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Capacitación en manejo de agua
en praderas en el trópico
Capacitación en manejo de agua en
praderas en el trópico
2
Autores
César Augusto Terán Chaves. I.A., M.Sc
Revisión textos
Héctor Jose Anzola Vázquez. Fedegán- FNG
Camilo Arias Uscátegui. Fedegán- FNG
ISBN 978-958-8498-26-3
Bogotá, junio de 2011
3
Manejo del agua en praderas en el trópico
1. 	 INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................... 86
2.	 CONCEPTOS BÁSICOS ............................................................................................................................	 87
2.1 El Clima ................................................................................................................................................ 87
2.2 El Suelo ................................................................................................................................................ 87
2.3 Características hidrodinámicas del suelo ................................................................................ 87
2.3.1 Porosidad del Suelo ............................................................................................................. 87
2.3.2 Densidad Aparente y Real ................................................................................................. 88
2.3.3 Capacidad de retención de agua ................................................................................... 89
2.3.4 Textura ...................................................................................................................................... 90
2.3.5 Infiltración de agua en el suelo ....................................................................................... 91
2.4 Medición de la humedad del suelo ........................................................................................... 92
3.	 DISPONIBILIDAD HÍDRICA EN LA FINCA .........................................................................................	 93
4.	 CONSUMO DE AGUA POR LAS PRADERAS .................................................................................... 94
5.	 BALANCE HÍDRICO AGRÍCOLA ............................................................................................................ 96
	 5.1 ¿Cuanto regar? .................................................................................................................................. 96
	 5.2 Datos necesarios para el cálculo del balance hídrico ......................................................... 98
	 5.3 Balance hídrico climático .............................................................................................................. 98
	 5.4 ¿Cuándo regar? ................................................................................................................................. 99
	 5.5 Procedimiento de cálculo del balance hídrico ...................................................................... 99
1. Variables de campo .................................................................................................................... 99
2. Cálculo de Laa .............................................................................................................................. 100
3. Cálculo de la Lara ....................................................................................................................... 100
4. Cálculo de la evapotranspiración .......................................................................................... 100
5. Homogenización de unidades ............................................................................................... 100
6. Cálculo de la Laai
(Actual) .................................... .................................................................... 101
7. El balance hídrico ........................................................................................................................ 101
8. Identificar la necesidad de riego ........................................................................................... 101
9. Identificar si existe déficit ......................................................................................................... 101
10. Identificar si existen excesos ................................................................................................. 101
6. SISTEMAS DE RIEGO PARA PRADERAS .............................................................................................. 101
6.1 ¿Cómo se aplica el riego? .............................................................................................................. 101
6.2 ¿Por qué es mejor regar bien? ..................................................................................................... 102
6.3 Ejemplo del cálculo del riego ...................................................................................................... 102
7. TALLER ........................................................................................................................................................... 104
7.1 Cálculo del balance hídrico climático mensual .................................................................... 104
7.2 Hoja de formato ............................................................................................................................... 104
7.3 Solución al taller ............................................................................................................................... 106
8. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................ 107
CONTENIDO
4
El agua es uno de los insumos más im-
portantes en la producción agropecua-
ria y especialmente para la producción
ganadera, sin embargo es también uno
de los aspectos más débiles dentro del
sistema de producción ganadera princi-
palmente en el desarrollo de las prade-
ras. En general el ganadero presta muy
poca atención a este insumo, por razo-
nes de desconocimiento o falta de inte-
rés en el tema por lo que no cuenta con
suficiente información. En el mejor de
los casos, adquirió un sistema de riego,
pero no recibió la asesoría requerida por
parte de la firma comercializadora para
un manejo adecuado del mismo, o dispo-
ne del equipo pero no conoce sus carac-
terísticas técnicas. Dada la importancia
de este fundamental componente en el
proceso productivo ganadero, se ha que-
rido incorporar dentro de las acciones de
capacitación en “Transferencia a profe-
sionales de campo en establecimiento y
manejo de praderas y sistemas silvopas-
toriles” el tema del manejo del agua en
el sistema de producción ganadera con
el fin de demostrar la racionalidad de uso
del recurso hídrico y formular recomen-
daciones para su manejo técnico en la
empresa ganadera.
Dentro de la empresa ganadera son
varios los aspectos productivos que
dependen del agua, en primer lugar el
suministro del agua al ganado, y en se-
gundo lugar la irrigación de las praderas.
Dentro del primer aspecto se tienen mu-
chas técnicas y métodos con los cuales
el ganadero suministra el agua al gana-
do, desde los abrevaderos de suministro
manual hasta los automáticos y móviles
que son los más modernos. Sin embargo
en el presente documento no se tratará
este tema, pues el objetivo que se persi-
gue es la optimización en el uso del agua
a nivel de la finca y la producción de pra-
deras y sistemas silvopastoriles.
Para el manejo del agua en praderas se
deben tener en cuenta varios aspectos,
en primer lugar el clima, el cual es fun-
damental, pues el movimiento del agua
está inmerso dentro del ciclo hidrológico
de la finca ganadera cuyo motor es el cli-
ma, otro de los aspectos básicos no sólo
para el agua sino para la vegetación es
el suelo agrícola, el cual es la base y so-
porte de ambos. Desde el punto de vista
hídrico, el suelo posee varias caracterís-
ticas intrínsecas, las cuales determinan
el comportamiento del agua en el suelo
y la manera como ésta agua llega y se
pierde o se aprovecha mejor.
Pero el agua es además el punto de par-
tida en la producción de las praderas que
constituyen la base de la empresa gana-
dera, por lo cual es necesaria la deter-
minación de su disponibilidad dentro de
la finca. Por otro lado, no todas las es-
pecies seleccionadas para la conforma-
ción de la pradera tienen el mismo nivel
de consumo hídrico, y adaptabilidad al
microclima, por lo cual hay que aprender
a diferenciar cuáles consumen mayor o
menor cantidad de agua.
Con estas bases se puede entrar a ma-
nejar el agua dentro del contexto de
integración del agua en el suelo que se
denomina el “balance hídrico agrícola”,
base fundamental para la resolución de
las preguntas de: ¿cómo regar bien?,
¿cuánto regar?, y ¿cuándo regar?. La
comprensión de este punto es de gran
importancia para la optimización del agua
en el sistema de producción ganadera y
potencia la producción de biomasa y por
lo tanto de carne y leche.
El agua es pues, uno de los insumos de
mayor importancia para la producción
de forrajes y su buen manejo es de gran
eficacia en la reducción de la potencia
electromotriz, y por lo tanto de energía,
optimización del recurso hídrico, suminis-
tro adecuado del recurso a la pradera y
obtención de mejores resultados econó-
micos en la empresa ganadera.
1.	INTRODUCCIÓN.
5
2.	CONCEPTOS BÁSICOS.
2.1 El clima.
2.2 El suelo.
2.3 Características hidrodinámicas del suelo.
2.3.1 Porosidad del suelo.
Los componentes del clima son factores
importantes a considerar para el manejo
a nivel predial de la empresa ganadera o
agrícola; para ello es necesario conocer
los elementos que lo conforman y lo ca-
racterizan.
Los elementos primordiales son: La pre-
cipitación, la temperatura, la radiación
solar, la humedad relativa, la velocidad
del viento, el grado de nubosidad exis-
tente, y la evaporación, entre otros fac-
tores.
Dos de estos elementos marcan el nivel
de requerimientos hídricos que posee la
finca, ellos son: La precipitación o lluvias
y la Evapotranspiración (Evt). Este últi-
mo término representa en forma integra-
da la evaporación del agua directamente
del suelo y la transpiración de las plan-
tas; en este caso las praderas. Pero la
evapotranspiración tiene varias connota-
ciones, una de ellas es muy importante,
pues representa la potencialidad del cli-
ma para extraer el agua tanto del sue-
lo como de las plantas y se denomina la
evapotranspiración de referencia. (Etr).
Es decir que la Etr constituye el nivel de
consumo hídrico que puede generar un
lugar determinado (por ejemplo la finca)
dadas unas condiciones de clima y unos
niveles de consumo de agua de la capa
vegetal (las praderas).
Los condicionamientos del clima son de-
terminantes para propiciar un nivel de
evapotranspiración determinado en la
finca. Pero existe también un consumo
inherente al tipo de pastos o forrajes es-
tablecido en ella, por lo cual el nivel de
consumo hídrico de la pradera estableci-
do en la finca se denomina evapotranspi-
ración real (Eta).
Por otro lado el suelo es el medio den-
tro del cual se reúnen las condiciones de
sustento de la capa vegetal (los pastos).
Dentro de dichas condiciones de susten-
to existen los nutrientes como por ejem-
plo: el nitrógeno, el fósforo, y el potasio
(N-P-K ). Sin embargo ninguno de estos
nutrientes y muchos otros podrían pasar
a nutrir a la capa vegetal si no existiera
el agua como elemento fundamental no
sólo como medio para la disolución y nu-
trición de las plantas, sino también como
el más importante nutriente para el de-
sarrollo adecuado de las mismas.
	
Además existen algunas características
hidrodinámicas del suelo que permiten
la retención, el movimiento y el nivel de
contenido del agua dentro de la matriz de
éste en mayor o menor proporción.
Para saber; ¿Qué tan buenas son es-
tas características?; existen formas de
medirlas por medio de propiedades del
suelo entre la cuales podemos mencio-
nar: La textura, la densidad aparente, la
capacidad de retención de humedad, su
grado de compactación, la porosidad, la
estructura, y la velocidad de infiltración
del agua dentro del suelo, entre otras.
(Ver Figura 1.)
Debido a que el suelo es poroso debe
haber una relación adecuada de dichos
poros dentro de la masa de tierra que
lo compone, estos poros contienen tan-
to aire como agua. El suelo puede ima-
ginarse como una esponja dentro de la
cual existen en cierta proporción agua y
aire, el éxito de un suelo bien balanceado
reside en que dichas proporciones sean
óptimas.
6
La porosidad es una importante caracte-
rística física del suelo para el movimiento
y retención del agua, que depende del
tamaño y arreglo del espacio poroso. La
porosidad total del suelo es el espacio
ocupado por el agua y el aire, además, es
el responsable de la circulación y almace-
namiento de agua y del intercambio ga-
seoso, indispensables para el buen desa-
rrollo de los cultivos, representa la suma
de los porcentajes de poros de diferen-
tes tamaños, los poros que permiten el
intercambio gaseoso son los mayores a
60 micras (µ), los mesoporos encargados
del almacenamiento y movimiento del
agua están en un rango de 9 – 60 y los
microporos son menores a 9 , los cuales
retienen el agua a altas tensiones.
La porosidad total del suelo se ve afec-
tada por la labranza convencional de los
suelos, ya que se rompe la estructura,
formándose una porosidad artificial que
disminuye rápidamente por efecto de la
lluvia y el tráfico de la maquinaria.
Los macroporos (poros >60 µ) son los
responsables de la capacidad de airea-
ción del suelo, el cual define el suministro
de oxígeno a las plantas e intercambio
gaseoso con el medio ambiente y favo-
rece, en ciertas condiciones la formación
de un extenso sistema radical que facili-
ta la absorción de nutrientes y agua para
las plantas. En suelos bajo condiciones
normales, los macroporos deben encon-
trarse en proporción entre el 10 a 15%.
Los mesoporos (poros entre 9 y 60 µ),
considerados como los más importantes,
debido a la conducción capilar del agua,
es decir, que contienen el agua que es
fácilmente tomada por las raíces de la
planta. En un suelo bajo condiciones nor-
males deben encontrarse entre 25 a 30%.
Losmicroporos(poros<9µ)entrelosque
predomina la retención de la humedad en
el suelo y los fenómenos capilares, por
lo cual esta agua no es fácilmente apro-
vechable por la planta. Bajo condiciones
normales, se encuentran entre 10 a 15%.
La porosidad se puede calcular por la siguiente ecuación:
Pbn= 1 *100
Pr
Ecuación (1)
Donde: n : Porosidad total, (%)
	 Pb
: Densidad aparente del suelo, (g/cm3)
	 Pr
: Densidad real, (g/cm3)
Finalmente, las mejores condiciones estructurales están definidas por tamaños de los
agregados del suelo con buena gradación de partículas (entre 1 y 3 mm) de diámetro, ya
que se tendrá un equilibrio entre los macroporos, microporos y mesoporos, con un buen
suministro de agua y buena aireación para las praderas; lo cual, contribuye a mejorar
las condiciones de infiltración; retención de humedad y excelente penetración radical.
2.3.2 Densidad aparente y real.
La densidad se expresa como la masa por unidad de volumen y se determina bajo dos
formas en el caso de los suelos: real y aparente. La densidad real contempla exclusi-
vamente las fracciones minerales y orgánicas excluyendo cualquier espacio poroso. La
densidad aparente incluye en la relación los espacios porosos. En general la densidad
aparente tiene mayor utilidad para el caso agrícola.
La densidad aparente en una de las características del suelo de gran importancia. Se
define como la relación entre la masa seca y el volumen total del suelo, incluyendo
el espacio poroso, las unidades son gramos por centímetro cúbico (g/cm3) (IGAC,
1990). Además, la densidad aparente está relacionada con la porosidad, determinan-
do la capacidad de aire y en parte la capacidad de agua en el suelo, de acuerdo con la
distribución de los poros por tamaño.
