geometría variable en función de la conexión y
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desconexión es la más adecuada para pensar la multiplicidad de configuraciones que
se producen a través de los intercambios. Aquí el pensamiento dinámico al ser
interactivo permite construir categorías como: ser en el devenir, unidad heterogénea,
autonomía dependiente o sujeto entramado, donde los grupos opuestos conviven
enredados en un proceso de configuración activa y temporal.
Algunos supuestos básicos:
- Lo que ha de ser considerado parte y lo que será concebido como sistema,
dependerá del modo de interrogación que se use.
- Siempre encontraremos patrones de interacción en red y nunca unidades
elementales.
- Nada puede explicarse a partir de las propiedades de sus componentes.
- El todo y las partes no son unidades terminadas ni definidas en sí mismas, sino
que existen como redes dinámicas.
- Los sistemas naturales son abiertos y están en continua configuración activa
debido al intercambio con el medio, el cual también es activo, afectando a
todos los que participan en él.
- El sistema dinámico surge de la interacción en múltiples dimensiones de la
dinámica de redes, y se caracteriza por tener una autonomía ligada,
paradójicamente su autonomía depende de lo fecundo que sea el intercambio
con los otros.
- Si concebimos al universo como una red de interacciones, y no como conjuntos
de átomos en el vacío, la libertad no es independencia, porque esta significa
aislamiento y muerte.
- Las ligaduras con el medio en el universo entramado, dan las condiciones de
libertad, la cantidad, variedad e intensidad de los lazos definen los grados de
libertad del sistema.
- En la concepción de sistemas complejos dinámicos de un mundo entramado,
no tiene sentido preguntarse por la causa de un acontecimiento, dado que no
se puede aislar factores o cadenas causales lineales, en lo espacial y temporal.
Sólo podemos preguntarnos por las condiciones de emergencia que hacen
lugar al acontecimiento y al azar, rompe con la linealidad del tiempo y da
cuenta del aspecto creativo de la historia, apuntando a la comprensión y no a la
predicción exacta. Por lo tanto ningún análisis puede agotar el fenómeno
pensado desde una perspectiva compleja.
- Si la organización surge a partir de una dinámica de intercambio, no hay
jerarquías preestablecidas, pues las redes son de naturaleza heterárquica y
adhocrática.
Un sistema dinámico organizado es la resultante de un proceso de interacciones
de redes que genera sus propios bordes y producen una unidad autónoma, esta
unidad sistémica sólo existe debido al intercambio permanente con el medio ambiente
del que forma parte.
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Las diversas epistemologías de la modernidad, conciben el conocimiento como
representación; o sea, como una imagen del mundo reflejada en el interior de un
sujeto abstracto, cuya cultura e historia sólo son ornamentos de un proceso cuya
esencia es siempre igual.
En los abordajes de la complejidad el conocimiento es concebido como un proceso
de interacción de los sujetos con el mundo, que nunca es individual sino social y
mediado por nuestra biología, cultura y tecnología.
Antes llamábamos estructura de la organización a una red de interacciones cuyas
configuraciones estaban preestablecidas y conceptualmente instituidas. Aquí la
organización aparece como un entramado multidimensional de redes con distintas
dinámicas de cambios o mutaciones en sus transformaciones.
La ciencia moderna instituyó un pensamiento basado en sistemas cerrados,
estructuras y unidades elementales, todos concebidos como modelos ideales,
esencias desde un a-priori, más allá de la historia. Los enfoques dinámicos complejos
nos hacen pensar en términos de configuraciones: sistemas complejos evolutivos,
estructuras divergentes, redes, constelaciones, etc., donde todas las redes son
temporales, nacen viven y mueren.
El la unidad heterogénea formada por una dinámica de interacciones, los
conceptos han mutado el modo de establecer límites, cambiando la concepción de lo
que es la definición. Acorde al modelo de pensamiento que hemos heredado, el límite
marca oposiciones insalvables como el yo y el otro, lo propio y ajeno, adentro y afuera,
con una mirada dicotómica que separa drásticamente, llamados límites-limitantes.
En el enfoque de redes, las distinciones emergen, se sostienen y cambian a
partir de los intercambios en la red, donde los bordes son permeables y mutables
producidos en una dinámica que va formando límites habilitantes, como interfaces
mediadoras entre sistemas de intercambio en un proceso de dinámica vincular auto-
organizadora.
