3. TABLA DE CONTENIDO
PROLOGO por, Gary North, ..... . . ........................................ ix
PREFACIO .... ....................................................................... xxi
INTRODUCCION
1. La especificación del propósito y de la posición, ................... 1
SECCIÓN PRIMERA: LA AUTORIDAD DE LA LEY DE
DIOS
A. El Estándar de la Escritura Abarca Todas las Esferas
2. La Palabra de Dios es nuestra norma .................................. 11
3. La Biblia entera es el estándar para hoy ............................. 17
4. El alcance de la verdadera obediencia. . ............................. 23
B. Las Doctrinas Cardinales de la Fe
5. El estándar uniforme del pacto respecto
al bien y el mal. ..................................................................... 29
6. La santidad y Ley inmutable del Padre ............................. 36
7. La justicia ejemplar del Hijo........................... .................. 43
8, La dinámica del Espíritu para vivir. .................................. 50
C. Perspectivas Motivacionales y Consecuentes
9. La ética motivacional apoya la Ley ................................. 57
10. La ética consecuencial apoya la Ley ............................. 63
D. La Ley del Antiguo Testamento en la Era del Nuevo Testamento
11. El Nuevo Testamento respalda explícitamente la Ley...... 69
12. Los temas éticos del Nuevo Testamento
apoyan la Ley ......................................................................... 75
13. Los juicios morales del Nuevo Testamento
apoyan la Ley ........................................................................ 95
14. Las categorías de la Ley de Dios. ................................. 106
4. viii He aquí el estándar
E. Resumen de Las Perspectivas del Antiguo y Nuevo Testamento Sobre la
Ley de Díos
15. La continuidad entre los pactos basados en la Ley...........112
16. La discontinuidad sobre la Ley entre los pactos ............. 124
F. Las Funciones de la Ley de Díos
17. Los mandamientos de Dios son una regla no
legalista de la obediencia ............................................. 136
18. La oposición del Nuevo Testamento al abuso de la
y Ley de Dios ..............................................................142
19. Lo que la Ley no puede hacer.. ................................... 148
20. Lo que la Ley puede y debe hacer............................... 153
21. Los "tres usos" tradicionales de la Ley ....................... 162
SECCIÓN SEGUNDA: APLICACIÓN DE LA LEY DE
DIOS A LA ÉTICA POLÍTICA
22. Las consecuencias políticas del evangelio integral. . . 169
23. La Ley y la política en el Israel del
Antiguo Testamento ................................................... 179
24. La Ley y la política en las naciones circundantes
de Israel ..................................................................... 188
25. La Ley y la política en el Nuevo Testamento ............ 197
26. Crimen y castigo ........................................................ 216
27. Iglesia y Estado. ................................................. ....... 228
SECCIÓN TERCERA: ANTAGONISMO A LA LEY DE
DIOS
28. Autonomía y antinomianismo ..................................... 234
29. Argumentos en contra de la validez general de la Ley. 242
30. Argumentos en contra del uso político de la Ley. ...... 255
CONCLUSION
31. La autoridad de la Ley de Dios para hoy ................... 272
GLOSARIO. ........ . ............................................................ 281
INDICE DE ESCRITURAS ................................................ 291
INDICE DE TEMAS ........................................................... 295
5. PRÓLOGO
por Gary North
Este libre es una especie de expediente legal. Su razonamiento
es preciso, y claro. Es un bosquejo básico del argumento a favor
de la validez continua de la Ley del Antiguo Testamento basado
en el Nuevo Testamento. Punto por punto, el Dr. Bahnsen refuta
los supuestos argumentos bíblicos en contra de la validez perenne
de la Ley de Dios.
El hecho de que no nos damos cuenta de la necesidad urgente
que tenemos de este libro, testifica de la carencia teológica que
la Iglesia de Jesucristo ha sufrido por casi dos milenios desde la
muerte de su Fundador. Sin embargo, que tal libro aparezca en
la actualidad en lo que parece ser la crisis final de la era hu-
manista de la civilización occidental, resulta muy oportuno para
producir el mayor impacto. Al menos el pensamiento de una
minoría de líderes eclesiásticos ha comenzado a cambiar. Hay un
mercado para este libro (según mi punto de vista empresarial)
que no existía hace dos décadas! De Cierto, este mercado apenas
comenzó a existir hace poco tiempo. Han ocurrido cambios fun-
damentales de perspectiva dentro de la comunidad cristiana, y
actualmente están ganando ímpetu- cambios que los medios de
comunicación cristiana han sido mas lentos de reconocer que la
prensa secular.
Hay muchas razones para este cambio de perspectiva. En los
Estados Unidos, el incidente histórico más importante fue la
decisión de la Suprema Corte de justicia de los Estados Unidos
al anular las leyes estatales en contra del aborto criminal, durante
ix
6. X He aquí el estándar
el juicio infame conocido como "Roe contra Wade" en l973. Esta
decisión hizo que la filosofía se convirtiese en un asunto de vida
o muerte. Esto hizo resaltar la ineludible realidad de la posición
filosófica que el Dr. Bahnson y otros defensores de la Ley bíblica
han sostenido hace tiempo, es decir, que no hay neutralidad. El
conflicto del aborto ha ilustrado claramente la verdad de esta
conclusión. O el niño se queda para madurar en el vientre, o se
le hace matar ― en este caso, por un médico profesional reconocido
por el Estado. (Actualmente en los EE. UU.; es ilegal cobrar por
un aborto provocado a no ser que sea ejecutado por un medico;
el hacerlo sin licencia significa practicar la medicina ilegalmente,
y la Suprema Corte encarcelara al que comete tal crimen en
contra de la humanidad — "humanidad" en el sentido de un monopo-
lío medico sumamente lucrativo.) No existe una tercera posibili-
dad, ninguna zona neutral entre la vida y la muerte, excepto en
el caso raro de la criatura abortada que de alguna forma sobrevive
al verdugo y nace vivo en la clínica del aborcionista. Este posibili-
dad medica ha causado estragos para los teóricos jurídicos del
humanismo.‛ Una autoridad medica lo ha llamado "la principal
complicación." Una vez fuera de la matriz, ¿esta obligado el
aborcionista a considerar al bebe como una persona legal o puede
matarlo legalmente?
