AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
Constantinopla
1. Constantinopla
Constantinopla, actual Estambul, fue la capital del Imperio romano, del Imperio romano de
Oriente, o Imperio bizantino, del Imperio Latino y del Imperio otomano. Estratégicamente
situada entre el Cuerno de Oro y el mar de Mármara en el punto donde se unen Europa y
Asia, la Constantinopla bizantina fue baluarte de la Cristiandad y heredera del mundo
griego y romano. A lo largo de toda la Edad Media Constantinopla fue la mayor y más rica
ciudad de Europa[cita requerida], conocida como «la Reina de las Ciudades». Por otra
parte, fue llamada la Encrucijada del Mundo, pues era el nexo de comercio entre Asia,
Europa y África
2. Constantinopla en 324-436
En el año 324 Constantino I el Grande, el
emperador que refundaría la ciudad de
Constantinopla, vence al coemperador romano
Licinio transformándose en el hombre más
poderoso del Imperio Romano. En ese contexto
decidió convertir la ciudad de Bizancio en la
capital del Imperio, comenzando los trabajos para
embellecer, recrear y proteger la ciudad. Para
ello utilizó más de cuarenta mil trabajadores, la
mayoría esclavos godos.
Mapa de la Constantinopla bizantina.
Después de seis años de trabajos, hacia el 11 de
mayo de 330, y aún sin finalizar las obras —se
terminaron en el 336— Constantino inauguró la
ciudad mediante los ritos tradicionales, que
duraron 40 días. La ciudad entonces contaba con
unos 30.000 habitantes. Un siglo más tarde
alcanzó medio millón, siendo la ciudad más
grande del mundo; algunos autores, en
determinados momentos de su historia, llegan a
atribuirle hasta un millón.
3. Renombrada como Nea Roma Constantinopolis (Nueva Roma de Constantino), aunque
popularmente se la denominaba Constantinopolis (en griego Κωνσταντινούπολη), fue
reconstruida a semejanza de Roma, con catorce regiones, foro, capitolio y senado, y su
territorio sería considerado suelo itálico (libre de impuestos). Al igual que la capital itálica, tenía
siete colinas.
Constantino no destruyó los
templos existentes, ya que no
persiguió a los paganos, es
más, construyó nuevos templos
para paganos y cristianos,
especialmente influido por
estos últimos. Tal es así que
durante su gobierno se abolió
la crucifixión, las luchas entre
gladiadores, se reguló el
divorcio, dándose mayor
protección legal a la mujer
y se mantuvo una mayor
austeridad sexual, según las
costumbres que después se
convertirían en cristianas.
Además construyó iglesias
como la de Santa Irene y la iglesia-mausoleo, donde fue enterrado el emperador. Constantino
jamás se declaró religioso, sólo lo llegó a ser en el lecho de muerte, siendo bautizado por el
arriano Eusebio de Nicomedia
4. Nueva Roma fue embellecida a costa de otras
ciudades del Imperio, cuyas mejores obras fueron
saqueadas y trasladadas a la nueva capital. En el
foro se colocó una columna donde se emplazó una
estatua de Apolo a la que Constantino hizo quitar la
cabeza para colocar una réplica de la suya. Se
trasladaron mosaicos, esculturas, columnas,
obeliscos, desde Alejandría, Éfeso y sobre todo
desde Atenas. Constantino no reparó en gastos,
pues quería levantar una capital universal.
La ciudad contaba con un hipódromo, construido en
tiempos de Septimio Severo (año 203), que podía
albergar más de 50.000 personas y era la sede de las
fiestas populares y de los homenajes a los generales
victoriosos del Imperio. Sus tribunas también fueron
testigo de tribunales donde se dirimían los casos más
relevantes. Hoy en día, el hipódromo sólo es una plaza
del centro de la ciudad (Estambul), donde se conservan
los dos obeliscos que se encontraban en el eje de la
pista, uno de ellos perteneciente al faraón egipcio
Tutmosis III.
5. También se dio gran importancia a la cultura. Constancio II creó la primera universidad del
mundo al fundar, en el 340, la Universidad de Constantinopla, aunque luego fuera reformada
por el emperador Teodosio II en 425. En ella se enseñaba Gramática, Retórica, Derecho,
Filosofía, Matemática, Astronomía y Medicina. La universidad constaba de grandes salones
de conferencias, donde enseñaban sus 31 profesores. Al morir Constantino, la fragmentación
del Imperio Romano era un hecho. Sin embargo, esto no se produciría hasta la muerte de uno
de sus sucesores: Teodosio, quien en el año 395 dividió en dos el Imperio y cedió el mando
de la parte occidental, con sede en Milán, a su hijo Honorio; y la parte oriental, con sede en
Constantinopla, a su otro hijo, Arcadio, dando comienzo al Imperio Bizantino que, a diferencia
de la parte occidental cuya decadencia fue cada vez mayor, se mantuvo pujante hasta el año
1453. A Teodosio se debe el foro de su nombre en la antigua Constantinopla.
6. En época del emperador Justiniano (527–565) se construyó el
templo de Santa Sofía, donde sus arquitectos tuvieron que idear
una cúpula para cubrir el amplio edificio de planta rectangular.
Tan complejo fue el trabajo que la primera cúpula se derrumbó;
la segunda es la que hoy se puede ver en el edificio. Justiniano
también construyó la iglesia de los santos Sergio y Baco, entre
los años 527 y 536 después de Cristo.
Constantinopla en 1422. Mapa del cartógrafo florentino
Cristoforo Buondelmonti.
Durante el gobierno del emperador Heraclio (610–641) se creó la
Academia Patriarcal de Teología, que luego fuera organizada
también como universidad.