La forma red implica una geometría variable con alto grado de interconexión
para establecer flujos que no tienen recorridos ni opciones predefinidas.
Bajo esta perspectiva las redes conforman la organización y la organización es la
forma configurada por la red, el sistema organizado existe como proceso en el tiempo
y no como un producto.
Según Castoriadis C. (1994)”Un magma es aquello de lo que se puede extraer
(o en lo que se puede construir) organizaciones conjuntistas en número indefinido pero
que no puede ser nunca reconstruido (idealmente) por composición conjuntista (finitas
o infinitas) de esas organizaciones”. Este aspecto magmático del universo implica una
no definición, dado que contiene infinidad de formas posibles, por lo tanto es
compatible con la noción del universo como redes dinámicas en interacción donde
surgen infinidades de configuraciones posibles.
El pensamiento complejo nos permite disolver la paradoja del magma y las
formas, porque nos permite ver lo instituido y lo instituyente, lo que se está
configurando y deshaciendo como parte de un proceso evolutivo de un universo que
esta en actividad perpetua, donde la actividad transformadora de las redes dinámicas
corresponden al aspecto magmático de toda realidad y por ende es siempre
instituyente.
Toda organización social, discursiva, biológica o física tiene una forma
instituida que está siempre en transformación, dado que la vida es intercambio y no
puede evitar la actividad instituyente.
En síntesis, para poder pensar en red es necesario desarrollar una estética
vincular con ella, porque la dinámica de redes nos permite construir un modo de
conocimiento fluido, capaz de albergar múltiples mundos en otro abierto a los
intercambios.
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A MODO DE CONCLUSIÓN
Como docentes, que estamos involucrados en este proyecto de transformación
de la escuela secundaria, creemos que debemos reformular nuestra concepción de la
corporalidad para no encasillar alumnos/as en un cuerpo meramente biológico, físico
o pensante, de manera aislada sin la interrelación de estos tres aspectos.
La nueva cartografía de la corporalidad apunta a que podamos incluir dentro
de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje todo aquello relacionado con las
emociones, o sea las dimensiones del cuerpo: social, afectivo relacional, ya que
las emociones son fundamentales en la toma de decisiones de todo aquello que
resulta significativo en la vida cotidiana de los jóvenes.
Si consideramos y valoramos las prioridades de los alumnos, las culturas
juveniles, sus intereses, las formas de vincularse con el contexto social , su dominio
de las nuevas tecnologías, encontraremos el punto de partida para acaparar el interés
de quienes son los principales destinatarios de los adolescentes y poder, así construir
un nuevo modelo de aprendizaje motivador y significativo que logre hacer de la
escuela un lugar placentero y motivador de sus aprendizajes.
Desde esta mirada, las funciones de las/os docentes se modifican, porque no
son los únicos transmisores de conocimientos , sino que comparten saberes, culturas,
afectos y valores que constituyen el currículo oculto presente en las instituciones
escolares.
Creemos entonces que el desafío de la complejidad aquí desarrollado, es
imprescindible para ser compartido y aplicado conceptualmente a nuestro sistema
educativo, desde una concepción curricular integral de redes que permitan la
participación de los alumnos en la construcción de sus propios proyectos de vida,
priorizando el aprendizaje de contenidos sustanciales interrelacionados acordes al
nivel, desplazando los afamados derechos adquiridos de quienes piensan como
empleados del estado.
Retomando, las palabras de la autora, el tránsito hacia un pensamiento
complejo no implica meramente un cambio de paradigma sino una transformación
global de nuestra forma de experimentar el mundo, de construirlos en las interacciones
de concebir y vivir nuestra participación en él, de producir, compartir y validar el
conocimiento.
La complejidad entendida como un enfoque dinámico e interactivo, implica un
cambio en el tratamiento global del conocimiento que nos exige renunciar a la noción
de un mundo exterior independiente y a una mirada que puede abarcarlo
completamente.
Es preciso un cambio en el tratamiento global del conocimiento. Este cambio
no implica meramente la invención de nuevos modelos y conceptos; implica una
profunda transformación de los valores y de las actitudes, de la estética cognitiva, de
las emociones y de los modos relacionales; desde donde mirar la difícil pero porque
la emocionante tarea de ENSEÑAR.