Un dilema legal como este sólo puede surgir en una civili-
zación que ha rechazado a Dios y a Su Ley, Los abogados
humanistas necesitan los principios humanistas de la "casuística" ― la
aplicación de leyes generales permanentes a casos concretos a
fin de hacer frente a tal dilema, tanto como los pensadores legales
cristianos necesitan los principios bíblicos de la casuística. Pero los
historiadores seculares se han burlado de la casuística cristiana.
No olvidamos: no es cuestión de que si se hace o no uso de la
casuística; es mas bien cuestión de ¿qué clase de casuística?
Lo que ha llegado a ser claro para una minoría creciente de
cristianos con respecto a la "neutralidad medica y social" del
________________
l. Franky Schaeffer. Bad New for Modern Man: An Agenda for Christian Activism
(Westchester, Illinois: Crossway Books, 1984), Págs. 3-6.
7. Prólogo xi
aborto, también está llegando a ser cada vez mas claro con res-
pecto a males sociales tales como la pornografía, la inflación, la
educación neutral apoyada por los impuestos, la "clarificación
de valores", la homosexualidad, la fe en un gobierno universal,
el Nuevo Orden Mundial, el humanismo de la Nueva Era, y las
teorías occidentales contemporáneas de la defensa nacional (como
la de la destrucción mutuamente asegurada). Cuando el prin-
cipio de la neutralidad resulta fraudulento en una área, se hace
cada vez mas sospechoso en otras ăreas. De este modo, paso a
paso, una herencia radicalmente defectuosa de pietismo y esca-
pismo se está dando por vencida.
La Ley Bíblica y el Evangelismo
En la medida que los cristianos redescubren que en una época
de la historia norteamericana, la época colonial a fines del Siglo
XVII, ésta era una nación cristiana, y que la civilización occi-
dental era en un tiempo una civilización cristiana, surge la
pregunta: ¿En que difiere visiblemente una sociedad cristiana de todas las
demas sociedades? La respuesta es en la actualidad la misma que en
la época de Moisés: en la ética. En el tiempo de Moisés, como
en la actualidad, los sistemas éticos luchaban unos contra otros,
y había un sistema ético dictado por Dios y puesto en vigor por
el hombre que era como una forma de evangelismo internacional.
Como leemos en Deuteronomio 4:
Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová
mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en
la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y
ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos
estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido,
nación grande es esta. Porque ¿qué nación grande hay que tenga
dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en
todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga
estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy
delante de vosotros? (vs. 5-8).
Dios es glorificado cuando Su Ley es cumplido por los que le
8. xii He aquí el estándar
honran. De igual manera, Dios se enciende en ira cuando los
hombres rechazan Su Ley, porque al actuar así, vuelven sus espal-
das a las únicas restricciones sociales y legales que inhiben que el
hombre se destruya a sí mismo y a la creación. Alguien ha
llamado la Ley de Dios “el manual para los usuarios de la creación,"
pero Su Ley es mas que esto: es un manual para los usuarios de
la vida. Las leyes de Dios, impartidas a los hombres redimidos
por la gracia, a través de la fe en Cristo, son leyes de vida.
La fe sin obras es muerta (Santiago 2:20). Los cristianos sin
obras de fe son igualmente muertos, y por lo tanto infieles. La
cuestión es: ¿Como comprobamos la fidelidad de las obras de
un hombre, o de una civilización? En pocas palabras: ¿Según cual
estándar comprobamos dicha fidelidad?
La Apologética
El Dr. Bahnsen estudió apologética (la defensa filosófica
de la fe) y teología con el Dr. Cornelio Van Til, el defensor
elocuente de la soberanía absoluta de Dios y la soberanía absoluta
de la Biblia. El Dr. Van Til falleció en 1987. Ningún filósofo en
la historia de la Iglesia jamás ha atacado el mito de la neutralidad
mas confiadamente o mas eficazmente que el Dr. Van Til. Cuando
` R. J. Rushdoony escribió un libro sobre el pensamiento de Van
Til, lo tituló, ¿Según cual estándar? Este fue un título apropiado,
porque ha sido Van Til, mas que ningún otro en la historia de la
Iglesia, quien ha derribado el reto al hombre que se proclama
autónomo y que defiende sus principios aparte de Dios, mientras
que Van Til ha defendido la Biblia en los términos de la propia
Biblia. No hay ni habrá ninguna estrategia filosófica que pueda
resultar, salvo una: retar a las perdidas según la revelación de
Dios en Su Biblia. Cualquier estrategia fuera de esta resultará en
engaño y mentira. Las quebraotadures del pacto no tienen nin-
guna respuesta filosófica internamente auto-consistente. ¿Según
cuál estándar puede el hombre saber algo a ciencia cierta? Por
medio de la Biblia, y sólo por la Biblia, Van 'Til contestó — tome
tras tomo.