7
La densidad aparente tiene variados
usos pero los más importantes para el
manejo de las praderas es en la estima-
ción el grado de compactación del suelo
y en riego para la determinación de la
lámina de agua, el cálculo del espacio
poroso cuando de conoce la densidad de
las partículas y la conversión de la hume-
dad gravimétrica en volumétrica.
Los valores de la densidad aparente en
Colombia pueden variar desde valores
muy bajos de 0.3 – 0.8 g/cm3 y valores
altos de 1.3 – 1.8 g/cm3 en suelos con
textura arenosa o compactados (Suárez,
G., 1986).
Según Gavande (1987), los valores de la
densidad aparente de 1.9 g/cm3 limitan
el desarrollo radical. Sin embargo, el lími-
te crítico para la penetración de las raíces
en suelos arcillosos es de 1.6 a 1.7 g/cm3.
La densidad aparente es una medida indi-
recta de la porosidad, pues a menor den-
sidad aparente mayor es la porosidad.
2.3.3 Capacidad de retención de agua.
La capacidad de retención de humedad del suelo determina la cantidad de agua que
puede retener éste de acuerdo a sus condiciones físicas y se mide humedeciendo el
suelo hasta saturarlo completamente y luego extrayendo el agua que contiene en un
proceso que consiste en succionar el agua e ir midiendo la fuerza que necesita ejercer
la planta para extraer el agua en los diferentes contenidos de humedad, este es un
proceso que se realiza en el laboratorio por medio de unas cámaras que generan pre-
sión de succión. (Richards et al 1949).
La retención de agua en el suelo depende de la composición mineral y química de las
partículas elementales, de su superficie específica, composición mecánica, de agrega-
dos y microagregados, es decir con todos los niveles de la organización estructural de
la fase sólida del suelo.
Por medio del proceso de succión de humedad del suelo se construye la curva hidrofísica
fundamental, que se considera como la característica integral del suelo. (Chips, 1940;
Klute, 1986; Bruce y Luxmore 1986), esta curva es de gran utilidad en el manejo del
agua del riego. Existe una relación inversa entre la capacidad de retención de humedad
del suelo con la densidad aparente pues se observa que para un mismo suelo, a medi-
da que aumenta la densidad aparente la retención de humedad disminuye. Por ejem-
plo; en la Figura 2 se presenta la curva hidrofísica de un suelo del piedemonte llanero
(Meta, Colombia) con diferentes compactaciones (densidades aparentes), se observa
que a medida que aumenta la densidad aparente, la retención de humedad disminuye.
Fig. No. 1: Pruebas de características hidrodinámicas del suelo. Izquierda: Medición de la infiltración.
Derecha: Toma de muestra inalterada para determinación de la retención de humedad y densidad aparente.
8
Fig. No. 2: Curva hidrofísica del suelo. Al aumentar la compactación (densidad aparen-
te) la retención de humedad en el suelo es menor. (Suelo del piedemonte llanero).
Además de la utilidad en la determina-
ción del agua aprovechable por la planta
y los límites hidrofísicos de saturación y
secado para la capa vegetal, esta carac-
terística ayuda a mejorar la infiltración.
Por ejemplo; la retención de humedad,
de un suelo en condiciones de pendiente,
que posea una buena capacidad de alma-
cenamiento de agua será menos suscep-
tible a la erosión hídrica que otro suelo
que posea una capacidad de almacena-
miento menor, pues retendrá cantidades
mayores de agua, presentando menor
velocidad de avance y en consecuencia,
menor capacidad de transporte de suelo.
Sobre la curva de retención de humedad
se identifican dos límites naturales fuera
de los cuales la planta tendrá limitacio-
nes para extraer el agua del suelo, estos
se denominan: “Punto de Marchitez Per-
manente” (PMP), obtenido a una presión
de succión de 15 bares (1500 KPa), para
el nivel mínimo por debajo del mismo la
planta no podrá recuperarse por falta de
agua y “Capacidad de Campo” (CC),
obtenido para 0.1 bar (10 KPa) el nivel
máximo, por encima de esta humedad el
agua será drenada por acción de la fuer-
za gravitacional, por lo cual seguramente
habrá excesos de humedad en el lote y
por lo tanto poca aireación.
Por estas razones es mejor que el suelo
siempre esté con un contenido de hume-
dad que oscile entre estos dos límites
para evitar problemas de excesos o dé-
ficit de agua que afecten las condiciones
de la capa vegetal.
En la práctica se prefiere no dejar que el
suelo llegue al nivel de PMP consideran-
do un nivel intermedio llamado nivel de
agotamiento que generalmente es del
50% de la lámina de agua aprovechable.
2.3.4 Textura.
Una buena textura está representada en proporciones apropiadas del tamaño de las
partículas del suelo entre las que se encuentran arenas, limos y arcillas, genera buenas
porosidades que contribuyen a mejorar el nivel de retención de humedad del suelo.
La textura expresa la distribución porcentual de las arenas, limos y arcillas presentes
en un suelo. La importancia de esta propiedad radica principalmente en que define la
composición física del suelo, por lo cual establece en la cantidad de agua que puede
almacenar y la facilidad para retener y suministrar el agua, los nutrientes y el aire a las
plantas. De ahí, que se considera como factor básico de la productividad.
9
2.3.5 Infiltración de agua en el suelo.
Tabla 1.
Grupos y clases texturales más comunes en suelos agrícolas.
Tabla 2.
Interpretación de la velocidad de infiltración
del suelo por varios autores (cm/hr).
La infiltración se relaciona con la veloci-
dad del descenso del agua en las prime-
ras capas del suelo y con la capacidad
que tienen los horizontes superficiales
para absorber el agua aplicada. Es decir
su conductividad hidráulica.
La velocidad de infiltración del agua debe
tener niveles adecuados, pues cuando
es muy baja tiende a producir encharca-
mientos, esto es muy común en suelos
pesados o arcillosos y una alta infiltra-
ción la cual ocurre en suelos más are-
nosos tiende a dejar pasar fácilmente el
agua, por lo cual el suelo tiende a rete-
ner menos tiempo el agua en su interior,
limitando la absorción por medio de las
raíces.
La infiltración depende principalmente
de las propiedades hidráulicas del suelo
y también del gradiente de humedad del
mismo. La distribución del tamaño y la
forma de los espacios porosos en el suelo,
afectan la entrada de agua en el mismo.
El método más utilizado para medir la in-
filtración del suelo son los añillos infiltró-
metros, que constan de un par de anillos
concéntricos de diámetro interior de en-
tre 30 – 45 cm y una altura mínima de 30
cm, el anillo exterior debe tener un diá-
metro de por lo menos 30 cm mayor que
el interior (Forero S., A. 1986), dentro
del anillo exterior se vierte agua con el fin
de que las líneas de flujo del agua del ani-
llo interior sean verticales y las lecturas
de infiltración a medida que va entrando
el agua dentro del suelo sean adecuadas,
estas lecturas se van tomando de forma
menos frecuente a medida que pasa el
tiempo, pues también va disminuyendo
la lámina infiltrada. (Figura 1 izquierda).
Al final se calcula la infiltración básica
del suelo la cual es la base para la deter-
minación del tipo de aspersores que se
pueden elegir para el diseño del sistema
de riego por aspersión o cañón, pues la
precipitación aportada por el aspersor no
debe superar la infiltración del suelo.
Los niveles de infiltración existentes en
los suelos se han clasificado según va-
rios autores, los cuales se presentan en
la Tabla 2.
Grupos texturales Clases texturales
Arenosos
Francos
Arcillosos
Denominación Mazurca Kohnke Bonnet
Año 1970 1968 1950
Muy rápida > 25,4 > 25,4 > 25,0
Rápida 2,52 - 25,4 12,7 - 25,4 6,4 - 25,0
Moderada 0,254 - 2,54 2,0 - 12,7 2,0 - 6,4
Lenta 0,0254 - 0,254 0,1 - 2,0 0,13 - 2,0
Muy lenta < 0,0254 < 0,1 < 0,13
Texturas gruesas
Arenas (arena gruesa, fina y muy fina)
Francas (arenosa franca, arenosa
franca gruesa, arenosa franca fina
y arenosa franca muy fina)
Texturas
moderadamente gruesas
Franco arenosa gruesa, franco
arenosa y franco arenosa fina
Texturas medias Franco arenosa muy fina, franca,
franco limosa y limosa
Texturas
moderadamente finas
Franco arcillosa, franco arcillo arenosa,
franco arenosa y franco arcillo limosa
Texturas finas Arcillo arenosa, arcillo limosa y arcillosa
10
3. DISPONIBILIDAD HÍDRICA EN LA FINCA.
Un aspecto muy importante en la finca es la existencia de fuentes de agua naturales,
ya sean superficiales o subterráneas. Dentro de las superficiales se encuentran los
ríos, acequias, arroyos, lagos, lagunas, etc. Las subterráneas más frecuentes son: los
nacimientos o nacederos, pozos, aljibes, fuentes artesianas, etc. No se descartan las
fuentes de agua artificiales como canales, tuberías, reservorios, presas y embalses.
Por esta razón es necesario evaluar la hu-
medad del suelo, para ello existen varios
métodos: entre los que se diferencian el
método directo y los métodos indirectos;
el método termogravimétrico o directo, y
los aparatos de medida in situ o métodos
indirectos como el Reflectómetro de Do-
minio de Tiempo (TDR), el dispersor de
neutrónes, los tensiómetros, los bloques
de yeso, y otros. Con todos estos mé-
todos se obtiene finalmente el porcen-
taje de humedad del suelo mediante el
cual se infiere el volumen de agua que
tiene en un momento dado dicho suelo.
El método termogravimétrico consiste en
recoger una muestra de suelo a la pro-
fundidad en que se encuentran las raí-
ces y llevarla al laboratorio para evaluar
la humedad que tiene. Esto se hace por
diferencia de pesos antes y después de
secar la muestra en una estufa a 105°C
por 24 horas.
Los métodos indirectos como los men-
cionados utilizan las relaciones entre la
humedad del suelo y otros procesos fí-
sicos que se presentan por el cambio de
humedad, por ejemplo la tensión de suc-
ción en los tensiómetros es usada para
relacionarla con el nivel de humedad
existente, pues a mayor tensión de suc-
ción existe menor disponibilidad de agua
en la matriz del suelo.
2.4 Medición de la humedad del suelo.
Sin embargo no es suficiente con llevar la contabilidad del agua que entra (precipi-
tación, p) y la que sale (Evapotranspiración, Eta), es necesario contabilizar también
el agua que se queda en el suelo para saber si el nivel disponible para las plantas es
adecuado.
Tensiómetros.TDRDispersor de neutrónes.
Figura No. 3: Métodos indirectos para
la medición de la humedad del suelo.
11
Figura No. 4: Medición de la disponibilidad hídrica de la finca. Izquierda: medición de corrientes de
agua con correntómetro. Derecha: dimensionamiento de la profundidad de un reservorio con metro.
Sería recomendable poder mantener las praderas en la finca de acuerdo al nivel de
disponibilidad hídrica con que se cuenta con el fin de no agotar las fuentes y poder
regar adecuadamente las áreas que se tienen. Esto quiere decir que así como el área
de la finca es una limitante para el número de cabezas de ganado que se tengan, tam-
bién el volumen de agua disponible es una limitante a la hora de mantener un área de
praderas.
Para lograr un equilibrio adecuado es necesario evaluar dichas fuentes, esto se hace
determinando los niveles de caudal que tiene la fuente de la finca, es decir midiendo
cuanta agua pasa por ella en un tiempo determinado. Solo determinando el caudal
se puede proyectar las obras de captación de dicha agua y saber para cuanta área
alcanzaría.
Existen varios métodos para la evaluación del caudal, dependiendo del tipo de fuentes
con que se cuenta, por ejemplo; para el caso de acequias, arroyos o ríos se evalúa el
área transversal mojada de la corriente y se mide la velocidad del flujo del agua que
pasa, luego se aplica la siguiente ecuación:
Q(m3
/s) = V(m/s) x A(m2
)
Ecuación (2)
La velocidad del flujo del agua se puede medir con un correntómetro, el cual es un
aparato con una hélice que gira de acuerdo con la corriente, al evaluar la rapidez del
giro se calcula la velocidad del agua. (Figura 4 izquierda)
Para el caso de agua estática como reservorios, presas, lagos lagunas, se debe medir
o estimar el volumen con el cual se cuenta, esto se hace midiendo sus dimensiones de
largo, ancho y profundidad y multiplicarlo por un coeficiente de utilidad que es siempre
inferior a uno.
V(m3
) = L(m) x a(m) x p(m) x 0.8
		
Ecuación (3)
12
El agua que se necesita reponer al suelo
y que es consumida por la planta se lla-
ma “Transpiración”, y la que se evapora
directamente del suelo “Evaporación”.
Pues bien, la transpiración sumada a la
evaporación conforman lo que se cono-
ce como evapotranspiración del cultivo
o evapotranspiración real (Eta). La eva-
poración se puede medir mediante un
elemento llamado tanque evaporímetro
tipo “A”, Figura 5, el cual tiene medidas
estándar: con un diámetro de 120,7 cm,
y una altura de 25 cm posee un pozo de
estabilización en su interior en el que se
hacen las lecturas de la lámina evapora-
da con un tornillo micrométrico (Hounam
C. 1973) y se encuentra ubicado en las
estaciones agrometeorológicas o se pue-
de emplazar en la finca.
