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BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO
Pintor español. Nació en 1617 en el seno de una
familia de catorce hermanos, de los que él fue el
benjamín. Quedó huérfano de padre a los nueve
años y perdió a su madre apenas seis meses
después. Una de sus hermanas mayores, Ana, se
hizo cargo de él y le permitió frecuentar el taller de
un pariente pintor, Juan del Castillo. Aunque
inculcado por su padre ya era aficionado al dibujo.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en
Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo
importante, una serie de lienzos destinados al
claustro de San Francisco el Grande; la serie se
compone de trece cuadros, que incluyen La cocina
de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto
por la minuciosidad y el realismo con que están
tratados los objetos cotidianos.
Bartolomé Esteban Murillo
Bartolomé Esteban Murillo
Murillo inicia su aprendizaje artístico con Juan del Castillo, en cuyo taller
permanecerá cinco años. Del Castillo no era un artista de primera fila pero
sus trabajos eran respetados en el ambiente artístico.
Los primeros cuadros de Murillo están muy influidos por el estilo del
maestro como se puede apreciar en la Virgen del Rosario con santo
Domingo.
Murillo estableció amistad con el pintor Velázquez, quién le invitó
cordialmente a residir a su casa y le facilitó la visita a las colecciones
pictóricas del Palacio Real, del Buen Retiro y de El Escorial. Asimismo,
Murillo pidió a Velázquez cartas que le sirvieran de ayuda en un viaje a
Italia, que pensaba realizar pero nunca llegó a emprender.
Bartolomé Esteban Murillo
El 26 de febrero de 1645 contrae matrimonio
con Beatriz Cabrera y Villalobos, joven sevillana
de 22 años, con quien procreó nueve hijos
cuatro de los cuales murieron en la epidemia de
peste que se padeció en Sevilla, en 1649.
En 1645 Murillo recibe su primer encargo de
importancia. Se trata de la serie de trece lienzos
para el Claustro Chico del convento de San
Francisco en Sevilla. Muestra una notable
influencia de Van Dyck, Tiziano y Rubens.
Virgen del Rosario
Fecha:1650/55
Museo: Museo del Prado
Características:164 x 110 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
En 1644 Murillo fue recibido como hermano en
la Cofradía del Rosario de la Iglesia de la
Magdalena de Sevilla. Un año más tarde,
Bartolomé Murillo pintó trece lienzos para el
claustro de San Francisco el Grande de Sevilla, el
cual le proporcionó un justificado renombre.
Bartolomé Esteban Murillo
Bartolomé Esteban Murillo
Murillo y su familia se trasladaron a la parroquia de San Bartolomé en 1663,
dónde pasaron casi dos décadas. Por esta época Murillo ya era el primer pintor
de Sevilla, por lo que además de multiplicarse su fama, también lo hacían sus
ingresos, sobre todo gracias a la clientela eclesiástica. En estos años Murillo
constituyó la Academia de pintura en Sevilla, dónde se perfeccionaban los
pintores, escultores y decoradores sevillanos. Los dos primeros presidentes de
la Academia fueron Francisco Herrera el Joven y Murillo. Pero los dos
abandonaron el cargo poco después. Murillo también permaneció en la
Hermandad de San Lucas, que acogía a los pintores sevillanos en su capilla en la
iglesia de San Andrés.
En 1663 la esposa de Murillo, Beatriz Cabrera, murió coincidiendo con su último
parto. A partir de este momento, Murillo vivió en la parroquia de San
Bartolomé. Durante estos años, Bartolomé realizó diferentes trabajos.
En la década de los 70 inició los trabajos vinculados a las ceremonias de
canonización de Fernando III, y se cuenta que su fama había llegado a la Corte y
que Carlos II le pidió que se trasladase a Madrid, a lo que él contestó que ya
tenía demasiada edad para eso.
Bartolomé Esteban Murillo
En 1680 abandonó esta parroquia para irse a la de
Santa Cruz, donde permaneció hasta el fin de sus
días, pues mientras pintaba el retablo de los
Capuchinos de Cádiz cayó y días después, el 3 de
abril de 1682, Murillo moría a causa de una caída.
En honor a este gran artista que ha legado al
mundo tantas pinturas, no sólo religiosas, sino
también sociales. Se han bautizado calles, plazas e
incluso jardines, como es el caso de los Jardines de
Murillo de Sevilla.
Estatua de Murillo
Plaza del Museo de Sevilla - 1864
El periodo más fecundo de Murillo se inicia en 1665
con el encargo de los lienzos para Santa María la
Blanca -el Sueño del Patricio y el Patricio relatando
su sueño al papa Liberio- con lo que consiguió
aumentar su fama y recibir un amplio número de
encargos: las pinturas del retablo mayor y las
capillas laterales de la iglesia de los capuchinos de
Sevilla y las pinturas de la Sala Capitular de la
Catedral Sevillana.
Bartolomé Esteban Murillo
Por lo que se refiere al estilo de pintor barroco español, en sus primeros
trabajos empleó una luz uniforme, sin apenas recurrir a los contrastes. En la
década de 1640, este estilo cambió ya que es cuando trabajó en el claustro de
San Francisco y manifestó un marcado acento tenebrista, influenciado por
Zurbarán y Ribera. Este estilo se mantuvo hasta 1655, momento en el que
Murillo adoptó la manera de trabajar de Herra el Mozo, caracterizándose así,
por sus transparencias y juegos de contraluces, tomados de Van Dyck, Rubens y
la escuela veneciana. También es un rasgo significativo de esta época el empleo
de sutiles gradaciones lumínicas con las que consigue crear una sensacional
perspectiva aérea, acompañada del empleo de tonalidades transparentes y
efectos luminosos resplandecientes con lo que consigue crear una sensacional
perspectiva aérea. La época en la que Murillo llegó a la cima del éxito fue en el
Romanticismo.
ESTILO DE ESTEBAN MURILLO
Bartolomé Esteban Murillo
Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del
candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la
calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida
popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le
encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz,
de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció
mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.
Bartolomé Esteban Murillo
Virgen entregando el rosario a Santo Domingo
Fecha:1638-40
Museo: Palacio Arzobispal (Sevilla)
Características:207 x 162 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Virgen entregando el rosario a Santo
Domingo
Procede del convento de los Padres Dominicos
de Santo Tomás en Sevilla y en su composición
y técnica el pintor se presenta heredero de
maestros de generaciones anteriores. El autor
no ha creado un estilo personal y por eso en el
dibujo muestra evidentes influencias de su
maestro, Juan del Castillo, especialmente en
los rasgos delicados y finos con los que
describe los rostros y las sonrisas insinuadas.
En el rompimiento de Gloria que aparece en la
zona superior -formado por ángeles mancebos
que tocan música y cantan mientras que
angelitos arrojan flores a santo Domingo- se
constata la influencia de Juan de Roelas. Los
ropajes que cubren a los personajes estarían
inspirados en Zurbarán, sobre todo el
modelado recio de los pliegues..
OBRAS DE ESTEBAN MURILLO
Bartolomé Esteban Murillo
Niño espulgándose
Fecha:1645-50
Museo:Museo Nacional del Louvre
Características:137 x 115 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Barroco Español
Niño espulgándose
Considerada la primera obra de carácter
costumbrista de las realizadas por Murillo.
Fechada entre 1645-50, momento en el que el
maestro empieza a consolidarse en el panorama
artístico sevillano. El pequeño aparece en una
habitación, recostado sobre la pared y
quitándose las pulgas que acompañan a sus
ropas raídas.El marcado acento naturalista que
refleja la escena tiene como fuentes a Zurbarán
y Caravaggio, trayendo también a la memoria las
escenas costumbristas de la primera etapa de
Velázquez. La pincelada gruesa y pastosa
empleada por Murillo es característica de esta
primera etapa, dejando paso en obras
posteriores a una mayor vaporosidad y
transparencia como puede apreciarse en los
Niños jugando a los dados.
Bartolomé Esteban Murillo
La cocina de los ángeles
Fecha:1646
Museo: Museo Nacional del Louvre
Características:180 x 450 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
La cocina de los ángeles
Temática de la serie gira alrededor de la
ideología franciscana, dedicándose a exaltar
las virtudes de la Orden: el espíritu de pobreza
y su amor hacia los pobres y la práctica de la
caridad. El cuadro narra un episodio de la vida
de Fray Francisco Pérez, fraile cocinero de
profunda devoción que alcanzaba el éxtasis en
lugar de realizar sus trabajos. La recompensa
vino del cielo al ser enviados un grupo de
ángeles para realizar las tareas que el fraile no
hacía, evitando así la reprimenda de sus
superiores. Murillo emplea intensos efectos de
claroscuro tomados del tenebrismo que en
aquellos momentos estaba cosechando un
importante éxito en la capital andaluza gracias
a Zurbarán. El naturalismo utilizado en los
personajes terrenales contrasta con la cierta
idealización que emplea Murillo en los ángeles,
cuyos cabellos y rostros denotan una belleza
sobrenatural.
Bartolomé Esteban Murillo
Dos niños comiendo melón y uvas
Fecha:1650-55
Museo: Neue Pinakothek (Munich)
Características:
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Dos niños comiendo melón y uvas
Se trata de una obra juvenil, fechada entre
1645-50 y en ella apreciamos la influencia
naturalista en la pintura de Murillo. Las dos
figuras aparecen ante un edificio en ruinas,
interesándose el artista por presentarlos
como auténticos pícaros, destacando sus
ropas raídas y sus gestos de glotonería. Los
detalles están captados a la perfección
-especialmente las frutas- creando Murillo
una apreciable sensación de realidad. La
pincelada comienza a adquirir una mayor
soltura y los efectos de vaporosidad y
transparencia empiezan a surgir gracias a su
contacto con Herrera y la pintura
veneciana.
Bartolomé Esteban Murillo
Inmaculada la Grande, Inmaculada Concepción
Fecha:1650
Museo: Museo BB.AA. Sevilla
Características:436 x 292 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Inmaculada la Grande, Inmaculada Concepción
El artista muestra en esta obra uno de sus primeros
intentos por renovar la iconografía de la Inmaculada,
incluyendo el dinamismo y el movimiento
característico del Barroco. Posiblemente el sevillano
contempló algún grabado de la Inmaculada realizada
por Ribera en 1635 para las Agustinas de Salamanca
en la que aparecen elementos claramente
innovadores. La ubicación original del lienzo, a
elevada altura y a gran distancia del espectador,
condicionó la composición ya que Murillo tuvo en
cuenta que la obra tenía que ser vista de abajo a
arriba y en oblicuo, consiguiendo un excelente
resultado y demostrando su gran capacidad para
adaptarse a las necesidades de la clientela.
Bartolomé Esteban Murillo
Sagrada Familia del Pajarito
Fecha:1650
Museo: Museo del Prado
Características:144 x 188 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Naturalista
Sagrada Familia del Pajarito
La total ausencia de elementos divinos o celestiales
hace que nos situemos ante una escena familiar,
como si el pintor abriera las puertas de su propio
hogar para mostrarnos el juego del pequeño
acompañado por su padre, mientras la madre ha
parado en sus labores de hilado para comer una
manzana. El excelente dibujo del que siempre hará
gala Murillo se aprecia claramente en sus primeras
obras, donde los detalles son también
protagonistas: el cesto de labor de la Virgen, los
pliegues de los paños, los miembros de las figuras,
el gesto del perrito. En relación con el dibujo, hay
que advertir que Murillo fundaría una Academia de
Pintura junto a Francisco de Herrera "el Mozo" en
1660. Colocar a San José como protagonista de la
escena junto al Niño Jesús viene motivado por las
discusiones teológicas sobre la función del santo
en la vida de Cristo. Pueden apreciarse ciertos ecos
de la pintura de Rafael en esta Sagrada Familia
Bartolomé Esteban Murillo
Virgen del Rosario
La devota sociedad española del Barroco
solicitará a los pintores un importante número
de imágenes de la Virgen María debido a que
los protestantes estaban cuestionando muchos
dogmas relacionados con ella, como la
virginidad o haber sido concebida sin pecado
original. Esto provocó una inmensa devoción
mariana en nuestro país, paladín del
catolicismo, frente a la impiedad de los
protestantes, según los contemporáneos de
Murillo. Los tonos que emplea son bastante
oscuros aunque intenta alegrar la gama
cromática con el rojo y el azul, símbolos de
martirio y eternidad respectivamente. La
pincelada empleada por el artista es algo más
suelta que en la Sagrada Familia del Pajarito y
anticipa el efecto vaporoso que pronto le
convertirá en el primer pincel de Sevilla.
