2. Una historia popular china cuenta sobre un
viejo, pero sabio campesino, que sólo
contaba con su joven hijo y un viejo caballo
para cultivar su campo.
3. Un día, el caballo
escapó a las montañas.
Cuando los vecinos del
anciano campesino
se acercaban para
consolarlo, y lamentar
su desgracia, el sabio
campesino les replicó:
«¿Mala suerte? ¿Buena
suerte? ¿Quién lo sabe?
4. Una semana después, el caballo
volvió de las montañas trayendo
consigo una preciosa yegua salvaje
6. Al día siguiente,
su joven hijo
intentó domar a
la yegua, pero
se cayó y se
rompió una
pierna.
7. Todo el mundo
consideró esto como
una desgracia. «Mata
a esa yegua, está
maldita», le decían
algunos.
No así el sabio
campesino, quien se
limitó a decir: “¿Malo
o Bueno? Nadie lo
puede saber tan
rápido».
8. La semana siguiente, el ejército del
Emperador pasó reclutando a todos
los jóvenes de la aldea para la guerra.
9. Pero al ver al hijo del campesino con la
pierna quebrada lo dejaron quedarse.
Los vecinos le dijeron “Que buena
suerte tuviste”, el hombre prefirió
callar y esperar hasta quedarse solo
con su hijo.
10. Entonces le dijo
a su hijo:
«Quiero
compartirte una
de las grandes
enseñanzas
de la vida»
11. He pasado por
muchas situaciones
difíciles en mi vida pero con el tiempo
he aprendido a aceptar los hechos, sin
sacar conclusiones precipitadas.
Estoy convencido que, al final todo
pasa por nuestro bien. Lo único que
depende de ti y de mí es la actitud con
la que decidamos vivir día tras día.