Todos los cultivos tienen niveles de Eta
diferentes y además dichos niveles va-
rían de acuerdo al clima que se presenta
en el lugar de ubicación del cultivo. Exis-
ten muchos métodos complejos para el
cálculo de la Eta; sin embargo; un mé-
todo muy fácil es la medición de la frac-
ción de evaporación de una superficie de
agua estándar (Tanque Tipo A), ubicada
en la finca o en una estación climática
cercana, la cual se combina con investi-
gaciones de campo sobre los niveles de
transpiración de los cultivos en zonas
agroecológicas determinadas.
En este caso sólo se evalúa el volumen por lo cual hay que saber en cuanto tiempo se
puede llenar el reservorio para evaluar el caudal con que se cuenta. (Figura 4 derecha)
En cualquier caso es necesario tener en cuenta las condiciones específicas del sitio,
pues no siempre es fácil aplicar las ecuaciones 2 y 3 directamente. Por otro lado es
indispensable considerar el agua lluvia que cae en la finca y las posibilidades que se
tienen no sólo del beneficio directo en las praderas, sino de retener o acopiar dicha
agua para futuros usos.
Como ya se había mencionado el nivel de consumo de agua en la finca se mide a través
de la evapotranspiración (Evt) el cual en modo figurado es el opuesto a la precipita-
ción, así como la precipitación se mide en mm de lluvia, la Evt también se mide en mm.
4.	CONSUMO DE AGUA POR LAS PRADERAS.
Figura No. 5: Tanque evaporímetro “Tipo A”.
13
Por otro lado la Eta varía también a través del ciclo vegetativo del cultivo y su va-
riación se representa por medio de un coeficiente denominado Kc que describe los
niveles de consumo del cultivo de acuerdo en la etapa que se encuentre. Para el caso
de los pastos la FAO ha recopilado información de algunas investigaciones realizadas,
y presenta los Kc a través del ciclo vegetativo de su desarrollo con valores fluctuantes
que varían desde 0.3 hasta 1.20. (Allen, R. et al, FAO 56, 2006.)
La Tabla 3, muestra los diferentes valores de Kc que se han obtenido para algunos
pastos y variedades forrajeras. Sin embargo es importante resaltar que la mayoría de
las investigaciones sobre Kc han sido realizadas para regiones templadas y no para el
trópico, además las especies y variedades reportadas no consideran las más usadas
en nuestro medio.
Tabla 3.
Coeficientes del cultivo, Kc, y altura máxima media de las plantas
para cultivos no estresados, bien manejados en climas sub húmedos.
(Hrmin = 45%, Vel Viento = 2 m/s)
Cultivo Tipo Kc ini
Kc med
Kc fin
Altura cultivo
Max prom. (m)
Alfalfa (Heno) Efectos de corte
promedios
0,40 0,95 0,90 0,70
Períodos de corte
individuales
0,40 1,20 1,15 0,70
Para las semillas 0,40 0,50 0,50 0,70
Pasto Bermuda
(Heno)
Efectos de corte
promedios
0,55 1,00 0,85 0,35
Cultivo de primavera
para semilla
0,35 0,90 0,65 0,40
Trébol (Heno),
Bersím
Efectos de corte
promedios
0,40 0,90 0,85 0,60
Períodos de corte
individuales
0,40 1,15 1,10 0,60
Pasto Rey Grass
(Heno)
Efectos de corte
promedios
0,95 1,05 1,00 0,30
Pasto Sudán (Anual) Efectos de corte
promedios
0,50 0,90 0,85 1,20
Períodos de corte
individuales
0,50 1,15 1,10 1,20
Pastos en pastoreo Pastoreo intensivo 0,40 0,85 - 1,05 0,85 0,15 - 0,30
Pastoreo extensivo 0,30 0,75 0,75 0,10
Césped (Pasto Turf) Época de frío 0,90 0,95 0,95 0,10
Época de verano 0,80 0,85 0,85 0,10
14
El balance de humedad en el suelo se puede describir con la siguiente ecuación:
∆H = G - P
						
Ecuación (4)
Donde: ∆ H : Cambio de humedad en el suelo (mm)
	 G : Ganancias de humedad 	 (mm)
	 P : Pérdidas de humedad		 (mm)
La ecuación general es:
∆H = P + R - ∑ETr - Es ± Fv
Ecuación (5)
					
Donde: P	 :Precipitación	(mm)
	 R	 :Riego		 (mm)
	 ETr	 :Evapotranspiración (mm)
	 Es	 :Escorrentía	 (mm)
	 Fv	 :Precolación (-) y/o ascenso capilar (+)
Dadas las condiciones de los campos agrícolas en cuanto a planeación del riego y bue-
nas profundidades del nivel freático y por otro lado la dificultad en la práctica de medir
la Es y los Fv se puede asumir que estos componentes son despreciables, quedando
la ecuación (5) reducida a:
∆H = P + R - ∑ETr
Ecuación (6)
El recurso hídrico no ha sido utilizado tra-
dicionalmente en forma adecuada, el ga-
nadero sólo se preocupa por el consumo
de agua de su ganado, pero en general
no riega adecuadamente la pradera con
el objeto de optimizar la aplicación de
agua en sus predios.
Sin embargo es necesario aprender a
manejar adecuadamente este recurso,
no sólo como el requerimiento para el
ganado sino para irrigar adecuadamente
y también como programación del riego,
de fechas de corte o renovación de pra-
deras.
Para saber cuanto regar es necesario
hacer un Balance Hídrico de la finca,
esto se logra con la confrontación de las
entradas de agua contra las salidas o
consumos de esta es decir la precipita-
ción con la Eta. Este balance hídrico se
puede hacer durante el ciclo vegetativo
del cultivo, en el caso de los pastos el
balance se hace continuamente, es de-
cir que durante todo el tiempo se están
observando los niveles de precipitación
a los cuales se les resta los niveles de
Eta observados y se mide la humedad
del suelo con el fin de evaluar los niveles
de agua faltante que deben suministrar-
se por riego.
Existe un nivel determinado bajo el cual
no es aconsejable dejar agotar el agua
pues muy seguramente esto causaría
problemas de lesión por falta de agua al
desarrollo de la pradera, este nivel se de-
nomina: “nivel de agotamiento” del agua
en el suelo.
El espacio que ocupa el agua del suelo
desde el nivel de agotamiento hasta el
punto de saturación o “Capacidad de
Campo” es el volumen que se debe regar.
5. BALANCE HÍDRICO AGRÍCOLA.
5.1 ¿Cuanto Regar?
15
El cambio en el contenido de humedad del suelo (∆H) para un período puede ser es-
timado por:
∆H = Larai-1
- Larai
Ecuación (7)
Para el cálculo diario del balance hídrico
se puede seguir la ecuación (8) en don-
de diariamente se resta la evapotrans-
piración y se suman la precipitación y/o
riego ocurridos durante el día, el resulta-
do de la operación corresponde al agua
disponible en el suelo al día siguiente;
los cálculos se repiten hasta cuando el
agua rápidamente aprovechable (Larai
)
se aproxima a cero, momento en el cual
es necesario regar.
En general se puede decir que el balan-
ce hídrico es la utilización de los datos
reales de precipitación y de información
climática y de características hidrodiná-
micas del suelo para el cálculo de las ne-
cesidades de agua de los cultivos.
Los balances hídricos se pueden calcu-
lar para períodos diarios, semanales, de-
cadales (cada 10 días) o mensuales, de
acuerdo a las necesidades del caso. Con
fines operacionales a corto o mediano
plazo se pueden utilizar los balances hí-
dricos diarios o decadales, mientras que
para la planificación del manejo de los re-
cursos hídricos a largo plazo se requieren
los balances mensuales.
Un balance hídrico con intervalo de una
semana o década permitirá individualizar
períodos de sequía de una, dos o tres se-
manas ( ó décadas ), que en ocasiones
afectan sensiblemente el rendimiento
de los cultivos, en especial cuando por
tratarse de cultivos anuales de raíces su-
perficiales, como los pastos, las diferen-
cias aumentan al disminuir la capacidad
de almacenamiento del agua durante el
período de lluvias. Por medio del balance
hídrico es posible detectar las necesida-
des de riego ya sea este indispensable
o suplementario, el primer caso se pre-
senta cuando aparece un déficit marcado
de varios meses, durante los cuales no
pueden realizarse cultivos sin riego arti-
ficial, para el segundo, el déficit requiere
un análisis más detallado, en períodos
cortos para individualizar los posibles
períodos de sequía.
Donde: Larai
: Lámina de agua rápidamente aprovechable en el suelo para el período
de tiempo i (generalmente un día o una semana).
De tal manera que:
Larai
= Larai-1
+ P + R - ∑ETr
	
				
Ecuación (8)
Para la realización de un balance hídrico agrícola con el cual se pueda determinar
los niveles, y frecuencias del riego es necesario conocer los siguientes aspectos:
1.	 Del suelo: la capacidad de almacenamiento de agua del suelo, expresada
	 generalmente como agua rápidamente aprovechable (Larai
).
2.	 Del clima: la evaporación del tanque clase “A”. y la precipitación.
3.	 De la planta: la profundidad de la zona de raíces en los diferentes estados
	 de desarrollo de la planta.
4.	 De la investigación: los factores Kc, de cultivo dados como la relación entre
	 la evapotranspiración real y la evapotranspiración del tanque clase “A”.
5.2 Datos necesarios para el cálculo del balance hídrico.
16
Nuevamente es necesario conocer el ba-
lance hídrico de la finca para responder
esta pregunta. Pero lo que se hace es
evaluar o monitorear la humedad del sue-
lo con el fin de determinar cuando se está
llegando a la condición del nivel de agota-
miento del agua en el suelo, para nueva-
mente suministrar el agua agotada hasta
la condición de Capacidad de Campo.
Los niveles de Capacidad de Campo,
y Punto de Marchitez Permanente, de-
penden fundamentalmente del suelo y
del cultivo, pero el nivel de agotamiento
depende principalmente del sistema de
riego. El nivel de agotamiento también
determina la frecuencia de riego, la cual
puede ser de días para los sistemas de
aspersión.
Pero ¿cómo se ponen estos conceptos en práctica para saber cuánto? ¿cuando? y
¿cómo se debe regar? la solución como ya se dijo es la realización por medio de cál-
culos del balance hídrico de la finca. Los siguientes son los pasos para la realización
de un balance hídrico:
El nivel de humedad generalmente se toma con el 50% del agua aprovechable, es
decir que:
Los numerales a, b, y c. se consiguen con la toma de una muestra inalterada de suelo
en el campo con el muestreador Up-Land (Figura 1 derecha), es un muestreador cilín-
drico que extrae el suelo sin disturbarlo, la muestra se lleva al laboratorio en donde se
determinan dichas variables del suelo.
En primer lugar se deben tomar las variables en el campo de la finca, estas variables son:
a. Capacidad de Campo (CC) (%)
b. Punto de Marchitez Permanente (PMP) (%)
c. Densidad Aparente (Da) (g/cm3)
d. Nivel de humedad (NH) (% decimal)
e. Humedad inicial del suelo (Hi) (mm)
f. Coeficiente del cultivo (Kc) (adim)
g. Tabla de precipitación y evaporación (Etr), (P) (mm)
5.4 ¿Cuándo Regar?
5.5 Procedimiento de cálculo del balance hídrico.
1. Variables de campo.
El balance hídrico climático se realiza generalmente usando datos mensuales, de los
promedios multianuales (es decir de todos los años), se considera la precipitación
efectiva que es un porcentaje de la total y la evaporación en vez de la evapotranspi-
ración real, la profundidad radical suele usarse en forma promedia o unitaria general-
mente de un metro.
Generalmente se realiza con fines de mediano y largo plazo, como en la planeación del
manejo de los recursos hídricos, estudios de factibilidad de posibles obras de riego y
drenaje, clasificaciones climáticas y agroclimáticas, programación de siembras y ela-
boración de calendarios agrícolas.
Para la parte de ganadería se puede usar para la programación de la renovación de
praderas, fechas de siega de pastos o gramíneas, planeación de reposición de pastos,
o identificación de las fechas de resiembra.
5.3 Balance hídrico climático.
17
NH(%) = 0.5(CC – PMP)					
Ecuación (9)
Para la humedad del suelo se debe colectar una pequeña muestra de suelo y llevarla
al laboratorio o aplicar el procedimiento descrito en el numeral (formas de medición
de la humedad) o por alguno de los métodos indirectos descritos.
Los coeficientes del cultivo Kc se obtienen de los resultados de investigación o se
asumen de la Tabla 3 u otra fuente fidedigna.
Por último la información de precipitación y evaporación se puede obtener de la es-
tación climática más cercana, aunque es aconsejable iniciar la medición de estos ele-
mentos directamente en la finca lo más pronto posible y registrar y almacenar dicha
información a través del tiempo.
La unidades de la ecuación 7 son las mencionadas en el numeral 1 de esta lista, la
variable Pr es la profundidad radical del cultivo, generalmente se toma la profundidad
promedia, para pastos está bien tomar 20 cm, la Laa se acostumbra a expresar en
milímetros (mm).
En segundo lugar se debe calcular la lámina de agua aprovechable o Laa, la cual res-
ponde a la siguiente ecuación:
Laa = (CC - PMP)*Da*Pr
100
Ecuación (10)
Laláminadeaguarápidamenteaprovechablesecalculaaplicandolasiguienteecuación:
Lara = (1-NH)*Laa	
Ecuación (11)
Observe que la ecuación 11 es la misma que la 9 pero expresada en unidades de mm.