9. Prologo xiii
El Dr. Bahnsen es ciertamente un heredero espiritual e in -
telectual de Van Til, como el mismo Van Til lo reconoció al
comenzar la carrera seminarista del Dr. Bahnsen. El Dr. Bahnsen
es un filósofo competente y un lógico riguroso; de hecho, escribe
con mas precisión que Van Til. Sin embargo, hay un precio que
pagar por esta precisión, tanto para el autor como sus lectores.
El autor tiene un mercado mas limitado, y los lectores tienen que
pensar con precisión a fin de seguir sus argumentos. No hay
tantos lectores suficientemente auto - disciplinados para aceptar el
desafió.
No es que la exposición de Dr. Bahnsen sea difícil de seguir;
es que uno tiene que prestar atención a fin de seguirle. Esto
requiere que uno lea y relea sus argumentos. También requiere
que los lectores se acuerden del bosquejo de los argumentos que
se ha presentado en las secciones anteriores. (Especialmente las
páginas 275-276). El Dr. Bahnsen requiere de sus lectores la habili-
dad y disposición de prestar atención, no una alta inteligencia.
Su glosario facilita las definiciones de los términos técnicos.
Se admite que su interpretación en este libro no es emo-
cionante. Él considera los argumentos típicos que se han usado
contra la idea de la validez continua de la Ley bíblica, y luego los
expone, uno por uno, como ilógicos, anti-biblicas, y muy dañinos.
Demuestra que no sólo estos argumentos están equivocados lógi-
camente sino que también están moralmente errados. Envuelve
sus adversarios en una red exegética. Cuanto más luchan, mas
se enredan. Nunca los nombra, pero se oyen sus gritos de todos
modos.
Podemos comparar su actuación a la de un hombre que
extrae la ponzoña de una víbora venenosa: procede metódi-
camente, sin emoción visible, pero con precisión. Finalmente,
la víbora queda momentáneamente sin veneno hasta que su sis-
tema fabrica una nueva ponzoña. Entonces comienza otro turno
de extracción, y otro argumento queda aplastado, despojado
de todo contenido lógico y bíblico. Así sigue una y otra vez, hasta
que la víbora por fin muere o se queda sin colmillos. No obstante,
10. xiv He aquí el estándar
para apreciar los esfuerzos del técnico, el observador tiene que
reconocer el peligro de la ponzoña y la seriedad de la actividad.
También el observador no debe asombrarse dc que desde el
principio hasta el fin, se oigan silbidos rabiosos.
Ley y Autoridad
La introducción de este libro a la cuestión dc la validez
continua de la Ley del Antiguo Testamento no es definitiva. Es
sólo una introducción. No se le debe considerar como una
declaración final de la posición teonómica. Theonomy in Christian
Ethics (La teonomia en la ética cristiana) es una defensa extensa
del caso que se presenta en este libro. lnstitutes of Biblical Law (Los
institutos de la Ley bíblica) de Rushdoony, Law of the Covenant (La
Ley y el Pacto) de James Jordan, y mi propio comentario
económico sobre la Biblia, The Dominion Covenant (El pacto ba ―
sado en el dominio), son también ejemplos de como la Ley
bíblica se aplica exitosamente a las dificultades sociales contem-
poraneas y a la política.
En la comunidad cristiana habían quienes rehúsan inmediata-
mente la tesis del Dr. Bahnsen, mas sus voces crecen cada vez
mas estridentes a causa de su desesperación. Están asediados:
por Bahnsen a la derecha y por el humanismo secular de la
izquierda, Su grupo se está disminuyendo más rápido que sus
cabellos. Una generación más joven de activistas cristianos no
está dispuesta a seguir tomando en serio los pretextos tradicionales
anticuados que se dan para no oponerse a la civilización hu-
manista en el nombre dc los principios bíblicos. Estos jóvenes no
se resignan a dejar que los enemigos de Dios los amedrenten. Aun
mas importante, ellos Se han empezado a dar Cuenta que la Iglesia
no es culturalmente impotente, y la Ley de Dios no conduce a la
impotencia.
Como Sansón sin su cabello, los cristianos sin la Ley de Dios
son impotentes, y han sido considerados por los filisteos a través
de todos los tiempos como unos debiluchos que han de ser abusa-
dos y humillados públicamente a cada oportunidad. Lo que el
Dr. Bahnsen propone es que usemos nuestros músculos y des -
11. Prólogo xv
truyamos las columnas del templo del humanismo. Pero esta vez
debemos empujar desde afuera de la arena, no desde adentro.
Para que cuando llegue el desmoronamiento social los flietesos de
la actualidad estén adentro y nosotros seamos los que podamos
reconstruir.
El muy usado lema tradicional, "estamos bajo la gracia, no
bajo la ley," es reconocido cada vez mas por los cristianos inteli-
gentes como una defensa teológica ignorante y hasta enfermiza
de una situación cultural perversa: “Estamos bajo una estructura
legal humanista basada en la enemistad con Dios, no en la Ley
de Dios, y no hay nada que podamos hacer." De hecho sí hay algo
que debemos hacer: los cristianos debemos comenzar a estudiar,
predicar, y afirmar la Ley bíblica.
