Como una muestra de que la violencia de género en la Educación Superior es un impedimento
para la igualdad y equidad, presentamos la investigación Violencia de género en el Nivel
Superior de la UAGro en Acapulco, (Cortés, Guevara, y Antúnez, 2013) desarrollada del 2010
al 2012. El equipo investigador estuvo formado por las integrantes del CA: Psicología Clínica
con LGAC: La psicología Clínica desde la perspectiva de Género en la Prevención y
Tratamiento de la Violencia de Género.
2. 2
VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UN IMPEDIMENTO
PARA LA IGUALDAD
Dra. Yolanda Emperatriz Cortés Dillanes
emcody@live.com.mx
M.C. Mónica Guevara Rojo
Moguero22@hotmail.com
M.C. Guadalupe Antúnez Nájera
antunez1424@yahoo.com.mx
Unidad Académica de Psicología
Universidad Autónoma de Guerrero
3. 3
Violencia de género en la Educación Superior un impedimento para la igualdad
INTRODUCCIÓN
Dra. Yolanda Emperatriz Cortés Dillanes
M.C. Mónica Guevara Rojo
M.C. Guadalupe Antúnez Nájera
Como una muestra de que la violencia de género en la Educación Superior es un impedimento
para la igualdad y equidad, presentamos la investigación Violencia de género en el Nivel
Superior de la UAGro en Acapulco, (Cortés, Guevara, y Antúnez, 2013) desarrollada del 2010
al 2012. El equipo investigador estuvo formado por las integrantes del CA: Psicología Clínica
con LGAC: La psicología Clínica desde la perspectiva de Género en la Prevención y
Tratamiento de la Violencia de Género.
La violencia de género está presente en las Universidades de distintos países y regiones, que
ha sido manifestada a través de la investigación científica internacional. Sin embargo, es poco
reconocida en las mismas universidades y en algunos casos, por las mujeres que sufren los
efectos de esta violencia. Requiere ser indagada para el diseño y aplicación de programas
para su prevención y es preciso conocer las prácticas efectivas contra la violencia de género
que están funcionado en otros contextos, con el fin de instrumentar las políticas que
la prevengan y la eliminen en las universidades que no cuentan con ellas.
Existen pocas investigaciones sobre la violencia de género en el ámbito universitario de
México, a diferencia de países como Estados Unidos, Canadá o España que la han
analizado desde hace varias décadas. Diversas universidades del mundo están efectuando
medidas de prevención e intervención, consideran que cualquier mujer que trabaje o
estudie, en estos contextos, tiene el riesgo de sufrir actos de violencia, promueven la
solidaridad entre mujeres y crean el ambiente necesario que garantiza el apoyo a la víctima.
En México, son pocas las instituciones educativas que están disponiendo este tipo de
medidas. (Mendoza, 2011)
Al centrarnos en la violencia de género en las universidades, nos ubicamos sobre las formas
de relación entre hombres y mujeres al interior de las mismas.
Partimos de la definición proporcionada por la Organización de las Naciones Unidas
(ONU, 1993) en su Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en su
4. 4
artículo 2, inciso b señala como forma de violencia contra la mujer: “La violencia física, sexual
y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el abuso
sexual, el acoso y la intimidación sexuales en el trabajo, en instituciones educacionales
y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada” (ONU, 1993: 2)
A partir de esta definición se concibe la violencia de género como problema público, y no
limitado a la esfera de lo íntimo o lo privado. Por violencia de género en las universidades
especifica Mendoza, (2011)
cualquier tipo de violencia física, sexual y psicológica perpetrada contra las mujeres
en función de su género y que se presenta al interior de la comunidad universitaria,
tanto dentro, como fuera del espacio físico de la universidad. Asimismo, por
comunidad universitaria se comprende a todos los miembros de esta institución como
estudiantes, profesorado, personal de administración y servicios. (p.35)
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la misma Declaratoria citada, instaura
en su artículo 4, inciso j
Adoptar todas las medidas apropiadas, especialmente en el sector de la educación,
para modificar las pautas sociales y culturales de comportamiento del hombre y de
la mujer y eliminar los prejuicios y las prácticas consuetudinarias o de otra índole
basadas en la idea de la inferioridad o la superioridad de uno de los sexos y en la
atribución de papeles estereotipados al hombre y a la mujer. (p.3)
La Universidad Autónoma de Guerrero, de la misma forma que muchas instituciones
educativas nacionales e internacionales ha pasado por un proceso de feminización en su
matrícula, cuenta con una población estudiantil en los diferentes niveles educativos,
periodo escolar, 2011-2012 de 66,791, de los que 36,204 son mujeres y atañe al 54% y
30,587 hombres, que representa el 46% de la población total.
