2. “Año de la Promoción de la Industria Responsable y
del compromiso Climático”
Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote
Facultad de Ciencias de la Salud
Escuela profesional de Psicología
Alumna
:
Pérez Reátegui Diana Carolina
Docente
:
Psc. Jeannette Ross Lozano
Asignatura
:
Psicología Social y Comunitaria
Tema
:
La Violencia
Ciclo
:
V
Nivel
:
III
Iquitos – Perú
2014
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3. DEDICATORIA
Este trabajo va dedicado en primero lugar a
Dios por ser el dueño de la vida, en segundo
lugar a mis padres y a mi novio por el apoyo
que me dan y por siempre motivarme y
alentarme, a mis compañeros y profesora.
INTRODUCCIÓN
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4. La violencia, medio que debiera estar ya desterrado en una sociedad civilizada,
sigue actuando entre nosotros como si fuera el único medio, por medio del cual
unos pocos hacen oír su voz, mientras que la mayoría, perjudicada, ha de
seguir aguantando.
No cabe duda que la violencia en la familia es la base de tanta violencia. Se ve
a diario como madres y padres dañan tanto física como psicológicamente,
dando un ejemplo a sus hijos, futuras personas violentas.
Si no tomamos conciencia cada uno de nosotros de la violencia que generamos
en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la calle o donde sea que convivamos,
no podemos contribuir a que cese tanta violencia en este país tan reprimido.
Otro caso penoso es que los adolescentes de nuestro país están actuando de
una forma vandálica, esto se debe a la formación, a la falta de amor que hay en
sus casas, a la falta de conocimientos que le permitan razonar que ponerse
una “capucha” y salir a cometer actos inhumanos no es debido.
Está claro y da lástima, que ya ni en nuestro hogar podemos estar confiados y
protegidos de cualquier delincuente.
Qué bueno sería que alguien pudiera inventar una “VACUNA” contra la
“VIOLENCIA”.
En las siguientes páginas, se realiza un análisis crítico sobre violenciay el
señalamiento de algunos puntos propuestos derivados de este análisis para
contribuir a la disminución de la violencia en nuestros países y comunidades,
que incluye una mínima revisión de la teoría de la prosocialidad.
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5. 1. CONCEPTO
La violencia es una acción ejercida por una o varias personas en donde se
somete
que
de
manera
intencional
al maltrato,
presión
sufrimiento,
manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto físico como
psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas.
La violencia es un comportamiento deliberado que resulta, o puede resultar en
daños físicos o psicológicos a otros seres humanos, otros animales o cosas
(vandalismo) y se lo asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya
que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u
ofensas.
“La violencia es la presión psíquica o abuso de la fuerza ejercida contra una
persona con el propósito de obtener fines contra la voluntad de la víctima”.
2. LA VIOLENCIA EN LAS ETAPAS DE LA VIDA
La violencia tiene un efecto profundo sobre la mujer. Empieza antes del
nacimiento, en algunos países, con abortos selectivos según el sexo. O al
nacer, cuando los padres desesperados por tener un hijo varón pueden matar a
sus bebés del sexo femenino. Y sigue afectando a la mujer a lo largo de su
vida. Todos los años, millones de niñas son sometidas a la mutilación de sus
genitales. Las niñas tienen mayor probabilidad que sus hermanos de ser
violadas o agredidas sexualmente por miembros de su familia, por personas en
posiciones de poder o confianza, o por personas ajenas. En algunos países,
cuando una mujer soltera o adolescente es violada, puede ser obligada a
contraer matrimonio con su agresor, o ser encarcelada por haber cometido un
acto "delictivo". La mujer que queda embarazada antes del matrimonio puede
ser golpeada, condenada al ostracismo o asesinada por sus familiares, aunque
el embarazo sea producto de una violación.
Después del matrimonio, el riesgo mayor de violencia para la mujer sigue
habitando en su propio hogar, donde su esposo y, a veces la familia política,
puede agredirla, violarla o matarla. Cuando la mujer queda embarazada,
envejece o padece discapacidad mental o física, es más vulnerable al ataque.
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6. La mujer que está lejos del hogar, encarcelada o aislada de cualquier forma es
también objeto de agresión violenta.
Durante un conflicto armado, las agresiones contra la mujer aumentan, tanto de
parte de las fuerzas hostiles como de las "aliadas".
Cuando hablamos de violencia creemos que solo es “dar golpes‟‟, pero
estamos equivocados. Existen varios tipos de violencias, entre ellos podemos
citar:
Violencia en la familia (intra familiar).
Violencia Psicológica o mental.
Mutilación genital femenina (VIOLENCIA CULTURAL)
2.1.
VIOLENCIA FAMILIAR
La forma más común de violencia contra la mujer es la violencia en el hogar o
en la familia. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer
tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su
compañero actual o anterior que por otra persona.
Los hombres pueden patear, morder, abofetear, dar un puñetazo o tratar de
estrangular a sus esposas o compañeras; les pueden infligir quemaduras o tirar
ácido en la cara; pegar o violar, con partes corporales u objetos agudos; y usar
armas letales para apuñalarlas o dispararles. A veces las mujeres son
lesionadas gravemente y en algunos casos son asesinadas o mueren como
resultado de sus lesiones.
La naturaleza de la violencia contra la mujer en el ámbito familiar ha propiciado
comparaciones con la tortura. Las agresiones están destinadas a lesionar la
salud psicológica de la mujer al igual que su cuerpo, y suelen ir acompañadas
de humillación y violencia física. Al igual que la tortura, las agresiones son
impredecibles y guardan poca relación con el comportamiento de la mujer.
Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana tras otra, durante
muchos años.
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7. La violencia en la familia se da principalmente porque no se tienen respeto los
integrantes de esta, por el machismo, por la incredulidad de las mujeres, y/o
por la impotencia de estos.
Se puede presentar en cualquier familia, de cualquier clase social, una forma
de prevenirla, es alentando a toda la comunidad a que hay que tenerse
respeto, que tenerse respeto, que todos somos iguales y que a pesar de todos
nuestros problemas, nuestra familia es la única que siempre nos apoyará y
ayudará en todo, por eso hay que respetarla y protegerla, aunque seamos los
menores de esta, todos somos elementos importantes, y si sufrimos de
violencia, hay mucha gente que nos ayudará a pasar el mal rato y salir de este
problema.
2.2.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA O MENTAL
La violencia psicológica incluye maltrato verbal en forma repetida, acoso,
reclusión y privación de los recursos físicos, financieros y personales. Para
algunas mujeres, los insultos incesantes y la tiranía que constituyen el maltrato
emocional quizá sean más dolorosos que los ataques físicos, porque socavan
eficazmente la seguridad y la confianza de la mujer en sí misma. Un solo
episodio de violencia física puede intensificar enormemente el significado y el
impacto del maltrato emocional. Se ha informado que las mujeres opinan que el
peor aspecto de los malos tratos no es la violencia misma sino la "tortura
mental" y "vivir con miedo y aterrorizada".
2.3.
MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA (MGF), VIOLENCIA CULTURAL
La MGF, una forma de violencia contra la niña que afecta su vida como mujer
adulta, es una práctica cultural tradicional. En las sociedades donde se
practica, se cree que la MGF es necesaria para garantizar la dignidad de la
niña y su familia y aumenta sus posibilidades de contraer matrimonio.
Se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la
utilización de los instrumentos de la violencia que hemos nombrado
anteriormente. Un caso de violencia cultural puede ser el de una religión que
justifique guerras santas o atentados terroristas, por ejemplo.
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8. La MGF comprende todos los procedimientos que incluyen la remoción parcial
o total de los genitales femeninos externos u otra lesión a los órganos genitales
femeninos ya sea por motivos culturales u otras razones no terapéuticas.
