Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Buscando a Coral.
1. BUSCANDO A CORAL
En el año 1410, una pequeña familia de la aristocracia musulmana, tenía una
hija joven, muy bella, con una larga melena de color azabache. La muchacha
se llamaba Coral. Tenía 15 años, muy joven aún, vivía en un pequeño pueblo
de calles estrechas y oscuras, coronado por un castillo grande, suntuoso, bien
protegido.
Una noche, la joven paseaba por la plaza, cuando vio una sombra moverse, de
un lado para otro. Al ver esto, la niña corrió por la calle, despavorida, asustada
miró a todas partes, por si veía algo extraño. Se aseguró de que no había nada
y siguió su camino. Ya llegando al castillo oyó un gran ruido, venía de la casa
de al lado. Coral se asustó, sin embargo se asomó para ver lo que ocurría. En
ese momento, sintió como la agarraban fuertemente tapándole con un pañuelo
mojado la boca y la nariz.
Coral, se despertó en una oscura celda, amarrada de pies y manos. Rodeada
de cuerpos decapitados y descompuestos, con charcos de sangre alrededor, y
multitud de ratas. Estaba aterrada, ya que desde las celdas cercanas se
escuchaban a todos los prisioneros agonizar, esperando su muerte.
La niña, pasó días sin comer, nadie fue, ningún soldado bajó, sin siquiera le
dieron de beber.
Sus padres, la buscaban noche y día sin parar, junto con toda su tropa,
registraron todas las casas, todos los lugares, todos los castillos. No dieron
nunca con su paradero, se dieron por vencidos. Sumidos en esta tristeza,
dejaron de atender sus obligaciones como reyes, y fue Matilda, la tía de la
joven Coral, la que tomó las riendas del poder
Pasaron días y días, Coral no aguantaba más, cubierta de ratas, de cuerpos
decapitados y charcos de sangre. Las ratas comenzaron a comerle las uñas de
los pies y terminaron picándole todo el cuerpo. Coral sabía que era su fin, pues
nadie fue a rescatarla. Pasados dos días más la niña murió.
Con el tiempo descubrieron su cuerpo junto con otros más, en el castillo de su
tía Matilda. Todos comprendieron porque no la encontraron.
AUTORAS: Mónica García del Río y Marina Merchán Sepúlveda