En el marco del centenario de la primera conmemoración del Día Internacional de la Mujer,
el 16 de marzo de 2011, el Rector de la UAGro, Dr. Ascencio Villegas Arrizón, exteriorizó
la Declaratoria pública del Compromiso para la Transversalización del Enfoque de Género,
5. 5
reconociendo las asimetrías que predominan entre los sexos y se comprometió con la Equidad
de Género en la UAGro; en ese mismo evento se constituyó públicamente la Comisión
Universitaria para la Transversalización del Enfoque de Género (CUTEGGro), que surge
con el propósito de coordinar la construcción de los elementos que favorezcan una cultura
de equidad entre la comunidad universitaria.
La CUTEGGro construyó el documento: “Ruta para la incorporación del enfoque de género
(EG)” ratificada por el Consejo Universitario en el 2012, constituye una estrategia para la
equidad de género que admita la aplicación de medidas articuladas estratégicamente mediante
acciones afirmativas que censuren las desigualdades existentes entre mujeres y hombres,
promuevan el desarrollo profesional, la capacitación y la participación en los procesos de
toma de decisiones de forma equitativa. En los resolutivos finales del IV Congreso General
Universitario, en el 2012, se circunscribe como tema transversal la Incorporación del Enfoque
de Género.
El Modelo Educativo Actualizado y Académico de la UAGro, aprobado por el Consejo
Universitario el 19 de Julio de 2013, plantea los siguientes ejes transversales: profesional,
heurístico, teórico-epistemológico, socio-axiológico y perspectiva de género. “Para
garantizar la formación centrada en la persona, integral, pertinente, propositiva y
contextualizada, con responsabilidad social y desarrollo sustentable, tal como se señala en
el Modelo Educativo, cada uno de los cinco ejes transversales, deben ser tomados en cuenta
al elaborar los programas de estudio de las unidades de aprendizaje” (Modelo Educativo,
2013).
La Universidad Autónoma de Guerrero cuenta con pocos estudios de este tipo y los que hay
son específicos a algún tema relacionado. Se espera que los resultados de la presente
investigación ayuden en que la UAGro intervenga en la aplicación de estrategias
institucionales para la prevención, atención y erradicación de este problema en sus espacios
universitarios.
1. REFERENTES TEÓRICOS
La violencia ha estado presente en las relaciones interpersonales y sociales a lo largo de la
historia3 y se manifiesta de distintas formas: conflictos internacionales y regionales como
3 Desde 1996, la Organización Internacional de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés: The Word
Health Organization) ha calificado a la violencia como un problema mundial de salud pública, incluida
la violencia sexual y de pareja.
6. 6
las guerras, ocupaciones territoriales, invasiones, torturas; atravesando por lo más cercano a
la realidad actual mexicana, en específico Guerrero, particularmente Acapulco: asesinatos,
secuestros, robos, asaltos, violaciones. Sin embargo, la violencia contra la mujer, hoy
nombrada violencia de género, es recientemente estudiada y tratada. Su presencia frecuente
en el ámbito doméstico y privado así como en el espacio público, la comunidad, la escuela,
la nación y las relaciones internacionales entre otras, ha resultado que se perciba como un
comportamiento natural o normal característico de las y los seres humanos.
Los actos de violencia en contra de las mujeres se manifiestan en todos los lugares y son
ejercidos por diversos sujetos con quienes las mujeres establecen diversas relaciones, desde
las más cercanas como la pareja, diversos familiares, así como por desconocidos, jefes y
compañeros de trabajo; pero también por maestros, directores, novios y/o compañeros de
escuela.
El movimiento feminista, la acción del movimiento de derechos humanos, los estudios de
género, en las Instituciones de Educación Superior y en organismos especializados, han
ayudado a revelar dicha naturalización y sus contribuciones han sido fundamentales para
hacer de la prevención, la atención, la sanción y la erradicación de la violencia hacia las
mujeres, un asunto de responsabilidad pública y de Estado. Existe una mayor
sensibilización social sobre esta problemática que ocupa ya una de las prioridades de las
agendas políticas de muchos países y si bien históricamente se ha considerado un tema de
ámbito privado, cada vez más es un tema público necesario de afrontar.
A nivel internacional, la visibilización e intervención sobre el tema se desarrolló
abiertamente en los años setentas del siglo pasado, imperando en el centro de la discusión el
problema de las mujeres maltratadas o golpeadas en la esfera familiar así como las víctimas
de violencia sexual. (Ramírez, 2012)
La segunda mitad del siglo XX presenció los inicios de la construcción de la ciudadanía plena
de las mujeres en el territorio nacional: los años cincuenta con el derecho al voto; los setenta
con la igualdad entre mujeres y hombres, y los ochenta con el inicio de la atención a
la violencia sexual y familiar. En la década de los ochenta se suscitan en México cambios
legales para tipificar la violencia intrafamiliar como delitos y se crean, incluso, las primeras
agencias especializadas en delitos sexuales.