Es difícil que los críticos enemigos de la Ley bíblica puedan
seguir soportando con éxito las presiones de nuestra era. Una
minoría creciente de líderes cristianos ahora reconoce que tiene que
ofreeer opciones sociales validas par una civilización humanista que se
derrumba — un orden humanista que estos lideres cristianos inten·
tan avergonzar y hasta destruir, si es posible - si logran escaparse
de la ruina soberanía del hombre que se auto―declara autónoma.
El Autobús Se Estrellará, A No Ser Que ....
Hay una vieja máxima política que dice: “No puedes luchar
contra algo con nada." La sabiduría de esta máxima se ha de-
mostrado por mas de medio siglo: los cristianos han sido impo
tentes para detener la desintegración social. Por fin ya están
sintiendo la presión cultural. Las perversiones de esta era están
asaltando a sus hijos. La burocracia federal está amenazando sus
iglesias. Los cristianos se están dando cuenta de que no pueden
quedarse mas como participantes silenciosos en los asientos trase-
ros del autobús del humanismo, a no ser que estén dispuestos a
caer al precipicio. Ellos están comenzando a comprender lenta -
mente que no pueden bajarse de este autobús tan veloz, aunque
la teología del "escape por la puerta atrás” ha tenido mucha popu -
laridad hasta hace muy poco. Pero la "fiebre del rapto" se está
enfriando poco a poco. Así que, ya sólo queda una opción: los
12. xvi He aquí el estándar
pasajeros deben ser persuadidos a dejar que los cristianos tomen
control del autobús.
Sólo los cristianos poseen un mapa válido: la Ley de Dios.
Este mapa es rechazado por el, chofer actual, y si los otros pasa―
jeros (especialmente los cristianos confundidos, y psicológicamente
derrotados) siguen aceptando este chofer, entonces el autobús se
estrellará. Aun más, es posible que explote.
El liderazgo de los humanistas se está terminando. Esta vez
tendrán que luchar para seguir teniendo el control político porque
ahora hay millones de cristianos en el asiento trasero del autobús
del humanismo que ya no se dejan engañar sobre la habilidad del
conductor. Es posible que ellos no tengan todas las respuestas
todavía, pero ya no tienen paciencia. Y entonces llega el Dr.
Bahnsen con su mapa diciendo: nosotros hemos pagado nuestros
pasajes también, y nosotros hemos de preparamos para oponernos
al control de los humanistas que están en el asiento del chofer.
Este libro es una defensa preeliminaría de la certeza del mapa
que Dios dio a Su pueblo en Sinaí. Mas aún: es una defensa de la
idea de que hay un sólo mapa que es preciso. Hay muchísimos otros
mapas que se venden tanto a los cristianos como a los humanistas,
pero todos tienen una cosa en común: son imprecisos. Es asom -
broso que la mayor parte de los Cristianos hoy en día hayan
afirmado implícitamente y hasta explícitamente que cualquier mapa
es adecuado, y que los cristianos pueden vivir tolerablemente
bien, bajo la administración política y social de instituciones
gobernadas por varios órdenes de leyes humanistas. Cualquiera
funcionará bien, se nos dice; podemos aprenderá vivir con cualquier
orden social, menos uno. Sólo uno es rechazado categóricamente
por una generación envejecíente de pensadores sociales cristianos
como inválido para nuestra era neotestamentaria: la Ley de Dios.
El Complejo de Inferioridad de los Cristianos
¿Por que es que tantos cristianos, especialmente teólogos y
profesores de colegios universitarios cristianos, han proclamado
una filosofía social tan monstruosa, una filosofía de "todo es aceptable
menos el Antiguo Testamento” ? Yo creo que la razón principal
13. Prologo xvii
es que los cristianos han tenido temor de ejercer dominio. Esta es la raíz
del problema. Los manipuladores profesionales de culpa humanistas
les han amedrentado a la sumisión y los han persuadido que el
cristianismo, cuando aplicado a la política, lleva a la tiranía y a la
guerra. Por ejemplo, citan la historia de hace 800 años de las
cruzadas medievales, donde unos miles de soldados profesionales
salieron para combatir a los musulmanes. ¿Y quién se esta que-
jando en la actualidad acerca de las cruzadas? Los defensores del
humanismo cuyos varios representantes han lanzado las guerras
y revoluciones del Siglo XX en las cuales mas dc 150 millones
personas han muerta entre 1901 y l970. 2
Estos mismos críticos se han quejado repetidamente porque
la Iglesia católica romana quemó al mago espiritista Bruno3 o
porque Calvino aprobó matar en una hoguera el unitariano -
Servetus (con la aprobación animada de los católicos, que
también le buscaban, e informaron a Calvino cuando Servetus
llegó a Ginebra), hace cuatro siglos. Comparas tú estos dos
eventos con las atrocidades de Stalin, quien mató de 20 a 30
millones de rusos en su purga de los años l930, incluso un millón
de miembros del Partido Comunista, 4 sumándole a estos unos diez
millones adicionales que murieron durante el hambre producida
por su colectivización forćada de la agricultura.5 Luego encontra-
mos la continua atrocidad de la población en los campos de
concentración de la Unión Soviética, lo que ha incluido probable-
mente cerca de un tercio de la población soviética a través de
los años, con por lo menos uno por ciento de la población entera
en estos campos en cualquier momento dado.6
2. Gil Eliot. Twentieth Century Book of the Dead (New York: Scribners, 1972).
3. Que Bruno fue un espińtista en vez de un científico está comprobado concluyentemente de Giordano Bruno
y la tradición gernetuca de Miss Fraxwes A, Yates (Barcelona: Ediciones Aviel, 1983), pag. 272.
