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Iniciativa para la prevención de las infecciones
transmitidas por vía sanguínea y otras infecciones de alta
prevalencia en personas que se inyectan drogas (PID)
MANUAL TÉCNICO
Dirección de Promoción y Prevención
Actualización mayo 2020
MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL
FERNANDO RUIZ GÓMEZ
Ministro de Salud y Protección Social
			
LUIS ALEXANDER MOSCOSO OSORIO
Viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios
MARÍA ANDREA GODOY CASADIEGO
Viceministra de Protección Social
GERARDO BURGOS BERNAL
Secretario General
CLAUDIA MILENA CUELLAR SEGURA
Directora de Promoción y Prevención (E)
ANA MARÍA PEÑUELA POVEDA
Coordinadora grupo Convivencia Social y Ciudadanía
RICARDO LUQUE NÚÑEZ
Coordinador grupo Sexualidad, Derechos Sexuales
y Derechos Reproductivos
Referentes técnicos
CIELO YANETH RÍOS HINCAPIÉ
Profesional especializado ITS/VIH/Hepatitis
Área Funcional Población y Desarrollo
Dirección de Promoción y Prevención
JUAN CAMILO MARTÍNEZ URREGO
Contratista estrategias de reducción
de riesgos y daños
Grupo Convivencia Social y Ciudadanía
Dirección de Promoción y Prevención
Este documento fue elaborado por la Corporación Acción Tecnica Social en el marco del Convenio
519 de 2015, suscrito entre el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Panamericana
de la Salud, y actualizado para su publicación por el equipo técnico del Ministerio de Salud y
Protección Social en el año 2020.
Agradecimientos
NELLY YULISA RIVAS
Profesional especializado
Grupo convivencia social y ciudadanía
SANDRA PATRICIA ESCANDÓN MONCALEANO
Coordinadora Estrategia de Comunicación y
Movilización Social - Proyecto VIH
Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial
ENTerritorio
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD
GINA TAMBINI GÓMEZ
Representante OPS/OMS Colombia
					
BERTHA GÓMEZ MARTÍNEZ
Consultora para VIH/ITS/Hepatitis Virales
OPS/OMS - Colombia
TABLA DE CONTENIDO
LISTA DE TABLAS										4
LISTA DE GRÁFICAS										5
SIGLAS Y ACRÓNIMOS										6
PALABRAS CLAVE										7
PRESENTACIÓN										9
	1. DERECHOS Y DEBERES EN SALUD							11
		 1.1. CARTA DE DERECHOS Y DEBERES EN LOS SERVICIOS DE SALUD		 11
		1.2. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS					12
	2. EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN							13
		2.1. EL ESTIGMA								13
		2.2. LA DISCRIMINACIÓN							13
		 2.3. RELACIÓN ENTRE EL ESTIGMA, LA DISCRIMINACIÓN Y LOS DERECHOS
		 HUMANOS									13
		 2.4. ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN HACIA LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN
		 DROGAS									15
		 2.5. PAUTAS PARA LA REDUCCIÓN DEL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN 16
	 3. PANORAMA DE LAS DROGAS INYECTABLES Y PERSONAS QUE SE INYECTAN
	 DROGAS EN COLOMBIA							 17
		 3.1. CARACTERIZACIÓN DE LAS DROGAS INYECTABLES	 18
		 3.2. EFECTOS DE LA INTERACCIÓN DE LA HEROÍNA, COCAÍNA Y
		 KETAMINA CON OTRAS SUSTANCIAS				 22	
		 3.3. DAÑOS Y RIESGOS PRIMORDIALES POR VÍA DEL CONSUMO DE
		 HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA					 23
		 3.4. CARACTERIZACIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS POR VÍA INYECTADA
		 EN COLOMBIA							 24
		 3.5. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LAS PERSONAS QUE
		 SE INYECTAN DROGAS						 26
	 4. POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD (PPL)					 27	
		 4.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD
		 EN COLOMBIA							 28
		 4.2.FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE LA
		 POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD Y SU CONTEXTO		 28
		 4.3.RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LA POBLACIÓN
		 PRIVADA DE LA LIBERTAD						 30
	 5. PERSONAS TRANSGÉNERO							 31
		 5.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO		 31
		 5.2.FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE
		 LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO Y SU CONTEXTO			 31
		 5.3.HORMONAS Y SUSTANCIAS ESTÉTICAS				 32
		 5.3.1. Hormonas femeninas	 					 32
		 5.3.2. Hormonas masculinas					 33
		 5.3.3. Inyección estética						 33	
	 	 5.3.4. Hormonas feminizantes y masculinizantes y medicamentos
			 antirretrovirales						 34
		 5.4. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LAS PERSONAS
		 TRANSGÉNERO							 35
6. INFECCIONES RELEVANTES PARA LAS POBLACIONES PRIORIZADAS	 37
		 6.1. INFECCIONES TRANSMITIDAS POR VÍA SANGUÍNEA		 37
		 6.1.1. VIH/SIDA						 39
		 6.1.2. Hepatitis virales						 44
		 6.1.3. HTLV-1 y 2							 50
		 6.1.4. Enfermedad de Chagas					 52
		 6.2. INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (ITS)			 55
		 6.3. INFECCIONES TRANSMITIDAS POR VÍA AÉREA: TUBERCULOSIS	 61
		 6.4. OTRAS INFECCIONES FRECUENTES EN LAS PID			 65	
	 7. INYECCIÓN DE MENOS RIESGO
		 7.1. CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LAS PRÁCTICAS DE INYECCIÓN 69
		 7.2. PASOS PARA LA INYECCIÓN DE MENOS RIESGO			 71
		 7.2.1. Preparar la mezcla						 71
		 7.2.2. Preparar la zona del cuerpo para la inyección			
		 7.2.3. La inyección de menos riesgo					
		 7.3. DESECHO DEL MATERIAL DE INYECCIÓN USADO			
	 8. PREVENCIÓN Y MANEJO DE LA SOBREDOSIS				 75
		 8.1. ¿QUÉ ES UNA SOBREDOSIS?	 				 77
		 8.2. ¿CÓMO IDENTIFICAR UNA SOBREDOSIS?				 78
		 8.3. ¿QUÉ HACER EN CASO DE UNA SOBREDOSIS POR OPIOIDES
		 COMO LA HEROÍNA?						 79
		 8.4. POSICIÓN DE RECUPERACIÓN					 80
		 8.5. ¿QUÉ NO SE DEBE HACER EN CASO DE UNA SOBREDOSIS?	 78
		 8.6. ¿QUÉ HACER PARA REDUCIR EL RIESGO DE UNA SOBREDOSIS?	 78
	 9. CUIDADOS DEL EQUIPO OPERADOR Y RIESGO BIOLÓGICO			 79
		 9.1. ¿QUÉ HACER EN CASO DE UN PINCHAZO ACCIDENTAL?		 80
		 9.2. ESQUEMA DE VACUNACIÓN RECOMENDADO PARA PERSONAL
		 SOCIO SANITARIO							 80
	 10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS					 	 83
LISTA DE TABLAS
	 Tabla 1. Derechos sexuales y reproductivos					 14
	 Tabla 2. Formas y espacios en los que se manifiestan el estigma y la discriminación	 18
	 Tabla 3. Pautas para la reducción del estigma y la discriminación	 20
	 Tabla 4. Aspectos generales de la cocaína					 23
	 Tabla 5. Aspectos generales de la heroína					 25
	 Tabla 6. Aspectos generales de la ketamina					 26
	 Tabla 7. Interacción de la cocaína con otras sustancias			 27
	 Tabla 8. Interacción de la heroína con otras sustancias	
	 Tabla 9. Interacción de la ketamina con otras sustancias			 28
	 Tabla 10. Riesgos de acuerdo con la vía del consumo de la heroína,
	 cocaína y ketamina							 29
	 Tabla 11. Factores de riesgo propios de contextos carcelarios			 35
	 Tabla 12. Factores de riesgo propios de las personas privadas de la libertad	 36
	 Tabla 13. Sugerencias de trabajo con personas privadas de la libertad		 37
	 Tabla 14. Preguntas y respuestas - hormonas masculinas en hombres transgénero	 41
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Tabla 15. Tipos de sustancias inyectadas utilizadas por hombres y
		 mujeres transgénero							 42
	 Tabla 16. Recomendaciones para las instituciones de salud y personal
	 socio sanitario frente a la atención de las personas trans y
		 otras poblaciones LGBTI						 43
	 Tabla 17. Mecanismos de transmisión del VIH					 48
	 Tabla 18. Recomendaciones para personas que viven con VIH			 50
	 Tabla 19. Marco normativo que protege a las personas que viven con VIH	 51
	 Tabla 20. VIH/Sida y personas que se inyectan drogas				 52
	 Tabla 21. Vías de transmisión de las hepatitis virales				 53
	 Tabla 22. Características de las hepatitis virales				 55
	 Tabla 23. Tratamiento de las hepatitis virales					 56
	 Tabla 24. Medidas de prevención de las hepatitis virales			 57
	 Tabla 25. Recomendaciones para las personas que viven con hepatitis	 59
	 Tabla 26. Hepatitis y personas que se inyectan drogas				 59
	 Tabla 27. Distribución y prevalencia del HTLV 1 y 2 en el mundo y en Colombia 60
	 Tabla 28. Mecanismos de transmisión, diagnóstico y tratamiento del HTLV-1 y 2	 61
	 Tabla 29. HTLV-1 y 2 y personas que se inyectan drogas	 		 62
	 Tabla 30. Mecanismos de transmisión, signos y síntomas, diagnóstico
		 y tratamiento de la enfermedad de Chagas				 63
	 Tabla 31. Medidas de prevención para la enfermedad de Chagas		 64
	 Tabla 32. Características de la sífilis, gonorrea, clamidia y linfogranuloma venéreo      66
	 Tabla 33. Características de la tricomoniasis, el herpes genital, las verrugas
		 anogenitales y el virus del papiloma humano (VPH)			 67
	 Tabla 34. Asesoría en infecciones de transmisión sexual			 68
	 Tabla 35. Orientaciones sobre el condón masculino				 69
	 Tabla 36. Conductas sexuales de riesgo de las PID y sus parejas sexuales	 71
	 Tabla 37. Condicionantes de vulnerabilidad de las mujeres que son parejas
		 sexuales de PID								71
	 Tabla 38. Factores de riesgo, signos y síntomas, diagnóstico y tratamiento
		 de la tuberculosis							 72
	 Tabla 39. Tuberculosis y personas que se inyectan drogas			 74
	 Tabla 40. Características de la celulitis, sepsis y endocarditis infecciosa	 77
	 Tabla 41. Material necesario para la inyección de menos riesgo		 82
	 Tabla 42. Características de los puntos de inyección				 85
	 Tabla 43. Pautas generales para la inyección de menos riesgo			 86
	 Tabla 44. Eliminación de agujas y material cortopunzante			 87
	 Tabla 45. Síntomas de la sobredosis por depresivos y estimulantes		 
	
	 Tabla 46. Reanimación cardiopulmonar de calidad				 90
	 Tabla 47. Recomendaciones para el manejo de elementos usados en
		 la inyección de drogas						 93
	 Tabla 48. Características de los contenedores para el desecho de elementos
		 cortopunzantes							 93
	 Tabla 49. Vacunas recomendadas para el personal socio sanitario		 95
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LISTA DE GRÁFICAS
	 Gráfica 1. Círculo vicioso del estigma, la discriminación y la violación de los
		 derechos humanos 						 13
	 Gráfica 2. Prevalencia de VIH y virus de la hepatitis C (VHC) en personas que
		 se inyectan drogas. Colombia 2002-2014				 25	
           Gráfica 3. Comportamiento Población Privada de la Libertad intramural,
		 2013-2019								 27
	 Gráfica 4. Infecciones por VIH y hepatitis C en PID, 2017	 	 	            38	
	 Gráfica 5. Higiene de la tos       	 	 	 	 	 	             63
	 Gráfica 6. Correcto lavado de manos	 	 	 	 	 	             64
	 Gráfica 7. Hábitos de vida saludables	 	 	 	 	 	             64
	 Gráfica 8. Manchas en las manos que se pueden presentar cuando se tiene
		 endocarditis								 68
	 Gráfica 9. Celulitis	 	 	 	 	 	 	 	            68
	 Gráfica 10. Puntos para la inyección de menos riesgo	 	 	 	             72
	 Gráfica 11. Posición de recuperación	 	 	 	 	 	             77
	 Gráfica 12. Pasos para colocar a una persona en posición de recuperación	             78
SIGLAS Y ACRÓNIMOS
ACIP		 Advisory Committee on Inmunization Practices (Comité Asesor sobre
		 Prácticas de Inmunización).
ATS		 Acción Técnica Social.
CCC		 Comunicación para el Cambio de Comportamiento.
CDC		 Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
COMBI		 Comunicación para el Impacto Conductual.
CONAPRED	 Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
DEA	 	 Desfibrilador Externo Automático
EAPB	 	 Entidades Administradoras de Planes de Beneficios
EPS		 Entidad Promotora de Salud.
ERON		 Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional.
ENTERRITORIO Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial
ETV		 Enfermedades Transmitidas por Vectores.
ETVS		 Enfermedades de Transmisión por Vía Sanguínea
HTLV 1/2	 Human T-Lymphotropic Virus 1
(Virus Linfotrópico de Células T Humanas/Tipo 1 y 2)
IAP		 Investigación Acción Participativa.
ITS		 Infecciones de Transmisión Sexual.
INPEC		 Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.
INS		 Instituto Nacional de Salud
Minjusticia	 Ministerio de Justicia y del Derecho
Minsalud	 Ministerio de Salud y Protección Social
MPS		 Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio de Salud y Protección Social)
LGBTI		 Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales.
OIM 		 Organización Internacional para las Migraciones
OMS		 Organización Mundial de la Salud.
ONS		 Observatorio Nacional de Salud.
ONG		 Organización No Gubernamental.
ONU		 Organización de Naciones Unidas.
ONUSIDA	 Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA.
OPS		 Organización Panamericana de la Salud.
PID		 Personas que se Inyectan Drogas.
PPL		 Personas Privadas de la Libertad.
PNUD		 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
SIDA	 	 Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida.
SPA		 Sustancias Psicoactivas.
SSR		 Salud Sexual y Reproductiva.
TB		 Tuberculosis.
TRANS		 Personas Transgénero.
UNAIDS	 Joint United Nations Programme on HIV and AIDS (Programa Conjunto de
		 Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA).
UNFPA		 United Nations Fund for Population Activities (Fondo de Población de las
		Naciones Unidas.
UNODC	 United Nations Office on Drugs and Crime (Oficina de las Naciones Unidas
		 contra la Droga y el Delito).
VH- A/B/C/D/E	Virus de la hepatitis A, B, C, D, E.
VESPA		 Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Consumo de Sustancias Psicoactivas.
VIH	 	 Virus de Inmunodeficiencia Humana.
PALABRAS CLAVE
Personal socio sanitario.
Personas que se inyectan drogas.
Drogas inyectables.
Heroína.
Cocaína.
Ketamina.
Parafernalia.
Daños y riesgos.
Prácticas de inyección.
Enfermedades transmitidas por sangre.
VIH/Sida.
Hepatitis.
HTLV 1/2.
Tuberculosis.
Infecciones de transmisión sexual.
Celulitis.
Sepsis.
Endocarditis.
Sobredosis.
Inyección de menos riesgo.
Prevención.
Mitigación de riesgos.
Reducción de daños.
9
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
PRESENTACIÓN
El consumo de drogas inyectables es una problemática creciente en nuestro país que implica, para
quienes se inyectan, un alto riesgo de adquirir infecciones que se transmiten por vía sanguínea y
otras que, aunque no estén directamente relacionadas con el consumo como las infecciones de
transmisión sexual, se incrementan por la reducción en las medidas de protección cuando se tie-
nen relaciones sexuales bajo los efectos de las sustancias psicoactivas.
Frente a dicha realidad, el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Mundial de la
Salud/Organización Panamericana de la Salud, en el marco del convenio 519 de 2015, contrataron
con la Corporación Acción Técnica Social el diseño de una estrategia educativa para la prevención
de las infecciones que se transmiten por vía sanguínea y otras de alta prevalencia o exposición entre
las personas que se inyectan drogas, a fin de reducir la prevalencia de estas infecciones en esta
población.
De este proceso surgió la estrategia “AGUANTA CUIDARSE” en cuyo desarrollo participaron
profesionales, técnicos, facilitadores sociales, voluntarios, pares comunitarios e integrantes de
la población que se inyecta drogas quienes, a través de ejercicios de construcción colectiva en
las ciudades de Bogotá y Armenia, identificaron las necesidades conceptuales y prácticas de los
técnicos y su población y las estrategias de mayor beneficio para las mismas.
Dado que dentro de otras poblaciones también se da el fenómeno del consumo de sustancias
psicoactivas por vía inyectada e inyección de otras sustancias bajo condiciones de riesgo, se
tuvieron en cuenta en el desarrollo de la estrategia dos grupos adicionales: personas privadas
de la libertad y personas transgénero.
Las personas privadas de la libertad (PPL) se escogieron teniendo en cuenta el tráfico de estu-
pefacientes que se ha llegado a reportar al interior de las prisiones, el consumo clandestino y
la vulnerabilidad que tiene esta población al no tener acceso a material higiénico dentro de los
centros penitenciarios.
Las personas transgénero fueron seleccionadas porque durante los ejercicios con personas
clave se identificaron en esta población prácticas de inyección propias de sus procesos de
transformación corporal que, como las de PID, conllevan a riesgos de transmisión de enfer-
medades por vía sanguínea, cuando la inyección se lleva a cabo de manera no higiénica.
La estrategia se apoya en una caja de herramientas que incluye memo fichas, rotafolio y videos
con enfoque diferencial, y este manual en el cual se amplían los contenidos técnicos de las
herramientas para que, de manera sencilla, clara y con veracidad científica, el técnico pueda
utilizarlo como punto de referencia para su trabajo del día a día en espacios tales como dispo-
sitivos de atención y entornos de consumo, entre otros.
Los temas incluidos en el manual contextualizan la problemática del consumo de drogas por
vía inyectada, los riesgos asociados a su uso, las practicas más comunes que agudizan estos
riesgos y las infecciones a las que son más vulnerables las PID. Además, brinda información
10
sobre mitigación de riesgos y reducción de daños y sobre las características de otras poblaciones
vulnerables como PPL y personas transgénero.
La apropiación de la información aquí presentada facilitará el trabajo de campo de los técnicos, el
acercamiento a la población y el desarrollo de habilidades para responder a las inquietudes en salud
de las personas que consumen sustancias psicoactivas y de aquellas en alta vulnerabilidad frente al
consumo.
Finalmente, hay que señalar que, si bien el manual ofrece información sobre diversos temas, el téc-
nico podrá consultar las fuentes que fueron utilizadas para su elaboración y otras indicadas en la
bibliografía para ampliar su conocimiento sobre los temas abordados.
11
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
La Ley 1751 de 2015 o Ley estatutaria en salud,
por medio de la cual se regula el derecho funda-
mental a la salud y se dictan otras disposiciones,
establece que:
El derecho fundamental a la salud es autónomo
e irrenunciable en lo individual y en lo colecti-
vo. Comprende el acceso a los servicios de salud
de manera oportuna, eficaz y con calidad para la
preservación, el mejoramiento y la promoción de
la salud. El Estado adoptará políticas para ase-
gurar la igualdad de trato y oportunidades en el
acceso a las actividades de promoción, preven-
ción, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y
paliación para todas las personas. De conformi-
dad con el artículo 49 de la Constitución Política,
su prestación como servicio público esencial obli-
gatorio, se ejecuta bajo la indelegable dirección,
supervisión, organización, regulación, coordina-
ción y control del Estado. (p.1) (negrilla fuera del
texto original)
1.1. CARTA DE DERECHOS Y DEBERES EN LOS
SERVICIOS DE SALUD
El contar con derechos no implica que automáti-
camente estos se cumplan, por ello el Ministerio
de Salud y Protección Social, la Superintenden-
cia Nacional de Salud y la Defensoría del Pueblo
elaboraron, en el año 2013, la carta de derechos
y deberes de los usuarios del sistema de salud.
El objetivo de este documento ha sido la promo-
ción de los derechos de los usuarios del siste-
ma de salud, para que, conociéndolos, los hagan
exigibles ante las distintas entidades y, de igual
manera, conozcan las herramientas que pueden
usar si no están de acuerdo con lo estipulado por
su aseguradora o prestador de servicios de salud.
Los derechos incluidos en esta carta son:
1.	 Acceder a los servicios sin que le impongan
trámites administrativos adicionales a los de
ley.
2.	 Que le autoricen y presten los servicios in-
cluidos en el Plan de Beneficios de manera
oportuna, si requiere un servicio que no esté
incluido, también lo puede recibir.
3.	 Recibir por escrito las razones por las que
se niega el servicio de salud.
4.	 Que, en caso de urgencia, sea atendido de
manera inmediata, sin que le exijan docu-
mentos o dinero.
5.	 Que atiendan con prioridad a los menores
de 18 años.
6.	 Elegir libremente el asegurador, la IPS y el
profesional de la salud que quiere que lo tra-
te, dentro de la red disponible.
7.	 Ser orientado respecto a la entidad que
debe prestarle los servicios de salud reque-
ridos.
8.	 Que como cotizante le paguen las licen-
cias y las incapacidades médicas.
9.	 Tener protección especial cuando se pa-
decen enfermedades catastróficas y de alto
costo, sin el cobro de copagos.
10.	 Que solamente le exijan su documento de
identidad para acceder a los servicios de
salud.
11.	 Que le informen dónde y cómo pueden pre-
sentar quejas o reclamos sobre la atención
en salud prestada.
12.	 Recibir un trato digno sin discriminación al-
guna.
13.	 Recibir los servicios de salud en condicio-
nes de higiene, seguridad y respeto a su in-
timidad.
14.	 Recibir durante todo el proceso de la enfer-
medad, la mejor asistencia médica dispo-
nible.
15.	 Recibir servicios continuos, sin interrupción
y de manera integral.
16.	 Obtener información clara y oportuna de
su estado de salud, de los servicios que vaya
a recibir y de los riesgos del tratamiento.
17.	 Recibir una segunda opinión médica si lo
desea y a que su asegurador valore el con-
cepto emitido por un profesional de la salud
externo.
18.	 Ser informado sobre los costos de su aten-
ción en salud.
19.	 Recibir o rechazar apoyo espiritual o moral.
20.	 Que se mantenga estricta confidencialidad
sobre su información clínica.
1. DERECHOS Y DEBERES EN SALUD
12
21.	 Que usted o la persona que lo repre-
sente acepte o rechace cualquier trata-
miento y que su opinión sea tenida en
cuenta y respetada.
22.	Ser incluido en estudios de investigación
científica, sólo si lo autoriza.
Los deberes incluidos son:
1.	 Cuidar su salud, la de su familia y su co-
munidad.
2.	 Cumplir de manera responsable con las
recomendaciones de los profesionales de
salud que lo atiendan.
3.	 Actuar de manera solidaria ante las situa-
ciones que pongan en peligro la vida o la
salud de las personas.
4.	 Cumplir las normas y actuar de buena fe
frente al Sistema de Salud.
5.	 Brindar la información requerida para
la atención médica y contribuir con los
gastos de acuerdo con su capacidad
económica.
DERECHOS SEXUALES DERECHOS REPRODUCTIVOS
Abarcan ciertos Derechos Humanos que ya es-
tán reconocidos en las leyes nacionales, docu-
mentos internacionales y otras declaraciones
de consenso.
Hacen parte de los Derechos Humanos. Se
formularon durante la Conferencia Internacional
sobre Población y Desarrollo (Naciones Unidas,
1994).
Establecen el derecho a: Establecen el derecho a:
1.	 Alcanzar el nivel más elevado posible
de salud en relación con la sexualidad,
incluido el acceso a servicios de atención
de la salud sexual y reproductiva.
