Esclavos fuimos del Pecado, lo cual es muerte, pero fuimos rescatados y redimidos por la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, asi que alegrense quienes tienen Fe en el Hijo unigenito del Dios de Israel.
1. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
EL Reino de Dios y la Vida Eterna
Objetivo General
Trabajar y esforzarse en el crecimiento Espiritual durante nuestra estancia en este
planeta tierra para buscar y comprender a través del Evangelio el Reino de Dios y
así alcanzar la Vida Eterna a través de la aceptación de nuestro Señor Jesucristo.
Hipótesis Preliminar
Si el ser humano reconoce que ha pecado y asimismo se arrepiente ante Dios de
todo corazón de sus transgresiones a través de nuestro Señor Jesucristo como
mediador entre nosotros y Dios Entonces sus Pecados serán Redimimos por la Sangre
de Jesucristo y alcanzará la Salvación y si se esfuerza en la Madurez Espiritual estará
dentro de los Escogidos y vivirá en la Eternidad en la Nueva Jerusalén.
Objetivos específicos
1. Reconocer y arrepentirse de los Pecados y transgresiones ante Dios.
2. Reconocer y Creer que Jesucristo es la Imagen del Dios Invisible, el
Primogénito de todas las Creaciones (es un Dios vivo, y no un Dios Histórico).
3. Confiar en Yahweh con todo tu corazón, y no pongas tu confianza en tu
propia sabiduría.
4. Honrar a Yahweh con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos.
5. Amar a Jehová (Yahweh) tu Dios con todo tu corazón, con toda tu Alma, con
todas tus fuerzas y con toda tu Mente.
6. Amar a tu prójimo como a ti mismo y hacer el bien a los que os aborrecen.
7. Bautizarse en Agua y ser ungido del Espíritu Santo.
8. Meter el Corazón a la Disciplina y los oídos a la palabra de entendimiento.
9. Caminar por el sendero de los Justos y no envidiar el camino de los inicuos.
10. Bendecir a los que persiguen; bendecir y no maldecir.
11. Gozar con los que se gozan, y llorar con los que lloran.
12. Predicar y llevar las Buenas Nuevas a todos los Rincones de la tierra.
El principio de la Sabiduría es el Temor y la Reverencia de Yahweh, y el
conocimiento de los justos es la inteligencia; porque a través de ellas se
multiplicarán tus días y te serán añadidos años de vida. (Proverbios 9:10-11)
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2. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Oh Dios, ten misericordia de nosotros conforme a tu bondad; y según
tus abundantes misericordias borra nuestros pecados. Lávanos más y más de
nuestras iniquidades y límpianos de nuestros pecados, porque nosotros
reconocemos nuestras transgresiones, y nuestros pecados están
constantemente delante de nosotros.
Contra ti, contra ti solo hemos pecado y hemos hecho lo malo ante ti.
Porque serás justificado por tu palabra, y vencerás en tus juicios. Porque en
iniquidad fuimos concebidos, y en pecados nos dió a luz nuestras madres.
Pero tú te complaces en la verdad y los secretos de tu sabiduría nos
has revelado. Purifícanos rociándonos con hisopo, y seremos limpios;
purificados con él y seremos más blancos que la nieve.
Que nosotros saciemos con tu gozo y con tu alegría, y se regocijaran
nuestros abatidos huesos. Esconde tu rostro de nuestros pecados y borra
todas nuestras transgresiones.
Oh Dios, crea en nosotros un corazón puro, y tu buen Espíritu renueva
nuestro interior. No nos eches de tu presencia ni quites de nosotros tu Santo
Espíritu, sino restáuranos tu gozo y tu Salvación, y susténtanos con tu Glorioso
Espíritu, para que enseñe a los inicuos tu camino, y los pecadores se
conviertan a ti.
Líbranos de derramar sangre, oh nuestro Dios (Jesucristo), Dios de
nuestra justicia, y nuestra lengua alabará tu justicia.
Abre nuestros labios, oh Dios, y nuestra boca publicará tus Alabanzas.
Porque los sacrificios a Dios son el Espíritu humillado. Al corazón
contrito Dios no desprecia. (Salmo 51:1-15 y 17)
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3. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Parábola de la Gran Cena
Jesús le dijo: Cierto hombre ofreció una gran cena, e invito a muchos. A la
hora de la Cena mandó a su siervo a que dijera a los invitados:
”He aquí, está todo listo para ustedes; vengan”.