4. Robert Conquest, El gran terror (Barcelona: Luis de Caralt Editor, 1974).
5. Paul Johnson, .Modern Times: The World from the Twenties to the Eighties (New York: Harper & Row.
1982), pág 272.
6. Vladimir Bukovsky, To Build a Castle: My Life as a Dissenter (New York:
Viking. 1978), pág 318.
14. xviii He aquí el Estándar
Esta matanza se llevó a cabo en los años I930 sin que
apareciese ninguna crítica significante por parte de la prensa hu
manista liberal prestigiosa durante los siguientes veinte años. Mal-
colm Muggerídge, quien era periodista del Guardián de Manchester
en aquella época, dice en el primer tomo de su autobiografía que
los periodistas occidentales y los izquierdistas sabían lo que Stalin
estaba haciendo; ellos aprobaron su crueldad. Aun en nuestro día,
todavía existen algunos apologistas. ("A pesar de algunos excesos,
Stalin era una fuerza progresiva en su día, y hemos de comprender
que no es fácil llevar una sociedad atrasada a la madurez
tecnológica, bla, bla, bla.“) Sin embargo, estos mismos ideólogos
vituperan a los cristianos acerca de los juicios de brujas de Salem
en los años 1690, en los cuales se ajusticiaron 20 personas, y que
nunca mas acontecieron. En un sólo año, la política de Mao
mató a 30 millones de chinos.7 Que no se inculpe a los cristianos,
por favor.
Hasta muy reciente, los psicópatas médicos certificados por
el Estado y afanosos del provecho han humillado hasta la sumisión
a los cristianos diciéndoles que el aborto provocado es una forma
válida de controlar el crecimiento poblacional y de resolver las
dificultades matrimoniales y económicas. Un renovado interés
en la Ley bíblica "despertará" a los cristianos bien pronto, lo que
ya está ocurriendo.
Es posible que la gente se pregunte: ¿No creara la Ley bíblica
una tiranía? Yo contesto: ¿Por qué? Dios la diseñó. Dios la co -
mandó por mandato. ¿Fue Israel una tiranía? ¿O fue Egipto la
tiranía verdadera?, y ¿que de Babilonia? La tiranía es lo que Dios
envió a Su pueblo ellos rechazaban la Ley bíblica
.
Pero hablando de una manera práctica no me puedo imaginar
una tiranía moderna y exitosa que sea financiada por menos del
diez por ciento de los ingresos nacionales (EI diez por ciento es
lo máximo que la Ley bíblica permite que el Estado tenga en una
sociedad cristiana [1° de Samuel 8:15]). Lo que sí es posible
7. Stephen Mosher, Broken Earth: The Rural Chinese (New York: Free Press, 1983), págs. 2û3—64.
15. Prólogo xix
imaginarse fácilmente son muchas tiranías financiadas por cinco y
hasta siete veces el diezmo. En este siglo humanista sangriento, "
esto no requiere mucha imaginación. Sólo basta un libro de
historia. O una suscripción al periódico New York Times.
El Músico y su Canción
El que paga al músico escoge la canción. Los humanistas han
aplicado impuestos a nuestro dinero a fin de contratar sus músicos
para tocar las canciones que ellos han querido. Pero ellos no se
contentaron con darle directamente los impuestos a sus músicos
sino que devaluaron la moneda, lo que esta causando que las
músicos se rebelan. Actualmente están pidiendo prestado el dinero
(con la "plena fe y crédito" del gobierno federal) para que los
músicos sigan tocando, pero cuando la paciencia y la fe de los que
prestan el dinero se agoten, todos estaremos en un gran aprieto.
Cuando llegue ese día, los cristianos deben estar preparados
con la respuesta bíblica: la caridad voluntaria, los diezmos para
financiar la iglesia, y que todos los niveles del Gobierno Civil
combinados limiten sus gastos por ley, a menos del diez por ciento
de los ingresos del pueblo. El Estado no es Dios, y por lo tanto
no tiene derecho a un diezmo. Los cristianos pagarán a los músicos
voluntariamente, y los músicos tocarán nuestras canciones. Los
humanistas sólo pueden recoger suficiente dinero para pagar a
los músicos cuando han robado el dinero por la urna electoral,
por medio de la política de culpabilidad y la pena, y por la política
de la envidia. El evangelio de Cristo, cuando está acompañado
por la fe en la Ley bíblica, destruye las fundaciones psicológicas
de la culpabilidad, la pena, y envidia política. El fin político de los
humanistas está a la vista, y están encolerizados. El Salmo 2 nos
cuenta lo que Dios piensa de su furia, y cuánto bien les va acarrear.
Conclusión
Lo diré con franqueza: ningún teólogo de buena fama (o de
mala fama) ha desafiado exitosamente la defensa de la Ley bíblica
del Dr. Bahnsen durante los últimos diez años. Yendo mas lejos:
16. xx He aquí el estándar
ningún teólogo ni pensador social cristiano en nuestra gener—
ación es capaz de desafiar exitosamente la tesis general del Dr.
Bahnsen, porque tiene razón. Llevándolo un paso mas adelante:
no veremos ni siquiera que un filósofo cristiano prominente lo
intente. Nadie se anima a luchar contra el Dr. Bahnsen por medie
de una publicación. Esto conllevaría a una excesiva humillación.