2.	 Buscar, recibir e impartir información
sobre la sexualidad.
3.	 Recibir educación sexual.
4.	 Que se respete su integridad física.
5.	 Elegir pareja.
6.	 Decidir si ser o no sexualmente activa.
7.	 Mantener relaciones sexuales de mutuo
acuerdo.
8.	 Contraer matrimonio de mutuo acuerdo.
9.	 Llevar una vida sexual satisfactoria, segura
y placentera.
1.	 Decidir libre y responsablemente el número
de hijos e hijas que se quieren tener.
2.	 Disponer de la información y de los medios
necesarios para ello.
3.	 Alcanzar el nivel más elevado de salud
sexual y reproductiva.
4.	 Adoptar decisiones en relación con la
reproducción, sin sufrir discriminación,
coacciones, ni violencia.
5.	 Recibir atención, protección en salud y los
beneficios del progreso científico.
6.	 La autodeterminación reproductiva, la libre
opción por la maternidad y la protección,
en caso de embarazo.
Tabla 1. Derechos sexuales y reproductivos
Nota. Basada en el documento “Política Nacional de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos” del Ministerio de Salud y
Protección Social, Fondo de Población de las Naciones Unidas, Organización Internacional para las Migraciones y Asociación Probienestar
de la Familia Colombiana (2014); “Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo” de Naciones Unidas (1994).
6.	 Respetar al personal de salud y cuidar
las instalaciones donde le presten dichos
servicios.
1.2. DERECHOS SEXUALES Y
REPRODUCTIVOS
Los derechos sexuales y reproductivos están
encaminados a impulsar las condiciones so-
ciales y jurídicas necesarias para que las per-
sonas puedan alcanzar el máximo bienestar
físico y mental como efecto de las decisiones
sexuales que asuman, siendo libres de coac-
ciones o de violencia (MPS y UNFPA, 2003;
Minsalud, UNFPA, OIM y Profamilia, 2014).
De esta manera, el ejercicio de los derechos
sexuales y reproductivos lleva a la salud se-
xual y reproductiva, la cual “se refiere a un es-
tado general de bienestar físico, mental y so-
cial, y no a la mera ausencia de enfermedades
o dolencias en todos los aspectos relaciona-
dos con la sexualidad y la reproducción”. (MPS
y UNFPA. 2003. p. 9)
13
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Para analizar qué son y cómo se manifiestan
el estigma y la discriminación en las personas
que se inyectan drogas es importante revisar
los conceptos y orígenes de estas palabras y
la relación existente entre ellas.
2.1. EL ESTIGMA
El término estigma se acuñó en la Grecia clá-
sica a una marca física permanente que se
hacía a grupos de personas que se encontra-
ban apartadas y rechazadas de las estructu-
ras sociales (Aggleton, Parker y Maluwa, 2003;
MPS y UNFPA, 2011a).
Hoy en día, de acuerdo con lo definido por Go-
ffman (1963, citado por Aggleton et al, 2003),
el estigma se entiende como un atributo des-
calificador que, ante los ojos de los demás,
sirve para reducir a la persona que lo posee.
Se basa en uno o más factores como el géne-
ro, el estado serológico, la orientación sexual,
la clase social, el grupo étnico, las creencias
religiosas, el sexo, las prácticas sexuales, en-
tre otras (MPS y UNFPA, 2011a).
El Programa Conjunto de Naciones Unidas so-
bre VIH/sida – ONUSIDA (2002) afirma
En última instancia, el estigma crea desigual-
dad social, y se ve reforzado por ella. Tiene
profundos orígenes en el seno de la estructura
de la sociedad en su conjunto y en las nor-
mas y valores que rigen gran parte de nuestra
vida cotidiana. Hace que algunos grupos sean
subvalorados y avergonzados y que otros se
sientan superiores. (p.10)
2.2. LA DISCRIMINACIÓN
La discriminación consiste en acciones u omi-
siones derivadas del estigma y dirigidas contra
los individuos estigmatizados (Aggleton et al.,
2003). Según ONUSIDA (2000), la discrimina-
ción involucra “cualquier forma de distinción,
exclusión o restricción que afecte a una per-
sona, en general, pero no exclusivamente, por
razón de una característica personal inheren-
te, con independencia de que exista o no jus-
tificación para tales medidas”. (p.7)
De tal manera, la discriminación tiene que ver
con el trato que se da a las personas estigma-
tizadas. Una persona o grupo es discriminado
cuando recibe un trato arbitrario e injusto por
su pertenencia a un grupo en particular (Coor-
dinadora estatal de VIH y sida y Grupo de Tra-
bajo sobre Tratamientos del VIH, 2015).
La discriminación tiene diversos orígenes y
se expresa de múltiples formas, relega a las
personas que se encuentran más expuestas,
limita su desarrollo humano y el disfrute de
sus derechos (MPS y UNFPA, 2011a).
2.3. RELACIÓN ENTRE EL ESTIGMA, LA DIS-
CRIMINACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS
Las ideas prejuiciosas en las que se basan
el estigma y la discriminación llevan con fre-
cuencia a que las personas hagan o dejen de
hacer acciones que impactan los derechos de
las personas estigmatizadas. Por ejemplo, se
nieguen servicios de salud, se exijan pruebas
como el VIH, se nieguen oportunidades de
trabajo o educación, se restrinja la libre mo-
vilización, entre otros. Esta violación de los
derechos genera un impacto negativo en los
individuos, sus familias, e incluso en la socie-
dad, al reforzar las condiciones que favorecen
y crean los contextos de vulnerabilidad (Fun-
dación Fernando Iturbide, ONUSIDA, Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD]
y Comité técnico asesor multisectorial, 2011).
Esta relación se observa claramente en la
gráfica 1.
Nota. Tomada de “Índice de Estigma y Discriminación en Personas
con VIH” de Fundación Fernando Iturbide, Programa Conjunto de
Naciones Unidas sobre VIH/sida, Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo y Comité técnico asesor multisectorial (2011).
Gráfica 1. Círculo vicioso del estigma, la discriminación y la viola-
ción de los derechos humanos.
2. EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN
14
Aggleton et al (2003), señalan que es nece-
sario entender el estigma y la discriminación
como procesos relacionados con conceptos
más amplios como el poder y la dominación.
Desde dicha perspectiva, el estigma juega un
papel muy importante al producir y reprodu-
cir relaciones de poder y control en todos los
sistemas sociales.
Particularmente, el estigma y la discriminación
relacionados con el VIH/Sida y otras infeccio-
nes se produce por razones como: (Fundación
Fernando Iturbide, ONUSIDA, PNUD y Comité
técnico asesor multisectorial, 2011)
1.	 El Desconocimiento, temor a lo descono-
cido y falta de educación.
2.	Los mitos sobre las formas de transmisión.
3.	Las dificultades en atención integral, tra-
tamiento y el desarrollo de medicamentos
curativos.
4.	Las informaciones distorsionadas en los
medios de comunicación.
5.	Los tabús y mitos alrededor de la sexua-
lidad.
6.	La relación con poblaciones y conductas
ya de por sí estigmatizadas.
Resulta tan importante abordar el estigma y
la discriminación que en la Declaración de
compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA
se afirmó
El estigma, el silencio, la discriminación y la ne-
gación de la realidad, así como la falta de con-
fidencialidad, socavan los esfuerzos de pre-
vención, atención y tratamiento e incrementan
los efectos de la epidemia en las personas, las
familias, las comunidades y las naciones. (Na-
ciones Unidas, 2001, p.9)
Existen muchas formas y espacios en los que
se manifiestan el estigma y la discriminación,
entre ellos:
Tabla 2. Formas y espacios en los que se manifiestan el estigma y la discriminación
ESPACIOS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN
Sector salud.
•	 Objeción y rechazo a brindar atención.
•	 Retención del tratamiento.
•	 Retraso o negación de otras formas de atención (alimentos, higiene).
•	 Falta de atención al paciente hospitalizado.
•	 Pruebas realizadas sin el consentimiento de la persona.
•	 Pedir las pruebas de VIH y usar el diagnóstico para negar la atención.
•	 Violación de la confidencialidad.
•	 Observaciones o comportamientos inapropiados.
•	 Uso de precauciones excesivas.
Sector laboral
•	 Pedir la prueba de VIH o usar el diagnóstico positivo para ingresar
o permanecer en una plaza de trabajo.
•	 Realización de exámenes sin el consentimiento del trabajador.
•	 Despido a causa de su condición de salud.
•	 Violación a la confidencialidad.
•	 Aislamiento laboral.
•	 Señalamientos o rumores de los compañeros de trabajo.
•	 Acoso en el lugar de trabajo.
Sector
educativo
•	 Pedir la prueba de VIH o usar el diagnóstico positivo para ingresar
o permanecer o egresar de un centro educativo.
•	 Realización de exámenes sin el consentimiento del estudiante.
•	 Violación a la confidencialidad.
•	 Rechazo y críticas por los compañeros, profesores o
personal administrativo.
15
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Familia y
comunidad
•	 Rechazo por los familiares o personas de la comunidad.
•	 Violación a la confidencialidad.
•	 Juzgamiento a la conducta o forma de ser de la persona.
•	 Impedirle a la persona compartir la mesa, aislarla, excluirla,
abandonarla, negarle toda demostración de afecto o cariño.
•	 Expulsión de la familia por la comunidad.
•	 Negación en la renta de vivienda.
• Violencia física.
Otros espacios
•	 Negarse a arrendarles una propiedad sin razón aparente.
•	 Acosar a un inquilino o inquilina y pedir el desalojo sin motivo alguno.
Nota. Elaborada con base en el documento “Índice de Estigma y Discriminación en Personas con VIH” de Fundación Fernando Iturbide,
Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/sida, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y Comité técnico asesor multi-
sectorial (2011).
2.4. ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN HACIA
LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS
Claramente son numerosos los casos en los
que las PID son víctimas de estigma y discri-
minación, teniendo como consecuencia di-
recta rechazo y marginalización (OPS, 2003).
Los procesos de estigmatización de las PID, y
de personas que consumen drogas en gene-
ral, se relacionan fuertemente con la crimina-
lización de la posesión y consumo de drogas,
lo cual es considerado al mismo tiempo, un
marcador de otros rasgos objetables de per-
sonalidad.
Este estigma conlleva efectos colaterales que
impactan el bienestar de las personas que
consumen tales como menores oportunida-
des de trabajo o estudio, desaliento para bus-
car atención en salud por temor al rechazo, a
ser juzgados o a ser arrestados, limitado ac-
ceso a tratamientos para el VIH o la hepatitis
C, entre otros (Count the costs of the war on
drugs, 2015).
En su manifestación más extrema, el estigma
puede llevar a formas graves de abuso como
amenazas de muerte, golpizas, extorsión, tra-
to inhumano y castigos degradantes (Count
the costs of the war on drugs, 2015). Incluso
en instituciones de rehabilitación, las PID que
desobedecen, incumplen o rechazan alguna
indicación pueden ser sometidas a rasurado,
humillación pública, realización de trabajos
considerados denigrantes y otras sanciones
que, según describen París, Pérez y Medrano
(2009) en su estudio Estigma y discriminación
hacia las y los usuarios de drogas y sus fa-
miliares, “provocan un sentido de humillación,
desvalorización y pérdida de dignidad de la
persona”. (p.39)
París et al. (2009) también muestran en su es-
tudio que el estigma no solo afecta a las PID
sino también a sus familiares, quienes pre-
sentan mayores problemas de autoestima,
probablemente relacionados con su mayor
conciencia del estigma.
Las PID pertenecen, al mismo tiempo, a gru-
pos considerados de alto riesgo para la infec-
ción por VIH y otras infecciones, por lo cual
terminan, en muchas ocasiones, siendo re-
chazadas o despreciadas en múltiples niveles,
debido a su enfermedad o su estilo de vida.
Algunos imaginarios sociales presuponen que,
de hecho, todas las personas infectadas per-
tenecen a grupos de riesgo e inversamente,
se asume que las personas pertenecientes a
grupos vulnerables se encuentran infectadas
por algún virus como el VIH/Sida (Parker y Ag-
gleton, 2002).
Es un fenómeno denominado “estigma com-
puesto”, es decir un círculo vicioso de estigmas
que se refuerzan entre sí, y ocurre cuando el
estigma hacia el VIH se cruza con actitudes
hacia grupos marginalizados que al mismo
tiempo se ven más expuestos al VIH por sus
16
conductas. Se observa con mayor frecuencia
en personas que se inyectan drogas, trabaja-
dores sexuales, hombres que tienen relaciones
sexuales con otros hombres. Se considera que
este es uno de los aspectos estructurales de la
epidemia (Shestakovsky, 2015).
La Organización Panamericana de la Salud
(2003) en su documento “Comprensión y res-
puesta al estigma y a la discriminación por el
VIH/SIDA en el sector salud”, cita a Burrows
quien indica “Las experiencias de discrimi-
nación son tan comunes e implacables que
muchos usuarios no se dan cuenta que los
discriminan. Parece normal ser tratado mal y
vilipendiado si se es usuario”. (p.16)
Por esta razón, a las PID, a menudo no les es
posible acceder a los servicios de prevención
y atención apropiados del VIH/Sida y otras in-
fecciones. La criminalización, el estigma y la
discriminación con frecuencia desplazan a las
PID hacia espacios carentes de higiene y su-
pervisión, incrementando los riesgos de ad-
quirir tales infecciones.
En gran parte de los países existen barreras
informales que impiden que las PID accedan
a los medicamentos y a esquemas de trata-
miento recomendados bajo el prejuicio de
que no tendrán adherencia, aunque las difi-
cultades de adherencia no son exclusivas de
ciertos grupos poblacionales, por lo que no se
puede justificar su exclusión y se debe eva-
luar cada caso de manera individual (Count
the costs of the war on drugs, 2015).
Todas estas razones, aunadas al lenguaje in-
apropiado que muchas veces se utiliza para
hablar acerca de las personas que consumen
drogas y aquellas con enfermedades como
el VIH, contribuyen a reforzar estereotipos y
actitudes denigrantes hacia estas poblacio-
nes y hacen fundamental, en el marco de los
procesos de mitigación de riesgos y reducción
de daños, reconocer la presencia del estigma
al que pueden estar sometidas, ya que estas
situaciones pueden llegar a afectar conside-
rablemente su adherencia a los programas,
debido a los sentimientos negativos sobre sí
mismas que pueden conducir al auto-despre-
cio, aislamiento, depresión, ansiedad o deses-
peranza, y a deteriorar su calidad de vida.
Por lo tanto, enfrentar y superar tanto el es-
tigma como la discriminación es un reto im-
portante en el desarrollo de procesos de mi-
tigación de riesgos y reducción de daños, para
fortalecer la prevención y la adherencia al tra-
tamiento de enfermedades asociadas.
2.5. PAUTAS PARA LA REDUCCIÓN DEL
ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN
El debate sobre las formas de eliminar el
estigma y la discriminación relacionados con
los imaginarios que se construyen alrededor
de las PID y las enfermedades como el VIH
y las hepatitis es un punto clave para el
acompañamiento a esta población.
A continuación, se presentan algunas pautas
para reducir el estigma y la discriminación
hacia las PID:
Tabla 3. Pautas para la reducción del estigma y la discriminación.
1.	 El estigma puede ser reducido por medio de estrategias de intervención: la información,
el consejo, la adquisición de habilidades y el contacto con personas afectadas; esto requiere
trabajar tanto con la población general como con las personas que perciben ser estigmatizadas.
Incluye un abordaje intersectorial y multidisciplinario.
2.	 Una herramienta fundamental es la educación. Se ha comprobado que las personas mal
informadas o desinformadas tienen probabilidades mucho más altas de tener actitudes
discriminatorias que las que están bien informadas.
3.	 Es importante velar por un adecuado tratamiento jurídico de la discriminación y la promoción
de denuncias por parte de las personas que sufren o han sufrido discriminación. El uso de
las vías legales puede servir para deslegitimar la discriminación y desnaturalizarla. En este
sentido, es importante que las PID conozcan sus derechos en salud (aún más cuando ya se
tienen infecciones como el VIH) y la formación de los jueces en este sentido (ver capítulo sobre
derechos y deberes en salud).
17
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Nota. Basada en el texto “Igualdad de trato y no discriminación” del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (s.f.).
Por último, a algunas PID les resulta de gran
interés y beneficio reunirse con personas en
su misma situación ya que les puede propor-
En el año 2017 se calculó que unos 271 millo-
nes de personas en el mundo entre los 15 y 64
años consumieron drogas en el año anterior
(5,5% de la población mundial), de los cuales
unos 53,4 millones habían consumido opioi-
des y unos 11,3 millones se inyectaban drogas
(Oficina de las Naciones Unidas contra la Dro-
ga y el Delito [UNODC], 2019).
En Colombia y el resto de Latinoamérica las
prácticas de inyección de heroína eran consi-
deradas mínimas hasta mediados de la déca-
da de los 90´s, a partir de la cual se ha iden-
tificado un crecimiento constante y uniforme
en la disponibilidad de heroína en el mercado
y la subsecuente elevación de la prevalencia
de consumo, con un rápido incremento en la
producción de heroína en el subcontinente.
Este panorama ha sido un elemento de ob-
servación para algunos investigadores quie-
nes han manifestado su preocupación por el
consumo de drogas inyectables en Colombia
y la necesidad de contención de una posible
epidemia de VIH (Ministerio de la Protección
Social [MPS], Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito [UNODC] y Corpora-
ción Nuevos Rumbos, 2010; Ministerio de Jus-
ticia y del Derecho [Minjusticia] – Observatorio
de Drogas de Colombia [ODC], 2015).
El uso de drogas inyectables como factor de
riesgo significativo para la infección por VIH
ha tomado mayor importancia en los últimos
años. 21 países han reportado prevalencias
de VIH mayores o iguales a 20% en personas
que se inyectan drogas, entre los cuales se
encuentran Mauricio, Tanzania, Libia, Sur Áfri-
ca, Cabo Verde, Indonesia, Myanmar, Filipinas,
Tailandia, Bangladesh, Pakistán, Bielorrusia,
Rusia, Ucrania, Estonia, Italia, Letonia, Por-
tugal, España, Mozambique y Kenia (UNODC,
2019).
El impacto negativo en la salud de las per-
sonas que se inyectan drogas (PID) se ha
ido haciendo cada vez más notorio en Co-
lombia. Desde el primer estudio en esta po-
blación en el año 2002, las prevalencias de
VIH y hepatitis C fueron superiores a las de la
población general, reflejando la alta vulnera-
bilidad de este grupo poblacional y su necesi-
dad de ser priorizado en la respuesta al VIH en
el país (Minjusticia - ODC, 2015).
Las hepatitis virales, el VIH y otras infeccio-
nes transmitidas por vía sanguínea entre las
PID se diferencian de otras poblaciones es-
peciales porque logran propagarse dentro de
la misma y expandirse a la comunidad ge-
neral. Entre las PID, la principal práctica
que acrecienta el riesgo de infección es el
intercambio y reutilización de jeringas y
otros implementos de inyección (parafer-
nalia). De forma complementaria las perso-
nas que son compañeras sexuales de las PID,
aunque en su mayoría no se inyectan drogas
y son primordialmente mujeres, tienen ma-
yor riesgo de infectarse a través de la vía se-
xual (Minjusticia - ODC, 2015).
4.	 Es fundamental el papel de los medios de comunicación, quienes, gracias a su amplio alcance,
son actores fundamentales en la difusión de información e ideas. Así mismo, es importante que
se fomente entre ellos el uso correcto de los conceptos y el lenguaje preciso, y que comuniquen
mensajes libres de prejuicios y discriminación.
cionar un conocimiento más cercano y realis-
ta de cómo viven otras PID, su condición de
inyectores y sus enfermedades asociadas.
3. PANORAMA DE LAS DROGAS INYECTABLES Y PERSONAS QUE SE
INYECTAN DROGAS EN COLOMBIA
18
Según estudios realizados en Colombia en el
año 2014, en general la heroína es la sustancia
más usada por las personas que se inyectan
drogas, al menos en las 5 ciudades que par-
ticiparon (Bogotá, Medellín, Armenia, Pereira y
Cúcuta); en segundo lugar, se ubica la inyec-
ción de cocaína y se identifican como usuales
la inyección de alcohol o de heroína mezclada
con cocaína y con otras drogas (Ministerio de
Salud y Protección Social [Minsalud], UNODC
y Universidad CES, 2012; Minjusticia y Univer-
sidad CES, 2014; Minsalud, Organización Mun-
dial de la Salud [OMS]/Organización Paname-
ricana de la Salud [OPS] y Universidad CES,
2016; Minjusticia – ODC, 2015).
Investigaciones apuntan a que hace falta una
mayor preparación para asumir el panorama
de las PID y el aumento considerable del con-
sumo de heroína y sus consecuencias mé-
dico-sociales. Los centros de atención son
mínimos, la disponibilidad de metadona y
naloxona es limitada y de buprenorfina, su-
boxone y naltrexona, es inexistente, todo ello
sumado a una proporción pequeña de per-
sonal socio sanitario capacitado, lo que por
supuesto debe ampliarse y fortalecerse (MPS,
UNODC y Corporación Nuevos Rumbos, 2010).
3.1. CARACTERIZACIÓN DE LAS DROGAS
INYECTABLES.
En el contexto del consumo de psicoactivos
en Colombia, las principales sustancias de
uso inyectado son la heroína, la cocaína y en
menor medida la ketamina. En algunos casos
hay evidencia de consumo de alcohol y de
otras sustancias como benzodiacepinas (co-
nocidas como “roches”), pero en niveles muy
bajos y asociados a etapas de experimenta-
ción y tránsito hacia otras sustancias (Acción
Técnica Social [ATS], 2014).
A continuación, se describirán las sustancias
más comúnmente utilizadas, las interaccio-
nes de las drogas inyectables con otras sus-
tancias y los daños y riesgos primordiales por
las vías del consumo:
Tabla 4. Aspectos generales de la cocaína
Fórmula Clorhidrato de Cocaína C17H21NO4 (forma ácida de la sustancia)
Conocida como Perico, perica, fua, nieve y dama blanca, talco.
Familia Estimulantes
Origen
Alcaloide extraído de la hoja de la planta de la coca (Erythroxylum coca)
o preparado por síntesis química. Básicamente se transforman las hojas de
coca en pasta y después, ésta en clorhidrato. Se usan sustancias químicas
llamadas precursores entre las que se encuentran el éter, ácido sulfúrico,
gasolina, etc.
El producto final suele ser mezclado con sustancias (adulterantes) tales
como el talco, maicena, anfetaminas, quinina, ácido básico, estricnina,
detergentes, formol, etc. Por tanto, su pureza puede oscilar entre un 5% y
un 50%.
Según el proceso de elaboración y las sustancias empleadas se obtendrán
diferentes modalidades de derivados tales como pasta de coca o bazuco,
clorhidrato de cocaína, base libre y “crack”.
Adulterantes
comunes
Acetaminofén, fenacetina y cafeína
Lidocaína, procaína y benzocaína y levamisol.
Manitol, glucosa, celulosa, lactosa, carbonato cálcico y yeso.
Presentación Polvo blanco cristalino en papeletas o bolsitas.
19
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Descripción
Es un estimulante proveniente de la hoja de coca, que puede ser usado
con fines medicinales como anestésico local en procedimientos quirúrgicos.
Desde los años 80´s su consumo se hizo popular con fines recreativos por
sus propiedades estimulantes de acción rápida, intensa y de corta duración.
Vías de
administración
Inhalada “esnifada”, fumada, inyectada y tópica.
Efectos Inmediatos
Estimulante de acción rápida, intensa y de corta duración, entre 30 y 45
minutos, aunque puede alargarse durante más tiempo. Presenta además
una acción anestésica local. Entre sus efectos principales se destacan:
•	 Euforia y exaltación del estado de ánimo.
•	 Ausencia de fatiga, de sueño y de hambre.
•	 Disminución de las inhibiciones por lo que la persona suele percibirse
como alguien sumamente competente y capaz.