Sin embargo, todos a una Empezaron a Disculparse.
• El Primero le dijo:”Adquirí un campo y tengo que ir a verlo; te pido
disculpas”.
• Otro dijo: “Adquirí cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te pido
disculpas”.
• Y otro dijo: “Contraje matrimonio, y por tanto no puedo asistir”.
Entonces el Siervo fue e informó de estas cosas a su amo. Y el dueño de la
casa, airado, dijo a su siervo: “Sal rápido a las plazas y a las calles de la ciudad, y
trae acá a los Pobres, a los Enfermos, y a los Cojos y a los Ciegos”.
Y el siervo dijo: “Señor mío, se hizo tal y como tú lo ordenaste, y aún hay
lugar”.
Y el amo dijo a su siervo: “Sal a los caminos y por los cercados, y abrígalos a
que entren para que se llene la casa, porque les digo que ninguno de los hombres
que fueron invitados probará de mi Cena”. (Lucas 14:16-24)
Tengan, pues, cuidado de sí mismos, para que sus corazones jamás se
endurezcan por la disipación, la embriaguez y las preocupaciones del mundo, de
modo que aquel Día venga repentinamente sobre ustedes, porque como asalto
llegará súbitamente sobre todos los que moran sobre la Superficie de la Tierra.
Por eso, estén siempre alertas y oren, para que sean Considerados dignos de
Escapar de estas Cosas que han de acontecer y permanezcan Firmes ante el Hijo
del Hombre. (Lucas 21: 34-36)
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4. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su Gloria y todos sus Santos
Ángeles con Él, entonces se sentará en el Trono de su Gloria, y todas las Naciones
serán reunidas delante de Él y separará a la una de la otra, como el Pastor separa a
las Ovejas de los Cabritos.
Y colocará las Ovejas a su Derecha y los Cabritos a su Izquierda. Luego el Rey
dirá a los que estén a su Derecha. “Vengan Benditos de mi Padre; hereden el Reino
Preparado para ustedes desde el Establecimiento del Mundo”. “Porque tuve
hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me
recibieron. Estuve desnudo y me vistieron, estuve en Aflicción y me visitaron, estuve
en prisión y vinieron a mi”.
En ese tiempo estos justos le dirán: “Señor nuestro, ¿Cuándo te vimos
hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos como forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos?
¿Y cuándo te vimos en Aflicción o en prisión y vinimos a ti?
Y contestándoles el Rey, dirá: “En verdad les digo que todo lo que hicieron a
algunos de estos hermanos pequeños, a mi me lo hicieron”.
Luego dirá a su vez a los que estén a su Izquierda:
“Apártense de mí, malditos, al Fuego Eterno preparado para el Adversario y
sus Ángeles”.
Porque tuve hambre y no me dieron de comer, y tuve sed y no me dieron de
beber; fui forastero y no me recibieron, estuve desnudo y no me vistieron, estuve en
Aflicción y en Prisión y no me Visitaron”.
Entonces ellos contestarán y también le dirán: “Señor nuestro, ¿Cuándo te
vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o en aflicción, o en
prisión, y no te servimos?
Les contestará entonces, diciendo: “En verdad les digo que por no haberlo
hecho a uno de estos Pequeños, tampoco a mí me lo hicieron”.
Y éstos irán al Tormento Eterno y los Justos a la Vida Eterna. (Mateo 25:31-46)
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5. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Venid a mí todos los que estáis Trabajados y Cargados, y yo os haré
descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es
fácil, y ligera mi carga. (San Mateo 11:28-30)
A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue
delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los
Cielos. (San Mateo 10:32-33)
El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al
que me envío. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de
profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo
recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un Vaso de Agua Fría
solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su
Recompensa. (San Mateo 10:40-42)
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el
Reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan,
tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (San Lucas
12:32-34)
Fuego vine a echar en la Tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? De un
Bautismo tengo que ser Bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido para dar Paz en la Tierra?
Os digo: No, sino Disensión.
Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres
contra dos, y dos contra tres. Estará dividido el Padre contra el Hijo, y el Hijo contra
el Padre; la Madre contra la Hija, y la Hija contra la Madre; la Suegra contra la
Nuera, y la Nuera contra su Suegra. (San Lucas 12:49-53)
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6. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es Poder de Dios para
Salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Porque en el Evangelio la Justicia de Dios se revela por la Fe y para Fe, como está
escrito: Mas el Justo por la Fe Vivirá. (Romanos 1:16-17)
Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la Justicia de Dios,
testificada por la Ley y por los Profetas; la Justicia de Dios por medio de la Fe en
Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto
todos Pecaron, y están Destituidos de la Gloria de Dios, siendo Justificados
gratuitamente por la Gracia, mediante la Redención que es en Cristo Jesús, a quien
Dios puso como propiciación por medio de la Fe en su Sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia los Pecados Pasados,
con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el Justo, y el
que Justifica al que es de la Fe en Jesús. (Romanos 4:21-26)
Justificados, pues, por la Fe, tenemos Paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; por quien tenemos de entrada por la Fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la Gloria de Dios. Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la Tribulación
produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, Esperanza; y la esperanza
no avergüenza; porque el Amor de Dios ha sido Derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a
su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con
todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios muestra su Amor para nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por Nosotros. Pues mucho más, estando ya Justificados en su sangre,
por él seremos Salvados de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos Reconciliados con Dios por la Muerte de su
Hijo, mucho más, estando Reconciliados, seremos Salvos por su Vida. Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien
hemos recibido ahora la Reconciliación. (Romanos 5: 1-11)
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7. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveremos en el pecado para que la gracia
abunde?
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al Pecado, ¿Cómo
viviremos aun en él?
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su Muerte?
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el Bautismo, a
fin de que como Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte,
así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha
sido Justificado del Pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos
con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la
muerte no se enseñorea más de él.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto
vive, para Dios vive. Así también vosotros considerados Muertos al Pecado, pero
vivimos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
No reine, pues, el Pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al
pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros, mismos a Dios
como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de
justicia. Porque el Pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la Ley,
sino bajo la Gracia.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque estamos bajo ley, sino bajo la Gracia? En
ninguna manera.
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8. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois
esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la
obediencia para justicia?
Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis
obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y
libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para Santificación presentad vuestros miembros para servir a la
justicia.
Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
¿Pero qué fruto tenéis de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Mas
ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por
vuestros fruto la Santificación, y como fin, la Vida Eterna.
Porque la paga del Pecado es la Muerte, mas la dádiva de Dios es vida
Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6: 1-23)
Ahora bien, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la Carne, sino conforme al Espíritu. Porque la
Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la Ley del Pecado y de la
Muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne,
Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de Pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en
nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque los que son de la Carne piensan en las cosas de la carne; pero los que
son del Espiritu, en la cosas del Espiritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte,
pero el ocuparse del Espíritu es Vida y Paz.
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9. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la Carne, sino según el Espíritu, si
es que el Espíritu de Dios mora en Vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,
no es de él.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del
pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que
levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a
Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en
vosotros.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos
conforme a la carne, porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el
Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el Espíritu de Esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el Espíritu de Adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro Espíritu, de que somos hijos de Dios. Y
si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el
anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Porque la creación fue sujetada a Vanidad, no por su propia voluntad, sino por
causa del que la sujeto a la esperanza; porque también la creación misma será
libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores
de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que
tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros
mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
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10. El Reino de Dios y la Vida Eterna (Evangelio de Jesús) **Ramón Ruiz**
Porque en esperanza fuimos salvos; pero la Esperanza que se ve, no es
esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual
manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los Santos. (Romanos 8:1-27)
¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El
que anda en Tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese
en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodéis de teas; andad
a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto;
en dolor seréis sepultados. (Isaías 50: 10-11)
A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,
comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio vino y leche. Inclinad
vuestro oído, y venid a mí, oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto
eterno, las misericordias firmes a David.
Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está
cerca. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a
Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos. (Isaías 55: 1,3, 6-9)
He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré Hambre a la
Tierra, no Hambre de Pan, ni Sed de Agua, sino de Oír la Palabra de Jehová. E irán
Errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán Buscando Palabra
de Jehová, y no la Hallaran. En aquel tiempo las Doncellas Hermosas y los Jóvenes
Desmayarán de Sed. (Amós 8:11-13)
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