2.4
VIOLENCIA SIMBÓLICA
La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos
transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las
relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
3.
MANIFESTACIONES DE LA VIOLENCIA
3.1.
VIOLENCIA DOMÉSTICA. La violencia psicológica y física con el
cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños.
3.2.
VIOLENCIA COTIDIANA. Es la que venimos sufriendo diariamente y se
caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una
cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los
hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los
problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos
siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
3.3.
VIOLENCIA POLÍTICA. Es aquella que surge de los grupos organizados
ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la
indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no
participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas
como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo
institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos
alzados en armas.
3.4.
VIOLENCIA SOCIO-ECONÓMICA. Que es reflejada en situaciones de
pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo,
subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o
desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud.
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9. 3.5.
VIOLENCIA CULTURAL.Esta forma de la violencia hace referencia a
aspectos de la cultura que la legitiman a través del arte, la religión, la filosofía,
el derecho, etc.
De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y
visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla.
En cambio, la violencia cultural y la violencia estructural, son menos visibles,
pues en ellas intervienen más factores, detectar su origen, prevención y
remedio es más complicado.
Hacia los años 90 surge, de la mano de Galtung, una nueva aproximación a la
violencia al crearse el concepto de violencia cultural, que la define como una
violencia, simbólica, que “se expresa desde infinidad de medios (simbolismos,
religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, medios de comunicación,
educación, etc.), y que cumple la función de legitimar la violencia directa y
estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de quienes la sufren, y
ofrece justificaciones para que los seres humanos, a diferencia del resto de
especies, se destruyan mutuamente y sean recompensados incluso por
hacerlo”.1 Así, por ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa de la fe o
en defensa de la religión.
En el panorama sobre el tema de la violencia, la violencia estructural aportó
una nueva visión, más dinámica, más procesual, más amplia, de la violencia de
la que había hasta entonces. Pero aún quedaban incertidumbres por resolver:
¿por qué optaban las personas por el uso de la violencia aún cuando sus
posibilidades de lograr una victoria que les beneficiase eran muy escasas,
teniendo en cuenta que el poder siempre puede hacer uso de una violencia
mayor, más planificada e incluso legalizada? ¿Por qué no se usan,
habitualmente, fórmulas diferentes a la violencia? Las respuestas a estas
preguntas vinieron del entorno cultural en el que todo ser humano se desarrolla
y se educa. Estamos educados en una cultura de violencia, donde no se nos
enseña, ni se nos permite, ver alternativas a la violencia.
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10. Porque en las escuelas y los demás medios de transmisión y reproducción de
la cultura nos han enseñado la historia como una sucesión de guerras; estamos
acostumbrados a que los conflictos se reprimen por la incuestionable autoridad
paterna, o por la autoridad del macho sobre la hembra, o por las leyes
nacionales o internacionales; los medios de comunicación de masas nos
venden como la única vía de solución de los conflictos internacionales el uso de
los ejércitos, etc. Es decir, vivimos inmersos en una violencia constante, la cual
se manifiesta a diario, en todos los ámbitos y a todos los niveles.
La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas
en lo religioso, en lo económico, en las relaciones de género, en las relaciones
con la naturaleza, etc. Se basa en un amplísimo entramado de valores que
asumimos continuamente desde pequeños y que luego se refuerzan con las
normas legales de la sociedad para inculcarnos una cultura opresiva porque es
acrítica y delegadora y porque nos prepara para la colaboración pasiva y/o
activa con estructuras injustas e insolidarias. Por tanto, el problema es que
luchar contra este tipo de violencia es muy complicado, puesto que nuestra
sociedad cultural nos acerca a la idea profunda de la visión negativa de los
conflictos, de nuestra visión simple, miedosa e impuesta de la paz, con lo que
encontrar alternativas a la manera de vivir y de actuar queda reducido y poco.
Este concepto, no por ello este tipo de violencia, es relativamente nuevo. Por
eso, con el paso del tiempo se han reconocido las grandísimas implicaciones
que tiene la violencia cultural, incluso para resituarlo al lado, en igualdad de
condiciones, con los otros tipos de violencia (directa y estructural).
Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de una religión que
justifique la realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como
la legitimidad otorgada al Estado para ejercer la violencia. Otro ejemplo, son las
ideas y los conceptos que sirven para justificar la violencia, la injusticia y la
pobreza que se representa a través de las actitudes de "los ricos" que asumen
la situación como normal y continúan haciendo su vida como si nada ocurriera.
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11. 3.6. VIOLENCIA DELINCUENCIAL. Robo, estafa, narcotráfico, es decir,
conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales.
Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales
establecidas para vivir en grupo. Establecido no ayuda a resolver los
problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito
fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de
esfuerzo y preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los
jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de
sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las
instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de
violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar.
3.7.
VIOLENCIA JUVENIL. Se refiere a los actos físicamente destructivos
(vandalismo) que realizan los jóvenes entre los 10 y los 29 años de edad y que
afectan a otros jóvenes dentro del mismo rango de edad. Como vemos, la
violencia directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo
detectarla y combatirla.
4.
CAUSAS DE LA VIOLENCIA
El alcoholismo: un sin número de casos registra que un gran por ciento
de las mujeres que son agredidas por sus compañeros conyugales,
están bajo el efecto del alcohol.
Falta de conciencia en los habitantes de una sociedad: creen que esta
es la mejor forma de realizar las cosas: huelgas, tiroteos, golpes, etc.
Fuerte ignorancia que hay de no conocer mejor vía para resolver las
cosas: no saben que la mejor forma de resolver un fenómenos sociales
conversando y analizando qué causa eso y luego tratar de solucionarlo.
El no poder controlar los impulsos: muchas veces somos impulsivos,
generando así violencia, no sabemos cómo resolver las cosas.
La falta de comprensión existente entre las parejas, la incompatibilidad
de caracteres: la violencia intra-familiar es la causa MAYOR que existe
de violencia, un niño que se críe dentro de un ambiente conflictivo y
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12. poco armonioso ha de ser, seguro, una persona problemática y con
pocos principios personales.
Falta de comprensión hacia los niños: saber que los niños son criaturas
que no saben lo que hacen, son inocentes. Muchas madres maltratan a
sus hijos, y generan así violencia.
La drogadicción: es otra causa de la violencia, muchas personas se
drogan para poder ser lo que no son en la realidad, para escapar así de
la realidad causando mucha violencia: si no tienen cómo comprar su
„‟producto‟‟ matan y golpean hasta a su propia madre.
La violencia se origina en la falta de consideración hacia la sociedad en que
vivimos, si creamos mayor conciencia en nosotros mismos, si analizamos que
la violencia no es la mejor forma de alcanzar las metas, de seguro nuestra
sociedad crecerá y se desarrollaría.
5.
CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA
5.1. CONSECUENCIAS PARA LA SALUD
La violencia contra la mujer y la niña, y demás miembros de la sociedad,
aumenta su riesgo de mala salud. Un número cada vez mayor de estudios que
exploran la violencia y la salud informan sistemáticamente sobre los efectos
negativos. La verdadera medida de las consecuencias es difícil de evaluar, sin
embargo, porque los registros médicos carecen generalmente de detalles
vitales en cuanto a las causas violentas de las lesiones o la mala salud.
Las consecuencias de la violencia contra la mujer pueden no ser mortales y
adoptar la forma de lesiones físicas, desde cortes menores y equimosis
(golpes, moretones) a discapacidad crónica o problemas de salud mental.
También pueden ser mortales; ya sea por homicidio intencional, por muerte
como resultado de lesiones permanentes o SIDA, o debido a suicidio, usado
como último recurso para escapar a la violencia. En esta carpeta de
información, Consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer y la
niña, se explora el tema en más profundidad
La violencia trae dos tipos de consecuencias: Físicas y Psicológicas
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13. 5.2. CONSECUENCIAS FÍSICAS
5.2.1. Homicidio
Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres que mueren de
homicidio son asesinadas por su compañero actual o anterior.