Virgen del Rosario
Fecha:1650/55
Museo: Museo del Prado
Características:164 x 110 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Bartolomé Esteban Murillo
Magdalena penitente
Fecha:1650-55
Museo: National Gallery (Dublin)
Características:152 x 104 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Magdalena penitente
La santa aparece arrodillada, ocupando su figura
casi toda la superficie del lienzo. Un potente foco
de luz sólo ilumina a la figura, dejando entrever
algunas aristas de la cueva donde está la santa,
situando de esta manera la escena. La Magdalena
cubre su desnudez con un amplio manto que deja
al descubierto los brazos, los hombros y parte de
un seno, poniendo con estas partes del cuerpo una
nota de claridad ante la oscuridad del entorno. De
esa penumbra envolvente también parecen surgir
el tarro de los afeites y la calavera que simbolizan a
la santa. El bello rostro de María dirigiendo su
mirada al cielo puede compararse con la
Magdalena de Ribera, demostrando Murillo su
calidad pictórica al emplear perfectamente dibujo,
luz y color, creando un juego cromático de gran
belleza con el rojo del manto, la nacarada
carnación y el sombrío fondo.
Bartolomé Esteban Murillo
Adoración de los Pastores
Fecha:1655/60
Museo: Museo del Prado
Características:187 x 228 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Adoración de los Pastores
La Adoración de los Pastores muestra el naturalismo
del autor. Murillo ha dejado en penumbra a San
José, que era el protagonista de la Sagrada Familia
del Pajarito, iluminando a la Virgen y al Niño. Junto a
ellos, dos pastores y una pastora entregan sus
presentes: un cordero, huevos y una gallina. El
realismo que caracteriza a las figuras tiene una clara
muestra en los pies sucios de los pastores. Los tonos
predominantes son los típicos del Naturalismo:
marrones, blancos, sienas y pardos que contrastan
con los rojos y azules intensos. La pincelada
minuciosa del pintor muestra todo tipo de detalles,
desde los pliegues de los paños hasta las briznas de
paja del pesebre. La composición carece de
profundidad, como era habitual, al cerrarse con un
fondo neutro normalmente muy oscuro, marcando
una típica diagonal barroca aunque aquí no sea muy
pronunciada. .
Bartolomé Esteban Murillo
Cuatro figuras en un escalón
Fecha:1655
Museo: Kimbell Art Museum
Características:110 x 143 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Cuatro figuras en un escalón
En esta imagen Murillo se muestra como un
excelente pintor de gestos y expresiones, recogiendo
con sus pinceles las diferentes actitudes de los
personajes. Las figuras se recortan ante un fondo en
penumbra lo que permite al artista dotarlas de mayor
volumetría, recibiendo un potente foco de luz desde
la izquierda que resalta las diferentes tonalidades de
sus vestidos. Las indumentarias -a excepción del
pantalón roto del pequeño- nos indican que se trata
de una familia de cierta posición económica,
recogiendo el maestro con un insistente naturalismo
todos los detalles.
La risa será una de las principales protagonistas en las
pinturas de género realizadas por Murillo. El joven
muchacho de la izquierda que aquí contemplamos
dirige su mirada hacia el exterior y esboza una amplia
sonrisa que contrasta con el gesto de la hermana que
parece contener su divertida actitud.
Bartolomé Esteban Murillo
San Ildefonso
Fecha:1655/60
Museo: Museo del Prado
Características:309 x 251 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
San Ildefonso
La imposición de la casulla formaba pareja con la
Aparición de la Virgen a San Bernardo y fueron
pintados por Murillo por encargo del sevillano
convento de San Clemente hacia 1655. San Ildefonso
escribió un libro en el que defendía la virginidad de
María, por lo que la madre de Dios le recompensó
con el regalo de una casulla ricamente decorada que
habría de usar en sus fiestas. Murillo nos presenta el
momento en el que María hace entrega de la casulla
al santo, acompañado de una corte de ángeles y
querubines en diferentes posturas, recurso muy
empleado por los pintores para demostrar que
saben situar a las figuras en el espacio pictórico.
Gracias a la luz, ilumina a los protagonistas de la
escena acentuando el claroscuro que caracteriza el
Tenebrismo. El colorido es más amplio apareciendo
tonos verdes, amarillos y naranjas. Otro detalle a
destacar es el plegado de las telas donde demuestra
Murillo su gran capacidad como dibujante.
Bartolomé Esteban Murillo
San Isidoro
Fecha:1655
Museo: Catedral de Sevilla
Características:193 x 165 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
San Isidoro
El lienzo está realizado para ser contemplado
desde un punto de vista bajo por lo que destaca la
pincelada fluida y pastosa empleada por el
maestro, sobre todo en la túnica y en la capa. Sin
embargo, Murillo no ha renunciado a recoger a la
perfección la actitud serena y concentrada del
santo, sujetando de manera solemne en báculo de
obispo con su mano derecha mientras que con la
izquierda sostiene el libro que alude a su actividad
de escritor de asuntos teológicos en la España
visigoda. El santo patrono de la ciudad sevillana y
Doctor de la Iglesia recorta su monumental figura
ante un cortinaje oscuro que deja ver una
columna y un celaje en la zona de la derecha,
resultando una composición de gran belleza.
Bartolomé Esteban Murillo
San Juan muestra a Jesús
Fecha:1655
Museo: Chicago Art Institute
Características:269 x 183 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
San Juan muestra a Jesús
Para el refectorio de San Leandro en Sevilla
realizó Murillo una serie de cuatro lienzos
sobre la vida de San Juan Bautista, siendo esta
obra que contemplamos la más conocida,
acompañándola el Bautismo de Cristo y San
Juan y los fariseos. El pintor emplea un sencillo
esquema para realizar la composición al
colocar a los dos personajes frente al
espectador, a la misma altura y representados
en actitudes estáticas. La luz empleada por el
artista es clara y diáfana, destacando tanto la
monumentalidad de ambas figuras como sus
gestos y actitudes. Con estas obras, Murillo
demuestra que ha alcanzado su madurez y ya
no recurre a elementos tomados de otros
artistas como ocurría en sus primeros trabajos
Bartolomé Esteban Murillo
Santiago Peregrino
Fecha:1655
Museo: Museo del Prado
Características:134 x 107 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Santiago Peregrino
Una de las imágenes más monumentales
pintadas por Murillo es el Santiago Peregrino o
Santiago Apóstol. Su figura solemne y grandiosa
sorprende gratamente al espectador del Museo
del Prado. El apóstol está representado de frente
al espectador, portando en su mano derecha el
bordón de peregrino y en la izquierda un libro
que alude a las epístolas. Viste una túnica azul y
un precioso manto rojo que hace resaltar la
figura del fondo neutro. Estos colores forman
parte de la iconografía, ya que el azul simboliza
la eternidad y el rojo el martirio. Posiblemente
formaría parte de un Apostolado, muy popular
en la España del Barroco debido a los ejemplos
tan importantes que nos han quedado: Rubens,
Ribera o El Greco. Habitualmente son figuras
aisladas, captadas con el mayor realismo posible,
como ocurre en este caso.
Bartolomé Esteban Murillo
Virgen y San Bernardo
Fecha:1655-60
Museo: Museo del Prado
Características:311 x 249 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Virgen y San Bernardo
El pintor ha sabido captar el momento en el que
San Bernardo, debido a su gran devoción por la
Virgen, es recompensado por ésta con la lactación
de su pecho; por eso, vemos a María llevándose la
mano derecha a su seno. La composición está
resuelta con sencillez al emplear una marcada
diagonal ascendente de izquierda a derecha. Otra
diagonal, de derecha a izquierda, separa la escena
en dos áreas similares, situando en una al santo y
en la otra a la Virgen con el niño rodeados de
querubines, que tan famoso harán a Murillo.
Es una obra de contrastes; además de las zonas
de luz perfectamente diferenciadas podemos
apreciar una clara idealización de María y el niño,
así como los angelitos y una mayor dosis de
realismo en la figura del santo, destacando su
hábito con unos magníficos pliegues.
Bartolomé Esteban Murillo
Inmaculada de El Escorial
Fecha:1656-60
Museo: Museo del Prado
Características:206 x 144 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Inmaculada de El Escorial
Murillo siguió las normas del suegro de Velázquez en
esta escena, una de las más atractivas de su
producción. El rostro adolescente destaca por su
belleza y los grandes ojos que dirigen su mirada hacia
arriba. La figura muestra una línea ondulante que se
remarca con las manos juntas a la altura del pecho
pero desplazadas hacia su izquierda. Los querubines
que conforman su peana portan los atributos
marianos: las azucenas como símbolo de pureza, las
rosas de amor, la rama de oliva como símbolo de paz y
la palma representando el martirio. Los ángeles
aportan mayor dinamismo a la composición, creando
una serie de diagonales paralelas con el manto de la
Virgen. Debe su nombre a haber estado registrada en
la Casita del Príncipe de El Escorial en 1788, entre los
cuadros del príncipe Carlos IV, desde donde pasó a
Aranjuez y de allí al Prado en 1819. Durante mucho
tiempo se la denominó Inmaculada de la Granja por
considerar que procedía de aquel palacio.
Bartolomé Esteban Murillo
Visión de San Antonio de Padua
Fecha:1656
Museo: Catedral de Sevilla
Características:56 x 33 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Visión de San Antonio de Padua
En 1656 el cabildo de la Catedral de Sevilla
encarga a Murillo un gran lienzo para decorar el
altar de la capilla de San Antonio, que también
hacía de capilla bautismal. En el mes de octubre el
cuadro estaba colocado en el retablo construido
para la ocasión por Bernardo Simón de Pineda. La
composición se estructura a través de una
diagonal que enlaza las dos zonas mientras que el
rompimiento de Gloria está organizado por un
círculo. Escorzadas figuras forman este
rompimiento, acentuando el aspecto de
teatralidad barroca que manifiesta el maestro en
la escena. El juego de luces y sombras sirve para
unificar la composición, de la misma manera que
emplea el color con tal fin. Definitivamente
Murillo ha abandonado el claroscuro para trabajar
en un estilo propio, superando el naturalismo de
la generación anterior que tenía en Zurbarán a su
máximo representante
Bartolomé Esteban Murillo
Anciana espulgando a un niño
Fecha:1660-70
Museo: Bayerisches Nationalmuseum (Munich)
Características:147 x 113 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Anciana espulgando a un niño
Las escenas costumbristas serán una de las
especialidades de Murillo, existiendo una amplia
demanda de estos temas, especialmente entre los
comerciantes y banqueros flamencos que
habitaban en Sevilla.. La composición se desarrolla
en un interior, recortándose las figuras sobre un
fondo neutro al estar iluminadas por un potente
foco de luz que entra por la ventana. El pequeño
tumbado sobre el suelo come pan y acaricia al
perrillo mientras que la mujer procede a quitarle
las pulgas o los piojos de la cabeza. La anciana
concentra toda la atención en su tarea y ha
abandonado sus útiles de hilado que aparecen
sobre la banqueta de la derecha. Al fondo
podemos contemplar una mesa con una jarra y un
cántaro, lo que nos indica que se trata de una
familia con escasos recursos económicos pero que
sobrevive humildemente.
