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Procedimiento y consecuencias jurídicas

Docente à Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco
30 May 2013
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  1. Procedimiento y consecuencias jurídicas. A diferencia de lo que ocurre en el derecho interno, la carencia de una jurisdicción internacional obligatoria conduce a examinar hasta qué punto, los Estados que invocan la nulidad, terminación o suspensión del tratado pueden extraer unilateralmente las consecuencias de su acción o si por el contrario, nada es posible sin el acuerdo de las partes o antes de agotar determinado procedimiento. La convención de Viena sobre derecho a los tratados, se preocupó mucho por este problema y para tal efecto, diseñó un procedimiento sencillo admitido por todos. Finalmente, adoptó el actual artículo 66, resultado de una propuesta de los Estados Afroasiáticos combinada con otra que había planteado el Japón. La Convención, divide el procedimiento en dos etapas. En efecto, establece una primera fase procedimental a la cual debe ceñirse el Estado que alegue una causal de nulidad, terminación o suspensión del tratado. Pues bien, dicho Estado parte debe notificar por escrito su pretensión a las otras partes, señalando las causas y las razones que lo asisten. De todos modos, si la parte interesada adopta la medida sin notificarla previamente y al margen de los supuestos de aquiescencia que el caso requiera, nada impide que se haga después como respuesta a la otra parte que pida el cumplimiento del tratado o alegue su violación, con lo cual se puede afirmar que dicha iniciativa es espontanea o derivada según el caso. Dicha declaración debe constar en un instrumento solemne suscrito por el Jefe de Estado, Jefe de Gobierno o Ministro de Relaciones Exteriores y comunicarse a las otras partes. En el evento, de que no se llene el requisito de las firmas se podrá solicitar a quien comunique la acreditación de plenos poderes.
  2. Con relación a esta norma, apunta Remiro haciendo una interpretación sistemática de la reserva: “La referencia que se hace en el artículo 65-1 a la necesidad de indicar en el escrito las razones en que se funda la pretensión ha suscitado la duda sobre su aplicabilidad a la denuncia no motivada, duda a la que además, ha contribuido el párrafo dos del articulo 56 al exigir que quien pretenda denunciar un tratado notifique su intención con doce meses de antelación. No obstante, seria desacertado pensar que en la denuncia no motivada una parte una parte cuenta con la potestad de hacer efectivo unilateralmente su propósito, sometiéndolo exclusivamente a un plazo de preaviso. La sujeción de la denuncia no motivada a lo establecido en los artículos 65 a 68 se desprenda de una interpretación sistemática y teleología, apoyada en los trabajos preparatorios y confirmada en una declaración del Presidente del Comité de Redacción de la Conferencia y en la intención que subyace en el artículo 56-2 que consiste en tranquilizar el resto de partes en un tratado asegurándole un tiempo razonable para reaccionar. Ahora bien, si cualquiera de las partes formula una objeción entonces surgirá un conflicto entre las partes, razón por la cual deberán buscar una solución por los medios indicados en el artículo 33 de la Carta de la ONU, que prescribe recursos como la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación o el arbitraje o el arreglo judicial. A partir del cumplimiento de los doce meses sin que se encuentre solución alguna, comienza una segunda fase procedimental variable según la causa de nulidad, terminación o suspensión alegada. En este evento, habrá que distinguir dos regímenes distintos. En efecto, si la controversia se refiere a la nulidad o terminación de un tratado por su oposición a una norma de “jus cogens”, cualquiera de las partes en la controversia podrá mediante solicitud escrita dirigida al Secretario General, someterla a la decisión de la Corte de la Haya, a menos que de común acuerdo las partes prefieran reunir al arbitraje. Sin embargo, la Convención establece una excepción en el evento de que una
  3. organización internacional sea parte, porque estas no pueden ser parte en procedimientos contenciosos ante la Corte. Pero, esta controversia se refiere a otra causal de nulidad, terminación o suspensión, cualquiera de las partes podrá iniciar el procedimiento de conciliación regulada en el anexo de la Convención presentando una solicitud al Secretario General de la ONU. En dicho anexo, consta un procedimiento de conciliación y establece las condiciones necesarias, para constituir en cada caso la correspondiente Comisión, cuyos gastos de funcionamiento los sufraga las Naciones Unidas. El procedimiento ante la Comisión, termina con un informe presentado dentro de un plazo de doce meses contados a partir de la fecha de la constitución de ésta y presentado al Secretario General y que se transmite a las partes en conflicto. El informe no obligará a las partes sino que tendrá el carácter de recomendación para facilitar el arreglo amistoso. Este procedimiento no es aplicable en casos de violación grave, como causal de terminación o suspensión de un tratado multilateral, y a que en este evento, son las partes, excluida obviamente la autora de la violación, las que deciden por acuerdo unánime, la terminación o suspensión total o parcial, ya sea con referencia al infractor o entre todas ellas. En este caso, con relación al infractor se estaría en presencia de un mecanismo de exclusión del tratado.
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