En las culturas en que se practica la costumbre de la dote (bienes que aporta la
mujer al matrimonio o que dan a los esposos sus padres o terceras personas,
en vista de su matrimonio), esta puede ser mortal para la mujer cuyos padres
no pueden satisfacer las demandas de regalos o dinero.
La violencia que comienza con amenazas puede terminar en "suicidio" forzado,
muerte por lesiones u homicidio.
5.2.2. Lesiones graves
Las lesiones sufridas por las mujeres debido al maltrato físico y sexual pueden
ser sumamente graves. Muchos incidentes de agresión dan lugar a lesiones
que pueden variar desde equimosis (golpes y moretones) a fracturas hasta
discapacidades crónicas. Un alto porcentaje de las lesiones requiere
tratamiento médico.
5.2.3. Lesiones durante el embarazo
Las investigaciones recientes han identificado a la violencia durante el
embarazo como un riesgo a la salud tanto de la madre como del feto no nacido.
Las investigaciones sobre este rubro han indicado mayores niveles de diversas
condiciones.
5.2.4. Lesiones a los niños
Los niños en las familias violentas pueden también ser víctimas de maltrato.
Con frecuencia, los niños se lastiman mientras tratan de defender a sus
madres.
5.2.5. Embarazo no deseado y a temprana edad
La violencia contra la mujer puede producir un embarazo no deseado, ya sea
por violación o al afectar la capacidad de la mujer de negociar el uso de
métodos anticonceptivos. Por ejemplo, algunas mujeres pueden tener miedo de
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14. plantear el uso de métodos anticonceptivos con sus parejas por temor de ser
golpeadas o abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que han sido maltratados como niños,
tienen menos probabilidad de desarrollar un sentido de autoestima y
pertenencia que los que no han experimentado maltrato.
Tienen mayor probabilidad de descuidarse e incurrir en comportamientos
arriesgados como tener relaciones sexuales en forma temprana o sin
protección. Un número creciente de estudios indica que las niñas que son
maltratadas sexualmente durante la niñez tienen un riesgo mucho mayor de
embarazo no deseado durante la adolescencia.
Este riesgo mayor de embarazo no deseado acarrea muchos problemas
adicionales. Por ejemplo, está bien documentado que la maternidad durante la
adolescencia temprana o media, antes de que las niñas estén maduras
biológica y psicológicamente, está asociada con resultados de salud adversos
tanto para la madre como para el niño. Los lactantes pueden ser prematuros,
de bajo peso al nacer o pequeños para su edad gestacional.
Cuando se produce un embarazo no deseado, muchas mujeres tratan de
resolver su dilema por medio del aborto. En los países en que el aborto es
ilegal, costoso o difícil de obtener, las mujeres pueden recurrir a abortos
ilegales, a veces con consecuencias mortales.
5.2.6. Vulnerabilidad a las enfermedades
Si se comparan con las mujeres no maltratadas, las mujeres que han sufrido
cualquier tipo de violencia tienen mayor probabilidad de experimentar una serie
de problemas de salud graves.
Se ha sugerido que la mayor vulnerabilidad de las mujeres maltratadas se
puede deber en parte a la inmunidad reducida debido al estrés que provoca el
maltrato. Por otra parte, también se ha responsabilizado al auto descuido y a
una mayor proclividad a tomar riesgos. Se ha determinado, por ejemplo, que
las mujeres maltratadas tienen mayor probabilidad de fumar que aquellas sin
antecedentes de violencia.
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15. 5.3. CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS.
5.3.1. Suicidio
En el caso de las mujeres golpeadas o agredidas sexualmente, el agotamiento
emocional y físico puede conducir al suicidio. Estas muertes son un testimonio
dramático de la escasez de opciones de que dispone la mujer para escapar de
las relaciones violentas.
5.3.2. Problemas de salud mental
Las investigaciones indican que las mujeres maltratadas experimentan enorme
sufrimiento psicológico debido a la violencia. Muchas están gravemente
deprimidas o ansiosas, mientras otras muestran síntomas del trastorno de
estrés postraumático.
Es posible que estén fatigadas en forma crónica, pero no pueden conciliar el
sueño; pueden tener pesadillas o trastornos de los hábitos alimentarios; recurrir
al alcohol y las drogas para disfrazar su dolor; o aislarse y retraerse, sin darse
cuenta, parece, que se están metiendo en otro problemas, aunque menos
graves, pero dañino igualmente.
La violación y el maltrato sexual del niño pueden causar daños psicológicos
similares. Un episodio de agresión sexual puede ser suficiente para crear
efectos negativos duraderos, especialmente si la niña víctima no recibe
posteriormente apoyo adecuado. Al igual que la violencia contra la mujer en el
seno familiar, el maltrato del menor suele durar muchos años y sus efectos
debilitantes pueden hacerse sentir en la vida adulta. Por ejemplo, la pérdida de
autoestima de la mujer que ha sido maltratada en la niñez puede traducirse en
un mínimo de esfuerzo para evitar situaciones en que su salud o seguridad
estén en peligro.
Ser víctima de violación o abuso sexual es una experiencia muy traumática y
sus consecuencias pueden prolongarse por mucho tiempo. Víctimas (mujeres,
niñas y niños) que han sufrido ataques sexuales describen los siguientes
sentimientos:
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16.
Temor.
Culpa.
Desvalorización
Odio
Vergüenza
Depresión
Asco
Desconfianza
Aislamiento
Marginalidad
Ansiedad
Ser diferente (se sienten diferentes a los demás)
Es un mito que la violencia sexual la ejercen solamente extraños, muchas
violaciones y abusos son cometidos por hombres que la víctima conoce,
incluyendo parejas y amigos íntimos. Por ello los ataques ocurren en cualquier
momento del día.
Violación y abuso sexual puede ser realizado por extraños o conocidos, pero
"nunca con culpa de la víctima", pues existe la errónea creencia que es la
víctima quien lo provoca.
Efectos en el niño derivados de haber presenciado actos de violencia
Las investigaciones han indicado que los niños que presencian actos de
violencia en el hogar suelen padecer muchos de los síntomas que tienen los
niños que han sido maltratados física o sexualmente. Las niñas que presencian
a su padre o padrastro tratando violentamente a su madre tienen además más
probabilidad de aceptar la violencia como parte normal del matrimonio que las
niñas de hogares no violentos. Los varones que han presenciado la misma
violencia, por otro lado, tienen mayor probabilidad de ser violentos con sus
compañeras como adultos.
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17. 6.
6.1.
IMPACTO SOCIAL
IMPACTO EN LA SOCIEDAD.
Es de vital importancia que para establecer posibles soluciones al problema de
la violencia intra familiar ha de ponerse gran atención a la formación de los
menores que son parte integral de una familia ya que es precisamente en la
niñez donde a través de los padres se transmiten todos aquellos valores que
servirán al individuo en su futuro para una debida adaptación en la sociedad,
dando esto como resultado personas capaces de respetar los derechos de
cualquier ser humano y por ende los derechos de las personas que conforman
su propia familia, ya que se considera según la sociología que para evitar
problemas sociales como es la delincuencia, la drogadicción, la prostitución,
etc.. Es necesario atacar de raíz, es decir siendo la familia la célula principal de
toda agrupación humana el atender de manera responsable su problemática se
evitara el grave problema de la violencia familiar. Entre el impacto que recibe
una sociedad donde sus habitantes o familias sufren de violencia, están los
siguientes:
a) Costos agregados de atención de salud
Los costos a la sociedad de la violencia contra la mujer son extraordinarios,
considerando solamente la atención de salud. Una proporción de estos costos
son para tratar las lesiones físicas graves. Una cantidad sustancial también se
gasta en problemas psicológicos como el manejo de las ansiedades y los
síntomas que las mujeres más felices y más seguras pueden tolerar, pasar por
alto o encogerse de hombros.
b) Efectos sobre la productividad y el empleo
Las mujeres que experimentan violencia pueden efectuar un menor aporte a la
sociedad así como a la propia realización de su potencial. El impacto
económico del maltrato puede extenderse a una pérdida del potencial de la
mujer de percibir remuneración. Ello puede deberse en parte a que las niñas
que son víctimas de violencia tienen probabilidad de padecer de ansiedad o
depresión y ser incapaces de desarrollar su capacidad plena en la escuela.