7. 7
Sin embargo, es en este siglo XXI cuando se sistematizan los esfuerzos de coordinación
para contener en el marco jurídico nacional, los compromisos internacionales, hoy
materializados en los principios de igualdad entre mujeres y hombres, de no discriminación
y respeto a la dignidad y libertad de las personas, que rigen las acciones de gobierno, en
materia del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, de conformidad con lo
señalado en la Ley General de Acceso.
Además de mecanismos internacionales, existen en México diversos órganos y
dependencias que se ocupan de la violencia de género, de su atención, prevención,
sanción y erradicación; el Instituto Nacional de las Mujeres y los Institutos estatales.
Resaltan entre estas instancias, la Fiscalía especial para la atención de delitos relacionados
con actos de violencia contra las mujeres, fundada en el 2006, como también la Fiscalía
Especial para los delitos de violencia contra las mujeres y trata de personas constituida en el
2008. Ambas agregadas a la Procuraduría General de la República. La Secretaria de
Gobernación tiene la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres (CONAVIM). Igualmente existen instancias de atención a mujeres en
las Procuradurías a nivel estatal.
Varios son los estudios que se han realizado sobre la violencia en México, sin embargo, la
Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, (ENDIREH), es uno
de los referentes importantes a nivel nacional, su objetivo es cuantificar la prevalencia de los
diferentes tipos de violencia genérica soportados en el país por las mujeres de 15 años o más
en los espacios familiar, escolar, laboral y comunitario. Los organismos organizadores, es
decir, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con el apoyo de un grupo
interinstitucional, el UNIFEM –Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres– y el
Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), han ejecutado tres grandes ejercicios
estadísticos: 2003, 2006 y 2011. Para el estudio mostramos a continuación algunos datos
relevantes.
De acuerdo con la ENDIREH 2011, en México somos 114 millones 260 mil 102 habitantes,
de los cuales, 56 millones 354 mil 505 son hombres y 57 millones 905 597 son mujeres. El
porcentaje de mujeres (sin diferencia de estado conyugal, es decir, incluyendo a las solteras,
a las unidas, a las viudas y a las separadas) que han sufrido alguna forma de violencia por
parte de sus parejas (ya sea violencia emocional, física, sexual o económica, o alguna
combinación de ellas) alguna vez en su vida: el 46.6% de las mujeres mexicanas de 15 años
8. 8
o más están en esta condición. Prácticamente todas ellas (40.6%) reportan haber sufrido
violencia emocional, lo que resulta comprensible pues toda forma de violencia presume un
componente de este tipo. La segunda forma de violencia más prevalente es la económica
(23.8%), seguida de la violencia física (13.5) y después por la violencia sexual (7.3%).
Cabe indicar que de acuerdo a las tres ENDIREH 2003, 2006 2011 hay una tendencia
decreciente que se registra en las prevalencias de los cuatro tipos de violencia de las mujeres
de 15 años y más, unidas y coresidentes con su pareja. Las prevalencias para 2011
son las más bajas detectadas en las tres mediciones realizadas por la ENDIREH.
Tabla. 1
ENDIREH tipos de violencia de las mujeres
Año
Física
Sexual
Económica
Emocional
Total
Cualquier
tipo de
violencia
2003 9.3% 7.8% 27.3% 34.5% 78.9% 44.0%
2006 10.2% 6.0% 20.1% 26.6% 62.9% 35.0%
2011 4.4% 2.8% 16.1% 23.3% 46.6% 27.9%
La tabla 1 muestra que tres de los cuatro tipos de violencia (sexual, económica y emocional)
presentan un claro patrón de descenso al comparar las tres encuestas: la ENDIREH 2003
alcanzó las más altas prevalencias para estas violencias, en tanto que la ENDIREH 2011 logra
las más bajas, con la medición de 2006 ubicándose en un punto intermedio.
Dada la precisión del patrón a la baja, cabe hipotetizar que nos hallamos ante un fenómeno
–las modalidades de violencia emocional, económica y sexual en la pareja— que se
manifiesta en franco descenso en los últimos 8 años. Para corroborar esta hipótesis tendría
que descartarse la eventualidad de que estas variaciones correspondan a efectos de
muestreo o a las reformas que ha presentado el cuestionario a lo largo de las sucesivas
ediciones de la ENDIREH. Por otro lado, la dimensión de las caídas de la prevalencia de
estos tres tipos de violencia es muy importante, lo que nos precisa preguntarnos qué puede
ediciones de la ENDIREH. Por otro lado, la dimensión de las caídas de la prevalencia de
estos tres tipos de violencia es muy importante, lo que nos precisa preguntarnos qué puede
haber ocasionado que en tan pocos años haya ocurrido un cambio de esta dimensión, y
9. 9
simultáneamente debatirnos acerca de posibles fallas en la estrategia metodológica de la
encuesta que puedan estar dando cuenta de estos resultados. (INMUJERES, 2012).