•	 Aceleración del ritmo cardíaco y aumento de la presión arterial.
La sensación de bienestar inicial suele ir seguida por un descenso
caracterizado por cansancio, apatía e irritabilidad.
Efectos
Secundarios
Puede provocar fatiga, irritabilidad, pérdida del apetito, dolor abdominal y
muscular, náuseas o vómitos, reducción de la libido e irregularidades en la
menstruación.
Psicosis cocaínica: Ideas paranoides que llevan a la persona a un estado
de confusión, pudiendo producir verdaderas crisis de pánico, cuadros
alucinatorios, entre otras reacciones.
El consumo repetido a largo plazo puede derivar en alguna de las siguientes
consecuencias:
•	Complicaciones psiquiátricas: crisis de ansiedad, disminución de la
memoria y de la capacidad de concentración, dependencia y síndrome de
abstinencia.
•	 Trastornos nutricionales: bulimia y anorexia nerviosa.
•	 Alteraciones neurológicas: cefaleas o accidentes cerebrovasculares como
el infarto cerebral.
•	Cardiopatías (arritmias) y problemas respiratorios (dificultad para
respirar).
•	Sobredosis.
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “La Heroína en
Colombia, Producción, uso e impacto en la salud pública - Análisis de la evidencia y recomendaciones de política”. Ministerio de Justicia
y del Derecho – Observatorio de Drogas de Colombia (2015); “Commonly abused drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016).
20
Fórmula 3.6-Diacetilmorfina
Conocida como Caballo, jaco, potro, H, reina, y dama blanca.
Familia Depresores / Opiáceos
Origen
Semisintética, derivada de la morfina y extraída del opio. Su principio activo
es la diacetilmorfina.
Adulterantes
comunes
Diltiazem, acetaminofén, levamisol y lidocaína.
Cafeína y aminopirina.
Su mezcla con cocaína se conoce comúnmente como “speedball”.
Presentación
En su forma original es un polvo blanco cristalino, inodoro y fino.
Dependiendo del proceso de producción puede presentarse con otra
textura y color, puede ser marrón o negra. En Colombia, sólo se ha
detectado blanca y marrón claro en polvo.
Descripción
Es un opiáceo de acción rápida. Es procesado a partir de la morfina, la
cual se extrae del opio proveniente de la amapola. Actúa directamente
en el cerebro adhiriéndose rápidamente a los receptores opiáceos que
se encuentran en distintas áreas del cerebro y del resto del cuerpo,
particularmente, en aquellas encargadas de la sensación de dolor,
placer y gratificación.
Vías de
administración
En Colombia, primordialmente fumada e inyectada. Otras vías de
administración menos comunes son: aspiración intranasal de la
sustancia “esnifar” y vía sublingual.
Efectos Inmediatos
Destacan como efectos esperados:
•	 Sensación de bienestar.
•	Relajación.
•	 Reducción de la ansiedad.
•	 Eliminación de las sensaciones de dolor y cansancio.
•	 Euforia carente de sobreexcitación y tensión.
Al inyectarse o fumarse en aluminio se consigue lo que se ha llamado
flash o rush, sensación placentera muy intensa y breve.
Efectos
Secundarios
•	 Náuseas y vómitos.
•	 Extrema contracción pupilar.
•	 Enrojecimiento facial y picor.
•	Hipotensión.
•	 Baja temperatura corporal.
•	 Flacidez muscular.
Efectos crónicos
Su uso habitual puede afectar el equilibrio hormonal y el sistema
inmunológico, lo que puede alterar el ciclo menstrual y reducir las
defensas del organismo. Después de un tiempo continuado de consumo
se puede producir dependencia y suspenderlo puede provocar síndrome
de abstinencia, llamado también “amure” o “mono”, caracterizado por:
•	Calambres.
•	Vómito.
•	Diarrea.
•	Escalofríos.
Tabla 5. Aspectos generales de la heroína
21
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Fórmula Hidrocloruro de ketamina C13H16CINO-HCL
Conocida como Keta, vitamina K, special K.
Familia Depresores
Origen
Clorhidrato de Ketamina en cantidades variables que pueden ir desde
menos del 7% hasta el 99%, según sea su procedencia (ámbito hospitalario
y veterinario o mercado ilegal).
Adulterantes
comunes
Acetaminofén y lactosa.
Presentación
Líquido incoloro e inodoro, cristales blancos, pastillas o cápsulas o
como un polvo fino, blanco y cristalino.
Descripción
Es un anestésico disociativo derivado de la fenciclidina que es utilizado
en medicina, tanto veterinaria como humana. Sus efectos disociativos
se caracterizan por producir una sensación de “separación” entre la
mente y el cuerpo. En muchos casos, dicha “separación” resulta en
alucinaciones y la sensación de ingresar a otra realidad.
Vías de
administración
Oral, inyectada, rectal, intramuscular, tópica e inhalada.
Efectos Inmediatos
•	Embriaguez.
•	Estimulación.
•	 Ligeras distorsiones perceptivas.
•	 Efectos alucinógenos.
•	 Pueden darse vómitos.
•	 Sensación de mareo.
•	Vértigos.
•	Sudores.
•	 Dolores de cabeza.
•	Confusión.
•	Desorientación.
Efectos
Secundarios
•	 Entorpecimiento corporal (a dosis altas y seguidas).
•	 Dificultades de atención y concentración.
•	 El uso continuado favorece el desarrollo de tolerancia y dependencia.
•	 El uso crónico puede generar daño en los riñones.
Efectos crónicos •	 Dolores musculares y articulares.
•	 Ansiedad por consumo.
•	Irritabilidad
•	 Problemas para dormir.
•	 Piel de gallina.
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “La Heroína en
Colombia, Producción, uso e impacto en la salud pública - Análisis de la evidencia y recomendaciones de política”. Ministerio de Justicia
y del Derecho – Observatorio de Drogas de Colombia (2015); “Commonly abused drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016).
Tabla 6. Aspectos generales de la ketamina
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “Commonly abused
drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016).
22
3.2. EFECTOS DE LA INTERACCIÓN DE
LA HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA CON
OTRAS SUSTANCIAS
Articulado a la información anterior, es im-
portante tener una idea de la interacción de
estas drogas con otras sustancias, lo que
comúnmente se conoce como “mezclas”.
A continuación, se describirá la relación de la
Heroína, Cocaína y Ketamina, junto con esti-
mulantes, depresores, alucinógenos y sus-
tancias de efectos mixtos. Esta información
corresponde en general a inferencias que se
sacan a partir de los riesgos y efectos separa-
dos de cada sustancia.
COCAÍNA
MEZCLADA CON:
EFECTO GENERADO:
Estimulantes
como anfetaminas
(speed) o éxtasis
(MDMA)
Potencia efectos estimulantes de cada una por separado, lo cual aumenta
la probabilidad de aparición de ansiedad y aumento de la presión arterial y
ritmo cardíaco. Esta mezcla puede ocasionar infartos cerebrales y cardíacos.
Depresores
(Alcohol)
Esta mezcla aumenta significativamente los riesgos, tanto físicos (daño de
hígado y riñones) como de dependencia, de ambas sustancias, así como de
sobredosis.
Tabla 7. Interacción de la cocaína con otras sustancias
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016).
Tabla 8. Interacción de la heroína con otras sustancias
HEROÍNA
MEZCLADA CON:
EFECTO GENERADO:
Marihuana
Es una manera usual de inicio del consumo, pues “endulza el porro” y atenúa
sus efectos, sin embargo, su consumo habitual puede acarrear dependencia.
Cocaína
Al mezclar en una misma jeringa cocaína con heroína (speedball) los efectos
estimulantes de la primera, si bien pueden reducir los efectos depresores de
la segunda, no disminuyen el riesgo de padecer una insuficiencia respiratoria
provocada por sobredosis de heroína.
Bazuco
Mezcla que contrarresta el “sueño” de la heroína y el “embale” del bazuco.
Con esta mezcla no se reducen los riesgos de sobredosis de heroína.
Metadona
Al tratarse de dos opioides, la mezcla de ambas supone un alto riesgo
de padecer sobredosis, por lo cual es desaconsejable. Además, en
los casos de sobredosis se requiere mayor tiempo de observación y
acompañamiento por los efectos prolongados de la metadona.
Alcohol y
Benzodiacepinas
Tanto alcohol como benzodiacepinas o “benzos” son sustancias
depresoras lo que hace que, al igual que sucede con metadona, sus
combinaciones con heroína aumenten el riesgo de sufrir una sobredosis.
Además, la naloxona (antídoto usado en los hospitales para revertir la
sobredosis) no es efectiva ante el alcohol o las benzos, lo que implica
un aumento en las probabilidades de muerte.
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016).
23
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Tabla 9. Interacción de la ketamina con otras sustancias
KETAMINA
MEZCLADA CON:
EFECTO GENERADO:
Alcohol,
GHB, opiáceos
Da lugar a una potenciación de los efectos depresores con los cuales se
puede presentar pérdida de la coordinación, sedación, desmayos, etc.
Estimulantes
Contrarresta los efectos de la ketamina lo cual puede facilitar que se
consuman mayores cantidades de cada una de ellas, favoreciendo la
tolerancia y adicción en consumidores regulares.
Alucinógenos
Contrarresta los efectos de la ketamina lo cual puede facilitar que se
consuman mayores cantidades de cada una de ellas, favoreciendo la
tolerancia y adicción en consumidores regulares.
VIA SUSTANCIA RIESGO
Via fumada o
inhalada
Tuberculosis
Herpes
Heroína
La vía menos riesgosa de administración es fumada
en papel de aluminio, en lata o pipa, por las bajas
probabilidades de padecer una sobredosis. Aun
así, esta forma de consumo puede acarrear
enfermedades respiratorias, tuberculosis y herpes,
agravadas por el intercambio de parafernalia con
otras personas consumidoras.
Cocaína
El fumar implica inhalación del vapor o humo de
cocaína a los pulmones, donde la absorción a la
corriente sanguínea es tan rápida como por inyección.
Permite que dosis extremadamente altas de cocaína
lleguen al cerebro muy rápido y produzcan un
estímulo intenso e inmediato. Es una vía altamente
riesgosa. Puede acarrear enfermedades respiratorias,
entre ellas la tuberculosis.
Ketamina
La ketamina en polvo o líquida puede mezclarse
con cigarrillos de tabaco o marihuana para ser
fumada y por esta vía, puede acarrear enfermedades
respiratorias, entre ellas la tuberculosis.
Via esnifada
Hepatitis C
Perforación del
tabique
Heroína
Cocaína
Ketamina
La vía esnifada acarrea el riesgo de padecer
sobredosis, aunque en menor medida que la
inyectada, que es la forma de consumo más riesgosa.
Compartir pitillos o llaves  para aspirarla  puede
aumentar el riesgo de infección por hepatitis C
debido al intercambio de mucosidades o aparición
de pequeñas heridas en las fosas nasales.
Es recomendable utilizar un pitillo personal e
intransferible para evitar la infección por virus como
el de la hepatitis C.
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016).
3.3. DAÑOS Y RIESGOS PRIMORDIALES POR VÍA DEL CONSUMO DE HEROÍNA, COCAÍNA Y 	
KETAMINA
Tabla 10. Riesgos de acuerdo con la vía del consumo de la heroína, cocaína y ketamina
24
Via inyectada
VIH
Hepatitis C
Hepatitis B
HTLV 1 y 2
Enfermedad de
Chagas
Heroína y
Cocaína
Los riesgos de esta vía están derivados de las
precarias condiciones higiénicas de inyección, el uso
de aguas contaminadas, la reutilización de material
y el uso compartido del material de inyección. Los
principales son:
Infecciones por bacterias
Entre las más graves están: sepsis (infección
generalizada en la sangre y órganos del cuerpo);
endocarditis (infección del corazón); tétanos;
necrosis (infección muscular severa); botulismo (paro
respiratorio, parálisis muscular) y fiebre del algodón
(producida al introducir fibras de algodón del filtro
en las venas) (ver apartado “Otras infecciones
frecuentes en las PID”).
Infecciones por virus
Las principales infecciones por virus que se
transmiten por la sangre son: las hepatitis B y C, el
VIH, el HTLV/1 y 2 y la enfermedad de Chagas.
Infecciones por inadecuadas técnicas de
inyección
Pueden producir deterioro y colapso de las venas,
abscesos y coágulos que pueden llegar al corazón,
pulmón o cerebro (ver apartado técnicas de
inyección de menos riesgo).
Sobredosis
El cuerpo tiene una capacidad limitada de tolerancia
a las drogas, la cual varía en cada persona y según
las circunstancias. Una misma persona aumenta
y pierde tolerancia con rapidez. Muchas de las
sobredosis padecidas por personas consumidoras
experimentadas se producen porque han perdido
tolerancia a la droga o se encuentran con una
sustancia más pura de la que están habituadas.
Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016).
3.4. CARACTERIZACIÓN DEL CONSUMO DE
DROGAS POR VÍA INYECTADA EN COLOMBIA
Los estudios más recientes, llevados a cabo
por la Universidad CES en los años 2012, 2014
y 2016 en 5 ciudades del país (Armenia, Bo-
gotá, Pereira, Medellín y Cúcuta) a través de
convenios con la OMS/OPS, UNODC, Minsalud
y Minjusticia, muestran hallazgos sumamente
importantes en lo que se refiere a la caracte-
rización del consumo de drogas por vía inyec-
tada. A continuación, se destacan algunos de
ellos (Minsalud, OMS/OPS y Universidad CES,
2016; Minjusticia – ODC, 2015).
Drogas inyectables: A nivel general, la he-
roína es la sustancia más usada por las PID
en las 5 ciudades, seguida de la cocaína. Se
identificó como usual la inyección de heroína
mezclada con cocaína y con otras drogas. De
forma particular la inyección de alcohol ocu-
rre principalmente en Bogotá.
Daños físicos y frecuencia de inyección:
Es un hecho que, entre más frecuencia de in-
yección exista, hay mayor riesgo de daño en
tejidos e infecciones subsecuentes. En Co-
lombia lo más común es que las PID se inyec-
25
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
ten entre 2 y 3 veces casi a diario, no obstante,
una proporción importante (35,7%) lo hace 4 o
más veces al día.
Circunstancias y lugares en los que ocurre
la inyección: Las “ollas” (sitios a los que las
personas acuden a comprar y consumir dro-
gas), los sitios públicos y la calle, se identifi-
caron como los lugares más comunes donde
ocurre la inyección de drogas. En los estudios
se indagó si las personas alguna vez habían
inyectado a alguien más en una “olla” y si la
persona se había inyectado ella misma en
un lugar de expendio y consumo, mostrando
como resultado que la mayoría de quienes se
inyectan lo han hecho alguna vez en este es-
cenario.
Intercambio indirecto de fluidos poten-
cialmente infectantes: Como práctica que
potencia el riesgo de intercambio indirecto de
sangre está el uso compartido de elementos
de la parafernalia.
Intercambio de equipos de inyección: Al-
rededor del 41% de los participantes reveló
que usó al menos una jeringa dada, regalada,
vendida o alquilada por otra persona en los
seis meses previos a la indagación. En lo que
respecta al uso compartido de jeringas, los re-
sultados de los estudios realizados desde el
año 2002 muestran que, entre las ciudades
en las que hubo dos mediciones en diferentes
momentos, ha habido incremento en el uso
de jeringas previamente utilizadas por otras
personas en Bogotá y una reducción del inter-
cambio de equipos de inyección en la ciudad
de Armenia.
Al explorar las razones por las cuales las PID
comparten equipos ya usados, los estudios
del 2014 muestran que las causas son: no
disponer de equipo en el momento en el que
se requiere, la confianza en la persona con
quien se comparte el equipo y la idea de que
limpiándolos se protegerán. El indicador para
el último evento de inyección muestra que
las ciudades en las que un mayor número de
personas usó una jeringa previamente utiliza-
da por otra persona en 2014 fueron Bogotá y
Armenia con 16,3% y 9,4%, respectivamente.
Sobredosis de heroína: En Medellín se ob-
servaron los resultados más relevantes de los
estudios realizados en el año 2014 en este tó-
pico, donde el 63,1% manifestó haber sufrido
alguna vez una sobredosis, el 81,4% haber pre-
senciado una sobredosis y el 70,9% saber de
alguien que falleció por una sobredosis.
Estado frente al VIH y hepatitis C: Los es-
tudios de seroprevalencia de VIH y hepatitis C
que se han realizado en Colombia en las PID,
desde el año 2002, han mostrado como estas
patologías son altamente prevalentes y la ne-
cesidad de intervenciones inmediatas. En la
gráfica 2 se observan los principales resulta-
dos de tales estudios:
VIH 2002 VIH 2010 VIH 2012 VIH 2014 VIH 2002 VIH 2014
2.7
18.1
1.0
3.0
1.7
7.6
3.8 4.4
33.9
9.2
6.7
20.9
1.9
8.9
47.4
Armenia Bogotá Medellín Cúcuta Pereira
Gráfica 2. Prevalencia de VIH y virus de la hepatitis C (VHC) en personas que se inyectan drogas. Colombia 2002-2014
Nota. Basada en estudios de prevalencia de VIH y Hepatitis C realizados en Armenia, Bogotá, Medellín, Cúcuta y Pereira entre los años
2002 a 2014. Minsalud, OMS/OPS y Universidad CES (2016); Minjusticia – ODC (2015).
“Si bien en Cúcuta parece haberse dado una reducción en la prevalencia de VIH en las dos mediciones, hay que aclarar que la metodología
tuvo algunas variaciones. El primer estudio llegó sólo a consumidores de heroína y el 68,1% de la muestra fue de personas en situación de
calle, mientras el 30% restante fueron personas contactadas en ámbito universitario”. (Minjusticia – ODC, 2015, p.84)
26
Finalmente, si se contraponen las caracterís-
ticas del consumo de drogas inyectadas fren-
te a la prevalencia de VIH y Hepatitis C en esta
población, el panorama resulta preocupante
y claramente requiere de manera urgente un
abordaje de esta población para la reducción
de riesgos y daños.
3.5. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE
DE LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS
Las poblaciones vulnerables habitualmente
están ocultas y son difíciles de alcanzar, ya
que tradicionalmente han tenido malas expe-
riencias, han sido víctimas de estigma y exclu-
sión social y han decidido tomar cierta distan-
cia o en ocasiones aislarse completamente
perdiendo su rol en la sociedad y aumentando
su condición de vulnerabilidad.
El trabajo directo con la comunidad, median-
te una estrategia de pares, permite establecer
contacto con actores sociales que pertene-
cen a redes de consumidores (usuarios o no
de inyectables). A través de charlas informales
y mostrando un verdadero interés en el ser
humano que está permitiendo la comunica-
ción, se podrá dar el abordaje inicial a los indi-
viduos del grupo.
La comunicación deberá siempre darse dentro
de un marco de respeto y cuidando muy bien
la confidencialidad. Un contacto inicial agra-
dable y que genera bienestar al individuo se
convierte en la mejor manera de acercarse a
la población, pues el individuo conversará con
sus pares acerca de su experiencia exitosa.
Cuando las personas están bajo los efectos
de SPA, se deben seguir las siguientes reco-
mendaciones:
•	 En los programas de jeringas no se debe
limitar el acceso a material de inyección.
En ese caso se debe tener precaución
para evitar accidentes como pinchazos en
el lugar de la atención. En los programas
de mantenimiento con metadona se su-
giere postergar la toma del medicamento
para evitar el riesgo de sobredosis y hacer
una intervención de educación sobre este
riesgo.
•	 Estar bajo los efectos de SPA no debe
ser un criterio de sanción o de exclusión
de las estrategias o servicios. Cada día
es un nuevo momento de contacto con
las personas y siempre se abrirá una nue-
va oportunidad. Si la condición de la per-
sona no facilita la interacción se le pedirá
amablemente que se retire y regrese al día
siguiente.
•	 Siempre se debe identificar el riesgo
de sobredosis o urgencias asociadas
al consumo. Cuando se observan tales
situaciones se deberá solicitar apoyo a
los servicios de atención de urgencias y
emergencias teniendo en cuenta que el
personal deberá estar capacitado para
brindar atención inicial durante el tiempo
de espera para la atención profesional.
Para escoger los mejores horarios para el
abordaje de esta población:
•	 Se deberán identificar las dinámicas pre-
dominantes entre la población en térmi-
nos del consumo y concertar con ellos los
horarios y lugares más adecuados para las
intervenciones.
•	 Las dinámicas pueden variar de ciudad
a ciudad, por ello es necesario estar dis-
puesto a ajustar los servicios a las dinámi-
cas de cada población.
Ante situaciones complejas de seguridad se
debe tener en cuenta:
•	 Cualquier situación de falta de respeto o
riesgo de lesión en el espacio debe ser
abordada de inmediato.
•	 Cuando las situaciones conflictivas entre
las PID se tornan violentas, se deberá pe-
dir a las personas involucradas que se re-
tiren del espacio de manera amable pero
firme.
•	 Cada uno de los profesionales debe es-
tar en capacidad de reaccionar en el mo-
mento que se requiera y tomar las deci-
siones que considere pertinentes para el
beneficio de la comunidad. En ninguna
circunstancia se utilizará fuerza ni insul-
tos para que una persona se retire y, en
caso de que la situación se haga inma-
27
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
nejable y el riesgo aumente, se deberá
solicitar apoyo de la policía. Para evitar
este tipo de situaciones se deben poner
normas claras para el uso de los servi-
cios desde el momento del ingreso y no
se debe ser flexible frente a los mínimos
que garantizan el funcionamiento y el be-
neficio común.
•	 El equipo debe estar preparado para abor-
dar situaciones difíciles y siempre deberá
velar por su seguridad y la de las perso-
nas que hacen uso del espacio. Se deberá
mantener engranado y manejar una exce-
lente comunicación para evitar situacio-
nes que puedan generar conflicto frente a
las personas usuarias.
Las personas privadas de la libertad son aque-
llas que se encuentran bajo cualquier forma
de detención, encarcelamiento o custodia por
orden de una autoridad judicial, debido a la
comisión o presunta comisión de un delito
o infracción de la ley, por lo cual no pueden
disponer de su libertad ambulatoria (Comisión
interamericana de derechos humanos, 2008).
En Colombia, el mayor número de personas
privadas de la libertad se encuentra a cargo
del Instituto Nacional Penitenciario y Carce-
lario (INPEC). Mensualmente esta institución
produce un informe estadístico de la situación
de esta población y para el mes de diciembre
de 2019 se registraban 194.648 personas pri-
vadas de la libertad. De estas 191.170 (98,2%)
se encontraban a cargo del INPEC y las res-
tantes 3.478 (1,8%), bajo la custodia y respon-
sabilidad de establecimientos municipales y
de la fuerza pública. El informe indica que, de
la PPL a cargo del INPEC, 123.802 (63,6%) se
encontraban en establecimientos de reclu-
sión del orden nacional (ERON), 62.602 (32,2%)
en detención domiciliaria y 4.766 (2,4%) con
control y vigilancia electrónica.
Los informes de la Procuraduría Delegada
para la Prevención en Materia de Derechos
Humanos y Asuntos Étnicos, grupo de Asun-
tos Penitenciarios y Carcelarios e incluso el
propio INPEC, reconocen los problemas de
sobrepoblación y hacinamiento al interior de
las cárceles en Colombia. El INPEC asocia es-
tos fenómenos al constante crecimiento en
el número de reclusos. Al finalizar el mes de
diciembre de 2019, el Instituto presentó una
sobrepoblación de 43.542 personas, que co-
rresponde a una oferta de 80.260 cupos y una
demanda de 123.802 internos que requirieron
estos cupos. En esta medida el nivel de haci-
namiento llegó al 54,3%.
Capacidad Internos(as) Índice de hacinamiento
2014 2015 2016 2017 2018 2019
51,8% 45,9% 54,5% 51,2% 44,9% 47,7% 54,3%
Gráfica 3. Comportamiento Población Privada de la Libertad intramural, 2013-2019
Nota. Tomada del Informe Estadístico Población Reclusa a Cargo del INPEC, Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (2019).
4. POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD (PPL)
28
4.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN
PRIVADA DE LA LIBERTAD EN COLOMBIA
Para tener una mejor idea de las caracterís-
ticas demográficas de la PPL en Colombia, a
continuación, se exponen los datos demográ-
ficos de la población recluida en los ERON al
31 de diciembre del 2019 (INPEC, 2019).
Sexo: 115.045 (92,9%) hombres y 8.757 (7,1%)
mujeres.
Rango de edad: La mayor cantidad de inter-
nos se encuentra en el grupo etario de 25-
29 años con 25.991 personas (21,0%), le sigue
el grupo de 18-24 años con 22.463 personas
(18,1%) y en tercer lugar el grupo de 30-34
años con 21.513 personas (17,4%). Es de ano-
tar que el 4,1% son mayores de 60 años con
5.165 personas.
Grado de escolaridad: Al ingreso a los ERON
5.972 (4,8%) reclusos manifestaron ser ile-
trados, 41.165 (33,3%) habían alcanzado los
ciclos 1 y 2 (básica primaria), 72.078 (58,2%)
habían completado estudios hasta los ciclos
3 a 6 (básica media y media vocacional), 4.255
(3,4%) tenían formación profesional en las di-
versas modalidades de técnico, tecnólogo y
pregrado universitario y 332 (0,3%) indicaron
contar con una especialización en un área
profesional.
Las 5 transgresiones a la ley más frecuentes
son: hurto 14.9%, homicidio 14,5%, concierto
para delinquir 13,2%, tráfico, fabricación o por-
te de estupefacientes 13,1%, y fabricación, trá-
fico y porte de armas de fuego o municiones
con un 10,6%.
El informe no realiza una estimación de la PPL
que es consumidora de drogas al interior de
las instituciones penitenciarias o carcelarias,
ni de la prevalencia de infecciones, sin em-
bargo, a través de la mesa técnica de PPL in-
tegrada por el Ministerio de Salud y Protección
Social, el INPEC, USPEC y la Fiduprevisora, y
los informes de evento del Instituto Nacional
de Salud (INS), se conoce que en el año 2019
se identificaron 31 brotes de enfermedades
transmitidas por alimentos con 1720 casos
involucrados, 986 casos de tuberculosis, al-
teraciones en salud mental con 544 casos de
intento de suicidio y estaban en atención del
VIH 830 personas.
De estos datos, es evidente que la PPL es alta-
mente vulnerable y que su entorno determi-
na una serie de factores que inevitablemente
incrementan el riesgo de infecciones como el
VIH que, de acuerdo con la literatura, en cen-
tros penitenciarios puede llegar a ser hasta 20
veces más alta que en la población general
(Ministerio da Saude Brasil, 2009).
4.2. FACTORES DE VULNERABILIDAD Y
RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN
PRIVADA DE LA LIBERTAD Y SU CONTEXTO
A continuación, se describirán algunos aspec-
tos identificados en el trabajo de campo res-
pecto a la población privada de la libertad:
Tabla 11. Factores de riesgo propios de contextos carcelarios.
EVENTO RIESGO QUE GENERA
Violencia física y
psicológica.
•	 Exposición a sangre humana y fluidos corporales por medio de peleas,
ataques o accidentes.
•	 Lesiones accidentales por agujas.
Hacinamiento
•	 Puede conducir al deterioro en la higiene, atención y supervisión,
generando propagación de infecciones como la tuberculosis.
•	 Puede llevar a aumentar la incidencia de abuso sexual (violaciones).
•	 Si existe posibilidad de usar drogas inyectables, lleva a prácticas no
seguras de inyección y riesgo de transmisión de infecciones por vía
sanguínea.
29
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
Sobre población
•	 Posibilita una mayor exposición a personas con infecciones que se
transmiten por vía aérea, sanguínea o sexual.
•	 Puede aumentar las posibilidades de relaciones sexuales sin uso de
condón entre PPL.
Deficiencias en
Saneamiento
La exposición a ambientes con pobres condiciones de saneamiento puede
conducir a la propagación de enfermedades transmitidas por vectores tales
como Zika, Chikunguña, Dengue, enfermedad de Chagas y enfermedades
de piel como escabiosis.
Barreras de acceso
a servicios de salud
Deficiente oportunidad en los servicios médicos puede conducir a
complicaciones y deterioro de los pacientes.
Nota. Tabla construida a partir de la información recolectada en talleres con población privada de la libertad, 2015-2016
Lo anterior se suma a la falta de informa-
ción sobre prácticas de riesgo, tanto de par-
te de las PPL como del personal de guardia
y técnico institucional, destacándose como
características de riesgo individuales las si-
guientes:
FACTORES DE
RIESGO
DESCRIPCIÓN
Vulnerabilidad,
estigma y
discriminación
Asociado a desigualdad de género, consumo de drogas y situaciones
de prostitución relacionadas con la necesidad de ingresos económicos y
auto sostenimiento.
Consumo e
inyección de
drogas
Gran parte de las PPL continúan de forma clandestina perpetuando sus
prácticas de consumo, sean inyectadas o no; mientras que las que nunca
lo han hecho pueden iniciar con esta práctica. La ausencia de equipos de
inyección estériles favorece reutilizar y compartir agujas y otros materiales
de inyección.
Tatuajes
Una parte importante de las personas que realizan este procedimiento en
los establecimientos usan una serie de instrumentos fabricados de manera
artesanal los cuales no cuentan con ningún tipo de esterilización o manejo
adecuado como son: agujas de coser, objetos punzantes, tintas de lapicero,
entre otros. El método más utilizado es el punteo, donde se inserta tinta de
esferos/lapiceros con una aguja punteando la piel y la cual es compartida
sin ser esterilizada.
Relaciones sexuales
Violencia sexual y
comportamiento
sexual de alto
riesgo
Vulnerabilidad asociada al abuso sexual por parte de otras PPL. Además
de otras conductas como intercambio de sexo por dinero y bienes tales
como alimentos, drogas, cigarrillos y artículos de aseo, entre otros.
Visitas conyugales
Las visitas conyugales al interior de la cárcel pueden ser un espacio en
el cual se llegue a contraer infecciones por vía sanguínea y sexual. Esto
se da cuando las relaciones sexuales se llevan a cabo bajo condiciones
de hacinamiento, en espacios sin mínimas condiciones de higiene y sin
la disponibilidad de condones. Adicionalmente, algunas PPL pueden no
ser PID, pero sus parejas sexuales sí pueden serlo, representando para
esta población un riesgo significativo en la adquisición de infecciones.
Prostitución
La prostitución se presenta en esta población en dos formas:
1.	 Personas que ingresan a la cárcel durante el día de visita.
2.	 La que se ejerce al interior de la cárcel por parte de las personas
que se encuentran privadas de la libertad.
Tabla 12. Factores de riesgo propios de las personas privadas de la libertad.
30
Salud sexual y
reproductiva
Cuando se presentan pocas posibilidades de acceder a los servicios de
salud en las cárceles y, particularmente, a los servicios de salud sexual y
reproductiva.
Nota. Elaborada con base en “Drug use and risk of blood borne infections: A survey of female prisoners in British Columbia”, Elwood et
al (2004); “Guía de Prevención VIH/Sida, Población Privada de la Libertad”, Ministerio de la Protección Social y Fondo de Población de las
Naciones Unidas (2011a).
4.3.RECOMENDACIONESPARAELABORDAJE
DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD
En el año 2011, el Ministerio de la Protección
Social (ahora Ministerio de Salud y Protección
Social) propuso una estrategia para abordar
los distintos niveles que configuran la vulne-
rabilidad de las PPL, reconociendo la com-
plejidad del contexto frente a la prevención
de enfermedades y la generación de accio-
nes integradas e integrales. En este sentido,
expuso que es preciso identificar: (MPS y UN-
FPA, 2011a)
•	 Aspectos estructurales y normativos.
•	 Espacios y programas en los que se pue-
de emplear una estrategia IEC.
•	 Recursos disponibles, fortalezas y expe-
riencias exitosas.
•	 Características propias del establecimiento.
•	 Lugares de agentes claves en el proceso y
posibles relaciones con otras personas de
interés. (p.64)
En este orden de ideas, a continuación, se
describirán sugerencias para ser tenidas en
cuenta por el técnico y los pares multiplica-
dores en el trabajo con PPL (UNODC, OMS y
Programa Conjunto de las Naciones Unidas
sobre el VIH/SIDA [ONUSIDA], 2012):
Tabla 13. Sugerencias de trabajo con personas privadas de la libertad.
No. SUGERENCIAS
1
Los educadores de pares desempeñan un rol importante en la atención y educación de otras
PPL generando relaciones de confianza y franqueza. Es importante que toda estrategia
de intervención, sobre todo asociada a temas de educación en salud, forme pares
multiplicadores dentro del entorno carcelario que aseguren la réplica de los contenidos y
aprendizajes, aun cuando los equipos de intervención y las estrategias formalmente no se
estén implementando.
2
En muchas ocasiones resulta difícil comprender para las PPL el lenguaje o documentos
técnicos, por esto se hace necesario utilizar un lenguaje que se identifique en el contexto
carcelario (ver memofichas expresiones populares).
3 Los videos y las presentaciones orales logran captar la atención de las PPL.
4
Es necesario que las campañas de educación e información contengan un componente
evaluativo, el cual permita confirmar si comprenden la información suministrada y si las
intervenciones reducen o no las conductas de riesgo.
5
Se debe proveer información y sensibilizar sobre infecciones que se transmiten por vía
sanguínea, sexual y de vía aérea, entre otras, tanto en medidas de prevención como en el
manejo de estas, en torno al cuidado de sí y del otro.
6
Se debe realizar la entrega de preservativos de forma fácil y discreta, en áreas de fácil
acceso, y proveer orientaciones en cuanto a su uso adecuado.
7
Debe prestarse atención especial a las mujeres y se deben ajustar los programas a sus
necesidades específicas.
8
Deben realizarse en los establecimientos penitenciarios jornadas de capacitación y difusión,
dirigidas a reducir el riesgo de transmisión de infecciones, tales como las ITS, el VIH, las
hepatitis y la tuberculosis.
31
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
9
Es necesario tomar medidas para reducir el riesgo de infección del personal de guardia y
de salud.
10
Es indispensable capacitar al personal carcelario sobre el uso de las “precauciones
universales” para prevenir la transmisión del VIH y otras infecciones, en el marco de sus
funciones en los establecimientos y fomentar diálogos sobre la implementación de estas
medidas en este entorno.
11
Se debe trabajar en la eliminación de los prejuicios, la estigmatización y discriminación
de las personas que viven con infecciones como el VIH o las hepatitis virales, tanto por el
personal socio sanitario como por las mismas PPL.
Nota. Elaborado con base en la “Guía de Prevención VIH/Sida Población Privada de la Libertad”, Ministerio de la Protección Social y Fondo
de Población de las Naciones Unidas (2011a); “El VIH y el sida en los lugares de detención. Grupo de herramientas para los encargados de
la formulación de políticas, gerentes de Proyecto, funcionarios penitenciarios y proveedores de servicios sanitarios en las cárceles”, Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Organización Mundial de la Salud y Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre
el VIH/SIDA (2012).
5.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN
TRANSGÉNERO
El prefijo “trans” es utilizado para abreviar la pa-
labra “transgénero” y describe a las personas
cuya identidad de género y autorreconocimien-
to no coincide o ajusta a las conductas asocia-
das por la sociedad con el sexo asignado al na-
cer (American Psychological Association, 2016).
La identificación trans masculina está asocia-
da a las personas que, naciendo con un físico
o genitales del sexo femenino, desde la niñez
se sienten parte del sexo masculino; y la iden-
tificación trans femenina, se da en las perso-
nas que, naciendo con un físico o genitales
del sexo masculino, desde la niñez se sienten
parte del sexo femenino. En ambos casos, el
proceso y transición médica, psicológica y so-
cial es llevado a cabo para adecuar el cuerpo a
su identidad de género (Grupo de Transexua-
les Masculinos, 2001; Ministerio de Salud de
Argentina, 2015).
De esta manera, las personas trans llevan
a cabo procesos de transexualización, per-
meados por una serie de circunstancias.
Muchas pasan varios años de su vida exi-
giendo un reconocimiento legal y social de
su propia identidad, siendo la pubertad una
etapa importante en la medida en la que sien-
ten mayor rechazo hacia su propio cuerpo al
desarrollarse los caracteres sexuales secun-
darios. Muchas de las personas que se en-
cuentran en este punto, no tienen acceso a un
tratamiento médico integral o a un acompa-
ñamiento psicosocial para llevar un proceso
de tránsito adecuado y ello puede conducir a
realizar procesos de hormonización y trans-
formación corporal de forma autónoma. (Gru-
po de Transexuales Masculinos, 2001; Ministe-
rio de Salud de Argentina, 2015).
El sistema de salud es una de las primeras
instituciones en definir, explicar, patologizar e
intervenir las experiencias trans; esto se hace
más evidente cuando en términos clínicos la
experiencia de las personas trans se catalo-
ga como trastorno de la identidad de género
(TIG) o disforia de género. Estas categorizacio-
nes son consignadas en las historias clínicas,
lo que muchas veces dificulta el derecho de
las personas trans a recibir tratamientos mé-
dicos necesarios para la construcción de su
identidad (García y Missé, 2010) lo que lleva a
que muy pocas personas trans accedan a los
servicios de salud.
5.2. FACTORES DE VULNERABILIDAD Y
RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN
TRANSGÉNERO Y SU CONTEXTO
Las personas trans tienen necesidades par-
ticulares dependiendo del tipo de transición
5. PERSONAS TRANSGÉNERO
32
que han hecho, el contexto socioeconómico
en el que se mueven y las problemáticas que
en ese proceso han ido sorteando. La mayo-
ría han experimentado historias dolorosas de
abuso físico y psicológico dentro y fuera de sus
familias. Quienes se encuentran en situación
de prostitución comúnmente enfrentan situa-
ciones de abuso policial, violencia física, sexual
y psicológica que deja graves secuelas y, entre
quienes viven en situación de calle, es común
encontrar deterioro físico profundo asociado a
la desnutrición, la falta de atención a enfer-
medades crónicas o degenerativas y el uso de
implantes en mal estado o de productos in-
yectables para modelar la figura femenina (Co-
lombia Diversa y Bernal, 2010).
Entre los retos más grandes que enfrentan
las personas trans está el superar la presión
de la sociedad por ser lo más femeninas
o más masculinos posible; aceptar la idea
de que entre menos se les noten sus rasgos
masculinos o femeninos con los que nacieron
y más “pasen como mujeres u hombres bio-
lógicos, mejor”. Por esto, las prácticas de in-
yección estética dejan de ser una opción para
convertirse en un camino para la construcción
de su identidad al pasar a ser una necesidad
primordial en la configuración de la persona.
La Guía de Prevención del VIH/Sida para mu-
jeres trans (MSP y UNFPA, 2011b) señala como,
por las características biopsicosociales de los
procesos de construcción de identidad, las
mujeres trans requieren acompañamiento
desde el sector salud, tanto en lo físico (in-
tervenciones en el cuerpo que requieren ser
direccionadas desde los servicios de endo-
crinología y cirugía), como en lo psicológico
(servicios de psicología) y lo social (trabajo
social, sociología, antropología). Sin embar-
go, muchas mujeres trans no cuentan con las
herramientas necesarias para acceder al sis-
tema de salud, por lo cual se ven obligadas
a realizarse implantes con sustancias como
siliconas, aceites vegetales y otros fluidos en
diferentes partes del cuerpo y tratamientos
hormonales que con frecuencia son intermi-
tentes y ponen en riesgo su salud y su vida, y
que agudizan sus condiciones de discrimina-
ción, exclusión y estigma.
El estudio realizado por la Alcaldía de Bogotá
en el año 2008 con respecto a las barreras
de acceso a servicios de salud de las perso-
nas que se identifican como LGBT (lesbianas,
gays, bisexuales y transgénero), mostró que el
porcentaje de afiliación al sistema de salud
de las personas trans en ese momento era
del 65% y que, de esta población, solo el 50%
acudía a consultas médicas periódicamente,
debido a experiencias negativas de discrimi-
nación y estigmatización, lo que resultaba en
un menor acceso a los servicios de salud y a
la atención preventiva para la totalidad de la
población trans (Mejía y Benavides, 2008).
Vinculado a las características del contexto y
de la población anteriormente enunciadas, se
han identificado una serie de riesgos deriva-
dos de las prácticas de autohormonización y
de los procesos de transformación física sin
control médico, de los cuales, aunque gran
parte de la población transexual femenina
puede ser consciente, no escatiman en su
práctica.
5.3. HORMONAS Y SUSTANCIAS ESTÉTICAS.
5.3.1. Hormonas femeninas
En lo que se refiere a las hormonas femeni-
nas, los cambios corporales que estas produ-
cen son graduales y dependerán de la edad
en la que se empiece a realizar la transforma-
ción. Un primer riesgo identificado es que en
ocasiones por impaciencia y buscando cam-
bios rápidos, las personas transgénero pue-
den usar dosis muy altas de hormonas, esti-
madas a través de pautas experienciales de
amigas/os y compañeras/os (Sosa et al, 2003;
Sherwood, 2016; Vidales-Miguelez, 2016).
En esta medida, es importante destacar que
las dosis que cada persona requiere a nivel
hormonal son diferentes. Lo ideal es que el
tratamiento hormonal esté prescrito y super-
visado por un profesional especializado. Las
hormonas en sí mismas conllevan efectos se-
cundarios que incluyen aumento de peso, re-
33
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
tención de líquidos, problemas de circulación,
tensión alta, enfermedades de la vesícula biliar
y, una dosis no adecuada, puede provocar im-
potencia.
La auto inyección de anticonceptivos puede
causar sobredosis cuando accidental o in-
tencionalmente se toma más de la cantidad
recetada. Los síntomas del exceso de estró-
genos pueden ser: somnolencia, dolor de ca-
beza, sensibilidad en los pezones, náuseas y
vómitos, brote en la piel, perdida del color de
la orina y retención de líquidos (Clínica DAM
Madrid, 2016).
Las hormonas femeninas pueden producir
cambios reversibles como disminución de la
libido, cambios en conducta sexual, redistri-
bución de la grasa corporal y reducción de la
masa muscular, pero también cambios irre-
versibles como el crecimiento del busto y los
pezones.
Inyectarse diferentes tipos de hormonas al
mismo tiempo también puede generar riesgos
de intoxicación.
5.3.2. Hormonas masculinas
Las testosteronas a las dosis formuladas por
el médico favorecen la masculinización óp-
tima del cuerpo, pero su dosificación alta y
descontrolada para obtener una masculiniza-
ción más pronta (que no ocurre) puede llegar
a desencadenar efectos adversos en el sis-
tema cardiovascular tales como aumento de
la presión sanguínea con riesgo de accidente
cerebro-vascular, infarto agudo de miocar-
dio (sobre todo si se es fumador), toxicidad
hepática, taponamiento de una vena por un
coágulo sanguíneo (embolia), trombosis, au-
mento del acné, cambios drásticos de humor,
cefaleas, vómitos, náuseas y dolor abdomi-
nal (Grupo de transexuales masculinos, 2001;
Puig, Halperin y Rabinovich, 2006).
Por ello es pertinente resolver algunas inquie-
tudes relacionadas con las hormonas mascu-
linas:
Tabla 14. Preguntas y respuestas - hormonas masculinas en hombres transgénero
PREGUNTA RESPUESTA
¿Las hormonas
masculinizantes pueden
hacer que se forme la
manzana de Adán?
Sí, la testosterona es una hormona potente que puede modificar
rasgos del esqueleto y cartílagos, incluso después de la edad de
desarrollo óseo. La manzana de Adán puede llegar a desarrollarse
con el tratamiento masculinizante, aunque el tamaño varía de
persona a persona.
¿Los hombres trans
deben seguir asistiendo
al ginecólogo una vez son
reasignados?
Sí, la visita al ginecólogo se debe hacer una vez al año, antes y
después de la histerectomía; sólo deberá suspenderse cuando el
médico lo indique.
¿Los hombres trans
sufren los efectos de la
menopausia?
No, el tratamiento hormonal aporta las hormonas que habitualmente
el cuerpo no “fabrica” por causas naturales o quirúrgicas. Al hacerse la
histerectomía, habrá pasado un buen tiempo en el que esos órganos
han cesado su función y el organismo se habitúa a la testosterona,
evitando la menopausia quirúrgica.
Nota. Basado en “Transexualidad masculina”, Grupo de Transexuales Masculinos (2001).
5.3.3. Inyección estética
Tal como describe Chavero en su artículo de
la página web “La Revista de Cirugía Estética”
(2009), los efectos adversos de la práctica de
inyección estética involucran complicaciones
sumamente graves. La causa más común de
muerte inmediata tras una inyección de sili-
cona es el rechazo inmunológico, el cual pro-
voca que los pulmones se inunden con flui-
dos o una embolia pulmonar. Un agravante
34
frecuente es el desconocimiento de la sus-
tancia inyectada y que los síntomas varían de
horas a varios años.
Entre las complicaciones se encuentran:
dolor, obstrucción de vías sanguíneas, venas
y arterias, fiebre, eritema (enrojecimiento de
la piel), induración, ulceraciones y quistes, fi-
brosis, flebitis (inflamación de las venas), for-
mación de granulomas o abscesos, atrofia
cutánea, acorchamiento de la piel (que puede
provocar necrosis, es decir muerte del teji-
do), sobreinfección, fístulas con expulsión de
la sustancia de relleno, cicatrices queloides,
discromías (alteraciones en el color de la piel)
y deformación de la zona afectada, así como
severas alteraciones funcionales (dificultad
para caminar).
Otro riesgo importante es la posibilidad de
que, una vez inyectado el material, migre de
manera gravitacional a zonas más declives, o
por medio de la vía linfática a otras regiones
del cuerpo. Independientemente de la sus-
tancia, el uso de material de inyección infec-
tado puede llevar a adquirir infecciones virales
y bacterianas.
En esta misma línea, tanto la autohormona-
ción en hombres y mujeres trans y los pro-
cedimientos estéticos que no son realizados
por un médico en un hospital o clínica espe-
cializados, se conciben como una práctica de
muy alto riesgo, ya que el uso de agujas de
manera inadecuada o compartida puede ge-
nerar infecciones.
Las sustancias inyectables utilizadas por
hombres y mujeres trans, pueden dividirse de
acuerdo con su propósito en: para hormoni-
zación y para transformación física.
Sustancia Usuario Descripción Propósito Área de inyección
Hormonas
masculinas
Hombres
trans
Diferentes fármacos
con la finalidad de
modificar aspectos
fisiológicos.
Testosterona
Suprimir
caracteres físicos
que se asocian
convencionalmente
con lo femenino
“caracteres sexuales
secundarios”.
Nalgas
Hormonas
femeninas
Mujeres trans
Estrógenos
Alcanzar la
construcción de un
cuerpo feminizado.
Nalgas y pecho
Aceites y
silicona líquida
Aceites: industriales
minerales, de motor,
suavizante de piel,
cocina.
Silicona: polímero
inorgánico derivado
del polisioxano
inoloro e incoloro.
Pezones
Nalgas
Caderas
Entrepierna
Nariz
Labios
Mentón
Tabla 15. Tipos de sustancias inyectadas utilizadas por hombres y mujeres transgénero.
Nota. Construida a partir de la información recolectada en talleres con personas transgénero.
5.3.4. Hormonas feminizantes y masculinizantes
y medicamentos antirretrovirales
Es un hecho que las hormonas pueden in-
teractuar con los medicamentos antirre-
trovirales, principalmente, con los inhibi-
dores de la proteasa (IP) y los no análogos
de nucleósidos (ITINN). La interacción se
fundamenta en que esos medicamentos y las
hormonas (estrógenos naturales, ciproterona,
testosterona) compiten por utilizar la misma
vía en el hígado para su metabolización.
