El documento habla sobre la importancia de comunicarse de manera efectiva, comparando la comunicación con el fútbol. Explica que aunque los humanos tengan la capacidad del habla, se necesita entrenamiento para comunicar de manera exitosa, al igual que los futbolistas necesitan entrenamiento para jugar bien. También destaca que los líderes de empresas necesitan comunicarse bien con diferentes audiencias para tener éxito, y que deben buscar ayuda profesional para mejorar sus habilidades comunicativas.
1.
Comunicar para ganar el Mundial
Septiembre 14, 2018 - 09:35
Escrito por Opinión prnoticias Publicado en PRComunicación
"Comunicar para ganar el Mundial" por @anabepereira de @EstComunicacion
Ana Pereira, Directora en
Estudio de Comunicación
Por Ana Pereira
Directora en Estudio de
Comunicación
@anabepereira
La comunicación es un
proceso en el que un emisor
transmite un mensaje a un
receptor por un canal
determinado: uno de ellos es
el oral, para lo cual usamos
el habla.
La facultad del habla es algo de lo que el ser humano dispone desde su más tierna infancia y que
practica desde la noche de los tiempos. Es algo tan intrínseco a nosotros y lo que nos diferencia de
los animales, que se presupone que, por el hecho de poder hablar, salvo circunstancias
excepcionales, cualquier persona sabe comunicarse con sus semejantes, al menos con aquellos con
los que se comunica en la misma lengua.
No obstante, pensar que, por el hecho de estar dotados de la facultad del habla, podemos
plantarnos sin más delante de un auditorio y desempeñar un buen papel, es equivalente a pensar
que por el hecho de que sabemos dar patadas a un balón podemos jugar y ganar un Mundial. Al
igual que el futbolista profesional ensaya sus jugadas y entrena sus destrezas con el esférico, el
portavoz que quiera comunicar con su público, sea éste cual sea, también deberá entrenar su faceta
de comunicador si por ella quiere ser reconocido.
La comunicación interpersonal no es una disciplina compleja, al igual que el futbol a simple vista
puede parecer que tampoco lo fuera. La complejidad deriva del entrenamiento requerido y de tener
que aplicar una serie de tácticas que primero hay que interiorizar.
La buena noticia, al respecto de la comunicación, es que se pueden aprender, y así lograr que el
portavoz, en su papel de emisor, logre transmitir de la manera más exitosa posible un mensaje al
público que le está escuchando y/o viendo, ya sea en la sala en la que se ha congregado, o a través
de una pantalla o emisora.
A veces, en ciertas posiciones de liderazgo de las organizaciones se presuponen una serie de
competencias, las famosas skills, un término de moda y mucho más glamuroso a la hora de
referirnos a habilidades. Una de ellas es la de ser capaz de comunicar con los públicos objetivo de la
empresa. Se trata de un amplio abanico de destinatarios, que abarca desde accionistas,
instituciones y autoridades a periodistas, pasando por proveedores y también por públicos internos.
2. Las palabras y la forma en la que un presidente o un CEO aborde sus intervenciones, no sólo
pueden hacer subir el precio de la acción de la compañía, en caso de ser ésta cotizada, sino que
pueden servir tanto para provocar buenos titulares, como para convencer a alguna autoridad más o
menos reticente al respecto de los planes de la entidad en cuestión. Un discurso motivador y bien
estructurado puede ser fundamental para alentar a su equipo y rebajar tensión con los sindicatos, en
caso de existir.
Por el contrario, si este hipotético primer o primera espada de la compañía realiza exposiciones
demasiado largas, tediosas y enrevesadas en las que ni el mismo es capaz de entender el mensaje
que quiere transmitir, poco o nada va a motivar ni convencer a ninguno de sus interlocutores. Sólo
conseguirá incrementar el malestar existente entre los sindicatos y sembrar incertidumbre en su
equipo. Amén de que no manejar bien la comunicación puede redundar en que ni los periodistas
publiquen de la forma más ventajosa para la organización, ni los accionistas estén convencidos de
las fortalezas de la compañía, ni las autoridades entiendan los planes de la compañía.
Ese presidente debe pronunciar cada discurso como si se estuviera disputando un partido en un
Mundial, pues su objetivo será siempre y en cada ocasión meter el gol que le de la victoria a su
organización.
Ahora bien, de la misma manera que no todos los futbolistas disponen de las mismas habilidades en
el campo de juego, no todos los portavoces de las compañías cuentan con las mismas
competencias. Las destrezas personales son tan diferentes como diversa es la tipología del ser
humano. Así, habrá quien sea capaz de cerrar los acuerdos más ventajosos para su organización,
pero sienta pavor a la hora de ponerse a hablar delante de todos sus empleados; o aquel que no
tenga problema en salir airoso de negociaciones complicadas con comités de empresa, pero al que
le aterre la grabadora de un periodista.
¿Podemos lograr que un directivo de una compañía se comunique de manera eficiente con sus
públicos objetivos? La respuesta es que sí es posible. No lo va a lograr por arte de magia ni por el
hecho de que dentro de sus atribuciones como principal ejecutivo de la compañía realice muchas
intervenciones en público.
Si sus presentaciones son aburridas o enrevesadas da igual que haga una o veinte, lo serán todas
por igual. Probablemente cuando pregunte a sus colaboradores ¿qué os ha parecido? Le ocurrirá lo
que al protagonista del cuento de Hans Christian Andersen, ‘El traje nuevo del Emperador’, que
nadie se atreva a decirle que no se ha entendido bien o que ha sido demasiado larga. Si están
llenas de muletillas, de frases hechas o son presentaciones tan repletas de cifras y datos que es
imposible quedarse con la mitad de ellos la intervención del líder quedará muy deslucida. A muchos
nos ha ocurrido alguna vez la experiencia de estar escuchando a un ponente y dejar de prestar
atención al contenido de su discurso para centrarnos en contar las veces que acaba sus frases con
muletillas terribles como “eh”, “umm” o “vale”.
¿Qué se puede hacer para poner remedio y mejorar las capacidades como portavoz? Sin duda, en
primer lugar, ser consciente de que como comunicador aún tiene un largo camino por recorrer y, en
segundo, ponerse en manos de unos buenos profesionales que le ayuden a entrenar sus
habilidades, a pulir sus defectos al comunicar y a potenciar sus destrezas.
Al igual que no existe la receta mágica para marcar un buen gol, seguir estos consejos no garantiza
el éxito, pero si nos acercará un paso más a nuestra meta, que no debe ser otra que la de lograr que
nuestro público se quede con el mensaje que deseamos transmitir de la manera más ventajosa para
la compañía a la que representamos.
Modificado por última vez: Viernes, 14 Septiembre 2018 09:48
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