La Lara es variable y oscila entre un valor inferior que puede ser cero y un valor supe-
rior que se le llama lámina neta. (Ln).
2. Cálculo de Laa.
3. Cálculo de la Lara.
En general y como un medio de simplificar el proceso se puede expresar la evapo-
transpiración en función de la evaporación del lugar por medio de la expresión:
Eta = Kc*Ev 						
Ecuación (12)
En donde Ev es la evaporación del lugar obtenida del tanque tipo “A” expresada en mm.
4. Cálculo de la evapotranspiración.
Si aún no se tienen todas las variables en las mismas unidades, se deben pasar dichas
variables a milímetros (mm), por ejemplo:
CC(mm) = CC(%Vol)*Da*Pr *1000mm100
Ecuación (13)
5. Homogenización de unidades.
18
6. SISTEMAS DE RIEGO PARA PRADERAS.
6.1 ¿Cómo se aplica el riego?
Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es menor que cero entonces se debe
regar, hasta alcanzar la Lara total. (es decir hasta CC).
Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es menor que cero, entonces hay déficit.
Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es mayor que la CC entonces, existen
excesos.
El sistema de riego debe ser apropiado a la finca, no es al azar que se elige el tipo de
sistema de riego, dependiendo de las condiciones de la finca debe ser seleccionado
el tipo de riego que se usará, la mayoría de los aspectos técnicos mencionados atrás
contribuyen a que se elija uno u otro sistema de riego y de una buena elección depen-
de el éxito del sistema y su efectividad.
El riego por aspersión es uno de los más usados en fincas ganaderas, pues alcanza
buenos niveles de eficiencia, homogeneidad y es de fácil manejo.
Una vez realizado este primer cálculo para un día se procede de forma similar
para el resto de días, repitiendo el proceso para cada día, considerando que la
Lara obtenida será la siguiente Larai
.
8. Identificar la necesidad de riego.
9. Identificar si existe déficit.
10. Identificar si existen excesos.
Antes de hacer el balance hídrico, se debe calcular la lámina de agua rápidamente
aprovechable inicial, la cual depende de la humedad inicial.
Larai(mm) = Hi(mm) - NH(mm)
Ecuación (14)
Antes de hacer el balance hídrico, se debe calcular la lámina de agua rápidamente
aprovechable inicial, la cual depende de la humedad inicial.
Lara = Larai
+ R + P – Eta
Ecuación (15)
Al obtener la lámina de agua aprovechable se verifica si es superior a la capacidad de
campo en cuyo caso se perdería el nivel de humedad que supere este límite.
6. Cálculo de la Laai
(Actual).
7. El balance hídrico.
Lo mismo se debe hacer para el caso de punto de marchitez permanente (PMP), el
nivel de humedad (NH), y la humedad inicial.
19
6.3 Ejemplo del cálculo del riego:
Para la finca La Carolina de propiedad de
Don Gonzalo Ramírez, es necesario eva-
luar la cantidad de tiempo que se deja
prendido el equipo de riego, la distancia
entre aspersores, y cada cuanto se debe
regar.
Para responder estas preguntas es nece-
sario conocer la finca, haberla caracteri-
zado, es aconsejable previamente reali-
zar un plano topográfico de la finca tanto
de planimetría (área) como de altimetría
(altitudes).
Para saber cuánto se debe regar se evalúan las condiciones del suelo, teniendo en
cuenta que para la finca mencionada se tiene que:
PMP = 37.69 % de humedad en volumen
CC = 46.11 % de humedad en volumen
6.2 ¿Por qué es mejor regar bien?
Es necesario distribuir homogéneamen-
te el agua en el predio pues de lo con-
trario se estarían superando los niveles
críticos de PMP y CC en los diferentes
sectores del lote, es decir que en algu-
nos sectores estaría más o menos seco,
por debajo de la CC del suelo, o incluso
hasta acercándose peligrosamente hacia
el nivel de PMP y en otros sectores po-
dría superar ampliamente los niveles de
CC ocasionando encharcamientos o in-
cluso escorrentía superficial. Al regar de
esta forma se estaría botando el agua es
decir aumentando los costos y también
minimizando la eficiencia de aplicación
de agua del sistema de riego.
Para saber como regar mejor en un siste-
ma de riego por aspersión o cañón se de-
termina el diámetro promedio de alcan-
ce del aspersor y se ubican en forma de
cuadrícula unos recipientes de tal forma
que capten la precipitación aportada por
el aspersor, la totalidad de los volúme-
nes de agua captados se analizan para
determinar su homogeneidad por medio
del coeficiente de uniformidad, el cual
determina la eficiencia de aplicación del
agua, esta eficiencia se acepta siempre
y cuando supere por lo menos el 75% en
líneas generales.
Para mejorar el grado de eficiencia del
sistema de riego por aspersión o cañón
se reduce la distancia entre aspersores
o se mejora el arreglo o patrón de tras-
lape en el cubrimiento de los círculos cu-
biertos por los aspersores ubicados en el
campo.
Dependiendo del sistema de riego y
de los requerimientos de la pradera se
determina el tiempo de riego, este se
mejora substancialmente con un buen
sistema de riego y un coeficiente de uni-
formidad alto.
También se usa mucho el riego por su-
perficie pero su eficiencia es muy baja
y la pérdida de agua es muy alta por lo
general mayor del 60%, por lo cual no es
aconsejable. Otro de los sistemas usa-
dos es la capilaridad que consiste en la
ubicación de zanjas en los lotes de acuer-
do a la topografía y considerando la con-
ductividad hidráulica y la infiltración con
el fin de hacer pasar el agua en dichas
zanjas para humedecer la zona radical
de abajo hacia arriba, este sistema no se
debe usar en suelos arenosos o con altos
niveles de drenaje.
El sistema de riego debe ser diseñado
también a partir de las condiciones inhe-
rentes de la finca, como disponibilidad hí-
drica, precipitación, evaporación, tipo de
suelo, topografía y fuerza electromotriz
disponible. Es decir que un sistema de
riego de una finca no puede ser llevado a
otra finca similar sin antes hacer un redi-
seño apropiado para dicha finca.
20
Debido a que el sistema de riego que es aspersión sólo alcanza una eficiencia de apli-
cación del 75% se tiene que la lámina bruta a aplicar es de:
Ln 8,2 mLb = = = 10,96 mmn 0,75
Ecuación (17)
Es decir que Don Gonzalo debe aplicar esta lámina de riego de 11 mm cada 3 días.
Sin embargo después de un análisis del sistema de riego que posee la finca se deter-
minó que el sistema sólo puede aplicar a una lámina de 8.7 mm/hr.
Por lo cual la recomendación final para el riego que debe aplicar Don Gonzalo es que
debe regar como mínimo 1 hora y 15 minutos cada 3 días en cada sitio de ubicación
del aspersor o cañón.
Haciendo un ensayo de campo se determinó que la distancia entre aspersores que
daba una eficiencia aceptable alcanzando un coeficiente de uniformidad apropiado
debía ser de por lo menos 35 x 35 m con lo cual se logra una eficiencia de aplicación
de agua del 76.1 %. Es de anotar que la eficiencia mínima aceptada para un sistema
de riego por aspersión es de 75%.
En los datos suministrados hay que tener en cuenta que la humedad volumétrica ya
está multiplicada por la densidad aparente, entonces, la lámina de agua a regar se
evalúa por la siguiente ecuación:
Laa = CC - PMP 46,11 - 37,89*Pr *0,2 m = 0.01644 m = 16,44mm100 100
(Pr = Profundidad radical)
A partir de la lámina de agua aprovechable, (Laa) se puede evaluar la Lara, para lo
cual se evalúa lámina neta (Ln) para ello se debe tener en cuenta un nivel de agota-
miento, el cual para riego por aspersión se supone del 50% = 0.5.
Ln = (1-0.5)*16.44 mm = 8.22 mm
Como no se conoce la humedad inicial de la finca (Hi) se puede omitir, por lo cual se
desarrolla el balance hídrico restando la ET de la precipitación que se presentó en la
última semana, ya que no hubo riego la ecuación 5 queda de la siguiente forma:
Lara = P – ET		 P = 0.0 mm		 Eta = 3.572 mm/día luego;
Lara = 0.0 – 3.572 mm/día = -3.572 mm/día, es decir que por cada día que pasa
existe un déficit de tres y medio milímetro de agua, por lo cual se debe regar.
Ahora se puede evaluar la frecuencia del riego considerando la siguiente ecuación:
Ln 8,2 mmFr = = = 2,3 días ≈ 3 díasEta 3,572mm/día
Ecuación (16)
21
7.2 Hoja de formato.
Procedimiento para el cálculo del balance climático.
1. Calcule el almacenamiento máximo.
	 Alm(mm) = RH(mm/cm)*Pr(cm).
2. 	Evalue la evapotranspiración.
	 Eta(mm) = Kc(Adim)*Ev(mm)
3.	 Calcule el nivel de almacenamiento.
	 Al(mm) = Pe(mm) - Eta(mm)
	 Si, 0 > Al > Alm_? hay almacenamiento.
4.	 Calcule el déficit.
	 Deficit = Eta - Pe
	 Si el resultado es mayor que cero, hay déficit, de lo contrario es cero.
5.	 Calcule el exceso.
	 Excesos = Pe - Eta - Al
	 Si el resultado es mayor que cero, hay excesos, de lo contrario es cero.
Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
P (mm) 21.19 32.56 49.43 86.40 73.63 57.68 36.22 36.13 51.30 91.13 77.36 38.32
Ev (mm) 96.53 91.35 96.27 80.56 77.06 78.39 87.67 91.65 86.83 82.29 76.93 84.56
7. TALLER.
7.1 Cálculo del balance hídrico climático mensual.
Calcular el balance hídrico mensual para la zona de la Sabana de Bogotá representado
porlaestaciónmeteorológicadelC.I.Tibaitatá.Losdatosdisponiblessonlossiguientes:
Textura del suelo: F. Ar. L.
Profundidad efectiva de raíces: 20 cm.
Capacidad de almacenamiento: 0.75 mm/cm ( serie Tibaitatá )
Nota: Los valores de precipitación son efectivos, extraídos del promedio de 54 años
de registros, los datos de evaporación ( Ev ) se obtuvieron de un tanque evaporímetro
“tipo A”. Suponga un Kc para pastos de 0.8.
1.	 Determinar el balance hídrico a través del año típico.
2.	 Determinar el balance hídrico total anual.
3.	 ¿Cuáles son los meses de déficit hídrico y cuales los meses de excesos?
4.	 Realice una gráfica del balance hídrico en la cual se observe el comportamiento de
la precipitación y la evapotranspiración real, identifique los períodos de excesos y
déficit hídricos.
Tabla 4.
Datos climáticos de la estación de Tibaitatá
(Sabana de Bogotá).
22
Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. TOTAL
P(mm)
Ev(mm)
Eta (mm)
Almacenamiento
Déficit(mm)
Excesos(mm)
FORMATO PARA BALANCE HÍDRICO A NIVEL MENSUAL.
23
Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. TOTAL
P(mm) 21.2 32.6 49.4 86.4 73.6 57.7 36.2 36.1 51.3 91.1 77.4 38.3 651.4
Ev(mm) 96.5 91.4 96.3 80.6 77.1 78.4 87.7 91.7 86.8 82.3 76.9 84.6 1030.1
Eta (mm) 77.2 73.1 77.0 64.4 61.6 62.7 70.1 73.3 69.5 65.8 61.5 67.6 824.1
Almacenamiento 0.0 0.0 0.0 15.0 12.0 0.0 0.0 0.0 0.0 15.0 15.0 0.0 57.0
Déficit(mm) 56.0 40.5 27.6 0.0 0.0 5.0 33.9 37.2 18.2 0.0 0.0 29.3 247.8
Excesos(mm) 0.0 0.0 0.0 7.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 10.3 0.8 0.0 18.0
7.3 Solución al taller.
P(mm)
Eta(mm)
Retención de humedad		 0.75 mm/cm.
Profundidad efectiva de raíces	 20 cm.
Almacenamiento máximo	 15 mm.
Profundidad efectiva de raíces: 20 cm.
Para el caso de Enero.
Kc= 			 0.8 Adim
Eta= Kc*Ev		 77.224 mm.
Déficit= Eta-Pe,		 Si es mayor que 0, de lo contrario es 0
Déficit= 77.2 - 21.2=56.0 mm.
Almacenamiento= Pe-Eta	 Si es mayor que 0 y menor que el Almacenamiento max. (15 mm)
Almacenamiento= 21.2 - 77.2=-56.0 mm Es menor que 0. Por lo tanto 0.0
Excesos= Pe-Eta-Almax.	 Si es mayor que 0. No es mayor que 0. Por lo tanto 0.0
Excesos= 21.2 - 77.2 - 15 = -71.0 mm
24
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Suárez M., G. 1986. Algunos parámetros hidrodinámicos usados en riego y drenaje.
En: Manual de Riego. ICA. Santa Fe de Bogotá, Colombia. 63 p.
Terán Ch., C. 1996. “Climatología Agrícola”. En Aspectos Básicos del Riego, Corpoica
-Inat,ConvenioCorpoica–InatNo.174PequeñaIrrigación.Ibagué,Mayode1996,98p.