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18. Debido a su experiencia de no tener control de su propio cuerpo, el mundo
puede convertirse en un lugar amenazante donde la mujer evita retos de todo
tipo.
En las zonas en que el maltrato sexual de las estudiantes de parte de los
profesores es prevalente, las niñas pueden no asistir a la escuela para escapar
de la atención no deseada. En otros lugares, los padres que temen que sus
hijas sean agredidas sexualmente pueden mantenerlas en la casa hasta que se
"casen y estén en un marco de seguridad". En muchos países, una niña que
queda embarazada es expulsada de la escuela, independientemente de si el
embarazo fue resultado de una violación. La consecuencia, en cada caso, es
una educación disminuida, una menor oportunidad de conseguir un empleo
lucrativo y un aporte reducido a la calidad de vida para su comunidad.
6.2.
CARACTERÍSTICAS DEL AGRESOR.
El agresor, regularmente, posee las siguientes características:
Es celoso, se imagina que la esposa le es infiel.
Trata de mantener a su pareja aislada.
La controla en todos sus movimientos.
Tiene doble identidad, mientras se muestra agresivo en la casa, es
„‟bueno‟‟ con otras personas.
Puede tener o haber tenido problemas con la ley.
Tiene un temperamento explosivo, se enfurece fácilmente.
Le echa la culpa del abuso a su pareja.
Proyecta sus propios errores a su compañera.
No toma responsabilidad de sus acciones.
Tuvo una mala niñez.
Tiene problemas económicos.
Ingiere alcohol, es fumador.
Se pone agresivo con sus hijos cuando estos hacen alguna “travesura‟‟.
Abusa verbalmente (insulta, grita, dice “palabrotas‟‟ )
Creció en una familia donde vio abuso. Puede ser más violento cuando
su compañera está embarazada o ha dado a luz.
Tiene tendencia a negar el abuso, lo minimiza y a veces ni se acuerda.
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19.
Presiona a su pareja para que abandone la casa, si la compañera se va
de la casa hace lo posible para que regrese. Le pide disculpas.
Es egoísta, ignora los sentimientos de los demás.
Cree
que
los
hombres
tiene
derechos
a
ciertos
privilegios
(extremadamente machista)
6.3.
Vive amenazando a su esposa.
MÉTODOS SOCIALES DE CORRECCIÓN.
Existen varios métodos para corregir la violencia, entre ellos:
La policía.
Destacamentos policiales.
Cárceles.
Más violencia (combaten la violencia con más violencia, generando así
una cadena „‟alimenticia‟‟)
Deberían de existir asilos en donde se refugien a las personas que sufren de
no poder controlar sus impulsos, para que así fomentemos la paz en nuestro
país.
6.4.
LAS MUJERES Y LA VIOLENCIA.
Las mujeres que son víctimas de violencia sexual suelen ser renuentes a
informar sobre el crimen a la policía, la familia u otros. En los países en que la
virginidad de la mujer se asocia con el honor de la familia, las mujeres solteras
que notifican una violación pueden ser obligadas a casarse con el agresor,
siendo esto un gravísimo error, ya que esa unión no es propia del amor puro,
sino del descaro de un hombre desvergonzado que, por satisfacer un
repugnante „”impulso‟‟, hace daño a quien menos le importa.
Algunas pueden ser asesinadas por sus padres o hermanos avergonzados,
como una manera de restablecer el honor de la familia. En algunos países, una
mujer que ha sido violada puede ser encausada y encarcelada por cometer el
"delito" de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, en caso de no poder
demostrar que el incidente fue en realidad una violación.
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20. El silencio se convierte en nuestro peor enemigo y en el mejor aliado para
repetir los abusos
La víctima del abuso cree que tiene que ocultarlo porque teme ser señalada
como culpable, siente vergüenza de ser mirada/o como "un ser diferente",
aislándose de los demás para evitar críticas que la dañen aún más. Al
quedarse callada(o) la víctima está favoreciendo al agresor y ayudándolo,
dejándolo libre, a hacerles lo mismo a otras personas.
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21. 7.
TIPOS DE MALTRATO
7.1.
MALTRATO FÍSICO.
a) Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones
internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
b) Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención
médica y no ponen en peligro la salud física del menor.
7.2.
MALTRATO EMOCIONAL.
a) Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las
expresiones espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban
sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades familiares.
b) Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un
siniestro, creando en él una sensación de constante amenaza.
c) Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el
niño. El padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder
a las conductas del niño.
d) Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer
relaciones sociales.
e) Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir
la normal integración del niño, reforzando pautas de conductas
antisociales.
7.3.
MALTRATO POR NEGLIGENCIA.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aun teniendo los medios económicos;
se posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación,
protección, etc.
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22. 8.
CÓMO SE PUEDE PREVENIR LA VIOLENCIA
Los dos primeros pasos del modelo de salud pública brindan información
importante sobre las poblaciones que requieren intervenciones preventivas, así
como sobre los factores de riesgo y protectores que son necesario abordar.
Poner este conocimiento en práctica es una meta central de la salud pública.
8.1.
Tipos de prevención
Las intervenciones de salud pública se clasifican tradicionalmente en tres
niveles de prevención:
Prevención primaria: intervenciones dirigidas a prevenir la violencia
antes de que ocurra.
Prevención secundaria: medidas centradas en las respuestas más
inmediatas a la violencia, como la atención prehospitalaria, los servicios
de urgencia o el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual
después de una violación.
Prevención terciaria: intervenciones centradas en la atención a largo
plazo con posterioridad a los actos violentos, como la rehabilitación y
reintegración, e intentos por reducir los traumas o la discapacidad de
larga duración asociada con la violencia.
Estos tres niveles de prevención se definen por sus características temporales;
es decir, si tienen lugar antes de que se produzca el acto violento,
inmediatamente después o a un plazo más largo. Aunque tradicionalmente se
dirigen a las víctimas de la violencia y dentro de los ámbitos de asistencia
sanitaria, las intervenciones de prevención secundaria y terciaria también son
pertinentes para los perpetradores de actos violentos, y se aplican en ámbitos
judiciales en respuesta a la violencia.
Los investigadores en el campo de la prevención de la violencia se inclinan
cada vez más por una definición de la prevención de la violencia centrada en el
grupo al que va destinada. Esta definición agrupa las intervenciones del
siguiente modo (59):
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23. Intervenciones generales: están dirigidas a ciertos grupos o a la
población general sin tener en cuenta el riesgo individual; por ejemplo,
las enseñanzas de prevención de la violencia impartidas a todos los
alumnos de una escuela o a los niños de determinada edad, y las
campañas de ámbito comunitario en los medios informativos.
Intervenciones
seleccionadas:
están
dirigidas
a
las
personas
consideradas en mayor riesgo de padecer o cometer actos de violencia
(es decir, las que presentan uno o varios factores de riesgo); por
ejemplo, la capacitación en materia de crianza de los hijos ofrecida a los
jefes de hogares monoparentales.
Intervenciones
indicadas:
están
dirigidas
a
las
personas
con
antecedentes de comportamiento violento, por ejemplo, el tratamiento
para los perpetradores de actos de violencia doméstica.