Bartolomé Esteban Murillo
Fecha:1660 h.
Museo: Museo del Prado
Características:123 x 101 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
El Buen Pastor Niño
El Autor compara a Cristo con el Buen Pastor de
la Biblia. Emplea a sus protagonistas principales:
los niños, bien se trate de niños de la calle
-como en Dos niños comiendo uvas y melón- o
celestiales como en este caso. El Niño Jesús se
sitúa en un paisaje con una referencia
arquitectónica al fondo, sentado sobre algunos
restos clasicistas y dirigiendo su mirada al
espectador. En la mano derecha lleva la vara del
pastor y con la izquierda acaricia al cordero,
quien también dirige la mirada hacia nosotros.
La composición se estructura con una pirámide
característica del Renacimiento mientras que la
pierna y la vara se ubican en diagonal para
reforzar el ritmo del conjunto. La atmósfera
creada gracias a la iluminación y el colorido
recuerdan a la escuela veneciana, aportando el
maestro sevillano una idealización de las figuras
que no aparece en sus escenas costumbristas
Bartolomé Esteban Murillo
Nacimiento de la Virgen
Fecha:1660
Museo: Museo Nacional del Louvre
Características:185 x 165 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Nacimiento de la Virgen
La admiración del mariscal Soult hacia las obras de Murillo hizo que éstas peligraran
durante la ocupación francesa de 1810. El mariscal francés se prendó del San
Antonio con el Niño que decoraba el altar de la capilla de San Antonio de la catedral
de Sevilla y quiso llevarse el lienzo a Francia.
El Cabildo catedralicio consiguió persuadirle
y le ofreció a cambio este Nacimiento de la
Virgen que Murillo pintó para la Capilla de la
Concepción Grande de la catedral
sevillana.Se trata de una de las obras más
interesantes del pintor sevillano,
inspirándose en la vida cotidiana para su
ejecución. Excepto la presencia de los
ángeles en la parte superior del lienzo no
existe ninguna indicación más de que nos
hallamos ante una escena religiosa.
Bartolomé Esteban Murillo
San Juan Bautista niño
Fecha:1660 h.
Museo: Museo del Prado
Características:121 x 99 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
San Juan Bautista niño
El San Juanito aparce sentado sobre una
piedra, llevándose la mano derecha al pecho
en señal de penitencia y dirigiendo la mirada
hacia el cielo de donde le llega una rayo de luz.
A su lado encontramos el Cordero que
simboliza a Cristo. Las figuras aparecen ante un
fondo de paisaje.
Al igual que el Buen Pastor Niño, la
composición se estructura con una pirámide
mientras que diversas diagonales dotan de
mayor ritmo al conjunto. La atmósfera
conseguida gracias a la luz y el color son una
muestra clara de la admiración de Murillo por
los maestros venecianos. La pincelada es
rápida y diluida cercana al estilo de Velázquez.
Resulta curioso comparar esta idealizada
escena con los asuntos costumbristas
protagonizados por niños en los que Murillo
emplea un naturalismo que aporta
cotidianidad a las estampas.
Bartolomé Esteban Murillo
San Juanito y el Cordero
Fecha:1660-65
Museo: National Gallery de Londres
Características:164 x 106 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
San Juanito y el Cordero
Se especula que esta obra podría haber formado
parte de la decoración del altar que se levantó en la
plaza de Santa María la Blanca con motivo de la
reapertura de la iglesia en el año 1665. Sería
propiedad de don Justino de Neve, el canónigo de la
catedral sevillana promotor del encargo, y haría
pareja con un Buen Pastor que hoy guarda la
Colección Lane de Londres.
San Juanito dirige su mirada hacia el espectador con
una seductora sonrisa, abrazando al Cordero
mientras señala al Cielo con un dedo de la mano
izquierda. La figura se sitúa al aire libre, ante un
fondo de paisaje donde abundan las nubes, creando
un juego de luces y sombras que recuerda la etapa
tenebrista -véase la Magdalena penitente-. El
estudio anatómico de la figura infantil está realizado
perfectamente, consiguiendo una sensacional
volumetría al igual que en el Cordero. La delicadez y
actitud del pequeño preludian el estilo del siglo XVIII.
Bartolomé Esteban Murillo
Santa Justa
Fecha:1660 h.
Museo: Meadows Museum (Dallas)
Características:93 x 64 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Santa Justa
Santa Justa y Santa Rufina son las patronas de
Sevilla y su representación es muy popular en la
capital andaluza. Se negaron a financiar al ídolo
local Salambó por lo que fueron condenadas a
prisión y martirizadas. Esta es la razón por la que
en este cuadro Murillo pinta a una de las santas
portando cacharros y con la palma del martirio en
la mano. La santa está representada como una
joven sevillana del siglo XVII, secularizando la
figura que más bien parece tratarse de un retrato
profano debido a la belleza, elegancia y
sensualidad de la modelo.
El tamaño de los dos lienzos ha hecho pensar que
se trataría de cuadros de devoción personal,
encargados por algún cliente particular. Para el
retablo de los Capuchinos de Sevilla pintará
Murillo un gran lienzo con las dos santas juntas
que tendrá mucha devoción, siendo tomado como
inspiración dos siglos después por Goya.
Bartolomé Esteban Murillo
Virgen de la Faja
Con esta obra Murillo gozó de gran popularidad,
realizándose numerosas copias que han aumentado su
fama. Al igual que en la Sagrada Familia del Pajarito o la
Huida a Egipto, el maestro representa la escena como si
de un episodio de la vida cotidiana se tratara,
presentando a María envolviendo en pañales al Niño
para después colocarle la faja que aparece en la
izquierda, de donde el cuadro ha tomado el nombre. El
rostro de la madre es tremendamente expresivo,
recogiendo cierta melancolía que podría estar
relacionada con el futuro del pequeño. Esa ligera
melancolía contrasta con la música de los ángeles que
aparecen en el fondo, presenciando la escena unos
querubines en la parte superior del lienzo.Los personajes
se insertan en una serie de diagonales que organizan la
composición, aportando dinamismo y ritmo al conjunto.
Las figuras están bañadas por una clara luz con la que se
consigue cierto efecto atmosférico, que será tomado de
la escuela veneciana que Murillo admiró durante su
estancia en Madrid en el año 1658.
Virgen de la Faja
Autor:Murillo
Fecha:1660 h.
Museo:Colección Particular
Características:137 x 112 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
El hijo pródigo apacienta los cerdos
Fecha:1660-70
Museo: Museo del Prado
Características:27 x 34 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
El hijo prodigo apacienta los cerdos
Tras dilapidar su fortuna haciendo vida
disoluta y ser expulsado por las cortesanas, el
hijo pródigo debe dedicarse a criar cerdos,
pasando terribles calamidades, por lo que
decide regresar a casa. Este es el último boceto
preparatorio de la serie que guarda el Prado y
quizá sea el más trabajado de todo el
conjunto. Existen diferencias respecto al lienzo
definitivo como la arquitectura del fondo, el
paisaje que aquí es más desértico y la
iluminación, más oscura en el definitivo. Sin
embargo, el resultado de los bocetos es
excelente gracias a su tratamiento rápido y
deshecho que en algunas ocasiones hace
recordar a Rembrandt
Bartolomé Esteban Murillo
Virgen de la servilleta
Existen dos versiones recogidas por O´Neill en 1883
relacionadas con el título de esta obra, una de las más
populares de Murillo. La primera de ellas hace referencia a que
el pintor solía desayunar en el Convento de los Capuchinos tras
oír misa. Un día, tras el cumplido desayuno, los frailes se
apercibieron que faltaba una servilleta que días más tarde fue
devuelta por Murillo tras pintar una Virgen con un Niño. La
segunda versión narra como un devoto fraile solicitó al pintor
una Virgen con Niño de pequeño formato para concentrase en
sus oraciones. Murillo le respondió afirmativamente pero le
solicitó la tela necesaria para su ejecución. El fraile le entregó
la servilleta y el pintor la realizó sobre ella. Ambas leyendas
son falsas ya que el soporte sobre el que está realizada la obra
es lienzo, no tela de mantel. La Virgen con el Niño forma parte
de la decoración del retablo mayor del Convento de los
Capuchinos de Sevilla, ubicándose concretamente en la
portezuela del tabernáculo. Murillo ha sabido captar a la
perfección en ambos personajes la ternura y la afectividad. El
Niño se inclina hacia el espectador, dirigiendo sus grandes ojos
hacia nosotros, lo que motivó la popularidad del lienzo entre
los sevillanos. La obra está realizada con una pincelada rápida
y certera, rodando a ambos personajes de una sensación
atmosférica que diluye sus contornos y crea un efecto de
espiritualidad
Virgen de la Servilleta
Fecha:1664-66
Museo: Museo del Prado
Características:68 x 72 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Niños jugando a los dados
Dos de los chiquillos juegan a los dados en posturas
encontradas mientras que un tercero come una fruta
mientras que un perro le mira. Se supone que se
trata de vendedores de fruta o aguadores debido a la
presencia en primer plano de una canasta con fruta y
una vasija de cerámica, jugando las escasas monedas
conseguidas, realizados todos los detalles con una
impronta claramente naturalista. Los gestos de los
muchachos están perfectamente caracterizados,
especialmente el que echa los dados cuyo rostro está
parcialmente iluminado por la rica y dorada luz.
Murillo ha creado un círculo donde se integran
gestos y actitudes. Como viene siendo habitual en las
obras de la década de 1670, el pintor sevillano
introduce una atmósfera vaporosa creada por las
luces cálidas y la armonía cromática de pardos,
blancos, grises y ocres, obteniendo un resultado de
gran calidad y belleza protagonizado por las
actitudes desenfadas y vitales de los muchachos.
Niños jugando a los dados
Fecha:1665-75
Museo: Bayerisches Nationalmuseum (Munic)
Características:140 x 108 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Sueño del Patricio
El Sueño del Patricio y la Visita al Pontífice narran la
legendaria historia de la fundación de la iglesia de
Santa María la Mayor en Roma, por lo que ambas
escenas recibieron en Francia los añadidos dorados
en los que se representa la planta y el alzado de la
iglesia romana. Hay que incidir, pues, en que su
formato era semicircular. El Sueño del Patricio Juan
recoge la primera parte de la leyenda, según la cual
la Virgen y el Niño se aparecieron al patricio y a su
esposa en sueños para solicitarles que, con el dinero
que le habían legado con tan gran devoción,
edificasen una iglesia sobre el monte Esquilino, en
cuya cima había trazado María la planta del templo
con una nevada milagrosa, pues era la noche del 5
de agosto. Murillo nos muestra al patricio y a su
mujer durmiendo sentados, en posturas algo
forzadas, mientras que la Virgen y el Niño se sitúan
por encima de ellos, rompiendo la penumbra en la
que se encuentra la estancia donde descansa la
pareja, agotados tras la intensa jornada.
Sueño del Patricio
Fecha:1665
Museo: Museo del Prado
Características:232 x 522 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo:
Bartolomé Esteban Murillo
Visita al pontífice
Su forma original era semicircular pero en París se
completaron para formar un rectángulo en las
enjutas doradas que contienen la planta y el alzado
de Santa María la Mayor en Roma, a cuya
construcción se refiere el cuadro. Esta escena es la
continuación de la leyenda iniciada en el Sueño del
Patricio. Así, Murillo nos presenta al patricio Juan y a
su esposa, vestidos con sus mejores galas, ante el
papa Liberio, a quien relatan, arrodillados, su sueño.
Curiosamente, el Pontífice había tenido un sueño
similar esa misma noche. A la derecha, en un plano
diferente, se ha situado la procesión hacia el
Esquilino donde, a pesar de los calores del verano ya
que la escena tiene lugar el 5 de agosto, encontraron
la planta de la iglesia diseñada sobre la nieve. Es
producto de la fuerte luz que penetra por la
izquierda e ilumina al patricio y a su esposa, dejando
en semipenumbra al pontífice. A la derecha vemos la
procesión más lejana, donde la atmósfera se ha
convertido en protagonista, haciéndose más suelta.