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Capacitacion manejo agua

  • 1. Capacitación en manejo de agua en praderas en el trópico
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  • 3. 2 Autores César Augusto Terán Chaves. I.A., M.Sc Revisión textos Héctor Jose Anzola Vázquez. Fedegán- FNG Camilo Arias Uscátegui. Fedegán- FNG ISBN 978-958-8498-26-3 Bogotá, junio de 2011
  • 4. 3 Manejo del agua en praderas en el trópico 1. INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................... 86 2. CONCEPTOS BÁSICOS ............................................................................................................................ 87 2.1 El Clima ................................................................................................................................................ 87 2.2 El Suelo ................................................................................................................................................ 87 2.3 Características hidrodinámicas del suelo ................................................................................ 87 2.3.1 Porosidad del Suelo ............................................................................................................. 87 2.3.2 Densidad Aparente y Real ................................................................................................. 88 2.3.3 Capacidad de retención de agua ................................................................................... 89 2.3.4 Textura ...................................................................................................................................... 90 2.3.5 Infiltración de agua en el suelo ....................................................................................... 91 2.4 Medición de la humedad del suelo ........................................................................................... 92 3. DISPONIBILIDAD HÍDRICA EN LA FINCA ......................................................................................... 93 4. CONSUMO DE AGUA POR LAS PRADERAS .................................................................................... 94 5. BALANCE HÍDRICO AGRÍCOLA ............................................................................................................ 96 5.1 ¿Cuanto regar? .................................................................................................................................. 96 5.2 Datos necesarios para el cálculo del balance hídrico ......................................................... 98 5.3 Balance hídrico climático .............................................................................................................. 98 5.4 ¿Cuándo regar? ................................................................................................................................. 99 5.5 Procedimiento de cálculo del balance hídrico ...................................................................... 99 1. Variables de campo .................................................................................................................... 99 2. Cálculo de Laa .............................................................................................................................. 100 3. Cálculo de la Lara ....................................................................................................................... 100 4. Cálculo de la evapotranspiración .......................................................................................... 100 5. Homogenización de unidades ............................................................................................... 100 6. Cálculo de la Laai (Actual) .................................... .................................................................... 101 7. El balance hídrico ........................................................................................................................ 101 8. Identificar la necesidad de riego ........................................................................................... 101 9. Identificar si existe déficit ......................................................................................................... 101 10. Identificar si existen excesos ................................................................................................. 101 6. SISTEMAS DE RIEGO PARA PRADERAS .............................................................................................. 101 6.1 ¿Cómo se aplica el riego? .............................................................................................................. 101 6.2 ¿Por qué es mejor regar bien? ..................................................................................................... 102 6.3 Ejemplo del cálculo del riego ...................................................................................................... 102 7. TALLER ........................................................................................................................................................... 104 7.1 Cálculo del balance hídrico climático mensual .................................................................... 104 7.2 Hoja de formato ............................................................................................................................... 104 7.3 Solución al taller ............................................................................................................................... 106 8. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................ 107 CONTENIDO
  • 5. 4 El agua es uno de los insumos más im- portantes en la producción agropecua- ria y especialmente para la producción ganadera, sin embargo es también uno de los aspectos más débiles dentro del sistema de producción ganadera princi- palmente en el desarrollo de las prade- ras. En general el ganadero presta muy poca atención a este insumo, por razo- nes de desconocimiento o falta de inte- rés en el tema por lo que no cuenta con suficiente información. En el mejor de los casos, adquirió un sistema de riego, pero no recibió la asesoría requerida por parte de la firma comercializadora para un manejo adecuado del mismo, o dispo- ne del equipo pero no conoce sus carac- terísticas técnicas. Dada la importancia de este fundamental componente en el proceso productivo ganadero, se ha que- rido incorporar dentro de las acciones de capacitación en “Transferencia a profe- sionales de campo en establecimiento y manejo de praderas y sistemas silvopas- toriles” el tema del manejo del agua en el sistema de producción ganadera con el fin de demostrar la racionalidad de uso del recurso hídrico y formular recomen- daciones para su manejo técnico en la empresa ganadera. Dentro de la empresa ganadera son varios los aspectos productivos que dependen del agua, en primer lugar el suministro del agua al ganado, y en se- gundo lugar la irrigación de las praderas. Dentro del primer aspecto se tienen mu- chas técnicas y métodos con los cuales el ganadero suministra el agua al gana- do, desde los abrevaderos de suministro manual hasta los automáticos y móviles que son los más modernos. Sin embargo en el presente documento no se tratará este tema, pues el objetivo que se persi- gue es la optimización en el uso del agua a nivel de la finca y la producción de pra- deras y sistemas silvopastoriles. Para el manejo del agua en praderas se deben tener en cuenta varios aspectos, en primer lugar el clima, el cual es fun- damental, pues el movimiento del agua está inmerso dentro del ciclo hidrológico de la finca ganadera cuyo motor es el cli- ma, otro de los aspectos básicos no sólo para el agua sino para la vegetación es el suelo agrícola, el cual es la base y so- porte de ambos. Desde el punto de vista hídrico, el suelo posee varias caracterís- ticas intrínsecas, las cuales determinan el comportamiento del agua en el suelo y la manera como ésta agua llega y se pierde o se aprovecha mejor. Pero el agua es además el punto de par- tida en la producción de las praderas que constituyen la base de la empresa gana- dera, por lo cual es necesaria la deter- minación de su disponibilidad dentro de la finca. Por otro lado, no todas las es- pecies seleccionadas para la conforma- ción de la pradera tienen el mismo nivel de consumo hídrico, y adaptabilidad al microclima, por lo cual hay que aprender a diferenciar cuáles consumen mayor o menor cantidad de agua. Con estas bases se puede entrar a ma- nejar el agua dentro del contexto de integración del agua en el suelo que se denomina el “balance hídrico agrícola”, base fundamental para la resolución de las preguntas de: ¿cómo regar bien?, ¿cuánto regar?, y ¿cuándo regar?. La comprensión de este punto es de gran importancia para la optimización del agua en el sistema de producción ganadera y potencia la producción de biomasa y por lo tanto de carne y leche. El agua es pues, uno de los insumos de mayor importancia para la producción de forrajes y su buen manejo es de gran eficacia en la reducción de la potencia electromotriz, y por lo tanto de energía, optimización del recurso hídrico, suminis- tro adecuado del recurso a la pradera y obtención de mejores resultados econó- micos en la empresa ganadera. 1. INTRODUCCIÓN.
  • 6. 5 2. CONCEPTOS BÁSICOS. 2.1 El clima. 2.2 El suelo. 2.3 Características hidrodinámicas del suelo. 2.3.1 Porosidad del suelo. Los componentes del clima son factores importantes a considerar para el manejo a nivel predial de la empresa ganadera o agrícola; para ello es necesario conocer los elementos que lo conforman y lo ca- racterizan. Los elementos primordiales son: La pre- cipitación, la temperatura, la radiación solar, la humedad relativa, la velocidad del viento, el grado de nubosidad exis- tente, y la evaporación, entre otros fac- tores. Dos de estos elementos marcan el nivel de requerimientos hídricos que posee la finca, ellos son: La precipitación o lluvias y la Evapotranspiración (Evt). Este últi- mo término representa en forma integra- da la evaporación del agua directamente del suelo y la transpiración de las plan- tas; en este caso las praderas. Pero la evapotranspiración tiene varias connota- ciones, una de ellas es muy importante, pues representa la potencialidad del cli- ma para extraer el agua tanto del sue- lo como de las plantas y se denomina la evapotranspiración de referencia. (Etr). Es decir que la Etr constituye el nivel de consumo hídrico que puede generar un lugar determinado (por ejemplo la finca) dadas unas condiciones de clima y unos niveles de consumo de agua de la capa vegetal (las praderas). Los condicionamientos del clima son de- terminantes para propiciar un nivel de evapotranspiración determinado en la finca. Pero existe también un consumo inherente al tipo de pastos o forrajes es- tablecido en ella, por lo cual el nivel de consumo hídrico de la pradera estableci- do en la finca se denomina evapotranspi- ración real (Eta). Por otro lado el suelo es el medio den- tro del cual se reúnen las condiciones de sustento de la capa vegetal (los pastos). Dentro de dichas condiciones de susten- to existen los nutrientes como por ejem- plo: el nitrógeno, el fósforo, y el potasio (N-P-K ). Sin embargo ninguno de estos nutrientes y muchos otros podrían pasar a nutrir a la capa vegetal si no existiera el agua como elemento fundamental no sólo como medio para la disolución y nu- trición de las plantas, sino también como el más importante nutriente para el de- sarrollo adecuado de las mismas. Además existen algunas características hidrodinámicas del suelo que permiten la retención, el movimiento y el nivel de contenido del agua dentro de la matriz de éste en mayor o menor proporción. Para saber; ¿Qué tan buenas son es- tas características?; existen formas de medirlas por medio de propiedades del suelo entre la cuales podemos mencio- nar: La textura, la densidad aparente, la capacidad de retención de humedad, su grado de compactación, la porosidad, la estructura, y la velocidad de infiltración del agua dentro del suelo, entre otras. (Ver Figura 1.) Debido a que el suelo es poroso debe haber una relación adecuada de dichos poros dentro de la masa de tierra que lo compone, estos poros contienen tan- to aire como agua. El suelo puede ima- ginarse como una esponja dentro de la cual existen en cierta proporción agua y aire, el éxito de un suelo bien balanceado reside en que dichas proporciones sean óptimas.
  • 7. 6 La porosidad es una importante caracte- rística física del suelo para el movimiento y retención del agua, que depende del tamaño y arreglo del espacio poroso. La porosidad total del suelo es el espacio ocupado por el agua y el aire, además, es el responsable de la circulación y almace- namiento de agua y del intercambio ga- seoso, indispensables para el buen desa- rrollo de los cultivos, representa la suma de los porcentajes de poros de diferen- tes tamaños, los poros que permiten el intercambio gaseoso son los mayores a 60 micras (µ), los mesoporos encargados del almacenamiento y movimiento del agua están en un rango de 9 – 60 y los microporos son menores a 9 , los cuales retienen el agua a altas tensiones. La porosidad total del suelo se ve afec- tada por la labranza convencional de los suelos, ya que se rompe la estructura, formándose una porosidad artificial que disminuye rápidamente por efecto de la lluvia y el tráfico de la maquinaria. Los macroporos (poros >60 µ) son los responsables de la capacidad de airea- ción del suelo, el cual define el suministro de oxígeno a las plantas e intercambio gaseoso con el medio ambiente y favo- rece, en ciertas condiciones la formación de un extenso sistema radical que facili- ta la absorción de nutrientes y agua para las plantas. En suelos bajo condiciones normales, los macroporos deben encon- trarse en proporción entre el 10 a 15%. Los mesoporos (poros entre 9 y 60 µ), considerados como los más importantes, debido a la conducción capilar del agua, es decir, que contienen el agua que es fácilmente tomada por las raíces de la planta. En un suelo bajo condiciones nor- males deben encontrarse entre 25 a 30%. Losmicroporos(poros<9µ)entrelosque predomina la retención de la humedad en el suelo y los fenómenos capilares, por lo cual esta agua no es fácilmente apro- vechable por la planta. Bajo condiciones normales, se encuentran entre 10 a 15%. La porosidad se puede calcular por la siguiente ecuación: Pbn= 1 *100 Pr Ecuación (1) Donde: n : Porosidad total, (%) Pb : Densidad aparente del suelo, (g/cm3) Pr : Densidad real, (g/cm3) Finalmente, las mejores condiciones estructurales están definidas por tamaños de los agregados del suelo con buena gradación de partículas (entre 1 y 3 mm) de diámetro, ya que se tendrá un equilibrio entre los macroporos, microporos y mesoporos, con un buen suministro de agua y buena aireación para las praderas; lo cual, contribuye a mejorar las condiciones de infiltración; retención de humedad y excelente penetración radical. 2.3.2 Densidad aparente y real. La densidad se expresa como la masa por unidad de volumen y se determina bajo dos formas en el caso de los suelos: real y aparente. La densidad real contempla exclusi- vamente las fracciones minerales y orgánicas excluyendo cualquier espacio poroso. La densidad aparente incluye en la relación los espacios porosos. En general la densidad aparente tiene mayor utilidad para el caso agrícola. La densidad aparente en una de las características del suelo de gran importancia. Se define como la relación entre la masa seca y el volumen total del suelo, incluyendo el espacio poroso, las unidades son gramos por centímetro cúbico (g/cm3) (IGAC, 1990). Además, la densidad aparente está relacionada con la porosidad, determinan- do la capacidad de aire y en parte la capacidad de agua en el suelo, de acuerdo con la distribución de los poros por tamaño.