A la fecha, muchas tentativas tanto en países industrializados como en
desarrollo se han centrado en las respuestas secundarias y terciarias a la
violencia. Naturalmente, a menudo se asigna prioridad a tratar las
consecuencias inmediatas de la violencia, prestando ayuda a las víctimas y
castigando a los agresores. Aunque estas respuestas son importantes y es
necesario fortalecerlas, es preciso invertir mucho más en la prevención primaria
de la violencia. Una respuesta integral a la violencia no solo protege y ayuda a
quienes la padecen, sino que también promueve la no violencia, reduce la
perpetración de actos violentos y cambia las circunstancias y condiciones que
dan origen a la violencia.
8.2.
Respuestas polifacéticas
Dado que la violencia es un problema polifacético con raíces biológicas,
psíquicas, sociales y ambientales, debe afrontarse en varios niveles diferentes
a la vez. El modelo ecológico se utiliza para un doble fin en este sentido: cada
categoría del modelo representa un grado de riesgo y también puede
concebirse como un punto clave para la intervención.
PÁGINA 22
24. Afrontar la violencia en varios niveles implica ocuparse de todo lo siguiente:
Abordar los factores individuales de riesgo y adoptar medidas para
modificar los comportamientos de riesgo individuales.
Influir en las relaciones personales cercanas y promover ambientes
familiares saludables, así como proporcionar ayuda profesional y apoyo
a las familias disfuncionales.
Vigilar los espacios públicos, tales como escuelas, lugares de trabajo y
vecindarios, y adoptar medidas para resolver los problemas que pueden
conducir a comportamientos violentos.
Corregir las desigualdades por razón de género y las actitudes y
prácticas culturales perjudiciales.
Encarar los grandes factores culturales, sociales y económicos que
contribuyen a la violencia y adoptar medidas para cambiarlos, incluidas
las destinadas a achicar las brechas entre ricos y pobres y asegurar el
acceso equitativo a los bienes, servicios y oportunidades.
8.3.
Documentación de las respuestas eficaces
Una norma básica general del enfoque de salud pública frente a la violencia es
que todas las iniciativas, sean grandes o pequeñas, deben evaluarse en forma
rigurosa. Documentar las respuestas existentes y promover una evaluación
estrictamente científica en diferentes ámbitos es valioso para todos. Resulta
sobre todo necesario para quienes intenten determinar las respuestas más
eficaces contra la violencia y las estrategias que tienen probabilidades de lograr
un cambio.
Reunir todas las pruebas y experiencias es también una parte sumamente útil
de la lucha contra la violencia, pues esa información muestra a los encargados
de adoptar las decisiones que algo puede hacerse. Lo que es aún más
importante, les proporciona una orientación valiosa sobre las medidas que
tienen más probabilidades de reducir la violencia.
PÁGINA 23
25. 8.4.
Una acción equilibrada de salud pública
La investigación rigurosa tarda en producir resultados. El impulso de invertir
solo en estrategias comprobadas no debe ser un obstáculo para apoyar
iniciativas prometedoras. Por tales se entiende aquellas que se han evaluado
pero requieren más pruebas en diversos ámbitos y con diferentes grupos de
población.
También es prudente ensayar y someter a prueba una variedad de programas,
y usar las iniciativas e ideas de las comunidades locales. La violencia es un
problema demasiado urgente para demorar la acción de salud pública a la
espera de adquirir el conocimiento perfecto.
8.5.
Abordar las normas culturales
En diversas partes del mundo, la especificidad cultural y la tradición se dan a
veces como justificaciones de prácticas sociales particulares que perpetúan la
violencia. La opresión de las mujeres es uno de los ejemplos más ampliamente
citados, pero hay muchos otros.
Las normas culturales se deben tratar de manera inteligente y respetuosa en
todas las actividades preventivas; lo primero, porque las personas suelen tener
nexos apasionados con sus tradiciones, y lo segundo, porque la cultura suele
ser una fuente de protección contra la violencia. La experiencia ha revelado
que, cuando se diseñan y aplican los programas, es importante efectuar
consultas tempranas y constantes con líderes religiosos y tradicionales, grupos
de legos y figuras prominentes de la comunidad, como los curanderos.
8.6.
Medidas contra la violencia a todos los niveles
Los resultados exitosos a largo plazo en la prevención de la violencia
dependerán cada vez más de intervenciones integrales a todos los niveles.
a) Nivel local
A este nivel, los copartícipes pueden ser los prestadores de asistencia
sanitaria, la policía, los educadores, los asistentes sociales, los empleadores y
PÁGINA 24
26. los funcionarios del gobierno. Es mucho lo que puede hacerse aquí para
promover la prevención de la violencia. Los programas de demostración y los
proyectos de investigación en pequeña escala pueden proporcionar un medio
para ensayar ideas y —quizá lo más importante— pueden servir para que
diferentes sectores asociados se acostumbren a trabajar juntos. Estructuras
tales como los grupos de trabajo o las comisiones que reúnen a diferentes
sectores y mantienen contactos tanto formales como informales son
indispensables para que este tipo de colaboración resulte exitosa.
b) Nivel nacional
Las asociaciones multisectoriales son sumamente aconsejables a nivel tanto
nacional como local. Diversos ministerios del gobierno —no solo los que se
encargan de velar por el cumplimiento de la ley, los servicios sociales y la
salud—
pueden
hacer
grandes
aportes
para
prevenir
la
violencia.
Evidentemente, los ministerios de educación son socios que no pueden faltar,
dada la importancia de intervenir en las escuelas. Los ministerios de trabajo
pueden hacer mucho para reducir la violencia en los lugares de trabajo,
especialmente en colaboración con los sindicatos y los empleadores (recuadro
1.3). Los ministerios de defensa pueden influir positivamente en las actitudes
hacia la violencia de los numerosos jóvenes que están bajo su control,
fomentando la disciplina, promoviendo códigos de honor y creando una clara
conciencia de la índole mortífera de las armas. A los líderes y las
organizaciones religiosas les compete desempeñar un papel en su trabajo
pastoral y, si corresponde, ofrecer sus buenos oficios para mediar en
problemas concretos.
c) Nivel mundial
Según se ha mostrado, por ejemplo, en la respuesta internacional al SIDA y en
el campo de la asistencia ofrecida en casos de desastre, la cooperación y el
intercambio de información entre organizaciones a nivel mundial trae consigo
beneficios considerables, del mismo modo que sucede con las alianzas
forjadas en los planos nacional y local. A la Organización Mundial de la Salud le
PÁGINA 25
27. compete claramente desempeñar un papel destacado en este sentido, por
tratarse del organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo la salud.
Sin embargo, hay otros organismos internacionales que también tienen mucho
que ofrecer en sus campos de especialización. Cabe mencionar entre ellos la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (en relación con los derechos humanos), la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (los refugiados), el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (el bienestar de los niños), el
Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer y el Fondo de
Población de las Naciones Unidas (la salud de la mujer), el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (el desarrollo humano), el Instituto
Interregional de
las Naciones Unidas para
Investigaciones sobre
la
Delincuencia y la Justicia (la delincuencia) y el Banco Mundial (financiamiento y
condiciones de buen gobierno). Diversos donantes internacionales, programas
bilaterales, organizaciones no gubernamentales y organizaciones religiosas ya
participan en actividades de prevención de la violencia en todo el mundo.
9.
ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DE VIOLENCIA
Estas estrategias pueden ayudar a contrarrestar los factores de riesgo de
violencia.
9.1.
Estimular los factores "protectores"
Algunos de los factores protectores que pueden contrarrestar el impacto
negativo de los factores de riesgo asociados con la violencia son:
9.2.