También habría que investigar si la aprobación de las leyes en relación al tema en el marco
internacional, nacional, estatal, municipal y por consiguiente las medidas que se están
aplicando para su atención y solución, así como las luchas de los movimientos feministas
están contribuyendo, lo que demuestra que a pesar de que existen barreras e impunidad, los
grupos que trabajan por la equidad entre mujeres y hombres logran avanzar hacia el
reconocimiento de la problemática, la sensibilización y la no tolerancia.
El tema de la violencia de género contra las mujeres y las niñas es un tema pendiente, a
pesar de todos los esfuerzos nacionales, estatales y municipales por prevenirla y atenderla,
precisamente porque el acceso a los espacios de justicia encuentra obstáculos derivados de
una tradición que permite la impunidad y por tanto, la tolerancia y aceptación de este
problema.
Los mecanismos internacionales y nacionales de promoción y defensa de derechos
humanos, así como las organizaciones de la sociedad civil, señalan que en México existe un
rezago importante en la vigencia, exigibilidad, justiciabilidad y vivencia de los derechos
humanos de las mujeres, en especial los derechos vinculados a la igualdad, la no
discriminación y al acceso a una vida libre de violencia.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de la ONU, señala
desde 1994 que la “violencia contra la mujer en la familia y la sociedad se ha generalizado
y trasciende las diferencias de ingresos, clases sociales y culturales y debe contrarrestarse
con medidas urgentes y eficaces para eliminar su incidencia”. (p. 1)
Diversos estudios sostienen que contrario a la percepción general, la universidad puede
considerarse como un espacio adverso a inclusión respetuosa e igualitaria de las mujeres. Este
es un espacio predispuesto para agresiones contra las mujeres en términos de acoso y
hostigamiento sexual.
Ambos sexos padecen situaciones de hostigamiento sexual, sin embargo no se concibe ni se
nombra como tal, lo cual alude a un asunto de normalización. Frente al acoso y el
hostigamiento sexual procedido de profesores e instructores, las estudiantes evaden el
contacto con el acusado, y en el peor de los casos retiran su participación en áreas
disciplinares masculinizadas. Los efectos del acoso y el hostigamiento sexual en
términos psicológicos en las mujeres que han vivido una experiencia de violencia de género
en el contexto universitario son: pérdida de autoestima, estrés, ansiedad y depresión, en
relación con su vida académica, pues afecta las decisiones que las estudiantes toman
10. 10
respecto al desempeño escolar de corto, mediano y largo plazo. Existe una baja asimilación
de la agresión sexual como violación y por ende su poca denuncia en casos especialmente
realizados por novios, amigos o conocidos.
Hay un proceso de normalización de la violencia durante la permanencia en la universidad,
en específico cuando ésta procede de personas cercanas ocasionada por la
autoculpabilización (sentimiento de incitar la situación), o por evitar el malestar en la
persona agresora.
Las repercusiones en las decisiones académicas y profesionales de las mujeres que han
padecido alguna situación de violencia de género entre otros efectos son: ocasiona el
ausentismo y el abandono escolar o laboral, origina cambios en los proyectos de
investigación que se realizan, además de impactar negativamente en las vidas personales y
profesionales de las personas que apoyan a las víctimas.
Los estudios señalan de la complejidad para enfrentarse y defenderse de situaciones de
acoso sexual en la universidad y la poca confianza que existe por parte de las agredidas
hacia la institución, sobre todo en términos del apoyo que puede recibirse. (Mendoza, 2011)
1.1 VIOLENCIA DE GÉNERO
1.1.1 MARCO INTERNACIONAL
En relación a la violencia de género, el movimiento feminista, la acción del movimiento de
derechos humanos y los estudios de género en las Instituciones de Educación Superior y en
organismos especializados, han contribuido a develar su naturalización y sus aportes han sido
sustanciales para hacer de la prevención, la atención, la sanción y la erradicación de la
violencia hacia las mujeres, un asunto de responsabilidad pública y de Estado. A nivel
internacional, la visibilización e intervención sobre el tema surgen abiertamente en los años
setentas del siglo pasado.