Por esta razón, al igual que con el etinilestra-
diol (anticonceptivo oral), puede haber fluc-
35
ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE”
tuaciones en los niveles de las hormonas,
tanto en defecto como en exceso. Por ello,
una persona trans que vive con VIH debe con-
sultar a su médico para que le sea ordenado
un tratamiento antirretroviral que no interfiera
con su proceso de hormonización o se ajus-
ten las dosis de los medicamentos o de las
hormonas, según sea necesario.
Es importante destacar que, tanto la terapia
para el VIH como el tratamiento hormonal,
tienen efectos secundarios en el metabolis-
mo y pueden dar lugar a problemas en común
como complicaciones derivadas de trombo-
sis, anomalías en la glucosa (problemas en los
niveles de azúcar en la sangre) y alteraciones
de los lípidos (colesterol, triglicéridos, etc.)
(Tallada, s.f.).
5.4.RECOMENDACIONESPARAELABORDAJE
DE LAS PERSONAS TRANSGÉNERO
Según el Ministerio de la Protección Social
(ahora Ministerio de Salud y Protección So-
cial) y el Fondo de Población de las Naciones
Unidas (2011b), es necesario que los técnicos
se acerquen a las realidades de las personas
transgénero y conozcan sus experiencias, ca-
racterísticas e identidades para reducir pre-
juicios y estimular la interacción respetuosa.
Igualmente, es importante ampliar el marco
de derechos para que allí se incluya a las per-
sonas transgénero que han estado histórica-
mente excluidas de dicho marco.
El personal socio sanitario debe tomar con-
ciencia de sus prácticas y sus concepciones
excluyentes con las personas con diversidad
de género para transformar tales actitudes.
Se recomienda que los técnicos que desa-
rrollen actividades de atención con personas
trans hayan sido previamente formados e
informados en temáticas como perspectiva
de derechos, perspectiva de género, enfoque
diferencial, identidades de género, diversi-
dades de género, procesos de construcción
de cuerpos e identidades trans, derechos
vulnerados, estigma y discriminación de la
población transgénero, necesidades de las
personas trans, luchas, exigencias políticas y
movilizaciones trans.
Facilitar el conocimiento y sensibilidad a estas
realidades al personal socio sanitario puede
determinar la diferencia entre vulneración y
garantía de derechos de las personas trans.
En esta medida, se ofrecen algunas recomen-
daciones para el abordaje de las personas
trans:
No. RECOMENDACIONES
1
Desarrollar las habilidades técnicas y la competencia cultural necesarias para
proveer servicios adecuados de promoción de la salud, prevención, tratamiento,
seguimiento y apoyo a las personas trans.
2
Diseñar y organizar servicios sanitarios y otros espacios (vestidores, salas de
internación) de tal manera que las personas trans los puedan usar de acuerdo con
su identidad de género, incluyendo la internación de pacientes de acuerdo con su
identidad de género.
3
Asegurar que sea un personal debidamente calificado el que se haga cargo de
ofrecer y administrar intervenciones biomédicas para modificaciones corporales a
las personas trans (por ejemplo, terapia hormonal).
4
Responder a las demandas de atención en salud de las personas trans, brindando
los estándares más altos posibles de atención.
5
Responder a las demandas de atención en salud de las personas trans, brindando
los estándares más altos posibles de atención.
6
Garantizar condiciones apropiadas de salud para las personas trans en situación de
detención.
Tabla 16. Recomendaciones para las instituciones de salud y personal socio sanitario frente a la atención de las
personas trans y otras poblaciones LGBTI
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  • 1. Iniciativa para la prevención de las infecciones transmitidas por vía sanguínea y otras infecciones de alta prevalencia en personas que se inyectan drogas (PID) MANUAL TÉCNICO Dirección de Promoción y Prevención Actualización mayo 2020
  • 2. MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL FERNANDO RUIZ GÓMEZ Ministro de Salud y Protección Social LUIS ALEXANDER MOSCOSO OSORIO Viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios MARÍA ANDREA GODOY CASADIEGO Viceministra de Protección Social GERARDO BURGOS BERNAL Secretario General CLAUDIA MILENA CUELLAR SEGURA Directora de Promoción y Prevención (E) ANA MARÍA PEÑUELA POVEDA Coordinadora grupo Convivencia Social y Ciudadanía RICARDO LUQUE NÚÑEZ Coordinador grupo Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos Referentes técnicos CIELO YANETH RÍOS HINCAPIÉ Profesional especializado ITS/VIH/Hepatitis Área Funcional Población y Desarrollo Dirección de Promoción y Prevención JUAN CAMILO MARTÍNEZ URREGO Contratista estrategias de reducción de riesgos y daños Grupo Convivencia Social y Ciudadanía Dirección de Promoción y Prevención
  • 3. Este documento fue elaborado por la Corporación Acción Tecnica Social en el marco del Convenio 519 de 2015, suscrito entre el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Panamericana de la Salud, y actualizado para su publicación por el equipo técnico del Ministerio de Salud y Protección Social en el año 2020. Agradecimientos NELLY YULISA RIVAS Profesional especializado Grupo convivencia social y ciudadanía SANDRA PATRICIA ESCANDÓN MONCALEANO Coordinadora Estrategia de Comunicación y Movilización Social - Proyecto VIH Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial ENTerritorio ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD GINA TAMBINI GÓMEZ Representante OPS/OMS Colombia BERTHA GÓMEZ MARTÍNEZ Consultora para VIH/ITS/Hepatitis Virales OPS/OMS - Colombia
  • 4. TABLA DE CONTENIDO LISTA DE TABLAS 4 LISTA DE GRÁFICAS 5 SIGLAS Y ACRÓNIMOS 6 PALABRAS CLAVE 7 PRESENTACIÓN 9 1. DERECHOS Y DEBERES EN SALUD 11 1.1. CARTA DE DERECHOS Y DEBERES EN LOS SERVICIOS DE SALUD 11 1.2. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS 12 2. EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN 13 2.1. EL ESTIGMA 13 2.2. LA DISCRIMINACIÓN 13 2.3. RELACIÓN ENTRE EL ESTIGMA, LA DISCRIMINACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS 13 2.4. ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN HACIA LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS 15 2.5. PAUTAS PARA LA REDUCCIÓN DEL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN 16 3. PANORAMA DE LAS DROGAS INYECTABLES Y PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS EN COLOMBIA 17 3.1. CARACTERIZACIÓN DE LAS DROGAS INYECTABLES 18 3.2. EFECTOS DE LA INTERACCIÓN DE LA HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA CON OTRAS SUSTANCIAS 22 3.3. DAÑOS Y RIESGOS PRIMORDIALES POR VÍA DEL CONSUMO DE HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA 23 3.4. CARACTERIZACIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS POR VÍA INYECTADA EN COLOMBIA 24 3.5. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS 26 4. POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD (PPL) 27 4.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD EN COLOMBIA 28 4.2.FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD Y SU CONTEXTO 28 4.3.RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD 30 5. PERSONAS TRANSGÉNERO 31 5.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO 31 5.2.FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO Y SU CONTEXTO 31 5.3.HORMONAS Y SUSTANCIAS ESTÉTICAS 32 5.3.1. Hormonas femeninas 32 5.3.2. Hormonas masculinas 33 5.3.3. Inyección estética 33 5.3.4. Hormonas feminizantes y masculinizantes y medicamentos antirretrovirales 34 5.4. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LAS PERSONAS TRANSGÉNERO 35
  • 5. 6. INFECCIONES RELEVANTES PARA LAS POBLACIONES PRIORIZADAS 37 6.1. INFECCIONES TRANSMITIDAS POR VÍA SANGUÍNEA 37 6.1.1. VIH/SIDA 39 6.1.2. Hepatitis virales 44 6.1.3. HTLV-1 y 2 50 6.1.4. Enfermedad de Chagas 52 6.2. INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (ITS) 55 6.3. INFECCIONES TRANSMITIDAS POR VÍA AÉREA: TUBERCULOSIS 61 6.4. OTRAS INFECCIONES FRECUENTES EN LAS PID 65 7. INYECCIÓN DE MENOS RIESGO 7.1. CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LAS PRÁCTICAS DE INYECCIÓN 69 7.2. PASOS PARA LA INYECCIÓN DE MENOS RIESGO 71 7.2.1. Preparar la mezcla 71 7.2.2. Preparar la zona del cuerpo para la inyección 7.2.3. La inyección de menos riesgo 7.3. DESECHO DEL MATERIAL DE INYECCIÓN USADO 8. PREVENCIÓN Y MANEJO DE LA SOBREDOSIS 75 8.1. ¿QUÉ ES UNA SOBREDOSIS? 77 8.2. ¿CÓMO IDENTIFICAR UNA SOBREDOSIS? 78 8.3. ¿QUÉ HACER EN CASO DE UNA SOBREDOSIS POR OPIOIDES COMO LA HEROÍNA? 79 8.4. POSICIÓN DE RECUPERACIÓN 80 8.5. ¿QUÉ NO SE DEBE HACER EN CASO DE UNA SOBREDOSIS? 78 8.6. ¿QUÉ HACER PARA REDUCIR EL RIESGO DE UNA SOBREDOSIS? 78 9. CUIDADOS DEL EQUIPO OPERADOR Y RIESGO BIOLÓGICO 79 9.1. ¿QUÉ HACER EN CASO DE UN PINCHAZO ACCIDENTAL? 80 9.2. ESQUEMA DE VACUNACIÓN RECOMENDADO PARA PERSONAL SOCIO SANITARIO 80 10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 83 LISTA DE TABLAS Tabla 1. Derechos sexuales y reproductivos 14 Tabla 2. Formas y espacios en los que se manifiestan el estigma y la discriminación 18 Tabla 3. Pautas para la reducción del estigma y la discriminación 20 Tabla 4. Aspectos generales de la cocaína 23 Tabla 5. Aspectos generales de la heroína 25 Tabla 6. Aspectos generales de la ketamina 26 Tabla 7. Interacción de la cocaína con otras sustancias 27 Tabla 8. Interacción de la heroína con otras sustancias Tabla 9. Interacción de la ketamina con otras sustancias 28 Tabla 10. Riesgos de acuerdo con la vía del consumo de la heroína, cocaína y ketamina 29 Tabla 11. Factores de riesgo propios de contextos carcelarios 35 Tabla 12. Factores de riesgo propios de las personas privadas de la libertad 36 Tabla 13. Sugerencias de trabajo con personas privadas de la libertad 37 Tabla 14. Preguntas y respuestas - hormonas masculinas en hombres transgénero 41 28 37 37 39 44 50 52 55 61 65 69 69 71 71 71 73 73 74 74 75 75 77 78 78 79 80 80 83 12 14 16 18 20 21 22 22 23 23 28 29 30 33
  • 6. Tabla 15. Tipos de sustancias inyectadas utilizadas por hombres y mujeres transgénero 42 Tabla 16. Recomendaciones para las instituciones de salud y personal socio sanitario frente a la atención de las personas trans y otras poblaciones LGBTI 43 Tabla 17. Mecanismos de transmisión del VIH 48 Tabla 18. Recomendaciones para personas que viven con VIH 50 Tabla 19. Marco normativo que protege a las personas que viven con VIH 51 Tabla 20. VIH/Sida y personas que se inyectan drogas 52 Tabla 21. Vías de transmisión de las hepatitis virales 53 Tabla 22. Características de las hepatitis virales 55 Tabla 23. Tratamiento de las hepatitis virales 56 Tabla 24. Medidas de prevención de las hepatitis virales 57 Tabla 25. Recomendaciones para las personas que viven con hepatitis 59 Tabla 26. Hepatitis y personas que se inyectan drogas 59 Tabla 27. Distribución y prevalencia del HTLV 1 y 2 en el mundo y en Colombia 60 Tabla 28. Mecanismos de transmisión, diagnóstico y tratamiento del HTLV-1 y 2 61 Tabla 29. HTLV-1 y 2 y personas que se inyectan drogas 62 Tabla 30. Mecanismos de transmisión, signos y síntomas, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Chagas 63 Tabla 31. Medidas de prevención para la enfermedad de Chagas 64 Tabla 32. Características de la sífilis, gonorrea, clamidia y linfogranuloma venéreo 66 Tabla 33. Características de la tricomoniasis, el herpes genital, las verrugas anogenitales y el virus del papiloma humano (VPH) 67 Tabla 34. Asesoría en infecciones de transmisión sexual 68 Tabla 35. Orientaciones sobre el condón masculino 69 Tabla 36. Conductas sexuales de riesgo de las PID y sus parejas sexuales 71 Tabla 37. Condicionantes de vulnerabilidad de las mujeres que son parejas sexuales de PID 71 Tabla 38. Factores de riesgo, signos y síntomas, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis 72 Tabla 39. Tuberculosis y personas que se inyectan drogas 74 Tabla 40. Características de la celulitis, sepsis y endocarditis infecciosa 77 Tabla 41. Material necesario para la inyección de menos riesgo 82 Tabla 42. Características de los puntos de inyección 85 Tabla 43. Pautas generales para la inyección de menos riesgo 86 Tabla 44. Eliminación de agujas y material cortopunzante 87 Tabla 45. Síntomas de la sobredosis por depresivos y estimulantes 
 Tabla 46. Reanimación cardiopulmonar de calidad 90 Tabla 47. Recomendaciones para el manejo de elementos usados en la inyección de drogas 93 Tabla 48. Características de los contenedores para el desecho de elementos cortopunzantes 93 Tabla 49. Vacunas recomendadas para el personal socio sanitario 95 34 35 39 41 42 43 44 45 47 48 49 49 50 51 52 53 54 55 56 58 59 60 60 61 62 65 70 72 73 74 75 76 79 79 81
  • 7. LISTA DE GRÁFICAS Gráfica 1. Círculo vicioso del estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos 13 Gráfica 2. Prevalencia de VIH y virus de la hepatitis C (VHC) en personas que se inyectan drogas. Colombia 2002-2014 25 Gráfica 3. Comportamiento Población Privada de la Libertad intramural, 2013-2019 27 Gráfica 4. Infecciones por VIH y hepatitis C en PID, 2017 38 Gráfica 5. Higiene de la tos 63 Gráfica 6. Correcto lavado de manos 64 Gráfica 7. Hábitos de vida saludables 64 Gráfica 8. Manchas en las manos que se pueden presentar cuando se tiene endocarditis 68 Gráfica 9. Celulitis 68 Gráfica 10. Puntos para la inyección de menos riesgo 72 Gráfica 11. Posición de recuperación 77 Gráfica 12. Pasos para colocar a una persona en posición de recuperación 78 SIGLAS Y ACRÓNIMOS ACIP Advisory Committee on Inmunization Practices (Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización). ATS Acción Técnica Social. CCC Comunicación para el Cambio de Comportamiento. CDC Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades COMBI Comunicación para el Impacto Conductual. CONAPRED Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. DEA Desfibrilador Externo Automático EAPB Entidades Administradoras de Planes de Beneficios EPS Entidad Promotora de Salud. ERON Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional. ENTERRITORIO Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial ETV Enfermedades Transmitidas por Vectores. ETVS Enfermedades de Transmisión por Vía Sanguínea HTLV 1/2 Human T-Lymphotropic Virus 1 (Virus Linfotrópico de Células T Humanas/Tipo 1 y 2) IAP Investigación Acción Participativa. ITS Infecciones de Transmisión Sexual. INPEC Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario. INS Instituto Nacional de Salud Minjusticia Ministerio de Justicia y del Derecho Minsalud Ministerio de Salud y Protección Social MPS Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio de Salud y Protección Social) LGBTI Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales. OIM Organización Internacional para las Migraciones OMS Organización Mundial de la Salud. ONS Observatorio Nacional de Salud.
  • 8. ONG Organización No Gubernamental. ONU Organización de Naciones Unidas. ONUSIDA Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. OPS Organización Panamericana de la Salud. PID Personas que se Inyectan Drogas. PPL Personas Privadas de la Libertad. PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. SIDA Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida. SPA Sustancias Psicoactivas. SSR Salud Sexual y Reproductiva. TB Tuberculosis. TRANS Personas Transgénero. UNAIDS Joint United Nations Programme on HIV and AIDS (Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA). UNFPA United Nations Fund for Population Activities (Fondo de Población de las Naciones Unidas. UNODC United Nations Office on Drugs and Crime (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito). VH- A/B/C/D/E Virus de la hepatitis A, B, C, D, E. VESPA Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Consumo de Sustancias Psicoactivas. VIH Virus de Inmunodeficiencia Humana. PALABRAS CLAVE Personal socio sanitario. Personas que se inyectan drogas. Drogas inyectables. Heroína. Cocaína. Ketamina. Parafernalia. Daños y riesgos. Prácticas de inyección. Enfermedades transmitidas por sangre. VIH/Sida. Hepatitis. HTLV 1/2. Tuberculosis. Infecciones de transmisión sexual. Celulitis. Sepsis. Endocarditis. Sobredosis. Inyección de menos riesgo. Prevención. Mitigación de riesgos. Reducción de daños.
  • 9.
  • 10. 9 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” PRESENTACIÓN El consumo de drogas inyectables es una problemática creciente en nuestro país que implica, para quienes se inyectan, un alto riesgo de adquirir infecciones que se transmiten por vía sanguínea y otras que, aunque no estén directamente relacionadas con el consumo como las infecciones de transmisión sexual, se incrementan por la reducción en las medidas de protección cuando se tie- nen relaciones sexuales bajo los efectos de las sustancias psicoactivas. Frente a dicha realidad, el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud, en el marco del convenio 519 de 2015, contrataron con la Corporación Acción Técnica Social el diseño de una estrategia educativa para la prevención de las infecciones que se transmiten por vía sanguínea y otras de alta prevalencia o exposición entre las personas que se inyectan drogas, a fin de reducir la prevalencia de estas infecciones en esta población. De este proceso surgió la estrategia “AGUANTA CUIDARSE” en cuyo desarrollo participaron profesionales, técnicos, facilitadores sociales, voluntarios, pares comunitarios e integrantes de la población que se inyecta drogas quienes, a través de ejercicios de construcción colectiva en las ciudades de Bogotá y Armenia, identificaron las necesidades conceptuales y prácticas de los técnicos y su población y las estrategias de mayor beneficio para las mismas. Dado que dentro de otras poblaciones también se da el fenómeno del consumo de sustancias psicoactivas por vía inyectada e inyección de otras sustancias bajo condiciones de riesgo, se tuvieron en cuenta en el desarrollo de la estrategia dos grupos adicionales: personas privadas de la libertad y personas transgénero. Las personas privadas de la libertad (PPL) se escogieron teniendo en cuenta el tráfico de estu- pefacientes que se ha llegado a reportar al interior de las prisiones, el consumo clandestino y la vulnerabilidad que tiene esta población al no tener acceso a material higiénico dentro de los centros penitenciarios. Las personas transgénero fueron seleccionadas porque durante los ejercicios con personas clave se identificaron en esta población prácticas de inyección propias de sus procesos de transformación corporal que, como las de PID, conllevan a riesgos de transmisión de enfer- medades por vía sanguínea, cuando la inyección se lleva a cabo de manera no higiénica. La estrategia se apoya en una caja de herramientas que incluye memo fichas, rotafolio y videos con enfoque diferencial, y este manual en el cual se amplían los contenidos técnicos de las herramientas para que, de manera sencilla, clara y con veracidad científica, el técnico pueda utilizarlo como punto de referencia para su trabajo del día a día en espacios tales como dispo- sitivos de atención y entornos de consumo, entre otros. Los temas incluidos en el manual contextualizan la problemática del consumo de drogas por vía inyectada, los riesgos asociados a su uso, las practicas más comunes que agudizan estos riesgos y las infecciones a las que son más vulnerables las PID. Además, brinda información
  • 11. 10 sobre mitigación de riesgos y reducción de daños y sobre las características de otras poblaciones vulnerables como PPL y personas transgénero. La apropiación de la información aquí presentada facilitará el trabajo de campo de los técnicos, el acercamiento a la población y el desarrollo de habilidades para responder a las inquietudes en salud de las personas que consumen sustancias psicoactivas y de aquellas en alta vulnerabilidad frente al consumo. Finalmente, hay que señalar que, si bien el manual ofrece información sobre diversos temas, el téc- nico podrá consultar las fuentes que fueron utilizadas para su elaboración y otras indicadas en la bibliografía para ampliar su conocimiento sobre los temas abordados.