Características individuales
Cociente
intelectual
alto,
temperamento
flexible
y
adaptable,
personalidad llevadera, disfrutar de las interacciones sociales. Teniendo
factores de riesgo similares, las niñas son mucho menos propensas a
tornarse violentas que los varones.
PÁGINA 26
28. 9.3.
Vínculos personales ("bonding")
Las relaciones fuertes y positivas con familiares, maestros u otros
adultos pueden lograr que los jóvenes sientan que alguien tiene interés y
se preocupa por ellos.
9.4.
Adultos con creencias saludables y estándares claros
Los adultos pueden servir de modelo y demostrarle al joven que es
posible tener éxito en la vida sin recurrir a la violencia.
9.5.
Intervenciones al nivel individual
Acercarse a los estudiantes y mostrar un interés positivo en ellos.
Proveer acceso a tutores o mentores en la escuela o en los negocios,
organizaciones de servicio, universidades o iglesias locales.
Ofrecer empleo a tiempo parcial u oportunidades de trabajo voluntario.
Estimular a los estudiantes a participar en actividades recreativas para
jóvenes auspiciadas por la escuela o la comunidad, o en esfuerzos
colaborados contra la violencia juvenil.
9.6.
Estrategias de la escuela
Para crear un ambiente escolar seguro es necesario que se demuestre respeto,
comunicación y responsabilidad mutua hacia los que nos rodean día a día. Un
ambiente escolar positivo le brinda a los jóvenes herramientas necesarias para
manejar los conflictos en formas no violentas. Las siguientes son algunas
maneras de facilitar la creación de este tipo de ambiente:
Programas de consejería y para el manejo del coraje.
Programas de mediación y resolución de conflictos.
Un sistema confidencial que le permita a los jóvenes alertar al personal
escolar sobre sus preocupaciones con relación a sus compañeros. Es
importante recalcar la diferencia entre ser un "soplón" y proteger su
seguridad.
Intervenciones de alcohol y drogas para los jóvenes y sus familias.
PÁGINA 27
29. Enlaces con las agencias que le sirven a jóvenes y con las agencias
policíacas en la comunidad.
Horario escolar extendido para actividades recreativas organizadas,
cuido de niños, etc.
Clases sobre las destrezas de cómo ser buenos padres.
Centros de crisis localizados en la escuela con personal profesional que
pueda trabajar con los jóvenes violentos. El centro también puede ser
utilizado como un lugar para calmarse o "enfriarse".
Un equipo de crisis que incluya maestros, administradores y otro
personal escolar.
Ofrecerle a todo el personal escolar adiestramientos sobre el manejo de
jóvenes violentos.
Vigilancia por guardias y personal escolar.
Padres que trabajen como guardianes o asistentes de maestros.
Códigos de disciplina y vestimenta.
Políticas de cero tolerancias.
El Plan de Manejo de Incidentes debe incluir un Plan de Respuesta
Después del Incidente.
o
Debe haber personal de Salud Mental disponible para ofrecer
consultas y consejería a los jóvenes, al personal escolar y a la
comunidad inmediatamente después de una crisis y al acercarse
las fechas de aniversario.
o
Deben establecerse redes de ayuda mutua para los jóvenes que
hayan sobrevivido una crisis y sus familiares.
9.7.
Estrategias a nivel del distrito escolar
Los códigos de disciplina deben revisarse periódicamente y cumplir con las
leyes federales, estatales y locales de educación. Es muy importante que las
consecuencias se ajusten a la violación. Por ejemplo, puede usarse un estilo
disciplinario de "sanciones progresivas". Las políticas de detención, suspensión
y expulsión deben ser revisadas y claramente definidas para que el código de
disciplina se haga cumplir de manera consistente, firme y justa.
10.
PERFIL DEL AGRESOR
PÁGINA 28
30. La Organización Mundial de la Salud, asegura que una quinta parte de las
mujeres en el mundo son objeto de violencia en alguna etapa de su vida, lo que
provoca graves consecuencias en la salud de la víctima.
Cuando se habla de violencia intrafamiliar no se trata solo de golpes, ya que en
términos generales se designa al abuso deliberado de la fuerza para controlar o
manipular a la pareja. Existen distintos tipos de violencia, entre ellas: la
psicológica, sexual y física, siendo esta última la más frecuente. La violencia
psicológica es una de las formas que más daño causa porque pasa inadvertida
y cuando la mujer descubre que la padece, en muchos casos, ya se encuentra
sumergida en la depresión. Caso contrario sucede con quienes sufren violencia
física, la cual deja rasgos visibles.
Existen ciertas características que delatan al agresor. El psicólogo Romeo
Lucas explica que estos hombres son dominantes, celosos, manipuladores,
posesivos y agresivos. Estas actitudes se desencadenan porque se sienten
superiores, tienen baja tolerancia a la frustración y consideran que la mujer
tiene poco valor.
De acuerdo con Berta Aída Batres, encargada de la unidad psicosocial de la
Fundación Sobrevivientes, la conducta del agresor en la mayoría de los casos
se debe a un ciclo de conflictos familiares donde estuvo expuesto a violencia
doméstica. Por ejemplo, un niño que fue testigo de maltrato y creció viendo ese
tipo de conducta repite los patrones en su adultez, con la creencia de que esta
forma de actuar es normal y correcta. Pero ¿por qué las mujeres no denuncian
al agresor? Lucas afirma que se debe a codependencia emocional,
personalidad sumisa, creencias religiosas y dependencia económica, como los
motivos principales de la falta de denuncia.La decisión de dejar a un abusador
es difícil, pero si deseas denunciar y no cuentas con un lugar para llevar a tu
familia, Batres explica que la Fundación Sobrevivientes cuenta con un
programa donde las afectadas reciben ayuda psicológica, asesoría legal y
económica de forma temporal mientras enfrentan el problema. Lucas
recomienda que si no te animas a denunciar busques ayuda psicológica para
reconstruir tu autoestima y tomar el valor que necesitas para salir del círculo
destructivo y enfrentar el problema.
PÁGINA 29
31. 11.
PERFIL DE LA VICTIMA DE VIOLENCIA
Es imposible afirmar que haya un perfil definido de la víctima o hay rasgos
característicos capaces de identificar o etiquetar a la víctima de violencia
psicológica y/o física. Las mujeres maltratadas, no difieren en sus
características de la población general.
Los rasgos que la mujer presenta tras las agresiones son los que efectivamente
dan lugar a cambios importantes en su personalidad.
En la mujer no hay un factor determinante para que se produzca la violencia
siendo indiferentes las características de su personalidad; la característica
principal de la víctima es sencillamente ser mujer. No es consistente la
afirmación de que hay más o menos probabilidad de ser víctima la mujer que,
por ejemplo, es ama de casa, o que tiene o no ingresos económicos y un status
social determinado, o que es pasiva u hostil, o que ingiere alcohol o emplea
violencia con sus hijos, o que tiene un nivel de educación alto o bajo, o que
tiene alta o baja auto-estima.
La victimización de las mujeres puede ser mejor comprendida como la
realización de una conducta masculina.
Hay que subrayar que la mujer víctima de agresión desarrolla diversos
mecanismos de defensa internos que la llevan a una pasividad, a una especie
de estado catatónico permanente, dando la sensación de estar con apatía y
desinterés por todo lo que está a su alrededor.
Generalmente las mujeres maltratadas están constantemente aterrorizadas con
su experiencia, no son violentas y solo usan la violencia en defensa propia.
Con lo cual, la personalidad de las mujeres víctimas de violencia se va
moldeando y se acaba definiendo con el transcurso del maltrato por algunos
rasgos típicos:
Sometimiento al grupo.
Un férreo respeto a las normas y a las ideas establecidas.
Facilidad para acceder y conformarse.
PÁGINA 30
32. Sentimiento de culpabilidad.
Poca fuerza de su yo.
