El decreto tiene como objetivo reforzar y crear iniciativas para mejorar la convivencia en los centros educativos de Castilla-La Mancha, evitar conflictos y regular la convivencia escolar. Propone actividades para promover valores de convivencia como murales y tutorías personalizadas, y los centros se comprometen a organizar días de convivencia para desarrollar un clima de buena convivencia.