  • 12. 11 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” La Ley 1751 de 2015 o Ley estatutaria en salud, por medio de la cual se regula el derecho funda- mental a la salud y se dictan otras disposiciones, establece que: El derecho fundamental a la salud es autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colecti- vo. Comprende el acceso a los servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el mejoramiento y la promoción de la salud. El Estado adoptará políticas para ase- gurar la igualdad de trato y oportunidades en el acceso a las actividades de promoción, preven- ción, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación para todas las personas. De conformi- dad con el artículo 49 de la Constitución Política, su prestación como servicio público esencial obli- gatorio, se ejecuta bajo la indelegable dirección, supervisión, organización, regulación, coordina- ción y control del Estado. (p.1) (negrilla fuera del texto original) 1.1. CARTA DE DERECHOS Y DEBERES EN LOS SERVICIOS DE SALUD El contar con derechos no implica que automáti- camente estos se cumplan, por ello el Ministerio de Salud y Protección Social, la Superintenden- cia Nacional de Salud y la Defensoría del Pueblo elaboraron, en el año 2013, la carta de derechos y deberes de los usuarios del sistema de salud. El objetivo de este documento ha sido la promo- ción de los derechos de los usuarios del siste- ma de salud, para que, conociéndolos, los hagan exigibles ante las distintas entidades y, de igual manera, conozcan las herramientas que pueden usar si no están de acuerdo con lo estipulado por su aseguradora o prestador de servicios de salud. Los derechos incluidos en esta carta son: 1. Acceder a los servicios sin que le impongan trámites administrativos adicionales a los de ley. 2. Que le autoricen y presten los servicios in- cluidos en el Plan de Beneficios de manera oportuna, si requiere un servicio que no esté incluido, también lo puede recibir. 3. Recibir por escrito las razones por las que se niega el servicio de salud. 4. Que, en caso de urgencia, sea atendido de manera inmediata, sin que le exijan docu- mentos o dinero. 5. Que atiendan con prioridad a los menores de 18 años. 6. Elegir libremente el asegurador, la IPS y el profesional de la salud que quiere que lo tra- te, dentro de la red disponible. 7. Ser orientado respecto a la entidad que debe prestarle los servicios de salud reque- ridos. 8. Que como cotizante le paguen las licen- cias y las incapacidades médicas. 9. Tener protección especial cuando se pa- decen enfermedades catastróficas y de alto costo, sin el cobro de copagos. 10. Que solamente le exijan su documento de identidad para acceder a los servicios de salud. 11. Que le informen dónde y cómo pueden pre- sentar quejas o reclamos sobre la atención en salud prestada. 12. Recibir un trato digno sin discriminación al- guna. 13. Recibir los servicios de salud en condicio- nes de higiene, seguridad y respeto a su in- timidad. 14. Recibir durante todo el proceso de la enfer- medad, la mejor asistencia médica dispo- nible. 15. Recibir servicios continuos, sin interrupción y de manera integral. 16. Obtener información clara y oportuna de su estado de salud, de los servicios que vaya a recibir y de los riesgos del tratamiento. 17. Recibir una segunda opinión médica si lo desea y a que su asegurador valore el con- cepto emitido por un profesional de la salud externo. 18. Ser informado sobre los costos de su aten- ción en salud. 19. Recibir o rechazar apoyo espiritual o moral. 20. Que se mantenga estricta confidencialidad sobre su información clínica. 1. DERECHOS Y DEBERES EN SALUD
  • 13. 12 21. Que usted o la persona que lo repre- sente acepte o rechace cualquier trata- miento y que su opinión sea tenida en cuenta y respetada. 22. Ser incluido en estudios de investigación científica, sólo si lo autoriza. Los deberes incluidos son: 1. Cuidar su salud, la de su familia y su co- munidad. 2. Cumplir de manera responsable con las recomendaciones de los profesionales de salud que lo atiendan. 3. Actuar de manera solidaria ante las situa- ciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas. 4. Cumplir las normas y actuar de buena fe frente al Sistema de Salud. 5. Brindar la información requerida para la atención médica y contribuir con los gastos de acuerdo con su capacidad económica. DERECHOS SEXUALES DERECHOS REPRODUCTIVOS Abarcan ciertos Derechos Humanos que ya es- tán reconocidos en las leyes nacionales, docu- mentos internacionales y otras declaraciones de consenso. Hacen parte de los Derechos Humanos. Se formularon durante la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (Naciones Unidas, 1994). Establecen el derecho a: Establecen el derecho a: 1. Alcanzar el nivel más elevado posible de salud en relación con la sexualidad, incluido el acceso a servicios de atención de la salud sexual y reproductiva. 2. Buscar, recibir e impartir información sobre la sexualidad. 3. Recibir educación sexual. 4. Que se respete su integridad física. 5. Elegir pareja. 6. Decidir si ser o no sexualmente activa. 7. Mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo. 8. Contraer matrimonio de mutuo acuerdo. 9. Llevar una vida sexual satisfactoria, segura y placentera. 1. Decidir libre y responsablemente el número de hijos e hijas que se quieren tener. 2. Disponer de la información y de los medios necesarios para ello. 3. Alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. 4. Adoptar decisiones en relación con la reproducción, sin sufrir discriminación, coacciones, ni violencia. 5. Recibir atención, protección en salud y los beneficios del progreso científico. 6. La autodeterminación reproductiva, la libre opción por la maternidad y la protección, en caso de embarazo. Tabla 1. Derechos sexuales y reproductivos Nota. Basada en el documento “Política Nacional de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos” del Ministerio de Salud y Protección Social, Fondo de Población de las Naciones Unidas, Organización Internacional para las Migraciones y Asociación Probienestar de la Familia Colombiana (2014); “Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo” de Naciones Unidas (1994). 6. Respetar al personal de salud y cuidar las instalaciones donde le presten dichos servicios. 1.2. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS Los derechos sexuales y reproductivos están encaminados a impulsar las condiciones so- ciales y jurídicas necesarias para que las per- sonas puedan alcanzar el máximo bienestar físico y mental como efecto de las decisiones sexuales que asuman, siendo libres de coac- ciones o de violencia (MPS y UNFPA, 2003; Minsalud, UNFPA, OIM y Profamilia, 2014). De esta manera, el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos lleva a la salud se- xual y reproductiva, la cual “se refiere a un es- tado general de bienestar físico, mental y so- cial, y no a la mera ausencia de enfermedades o dolencias en todos los aspectos relaciona- dos con la sexualidad y la reproducción”. (MPS y UNFPA. 2003. p. 9)
  • 14. 13 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Para analizar qué son y cómo se manifiestan el estigma y la discriminación en las personas que se inyectan drogas es importante revisar los conceptos y orígenes de estas palabras y la relación existente entre ellas. 2.1. EL ESTIGMA El término estigma se acuñó en la Grecia clá- sica a una marca física permanente que se hacía a grupos de personas que se encontra- ban apartadas y rechazadas de las estructu- ras sociales (Aggleton, Parker y Maluwa, 2003; MPS y UNFPA, 2011a). Hoy en día, de acuerdo con lo definido por Go- ffman (1963, citado por Aggleton et al, 2003), el estigma se entiende como un atributo des- calificador que, ante los ojos de los demás, sirve para reducir a la persona que lo posee. Se basa en uno o más factores como el géne- ro, el estado serológico, la orientación sexual, la clase social, el grupo étnico, las creencias religiosas, el sexo, las prácticas sexuales, en- tre otras (MPS y UNFPA, 2011a). El Programa Conjunto de Naciones Unidas so- bre VIH/sida – ONUSIDA (2002) afirma En última instancia, el estigma crea desigual- dad social, y se ve reforzado por ella. Tiene profundos orígenes en el seno de la estructura de la sociedad en su conjunto y en las nor- mas y valores que rigen gran parte de nuestra vida cotidiana. Hace que algunos grupos sean subvalorados y avergonzados y que otros se sientan superiores. (p.10) 2.2. LA DISCRIMINACIÓN La discriminación consiste en acciones u omi- siones derivadas del estigma y dirigidas contra los individuos estigmatizados (Aggleton et al., 2003). Según ONUSIDA (2000), la discrimina- ción involucra “cualquier forma de distinción, exclusión o restricción que afecte a una per- sona, en general, pero no exclusivamente, por razón de una característica personal inheren- te, con independencia de que exista o no jus- tificación para tales medidas”. (p.7) De tal manera, la discriminación tiene que ver con el trato que se da a las personas estigma- tizadas. Una persona o grupo es discriminado cuando recibe un trato arbitrario e injusto por su pertenencia a un grupo en particular (Coor- dinadora estatal de VIH y sida y Grupo de Tra- bajo sobre Tratamientos del VIH, 2015). La discriminación tiene diversos orígenes y se expresa de múltiples formas, relega a las personas que se encuentran más expuestas, limita su desarrollo humano y el disfrute de sus derechos (MPS y UNFPA, 2011a). 2.3. RELACIÓN ENTRE EL ESTIGMA, LA DIS- CRIMINACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS Las ideas prejuiciosas en las que se basan el estigma y la discriminación llevan con fre- cuencia a que las personas hagan o dejen de hacer acciones que impactan los derechos de las personas estigmatizadas. Por ejemplo, se nieguen servicios de salud, se exijan pruebas como el VIH, se nieguen oportunidades de trabajo o educación, se restrinja la libre mo- vilización, entre otros. Esta violación de los derechos genera un impacto negativo en los individuos, sus familias, e incluso en la socie- dad, al reforzar las condiciones que favorecen y crean los contextos de vulnerabilidad (Fun- dación Fernando Iturbide, ONUSIDA, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD] y Comité técnico asesor multisectorial, 2011). Esta relación se observa claramente en la gráfica 1. Nota. Tomada de “Índice de Estigma y Discriminación en Personas con VIH” de Fundación Fernando Iturbide, Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/sida, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y Comité técnico asesor multisectorial (2011). Gráfica 1. Círculo vicioso del estigma, la discriminación y la viola- ción de los derechos humanos. 2. EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN
  • 15. 14 Aggleton et al (2003), señalan que es nece- sario entender el estigma y la discriminación como procesos relacionados con conceptos más amplios como el poder y la dominación. Desde dicha perspectiva, el estigma juega un papel muy importante al producir y reprodu- cir relaciones de poder y control en todos los sistemas sociales. Particularmente, el estigma y la discriminación relacionados con el VIH/Sida y otras infeccio- nes se produce por razones como: (Fundación Fernando Iturbide, ONUSIDA, PNUD y Comité técnico asesor multisectorial, 2011) 1. El Desconocimiento, temor a lo descono- cido y falta de educación. 2. Los mitos sobre las formas de transmisión. 3. Las dificultades en atención integral, tra- tamiento y el desarrollo de medicamentos curativos. 4. Las informaciones distorsionadas en los medios de comunicación. 5. Los tabús y mitos alrededor de la sexua- lidad. 6. La relación con poblaciones y conductas ya de por sí estigmatizadas. Resulta tan importante abordar el estigma y la discriminación que en la Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA se afirmó El estigma, el silencio, la discriminación y la ne- gación de la realidad, así como la falta de con- fidencialidad, socavan los esfuerzos de pre- vención, atención y tratamiento e incrementan los efectos de la epidemia en las personas, las familias, las comunidades y las naciones. (Na- ciones Unidas, 2001, p.9) Existen muchas formas y espacios en los que se manifiestan el estigma y la discriminación, entre ellos: Tabla 2. Formas y espacios en los que se manifiestan el estigma y la discriminación ESPACIOS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN Sector salud. • Objeción y rechazo a brindar atención. • Retención del tratamiento. • Retraso o negación de otras formas de atención (alimentos, higiene). • Falta de atención al paciente hospitalizado. • Pruebas realizadas sin el consentimiento de la persona. • Pedir las pruebas de VIH y usar el diagnóstico para negar la atención. • Violación de la confidencialidad. • Observaciones o comportamientos inapropiados. • Uso de precauciones excesivas. Sector laboral • Pedir la prueba de VIH o usar el diagnóstico positivo para ingresar o permanecer en una plaza de trabajo. • Realización de exámenes sin el consentimiento del trabajador. • Despido a causa de su condición de salud. • Violación a la confidencialidad. • Aislamiento laboral. • Señalamientos o rumores de los compañeros de trabajo. • Acoso en el lugar de trabajo. Sector educativo • Pedir la prueba de VIH o usar el diagnóstico positivo para ingresar o permanecer o egresar de un centro educativo. • Realización de exámenes sin el consentimiento del estudiante. • Violación a la confidencialidad. • Rechazo y críticas por los compañeros, profesores o personal administrativo.
  • 16. 15 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Familia y comunidad • Rechazo por los familiares o personas de la comunidad. • Violación a la confidencialidad. • Juzgamiento a la conducta o forma de ser de la persona. • Impedirle a la persona compartir la mesa, aislarla, excluirla, abandonarla, negarle toda demostración de afecto o cariño. • Expulsión de la familia por la comunidad. • Negación en la renta de vivienda. • Violencia física. Otros espacios • Negarse a arrendarles una propiedad sin razón aparente. • Acosar a un inquilino o inquilina y pedir el desalojo sin motivo alguno. Nota. Elaborada con base en el documento “Índice de Estigma y Discriminación en Personas con VIH” de Fundación Fernando Iturbide, Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/sida, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y Comité técnico asesor multi- sectorial (2011). 2.4. ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN HACIA LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS Claramente son numerosos los casos en los que las PID son víctimas de estigma y discri- minación, teniendo como consecuencia di- recta rechazo y marginalización (OPS, 2003). Los procesos de estigmatización de las PID, y de personas que consumen drogas en gene- ral, se relacionan fuertemente con la crimina- lización de la posesión y consumo de drogas, lo cual es considerado al mismo tiempo, un marcador de otros rasgos objetables de per- sonalidad. Este estigma conlleva efectos colaterales que impactan el bienestar de las personas que consumen tales como menores oportunida- des de trabajo o estudio, desaliento para bus- car atención en salud por temor al rechazo, a ser juzgados o a ser arrestados, limitado ac- ceso a tratamientos para el VIH o la hepatitis C, entre otros (Count the costs of the war on drugs, 2015). En su manifestación más extrema, el estigma puede llevar a formas graves de abuso como amenazas de muerte, golpizas, extorsión, tra- to inhumano y castigos degradantes (Count the costs of the war on drugs, 2015). Incluso en instituciones de rehabilitación, las PID que desobedecen, incumplen o rechazan alguna indicación pueden ser sometidas a rasurado, humillación pública, realización de trabajos considerados denigrantes y otras sanciones que, según describen París, Pérez y Medrano (2009) en su estudio Estigma y discriminación hacia las y los usuarios de drogas y sus fa- miliares, “provocan un sentido de humillación, desvalorización y pérdida de dignidad de la persona”. (p.39) París et al. (2009) también muestran en su es- tudio que el estigma no solo afecta a las PID sino también a sus familiares, quienes pre- sentan mayores problemas de autoestima, probablemente relacionados con su mayor conciencia del estigma. Las PID pertenecen, al mismo tiempo, a gru- pos considerados de alto riesgo para la infec- ción por VIH y otras infecciones, por lo cual terminan, en muchas ocasiones, siendo re- chazadas o despreciadas en múltiples niveles, debido a su enfermedad o su estilo de vida. Algunos imaginarios sociales presuponen que, de hecho, todas las personas infectadas per- tenecen a grupos de riesgo e inversamente, se asume que las personas pertenecientes a grupos vulnerables se encuentran infectadas por algún virus como el VIH/Sida (Parker y Ag- gleton, 2002). Es un fenómeno denominado “estigma com- puesto”, es decir un círculo vicioso de estigmas que se refuerzan entre sí, y ocurre cuando el estigma hacia el VIH se cruza con actitudes hacia grupos marginalizados que al mismo tiempo se ven más expuestos al VIH por sus
  • 17. 16 conductas. Se observa con mayor frecuencia en personas que se inyectan drogas, trabaja- dores sexuales, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. Se considera que este es uno de los aspectos estructurales de la epidemia (Shestakovsky, 2015). La Organización Panamericana de la Salud (2003) en su documento “Comprensión y res- puesta al estigma y a la discriminación por el VIH/SIDA en el sector salud”, cita a Burrows quien indica “Las experiencias de discrimi- nación son tan comunes e implacables que muchos usuarios no se dan cuenta que los discriminan. Parece normal ser tratado mal y vilipendiado si se es usuario”. (p.16) Por esta razón, a las PID, a menudo no les es posible acceder a los servicios de prevención y atención apropiados del VIH/Sida y otras in- fecciones. La criminalización, el estigma y la discriminación con frecuencia desplazan a las PID hacia espacios carentes de higiene y su- pervisión, incrementando los riesgos de ad- quirir tales infecciones. En gran parte de los países existen barreras informales que impiden que las PID accedan a los medicamentos y a esquemas de trata- miento recomendados bajo el prejuicio de que no tendrán adherencia, aunque las difi- cultades de adherencia no son exclusivas de ciertos grupos poblacionales, por lo que no se puede justificar su exclusión y se debe eva- luar cada caso de manera individual (Count the costs of the war on drugs, 2015). Todas estas razones, aunadas al lenguaje in- apropiado que muchas veces se utiliza para hablar acerca de las personas que consumen drogas y aquellas con enfermedades como el VIH, contribuyen a reforzar estereotipos y actitudes denigrantes hacia estas poblacio- nes y hacen fundamental, en el marco de los procesos de mitigación de riesgos y reducción de daños, reconocer la presencia del estigma al que pueden estar sometidas, ya que estas situaciones pueden llegar a afectar conside- rablemente su adherencia a los programas, debido a los sentimientos negativos sobre sí mismas que pueden conducir al auto-despre- cio, aislamiento, depresión, ansiedad o deses- peranza, y a deteriorar su calidad de vida. Por lo tanto, enfrentar y superar tanto el es- tigma como la discriminación es un reto im- portante en el desarrollo de procesos de mi- tigación de riesgos y reducción de daños, para fortalecer la prevención y la adherencia al tra- tamiento de enfermedades asociadas. 2.5. PAUTAS PARA LA REDUCCIÓN DEL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN El debate sobre las formas de eliminar el estigma y la discriminación relacionados con los imaginarios que se construyen alrededor de las PID y las enfermedades como el VIH y las hepatitis es un punto clave para el acompañamiento a esta población. A continuación, se presentan algunas pautas para reducir el estigma y la discriminación hacia las PID: Tabla 3. Pautas para la reducción del estigma y la discriminación. 1. El estigma puede ser reducido por medio de estrategias de intervención: la información, el consejo, la adquisición de habilidades y el contacto con personas afectadas; esto requiere trabajar tanto con la población general como con las personas que perciben ser estigmatizadas. Incluye un abordaje intersectorial y multidisciplinario. 2. Una herramienta fundamental es la educación. Se ha comprobado que las personas mal informadas o desinformadas tienen probabilidades mucho más altas de tener actitudes discriminatorias que las que están bien informadas. 3. Es importante velar por un adecuado tratamiento jurídico de la discriminación y la promoción de denuncias por parte de las personas que sufren o han sufrido discriminación. El uso de las vías legales puede servir para deslegitimar la discriminación y desnaturalizarla. En este sentido, es importante que las PID conozcan sus derechos en salud (aún más cuando ya se tienen infecciones como el VIH) y la formación de los jueces en este sentido (ver capítulo sobre derechos y deberes en salud).
  • 18. 17 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Nota. Basada en el texto “Igualdad de trato y no discriminación” del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (s.f.). Por último, a algunas PID les resulta de gran interés y beneficio reunirse con personas en su misma situación ya que les puede propor- En el año 2017 se calculó que unos 271 millo- nes de personas en el mundo entre los 15 y 64 años consumieron drogas en el año anterior (5,5% de la población mundial), de los cuales unos 53,4 millones habían consumido opioi- des y unos 11,3 millones se inyectaban drogas (Oficina de las Naciones Unidas contra la Dro- ga y el Delito [UNODC], 2019). En Colombia y el resto de Latinoamérica las prácticas de inyección de heroína eran consi- deradas mínimas hasta mediados de la déca- da de los 90´s, a partir de la cual se ha iden- tificado un crecimiento constante y uniforme en la disponibilidad de heroína en el mercado y la subsecuente elevación de la prevalencia de consumo, con un rápido incremento en la producción de heroína en el subcontinente. Este panorama ha sido un elemento de ob- servación para algunos investigadores quie- nes han manifestado su preocupación por el consumo de drogas inyectables en Colombia y la necesidad de contención de una posible epidemia de VIH (Ministerio de la Protección Social [MPS], Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito [UNODC] y Corpora- ción Nuevos Rumbos, 2010; Ministerio de Jus- ticia y del Derecho [Minjusticia] – Observatorio de Drogas de Colombia [ODC], 2015). El uso de drogas inyectables como factor de riesgo significativo para la infección por VIH ha tomado mayor importancia en los últimos años. 21 países han reportado prevalencias de VIH mayores o iguales a 20% en personas que se inyectan drogas, entre los cuales se encuentran Mauricio, Tanzania, Libia, Sur Áfri- ca, Cabo Verde, Indonesia, Myanmar, Filipinas, Tailandia, Bangladesh, Pakistán, Bielorrusia, Rusia, Ucrania, Estonia, Italia, Letonia, Por- tugal, España, Mozambique y Kenia (UNODC, 2019). El impacto negativo en la salud de las per- sonas que se inyectan drogas (PID) se ha ido haciendo cada vez más notorio en Co- lombia. Desde el primer estudio en esta po- blación en el año 2002, las prevalencias de VIH y hepatitis C fueron superiores a las de la población general, reflejando la alta vulnera- bilidad de este grupo poblacional y su necesi- dad de ser priorizado en la respuesta al VIH en el país (Minjusticia - ODC, 2015). Las hepatitis virales, el VIH y otras infeccio- nes transmitidas por vía sanguínea entre las PID se diferencian de otras poblaciones es- peciales porque logran propagarse dentro de la misma y expandirse a la comunidad ge- neral. Entre las PID, la principal práctica que acrecienta el riesgo de infección es el intercambio y reutilización de jeringas y otros implementos de inyección (parafer- nalia). De forma complementaria las perso- nas que son compañeras sexuales de las PID, aunque en su mayoría no se inyectan drogas y son primordialmente mujeres, tienen ma- yor riesgo de infectarse a través de la vía se- xual (Minjusticia - ODC, 2015). 4. Es fundamental el papel de los medios de comunicación, quienes, gracias a su amplio alcance, son actores fundamentales en la difusión de información e ideas. Así mismo, es importante que se fomente entre ellos el uso correcto de los conceptos y el lenguaje preciso, y que comuniquen mensajes libres de prejuicios y discriminación. cionar un conocimiento más cercano y realis- ta de cómo viven otras PID, su condición de inyectores y sus enfermedades asociadas. 3. PANORAMA DE LAS DROGAS INYECTABLES Y PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS EN COLOMBIA
  • 19. 18 Según estudios realizados en Colombia en el año 2014, en general la heroína es la sustancia más usada por las personas que se inyectan drogas, al menos en las 5 ciudades que par- ticiparon (Bogotá, Medellín, Armenia, Pereira y Cúcuta); en segundo lugar, se ubica la inyec- ción de cocaína y se identifican como usuales la inyección de alcohol o de heroína mezclada con cocaína y con otras drogas (Ministerio de Salud y Protección Social [Minsalud], UNODC y Universidad CES, 2012; Minjusticia y Univer- sidad CES, 2014; Minsalud, Organización Mun- dial de la Salud [OMS]/Organización Paname- ricana de la Salud [OPS] y Universidad CES, 2016; Minjusticia – ODC, 2015). Investigaciones apuntan a que hace falta una mayor preparación para asumir el panorama de las PID y el aumento considerable del con- sumo de heroína y sus consecuencias mé- dico-sociales. Los centros de atención son mínimos, la disponibilidad de metadona y naloxona es limitada y de buprenorfina, su- boxone y naltrexona, es inexistente, todo ello sumado a una proporción pequeña de per- sonal socio sanitario capacitado, lo que por supuesto debe ampliarse y fortalecerse (MPS, UNODC y Corporación Nuevos Rumbos, 2010). 3.1. CARACTERIZACIÓN DE LAS DROGAS INYECTABLES. En el contexto del consumo de psicoactivos en Colombia, las principales sustancias de uso inyectado son la heroína, la cocaína y en menor medida la ketamina. En algunos casos hay evidencia de consumo de alcohol y de otras sustancias como benzodiacepinas (co- nocidas como “roches”), pero en niveles muy bajos y asociados a etapas de experimenta- ción y tránsito hacia otras sustancias (Acción Técnica Social [ATS], 2014). A continuación, se describirán las sustancias más comúnmente utilizadas, las interaccio- nes de las drogas inyectables con otras sus- tancias y los daños y riesgos primordiales por las vías del consumo: Tabla 4. Aspectos generales de la cocaína Fórmula Clorhidrato de Cocaína C17H21NO4 (forma ácida de la sustancia) Conocida como Perico, perica, fua, nieve y dama blanca, talco. Familia Estimulantes Origen Alcaloide extraído de la hoja de la planta de la coca (Erythroxylum coca) o preparado por síntesis química. Básicamente se transforman las hojas de coca en pasta y después, ésta en clorhidrato. Se usan sustancias químicas llamadas precursores entre las que se encuentran el éter, ácido sulfúrico, gasolina, etc. El producto final suele ser mezclado con sustancias (adulterantes) tales como el talco, maicena, anfetaminas, quinina, ácido básico, estricnina, detergentes, formol, etc. Por tanto, su pureza puede oscilar entre un 5% y un 50%. Según el proceso de elaboración y las sustancias empleadas se obtendrán diferentes modalidades de derivados tales como pasta de coca o bazuco, clorhidrato de cocaína, base libre y “crack”. Adulterantes comunes Acetaminofén, fenacetina y cafeína Lidocaína, procaína y benzocaína y levamisol. Manitol, glucosa, celulosa, lactosa, carbonato cálcico y yeso. Presentación Polvo blanco cristalino en papeletas o bolsitas.
  • 20. 19 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Descripción Es un estimulante proveniente de la hoja de coca, que puede ser usado con fines medicinales como anestésico local en procedimientos quirúrgicos. Desde los años 80´s su consumo se hizo popular con fines recreativos por sus propiedades estimulantes de acción rápida, intensa y de corta duración. Vías de administración Inhalada “esnifada”, fumada, inyectada y tópica. Efectos Inmediatos Estimulante de acción rápida, intensa y de corta duración, entre 30 y 45 minutos, aunque puede alargarse durante más tiempo. Presenta además una acción anestésica local. Entre sus efectos principales se destacan: • Euforia y exaltación del estado de ánimo. • Ausencia de fatiga, de sueño y de hambre. • Disminución de las inhibiciones por lo que la persona suele percibirse como alguien sumamente competente y capaz. • Aceleración del ritmo cardíaco y aumento de la presión arterial. La sensación de bienestar inicial suele ir seguida por un descenso caracterizado por cansancio, apatía e irritabilidad. Efectos Secundarios Puede provocar fatiga, irritabilidad, pérdida del apetito, dolor abdominal y muscular, náuseas o vómitos, reducción de la libido e irregularidades en la menstruación. Psicosis cocaínica: Ideas paranoides que llevan a la persona a un estado de confusión, pudiendo producir verdaderas crisis de pánico, cuadros alucinatorios, entre otras reacciones. El consumo repetido a largo plazo puede derivar en alguna de las siguientes consecuencias: • Complicaciones psiquiátricas: crisis de ansiedad, disminución de la memoria y de la capacidad de concentración, dependencia y síndrome de abstinencia. • Trastornos nutricionales: bulimia y anorexia nerviosa. • Alteraciones neurológicas: cefaleas o accidentes cerebrovasculares como el infarto cerebral. • Cardiopatías (arritmias) y problemas respiratorios (dificultad para respirar). • Sobredosis. Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “La Heroína en Colombia, Producción, uso e impacto en la salud pública - Análisis de la evidencia y recomendaciones de política”. Ministerio de Justicia y del Derecho – Observatorio de Drogas de Colombia (2015); “Commonly abused drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016).