Baja autoestima.
Comportamiento típico de la mujer maltratada
Puede desarrollar pautas de comunicación de tipo manipulativoseductor, cuya conducta ha aprendido como medio eficaz de mantener
el "control" en su entorno inestable donde el maltrato puede aparecer en
cualquier momento. Como consecuencia, se muestra seductora,
sexualizando todas sus relaciones sociales en un intento de ganar afecto
y reconocimiento y neutralizar la agresión.
Pueden mostrarse en excesos suspicaces por los mismos motivos e
hipervigilantes en el ambiente.
Tiene una baja autoestima y su autovaloración es insignificante.
Desarrolla sentimientos derivados de la cólera o enojo.
Asocia confrontación personal al dolor físico y moral.
Huye del conflicto hasta que éste se acaba expresando de forma
explosiva e inapropiada.
Tiene excesiva complacencia y el deseo de agradar a otras personas.
En otras palabras, suele esperar ser capaz de hacer 'todo' tan
perfectamente como su pareja-maltratador desea.
Cuando falla en semejantes expectativas irrealistas la mujer se siente
culpable. Ante tales posibilidades de entrega y sacrifico total, la mujer que ha interiorizado las pautas sociales según las cuales ella es la
principal responsable por el mantenimiento de la paz conyugal y de la
armonía familiar, y siendo incapaz de asumir el fracaso -se empeña en
comportamientos sumisos ante hombres que no pueden o quieren
quererlas y, por lo tanto, se encuentra en un callejón sin salida.
Puede presentar las siguientes secuelas:
Inhibición de la expresividad.
Vivir en constante estado de alerta.
Tener adicciones a sustancias tóxicas.
PÁGINA 31
33. Tener alteraciones de salud, alimentarias y sexuales.
Habrá que recalcar que la mujer víctima de violencia, además de ser víctima
del agresor, es víctima del contexto social que la responsabiliza.
Si se tuviera que definir un perfil de conducta de las mujeres que sufren
violencia por parte de sus parejas, éste sería más o menos así:
Tienen perfectamente asumido su rol sexual y las obligaciones que se
derivan de él.
Existen una serie de cogniciones, previas al comienzo del abuso
conyugal, que pueden contribuir a que aumente su situación de
vulnerabilidad una vez que ocurre la violencia.
Conservan actitudes y creencias sexistas, tales como el deber primordial
como esposas y madres de cuidar a sus maridos e hijos, sacrificando su
propio cuidado, o el hecho de educar de modo diferente a sus hijos con
respecto a sus hijas.
Tienden a minimizar y a racionalizar la violencia cometida contra ellas,
volviéndose prototípicas o samaritanas, en el sentido de vivir siempre
sacrificándose por los demás, buscando el bienestar de su familia, sin
apreciar su propia vida, que consideran destrozada e inútil.
Desarrollan un sentimiento de culpa y de baja autoestima, ésta como
consecuencia del mal trato que reciben, tienen creencias negativas de
su-imagen, se creen incompetentes incapaces de desenvolverse en el
entorno afectivo, sexual o laboral.
Rasgos de la Víctima
Cree todos los mitos acerca de la violencia familiar.
Tiene baja autoestima.
Se siente culpable por haber sido agredida.
Se siente fracasada en forma total como mujer, como esposa y como
madre.
Siente temor, pánico y que no tiene control sobre su vida.
PÁGINA 32
34. Siente gran ambivalencia-sentimientos encontrados, como por ejemplo,
le da mucha rabia el haber sido agredida, pero siente que fue su culpa el
que le pegaran, "que lo merecía".
Se siente completamente incapaz e impotente para resolver su
situación, debido a que siempre ha sido controlada y dominada.
Tradicionalista en cuanto al hogar, la unidad familiar y los roles sexuales
femeninos.
Ha sido socializada para pensar que los golpes son cosa normal en el
matrimonio.
Cree que nadie la puede ayudar a resolver su problema, excepto ella
misma.
Se siente responsable por la conducta del agresor.
Exhibe o demuestra una gran resistencia y una actitud de aceptación
pasiva. Sin embargo, tiene la fortaleza para manipular y manejar el
ambiente, de manera que el incidente no le cause la muerte.
Abriga esperanzas irreales de que el cambio es inminente, se vuelve
aislada socialmente.
Se define a sí misma en términos de las necesidades de los demás.
Posee un alto riesgo de volverse adicta a drogas o alcohol.
Exhibe
desórdenes
de
stress,
depresiones
y
condiciones
psicosomáticas.
Basa sus sentimientos de auto-valía en la habilidad de conquistar y
mantener a un hombre su lado, acepta el mito de la superioridad
masculina.
Subestima el peligro de su situación.
Acepta la visión de la realidad que tiene su compañero.
Siente que no tiene derecho a defenderse, duda de su propia salud
mental.
Teme al estigma del divorcio.
PÁGINA 33
35. 12.
El Ciclo de la Violencia
12.1.
Fase de acumulación de tensión.
Es el período en el cual ocurren incidentes de abuso menores que van
acumulando tensión en la pareja. Durante este período, el hombre agrede a la
mujer de una manera constante y controlada, a través de pellizcos, insultos,
enojo, manifestaciones de insatisfacción, reclamos, etc. Ante esta situación, la
mujer trata de calmar a su pareja para que la violencia no suba de intensidad:
se comporta cariñosa, complaciente, trata de anticiparse todos los deseos de
su pareja, o evita molestarlo.
Para poder mantener este papel, ella no puede permitirse sentir enojo en
contra de él, por lo que se refugia en la negación, en la minimización y en la
racionalización del abuso. Niega ante sí misma que el abuso ocurrido y que su
pareja fue capaz de lastimarla; minimiza los incidentes de abuso y sus
consecuencias; racionaliza las situaciones justificando la conducta de su
pareja. Sin embargo, aunque la mujer no lo reconozca o exprese, se siente
enojada con su pareja por el maltrato que recibe. Con el tiempo, los incidentes
menores de abuso se hacen más frecuentes y severos y van dejando residuos
que van acumulando más tensión entre ellos. El hombre aumenta su posesión
y brutalidad, la humilla cruelmente y las agresiones verbales se vuelven más
hostiles. La mujer maltratada ya no es capaz de recuperar su equilibrio como
en las etapas tempranas de esta fase y ya no puede defenderse del dolor y del
sufrimiento.
Las técnicas que utilizaba van dejando de funcionar y el enojo que la mujer
siente como resultado de este abuso, persiste por períodos más largos de
tiempo. Exhausta de tanto estrés, se empieza a alejar de su pareja y evita
molestarlo para no causar una explosión en él. El hombre percibe esta
conducta como una amenaza de abandono, por lo que aumenta su nivel de
opresión. Cualquier cosa que ella haga se presta a malas interpretaciones; la
persigue, la acosa y la tensión entre ellos se vuelve insoportable.
PÁGINA 34
36. Según Walker (1979), las mujeres que experimentan violencia doméstica
siguen un patrón definido de relación con su pareja, al que denomina el Ciclo
de Violencia. Este ciclo se divide en tres fases que se repiten una y otra vez: la
fase de acumulación de tensión, la fase del momento agudo y la fase de luna
de miel.
12.2.
Fase del momento agudo.
Es el período durante el cual se presenta una descarga incontrolable de las
tensiones que se acumularon durante la fase previa. Esta fase se diferencia de
la anterior por su carácter incontrolable, impredecible y destructivo. Usualmente
se dispara por un evento externo o por el estado interno del hombre y tiene
poca relación con la conducta de la mujer.
De acuerdo a los reportes de los hombres violentos, las agresiones en contra
de su pareja tienen una intención: enseñarle a la mujer una lección. Por este
motivo, ellos dejan de agredirla cuando creen que la mujer ya aprendió la
lección y, muchas veces, para este momento, ella ya ha sido severamente
maltratada.