Visita al Pontífice
Fecha:1665
Museo: Museo del Prado
Características:232 x 522 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Bartolomé Esteban Murillo
Santa Isabel de Hungría curando a los niños
Santa Isabel era hija de rey Andrés II de Hungría. Se
casó con Luis IV de Turingia y a la muerte de su
esposo en 1227 decidió llevar una vida ascética,
dedicándose a realizar obras de beneficencia. Para
ello construyó un hospital para pobres y leprosos en
Marburgo, atendiendo personalmente a los
enfermos. En 1235 fue canonizada por Gregorio IX.
Murillo presenta a la santa rodeada de leprosos a los
que cura con sus propias manos. Los enfermos están
representados con absoluto realismo, apreciándose
incluso sus padecimientos y dolores. La santa lava la
cabeza de un joven asistida por varias damas que
visten elegantes trajes, contrastando con la pobreza
de los ropajes de los tiñosos. Tras ellas se
contemplan las lentes redondas de una mujer. La
escena se desarrolla ante una monumental
arquitectura como era habitual en esos creando una
composición piramidal que tiene como eje a santa
Isabel. La luz dorada baña todos los personajes para
crear una atractiva sensación atmosférica que diluye
los contornos pero no omite ninguno de los detalles.
Santa Isabel de Hungría curando a los
niños
Fecha:1667-70
Museo: Hospital de la Caridad (Sevilla)
Características:325 x 245 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Autorretrato
Hacia 1670 los hijos de Murillo le encargan la
realización de este autorretrato que
contemplamos, tal y como aparece en la
inscripción en latín. Para su ejecución, el
maestro toma como base los tipos de los
retratos flamencos y holandeses empleados
desde finales del siglo XVI. No debemos olvidar
la importante colonia de comerciantes
flamencos que estaba afincada en Sevilla con
la que el artista tendría una buena relación.
El pintor aparece enmarcado en un óvalo
decorado con molduras, mientras que sobre la
mesa que sujeta el fingido marco encontramos
elementos alusivos a su profesión: la paleta y
los pinceles en la derecha y un dibujo con el
lápiz, el compás y la regla en la izquierda. El
modelo saca la mano del óvalo y la apoya en el
marco, para crear una mayor sensación de
perspectiva y acentuar el naturalismo que
caracteriza a todo el conjunto.
Autorretrato
Fecha:1670
Museo: National Gallery de Londres
Características:122 x 107 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Invitación al juego de pelota a pala
Se ha interpretado este asunto como una
conversación entre niños, uno de ellos que está
realizando un recado para sus padres y un
pícaro que le anima a jugar a pelota a pala,
apareciendo los instrumentos del juego junto a
él. El perrito actúa como elemento de unión
entre ambos personajes, mirando atentamente
el mendrugo de pan que el niño de pie esta
comiendo. Los niños están al aire libre, ante un
edificio en su izquierda mientras que la zona de
la derecha se completa con un cielo nublado.
Una vez más Murillo ha puesto toda su
maestría en captar las expresiones de los
pequeños, siendo la sonrisa picarona de uno y
el pensativo gesto del otro los verdaderos
puntos de atracción de la composición. Forma
pareja con los Tres muchachos
Invitación al juego de pelota a pala
Fecha:1670 h.
Museo: Dulwich Picture Gallery
Características:160 x 104 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Joven y su dueña
Murillo proporciona imágenes bellas,
iluminadas con suaves tonos dorados y rostros
gentiles. Es el caso de esta pintura, realizada
con frescura e ingenuidad. Muestra un tema
muy explotado en la pintura española. En el
caso de Murillo, la joven parece una muchacha
del pueblo, con grandes ojos llenos de
confianza y alegría. La dueña parece divertida
por lo que ve en la calle y se tapa el rostro para
ocultar la risa. La composición del lienzo es
muy acertada: se basa en un ángulo recto
acodado en la esquina inferior izquierda del
marco. El ángulo está subrayado
arquitectónicamente por el alféizar y la
contraventana de madera, y así como por los
personajes, con la jovencita apoyada y la
dueña que se asoma.
Joven y su dueña
Fecha:1670 h.
Museo: National Gallery
(Washington)
Características:127,7 x 106,1 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Muchacha con flores
En esta ocasión, tratándose de una de las
imágenes costumbristas más atractivas de la
producción del sevillano. Angulo ha querido
ver en esta imagen una alusión a lo efímero de
la belleza y la juventud, que vendría subrayado
por las rosas marchitas y deshojadas que
aparecen en el manto de la joven
La muchacha aparece al aire libre, dirigiendo
su risueño gesto al espectador y sentada sobre
un pequeño muro que tiene su continuación
arquitectónica en el pilar que aparece a su
espalda. Viste de manera sencilla pero
elegante, coronando su cabeza con un gracioso
tocado. La figura es iluminada por un potente
foco de luz que resbala por las telas, realzando
la volumetría del personaje.
Muchacha con flores
Fecha:1670 h.
Museo: Dulwich Picture Gallery
Características:119 x 96 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Niños comiendo pastel
Niños comiendo pastel, también denominados
Niños comiendo de una tartera. La glotonería
caracteriza buen parte de estas imágenes
realizadas al aire libre y bañadas por un
elegante luminosidad que acentúa el aspecto
atmosférico de la composición. Una vez más
Murillo vuelve a destacar como pintor de
gestos y actitudes, centrándose aquí en la
alegría sonriente del pequeño que mira como
su compañero se lleva el pastel a la boca,
acción que también contempla el perrillo que
les acompaña. El naturalismo que define toda
la composición se manifiesta con mayor fuerza
en el cesto de frutas y el pan que aparecen en
primer plano, una muestra más de cómo los
pequeños consiguen sus alimentos a pesar de
sus ropajes raídos y sus pies descalzos.
Niños comiendo pastel
Fecha:1670-75
Museo: Alte Pinakothek (Munich)
Características:123 x 102 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Niños de la Concha
Murillo es uno de los mejores pintores de
niños de la pintura española. los niños
"divinos" como éstos de la escena que
observamos, ejecutados con un elevado
grado de idealización, aunque no por ello
exentos de gracia y ternura. Murillo nos
presenta a los niños a orillas del río Jordán,
eligiendo el instante en el que el Niño Jesús
ofrece la concha a su primo. En primer
plano, un corderito - símbolo de Cristo -
contempla la escena, mientras que la parte
superior presenta un Rompimiento de
Gloria con tres ángeles muy difuminados.
Los contrastes de luces y sombras son
sorprendentes y otorgan una especie de
bruma a la escena, bruma conocida como
"efecto vaporoso" que caracterizará las
últimas obras del pintor.
Niños de la Concha
Fecha:1670
Museo: Museo del Prado
Características:104 x 124 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Bartolomé Esteban Murillo
Rebeca y Eliezer
Murillo recoge en esta escena el momento en
que Rebeca ofrece agua al sediento mayoral
de los rebaños de Abraham, Eliezer, cuando
éste buscaba en Mesopotamia la mujer para
Isaac. Rebeca es acompañada por tres
mujeres, apareciendo una de ellas de espaldas
mientras que al fondo se aprecia la caravana
de camellos y un caballo. El naturalismo de las
figuras dispuestas alrededor del pozo, los
alegres colores de los ropajes, la expresividad
de algunos gestos y la luz y atmósfera que
impregna la composición hacen de esta obra
una de las más interesantes de la etapa
madura del pintor, alejado del claroscuro de la
década de 1650 e interesado por efectos
atmosféricos tomados de Herrera el Mozo, Van
Dyck y la escuela veneciana.
Rebeca y Eliezer
Fecha:1670 h.
Museo: Museo del Prado
Características:107 x 171 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Tres muchachos
La escena tiene lugar al aire libre donde dos
niños están dispuestos a iniciar su merienda
cuando aparece un tercero que porta un
cántaro, demandando un trozo de la tarta que
están a punto de comer. El que tiene la tarta
en sus manos la retirada del campo de acción
del muchacho negro mientras que el otro
dirige su mirada al espectador y sonríe
abiertamente. El pequeño negro muestra un
gesto amable en su demanda.
Un triángulo organiza la composición,
ocupando la cabeza del niño negro el vértice,
creando un juego de luces y sombras con el
que refuerza la sensación atmosférica. Las
tonalidades pardas y terrosas contrastando
con claras son habituales de esta época
caracterizada por el aspecto naturalista de las
composiciones, especialmente las populares.
Tres muchachos
Fecha:1670 h.
Museo: Dulwich Picture Gallery
Características:159 x 104 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Visión de San Francisco en la Porciúncula
La composición se divide en dos zonas: cielo y
tierra, contrastando tanto por sus efectos
cromáticos como lumínicos. Mientras que en la
zona inferior aparece san Francisco arrodillado,
vistiendo su hábito terroso y con los brazos
abiertos, sumido en la penumbra que apenas
deja ver la arquitectura de la capilla de la
Porciúncula, en la zona superior se manifiestan
intensos resplandores dorados. Los ángeles
rodean las figuras de Cristo y la Virgen. Cristo
se muestra en actitud triunfante, sosteniendo
la cruz con su brazo izquierdo y cubriendo
parte de su esbelto cuerpo con una túnica roja
que ondea al aire tras su espalda. La Virgen
dirige su mirada al Hijo y viste la característica
túnica roja y el manto azul.
Visión de San Francisco en la
Porciúncula
Fecha:1670 h.
Museo: Museo del Prado
Características:206 x 146 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Estilo: Barroco Español
Bartolomé Esteban Murillo
Nicolás de Omazur
La especialidad de Murillo no era el retrato,
aunque sí realizó algunos como éste de Don
Nicolás de Omazur, gran amigo del pintor,
natural de Amberes, importante comerciante
de sedas y muy aficionado a la poesía, llegando
a componer algunos versos. Formaba pareja
con el retrato de su esposa, Isabel de
Malcampo, actualmente perdido. Murillo sigue
la tradición flamenca y holandesa de los
retratos dobles insertos en un óvalo. Don
Nicolás porta en sus manos una calavera,
símbolo de la muerte y resurrección y de la
vanidad de las cosas. El pintor se ha centrado
en la personalidad del modelo, iluminando el
rostro para llamar la atención sobre él. La
sobriedad cromática recuerda los retratos de
Van Dyck
Nicolás de Omazur
Fecha:1672 h.
Museo: Museo del Prado
Características:83 x 73 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Bartolomé Esteban Murillo
Inmaculada de Soult
Difícilmente podemos encontrar en la historia
de la pintura universal imágenes más
populares y reproducidas que las Inmaculadas
de Murillo. María viste túnica blanca, símbolo
de pureza, y manto azul, símbolo de eternidad,
lleva sus manos al pecho y eleva la mirada al
cielo. La belleza idealizada de su joven rostro
es lo que más llama la atención del espectador.
El estatismo de la figura de la Inmaculada
contrasta con el movimiento de los querubines
que le sirven de peana, en posiciones
totalmente escorzadas. La luz dorada que
ilumina la escena provoca un marcado efecto
atmosférico que diluye los contornos, creando
a su vez un fuerte claroscuro que provoca
mayor dinamismo, haciendo de ésta la más
barroca de sus Inmaculadas
Inmaculada de Soult
Fecha:1678
Museo: Museo del Prado
Características:274 x 190 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
Bartolomé Esteban Murillo
Martirio de San Andrés
En el Martirio de San Andrés, Murillo va
perdiendo el estilo tenebrista que definía su
primera etapa para pasar a fórmulas mucho
más coloristas, en las que las influencias de
Rubenso Ribera son palpables. La cruz en aspa
de San Andrés domina la composición,
iluminada por un fuerte haz de luz amarillenta
procedente del cielo, en el que se vislumbran
unos querubines. A ambos lados del santo nos
encontramos con grupos de figuras,
destacando al efecto naturalista de las mujeres
de la izquierda y el escorzo de los caballos en
la derecha, así como el hombre de espaldas
con el perro. El fondo está muy difuminado,
aunque se observan varias arquitecturas
clásicas inspiradas en Veronés. Toda la escena
se diluye por efecto de la atmósfera dentro del
"estilo vaporoso" que caracteriza los últimos
años del artista, en los que también destaca la
pincelada suelta.