No obstante, si alguien de por lo menos un grupo teológico
moderno no responde, y pronto—los díspensacionalistas, neo-
evangélicos, los reformados, los Católicos romanos, O los orto-
doxos orientales — entonces la batalla intelectual esta casi ganada
por los teonomistas. De nada sirve a los defensores de una vieja
cosmovisión fingir como si ellos puedan sin ningún riesgo hacer
caso omiso del brillante argumento presentado para cualquier
nueva postura, mucho menos de la postura bíblica. Si los teólogos
de peso permanecen silenciosos por otros diez años, los teonomistas capturarán las mentes
de la próxima generación del activistas
y pensadores sociales cristianos. Entonces la lucha habrá terminado.
A los victoriosos pertenecen los despojos: las posiciones catedráticas,
las redes de televisión vía Satélite, y mucho espacio en las librerías
cristianas―incluso tal vez en las librerías seculares, hasta que
finalmente o vayan a la quiebra o al cristianismo.
Ahora bien, ¿quien será el cordero sacrificial? ¿Quien quiere
intentar comprobar que este pequeño libro es la obra de un hereje,
o un incompetente? ¿Quien intentará comprobar que la tesis de
este libro no puede ser sustentada en base al Nuevo Testamento?
¿Quien entonces refutara el otro Libro Theonomy in Christian Ethics
(La teonomia en la ética Cristiana)? Muchos lectores inteligentes
están esperando el argumento, y la respuesta del Dr. Bahnson.
17. PREFACIO
`¡Pero eso es lo que dice el Antiguo Testamento! No-
ostros vivimos en tiempos neotestamentarios
Ya sea dicho en voz alta o no, esta es la reacción que muchos
cristianos tienen ante cualquier idea que sugiera que debemos
conformarnos a los requisitos de la Ley de Dios, Una presuposición
común es que Dios no espera que los creyentes del Nuevo Testa-
mento vivan según las estipulaciones del Antiguo Testamento.
Erróneamente piensan que su actitud y modelo ético debe limi-
tarse al Nuevo Testamento, casi como si el Antiguo Testamento
fuera nada mas que una curiosidad histórica ― en vez de una
revelación que es todavía provechosa ‛`para instruir en justicia"
(2a a Timoteo 3:l6-l7). Este libro fue escrito para estimular a la
reflexión guiada por la Escritura sobre la cuestión de si la Ley
del Antiguo Testamento es todavía válida como un modelo moral
para hoy o no. Tal cuestión puede llegar a ser controversial, y
uno encontrará que existe un gran número de respuestas diferentes
propuestas para ella. Éste libro no es en absoluto la última pala-
bra sobre el tema, y no tiene la intención de ser así. Pero es una
palabra que se esfuerza diligentemente por ser fiel a la extensión
plena de la enseñanza bíblica acerca de la Ley de Dios. Ojalá que
el lector encuentre este libro útil para organizar las dificultades,
para presentar las proposiciones, y para forzarle a verificar todas
las opiniones usando la Palabra escrita de Dios.
Los varios capítulos que constituyen este libro fueron com-
xxi
18. xxii He aquí el estándar
puestos primeramente como artículos cortos, la mayor parte de
ellos aparecieron en mi circular mensual, Biblical Ethics (1La ética
bíblica] publicado por el Instituto para la Economía Cristiana de
Tyler. Texas). Estos estudios aparecieron entre septiembre de 1978
y julio de 1982. El orden ha sido cambiado un poco para darle
forma de libro, y en algunos casos el material de mas de un año
ha sido combinado en un sólo capítulo. La serie "La ética
bíblica" — condensada en este libro — tuvo la intención de resumir
(para un público lector mas amplio) las extensas discusiones sobre
la validez de la Ley de Dios que se encuentran en mi otro libro,
Theonomy in Christian Ethics [La teonomia en la ética cristiana]
2nd ed., Nutley, New Jersey: Craig Press, 1984). Theonomy pro-
clama la posición básica que yo creo que el Nuevo Testamento
toma con respecto a la Ley del Antiguo Testamento.
Este libro es un intento de establecer un resumen de Theonomy;
no tiene el propósito de profundizar o examinar todos los
pormenires que caracterizan dichas obras. Doy por sentado que
esta publicación será mas útil para un grupo mas amplio de
lectores ― los que tienen, como cristianos, un interés en las cuestiones
de la ética bíblica. Después de familiarizarse con la posición que
se presenta aquí acerca de la Ley de Dios, los lectores que tienen
un interés mayor en el tema, o que tienen mas preguntas sobre
ello, o que quieren plantear desafios de acuerdo a lo que se ha
dicho, debieran conseguir mis otros libros.
Mi oración es que a través de estos libros los cristianos
lleguen a convencerse de la sabiduría y autoridad de los man
damientos de Dios, y que aprendan a decir de Corazón: ";Oh,
cuánto amo yo tu ley!" (Salmos 119:97).
Al enviar este libro para su impresión, deseo expresar mi
gratitud a algunas personas que han hecho posible esta publi-
cación y que me han ayudado en su producción, Doy la gracias
al Dr. Gary North del Instituto para la Economía Cristiana por
iniciar este proyecto y suscribir los gastos, como el "'Teofilo" de
la edad moderna. También quisiera agradecer a R. E. McMaster,
19. Prologo xiíi
cuya contribución generosa ayudó a financiar la publicación
de este libro. Estoy agradecido a mis amigos en La Iglesia Refor-
mada de la Gracia Soberana (Ashland, Ohio) quienes han apoyado `
mi ministerio de enseñanza mientras arreglaba estos estudios.