Generalmente cuando las mujeres son víctimas de este tipo de agresiones,
temen que cualquier intento que ellas hagan por detener el abuso puede
enfurecer aún más a su pareja. Por este motivo, no se resisten, sino que tratan
de mantenerse calmadas y en espera de que el incidente pase. La agresión
puede ser tan traumática que pueden sentir que no les está ocurriendo a ellas,
o pueden experimentar una sensación de distanciamiento de la situación.
Inmediatamente después de que el incidente violento termina, las mujeres
generalmente experimentan un shock inicial y una falta de creencia de que el
incidente realmente les ocurrió. Las víctimas experimentan una forma de
colapso emocional que puede durar, por lo menos, las primeras veinticuatro
horas después del incidente. Durante estas horas, experimentan depresión y
sentimientos de desesperanza, por lo que se aíslan y no buscan ayuda
inmediatamente.
PÁGINA 35
37. Esta fase es usualmente más corta que la fase uno, o que la fase tres y dura
generalmente entre dos y veinticuatro horas. Es en esta etapa en la que la
mayoría de mujeres buscan ayuda, sin embargo, muchas reportan que no lo
hacen debido a que piensan y sienten que nadie las puede proteger de las
agresiones de su pareja, y a que temen que si lo reportan serán lastimadas
más severamente.
12.3.
Fase de luna de miel.
Es un período de tiempo que se presenta inmediatamente después de la
segunda fase y que se caracteriza por la ausencia de tensión. Durante este
período, el hombre cambia radicalmente su conducta mostrándose cariñoso,
amoroso y considerado. Usualmente, se arrepiente de la agresión, pide perdón
y promete que no volverá a ocurrir. Así mismo, el hombre toma acciones que
demuestran
su
sinceridad
en
las
promesas
que
está
haciendo.
Durante el inicio de esta fase, la mujer puede observar la situación más
objetivamente. Se siente enojada y aterrorizada, por lo que está dispuesta a
realizar cambios trascendentales en su vida. Sin embargo, el cambio de
conducta de su pareja y sus constantes muestras de arrepentimiento, le indican
que él realmente puede cambiar y comportarse constantemente como lo hace
durante este período. Ella cree que el hombre que se presenta durante esta
fase coincide con lo que su pareja realmente es y que sus agresiones son el
resultado de su fragilidad y de su inseguridad. Por este motivo, piensa que si él
recibe la ayuda adecuada, él siempre permanecerá de esta manera. De este
modo, la mujer se percibe a sí misma como el puente que llevará a su pareja al
bienestar emocional. Esta creencia se refuerza cuando le suplica que no lo
abandone y cuando le manifiesta que él la necesita y de que algo terrible le
sucederá si ella lo deja.
PÁGINA 36
38. Aunque no se ha podido establecer con exactitud el período de tiempo que
dura esta fase, se ha podido determinar que es más largo que el de la fase dos
pero más corto que el de la fase uno. Después de este período de calma,
vuelve a iniciar la fase uno del Ciclo de la Violencia.
De acuerdo a varios estudios, el Ciclo de la Violencia ha sido encontrado en la
mayoría de las parejas que viven en una situación de violencia conyugal. Sin
embargo, no se ha logrado determinar cuánto tiempo una pareja permanece en
cada una de las fases ni tampoco cuánto tiempo le toma completar el ciclo.
Existe evidencia de que a través del tiempo, la fase de acumulación de tensión
se vuelve más larga y que la fase de luna de miel tiende a reducirse.
PÁGINA 37
39. CONCLUSIONES
Ya sabemos que la violencia es un fenómeno social muy peligroso, saber que
decenas de personas mueren a causa de tiros y golpes, es saber que debemos
cuidarnos. Hay que tener muy en cuenta que debemos tratar de reducir la
violencia.
El primer paso es saber cómo controlarnos, saber manejar nuestros impulsos
negativos que tanto daño nos hacen. Así nuestra sociedad irá en un incremento
de paz y no habrá tantos tiros y muertes inocentes.
Debido a los afectos desbastadores que generan lo interno de las familias,
pone en peligro la estructura o la forma de la misma, es decir según la
formación que se le dé al individuo, así mismo actúa dentro de la sociedad que
lo rodea. Nos afecta a todos los miembros de una familia.
La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por
eso debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y
actitudes frente a distintas situaciones.
La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser
protagonistas, el aprender a respetar al otro; posibilita la capacidad de aceptar
el error como incentivo para la búsqueda de otras alternativas válidas y ayuda a
superar las dificultades que se presenten.
PÁGINA 38
45. INDICE
Caratula
Presentación
1
Dedicatoria
2
Introducción
3
1. Concepto
4
2. La violencia en las etapas de la vida
4
2.1. Violencia Familiar
5
2.2. Violencia Psicológica o mental
6
2.3. Violencia Cultural
6
2.4. Violencia Simbólica
7
3. Manifestaciones de la violencia
7
3.1. Violencia Doméstica
7
3.2. Violencia Cotidiana
7
3.3. Violencia Política
7
3.4. Violencia Socioeconómica
7
3.5. Violencia Cultural
7
3.6. Violencia Delincuencial
9
3.7. Violencia Juvenil
10
4. Causas de la violencia
10
5. Consecuencias de la violencia
11
5.1. Consecuencias para la salud
11
5.2. Consecuencias físicas
11
5.2.1 Homicidios
11
PÁGINA 44
46. 5.2.2 Lesiones graves
12
5.2.3. Lesiones durante el embarazo
12
5.2.4 Lesiones de los niños
12
5.2.5. Embarazo no deseado y a temprana edad
12
5.2.6. Vulnerabilidad a las enfermedades
13
5.3. Consecuencias Psicológicas
13
5.3.1. Suicidios
13
5.3.2. Problemas de salud mental
14
6. Impacto Social
6.1. Impacto en la sociedad
16
16
6.1.1. Costos agregados de atención de salud
16
6.1.2. Efectos sobre la productividad y empleo
16
6.2. Características del agresor
17
6.3. Métodos sociales de corrección
18
6.4. Las mujeres y la violencia
18
7. Tipos de Maltrato
7.1. Maltrato físico
20
20
7.1.1. Lesiones físicas graves
20
7.1.2. Lesiones físicas menores o sin lesiones
20
7.2. Maltrato Emocional
20
7.2.1. Rechazar
20
7.2.2. Aterrorizar
20
7.2.3. Ignorar
20
7.2.4. Aislar al menor
20
PÁGINA 45
47. 7.2.5. Someter al niño a un medio de corrupción
7.3. Maltrato de Negligencia
20
20
8. Cómo se puede prevenir la violencia
21
8.1. Tipos de prevención
21
8.2. Respuestas polifacéticas
22
8.3. Documentación de las respuestas eficaces
23
8.4. Una acción equilibrada de salud pública
24
8.5. Abordar las normas culturales
24
8.6. Medidas contra la violencia a todos los niveles
24
8.6.1. Nivel local
24
8.6.2. Nivel nacional
25
8.6.3. Nivel mundial
25
9. Estrategias para la prevención de la violencia
26
9.1. Estimular los factores protectores
26
9.2. Características individuales
26
9.3. Vínculos personales
27
9.4. Adultos con creencias saludables y estándares claros
27
9.5. Intervenciones al nivel individual
27
9.6. Estrategias de la escuela
27
9.7. Estrategias a nivel del distrito escolar
28
10. Perfil del Agresor
29
11. Perfil de la Víctima
30
12. Ciclo de la Violencia
33
12.1. Fase de acumulación de tensión
33
PÁGINA 46
48. 12.2. Fase del momento agudo
35
12.3. Fase de luna de miel
36
Conclusión
37
Anexos
39
Índice
44
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