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Trigésima Primera Conferencia de Prensa Mensual
Sobre la incidencia delictiva del mes de julio de 2013
21 de agosto de 2013
Agradecemos la presencia de los medios de comunicación en esta rueda de prensa donde las organizaciones de
la sociedad civil y los organismos intermedios del sector privado de Nuevo León presentamos nuestra postura
sobre los resultados de la autoridad estatal y las municipales en materia de seguridad.
El análisis estadístico sobre la incidencia delictiva realizado con datos de la Procuraduría de Justicia del Estado
nos permite abordar los siguientes temas:
1. Robo a casa y negocio, con tendencias negativas.
2. Violencia familiar, un combate sin líder.
3. Buenas prácticas, hacia una visión metropolitana.
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1. Robo a casa y negocio, con tendencias negativas.
En febrero de este año se rompió la tendencia a la baja que presentaba el robo a negocio desde el 2011. Desde
entonces, el robo a negocio incrementó en 58% al pasar de 224 denuncias a 355 en julio. De continuar con esta
tendencia, el año 2013 podría cerrar con una cifra superior al valor acumulado del 2012.
San Pedro, San Nicolás y Guadalupe son los municipios con las tasas más altas de robo a casa por cada 100,000
viviendas particulares habitadas. Estos municipios además presentan incrementos considerables al comparar la
tasa acumulada de enero a julio de 2013 contra el mismo periodo de 2012. San Pedro que pasó de una tasa de
268 robos a una tasa de 523 equivalente a un 95% de incremento y Guadalupe pasó de una tasa 301 a una tasa
de 360 robos equivalente a un aumento del 20%. En el caso de San Nicolás que pasó de una tasa de 365 a una
tasa de 374, aunque el incremento es del 2%, tasa acumulada en 2013 ocupa el segundo lugar en la zona
metropolitana.
La seguridad no está basada solamente en la reducción de delitos de alto impacto. Una prueba de ello son los
pendientes a atender en la fuerza pública. y en donde el exceso de confianza puede revertir el esfuerzo y
propiciar - como ya ocurre- que los delitos del orden común estén llegando a niveles mayores que en 2012.

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Reiteramos la necesidad de hacer trabajo de prevención y de proximidad con los vecinos ante un estado de
fuerza que, en términos generales, sigue siendo insuficiente en el área conurbada. Aunque algunos municipios
han anunciado acciones para prevenir y combatir estos delitos, exigimos a las autoridades municipales que
establezcan metas mensuales de disminución del robo a casa y del robo a negocio.
2. Violencia familiar, un combate sin líder.
Lo hemos señalado de manera reiterada: las denuncias por violencia familiar siguen creciendo por tercer año
consecutivo. Las denuncias acumuladas de enero a julio de 2013 para este delito son 15% superiores a las
registradas en el mismo periodo del año 2012, 37% con respecto a 2011 y 46% con respecto a 2010.
Una víctima de violencia familiar padece eventos reiterados que escalan en su grado de violencia pudiendo
culminar en homicidios contra mujeres y niños. Reconocemos que el combate a este delito es complejo por la
naturaleza privada del mismo. Por ello, implica prevención con información para desactivar el círculo de la
violencia con base a estadísticas y perfiles detallados. No hemos visto, a la fecha, una autoridad que coordine
con liderazgo la lucha para disminuir los niveles de violencia en nuestra sociedad. Es necesario detectar estos
casos con los niños en las escuelas a través de una adecuada capacitación de los docentes. Es necesario
incentivar la denuncia de estos delitos y capacitar a los operadores de procuración de justicia con perspectiva
de género y derechos humanos para dar un adecuado tratamiento a los casos y a las víctimas.
Reconocemos a la autoridades estatal y las municipales por la importante reducción de los delitos de alto
impacto como robos con violencia y homicidios. Sin embargo, ante las altas cifras y tendencias negativas de los
delitos sociofamiliares como violencia familiar, los delitos sexuales y las lesiones, no podemos estar satisfechos
con lo logrado hasta ahora. Estos delitos son los que dejan las huellas más profundas en quienes los padecen; es
en la vida violenta en donde se gestan las futuras conductas criminales.
Es urgente que la autoridad estatal de a conocer el programa de prevención del delito y de la violencia familiar
que ha anunciado. Existen variadas organizaciones de la sociedad civil expertas en la atención a víctimas de
violencia y que estarían dispuestas a colaborar con las autoridades en la estrategia de combate a los delitos
sociofamiliares.
3. Buenas prácticas, hacia una visión metropolitana.
El modelo de ciudad actual ha favorecido el crecimiento desmedido de la mancha urbana creando los
municipios dormitorio, de tránsito y las colonias abandonadas de las periferias sin presencia de las autoridades.

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La opción es trabajar con una visión metropolitana que implica detectar buenas prácticas y la colaboración
entre autoridades para compartirlas. A continuación haremos referencia a algunas prácticas que si bien aún son
perfectibles, son una opción para prevenir y desincentivar a la delincuencia.
En San Nicolás, la Unidad de Atención a Víctimas cuenta con un equipo multidisciplinario que da seguimiento a
la víctima, acercándole la denuncia sin que tenga que trasladarse al Ministerio Público. Público. En Escobedo,
los policías municipales participan en actividades de prevención a través de la capacitación en colonias,
colegios, iglesias, entre otros. En San Pedro se reactivo la modalidad de "denuncia en sitio" que permite a las
víctimas de cualquier delito hacer su denuncia sin tener que trasladarse a las instalaciones del Ministerio
Público.
En Guadalupe, el programa Vecino Vigilante trabaja en las colonias con los vecinos en estrategias de seguridad
comunitaria en colaboración con la policía municipal para desincentivar a la delincuencia. En García, se ha
implementado la figura del "guardia municipal" que es un vecino capacitado y que recibe un salario por
patrullar su colonia. Este vecino trabaja en conjunto con la policía municipal también para desincentivar el robo
común en su colonia.
Acciones como estas son una posibilidad que tienen al alcance las autoridades municipales para reducir la
incidencia de los delitos del fuero común. Los exhortamos a colaborar con una visión metropolitana en la que la
seguridad es un derecho protegido y velado por el Estado.
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El diseño hostil de nuestra ciudad y el crecimiento desmedido de la mancha urbana rompen con la convivencia
y degradan poco a poco el tejido social. La violencia familiar, los delitos sexuales, los crímenes por odio, los
homicidios y los secuestros muestran las profundas heridas que tenemos como sociedad. Las actuales y las
futuras generaciones crecen y socializan en esta ciudad, aprenden la violencia como forma cotidiana de
convivencia y para solucionar conflictos.
La violencia familiar observada en la infancia provoca variaciones psicológicas importantes, incrementando el
nivel de depresión y ansiedad, el consumo de alcohol y otras adicciones. Esto es un claro antecedente de las
conductas antisociales y delictivas. De adultos replicarán lo que han aprendido y estaremos de vuelta al cabo de
unos años intentando medidas heroicas para detener el crimen que dejamos que se gestara ante nuestra
indolencia como sociedad.