Tengo que agradecer también a los críticos de la ética teonómica
por haberme ayudado a mostrar los conceptos erróneos o errores
comunes acerca de la posición teonńmica que se deben tratar
en un libro como el presente, Al preparar el texto para la publi -
cación he recibido mucha ayuda y agradezco el repaso y las
correcciones de Doug Jones y de mi querida esposa, Cathie. Sus
ideas y correcciones han servido tanto a mí como al lector. Para
terminar, quisiera agradecer a mis padres, a quienes dedico este
libro, por su amor paciente y educador que me llevó a ver la
vida y la conducta, no según la opinión arbitraria, sino según los ·
principios que dan rumbo seguro,
El Reverendo Greg L. Bahnsen V
M. Div., Th.M, Ph.D.
Covenant Community Church —
Placentia, California.
20. INTRODUCCIÓN
1
LA ESPECIFICACION DEL
PROPOSITO Y DE LA POSICION
"A diferencia de las Filosofías éticas autónomas de
los hombres, donde el bien y el mal se definen por la
especulación pecaminosa, la ética cristiana adquiere
su carácter y dirección de la Palabra revelada de
Dios."
A través de la historia de la Iglesia cristina, los creyentes se
han preguntado cuál debiera ser su actitud con respecto a los
mandamientos de Dios revelados en el Antiguo Testamento. Se
han afirmado muchas posturas tocantes de la Ley de Dios - desde
el extremo de decir que no ha habido ningún cambio en cuanto a
la observancia de la Ley de Dios (incluyendo los sacrificios de
animales) hasta decir que todo ha cambiario debido al cambio de
dispensación (con lo cual la ética Cristiana queda limitada to-
talmente al Nuevo Testamento). Entre los dos extremos se en-
cuentran numerosas posiciones o actitudes, algunas pro-nomianas
(en favor de la Ley) y otras anti-nomianas, en muchos casos con
sutiles variaciones que distinguen una postura de la otra. Con el
trasfondo de este enredo de opiniones, nos conviene especificar y
resumir la posición respecto a la Ley de Dios afirmada en estos
capítulos.
1
21. 2
He aquí el estándar
La Tesis Básica
Fundamental a la posición que asumo es la convicción de
que la revelación especial de Dios — Su Palabra escrita — es nece-
saria como el modelo objetivo de moralidad para el pueblo de
Dios. A diferencia de las filosofías éticas autónomas de los hom-
bres, donde el bien y el mal se definen por la especulación
pecaminosa, la ética cristiana adquiere su carácter y dirección
de la Palabra revelada de Dios, una revelación que armoniza con
la revelación general de los principios de Dios a través del Orden
creado y la conciencia del hombre.
Al explorar lo que la Biblia enseña acerca del carácter de Dios,
la salvación lograda por Cristo, la obra del Espíritu Santo al
hacernos rectos de corazón y de conducta, o la naturaleza de las
relaciones basadas en el pacto de Dios con los hombres, vemos
por que el creyente debe tomar una actitud positiva hacia los
mandamientos de Dios, aun en Su revelación en el Antiguo
Testamento. La Biblia enseña que hemos de presumir continuidad
entre los principios éticos del Nuevo Testamento y los del An―
tiguo, en vez de abreviar la validez de la Ley de Dios según algún
límite preconcebido y artificial.
Como Él no vino a abrogar al Antiguo Testamento, y ni una
jota de la Ley llegará a ser inválida hasta el fin del mundo, Jesús
declaró: "De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los ciclos" (Mateo 5:17-19).
Dada esta instrucción, nuestra actitud debe ser que todas las
leyes del Antiguo Testamento son nuestra obligación actual a no
ser que alguna revelación mas del Promulgador muestre que ha
habido un cambio.
La posición metodologíca, entonces, es que presumimos la
obligación a obedecer todo mandamiento del Antiguo Testa -
mento a no ser que el Nuevo Testamento indique lo contrario.
Hemos de presumir continuidad en vez de discontinuidad con el
Antiguo Testamento. Esto no quiere decir que no hay ningún cambio
del Antiguo al Nuevo Testamento. De hecho, hay cambios impor-
tantes. Sin embargo, la Palabra de Dios tiene que ser el criterio
22. La Especificación del Propósito y de la Posición 3
que defina precisamente cuáles son esos cambios para nosotros;
no podemos presuponer ni forzar tales cambios en el Nuevo Testa-
mento. La Palabra de Dios, (Su dirección para nosotros) se debe
tomar como autoridad continua hasta que Dios Mismo lo revela
de otra manera. Esto es, en un sentido, el meollo de la "teología del
paeto," a diferencia de la interpretación dispensacicnal de la
relación entre el Antiguo y Nuevo Testamento.
A esta posición metodológica podemos agregar la conclusión
sustantiva de que el Nuevo Testamento no enseña ningún cambio .
radical en la Ley de Dios respecto a los principios de la moralidad
socio-politica. La Ley de Dios referente a los deberes del magistrado
civil no ha sido alterado en ninguna manera sistemática o funda-
mental en el Nuevo Testamento.