  • 8. 7 La densidad aparente tiene variados usos pero los más importantes para el manejo de las praderas es en la estima- ción el grado de compactación del suelo y en riego para la determinación de la lámina de agua, el cálculo del espacio poroso cuando de conoce la densidad de las partículas y la conversión de la hume- dad gravimétrica en volumétrica. Los valores de la densidad aparente en Colombia pueden variar desde valores muy bajos de 0.3 – 0.8 g/cm3 y valores altos de 1.3 – 1.8 g/cm3 en suelos con textura arenosa o compactados (Suárez, G., 1986). Según Gavande (1987), los valores de la densidad aparente de 1.9 g/cm3 limitan el desarrollo radical. Sin embargo, el lími- te crítico para la penetración de las raíces en suelos arcillosos es de 1.6 a 1.7 g/cm3. La densidad aparente es una medida indi- recta de la porosidad, pues a menor den- sidad aparente mayor es la porosidad. 2.3.3 Capacidad de retención de agua. La capacidad de retención de humedad del suelo determina la cantidad de agua que puede retener éste de acuerdo a sus condiciones físicas y se mide humedeciendo el suelo hasta saturarlo completamente y luego extrayendo el agua que contiene en un proceso que consiste en succionar el agua e ir midiendo la fuerza que necesita ejercer la planta para extraer el agua en los diferentes contenidos de humedad, este es un proceso que se realiza en el laboratorio por medio de unas cámaras que generan pre- sión de succión. (Richards et al 1949). La retención de agua en el suelo depende de la composición mineral y química de las partículas elementales, de su superficie específica, composición mecánica, de agrega- dos y microagregados, es decir con todos los niveles de la organización estructural de la fase sólida del suelo. Por medio del proceso de succión de humedad del suelo se construye la curva hidrofísica fundamental, que se considera como la característica integral del suelo. (Chips, 1940; Klute, 1986; Bruce y Luxmore 1986), esta curva es de gran utilidad en el manejo del agua del riego. Existe una relación inversa entre la capacidad de retención de humedad del suelo con la densidad aparente pues se observa que para un mismo suelo, a medi- da que aumenta la densidad aparente la retención de humedad disminuye. Por ejem- plo; en la Figura 2 se presenta la curva hidrofísica de un suelo del piedemonte llanero (Meta, Colombia) con diferentes compactaciones (densidades aparentes), se observa que a medida que aumenta la densidad aparente, la retención de humedad disminuye. Fig. No. 1: Pruebas de características hidrodinámicas del suelo. Izquierda: Medición de la infiltración. Derecha: Toma de muestra inalterada para determinación de la retención de humedad y densidad aparente.
  • 9. 8 Fig. No. 2: Curva hidrofísica del suelo. Al aumentar la compactación (densidad aparen- te) la retención de humedad en el suelo es menor. (Suelo del piedemonte llanero). Además de la utilidad en la determina- ción del agua aprovechable por la planta y los límites hidrofísicos de saturación y secado para la capa vegetal, esta carac- terística ayuda a mejorar la infiltración. Por ejemplo; la retención de humedad, de un suelo en condiciones de pendiente, que posea una buena capacidad de alma- cenamiento de agua será menos suscep- tible a la erosión hídrica que otro suelo que posea una capacidad de almacena- miento menor, pues retendrá cantidades mayores de agua, presentando menor velocidad de avance y en consecuencia, menor capacidad de transporte de suelo. Sobre la curva de retención de humedad se identifican dos límites naturales fuera de los cuales la planta tendrá limitacio- nes para extraer el agua del suelo, estos se denominan: “Punto de Marchitez Per- manente” (PMP), obtenido a una presión de succión de 15 bares (1500 KPa), para el nivel mínimo por debajo del mismo la planta no podrá recuperarse por falta de agua y “Capacidad de Campo” (CC), obtenido para 0.1 bar (10 KPa) el nivel máximo, por encima de esta humedad el agua será drenada por acción de la fuer- za gravitacional, por lo cual seguramente habrá excesos de humedad en el lote y por lo tanto poca aireación. Por estas razones es mejor que el suelo siempre esté con un contenido de hume- dad que oscile entre estos dos límites para evitar problemas de excesos o dé- ficit de agua que afecten las condiciones de la capa vegetal. En la práctica se prefiere no dejar que el suelo llegue al nivel de PMP consideran- do un nivel intermedio llamado nivel de agotamiento que generalmente es del 50% de la lámina de agua aprovechable. 2.3.4 Textura. Una buena textura está representada en proporciones apropiadas del tamaño de las partículas del suelo entre las que se encuentran arenas, limos y arcillas, genera buenas porosidades que contribuyen a mejorar el nivel de retención de humedad del suelo. La textura expresa la distribución porcentual de las arenas, limos y arcillas presentes en un suelo. La importancia de esta propiedad radica principalmente en que define la composición física del suelo, por lo cual establece en la cantidad de agua que puede almacenar y la facilidad para retener y suministrar el agua, los nutrientes y el aire a las plantas. De ahí, que se considera como factor básico de la productividad.
  • 10. 9 2.3.5 Infiltración de agua en el suelo. Tabla 1. Grupos y clases texturales más comunes en suelos agrícolas. Tabla 2. Interpretación de la velocidad de infiltración del suelo por varios autores (cm/hr). La infiltración se relaciona con la veloci- dad del descenso del agua en las prime- ras capas del suelo y con la capacidad que tienen los horizontes superficiales para absorber el agua aplicada. Es decir su conductividad hidráulica. La velocidad de infiltración del agua debe tener niveles adecuados, pues cuando es muy baja tiende a producir encharca- mientos, esto es muy común en suelos pesados o arcillosos y una alta infiltra- ción la cual ocurre en suelos más are- nosos tiende a dejar pasar fácilmente el agua, por lo cual el suelo tiende a rete- ner menos tiempo el agua en su interior, limitando la absorción por medio de las raíces. La infiltración depende principalmente de las propiedades hidráulicas del suelo y también del gradiente de humedad del mismo. La distribución del tamaño y la forma de los espacios porosos en el suelo, afectan la entrada de agua en el mismo. El método más utilizado para medir la in- filtración del suelo son los añillos infiltró- metros, que constan de un par de anillos concéntricos de diámetro interior de en- tre 30 – 45 cm y una altura mínima de 30 cm, el anillo exterior debe tener un diá- metro de por lo menos 30 cm mayor que el interior (Forero S., A. 1986), dentro del anillo exterior se vierte agua con el fin de que las líneas de flujo del agua del ani- llo interior sean verticales y las lecturas de infiltración a medida que va entrando el agua dentro del suelo sean adecuadas, estas lecturas se van tomando de forma menos frecuente a medida que pasa el tiempo, pues también va disminuyendo la lámina infiltrada. (Figura 1 izquierda). Al final se calcula la infiltración básica del suelo la cual es la base para la deter- minación del tipo de aspersores que se pueden elegir para el diseño del sistema de riego por aspersión o cañón, pues la precipitación aportada por el aspersor no debe superar la infiltración del suelo. Los niveles de infiltración existentes en los suelos se han clasificado según va- rios autores, los cuales se presentan en la Tabla 2. Grupos texturales Clases texturales Arenosos Francos Arcillosos Denominación Mazurca Kohnke Bonnet Año 1970 1968 1950 Muy rápida > 25,4 > 25,4 > 25,0 Rápida 2,52 - 25,4 12,7 - 25,4 6,4 - 25,0 Moderada 0,254 - 2,54 2,0 - 12,7 2,0 - 6,4 Lenta 0,0254 - 0,254 0,1 - 2,0 0,13 - 2,0 Muy lenta < 0,0254 < 0,1 < 0,13 Texturas gruesas Arenas (arena gruesa, fina y muy fina) Francas (arenosa franca, arenosa franca gruesa, arenosa franca fina y arenosa franca muy fina) Texturas moderadamente gruesas Franco arenosa gruesa, franco arenosa y franco arenosa fina Texturas medias Franco arenosa muy fina, franca, franco limosa y limosa Texturas moderadamente finas Franco arcillosa, franco arcillo arenosa, franco arenosa y franco arcillo limosa Texturas finas Arcillo arenosa, arcillo limosa y arcillosa
  • 11. 10 3. DISPONIBILIDAD HÍDRICA EN LA FINCA. Un aspecto muy importante en la finca es la existencia de fuentes de agua naturales, ya sean superficiales o subterráneas. Dentro de las superficiales se encuentran los ríos, acequias, arroyos, lagos, lagunas, etc. Las subterráneas más frecuentes son: los nacimientos o nacederos, pozos, aljibes, fuentes artesianas, etc. No se descartan las fuentes de agua artificiales como canales, tuberías, reservorios, presas y embalses. Por esta razón es necesario evaluar la hu- medad del suelo, para ello existen varios métodos: entre los que se diferencian el método directo y los métodos indirectos; el método termogravimétrico o directo, y los aparatos de medida in situ o métodos indirectos como el Reflectómetro de Do- minio de Tiempo (TDR), el dispersor de neutrónes, los tensiómetros, los bloques de yeso, y otros. Con todos estos mé- todos se obtiene finalmente el porcen- taje de humedad del suelo mediante el cual se infiere el volumen de agua que tiene en un momento dado dicho suelo. El método termogravimétrico consiste en recoger una muestra de suelo a la pro- fundidad en que se encuentran las raí- ces y llevarla al laboratorio para evaluar la humedad que tiene. Esto se hace por diferencia de pesos antes y después de secar la muestra en una estufa a 105°C por 24 horas. Los métodos indirectos como los men- cionados utilizan las relaciones entre la humedad del suelo y otros procesos fí- sicos que se presentan por el cambio de humedad, por ejemplo la tensión de suc- ción en los tensiómetros es usada para relacionarla con el nivel de humedad existente, pues a mayor tensión de suc- ción existe menor disponibilidad de agua en la matriz del suelo. 2.4 Medición de la humedad del suelo. Sin embargo no es suficiente con llevar la contabilidad del agua que entra (precipi- tación, p) y la que sale (Evapotranspiración, Eta), es necesario contabilizar también el agua que se queda en el suelo para saber si el nivel disponible para las plantas es adecuado. Tensiómetros.TDRDispersor de neutrónes. Figura No. 3: Métodos indirectos para la medición de la humedad del suelo.
  • 12. 11 Figura No. 4: Medición de la disponibilidad hídrica de la finca. Izquierda: medición de corrientes de agua con correntómetro. Derecha: dimensionamiento de la profundidad de un reservorio con metro. Sería recomendable poder mantener las praderas en la finca de acuerdo al nivel de disponibilidad hídrica con que se cuenta con el fin de no agotar las fuentes y poder regar adecuadamente las áreas que se tienen. Esto quiere decir que así como el área de la finca es una limitante para el número de cabezas de ganado que se tengan, tam- bién el volumen de agua disponible es una limitante a la hora de mantener un área de praderas. Para lograr un equilibrio adecuado es necesario evaluar dichas fuentes, esto se hace determinando los niveles de caudal que tiene la fuente de la finca, es decir midiendo cuanta agua pasa por ella en un tiempo determinado. Solo determinando el caudal se puede proyectar las obras de captación de dicha agua y saber para cuanta área alcanzaría. Existen varios métodos para la evaluación del caudal, dependiendo del tipo de fuentes con que se cuenta, por ejemplo; para el caso de acequias, arroyos o ríos se evalúa el área transversal mojada de la corriente y se mide la velocidad del flujo del agua que pasa, luego se aplica la siguiente ecuación: Q(m3 /s) = V(m/s) x A(m2 ) Ecuación (2) La velocidad del flujo del agua se puede medir con un correntómetro, el cual es un aparato con una hélice que gira de acuerdo con la corriente, al evaluar la rapidez del giro se calcula la velocidad del agua. (Figura 4 izquierda) Para el caso de agua estática como reservorios, presas, lagos lagunas, se debe medir o estimar el volumen con el cual se cuenta, esto se hace midiendo sus dimensiones de largo, ancho y profundidad y multiplicarlo por un coeficiente de utilidad que es siempre inferior a uno. V(m3 ) = L(m) x a(m) x p(m) x 0.8 Ecuación (3)
  • 13. 12 El agua que se necesita reponer al suelo y que es consumida por la planta se lla- ma “Transpiración”, y la que se evapora directamente del suelo “Evaporación”. Pues bien, la transpiración sumada a la evaporación conforman lo que se cono- ce como evapotranspiración del cultivo o evapotranspiración real (Eta). La eva- poración se puede medir mediante un elemento llamado tanque evaporímetro tipo “A”, Figura 5, el cual tiene medidas estándar: con un diámetro de 120,7 cm, y una altura de 25 cm posee un pozo de estabilización en su interior en el que se hacen las lecturas de la lámina evapora- da con un tornillo micrométrico (Hounam C. 1973) y se encuentra ubicado en las estaciones agrometeorológicas o se pue- de emplazar en la finca. Todos los cultivos tienen niveles de Eta diferentes y además dichos niveles va- rían de acuerdo al clima que se presenta en el lugar de ubicación del cultivo. Exis- ten muchos métodos complejos para el cálculo de la Eta; sin embargo; un mé- todo muy fácil es la medición de la frac- ción de evaporación de una superficie de agua estándar (Tanque Tipo A), ubicada en la finca o en una estación climática cercana, la cual se combina con investi- gaciones de campo sobre los niveles de transpiración de los cultivos en zonas agroecológicas determinadas. En este caso sólo se evalúa el volumen por lo cual hay que saber en cuanto tiempo se puede llenar el reservorio para evaluar el caudal con que se cuenta. (Figura 4 derecha) En cualquier caso es necesario tener en cuenta las condiciones específicas del sitio, pues no siempre es fácil aplicar las ecuaciones 2 y 3 directamente. Por otro lado es indispensable considerar el agua lluvia que cae en la finca y las posibilidades que se tienen no sólo del beneficio directo en las praderas, sino de retener o acopiar dicha agua para futuros usos. Como ya se había mencionado el nivel de consumo de agua en la finca se mide a través de la evapotranspiración (Evt) el cual en modo figurado es el opuesto a la precipita- ción, así como la precipitación se mide en mm de lluvia, la Evt también se mide en mm. 4. CONSUMO DE AGUA POR LAS PRADERAS. Figura No. 5: Tanque evaporímetro “Tipo A”.