  • 21. 20 Fórmula 3.6-Diacetilmorfina Conocida como Caballo, jaco, potro, H, reina, y dama blanca. Familia Depresores / Opiáceos Origen Semisintética, derivada de la morfina y extraída del opio. Su principio activo es la diacetilmorfina. Adulterantes comunes Diltiazem, acetaminofén, levamisol y lidocaína. Cafeína y aminopirina. Su mezcla con cocaína se conoce comúnmente como “speedball”. Presentación En su forma original es un polvo blanco cristalino, inodoro y fino. Dependiendo del proceso de producción puede presentarse con otra textura y color, puede ser marrón o negra. En Colombia, sólo se ha detectado blanca y marrón claro en polvo. Descripción Es un opiáceo de acción rápida. Es procesado a partir de la morfina, la cual se extrae del opio proveniente de la amapola. Actúa directamente en el cerebro adhiriéndose rápidamente a los receptores opiáceos que se encuentran en distintas áreas del cerebro y del resto del cuerpo, particularmente, en aquellas encargadas de la sensación de dolor, placer y gratificación. Vías de administración En Colombia, primordialmente fumada e inyectada. Otras vías de administración menos comunes son: aspiración intranasal de la sustancia “esnifar” y vía sublingual. Efectos Inmediatos Destacan como efectos esperados: • Sensación de bienestar. • Relajación. • Reducción de la ansiedad. • Eliminación de las sensaciones de dolor y cansancio. • Euforia carente de sobreexcitación y tensión. Al inyectarse o fumarse en aluminio se consigue lo que se ha llamado flash o rush, sensación placentera muy intensa y breve. Efectos Secundarios • Náuseas y vómitos. • Extrema contracción pupilar. • Enrojecimiento facial y picor. • Hipotensión. • Baja temperatura corporal. • Flacidez muscular. Efectos crónicos Su uso habitual puede afectar el equilibrio hormonal y el sistema inmunológico, lo que puede alterar el ciclo menstrual y reducir las defensas del organismo. Después de un tiempo continuado de consumo se puede producir dependencia y suspenderlo puede provocar síndrome de abstinencia, llamado también “amure” o “mono”, caracterizado por: • Calambres. • Vómito. • Diarrea. • Escalofríos. Tabla 5. Aspectos generales de la heroína
  • 22. 21 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Fórmula Hidrocloruro de ketamina C13H16CINO-HCL Conocida como Keta, vitamina K, special K. Familia Depresores Origen Clorhidrato de Ketamina en cantidades variables que pueden ir desde menos del 7% hasta el 99%, según sea su procedencia (ámbito hospitalario y veterinario o mercado ilegal). Adulterantes comunes Acetaminofén y lactosa. Presentación Líquido incoloro e inodoro, cristales blancos, pastillas o cápsulas o como un polvo fino, blanco y cristalino. Descripción Es un anestésico disociativo derivado de la fenciclidina que es utilizado en medicina, tanto veterinaria como humana. Sus efectos disociativos se caracterizan por producir una sensación de “separación” entre la mente y el cuerpo. En muchos casos, dicha “separación” resulta en alucinaciones y la sensación de ingresar a otra realidad. Vías de administración Oral, inyectada, rectal, intramuscular, tópica e inhalada. Efectos Inmediatos • Embriaguez. • Estimulación. • Ligeras distorsiones perceptivas. • Efectos alucinógenos. • Pueden darse vómitos. • Sensación de mareo. • Vértigos. • Sudores. • Dolores de cabeza. • Confusión. • Desorientación. Efectos Secundarios • Entorpecimiento corporal (a dosis altas y seguidas). • Dificultades de atención y concentración. • El uso continuado favorece el desarrollo de tolerancia y dependencia. • El uso crónico puede generar daño en los riñones. Efectos crónicos • Dolores musculares y articulares. • Ansiedad por consumo. • Irritabilidad • Problemas para dormir. • Piel de gallina. Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “La Heroína en Colombia, Producción, uso e impacto en la salud pública - Análisis de la evidencia y recomendaciones de política”. Ministerio de Justicia y del Derecho – Observatorio de Drogas de Colombia (2015); “Commonly abused drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016). Tabla 6. Aspectos generales de la ketamina Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016); “Commonly abused drugs chart”, National Institute on Drug Abuse (2016).
  • 23. 22 3.2. EFECTOS DE LA INTERACCIÓN DE LA HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA CON OTRAS SUSTANCIAS Articulado a la información anterior, es im- portante tener una idea de la interacción de estas drogas con otras sustancias, lo que comúnmente se conoce como “mezclas”. A continuación, se describirá la relación de la Heroína, Cocaína y Ketamina, junto con esti- mulantes, depresores, alucinógenos y sus- tancias de efectos mixtos. Esta información corresponde en general a inferencias que se sacan a partir de los riesgos y efectos separa- dos de cada sustancia. COCAÍNA MEZCLADA CON: EFECTO GENERADO: Estimulantes como anfetaminas (speed) o éxtasis (MDMA) Potencia efectos estimulantes de cada una por separado, lo cual aumenta la probabilidad de aparición de ansiedad y aumento de la presión arterial y ritmo cardíaco. Esta mezcla puede ocasionar infartos cerebrales y cardíacos. Depresores (Alcohol) Esta mezcla aumenta significativamente los riesgos, tanto físicos (daño de hígado y riñones) como de dependencia, de ambas sustancias, así como de sobredosis. Tabla 7. Interacción de la cocaína con otras sustancias Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016). Tabla 8. Interacción de la heroína con otras sustancias HEROÍNA MEZCLADA CON: EFECTO GENERADO: Marihuana Es una manera usual de inicio del consumo, pues “endulza el porro” y atenúa sus efectos, sin embargo, su consumo habitual puede acarrear dependencia. Cocaína Al mezclar en una misma jeringa cocaína con heroína (speedball) los efectos estimulantes de la primera, si bien pueden reducir los efectos depresores de la segunda, no disminuyen el riesgo de padecer una insuficiencia respiratoria provocada por sobredosis de heroína. Bazuco Mezcla que contrarresta el “sueño” de la heroína y el “embale” del bazuco. Con esta mezcla no se reducen los riesgos de sobredosis de heroína. Metadona Al tratarse de dos opioides, la mezcla de ambas supone un alto riesgo de padecer sobredosis, por lo cual es desaconsejable. Además, en los casos de sobredosis se requiere mayor tiempo de observación y acompañamiento por los efectos prolongados de la metadona. Alcohol y Benzodiacepinas Tanto alcohol como benzodiacepinas o “benzos” son sustancias depresoras lo que hace que, al igual que sucede con metadona, sus combinaciones con heroína aumenten el riesgo de sufrir una sobredosis. Además, la naloxona (antídoto usado en los hospitales para revertir la sobredosis) no es efectiva ante el alcohol o las benzos, lo que implica un aumento en las probabilidades de muerte. Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016).
  • 24. 23 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Tabla 9. Interacción de la ketamina con otras sustancias KETAMINA MEZCLADA CON: EFECTO GENERADO: Alcohol, GHB, opiáceos Da lugar a una potenciación de los efectos depresores con los cuales se puede presentar pérdida de la coordinación, sedación, desmayos, etc. Estimulantes Contrarresta los efectos de la ketamina lo cual puede facilitar que se consuman mayores cantidades de cada una de ellas, favoreciendo la tolerancia y adicción en consumidores regulares. Alucinógenos Contrarresta los efectos de la ketamina lo cual puede facilitar que se consuman mayores cantidades de cada una de ellas, favoreciendo la tolerancia y adicción en consumidores regulares. VIA SUSTANCIA RIESGO Via fumada o inhalada Tuberculosis Herpes Heroína La vía menos riesgosa de administración es fumada en papel de aluminio, en lata o pipa, por las bajas probabilidades de padecer una sobredosis. Aun así, esta forma de consumo puede acarrear enfermedades respiratorias, tuberculosis y herpes, agravadas por el intercambio de parafernalia con otras personas consumidoras. Cocaína El fumar implica inhalación del vapor o humo de cocaína a los pulmones, donde la absorción a la corriente sanguínea es tan rápida como por inyección. Permite que dosis extremadamente altas de cocaína lleguen al cerebro muy rápido y produzcan un estímulo intenso e inmediato. Es una vía altamente riesgosa. Puede acarrear enfermedades respiratorias, entre ellas la tuberculosis. Ketamina La ketamina en polvo o líquida puede mezclarse con cigarrillos de tabaco o marihuana para ser fumada y por esta vía, puede acarrear enfermedades respiratorias, entre ellas la tuberculosis. Via esnifada Hepatitis C Perforación del tabique Heroína Cocaína Ketamina La vía esnifada acarrea el riesgo de padecer sobredosis, aunque en menor medida que la inyectada, que es la forma de consumo más riesgosa. Compartir pitillos o llaves  para aspirarla  puede aumentar el riesgo de infección por hepatitis C debido al intercambio de mucosidades o aparición de pequeñas heridas en las fosas nasales. Es recomendable utilizar un pitillo personal e intransferible para evitar la infección por virus como el de la hepatitis C. Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016). 3.3. DAÑOS Y RIESGOS PRIMORDIALES POR VÍA DEL CONSUMO DE HEROÍNA, COCAÍNA Y KETAMINA Tabla 10. Riesgos de acuerdo con la vía del consumo de la heroína, cocaína y ketamina
  • 25. 24 Via inyectada VIH Hepatitis C Hepatitis B HTLV 1 y 2 Enfermedad de Chagas Heroína y Cocaína Los riesgos de esta vía están derivados de las precarias condiciones higiénicas de inyección, el uso de aguas contaminadas, la reutilización de material y el uso compartido del material de inyección. Los principales son: Infecciones por bacterias Entre las más graves están: sepsis (infección generalizada en la sangre y órganos del cuerpo); endocarditis (infección del corazón); tétanos; necrosis (infección muscular severa); botulismo (paro respiratorio, parálisis muscular) y fiebre del algodón (producida al introducir fibras de algodón del filtro en las venas) (ver apartado “Otras infecciones frecuentes en las PID”). Infecciones por virus Las principales infecciones por virus que se transmiten por la sangre son: las hepatitis B y C, el VIH, el HTLV/1 y 2 y la enfermedad de Chagas. Infecciones por inadecuadas técnicas de inyección Pueden producir deterioro y colapso de las venas, abscesos y coágulos que pueden llegar al corazón, pulmón o cerebro (ver apartado técnicas de inyección de menos riesgo). Sobredosis El cuerpo tiene una capacidad limitada de tolerancia a las drogas, la cual varía en cada persona y según las circunstancias. Una misma persona aumenta y pierde tolerancia con rapidez. Muchas de las sobredosis padecidas por personas consumidoras experimentadas se producen porque han perdido tolerancia a la droga o se encuentran con una sustancia más pura de la que están habituadas. Nota. Basada en “Infosustancias - Échele Cabeza”, Acción Técnica Social (2014); “Infodrogas”, Energy Control (2016). 3.4. CARACTERIZACIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS POR VÍA INYECTADA EN COLOMBIA Los estudios más recientes, llevados a cabo por la Universidad CES en los años 2012, 2014 y 2016 en 5 ciudades del país (Armenia, Bo- gotá, Pereira, Medellín y Cúcuta) a través de convenios con la OMS/OPS, UNODC, Minsalud y Minjusticia, muestran hallazgos sumamente importantes en lo que se refiere a la caracte- rización del consumo de drogas por vía inyec- tada. A continuación, se destacan algunos de ellos (Minsalud, OMS/OPS y Universidad CES, 2016; Minjusticia – ODC, 2015). Drogas inyectables: A nivel general, la he- roína es la sustancia más usada por las PID en las 5 ciudades, seguida de la cocaína. Se identificó como usual la inyección de heroína mezclada con cocaína y con otras drogas. De forma particular la inyección de alcohol ocu- rre principalmente en Bogotá. Daños físicos y frecuencia de inyección: Es un hecho que, entre más frecuencia de in- yección exista, hay mayor riesgo de daño en tejidos e infecciones subsecuentes. En Co- lombia lo más común es que las PID se inyec-
  • 26. 25 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” ten entre 2 y 3 veces casi a diario, no obstante, una proporción importante (35,7%) lo hace 4 o más veces al día. Circunstancias y lugares en los que ocurre la inyección: Las “ollas” (sitios a los que las personas acuden a comprar y consumir dro- gas), los sitios públicos y la calle, se identifi- caron como los lugares más comunes donde ocurre la inyección de drogas. En los estudios se indagó si las personas alguna vez habían inyectado a alguien más en una “olla” y si la persona se había inyectado ella misma en un lugar de expendio y consumo, mostrando como resultado que la mayoría de quienes se inyectan lo han hecho alguna vez en este es- cenario. Intercambio indirecto de fluidos poten- cialmente infectantes: Como práctica que potencia el riesgo de intercambio indirecto de sangre está el uso compartido de elementos de la parafernalia. Intercambio de equipos de inyección: Al- rededor del 41% de los participantes reveló que usó al menos una jeringa dada, regalada, vendida o alquilada por otra persona en los seis meses previos a la indagación. En lo que respecta al uso compartido de jeringas, los re- sultados de los estudios realizados desde el año 2002 muestran que, entre las ciudades en las que hubo dos mediciones en diferentes momentos, ha habido incremento en el uso de jeringas previamente utilizadas por otras personas en Bogotá y una reducción del inter- cambio de equipos de inyección en la ciudad de Armenia. Al explorar las razones por las cuales las PID comparten equipos ya usados, los estudios del 2014 muestran que las causas son: no disponer de equipo en el momento en el que se requiere, la confianza en la persona con quien se comparte el equipo y la idea de que limpiándolos se protegerán. El indicador para el último evento de inyección muestra que las ciudades en las que un mayor número de personas usó una jeringa previamente utiliza- da por otra persona en 2014 fueron Bogotá y Armenia con 16,3% y 9,4%, respectivamente. Sobredosis de heroína: En Medellín se ob- servaron los resultados más relevantes de los estudios realizados en el año 2014 en este tó- pico, donde el 63,1% manifestó haber sufrido alguna vez una sobredosis, el 81,4% haber pre- senciado una sobredosis y el 70,9% saber de alguien que falleció por una sobredosis. Estado frente al VIH y hepatitis C: Los es- tudios de seroprevalencia de VIH y hepatitis C que se han realizado en Colombia en las PID, desde el año 2002, han mostrado como estas patologías son altamente prevalentes y la ne- cesidad de intervenciones inmediatas. En la gráfica 2 se observan los principales resulta- dos de tales estudios: VIH 2002 VIH 2010 VIH 2012 VIH 2014 VIH 2002 VIH 2014 2.7 18.1 1.0 3.0 1.7 7.6 3.8 4.4 33.9 9.2 6.7 20.9 1.9 8.9 47.4 Armenia Bogotá Medellín Cúcuta Pereira Gráfica 2. Prevalencia de VIH y virus de la hepatitis C (VHC) en personas que se inyectan drogas. Colombia 2002-2014 Nota. Basada en estudios de prevalencia de VIH y Hepatitis C realizados en Armenia, Bogotá, Medellín, Cúcuta y Pereira entre los años 2002 a 2014. Minsalud, OMS/OPS y Universidad CES (2016); Minjusticia – ODC (2015). “Si bien en Cúcuta parece haberse dado una reducción en la prevalencia de VIH en las dos mediciones, hay que aclarar que la metodología tuvo algunas variaciones. El primer estudio llegó sólo a consumidores de heroína y el 68,1% de la muestra fue de personas en situación de calle, mientras el 30% restante fueron personas contactadas en ámbito universitario”. (Minjusticia – ODC, 2015, p.84)
  • 27. 26 Finalmente, si se contraponen las caracterís- ticas del consumo de drogas inyectadas fren- te a la prevalencia de VIH y Hepatitis C en esta población, el panorama resulta preocupante y claramente requiere de manera urgente un abordaje de esta población para la reducción de riesgos y daños. 3.5. RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE DE LAS PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS Las poblaciones vulnerables habitualmente están ocultas y son difíciles de alcanzar, ya que tradicionalmente han tenido malas expe- riencias, han sido víctimas de estigma y exclu- sión social y han decidido tomar cierta distan- cia o en ocasiones aislarse completamente perdiendo su rol en la sociedad y aumentando su condición de vulnerabilidad. El trabajo directo con la comunidad, median- te una estrategia de pares, permite establecer contacto con actores sociales que pertene- cen a redes de consumidores (usuarios o no de inyectables). A través de charlas informales y mostrando un verdadero interés en el ser humano que está permitiendo la comunica- ción, se podrá dar el abordaje inicial a los indi- viduos del grupo. La comunicación deberá siempre darse dentro de un marco de respeto y cuidando muy bien la confidencialidad. Un contacto inicial agra- dable y que genera bienestar al individuo se convierte en la mejor manera de acercarse a la población, pues el individuo conversará con sus pares acerca de su experiencia exitosa. Cuando las personas están bajo los efectos de SPA, se deben seguir las siguientes reco- mendaciones: • En los programas de jeringas no se debe limitar el acceso a material de inyección. En ese caso se debe tener precaución para evitar accidentes como pinchazos en el lugar de la atención. En los programas de mantenimiento con metadona se su- giere postergar la toma del medicamento para evitar el riesgo de sobredosis y hacer una intervención de educación sobre este riesgo. • Estar bajo los efectos de SPA no debe ser un criterio de sanción o de exclusión de las estrategias o servicios. Cada día es un nuevo momento de contacto con las personas y siempre se abrirá una nue- va oportunidad. Si la condición de la per- sona no facilita la interacción se le pedirá amablemente que se retire y regrese al día siguiente. • Siempre se debe identificar el riesgo de sobredosis o urgencias asociadas al consumo. Cuando se observan tales situaciones se deberá solicitar apoyo a los servicios de atención de urgencias y emergencias teniendo en cuenta que el personal deberá estar capacitado para brindar atención inicial durante el tiempo de espera para la atención profesional. Para escoger los mejores horarios para el abordaje de esta población: • Se deberán identificar las dinámicas pre- dominantes entre la población en térmi- nos del consumo y concertar con ellos los horarios y lugares más adecuados para las intervenciones. • Las dinámicas pueden variar de ciudad a ciudad, por ello es necesario estar dis- puesto a ajustar los servicios a las dinámi- cas de cada población. Ante situaciones complejas de seguridad se debe tener en cuenta: • Cualquier situación de falta de respeto o riesgo de lesión en el espacio debe ser abordada de inmediato. • Cuando las situaciones conflictivas entre las PID se tornan violentas, se deberá pe- dir a las personas involucradas que se re- tiren del espacio de manera amable pero firme. • Cada uno de los profesionales debe es- tar en capacidad de reaccionar en el mo- mento que se requiera y tomar las deci- siones que considere pertinentes para el beneficio de la comunidad. En ninguna circunstancia se utilizará fuerza ni insul- tos para que una persona se retire y, en caso de que la situación se haga inma-
  • 28. 27 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” nejable y el riesgo aumente, se deberá solicitar apoyo de la policía. Para evitar este tipo de situaciones se deben poner normas claras para el uso de los servi- cios desde el momento del ingreso y no se debe ser flexible frente a los mínimos que garantizan el funcionamiento y el be- neficio común. • El equipo debe estar preparado para abor- dar situaciones difíciles y siempre deberá velar por su seguridad y la de las perso- nas que hacen uso del espacio. Se deberá mantener engranado y manejar una exce- lente comunicación para evitar situacio- nes que puedan generar conflicto frente a las personas usuarias. Las personas privadas de la libertad son aque- llas que se encuentran bajo cualquier forma de detención, encarcelamiento o custodia por orden de una autoridad judicial, debido a la comisión o presunta comisión de un delito o infracción de la ley, por lo cual no pueden disponer de su libertad ambulatoria (Comisión interamericana de derechos humanos, 2008). En Colombia, el mayor número de personas privadas de la libertad se encuentra a cargo del Instituto Nacional Penitenciario y Carce- lario (INPEC). Mensualmente esta institución produce un informe estadístico de la situación de esta población y para el mes de diciembre de 2019 se registraban 194.648 personas pri- vadas de la libertad. De estas 191.170 (98,2%) se encontraban a cargo del INPEC y las res- tantes 3.478 (1,8%), bajo la custodia y respon- sabilidad de establecimientos municipales y de la fuerza pública. El informe indica que, de la PPL a cargo del INPEC, 123.802 (63,6%) se encontraban en establecimientos de reclu- sión del orden nacional (ERON), 62.602 (32,2%) en detención domiciliaria y 4.766 (2,4%) con control y vigilancia electrónica. Los informes de la Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos y Asuntos Étnicos, grupo de Asun- tos Penitenciarios y Carcelarios e incluso el propio INPEC, reconocen los problemas de sobrepoblación y hacinamiento al interior de las cárceles en Colombia. El INPEC asocia es- tos fenómenos al constante crecimiento en el número de reclusos. Al finalizar el mes de diciembre de 2019, el Instituto presentó una sobrepoblación de 43.542 personas, que co- rresponde a una oferta de 80.260 cupos y una demanda de 123.802 internos que requirieron estos cupos. En esta medida el nivel de haci- namiento llegó al 54,3%. Capacidad Internos(as) Índice de hacinamiento 2014 2015 2016 2017 2018 2019 51,8% 45,9% 54,5% 51,2% 44,9% 47,7% 54,3% Gráfica 3. Comportamiento Población Privada de la Libertad intramural, 2013-2019 Nota. Tomada del Informe Estadístico Población Reclusa a Cargo del INPEC, Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (2019). 4. POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD (PPL)
  • 29. 28 4.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD EN COLOMBIA Para tener una mejor idea de las caracterís- ticas demográficas de la PPL en Colombia, a continuación, se exponen los datos demográ- ficos de la población recluida en los ERON al 31 de diciembre del 2019 (INPEC, 2019). Sexo: 115.045 (92,9%) hombres y 8.757 (7,1%) mujeres. Rango de edad: La mayor cantidad de inter- nos se encuentra en el grupo etario de 25- 29 años con 25.991 personas (21,0%), le sigue el grupo de 18-24 años con 22.463 personas (18,1%) y en tercer lugar el grupo de 30-34 años con 21.513 personas (17,4%). Es de ano- tar que el 4,1% son mayores de 60 años con 5.165 personas. Grado de escolaridad: Al ingreso a los ERON 5.972 (4,8%) reclusos manifestaron ser ile- trados, 41.165 (33,3%) habían alcanzado los ciclos 1 y 2 (básica primaria), 72.078 (58,2%) habían completado estudios hasta los ciclos 3 a 6 (básica media y media vocacional), 4.255 (3,4%) tenían formación profesional en las di- versas modalidades de técnico, tecnólogo y pregrado universitario y 332 (0,3%) indicaron contar con una especialización en un área profesional. Las 5 transgresiones a la ley más frecuentes son: hurto 14.9%, homicidio 14,5%, concierto para delinquir 13,2%, tráfico, fabricación o por- te de estupefacientes 13,1%, y fabricación, trá- fico y porte de armas de fuego o municiones con un 10,6%. El informe no realiza una estimación de la PPL que es consumidora de drogas al interior de las instituciones penitenciarias o carcelarias, ni de la prevalencia de infecciones, sin em- bargo, a través de la mesa técnica de PPL in- tegrada por el Ministerio de Salud y Protección Social, el INPEC, USPEC y la Fiduprevisora, y los informes de evento del Instituto Nacional de Salud (INS), se conoce que en el año 2019 se identificaron 31 brotes de enfermedades transmitidas por alimentos con 1720 casos involucrados, 986 casos de tuberculosis, al- teraciones en salud mental con 544 casos de intento de suicidio y estaban en atención del VIH 830 personas. De estos datos, es evidente que la PPL es alta- mente vulnerable y que su entorno determi- na una serie de factores que inevitablemente incrementan el riesgo de infecciones como el VIH que, de acuerdo con la literatura, en cen- tros penitenciarios puede llegar a ser hasta 20 veces más alta que en la población general (Ministerio da Saude Brasil, 2009). 4.2. FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD Y SU CONTEXTO A continuación, se describirán algunos aspec- tos identificados en el trabajo de campo res- pecto a la población privada de la libertad: Tabla 11. Factores de riesgo propios de contextos carcelarios. EVENTO RIESGO QUE GENERA Violencia física y psicológica. • Exposición a sangre humana y fluidos corporales por medio de peleas, ataques o accidentes. • Lesiones accidentales por agujas. Hacinamiento • Puede conducir al deterioro en la higiene, atención y supervisión, generando propagación de infecciones como la tuberculosis. • Puede llevar a aumentar la incidencia de abuso sexual (violaciones). • Si existe posibilidad de usar drogas inyectables, lleva a prácticas no seguras de inyección y riesgo de transmisión de infecciones por vía sanguínea.