Martirio de San Andrés
Fecha:1680
Museo: Museo del Prado
Características:123 x 162 cm.
Material: Oleo sobre lienzo

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Esteban murillo y su arte

  • 1. BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO Pintor español. Nació en 1617 en el seno de una familia de catorce hermanos, de los que él fue el benjamín. Quedó huérfano de padre a los nueve años y perdió a su madre apenas seis meses después. Una de sus hermanas mayores, Ana, se hizo cargo de él y le permitió frecuentar el taller de un pariente pintor, Juan del Castillo. Aunque inculcado por su padre ya era aficionado al dibujo. En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos. Bartolomé Esteban Murillo Bartolomé Esteban Murillo
  • 2. Murillo inicia su aprendizaje artístico con Juan del Castillo, en cuyo taller permanecerá cinco años. Del Castillo no era un artista de primera fila pero sus trabajos eran respetados en el ambiente artístico. Los primeros cuadros de Murillo están muy influidos por el estilo del maestro como se puede apreciar en la Virgen del Rosario con santo Domingo. Murillo estableció amistad con el pintor Velázquez, quién le invitó cordialmente a residir a su casa y le facilitó la visita a las colecciones pictóricas del Palacio Real, del Buen Retiro y de El Escorial. Asimismo, Murillo pidió a Velázquez cartas que le sirvieran de ayuda en un viaje a Italia, que pensaba realizar pero nunca llegó a emprender. Bartolomé Esteban Murillo
  • 3. El 26 de febrero de 1645 contrae matrimonio con Beatriz Cabrera y Villalobos, joven sevillana de 22 años, con quien procreó nueve hijos cuatro de los cuales murieron en la epidemia de peste que se padeció en Sevilla, en 1649. En 1645 Murillo recibe su primer encargo de importancia. Se trata de la serie de trece lienzos para el Claustro Chico del convento de San Francisco en Sevilla. Muestra una notable influencia de Van Dyck, Tiziano y Rubens. Virgen del Rosario Fecha:1650/55 Museo: Museo del Prado Características:164 x 110 cm. Material: Oleo sobre lienzo En 1644 Murillo fue recibido como hermano en la Cofradía del Rosario de la Iglesia de la Magdalena de Sevilla. Un año más tarde, Bartolomé Murillo pintó trece lienzos para el claustro de San Francisco el Grande de Sevilla, el cual le proporcionó un justificado renombre. Bartolomé Esteban Murillo
  • 4. Bartolomé Esteban Murillo Murillo y su familia se trasladaron a la parroquia de San Bartolomé en 1663, dónde pasaron casi dos décadas. Por esta época Murillo ya era el primer pintor de Sevilla, por lo que además de multiplicarse su fama, también lo hacían sus ingresos, sobre todo gracias a la clientela eclesiástica. En estos años Murillo constituyó la Academia de pintura en Sevilla, dónde se perfeccionaban los pintores, escultores y decoradores sevillanos. Los dos primeros presidentes de la Academia fueron Francisco Herrera el Joven y Murillo. Pero los dos abandonaron el cargo poco después. Murillo también permaneció en la Hermandad de San Lucas, que acogía a los pintores sevillanos en su capilla en la iglesia de San Andrés. En 1663 la esposa de Murillo, Beatriz Cabrera, murió coincidiendo con su último parto. A partir de este momento, Murillo vivió en la parroquia de San Bartolomé. Durante estos años, Bartolomé realizó diferentes trabajos. En la década de los 70 inició los trabajos vinculados a las ceremonias de canonización de Fernando III, y se cuenta que su fama había llegado a la Corte y que Carlos II le pidió que se trasladase a Madrid, a lo que él contestó que ya tenía demasiada edad para eso.
  • 5. Bartolomé Esteban Murillo En 1680 abandonó esta parroquia para irse a la de Santa Cruz, donde permaneció hasta el fin de sus días, pues mientras pintaba el retablo de los Capuchinos de Cádiz cayó y días después, el 3 de abril de 1682, Murillo moría a causa de una caída. En honor a este gran artista que ha legado al mundo tantas pinturas, no sólo religiosas, sino también sociales. Se han bautizado calles, plazas e incluso jardines, como es el caso de los Jardines de Murillo de Sevilla. Estatua de Murillo Plaza del Museo de Sevilla - 1864 El periodo más fecundo de Murillo se inicia en 1665 con el encargo de los lienzos para Santa María la Blanca -el Sueño del Patricio y el Patricio relatando su sueño al papa Liberio- con lo que consiguió aumentar su fama y recibir un amplio número de encargos: las pinturas del retablo mayor y las capillas laterales de la iglesia de los capuchinos de Sevilla y las pinturas de la Sala Capitular de la Catedral Sevillana.
  • 6. Bartolomé Esteban Murillo Por lo que se refiere al estilo de pintor barroco español, en sus primeros trabajos empleó una luz uniforme, sin apenas recurrir a los contrastes. En la década de 1640, este estilo cambió ya que es cuando trabajó en el claustro de San Francisco y manifestó un marcado acento tenebrista, influenciado por Zurbarán y Ribera. Este estilo se mantuvo hasta 1655, momento en el que Murillo adoptó la manera de trabajar de Herra el Mozo, caracterizándose así, por sus transparencias y juegos de contraluces, tomados de Van Dyck, Rubens y la escuela veneciana. También es un rasgo significativo de esta época el empleo de sutiles gradaciones lumínicas con las que consigue crear una sensacional perspectiva aérea, acompañada del empleo de tonalidades transparentes y efectos luminosos resplandecientes con lo que consigue crear una sensacional perspectiva aérea. La época en la que Murillo llegó a la cima del éxito fue en el Romanticismo. ESTILO DE ESTEBAN MURILLO
  • 7. Bartolomé Esteban Murillo Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.
  • 8. Bartolomé Esteban Murillo Virgen entregando el rosario a Santo Domingo Fecha:1638-40 Museo: Palacio Arzobispal (Sevilla) Características:207 x 162 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Virgen entregando el rosario a Santo Domingo Procede del convento de los Padres Dominicos de Santo Tomás en Sevilla y en su composición y técnica el pintor se presenta heredero de maestros de generaciones anteriores. El autor no ha creado un estilo personal y por eso en el dibujo muestra evidentes influencias de su maestro, Juan del Castillo, especialmente en los rasgos delicados y finos con los que describe los rostros y las sonrisas insinuadas. En el rompimiento de Gloria que aparece en la zona superior -formado por ángeles mancebos que tocan música y cantan mientras que angelitos arrojan flores a santo Domingo- se constata la influencia de Juan de Roelas. Los ropajes que cubren a los personajes estarían inspirados en Zurbarán, sobre todo el modelado recio de los pliegues.. OBRAS DE ESTEBAN MURILLO
  • 9. Bartolomé Esteban Murillo Niño espulgándose Fecha:1645-50 Museo:Museo Nacional del Louvre Características:137 x 115 cm. Material:Oleo sobre lienzo Estilo:Barroco Español Niño espulgándose Considerada la primera obra de carácter costumbrista de las realizadas por Murillo. Fechada entre 1645-50, momento en el que el maestro empieza a consolidarse en el panorama artístico sevillano. El pequeño aparece en una habitación, recostado sobre la pared y quitándose las pulgas que acompañan a sus ropas raídas.El marcado acento naturalista que refleja la escena tiene como fuentes a Zurbarán y Caravaggio, trayendo también a la memoria las escenas costumbristas de la primera etapa de Velázquez. La pincelada gruesa y pastosa empleada por Murillo es característica de esta primera etapa, dejando paso en obras posteriores a una mayor vaporosidad y transparencia como puede apreciarse en los Niños jugando a los dados.
  • 10. Bartolomé Esteban Murillo La cocina de los ángeles Fecha:1646 Museo: Museo Nacional del Louvre Características:180 x 450 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español La cocina de los ángeles Temática de la serie gira alrededor de la ideología franciscana, dedicándose a exaltar las virtudes de la Orden: el espíritu de pobreza y su amor hacia los pobres y la práctica de la caridad. El cuadro narra un episodio de la vida de Fray Francisco Pérez, fraile cocinero de profunda devoción que alcanzaba el éxtasis en lugar de realizar sus trabajos. La recompensa vino del cielo al ser enviados un grupo de ángeles para realizar las tareas que el fraile no hacía, evitando así la reprimenda de sus superiores. Murillo emplea intensos efectos de claroscuro tomados del tenebrismo que en aquellos momentos estaba cosechando un importante éxito en la capital andaluza gracias a Zurbarán. El naturalismo utilizado en los personajes terrenales contrasta con la cierta idealización que emplea Murillo en los ángeles, cuyos cabellos y rostros denotan una belleza sobrenatural.
  • 11. Bartolomé Esteban Murillo Dos niños comiendo melón y uvas Fecha:1650-55 Museo: Neue Pinakothek (Munich) Características: Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Dos niños comiendo melón y uvas Se trata de una obra juvenil, fechada entre 1645-50 y en ella apreciamos la influencia naturalista en la pintura de Murillo. Las dos figuras aparecen ante un edificio en ruinas, interesándose el artista por presentarlos como auténticos pícaros, destacando sus ropas raídas y sus gestos de glotonería. Los detalles están captados a la perfección -especialmente las frutas- creando Murillo una apreciable sensación de realidad. La pincelada comienza a adquirir una mayor soltura y los efectos de vaporosidad y transparencia empiezan a surgir gracias a su contacto con Herrera y la pintura veneciana.
  • 12. Bartolomé Esteban Murillo Inmaculada la Grande, Inmaculada Concepción Fecha:1650 Museo: Museo BB.AA. Sevilla Características:436 x 292 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Inmaculada la Grande, Inmaculada Concepción El artista muestra en esta obra uno de sus primeros intentos por renovar la iconografía de la Inmaculada, incluyendo el dinamismo y el movimiento característico del Barroco. Posiblemente el sevillano contempló algún grabado de la Inmaculada realizada por Ribera en 1635 para las Agustinas de Salamanca en la que aparecen elementos claramente innovadores. La ubicación original del lienzo, a elevada altura y a gran distancia del espectador, condicionó la composición ya que Murillo tuvo en cuenta que la obra tenía que ser vista de abajo a arriba y en oblicuo, consiguiendo un excelente resultado y demostrando su gran capacidad para adaptarse a las necesidades de la clientela.