Un parte agua fundamental lo constituyen eventos internacionales como:
1. La Convención para la Eliminación de todas las Formas Discriminación Contra
la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés, 1979) se reconoce la
discriminación de la que las mujeres han sido parte, y promulga igualdad de
oportunidades y equidad en derechos a través de medidas especiales de carácter
temporal o permanente a fin de acelerar y lograr la igualdad.
2. En la Segunda Conferencia Mundial de la Mujer en Copenhague, Dinamarca
(1980), se asienta un precedente primordial que consiste en develar a la
violencia, como un asunto y responsabilidad del orden público y no sólo del
privado.
11. 11
3. La Conferencia de Viena de 1993 de la Organización de las Naciones Unidas,
en el marco de la Conferencia sobre Derechos Humanos (1994) reconoce por
primera ocasión la violencia de género como una violación a los derechos
humanos y coloca en la agenda pública la necesidad de reconocer
explícitamente los derechos de las mujeres como parte inalienable, integrante e
indivisible de los derechos humanos universales.
4. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Vio-lencia
contra las Mujeres fue determinante para el reconocimiento de la
violencia de género como una violación de derechos humanos, también
conocida como Convención Belém do Pará (1994), impulsada por la Organización
de Estados Americanos (OEA). En esta Convención se insiste en la discriminación
y se marca un precedente primordial que radica en develar a la violencia,
como un asunto y responsabilidad del orden público y no sólo del privado.
Una de sus particularidades es que reconoce explícitamente aquella violencia
ejercida o tolerada por los Estados o sus agentes, mismos que de ningún
modo están exentos de responsabilidad y sanción.
También está la Primera Conferencia Mundial de la Mujer (México, 1975) y la Plataforma
de Acción de Beijing (1995), conforme se circunscriben los actos o las amenazas de
violencia contra la mujer como conductas que causan miedo e inseguridad en la vida de las
mujeres e imposibilitan lograr la igualdad, el desarrollo y la paz.
La Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1993, año en que se aprobó la
Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha mostrado su
preocupación por este tema, porque es un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y la paz,
reconoce que detrás de este problema están las relaciones de poder históricamente
desiguales entre las mujeres y los hombres, que se presentan en actos de control y dominación
que llevan a la discriminación y a la violación de los derechos humanos de las
primera. Define la violencia de género como todo acto de violencia basado en la pertenencia
12. 12
al sexo femenino que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico,
incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra
en la vida pública o en la vida privada.
En el derecho internacional la violencia contra la mujer es considerada como una violación
de los derechos humanos.
Tres instrumentos importantes destacan sobre este asunto:
_ La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer (CEDAW)
_ La Convención Belém do Pará
_ El Estatuto en Roma
El Estatuto en Roma fue adoptado en 1998 por la Corte Penal Internacional (CPI), y en
vigencia desde el año 2002, es un instrumento jurídico de carácter internacional, que permite
a todas las naciones del mundo contar con un tribunal permanente, independiente e imparcial
para juzgar a personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, lesa humanidad y de
guerra.
1.1.2 MARCO NACIONAL
La década de 1990 fue importante para nuestro país, ya que el marco internacional
instituyó un precedente fundamental para que hacia el siglo XXI se diera impulso a leyes,
códigos, políticas públicas y estrategias dirigidas atender el problema de la violencia no
sólo al interior del espacio familiar, sino concretamente el de la violencia de género en el
espacio público.
En México en el 2006 se decreta la Ley de igualdad entre hombres y mujeres. En 2007 se
aprueba en nuestro país la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, resultado del trabajo del movimiento feminista y de legisladoras sensibles y
comprometidas con los asuntos de género y en particular con las mujeres. Esta ha sido el
referente básico para la elaboración de recientes legislaciones análogas en los distintos
estados del país, reformándose normatividades y códigos tanto civiles como penales, y
creándose instancias especiales para la atención de delitos relacionados. En el Estado de
Guerrero se aprobó en el 2008 la Ley número 553 de Acceso de las mujeres a una vida libre
de violencia del estado libre y soberano de Guerrero.
De los compromisos realizados por el gobierno mexicano en el marco de los tratados
internacionales y de las recomendaciones recibidas para que las mujeres sean reconocidas
como sujetas de derecho, se desglosan progresos significativos en materia legislativa, sin
13. 13
embargo, no existió una ley que afrontara la violencia contra las mujeres de forma explícita
e integral desde los ejes de prevención, atención y sanción hasta el 2007 que se publicó la
Ley General de Acceso a las Mujeres a una vida Libre de Violencia.
Es uno de los avances en la materia en el país, es un referente esencial para la elaboración
de recientes legislaciones análogas en los distintos estados del país, reformándose
normatividades y códigos tanto civiles como penales, y creándose instancias especiales para
la atención de delitos relacionados.