  • 30. 29 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” Sobre población • Posibilita una mayor exposición a personas con infecciones que se transmiten por vía aérea, sanguínea o sexual. • Puede aumentar las posibilidades de relaciones sexuales sin uso de condón entre PPL. Deficiencias en Saneamiento La exposición a ambientes con pobres condiciones de saneamiento puede conducir a la propagación de enfermedades transmitidas por vectores tales como Zika, Chikunguña, Dengue, enfermedad de Chagas y enfermedades de piel como escabiosis. Barreras de acceso a servicios de salud Deficiente oportunidad en los servicios médicos puede conducir a complicaciones y deterioro de los pacientes. Nota. Tabla construida a partir de la información recolectada en talleres con población privada de la libertad, 2015-2016 Lo anterior se suma a la falta de informa- ción sobre prácticas de riesgo, tanto de par- te de las PPL como del personal de guardia y técnico institucional, destacándose como características de riesgo individuales las si- guientes: FACTORES DE RIESGO DESCRIPCIÓN Vulnerabilidad, estigma y discriminación Asociado a desigualdad de género, consumo de drogas y situaciones de prostitución relacionadas con la necesidad de ingresos económicos y auto sostenimiento. Consumo e inyección de drogas Gran parte de las PPL continúan de forma clandestina perpetuando sus prácticas de consumo, sean inyectadas o no; mientras que las que nunca lo han hecho pueden iniciar con esta práctica. La ausencia de equipos de inyección estériles favorece reutilizar y compartir agujas y otros materiales de inyección. Tatuajes Una parte importante de las personas que realizan este procedimiento en los establecimientos usan una serie de instrumentos fabricados de manera artesanal los cuales no cuentan con ningún tipo de esterilización o manejo adecuado como son: agujas de coser, objetos punzantes, tintas de lapicero, entre otros. El método más utilizado es el punteo, donde se inserta tinta de esferos/lapiceros con una aguja punteando la piel y la cual es compartida sin ser esterilizada. Relaciones sexuales Violencia sexual y comportamiento sexual de alto riesgo Vulnerabilidad asociada al abuso sexual por parte de otras PPL. Además de otras conductas como intercambio de sexo por dinero y bienes tales como alimentos, drogas, cigarrillos y artículos de aseo, entre otros. Visitas conyugales Las visitas conyugales al interior de la cárcel pueden ser un espacio en el cual se llegue a contraer infecciones por vía sanguínea y sexual. Esto se da cuando las relaciones sexuales se llevan a cabo bajo condiciones de hacinamiento, en espacios sin mínimas condiciones de higiene y sin la disponibilidad de condones. Adicionalmente, algunas PPL pueden no ser PID, pero sus parejas sexuales sí pueden serlo, representando para esta población un riesgo significativo en la adquisición de infecciones. Prostitución La prostitución se presenta en esta población en dos formas: 1. Personas que ingresan a la cárcel durante el día de visita. 2. La que se ejerce al interior de la cárcel por parte de las personas que se encuentran privadas de la libertad. Tabla 12. Factores de riesgo propios de las personas privadas de la libertad.
  • 31. 30 Salud sexual y reproductiva Cuando se presentan pocas posibilidades de acceder a los servicios de salud en las cárceles y, particularmente, a los servicios de salud sexual y reproductiva. Nota. Elaborada con base en “Drug use and risk of blood borne infections: A survey of female prisoners in British Columbia”, Elwood et al (2004); “Guía de Prevención VIH/Sida, Población Privada de la Libertad”, Ministerio de la Protección Social y Fondo de Población de las Naciones Unidas (2011a). 4.3.RECOMENDACIONESPARAELABORDAJE DE LA POBLACIÓN PRIVADA DE LA LIBERTAD En el año 2011, el Ministerio de la Protección Social (ahora Ministerio de Salud y Protección Social) propuso una estrategia para abordar los distintos niveles que configuran la vulne- rabilidad de las PPL, reconociendo la com- plejidad del contexto frente a la prevención de enfermedades y la generación de accio- nes integradas e integrales. En este sentido, expuso que es preciso identificar: (MPS y UN- FPA, 2011a) • Aspectos estructurales y normativos. • Espacios y programas en los que se pue- de emplear una estrategia IEC. • Recursos disponibles, fortalezas y expe- riencias exitosas. • Características propias del establecimiento. • Lugares de agentes claves en el proceso y posibles relaciones con otras personas de interés. (p.64) En este orden de ideas, a continuación, se describirán sugerencias para ser tenidas en cuenta por el técnico y los pares multiplica- dores en el trabajo con PPL (UNODC, OMS y Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA [ONUSIDA], 2012): Tabla 13. Sugerencias de trabajo con personas privadas de la libertad. No. SUGERENCIAS 1 Los educadores de pares desempeñan un rol importante en la atención y educación de otras PPL generando relaciones de confianza y franqueza. Es importante que toda estrategia de intervención, sobre todo asociada a temas de educación en salud, forme pares multiplicadores dentro del entorno carcelario que aseguren la réplica de los contenidos y aprendizajes, aun cuando los equipos de intervención y las estrategias formalmente no se estén implementando. 2 En muchas ocasiones resulta difícil comprender para las PPL el lenguaje o documentos técnicos, por esto se hace necesario utilizar un lenguaje que se identifique en el contexto carcelario (ver memofichas expresiones populares). 3 Los videos y las presentaciones orales logran captar la atención de las PPL. 4 Es necesario que las campañas de educación e información contengan un componente evaluativo, el cual permita confirmar si comprenden la información suministrada y si las intervenciones reducen o no las conductas de riesgo. 5 Se debe proveer información y sensibilizar sobre infecciones que se transmiten por vía sanguínea, sexual y de vía aérea, entre otras, tanto en medidas de prevención como en el manejo de estas, en torno al cuidado de sí y del otro. 6 Se debe realizar la entrega de preservativos de forma fácil y discreta, en áreas de fácil acceso, y proveer orientaciones en cuanto a su uso adecuado. 7 Debe prestarse atención especial a las mujeres y se deben ajustar los programas a sus necesidades específicas. 8 Deben realizarse en los establecimientos penitenciarios jornadas de capacitación y difusión, dirigidas a reducir el riesgo de transmisión de infecciones, tales como las ITS, el VIH, las hepatitis y la tuberculosis.
  • 32. 31 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” 9 Es necesario tomar medidas para reducir el riesgo de infección del personal de guardia y de salud. 10 Es indispensable capacitar al personal carcelario sobre el uso de las “precauciones universales” para prevenir la transmisión del VIH y otras infecciones, en el marco de sus funciones en los establecimientos y fomentar diálogos sobre la implementación de estas medidas en este entorno. 11 Se debe trabajar en la eliminación de los prejuicios, la estigmatización y discriminación de las personas que viven con infecciones como el VIH o las hepatitis virales, tanto por el personal socio sanitario como por las mismas PPL. Nota. Elaborado con base en la “Guía de Prevención VIH/Sida Población Privada de la Libertad”, Ministerio de la Protección Social y Fondo de Población de las Naciones Unidas (2011a); “El VIH y el sida en los lugares de detención. Grupo de herramientas para los encargados de la formulación de políticas, gerentes de Proyecto, funcionarios penitenciarios y proveedores de servicios sanitarios en las cárceles”, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Organización Mundial de la Salud y Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (2012). 5.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO El prefijo “trans” es utilizado para abreviar la pa- labra “transgénero” y describe a las personas cuya identidad de género y autorreconocimien- to no coincide o ajusta a las conductas asocia- das por la sociedad con el sexo asignado al na- cer (American Psychological Association, 2016). La identificación trans masculina está asocia- da a las personas que, naciendo con un físico o genitales del sexo femenino, desde la niñez se sienten parte del sexo masculino; y la iden- tificación trans femenina, se da en las perso- nas que, naciendo con un físico o genitales del sexo masculino, desde la niñez se sienten parte del sexo femenino. En ambos casos, el proceso y transición médica, psicológica y so- cial es llevado a cabo para adecuar el cuerpo a su identidad de género (Grupo de Transexua- les Masculinos, 2001; Ministerio de Salud de Argentina, 2015). De esta manera, las personas trans llevan a cabo procesos de transexualización, per- meados por una serie de circunstancias. Muchas pasan varios años de su vida exi- giendo un reconocimiento legal y social de su propia identidad, siendo la pubertad una etapa importante en la medida en la que sien- ten mayor rechazo hacia su propio cuerpo al desarrollarse los caracteres sexuales secun- darios. Muchas de las personas que se en- cuentran en este punto, no tienen acceso a un tratamiento médico integral o a un acompa- ñamiento psicosocial para llevar un proceso de tránsito adecuado y ello puede conducir a realizar procesos de hormonización y trans- formación corporal de forma autónoma. (Gru- po de Transexuales Masculinos, 2001; Ministe- rio de Salud de Argentina, 2015). El sistema de salud es una de las primeras instituciones en definir, explicar, patologizar e intervenir las experiencias trans; esto se hace más evidente cuando en términos clínicos la experiencia de las personas trans se catalo- ga como trastorno de la identidad de género (TIG) o disforia de género. Estas categorizacio- nes son consignadas en las historias clínicas, lo que muchas veces dificulta el derecho de las personas trans a recibir tratamientos mé- dicos necesarios para la construcción de su identidad (García y Missé, 2010) lo que lleva a que muy pocas personas trans accedan a los servicios de salud. 5.2. FACTORES DE VULNERABILIDAD Y RIESGOS PROPIOS DE LA POBLACIÓN TRANSGÉNERO Y SU CONTEXTO Las personas trans tienen necesidades par- ticulares dependiendo del tipo de transición 5. PERSONAS TRANSGÉNERO
  • 33. 32 que han hecho, el contexto socioeconómico en el que se mueven y las problemáticas que en ese proceso han ido sorteando. La mayo- ría han experimentado historias dolorosas de abuso físico y psicológico dentro y fuera de sus familias. Quienes se encuentran en situación de prostitución comúnmente enfrentan situa- ciones de abuso policial, violencia física, sexual y psicológica que deja graves secuelas y, entre quienes viven en situación de calle, es común encontrar deterioro físico profundo asociado a la desnutrición, la falta de atención a enfer- medades crónicas o degenerativas y el uso de implantes en mal estado o de productos in- yectables para modelar la figura femenina (Co- lombia Diversa y Bernal, 2010). Entre los retos más grandes que enfrentan las personas trans está el superar la presión de la sociedad por ser lo más femeninas o más masculinos posible; aceptar la idea de que entre menos se les noten sus rasgos masculinos o femeninos con los que nacieron y más “pasen como mujeres u hombres bio- lógicos, mejor”. Por esto, las prácticas de in- yección estética dejan de ser una opción para convertirse en un camino para la construcción de su identidad al pasar a ser una necesidad primordial en la configuración de la persona. La Guía de Prevención del VIH/Sida para mu- jeres trans (MSP y UNFPA, 2011b) señala como, por las características biopsicosociales de los procesos de construcción de identidad, las mujeres trans requieren acompañamiento desde el sector salud, tanto en lo físico (in- tervenciones en el cuerpo que requieren ser direccionadas desde los servicios de endo- crinología y cirugía), como en lo psicológico (servicios de psicología) y lo social (trabajo social, sociología, antropología). Sin embar- go, muchas mujeres trans no cuentan con las herramientas necesarias para acceder al sis- tema de salud, por lo cual se ven obligadas a realizarse implantes con sustancias como siliconas, aceites vegetales y otros fluidos en diferentes partes del cuerpo y tratamientos hormonales que con frecuencia son intermi- tentes y ponen en riesgo su salud y su vida, y que agudizan sus condiciones de discrimina- ción, exclusión y estigma. El estudio realizado por la Alcaldía de Bogotá en el año 2008 con respecto a las barreras de acceso a servicios de salud de las perso- nas que se identifican como LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero), mostró que el porcentaje de afiliación al sistema de salud de las personas trans en ese momento era del 65% y que, de esta población, solo el 50% acudía a consultas médicas periódicamente, debido a experiencias negativas de discrimi- nación y estigmatización, lo que resultaba en un menor acceso a los servicios de salud y a la atención preventiva para la totalidad de la población trans (Mejía y Benavides, 2008). Vinculado a las características del contexto y de la población anteriormente enunciadas, se han identificado una serie de riesgos deriva- dos de las prácticas de autohormonización y de los procesos de transformación física sin control médico, de los cuales, aunque gran parte de la población transexual femenina puede ser consciente, no escatiman en su práctica. 5.3. HORMONAS Y SUSTANCIAS ESTÉTICAS. 5.3.1. Hormonas femeninas En lo que se refiere a las hormonas femeni- nas, los cambios corporales que estas produ- cen son graduales y dependerán de la edad en la que se empiece a realizar la transforma- ción. Un primer riesgo identificado es que en ocasiones por impaciencia y buscando cam- bios rápidos, las personas transgénero pue- den usar dosis muy altas de hormonas, esti- madas a través de pautas experienciales de amigas/os y compañeras/os (Sosa et al, 2003; Sherwood, 2016; Vidales-Miguelez, 2016). En esta medida, es importante destacar que las dosis que cada persona requiere a nivel hormonal son diferentes. Lo ideal es que el tratamiento hormonal esté prescrito y super- visado por un profesional especializado. Las hormonas en sí mismas conllevan efectos se- cundarios que incluyen aumento de peso, re-
  • 34. 33 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” tención de líquidos, problemas de circulación, tensión alta, enfermedades de la vesícula biliar y, una dosis no adecuada, puede provocar im- potencia. La auto inyección de anticonceptivos puede causar sobredosis cuando accidental o in- tencionalmente se toma más de la cantidad recetada. Los síntomas del exceso de estró- genos pueden ser: somnolencia, dolor de ca- beza, sensibilidad en los pezones, náuseas y vómitos, brote en la piel, perdida del color de la orina y retención de líquidos (Clínica DAM Madrid, 2016). Las hormonas femeninas pueden producir cambios reversibles como disminución de la libido, cambios en conducta sexual, redistri- bución de la grasa corporal y reducción de la masa muscular, pero también cambios irre- versibles como el crecimiento del busto y los pezones. Inyectarse diferentes tipos de hormonas al mismo tiempo también puede generar riesgos de intoxicación. 5.3.2. Hormonas masculinas Las testosteronas a las dosis formuladas por el médico favorecen la masculinización óp- tima del cuerpo, pero su dosificación alta y descontrolada para obtener una masculiniza- ción más pronta (que no ocurre) puede llegar a desencadenar efectos adversos en el sis- tema cardiovascular tales como aumento de la presión sanguínea con riesgo de accidente cerebro-vascular, infarto agudo de miocar- dio (sobre todo si se es fumador), toxicidad hepática, taponamiento de una vena por un coágulo sanguíneo (embolia), trombosis, au- mento del acné, cambios drásticos de humor, cefaleas, vómitos, náuseas y dolor abdomi- nal (Grupo de transexuales masculinos, 2001; Puig, Halperin y Rabinovich, 2006). Por ello es pertinente resolver algunas inquie- tudes relacionadas con las hormonas mascu- linas: Tabla 14. Preguntas y respuestas - hormonas masculinas en hombres transgénero PREGUNTA RESPUESTA ¿Las hormonas masculinizantes pueden hacer que se forme la manzana de Adán? Sí, la testosterona es una hormona potente que puede modificar rasgos del esqueleto y cartílagos, incluso después de la edad de desarrollo óseo. La manzana de Adán puede llegar a desarrollarse con el tratamiento masculinizante, aunque el tamaño varía de persona a persona. ¿Los hombres trans deben seguir asistiendo al ginecólogo una vez son reasignados? Sí, la visita al ginecólogo se debe hacer una vez al año, antes y después de la histerectomía; sólo deberá suspenderse cuando el médico lo indique. ¿Los hombres trans sufren los efectos de la menopausia? No, el tratamiento hormonal aporta las hormonas que habitualmente el cuerpo no “fabrica” por causas naturales o quirúrgicas. Al hacerse la histerectomía, habrá pasado un buen tiempo en el que esos órganos han cesado su función y el organismo se habitúa a la testosterona, evitando la menopausia quirúrgica. Nota. Basado en “Transexualidad masculina”, Grupo de Transexuales Masculinos (2001). 5.3.3. Inyección estética Tal como describe Chavero en su artículo de la página web “La Revista de Cirugía Estética” (2009), los efectos adversos de la práctica de inyección estética involucran complicaciones sumamente graves. La causa más común de muerte inmediata tras una inyección de sili- cona es el rechazo inmunológico, el cual pro- voca que los pulmones se inunden con flui- dos o una embolia pulmonar. Un agravante
  • 35. 34 frecuente es el desconocimiento de la sus- tancia inyectada y que los síntomas varían de horas a varios años. Entre las complicaciones se encuentran: dolor, obstrucción de vías sanguíneas, venas y arterias, fiebre, eritema (enrojecimiento de la piel), induración, ulceraciones y quistes, fi- brosis, flebitis (inflamación de las venas), for- mación de granulomas o abscesos, atrofia cutánea, acorchamiento de la piel (que puede provocar necrosis, es decir muerte del teji- do), sobreinfección, fístulas con expulsión de la sustancia de relleno, cicatrices queloides, discromías (alteraciones en el color de la piel) y deformación de la zona afectada, así como severas alteraciones funcionales (dificultad para caminar). Otro riesgo importante es la posibilidad de que, una vez inyectado el material, migre de manera gravitacional a zonas más declives, o por medio de la vía linfática a otras regiones del cuerpo. Independientemente de la sus- tancia, el uso de material de inyección infec- tado puede llevar a adquirir infecciones virales y bacterianas. En esta misma línea, tanto la autohormona- ción en hombres y mujeres trans y los pro- cedimientos estéticos que no son realizados por un médico en un hospital o clínica espe- cializados, se conciben como una práctica de muy alto riesgo, ya que el uso de agujas de manera inadecuada o compartida puede ge- nerar infecciones. Las sustancias inyectables utilizadas por hombres y mujeres trans, pueden dividirse de acuerdo con su propósito en: para hormoni- zación y para transformación física. Sustancia Usuario Descripción Propósito Área de inyección Hormonas masculinas Hombres trans Diferentes fármacos con la finalidad de modificar aspectos fisiológicos. Testosterona Suprimir caracteres físicos que se asocian convencionalmente con lo femenino “caracteres sexuales secundarios”. Nalgas Hormonas femeninas Mujeres trans Estrógenos Alcanzar la construcción de un cuerpo feminizado. Nalgas y pecho Aceites y silicona líquida Aceites: industriales minerales, de motor, suavizante de piel, cocina. Silicona: polímero inorgánico derivado del polisioxano inoloro e incoloro. Pezones Nalgas Caderas Entrepierna Nariz Labios Mentón Tabla 15. Tipos de sustancias inyectadas utilizadas por hombres y mujeres transgénero. Nota. Construida a partir de la información recolectada en talleres con personas transgénero. 5.3.4. Hormonas feminizantes y masculinizantes y medicamentos antirretrovirales Es un hecho que las hormonas pueden in- teractuar con los medicamentos antirre- trovirales, principalmente, con los inhibi- dores de la proteasa (IP) y los no análogos de nucleósidos (ITINN). La interacción se fundamenta en que esos medicamentos y las hormonas (estrógenos naturales, ciproterona, testosterona) compiten por utilizar la misma vía en el hígado para su metabolización. Por esta razón, al igual que con el etinilestra- diol (anticonceptivo oral), puede haber fluc-
  • 36. 35 ESTRATEGIA EDUCATIVA “AGUANTA CUIDARSE” tuaciones en los niveles de las hormonas, tanto en defecto como en exceso. Por ello, una persona trans que vive con VIH debe con- sultar a su médico para que le sea ordenado un tratamiento antirretroviral que no interfiera con su proceso de hormonización o se ajus- ten las dosis de los medicamentos o de las hormonas, según sea necesario. Es importante destacar que, tanto la terapia para el VIH como el tratamiento hormonal, tienen efectos secundarios en el metabolis- mo y pueden dar lugar a problemas en común como complicaciones derivadas de trombo- sis, anomalías en la glucosa (problemas en los niveles de azúcar en la sangre) y alteraciones de los lípidos (colesterol, triglicéridos, etc.) (Tallada, s.f.). 5.4.RECOMENDACIONESPARAELABORDAJE DE LAS PERSONAS TRANSGÉNERO Según el Ministerio de la Protección Social (ahora Ministerio de Salud y Protección So- cial) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (2011b), es necesario que los técnicos se acerquen a las realidades de las personas transgénero y conozcan sus experiencias, ca- racterísticas e identidades para reducir pre- juicios y estimular la interacción respetuosa. Igualmente, es importante ampliar el marco de derechos para que allí se incluya a las per- sonas transgénero que han estado histórica- mente excluidas de dicho marco. El personal socio sanitario debe tomar con- ciencia de sus prácticas y sus concepciones excluyentes con las personas con diversidad de género para transformar tales actitudes. Se recomienda que los técnicos que desa- rrollen actividades de atención con personas trans hayan sido previamente formados e informados en temáticas como perspectiva de derechos, perspectiva de género, enfoque diferencial, identidades de género, diversi- dades de género, procesos de construcción de cuerpos e identidades trans, derechos vulnerados, estigma y discriminación de la población transgénero, necesidades de las personas trans, luchas, exigencias políticas y movilizaciones trans. Facilitar el conocimiento y sensibilidad a estas realidades al personal socio sanitario puede determinar la diferencia entre vulneración y garantía de derechos de las personas trans. En esta medida, se ofrecen algunas recomen- daciones para el abordaje de las personas trans: No. RECOMENDACIONES 1 Desarrollar las habilidades técnicas y la competencia cultural necesarias para proveer servicios adecuados de promoción de la salud, prevención, tratamiento, seguimiento y apoyo a las personas trans. 2 Diseñar y organizar servicios sanitarios y otros espacios (vestidores, salas de internación) de tal manera que las personas trans los puedan usar de acuerdo con su identidad de género, incluyendo la internación de pacientes de acuerdo con su identidad de género. 3 Asegurar que sea un personal debidamente calificado el que se haga cargo de ofrecer y administrar intervenciones biomédicas para modificaciones corporales a las personas trans (por ejemplo, terapia hormonal). 4 Responder a las demandas de atención en salud de las personas trans, brindando los estándares más altos posibles de atención. 5 Responder a las demandas de atención en salud de las personas trans, brindando los estándares más altos posibles de atención. 6 Garantizar condiciones apropiadas de salud para las personas trans en situación de detención. Tabla 16. Recomendaciones para las instituciones de salud y personal socio sanitario frente a la atención de las personas trans y otras poblaciones LGBTI