  • 13. Bartolomé Esteban Murillo Sagrada Familia del Pajarito Fecha:1650 Museo: Museo del Prado Características:144 x 188 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Naturalista Sagrada Familia del Pajarito La total ausencia de elementos divinos o celestiales hace que nos situemos ante una escena familiar, como si el pintor abriera las puertas de su propio hogar para mostrarnos el juego del pequeño acompañado por su padre, mientras la madre ha parado en sus labores de hilado para comer una manzana. El excelente dibujo del que siempre hará gala Murillo se aprecia claramente en sus primeras obras, donde los detalles son también protagonistas: el cesto de labor de la Virgen, los pliegues de los paños, los miembros de las figuras, el gesto del perrito. En relación con el dibujo, hay que advertir que Murillo fundaría una Academia de Pintura junto a Francisco de Herrera "el Mozo" en 1660. Colocar a San José como protagonista de la escena junto al Niño Jesús viene motivado por las discusiones teológicas sobre la función del santo en la vida de Cristo. Pueden apreciarse ciertos ecos de la pintura de Rafael en esta Sagrada Familia
  • 14. Bartolomé Esteban Murillo Virgen del Rosario La devota sociedad española del Barroco solicitará a los pintores un importante número de imágenes de la Virgen María debido a que los protestantes estaban cuestionando muchos dogmas relacionados con ella, como la virginidad o haber sido concebida sin pecado original. Esto provocó una inmensa devoción mariana en nuestro país, paladín del catolicismo, frente a la impiedad de los protestantes, según los contemporáneos de Murillo. Los tonos que emplea son bastante oscuros aunque intenta alegrar la gama cromática con el rojo y el azul, símbolos de martirio y eternidad respectivamente. La pincelada empleada por el artista es algo más suelta que en la Sagrada Familia del Pajarito y anticipa el efecto vaporoso que pronto le convertirá en el primer pincel de Sevilla. Virgen del Rosario Fecha:1650/55 Museo: Museo del Prado Características:164 x 110 cm. Material: Oleo sobre lienzo
  • 15. Bartolomé Esteban Murillo Magdalena penitente Fecha:1650-55 Museo: National Gallery (Dublin) Características:152 x 104 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Magdalena penitente La santa aparece arrodillada, ocupando su figura casi toda la superficie del lienzo. Un potente foco de luz sólo ilumina a la figura, dejando entrever algunas aristas de la cueva donde está la santa, situando de esta manera la escena. La Magdalena cubre su desnudez con un amplio manto que deja al descubierto los brazos, los hombros y parte de un seno, poniendo con estas partes del cuerpo una nota de claridad ante la oscuridad del entorno. De esa penumbra envolvente también parecen surgir el tarro de los afeites y la calavera que simbolizan a la santa. El bello rostro de María dirigiendo su mirada al cielo puede compararse con la Magdalena de Ribera, demostrando Murillo su calidad pictórica al emplear perfectamente dibujo, luz y color, creando un juego cromático de gran belleza con el rojo del manto, la nacarada carnación y el sombrío fondo.
  • 16. Bartolomé Esteban Murillo Adoración de los Pastores Fecha:1655/60 Museo: Museo del Prado Características:187 x 228 cm. Material: Oleo sobre lienzo Adoración de los Pastores La Adoración de los Pastores muestra el naturalismo del autor. Murillo ha dejado en penumbra a San José, que era el protagonista de la Sagrada Familia del Pajarito, iluminando a la Virgen y al Niño. Junto a ellos, dos pastores y una pastora entregan sus presentes: un cordero, huevos y una gallina. El realismo que caracteriza a las figuras tiene una clara muestra en los pies sucios de los pastores. Los tonos predominantes son los típicos del Naturalismo: marrones, blancos, sienas y pardos que contrastan con los rojos y azules intensos. La pincelada minuciosa del pintor muestra todo tipo de detalles, desde los pliegues de los paños hasta las briznas de paja del pesebre. La composición carece de profundidad, como era habitual, al cerrarse con un fondo neutro normalmente muy oscuro, marcando una típica diagonal barroca aunque aquí no sea muy pronunciada. .
  • 17. Bartolomé Esteban Murillo Cuatro figuras en un escalón Fecha:1655 Museo: Kimbell Art Museum Características:110 x 143 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Cuatro figuras en un escalón En esta imagen Murillo se muestra como un excelente pintor de gestos y expresiones, recogiendo con sus pinceles las diferentes actitudes de los personajes. Las figuras se recortan ante un fondo en penumbra lo que permite al artista dotarlas de mayor volumetría, recibiendo un potente foco de luz desde la izquierda que resalta las diferentes tonalidades de sus vestidos. Las indumentarias -a excepción del pantalón roto del pequeño- nos indican que se trata de una familia de cierta posición económica, recogiendo el maestro con un insistente naturalismo todos los detalles. La risa será una de las principales protagonistas en las pinturas de género realizadas por Murillo. El joven muchacho de la izquierda que aquí contemplamos dirige su mirada hacia el exterior y esboza una amplia sonrisa que contrasta con el gesto de la hermana que parece contener su divertida actitud.
  • 18. Bartolomé Esteban Murillo San Ildefonso Fecha:1655/60 Museo: Museo del Prado Características:309 x 251 cm. Material: Oleo sobre lienzo San Ildefonso La imposición de la casulla formaba pareja con la Aparición de la Virgen a San Bernardo y fueron pintados por Murillo por encargo del sevillano convento de San Clemente hacia 1655. San Ildefonso escribió un libro en el que defendía la virginidad de María, por lo que la madre de Dios le recompensó con el regalo de una casulla ricamente decorada que habría de usar en sus fiestas. Murillo nos presenta el momento en el que María hace entrega de la casulla al santo, acompañado de una corte de ángeles y querubines en diferentes posturas, recurso muy empleado por los pintores para demostrar que saben situar a las figuras en el espacio pictórico. Gracias a la luz, ilumina a los protagonistas de la escena acentuando el claroscuro que caracteriza el Tenebrismo. El colorido es más amplio apareciendo tonos verdes, amarillos y naranjas. Otro detalle a destacar es el plegado de las telas donde demuestra Murillo su gran capacidad como dibujante.
  • 19. Bartolomé Esteban Murillo San Isidoro Fecha:1655 Museo: Catedral de Sevilla Características:193 x 165 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español San Isidoro El lienzo está realizado para ser contemplado desde un punto de vista bajo por lo que destaca la pincelada fluida y pastosa empleada por el maestro, sobre todo en la túnica y en la capa. Sin embargo, Murillo no ha renunciado a recoger a la perfección la actitud serena y concentrada del santo, sujetando de manera solemne en báculo de obispo con su mano derecha mientras que con la izquierda sostiene el libro que alude a su actividad de escritor de asuntos teológicos en la España visigoda. El santo patrono de la ciudad sevillana y Doctor de la Iglesia recorta su monumental figura ante un cortinaje oscuro que deja ver una columna y un celaje en la zona de la derecha, resultando una composición de gran belleza.
  • 20. Bartolomé Esteban Murillo San Juan muestra a Jesús Fecha:1655 Museo: Chicago Art Institute Características:269 x 183 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español San Juan muestra a Jesús Para el refectorio de San Leandro en Sevilla realizó Murillo una serie de cuatro lienzos sobre la vida de San Juan Bautista, siendo esta obra que contemplamos la más conocida, acompañándola el Bautismo de Cristo y San Juan y los fariseos. El pintor emplea un sencillo esquema para realizar la composición al colocar a los dos personajes frente al espectador, a la misma altura y representados en actitudes estáticas. La luz empleada por el artista es clara y diáfana, destacando tanto la monumentalidad de ambas figuras como sus gestos y actitudes. Con estas obras, Murillo demuestra que ha alcanzado su madurez y ya no recurre a elementos tomados de otros artistas como ocurría en sus primeros trabajos
  • 21. Bartolomé Esteban Murillo Santiago Peregrino Fecha:1655 Museo: Museo del Prado Características:134 x 107 cm. Material: Oleo sobre lienzo Santiago Peregrino Una de las imágenes más monumentales pintadas por Murillo es el Santiago Peregrino o Santiago Apóstol. Su figura solemne y grandiosa sorprende gratamente al espectador del Museo del Prado. El apóstol está representado de frente al espectador, portando en su mano derecha el bordón de peregrino y en la izquierda un libro que alude a las epístolas. Viste una túnica azul y un precioso manto rojo que hace resaltar la figura del fondo neutro. Estos colores forman parte de la iconografía, ya que el azul simboliza la eternidad y el rojo el martirio. Posiblemente formaría parte de un Apostolado, muy popular en la España del Barroco debido a los ejemplos tan importantes que nos han quedado: Rubens, Ribera o El Greco. Habitualmente son figuras aisladas, captadas con el mayor realismo posible, como ocurre en este caso.
  • 22. Bartolomé Esteban Murillo Virgen y San Bernardo Fecha:1655-60 Museo: Museo del Prado Características:311 x 249 cm. Material: Oleo sobre lienzo Virgen y San Bernardo El pintor ha sabido captar el momento en el que San Bernardo, debido a su gran devoción por la Virgen, es recompensado por ésta con la lactación de su pecho; por eso, vemos a María llevándose la mano derecha a su seno. La composición está resuelta con sencillez al emplear una marcada diagonal ascendente de izquierda a derecha. Otra diagonal, de derecha a izquierda, separa la escena en dos áreas similares, situando en una al santo y en la otra a la Virgen con el niño rodeados de querubines, que tan famoso harán a Murillo. Es una obra de contrastes; además de las zonas de luz perfectamente diferenciadas podemos apreciar una clara idealización de María y el niño, así como los angelitos y una mayor dosis de realismo en la figura del santo, destacando su hábito con unos magníficos pliegues.
  • 23. Bartolomé Esteban Murillo Inmaculada de El Escorial Fecha:1656-60 Museo: Museo del Prado Características:206 x 144 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Inmaculada de El Escorial Murillo siguió las normas del suegro de Velázquez en esta escena, una de las más atractivas de su producción. El rostro adolescente destaca por su belleza y los grandes ojos que dirigen su mirada hacia arriba. La figura muestra una línea ondulante que se remarca con las manos juntas a la altura del pecho pero desplazadas hacia su izquierda. Los querubines que conforman su peana portan los atributos marianos: las azucenas como símbolo de pureza, las rosas de amor, la rama de oliva como símbolo de paz y la palma representando el martirio. Los ángeles aportan mayor dinamismo a la composición, creando una serie de diagonales paralelas con el manto de la Virgen. Debe su nombre a haber estado registrada en la Casita del Príncipe de El Escorial en 1788, entre los cuadros del príncipe Carlos IV, desde donde pasó a Aranjuez y de allí al Prado en 1819. Durante mucho tiempo se la denominó Inmaculada de la Granja por considerar que procedía de aquel palacio.
  • 24. Bartolomé Esteban Murillo Visión de San Antonio de Padua Fecha:1656 Museo: Catedral de Sevilla Características:56 x 33 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Visión de San Antonio de Padua En 1656 el cabildo de la Catedral de Sevilla encarga a Murillo un gran lienzo para decorar el altar de la capilla de San Antonio, que también hacía de capilla bautismal. En el mes de octubre el cuadro estaba colocado en el retablo construido para la ocasión por Bernardo Simón de Pineda. La composición se estructura a través de una diagonal que enlaza las dos zonas mientras que el rompimiento de Gloria está organizado por un círculo. Escorzadas figuras forman este rompimiento, acentuando el aspecto de teatralidad barroca que manifiesta el maestro en la escena. El juego de luces y sombras sirve para unificar la composición, de la misma manera que emplea el color con tal fin. Definitivamente Murillo ha abandonado el claroscuro para trabajar en un estilo propio, superando el naturalismo de la generación anterior que tenía en Zurbarán a su máximo representante
  • 25. Bartolomé Esteban Murillo Anciana espulgando a un niño Fecha:1660-70 Museo: Bayerisches Nationalmuseum (Munich) Características:147 x 113 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Anciana espulgando a un niño Las escenas costumbristas serán una de las especialidades de Murillo, existiendo una amplia demanda de estos temas, especialmente entre los comerciantes y banqueros flamencos que habitaban en Sevilla.. La composición se desarrolla en un interior, recortándose las figuras sobre un fondo neutro al estar iluminadas por un potente foco de luz que entra por la ventana. El pequeño tumbado sobre el suelo come pan y acaricia al perrillo mientras que la mujer procede a quitarle las pulgas o los piojos de la cabeza. La anciana concentra toda la atención en su tarea y ha abandonado sus útiles de hilado que aparecen sobre la banqueta de la derecha. Al fondo podemos contemplar una mesa con una jarra y un cántaro, lo que nos indica que se trata de una familia con escasos recursos económicos pero que sobrevive humildemente.