  • 14. 13 Por otro lado la Eta varía también a través del ciclo vegetativo del cultivo y su va- riación se representa por medio de un coeficiente denominado Kc que describe los niveles de consumo del cultivo de acuerdo en la etapa que se encuentre. Para el caso de los pastos la FAO ha recopilado información de algunas investigaciones realizadas, y presenta los Kc a través del ciclo vegetativo de su desarrollo con valores fluctuantes que varían desde 0.3 hasta 1.20. (Allen, R. et al, FAO 56, 2006.) La Tabla 3, muestra los diferentes valores de Kc que se han obtenido para algunos pastos y variedades forrajeras. Sin embargo es importante resaltar que la mayoría de las investigaciones sobre Kc han sido realizadas para regiones templadas y no para el trópico, además las especies y variedades reportadas no consideran las más usadas en nuestro medio. Tabla 3. Coeficientes del cultivo, Kc, y altura máxima media de las plantas para cultivos no estresados, bien manejados en climas sub húmedos. (Hrmin = 45%, Vel Viento = 2 m/s) Cultivo Tipo Kc ini Kc med Kc fin Altura cultivo Max prom. (m) Alfalfa (Heno) Efectos de corte promedios 0,40 0,95 0,90 0,70 Períodos de corte individuales 0,40 1,20 1,15 0,70 Para las semillas 0,40 0,50 0,50 0,70 Pasto Bermuda (Heno) Efectos de corte promedios 0,55 1,00 0,85 0,35 Cultivo de primavera para semilla 0,35 0,90 0,65 0,40 Trébol (Heno), Bersím Efectos de corte promedios 0,40 0,90 0,85 0,60 Períodos de corte individuales 0,40 1,15 1,10 0,60 Pasto Rey Grass (Heno) Efectos de corte promedios 0,95 1,05 1,00 0,30 Pasto Sudán (Anual) Efectos de corte promedios 0,50 0,90 0,85 1,20 Períodos de corte individuales 0,50 1,15 1,10 1,20 Pastos en pastoreo Pastoreo intensivo 0,40 0,85 - 1,05 0,85 0,15 - 0,30 Pastoreo extensivo 0,30 0,75 0,75 0,10 Césped (Pasto Turf) Época de frío 0,90 0,95 0,95 0,10 Época de verano 0,80 0,85 0,85 0,10
  • 15. 14 El balance de humedad en el suelo se puede describir con la siguiente ecuación: ∆H = G - P Ecuación (4) Donde: ∆ H : Cambio de humedad en el suelo (mm) G : Ganancias de humedad (mm) P : Pérdidas de humedad (mm) La ecuación general es: ∆H = P + R - ∑ETr - Es ± Fv Ecuación (5) Donde: P :Precipitación (mm) R :Riego (mm) ETr :Evapotranspiración (mm) Es :Escorrentía (mm) Fv :Precolación (-) y/o ascenso capilar (+) Dadas las condiciones de los campos agrícolas en cuanto a planeación del riego y bue- nas profundidades del nivel freático y por otro lado la dificultad en la práctica de medir la Es y los Fv se puede asumir que estos componentes son despreciables, quedando la ecuación (5) reducida a: ∆H = P + R - ∑ETr Ecuación (6) El recurso hídrico no ha sido utilizado tra- dicionalmente en forma adecuada, el ga- nadero sólo se preocupa por el consumo de agua de su ganado, pero en general no riega adecuadamente la pradera con el objeto de optimizar la aplicación de agua en sus predios. Sin embargo es necesario aprender a manejar adecuadamente este recurso, no sólo como el requerimiento para el ganado sino para irrigar adecuadamente y también como programación del riego, de fechas de corte o renovación de pra- deras. Para saber cuanto regar es necesario hacer un Balance Hídrico de la finca, esto se logra con la confrontación de las entradas de agua contra las salidas o consumos de esta es decir la precipita- ción con la Eta. Este balance hídrico se puede hacer durante el ciclo vegetativo del cultivo, en el caso de los pastos el balance se hace continuamente, es de- cir que durante todo el tiempo se están observando los niveles de precipitación a los cuales se les resta los niveles de Eta observados y se mide la humedad del suelo con el fin de evaluar los niveles de agua faltante que deben suministrar- se por riego. Existe un nivel determinado bajo el cual no es aconsejable dejar agotar el agua pues muy seguramente esto causaría problemas de lesión por falta de agua al desarrollo de la pradera, este nivel se de- nomina: “nivel de agotamiento” del agua en el suelo. El espacio que ocupa el agua del suelo desde el nivel de agotamiento hasta el punto de saturación o “Capacidad de Campo” es el volumen que se debe regar. 5. BALANCE HÍDRICO AGRÍCOLA. 5.1 ¿Cuanto Regar?
  • 16. 15 El cambio en el contenido de humedad del suelo (∆H) para un período puede ser es- timado por: ∆H = Larai-1 - Larai Ecuación (7) Para el cálculo diario del balance hídrico se puede seguir la ecuación (8) en don- de diariamente se resta la evapotrans- piración y se suman la precipitación y/o riego ocurridos durante el día, el resulta- do de la operación corresponde al agua disponible en el suelo al día siguiente; los cálculos se repiten hasta cuando el agua rápidamente aprovechable (Larai ) se aproxima a cero, momento en el cual es necesario regar. En general se puede decir que el balan- ce hídrico es la utilización de los datos reales de precipitación y de información climática y de características hidrodiná- micas del suelo para el cálculo de las ne- cesidades de agua de los cultivos. Los balances hídricos se pueden calcu- lar para períodos diarios, semanales, de- cadales (cada 10 días) o mensuales, de acuerdo a las necesidades del caso. Con fines operacionales a corto o mediano plazo se pueden utilizar los balances hí- dricos diarios o decadales, mientras que para la planificación del manejo de los re- cursos hídricos a largo plazo se requieren los balances mensuales. Un balance hídrico con intervalo de una semana o década permitirá individualizar períodos de sequía de una, dos o tres se- manas ( ó décadas ), que en ocasiones afectan sensiblemente el rendimiento de los cultivos, en especial cuando por tratarse de cultivos anuales de raíces su- perficiales, como los pastos, las diferen- cias aumentan al disminuir la capacidad de almacenamiento del agua durante el período de lluvias. Por medio del balance hídrico es posible detectar las necesida- des de riego ya sea este indispensable o suplementario, el primer caso se pre- senta cuando aparece un déficit marcado de varios meses, durante los cuales no pueden realizarse cultivos sin riego arti- ficial, para el segundo, el déficit requiere un análisis más detallado, en períodos cortos para individualizar los posibles períodos de sequía. Donde: Larai : Lámina de agua rápidamente aprovechable en el suelo para el período de tiempo i (generalmente un día o una semana). De tal manera que: Larai = Larai-1 + P + R - ∑ETr Ecuación (8) Para la realización de un balance hídrico agrícola con el cual se pueda determinar los niveles, y frecuencias del riego es necesario conocer los siguientes aspectos: 1. Del suelo: la capacidad de almacenamiento de agua del suelo, expresada generalmente como agua rápidamente aprovechable (Larai ). 2. Del clima: la evaporación del tanque clase “A”. y la precipitación. 3. De la planta: la profundidad de la zona de raíces en los diferentes estados de desarrollo de la planta. 4. De la investigación: los factores Kc, de cultivo dados como la relación entre la evapotranspiración real y la evapotranspiración del tanque clase “A”. 5.2 Datos necesarios para el cálculo del balance hídrico.
  • 17. 16 Nuevamente es necesario conocer el ba- lance hídrico de la finca para responder esta pregunta. Pero lo que se hace es evaluar o monitorear la humedad del sue- lo con el fin de determinar cuando se está llegando a la condición del nivel de agota- miento del agua en el suelo, para nueva- mente suministrar el agua agotada hasta la condición de Capacidad de Campo. Los niveles de Capacidad de Campo, y Punto de Marchitez Permanente, de- penden fundamentalmente del suelo y del cultivo, pero el nivel de agotamiento depende principalmente del sistema de riego. El nivel de agotamiento también determina la frecuencia de riego, la cual puede ser de días para los sistemas de aspersión. Pero ¿cómo se ponen estos conceptos en práctica para saber cuánto? ¿cuando? y ¿cómo se debe regar? la solución como ya se dijo es la realización por medio de cál- culos del balance hídrico de la finca. Los siguientes son los pasos para la realización de un balance hídrico: El nivel de humedad generalmente se toma con el 50% del agua aprovechable, es decir que: Los numerales a, b, y c. se consiguen con la toma de una muestra inalterada de suelo en el campo con el muestreador Up-Land (Figura 1 derecha), es un muestreador cilín- drico que extrae el suelo sin disturbarlo, la muestra se lleva al laboratorio en donde se determinan dichas variables del suelo. En primer lugar se deben tomar las variables en el campo de la finca, estas variables son: a. Capacidad de Campo (CC) (%) b. Punto de Marchitez Permanente (PMP) (%) c. Densidad Aparente (Da) (g/cm3) d. Nivel de humedad (NH) (% decimal) e. Humedad inicial del suelo (Hi) (mm) f. Coeficiente del cultivo (Kc) (adim) g. Tabla de precipitación y evaporación (Etr), (P) (mm) 5.4 ¿Cuándo Regar? 5.5 Procedimiento de cálculo del balance hídrico. 1. Variables de campo. El balance hídrico climático se realiza generalmente usando datos mensuales, de los promedios multianuales (es decir de todos los años), se considera la precipitación efectiva que es un porcentaje de la total y la evaporación en vez de la evapotranspi- ración real, la profundidad radical suele usarse en forma promedia o unitaria general- mente de un metro. Generalmente se realiza con fines de mediano y largo plazo, como en la planeación del manejo de los recursos hídricos, estudios de factibilidad de posibles obras de riego y drenaje, clasificaciones climáticas y agroclimáticas, programación de siembras y ela- boración de calendarios agrícolas. Para la parte de ganadería se puede usar para la programación de la renovación de praderas, fechas de siega de pastos o gramíneas, planeación de reposición de pastos, o identificación de las fechas de resiembra. 5.3 Balance hídrico climático.
  • 18. 17 NH(%) = 0.5(CC – PMP) Ecuación (9) Para la humedad del suelo se debe colectar una pequeña muestra de suelo y llevarla al laboratorio o aplicar el procedimiento descrito en el numeral (formas de medición de la humedad) o por alguno de los métodos indirectos descritos. Los coeficientes del cultivo Kc se obtienen de los resultados de investigación o se asumen de la Tabla 3 u otra fuente fidedigna. Por último la información de precipitación y evaporación se puede obtener de la es- tación climática más cercana, aunque es aconsejable iniciar la medición de estos ele- mentos directamente en la finca lo más pronto posible y registrar y almacenar dicha información a través del tiempo. La unidades de la ecuación 7 son las mencionadas en el numeral 1 de esta lista, la variable Pr es la profundidad radical del cultivo, generalmente se toma la profundidad promedia, para pastos está bien tomar 20 cm, la Laa se acostumbra a expresar en milímetros (mm). En segundo lugar se debe calcular la lámina de agua aprovechable o Laa, la cual res- ponde a la siguiente ecuación: Laa = (CC - PMP)*Da*Pr 100 Ecuación (10) Laláminadeaguarápidamenteaprovechablesecalculaaplicandolasiguienteecuación: Lara = (1-NH)*Laa Ecuación (11) Observe que la ecuación 11 es la misma que la 9 pero expresada en unidades de mm. La Lara es variable y oscila entre un valor inferior que puede ser cero y un valor supe- rior que se le llama lámina neta. (Ln). 2. Cálculo de Laa. 3. Cálculo de la Lara. En general y como un medio de simplificar el proceso se puede expresar la evapo- transpiración en función de la evaporación del lugar por medio de la expresión: Eta = Kc*Ev Ecuación (12) En donde Ev es la evaporación del lugar obtenida del tanque tipo “A” expresada en mm. 4. Cálculo de la evapotranspiración. Si aún no se tienen todas las variables en las mismas unidades, se deben pasar dichas variables a milímetros (mm), por ejemplo: CC(mm) = CC(%Vol)*Da*Pr *1000mm100 Ecuación (13) 5. Homogenización de unidades.
  • 19. 18 6. SISTEMAS DE RIEGO PARA PRADERAS. 6.1 ¿Cómo se aplica el riego? Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es menor que cero entonces se debe regar, hasta alcanzar la Lara total. (es decir hasta CC). Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es menor que cero, entonces hay déficit. Si la lámina de agua rápidamente aprovechable es mayor que la CC entonces, existen excesos. El sistema de riego debe ser apropiado a la finca, no es al azar que se elige el tipo de sistema de riego, dependiendo de las condiciones de la finca debe ser seleccionado el tipo de riego que se usará, la mayoría de los aspectos técnicos mencionados atrás contribuyen a que se elija uno u otro sistema de riego y de una buena elección depen- de el éxito del sistema y su efectividad. El riego por aspersión es uno de los más usados en fincas ganaderas, pues alcanza buenos niveles de eficiencia, homogeneidad y es de fácil manejo. Una vez realizado este primer cálculo para un día se procede de forma similar para el resto de días, repitiendo el proceso para cada día, considerando que la Lara obtenida será la siguiente Larai . 8. Identificar la necesidad de riego. 9. Identificar si existe déficit. 10. Identificar si existen excesos. Antes de hacer el balance hídrico, se debe calcular la lámina de agua rápidamente aprovechable inicial, la cual depende de la humedad inicial. Larai(mm) = Hi(mm) - NH(mm) Ecuación (14) Antes de hacer el balance hídrico, se debe calcular la lámina de agua rápidamente aprovechable inicial, la cual depende de la humedad inicial. Lara = Larai + R + P – Eta Ecuación (15) Al obtener la lámina de agua aprovechable se verifica si es superior a la capacidad de campo en cuyo caso se perdería el nivel de humedad que supere este límite. 6. Cálculo de la Laai (Actual). 7. El balance hídrico. Lo mismo se debe hacer para el caso de punto de marchitez permanente (PMP), el nivel de humedad (NH), y la humedad inicial.