Las responsabilidades asumidas por México como Estado parten de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres o Con-vención
Belém do Pará y están instrumentadas en la Ley General de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia y en la Ley para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia aprobada en
2007, retoma la definición para implantarla en dicha ley, beneficiando así la
armonización con la Convención regional indicada y la define como: “Cualquier acción
u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico,
patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público;”
(Ley General de Acceso, 2007:2)
En el Estado de Guerrero se aprobó en el 2008 la Ley número 553 de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia del Estado Libre y Soberano de Guerrero. En el capítulo III
Violencia laboral y escolar, artículo 23 dice que constituyen violencia escolar:
…aquellas conductas que dañen la autoestima de las alumnas con actos de
discriminación por su sexo, edad, condición social, condición étnica, académica,
limitaciones y/o características físicas, que les infligen profesores, profesoras, el
personal administrativo, directivo, prefectos, compañeros o cualquier persona que
labore en el centro escolar. (Ley número 553:13)
1.1.3 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
La interpretación de la violencia contra las mujeres es símbolo cultural, remite al machismo
como trasfondo ideológico sobre el que se sostiene la sociedad patriarcal, que se expresa
a través del maltrato físico o el abuso verbal y está presente en casi todos los ámbitos de la
vida cotidiana de hombres y mujeres, de tal modo que deja ver un juego de poder: el deseo de
los hombres por controlar a “sus” mujeres en todas las áreas de su vida, psicológica,
intelectual, sexual, laboral y política, ya sea, como indica Marina Castañeda,
14. 14
(2012) su madre, esposa, hermana, hija, empleada o colega. Ellas son los objetos al servicio
de las necesidades y deseos de los varones mientras que ellos son los sujetos. La violencia
contra las mujeres es el mecanismo a través del cual se perpetúa la dominación del hombre
sobre la mujer y la desigualdad de género.
Desde esta representación, la violencia contra las mujeres es un castigo impuesto por ellos a
todas las que se deshacen a su control. La lucha por la igualdad, el ingreso masivo de las
mujeres al mercado de trabajo, su fusión a la vida política y ciudadana, su ingreso a los
más altos niveles de escolaridad, la disolución del nexo sexualidad- reproducción el cada
vez agudo control sobre su sexualidad y la fertilidad, su empoderamiento en y más distante
de la esfera doméstica, su libertad de movimiento en un mundo que históricamente era
exclusivamente para los hombres, ha llevado a una sociedad más igualitaria entre mujeres y
hombres, pero también como acontece con las transformaciones, ha encendido las reacciones:
ellos no únicamente han sido dejados por ellas, sino que han perdido sus privilegios, ahora
sus lugares están además conquistados por mujeres y lo lastiman, reaccionan y castigan.
(UNAM, CONACYT, 2012)
La atención a este problema se ha ajustado, esencialmente, en la forma en que las mujeres
son violentadas por los estereotipos de género y son las más sensibles dentro de la familia,
esto ha derivado en una inquietud por combatir la violencia hacia las mujeres. Por su lado,
los movimientos que luchan por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, han
promovido la creación de organizaciones y asociaciones, donde hay iniciativas y propuestas
para combatir la violencia de género, se discuten políticas, reformas legislativas,
estrategias, muchas de ellas se aplican; sin embargo los esfuerzos que hasta el momento se
han efectuado en este sentido son limitados para combatir la violencia hacia las mujeres.
Es trascendental analizar la violencia contra las mujeres, primero, es un problema de salud
pública; segundo, en función de las relaciones sociales y por último, en términos de un
problema psicosocial incluir las condiciones familiares. De esta forma, se sitúa el problema
15. 15
de violencia contra las mujeres en un contexto biopsicosocial y no se limita solo a la
búsqueda de explicaciones respecto a las naturalezas individuales de las mujeres. Estudiar los
fenómenos de violencia contra las mujeres es una de las cuestiones donde se procura
sensibilizar a personas e instituciones, ya que muestra costumbres, patrones culturales y
regularidades típicas de un fenómeno colectivo que es primordial cambiar reconstruyendo
nuevas formas de sentir y pensar.
Enfocar este problema desde el ejercicio de un derecho humano esencial, como lo es el
derecho a una vida libre de violencia, amplía dos elementos más a dicho contexto: el
político y jurídico, situando a las mujeres y sus derechos humanos en el eje de la discusión,
del debate y de la acción del Estado.
Indudablemente, la violencia de género imposibilita el empoderamiento de las mujeres en
las diferentes esferas de convivencia, es un freno al pleno ejercicio de sus derechos. Desde
este aspecto, una vida sin violencia es una libertad fundamental y una circunstancia
16. 16
imprescindible para la construcción de una sociedad equitativa, no obstante, es un
fenómeno alarmante, por su cantidad y crueldad y, ante esto, el Estado no está afrontando la
problemática por su marca y daño para la sociedad. De hecho, la violencia feminicida se
disipa en la delincuencia.