  • 26. Bartolomé Esteban Murillo Fecha:1660 h. Museo: Museo del Prado Características:123 x 101 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español El Buen Pastor Niño El Autor compara a Cristo con el Buen Pastor de la Biblia. Emplea a sus protagonistas principales: los niños, bien se trate de niños de la calle -como en Dos niños comiendo uvas y melón- o celestiales como en este caso. El Niño Jesús se sitúa en un paisaje con una referencia arquitectónica al fondo, sentado sobre algunos restos clasicistas y dirigiendo su mirada al espectador. En la mano derecha lleva la vara del pastor y con la izquierda acaricia al cordero, quien también dirige la mirada hacia nosotros. La composición se estructura con una pirámide característica del Renacimiento mientras que la pierna y la vara se ubican en diagonal para reforzar el ritmo del conjunto. La atmósfera creada gracias a la iluminación y el colorido recuerdan a la escuela veneciana, aportando el maestro sevillano una idealización de las figuras que no aparece en sus escenas costumbristas
  • 27. Bartolomé Esteban Murillo Nacimiento de la Virgen Fecha:1660 Museo: Museo Nacional del Louvre Características:185 x 165 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Nacimiento de la Virgen La admiración del mariscal Soult hacia las obras de Murillo hizo que éstas peligraran durante la ocupación francesa de 1810. El mariscal francés se prendó del San Antonio con el Niño que decoraba el altar de la capilla de San Antonio de la catedral de Sevilla y quiso llevarse el lienzo a Francia. El Cabildo catedralicio consiguió persuadirle y le ofreció a cambio este Nacimiento de la Virgen que Murillo pintó para la Capilla de la Concepción Grande de la catedral sevillana.Se trata de una de las obras más interesantes del pintor sevillano, inspirándose en la vida cotidiana para su ejecución. Excepto la presencia de los ángeles en la parte superior del lienzo no existe ninguna indicación más de que nos hallamos ante una escena religiosa.
  • 28. Bartolomé Esteban Murillo San Juan Bautista niño Fecha:1660 h. Museo: Museo del Prado Características:121 x 99 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español San Juan Bautista niño El San Juanito aparce sentado sobre una piedra, llevándose la mano derecha al pecho en señal de penitencia y dirigiendo la mirada hacia el cielo de donde le llega una rayo de luz. A su lado encontramos el Cordero que simboliza a Cristo. Las figuras aparecen ante un fondo de paisaje. Al igual que el Buen Pastor Niño, la composición se estructura con una pirámide mientras que diversas diagonales dotan de mayor ritmo al conjunto. La atmósfera conseguida gracias a la luz y el color son una muestra clara de la admiración de Murillo por los maestros venecianos. La pincelada es rápida y diluida cercana al estilo de Velázquez. Resulta curioso comparar esta idealizada escena con los asuntos costumbristas protagonizados por niños en los que Murillo emplea un naturalismo que aporta cotidianidad a las estampas.
  • 29. Bartolomé Esteban Murillo San Juanito y el Cordero Fecha:1660-65 Museo: National Gallery de Londres Características:164 x 106 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español San Juanito y el Cordero Se especula que esta obra podría haber formado parte de la decoración del altar que se levantó en la plaza de Santa María la Blanca con motivo de la reapertura de la iglesia en el año 1665. Sería propiedad de don Justino de Neve, el canónigo de la catedral sevillana promotor del encargo, y haría pareja con un Buen Pastor que hoy guarda la Colección Lane de Londres. San Juanito dirige su mirada hacia el espectador con una seductora sonrisa, abrazando al Cordero mientras señala al Cielo con un dedo de la mano izquierda. La figura se sitúa al aire libre, ante un fondo de paisaje donde abundan las nubes, creando un juego de luces y sombras que recuerda la etapa tenebrista -véase la Magdalena penitente-. El estudio anatómico de la figura infantil está realizado perfectamente, consiguiendo una sensacional volumetría al igual que en el Cordero. La delicadez y actitud del pequeño preludian el estilo del siglo XVIII.
  • 30. Bartolomé Esteban Murillo Santa Justa Fecha:1660 h. Museo: Meadows Museum (Dallas) Características:93 x 64 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español Santa Justa Santa Justa y Santa Rufina son las patronas de Sevilla y su representación es muy popular en la capital andaluza. Se negaron a financiar al ídolo local Salambó por lo que fueron condenadas a prisión y martirizadas. Esta es la razón por la que en este cuadro Murillo pinta a una de las santas portando cacharros y con la palma del martirio en la mano. La santa está representada como una joven sevillana del siglo XVII, secularizando la figura que más bien parece tratarse de un retrato profano debido a la belleza, elegancia y sensualidad de la modelo. El tamaño de los dos lienzos ha hecho pensar que se trataría de cuadros de devoción personal, encargados por algún cliente particular. Para el retablo de los Capuchinos de Sevilla pintará Murillo un gran lienzo con las dos santas juntas que tendrá mucha devoción, siendo tomado como inspiración dos siglos después por Goya.
  • 31. Bartolomé Esteban Murillo Virgen de la Faja Con esta obra Murillo gozó de gran popularidad, realizándose numerosas copias que han aumentado su fama. Al igual que en la Sagrada Familia del Pajarito o la Huida a Egipto, el maestro representa la escena como si de un episodio de la vida cotidiana se tratara, presentando a María envolviendo en pañales al Niño para después colocarle la faja que aparece en la izquierda, de donde el cuadro ha tomado el nombre. El rostro de la madre es tremendamente expresivo, recogiendo cierta melancolía que podría estar relacionada con el futuro del pequeño. Esa ligera melancolía contrasta con la música de los ángeles que aparecen en el fondo, presenciando la escena unos querubines en la parte superior del lienzo.Los personajes se insertan en una serie de diagonales que organizan la composición, aportando dinamismo y ritmo al conjunto. Las figuras están bañadas por una clara luz con la que se consigue cierto efecto atmosférico, que será tomado de la escuela veneciana que Murillo admiró durante su estancia en Madrid en el año 1658. Virgen de la Faja Autor:Murillo Fecha:1660 h. Museo:Colección Particular Características:137 x 112 cm. Material:Oleo sobre lienzo Estilo:Barroco Español
  • 32. Bartolomé Esteban Murillo El hijo pródigo apacienta los cerdos Fecha:1660-70 Museo: Museo del Prado Características:27 x 34 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español El hijo prodigo apacienta los cerdos Tras dilapidar su fortuna haciendo vida disoluta y ser expulsado por las cortesanas, el hijo pródigo debe dedicarse a criar cerdos, pasando terribles calamidades, por lo que decide regresar a casa. Este es el último boceto preparatorio de la serie que guarda el Prado y quizá sea el más trabajado de todo el conjunto. Existen diferencias respecto al lienzo definitivo como la arquitectura del fondo, el paisaje que aquí es más desértico y la iluminación, más oscura en el definitivo. Sin embargo, el resultado de los bocetos es excelente gracias a su tratamiento rápido y deshecho que en algunas ocasiones hace recordar a Rembrandt
  • 33. Bartolomé Esteban Murillo Virgen de la servilleta Existen dos versiones recogidas por O´Neill en 1883 relacionadas con el título de esta obra, una de las más populares de Murillo. La primera de ellas hace referencia a que el pintor solía desayunar en el Convento de los Capuchinos tras oír misa. Un día, tras el cumplido desayuno, los frailes se apercibieron que faltaba una servilleta que días más tarde fue devuelta por Murillo tras pintar una Virgen con un Niño. La segunda versión narra como un devoto fraile solicitó al pintor una Virgen con Niño de pequeño formato para concentrase en sus oraciones. Murillo le respondió afirmativamente pero le solicitó la tela necesaria para su ejecución. El fraile le entregó la servilleta y el pintor la realizó sobre ella. Ambas leyendas son falsas ya que el soporte sobre el que está realizada la obra es lienzo, no tela de mantel. La Virgen con el Niño forma parte de la decoración del retablo mayor del Convento de los Capuchinos de Sevilla, ubicándose concretamente en la portezuela del tabernáculo. Murillo ha sabido captar a la perfección en ambos personajes la ternura y la afectividad. El Niño se inclina hacia el espectador, dirigiendo sus grandes ojos hacia nosotros, lo que motivó la popularidad del lienzo entre los sevillanos. La obra está realizada con una pincelada rápida y certera, rodando a ambos personajes de una sensación atmosférica que diluye sus contornos y crea un efecto de espiritualidad Virgen de la Servilleta Fecha:1664-66 Museo: Museo del Prado Características:68 x 72 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 34. Bartolomé Esteban Murillo Niños jugando a los dados Dos de los chiquillos juegan a los dados en posturas encontradas mientras que un tercero come una fruta mientras que un perro le mira. Se supone que se trata de vendedores de fruta o aguadores debido a la presencia en primer plano de una canasta con fruta y una vasija de cerámica, jugando las escasas monedas conseguidas, realizados todos los detalles con una impronta claramente naturalista. Los gestos de los muchachos están perfectamente caracterizados, especialmente el que echa los dados cuyo rostro está parcialmente iluminado por la rica y dorada luz. Murillo ha creado un círculo donde se integran gestos y actitudes. Como viene siendo habitual en las obras de la década de 1670, el pintor sevillano introduce una atmósfera vaporosa creada por las luces cálidas y la armonía cromática de pardos, blancos, grises y ocres, obteniendo un resultado de gran calidad y belleza protagonizado por las actitudes desenfadas y vitales de los muchachos. Niños jugando a los dados Fecha:1665-75 Museo: Bayerisches Nationalmuseum (Munic) Características:140 x 108 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 35. Bartolomé Esteban Murillo Sueño del Patricio El Sueño del Patricio y la Visita al Pontífice narran la legendaria historia de la fundación de la iglesia de Santa María la Mayor en Roma, por lo que ambas escenas recibieron en Francia los añadidos dorados en los que se representa la planta y el alzado de la iglesia romana. Hay que incidir, pues, en que su formato era semicircular. El Sueño del Patricio Juan recoge la primera parte de la leyenda, según la cual la Virgen y el Niño se aparecieron al patricio y a su esposa en sueños para solicitarles que, con el dinero que le habían legado con tan gran devoción, edificasen una iglesia sobre el monte Esquilino, en cuya cima había trazado María la planta del templo con una nevada milagrosa, pues era la noche del 5 de agosto. Murillo nos muestra al patricio y a su mujer durmiendo sentados, en posturas algo forzadas, mientras que la Virgen y el Niño se sitúan por encima de ellos, rompiendo la penumbra en la que se encuentra la estancia donde descansa la pareja, agotados tras la intensa jornada. Sueño del Patricio Fecha:1665 Museo: Museo del Prado Características:232 x 522 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo:
  • 36. Bartolomé Esteban Murillo Visita al pontífice Su forma original era semicircular pero en París se completaron para formar un rectángulo en las enjutas doradas que contienen la planta y el alzado de Santa María la Mayor en Roma, a cuya construcción se refiere el cuadro. Esta escena es la continuación de la leyenda iniciada en el Sueño del Patricio. Así, Murillo nos presenta al patricio Juan y a su esposa, vestidos con sus mejores galas, ante el papa Liberio, a quien relatan, arrodillados, su sueño. Curiosamente, el Pontífice había tenido un sueño similar esa misma noche. A la derecha, en un plano diferente, se ha situado la procesión hacia el Esquilino donde, a pesar de los calores del verano ya que la escena tiene lugar el 5 de agosto, encontraron la planta de la iglesia diseñada sobre la nieve. Es producto de la fuerte luz que penetra por la izquierda e ilumina al patricio y a su esposa, dejando en semipenumbra al pontífice. A la derecha vemos la procesión más lejana, donde la atmósfera se ha convertido en protagonista, haciéndose más suelta. Visita al Pontífice Fecha:1665 Museo: Museo del Prado Características:232 x 522 cm. Material: Oleo sobre lienzo