  • 20. 19 6.3 Ejemplo del cálculo del riego: Para la finca La Carolina de propiedad de Don Gonzalo Ramírez, es necesario eva- luar la cantidad de tiempo que se deja prendido el equipo de riego, la distancia entre aspersores, y cada cuanto se debe regar. Para responder estas preguntas es nece- sario conocer la finca, haberla caracteri- zado, es aconsejable previamente reali- zar un plano topográfico de la finca tanto de planimetría (área) como de altimetría (altitudes). Para saber cuánto se debe regar se evalúan las condiciones del suelo, teniendo en cuenta que para la finca mencionada se tiene que: PMP = 37.69 % de humedad en volumen CC = 46.11 % de humedad en volumen 6.2 ¿Por qué es mejor regar bien? Es necesario distribuir homogéneamen- te el agua en el predio pues de lo con- trario se estarían superando los niveles críticos de PMP y CC en los diferentes sectores del lote, es decir que en algu- nos sectores estaría más o menos seco, por debajo de la CC del suelo, o incluso hasta acercándose peligrosamente hacia el nivel de PMP y en otros sectores po- dría superar ampliamente los niveles de CC ocasionando encharcamientos o in- cluso escorrentía superficial. Al regar de esta forma se estaría botando el agua es decir aumentando los costos y también minimizando la eficiencia de aplicación de agua del sistema de riego. Para saber como regar mejor en un siste- ma de riego por aspersión o cañón se de- termina el diámetro promedio de alcan- ce del aspersor y se ubican en forma de cuadrícula unos recipientes de tal forma que capten la precipitación aportada por el aspersor, la totalidad de los volúme- nes de agua captados se analizan para determinar su homogeneidad por medio del coeficiente de uniformidad, el cual determina la eficiencia de aplicación del agua, esta eficiencia se acepta siempre y cuando supere por lo menos el 75% en líneas generales. Para mejorar el grado de eficiencia del sistema de riego por aspersión o cañón se reduce la distancia entre aspersores o se mejora el arreglo o patrón de tras- lape en el cubrimiento de los círculos cu- biertos por los aspersores ubicados en el campo. Dependiendo del sistema de riego y de los requerimientos de la pradera se determina el tiempo de riego, este se mejora substancialmente con un buen sistema de riego y un coeficiente de uni- formidad alto. También se usa mucho el riego por su- perficie pero su eficiencia es muy baja y la pérdida de agua es muy alta por lo general mayor del 60%, por lo cual no es aconsejable. Otro de los sistemas usa- dos es la capilaridad que consiste en la ubicación de zanjas en los lotes de acuer- do a la topografía y considerando la con- ductividad hidráulica y la infiltración con el fin de hacer pasar el agua en dichas zanjas para humedecer la zona radical de abajo hacia arriba, este sistema no se debe usar en suelos arenosos o con altos niveles de drenaje. El sistema de riego debe ser diseñado también a partir de las condiciones inhe- rentes de la finca, como disponibilidad hí- drica, precipitación, evaporación, tipo de suelo, topografía y fuerza electromotriz disponible. Es decir que un sistema de riego de una finca no puede ser llevado a otra finca similar sin antes hacer un redi- seño apropiado para dicha finca.
  • 21. 20 Debido a que el sistema de riego que es aspersión sólo alcanza una eficiencia de apli- cación del 75% se tiene que la lámina bruta a aplicar es de: Ln 8,2 mLb = = = 10,96 mmn 0,75 Ecuación (17) Es decir que Don Gonzalo debe aplicar esta lámina de riego de 11 mm cada 3 días. Sin embargo después de un análisis del sistema de riego que posee la finca se deter- minó que el sistema sólo puede aplicar a una lámina de 8.7 mm/hr. Por lo cual la recomendación final para el riego que debe aplicar Don Gonzalo es que debe regar como mínimo 1 hora y 15 minutos cada 3 días en cada sitio de ubicación del aspersor o cañón. Haciendo un ensayo de campo se determinó que la distancia entre aspersores que daba una eficiencia aceptable alcanzando un coeficiente de uniformidad apropiado debía ser de por lo menos 35 x 35 m con lo cual se logra una eficiencia de aplicación de agua del 76.1 %. Es de anotar que la eficiencia mínima aceptada para un sistema de riego por aspersión es de 75%. En los datos suministrados hay que tener en cuenta que la humedad volumétrica ya está multiplicada por la densidad aparente, entonces, la lámina de agua a regar se evalúa por la siguiente ecuación: Laa = CC - PMP 46,11 - 37,89*Pr *0,2 m = 0.01644 m = 16,44mm100 100 (Pr = Profundidad radical) A partir de la lámina de agua aprovechable, (Laa) se puede evaluar la Lara, para lo cual se evalúa lámina neta (Ln) para ello se debe tener en cuenta un nivel de agota- miento, el cual para riego por aspersión se supone del 50% = 0.5. Ln = (1-0.5)*16.44 mm = 8.22 mm Como no se conoce la humedad inicial de la finca (Hi) se puede omitir, por lo cual se desarrolla el balance hídrico restando la ET de la precipitación que se presentó en la última semana, ya que no hubo riego la ecuación 5 queda de la siguiente forma: Lara = P – ET P = 0.0 mm Eta = 3.572 mm/día luego; Lara = 0.0 – 3.572 mm/día = -3.572 mm/día, es decir que por cada día que pasa existe un déficit de tres y medio milímetro de agua, por lo cual se debe regar. Ahora se puede evaluar la frecuencia del riego considerando la siguiente ecuación: Ln 8,2 mmFr = = = 2,3 días ≈ 3 díasEta 3,572mm/día Ecuación (16)
  • 22. 21 7.2 Hoja de formato. Procedimiento para el cálculo del balance climático. 1. Calcule el almacenamiento máximo. Alm(mm) = RH(mm/cm)*Pr(cm). 2. Evalue la evapotranspiración. Eta(mm) = Kc(Adim)*Ev(mm) 3. Calcule el nivel de almacenamiento. Al(mm) = Pe(mm) - Eta(mm) Si, 0 > Al > Alm_? hay almacenamiento. 4. Calcule el déficit. Deficit = Eta - Pe Si el resultado es mayor que cero, hay déficit, de lo contrario es cero. 5. Calcule el exceso. Excesos = Pe - Eta - Al Si el resultado es mayor que cero, hay excesos, de lo contrario es cero. Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. P (mm) 21.19 32.56 49.43 86.40 73.63 57.68 36.22 36.13 51.30 91.13 77.36 38.32 Ev (mm) 96.53 91.35 96.27 80.56 77.06 78.39 87.67 91.65 86.83 82.29 76.93 84.56 7. TALLER. 7.1 Cálculo del balance hídrico climático mensual. Calcular el balance hídrico mensual para la zona de la Sabana de Bogotá representado porlaestaciónmeteorológicadelC.I.Tibaitatá.Losdatosdisponiblessonlossiguientes: Textura del suelo: F. Ar. L. Profundidad efectiva de raíces: 20 cm. Capacidad de almacenamiento: 0.75 mm/cm ( serie Tibaitatá ) Nota: Los valores de precipitación son efectivos, extraídos del promedio de 54 años de registros, los datos de evaporación ( Ev ) se obtuvieron de un tanque evaporímetro “tipo A”. Suponga un Kc para pastos de 0.8. 1. Determinar el balance hídrico a través del año típico. 2. Determinar el balance hídrico total anual. 3. ¿Cuáles son los meses de déficit hídrico y cuales los meses de excesos? 4. Realice una gráfica del balance hídrico en la cual se observe el comportamiento de la precipitación y la evapotranspiración real, identifique los períodos de excesos y déficit hídricos. Tabla 4. Datos climáticos de la estación de Tibaitatá (Sabana de Bogotá).
  • 23. 22 Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. TOTAL P(mm) Ev(mm) Eta (mm) Almacenamiento Déficit(mm) Excesos(mm) FORMATO PARA BALANCE HÍDRICO A NIVEL MENSUAL.
  • 24. 23 Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. TOTAL P(mm) 21.2 32.6 49.4 86.4 73.6 57.7 36.2 36.1 51.3 91.1 77.4 38.3 651.4 Ev(mm) 96.5 91.4 96.3 80.6 77.1 78.4 87.7 91.7 86.8 82.3 76.9 84.6 1030.1 Eta (mm) 77.2 73.1 77.0 64.4 61.6 62.7 70.1 73.3 69.5 65.8 61.5 67.6 824.1 Almacenamiento 0.0 0.0 0.0 15.0 12.0 0.0 0.0 0.0 0.0 15.0 15.0 0.0 57.0 Déficit(mm) 56.0 40.5 27.6 0.0 0.0 5.0 33.9 37.2 18.2 0.0 0.0 29.3 247.8 Excesos(mm) 0.0 0.0 0.0 7.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 10.3 0.8 0.0 18.0 7.3 Solución al taller. P(mm) Eta(mm) Retención de humedad 0.75 mm/cm. Profundidad efectiva de raíces 20 cm. Almacenamiento máximo 15 mm. Profundidad efectiva de raíces: 20 cm. Para el caso de Enero. Kc= 0.8 Adim Eta= Kc*Ev 77.224 mm. Déficit= Eta-Pe, Si es mayor que 0, de lo contrario es 0 Déficit= 77.2 - 21.2=56.0 mm. Almacenamiento= Pe-Eta Si es mayor que 0 y menor que el Almacenamiento max. (15 mm) Almacenamiento= 21.2 - 77.2=-56.0 mm Es menor que 0. Por lo tanto 0.0 Excesos= Pe-Eta-Almax. Si es mayor que 0. No es mayor que 0. Por lo tanto 0.0 Excesos= 21.2 - 77.2 - 15 = -71.0 mm
  • 25. 24 8. BIBLIOGRAFÍA. Allen, R.; Pereira, L. S.; Raes, D.; y Smith, M. 2006. “Evapotranspiración del Cul- tivo, Guías para la determinación de los requerimientos de agua de los cultivos”, FAO. Estudio FAO, riego y drenaje, No. 56, Roma, 298 p. Almansa M., E. 1996. “Requerimientos de agua por las plantas” En Aspectos Bási- cos del Riego, Corpoica - Inat, Convenio Corpoica – Inat No. 174 Pequeña Irrigación. Ibagué, Mayo de 1996, 98 p. Almansa M., E. 1998. “Manejo de cultivos bajo riego en distritos de pequeña escala” Corpoica – Inat, Convenio Corpoica – Inat No. 174 Pequeña Irrigación. Bogotá, 174 p. Bruce, R. R., y R. J. Luxmore. 1986. Water retention: field methods. Am. Soc. Araron. 202 – 226 p. Doorenbos, J. y Pruitt, W.O. 1994. “Las necesidades de agua de los cultivos”. Estudio FAO Riego y Drenaje, FAO 24, Roma, 193 p. Forero S., A. 1986. Infiltración. En. Manual de Riego y Drenaje ICA. Santa Fé de Bogotá, Colombia, 30 p. Gavande, S. 1987. Física de suelos, principios y aplicaciones. Editorial Limusa, S.A. México, D.F. 351 p. González M., C., Mendoza R. G y Sánchez J. G. “Riego por goteo”. Cartilla para ingenieros, estudiantes y agricultores. SENA, Universidad Nacional. Sc. Sp. Hounam C. E. 1973. Comparison between pan and lake evaporation, WMO. s.p. Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). 1990. Métodos analíticos del laboratorio de suelos. Santa Fé de Bogotá, 502 p. Klute, A. 1986. Water retention: Laboratoy methods. Am. Soc. Agron. Madison. Luque, J. 1981. “Hidrología Agrícola Aplicada”. Hemisferio Sur, Buenos Aires, 326 p. Merriam, J., Keller, J., y Alfaro, J. 1973. “Irrigation system evaluation and improve- ment”. Department of Agricultural and Irrigation Engineering, Utah Water Research Laboratory. Logan, Utah, sp. Richards L., A. 1949. Methods of measuring soil moisture tension. Soil Sci. 68: pp 95 – 112. Rojas P. H. 1996. “Balance Hídrico”. En Aspectos Básicos del Riego, Corpoica - Inat, Convenio Corpoica – Inat No. 174 Pequeña Irrigación. Ibagué, Mayo de 1996, 98 p. Sáchez M., G. 1995, “Hidrología en la ingeniería”. Escuela Colombiana de Ingeniería. Santa Fé de Bogotá, Colombia, 382 p. Suárez M., G. 1986. Algunos parámetros hidrodinámicos usados en riego y drenaje. En: Manual de Riego. ICA. Santa Fe de Bogotá, Colombia. 63 p. Terán Ch., C. 1996. “Climatología Agrícola”. En Aspectos Básicos del Riego, Corpoica -Inat,ConvenioCorpoica–InatNo.174PequeñaIrrigación.Ibagué,Mayode1996,98p.
  • 26. Capacitación en manejo de agua en praderas en el trópico