Con las conquistas de
Alejandro Magno, acabó
con la independencia
política y la prosperidad
de las ciudades griegas.
Los nobles fines de la
actividad política del
período precedente
cedían el paso a los
pequeños intereses de
la vida privada, a la
búsqueda del placer o a
la lucha por la
subsistencia diaria.
LAS OBJECIONES CONTRA LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ÉTICA
EN LA CONCEPCIÓN PRÁCTICA DEL BIEN HUMANO
Kant presenta las siguientes afirmaciones:
Ser feliz es una exigencia necesaria de todo ente racional finito
La moral, una vez que se ha constituido autónoma y exclusivamente sobre el deber, postula la existencia de «la incondicionada totalidad del objeto de la razón práctica pura, con el nombre de bien supremo»
Que consiste en la síntesis operada por Dios en la otra vida entre dos realidades de suyo heterogéneas, la moralidad y la felicidad.
De suerte que quien por la virtud se hizo digno de ser feliz, lo sea realmente. Admitir como definitivo el sufrimiento de los justos y la prosperidad de los inmorales sería un escándalo para la razón.
Lo que Kant afirma rotundamente es que la felicidad y la moralidad son
realidades esencialmente diversas.
Por lo que ni la felicidad puede ser un principio
de la moral.
Ni la moralidad puede garantizar la felicidad.
Desde el punto de vista de Kant, la argumentación es bastante clara. Si la felicidad es una realidad hedónica,
consistente en la suma de todo placer y en la ausencia de todo dolor.
Kant formula una tesis filosófica: la felicidad es, y no puede no ser, una realidad hedónica.
Todo lo racional es formal, y todo contenido del conocer y del apetecer es sensible, empírico. Los objetos de los deseos son sensibles, y el objeto último del desear humano es igualmente sensible.
y el objeto último del desear humano es igualmente sensible. El único bien racional o moral tiene lugar cuando la voluntad se determina a obrar por el principio que procede del espíritu (a priori), sometiendo las máximas subjetivas a la forma de la universalidad.
Los bienes, con independencia del principio regulador a priori, pueden ser solamente sentidos. «Si se quiere que el concepto de bien no se infiera de una ley práctica precedente, antes bien sirva de fundamento a ésta, sólo puede ser el concepto de algo cuya existencia prometa placer determinando así la causalidad del sujeto a producirlo, es decir, la facultad apetitiva»
Acerca del carácter general de la filosofía helenista, baste recordar,
que la explosión del poder macedónico, con las conquistas de Alejandro Magno, acabó con la independencia política y la prosperidad de las ciudades
griegas.
Los nobles fines de la actividad política del período precedente cedían el paso a los pequeños intereses de la vida privada, a la búsqueda del placer o a
la lucha por la subsistencia diaria.
La filosofía tiende a convertirse en un refugio contra las miserias de la vida, enseñando al individuo a independizarse de todas las circunstancias externas, aun a costa de replegarse completamente dentro de sí mismo.