La violencia de género es un grave problema social que debe ser atendida y erradicada
desde su posición estructural, funcional y personal. Por esto se establece que la violencia
contra las mujeres es una cuestión de política pública que debe responder al derecho a vivir
una vida libre de violencia.
Por violencia de género se concibe, entonces, cualquier acción u omisión intencional que
dañe o pueda dañar a una mujer porque no se ajusta a los estereotipos socialmente
construidos, es decir, se le daña por el solo hecho de ser mujer. Como la violencia de
género contra el hombre no es numéricamente significativa, usualmente la expresión
“violencia de género” representa sólo a la violencia de género contra las mujeres. Así en
este estudio, se emplea el término “violencia de género” como sinónimo de “violencia
contra las mujeres”, sin olvidar que también existe la violencia de género contra los hombres.
Recapitulando se puede concluir que México tiene instrumentos jurídicos que contienen la
responsabilidad del gobierno de implementar políticas necesarias para prevenir conductas u
omisiones que resulten en actos de violencia en contra de las mujeres, sin embargo éstos no
constituyen de forma clara ni el concepto ni cómo implementarlos.
OBJETIVOS.
Nuestro propósito fue realizar este estudio para conocer la dimensión de la Violencia de
Género en las estudiantes del Nivel Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero en
Acapulco y contribuir en la prevención, atención y solución de esta problemática en las
Unidades Académicas del Nivel Superior de la UAGro. De tal manera que el objetivo
general es: ¿Cuál es la dimensión de la Violencia de Género en las estudiantes del Nivel
17. 17
Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero en Acapulco?
Del objetivo general se derivan las siguientes preguntas de investigación:
1. ¿Cuáles son las expresiones de formas que registra la violencia de género en las
estudiantes del Nivel Superior?
2. ¿Qué situaciones de Violencia de Género se presentan en las estudiantes del
Nivel Superior?
3. ¿Cuáles son las diferentes maneras de reacción a la Violencia de Género en las
estudiantes de las Unidades Académicas del Nivel Superior?
4. ¿Qué medidas de prevención, atención y sanción en relación a la Violencia de
género aplican las Unidades Académicas del Nivel Superior que ayudan a la
disminución de la violencia de género en sus espacios universitarios?
5. ¿Cuáles son las propuestas de las estudiantes del Nivel Superior de medidas a
implementar, dirigidas a prevenir, resolver y eliminar la violencia de género en
la UAGro?
2. METODOLOGÍA.
La investigación consistió en un estudio cuantitativo, a través de una encuesta aplicada a
estudiantes mujeres de diferentes Unidades Académicas del Nivel Superior de la UAGro y
revisión documental sobre el tema. Los métodos utilizados son: Método analítico sintético
en el planteamiento del objetivo y preguntas de investigación, método de análisis matemático
en el estudio de las encuestas y el método histórico lógico en la elaboración de las referencias
teóricas.
Se diseñó una encuesta, apoyada en las que ya se están realizando a nivel nacional e
internacional que denominamos: Encuesta de la dinámica de las relaciones de género en
mujeres estudiantes de Nivel Superior en la UAGro Acapulco. La encuesta está compuesta
por 83 preguntas que se distribuyen en 5 bloques temáticos. El trabajo de campo
cuantitativo se desarrolló sobre una muestra de 455 estudiantes mujeres con una edad
media de 21 años. Las Unidades Académicas participantes fueron las 16 del Nivel Superior
de la Universidad Autónoma de Guerrero UAGro, ubicadas en Acapulco, Gro.
2.1 RESULTADOS.
En la muestra de 455 estudiantes mujeres el 18.5% ha sido obligada a tener relaciones
sexuales por parte de compañeros, maestros, directivos y desconocidos; el
18. 18
59.9% marca que ha vivido situaciones de violencia de género relacionadas con
hostigamiento y acoso sexual, de parte de un maestro un 37.10%, de un desconocido
un 16.30% y de un compañero de escuela un 16.10%.
Los resultados indican la ausencia de contenidos sobre violencia de género en el currículo
de un número importante de Planes y Programas de Estudio de las diversas
licenciaturas de la UAGro en Acapulco, no se ajustan a las exigencias derivadas del
marco de protección para la igualdad y no violencia contra las mujeres. Por los índices de
violencia tan altos a las estudiantes les convendría saber qué es la violencia de género,
conocer sus derechos y las leyes que lo determinan, que medidas hay que tomar, entre otros
aspectos, esto lo sabrían mediante el contenido de asignaturas en todas las licenciaturas.
