6. Manifiesto de PATERNIDAD
Por encima de todo quiero que sepas que te quiero y que mereces ser amado. Lo sabrás tanto por mis palabras como por mis
actos: las lecciones sobre el amor están en cómo te trato a ti y en cómo me trato a mí mismo.
Quiero que te impliques en el mundo, consciente de que te mereces hacerlo.
Aprenderás que te mereces ser amado, estar integrado y ser feliz cada vez que me veas a mí practicar la autocompasión y
aceptar mis propias imperfecciones.
Practicaremos el valor en nuestra familia, dando la cara, dejándonos ver sin disfraces y honrando la vulnerabilidad. Compartiremos
nuestras historias de lucha y fortaleza. En nuestro hogar siempre habrá un sitio para ambas.
Te enseñare la compasión practicándola primero conmigo mismo, luego entre nosotros. Marcaremos y respetaremos nuestros
límites, honraremos el esfuerzo, la esperanza y la perseverancia. El descanso y el juego serán valores y prácticas familiares.
Aprenderás responsabilidad y respeto viéndome cometer y corregir errores, y viendo como pido lo que necesito y hablo sobre
mis sentimientos.
Quiero que conozcas la felicidad, así que practicaremos juntos la gratitud. Quiero que sientas felicidad, así que aprenderemos
juntos a ser vulnerables. Cuando nos visiten la incertidumbre y la escasez, podrás recurrir a ese espíritu que forma parte de
nuestra vida cotidiana.
Juntos lloraremos y nos enfrentaremos al miedo y a la tristeza. Yo querré evitarte el dolor, pero por el contrario, me sentaré a tu
lado y te ensenaré a sentirlo.
Nos reiremos y cantaremos y bailaremos y crearemos. Siempre tendremos permiso para ser naturales entre nosotros. Pase lo que
pase, siempre estarás conmigo.
Cuando empieces tu viaje hacia la genuidad, el mayor regalo que puedo hacerte es vivir y amar con todo mi corazón, y
atreverme, y arriesgarme.
No te enseñaré ni amaré ni demostraré nada a la perfección, pero dejaré que me veas, y siempre consideraré sagrado el don de
poderte ver. Verte verdadera y profundamente, hijo mío.
Brene Brown