  • 37. Bartolomé Esteban Murillo Santa Isabel de Hungría curando a los niños Santa Isabel era hija de rey Andrés II de Hungría. Se casó con Luis IV de Turingia y a la muerte de su esposo en 1227 decidió llevar una vida ascética, dedicándose a realizar obras de beneficencia. Para ello construyó un hospital para pobres y leprosos en Marburgo, atendiendo personalmente a los enfermos. En 1235 fue canonizada por Gregorio IX. Murillo presenta a la santa rodeada de leprosos a los que cura con sus propias manos. Los enfermos están representados con absoluto realismo, apreciándose incluso sus padecimientos y dolores. La santa lava la cabeza de un joven asistida por varias damas que visten elegantes trajes, contrastando con la pobreza de los ropajes de los tiñosos. Tras ellas se contemplan las lentes redondas de una mujer. La escena se desarrolla ante una monumental arquitectura como era habitual en esos creando una composición piramidal que tiene como eje a santa Isabel. La luz dorada baña todos los personajes para crear una atractiva sensación atmosférica que diluye los contornos pero no omite ninguno de los detalles. Santa Isabel de Hungría curando a los niños Fecha:1667-70 Museo: Hospital de la Caridad (Sevilla) Características:325 x 245 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 38. Bartolomé Esteban Murillo Autorretrato Hacia 1670 los hijos de Murillo le encargan la realización de este autorretrato que contemplamos, tal y como aparece en la inscripción en latín. Para su ejecución, el maestro toma como base los tipos de los retratos flamencos y holandeses empleados desde finales del siglo XVI. No debemos olvidar la importante colonia de comerciantes flamencos que estaba afincada en Sevilla con la que el artista tendría una buena relación. El pintor aparece enmarcado en un óvalo decorado con molduras, mientras que sobre la mesa que sujeta el fingido marco encontramos elementos alusivos a su profesión: la paleta y los pinceles en la derecha y un dibujo con el lápiz, el compás y la regla en la izquierda. El modelo saca la mano del óvalo y la apoya en el marco, para crear una mayor sensación de perspectiva y acentuar el naturalismo que caracteriza a todo el conjunto. Autorretrato Fecha:1670 Museo: National Gallery de Londres Características:122 x 107 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 39. Bartolomé Esteban Murillo Invitación al juego de pelota a pala Se ha interpretado este asunto como una conversación entre niños, uno de ellos que está realizando un recado para sus padres y un pícaro que le anima a jugar a pelota a pala, apareciendo los instrumentos del juego junto a él. El perrito actúa como elemento de unión entre ambos personajes, mirando atentamente el mendrugo de pan que el niño de pie esta comiendo. Los niños están al aire libre, ante un edificio en su izquierda mientras que la zona de la derecha se completa con un cielo nublado. Una vez más Murillo ha puesto toda su maestría en captar las expresiones de los pequeños, siendo la sonrisa picarona de uno y el pensativo gesto del otro los verdaderos puntos de atracción de la composición. Forma pareja con los Tres muchachos Invitación al juego de pelota a pala Fecha:1670 h. Museo: Dulwich Picture Gallery Características:160 x 104 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 40. Bartolomé Esteban Murillo Joven y su dueña Murillo proporciona imágenes bellas, iluminadas con suaves tonos dorados y rostros gentiles. Es el caso de esta pintura, realizada con frescura e ingenuidad. Muestra un tema muy explotado en la pintura española. En el caso de Murillo, la joven parece una muchacha del pueblo, con grandes ojos llenos de confianza y alegría. La dueña parece divertida por lo que ve en la calle y se tapa el rostro para ocultar la risa. La composición del lienzo es muy acertada: se basa en un ángulo recto acodado en la esquina inferior izquierda del marco. El ángulo está subrayado arquitectónicamente por el alféizar y la contraventana de madera, y así como por los personajes, con la jovencita apoyada y la dueña que se asoma. Joven y su dueña Fecha:1670 h. Museo: National Gallery (Washington) Características:127,7 x 106,1 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 41. Bartolomé Esteban Murillo Muchacha con flores En esta ocasión, tratándose de una de las imágenes costumbristas más atractivas de la producción del sevillano. Angulo ha querido ver en esta imagen una alusión a lo efímero de la belleza y la juventud, que vendría subrayado por las rosas marchitas y deshojadas que aparecen en el manto de la joven La muchacha aparece al aire libre, dirigiendo su risueño gesto al espectador y sentada sobre un pequeño muro que tiene su continuación arquitectónica en el pilar que aparece a su espalda. Viste de manera sencilla pero elegante, coronando su cabeza con un gracioso tocado. La figura es iluminada por un potente foco de luz que resbala por las telas, realzando la volumetría del personaje. Muchacha con flores Fecha:1670 h. Museo: Dulwich Picture Gallery Características:119 x 96 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 42. Bartolomé Esteban Murillo Niños comiendo pastel Niños comiendo pastel, también denominados Niños comiendo de una tartera. La glotonería caracteriza buen parte de estas imágenes realizadas al aire libre y bañadas por un elegante luminosidad que acentúa el aspecto atmosférico de la composición. Una vez más Murillo vuelve a destacar como pintor de gestos y actitudes, centrándose aquí en la alegría sonriente del pequeño que mira como su compañero se lleva el pastel a la boca, acción que también contempla el perrillo que les acompaña. El naturalismo que define toda la composición se manifiesta con mayor fuerza en el cesto de frutas y el pan que aparecen en primer plano, una muestra más de cómo los pequeños consiguen sus alimentos a pesar de sus ropajes raídos y sus pies descalzos. Niños comiendo pastel Fecha:1670-75 Museo: Alte Pinakothek (Munich) Características:123 x 102 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 43. Bartolomé Esteban Murillo Niños de la Concha Murillo es uno de los mejores pintores de niños de la pintura española. los niños "divinos" como éstos de la escena que observamos, ejecutados con un elevado grado de idealización, aunque no por ello exentos de gracia y ternura. Murillo nos presenta a los niños a orillas del río Jordán, eligiendo el instante en el que el Niño Jesús ofrece la concha a su primo. En primer plano, un corderito - símbolo de Cristo - contempla la escena, mientras que la parte superior presenta un Rompimiento de Gloria con tres ángeles muy difuminados. Los contrastes de luces y sombras son sorprendentes y otorgan una especie de bruma a la escena, bruma conocida como "efecto vaporoso" que caracterizará las últimas obras del pintor. Niños de la Concha Fecha:1670 Museo: Museo del Prado Características:104 x 124 cm. Material: Oleo sobre lienzo
  • 44. Bartolomé Esteban Murillo Rebeca y Eliezer Murillo recoge en esta escena el momento en que Rebeca ofrece agua al sediento mayoral de los rebaños de Abraham, Eliezer, cuando éste buscaba en Mesopotamia la mujer para Isaac. Rebeca es acompañada por tres mujeres, apareciendo una de ellas de espaldas mientras que al fondo se aprecia la caravana de camellos y un caballo. El naturalismo de las figuras dispuestas alrededor del pozo, los alegres colores de los ropajes, la expresividad de algunos gestos y la luz y atmósfera que impregna la composición hacen de esta obra una de las más interesantes de la etapa madura del pintor, alejado del claroscuro de la década de 1650 e interesado por efectos atmosféricos tomados de Herrera el Mozo, Van Dyck y la escuela veneciana. Rebeca y Eliezer Fecha:1670 h. Museo: Museo del Prado Características:107 x 171 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 45. Bartolomé Esteban Murillo Tres muchachos La escena tiene lugar al aire libre donde dos niños están dispuestos a iniciar su merienda cuando aparece un tercero que porta un cántaro, demandando un trozo de la tarta que están a punto de comer. El que tiene la tarta en sus manos la retirada del campo de acción del muchacho negro mientras que el otro dirige su mirada al espectador y sonríe abiertamente. El pequeño negro muestra un gesto amable en su demanda. Un triángulo organiza la composición, ocupando la cabeza del niño negro el vértice, creando un juego de luces y sombras con el que refuerza la sensación atmosférica. Las tonalidades pardas y terrosas contrastando con claras son habituales de esta época caracterizada por el aspecto naturalista de las composiciones, especialmente las populares. Tres muchachos Fecha:1670 h. Museo: Dulwich Picture Gallery Características:159 x 104 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 46. Bartolomé Esteban Murillo Visión de San Francisco en la Porciúncula La composición se divide en dos zonas: cielo y tierra, contrastando tanto por sus efectos cromáticos como lumínicos. Mientras que en la zona inferior aparece san Francisco arrodillado, vistiendo su hábito terroso y con los brazos abiertos, sumido en la penumbra que apenas deja ver la arquitectura de la capilla de la Porciúncula, en la zona superior se manifiestan intensos resplandores dorados. Los ángeles rodean las figuras de Cristo y la Virgen. Cristo se muestra en actitud triunfante, sosteniendo la cruz con su brazo izquierdo y cubriendo parte de su esbelto cuerpo con una túnica roja que ondea al aire tras su espalda. La Virgen dirige su mirada al Hijo y viste la característica túnica roja y el manto azul. Visión de San Francisco en la Porciúncula Fecha:1670 h. Museo: Museo del Prado Características:206 x 146 cm. Material: Oleo sobre lienzo Estilo: Barroco Español
  • 47. Bartolomé Esteban Murillo Nicolás de Omazur La especialidad de Murillo no era el retrato, aunque sí realizó algunos como éste de Don Nicolás de Omazur, gran amigo del pintor, natural de Amberes, importante comerciante de sedas y muy aficionado a la poesía, llegando a componer algunos versos. Formaba pareja con el retrato de su esposa, Isabel de Malcampo, actualmente perdido. Murillo sigue la tradición flamenca y holandesa de los retratos dobles insertos en un óvalo. Don Nicolás porta en sus manos una calavera, símbolo de la muerte y resurrección y de la vanidad de las cosas. El pintor se ha centrado en la personalidad del modelo, iluminando el rostro para llamar la atención sobre él. La sobriedad cromática recuerda los retratos de Van Dyck Nicolás de Omazur Fecha:1672 h. Museo: Museo del Prado Características:83 x 73 cm. Material: Oleo sobre lienzo
  • 48. Bartolomé Esteban Murillo Inmaculada de Soult Difícilmente podemos encontrar en la historia de la pintura universal imágenes más populares y reproducidas que las Inmaculadas de Murillo. María viste túnica blanca, símbolo de pureza, y manto azul, símbolo de eternidad, lleva sus manos al pecho y eleva la mirada al cielo. La belleza idealizada de su joven rostro es lo que más llama la atención del espectador. El estatismo de la figura de la Inmaculada contrasta con el movimiento de los querubines que le sirven de peana, en posiciones totalmente escorzadas. La luz dorada que ilumina la escena provoca un marcado efecto atmosférico que diluye los contornos, creando a su vez un fuerte claroscuro que provoca mayor dinamismo, haciendo de ésta la más barroca de sus Inmaculadas Inmaculada de Soult Fecha:1678 Museo: Museo del Prado Características:274 x 190 cm. Material: Oleo sobre lienzo
  • 49. Bartolomé Esteban Murillo Martirio de San Andrés En el Martirio de San Andrés, Murillo va perdiendo el estilo tenebrista que definía su primera etapa para pasar a fórmulas mucho más coloristas, en las que las influencias de Rubenso Ribera son palpables. La cruz en aspa de San Andrés domina la composición, iluminada por un fuerte haz de luz amarillenta procedente del cielo, en el que se vislumbran unos querubines. A ambos lados del santo nos encontramos con grupos de figuras, destacando al efecto naturalista de las mujeres de la izquierda y el escorzo de los caballos en la derecha, así como el hombre de espaldas con el perro. El fondo está muy difuminado, aunque se observan varias arquitecturas clásicas inspiradas en Veronés. Toda la escena se diluye por efecto de la atmósfera dentro del "estilo vaporoso" que caracteriza los últimos años del artista, en los que también destaca la pincelada suelta. Martirio de San Andrés Fecha:1680 Museo: Museo del Prado Características:123 x 162 cm. Material: Oleo sobre lienzo

Notes de l'éditeur

  1. Bartolomé Esteban Murillo