De acuerdo a la opinión de las estudiantes la UAGro no ejecuta campañas de prevención,
atención de la violencia de género y no formaliza sanciones contra los ejecutores.
Un 90% de las estudiantes creen que en la Ley de la UAGro no existe, o lo ignoran, un
artículo que sancione violencia de género y suponen que no se integra en el Plan de
desarrollo Institucional actividades relacionadas con equidad de género.
La gran mayoría de las estudiantes desconoce o cree que en la UAGro no existen políticas
para aplicar medidas de prevención y tratamiento con respecto a la violencia de
género y sospechan que en la UAGro no existen políticas sobre equidad de género. Solo
un 15% afirma que sí.
Una mayoría desconoce o afirma (88%) que la UAGro no tiene una Coordinación de
Asuntos de Género, solo un 6% sabe que si existe
Un buen número (83%) cree que en la UAGro no hay una defensoría de los derechos
de los universitarios, solo un 12% tiene conocimiento que si existe. Casi la totalidad
desconoce la Comisión para la Transversalización del Enfoque de Género de la UAGro,
solo un 5% sabe de ella.
Un 79% expresa saber poco o nada las leyes Internacionales, nacionales y estatales
sobre equidad de género y acerca del derecho que tienen las mujeres a vivir una vida
libre de violencia.
Un poco más de la mitad de la población universitaria del nivel superior reconoce no
saber que hacer frente a una situación de violencia de género y por resultado no
19. 19
toma medidas para prevenirla y mucho menos para afrontarla.
Las que mencionan saber que hacer al respecto, que son un 33.40%, en realidad no
cuentan con un programa, recursos, formación que les permita hacer frente y/o salir de la
situación de violencia de género.
Las estudiantes encuestadas proponen: el servicio psicológico, la asesoría jurídica, los
teléfonos de emergencia y urgencia, servicio médico, cursos y talleres de
sensibilización como elementos fundamentales por aportar de parte de la UAGro a las
estudiantes que viven violencia de género.
Las medidas más eficaces que las estudiantes proponen para que la UAGro intervenga en la
solución de la violencia de Género: Integre en sus leyes políticas contra el acoso, el
hostigamiento sexual y la discriminación; los maestros traten el tema y muestren una
postura comprometida; implementar medidas que promuevan la igualdad entre
hombres y mujeres; realizar actividades extracurriculares, de sensibilización y
prevención en la UAGro (debates, mesas redondas, congresos, conferencias); realizar
eventos como: Día internacional de la no violencia contra la mujer.
Las disposiciones más adecuadas para que la UAGro rompa el silencio y supere las
situaciones de violencia de género en sus espacios universitarios que obtienen los más
altos porcentajes son: realizar campañas de prevención, atención y sanción para la
erradicación del acoso sexual y el hostigamiento, establezca su rechazo, se defina como
un espacio que no tolera la violencia, se difunda como cultura institucional y se requiere
una política institucional sencilla y eficiente para erradicar el problema.
Las estrategias de difusión y comunicación más eficaces en la prevención, atención y
erradicación, más que trípticos y postales, publicaciones en revistas y periódicos, mantas y
espectaculares, portada y contraportadas de revistas, volantes, foros e internet los que
logran un porcentaje más elevado en las estudiantes estudiadas son: información en el
facebook, carteles y folletos, spot en radio y televisión y especialmente: información
en página web de la UAGro y una guía de prevención y atención de la violencia de
género.
2.3 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los aportes de la investigación a la construcción del conocimiento son: visibilizar la
20. 20
violencia de género que se da en los espacios universitarios, desmitificar que la Universidad
es un recinto exclusivo de producción de saber y conocimiento y que su fin es la educación.
En esta investigación verificamos que la UAGro no está cumpliendo en una gran
mayoría de las licenciaturas ubicadas en Acapulco, en la Educación de Derechos
Humanos, en especial sobre el derecho que tienen las mujeres a una vida libre de violencia.
Las Unidades Académicas no cuentan con mecanismos y/o medidas para la prevención,
atención y el seguimiento de los casos de hostigamiento, acoso sexual y ningún tipo de
violencia de género en la Educación Superior. “La edición de un estudio de este tipo que
aborda un tema tan controversial como el de la violencia de género, dado los
condicionamientos sociales y culturales dominantes que recrean cotidianamente las
relaciones de poder entre hombres y mujeres, expresa una estrategia para la demanda de
equidad de género y el reclamo de medidas afirmativas que garanticen estatus institucional.
(Pont, S. prólogo al libro Violencia de Género en el Nivel Superior de la UAGro, 2013)
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