Por lo tanto, en vez de tomar una perspectiva básicamente
antagonista a los mandamientos del Antiguo Testamento para la
sociedad y el Estado, y en vez de tomar una postura de seleccionar
al azar y elegir de entre las leyes basándonos en la tendencia y
conveniencia personal, debemos reconocer la obligación continua
de los magistrados civiles de obedecer y poner en vigor las leyes
relevantes del Antiguo Testamento, incluso las sanciones penales
estipuladas por el Juez justo de toda la tierra. Así como con el resto
de la Ley de Dios, debemos presumir una continuidad en la
vigencia de los mandamientos socio-políticos revelados como la
Ley permanente en el Antiguo Testamento.
La Discontinuidad (Cambio)
No ha Sido Negada
Lo que he dicho es simplemente que la presunción debiera
ser que una ley del Antiguo Testamento es válida en el Nuevo
Testamento. Esto de ninguna manera excluye o rechaza los muchos
cambios radicales entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En
verdad cambios se han producido a través del curso de la historia
redentora, así que, verdaderamente hay excepciones a la continui-
dad general que caracteriza la relación entre el Viejo y Nuevo .
Pacto. Dios tiene el derecho de hacer alteraciones para la Nueva
Era. En la transición a esta Nueva Era observamos que hay
23. 4
He aquí el estándar
avances sobre el Antiguo Pacto, con algunas leyes abrogadas y
otras leyes observadas en una forma nueva.
Dado el progreso de la revelación, debemos comprometernos
a la regla de que el Nuevo Testamento debe interpretar el Antiguo
Testamento para nosotros; la actitud de Jesús y los apóstoles hacia
la ley de Moisés, por ejemplo, debe ser lo determinante en la ética
cristiana. Así que aquí no se sostiene una simple relación entre la
ética del Antiguo y el Nuevo Testamento―una que de una ma-
nera abstracta absolutize la enseñanza del Nuevo Testamento
acerca de su continuidad con el Antiguo Testamento (sin recono-
cer las modificaciones reveladas en otros lugares). Lo que aquí se
propone es que nuestra obligación hacia la Ley de Dios dada en
el Antiguo Testamento, debe ser interpretada y calificada por las
Escrituras del Nuevo Testamento, no a través de la relativa
opinión humana, las cuales no dan ningún pretexto bíblico para
alejarnos de las estipulaciones de Dios.
Debemos reconocer que ciertos aspectos del Antiguo Pacto
no son autoritativos para el día de hoy. Por ejemplo, además de
las leyes dadas a los judíos como normas de vida, Dios les dio
ciertos mandamientos localizados ― mandatos para un uso específico
en situaciones concretas, no principios con la continuada vigencia
de una ley que va de generación en generación. Un ejemplo de
esto debiera ser el mandato de ir y tomar la tierra de Palestina
por la espada. Eso no sería un requisito para nosotros en nuestra
época.
De la misma manera existen detalles culturales mencionados en
muchas de las leyes de Dios usados para ilustrar el principio
moral que Él requería. (Por ejemplo la diferencia entre causar una
muerte por accidente y un asesinato alevoso fue ilustrada por una
"cabeza de hacha desprendida".) Lo que tiene autoridad moral
permanente es el principio ilustrado, no el detalle cultural usado
para ilustrarlo. Así que nosotros no debemos leer las leyes de juicio
del Antiguo Testamento apegados literalmente a las palabras
utilizadas (por ejemplo, tanto la hoja de una hoz desprendida que
cause un accidente como los frenos de un carro dañados están
incluidos en la ley que tiene que ver en como juzgar el caso de
24. La Especificación del Propósito y de la Posición 5
una muerte causada por la cabeza de un hacha desprendida.)
Además de los mandatos locales y los detalles culturales de
expresión, notaremos que también hay ciertos detalles administrati-
as de la sociedad del Antiguo Testamento que no son normativos
para hoy (por ejemplo, el tipo o forma de gobierno, el método de
recaudar impuestos, la ubicación del capitolio). Estos aspectos
de la vida del Antiguo Testamento no fueron prescritos por la Ley
permanente y no son obligaciones actuales.
Otras discontinuidades con la vida y costumbres del Antiguo
Testamento pertenecen a las sombras tipológicas del Antiguo
Testamento ― reemplazadas en el Nuevo Testamento por las rea-
lidades que ellas tipifican. Por ejemplo, tenemos las leyes ceremo-
niales de sacrificio que durante el Antiguo Testamento eran sólo
las sombras "débiles y pobres” del sacrificio perfecto de Cristo que
había de venir. También podemos pensar aquí en las estipula-
ciones en cuanto a la tierra de Palestina. Con la venida y es-
tableeimiento de ese reino figurado por la "tierra prometida” y con
la eliminación de privilegios especiales del reino de los judíos por
Cristo, las leyes que regulan los aspectos de la tierra de Canaan
(por ejemplo, los terrenos familiares, las ubicaciones de ciudades
de refugio, la institución del levirato (Deuteronomio 25:5-10))
se han abrogado en el Nuevo Testamento como inaplicables.
Quizás se pueden dar mas ejemplos, pero ya hemos dado
suficientes como para demostrar que la posición tomada aquí no
es que cada detalle de la vida del Antiguo Testamento debe ser
reproducido hoy como moralmente obligatorio, pero sencillamente
que nuestra presunción debe ser que haya continuidad con las leyes
permanentes del Antiguo Testamento (siempre que éstas sean correcta
mente interpretadas en su sentido contextual).
Necesitamos ser sensibles a la realidad de que interpretar la
ley del Antiguo Testamento categorizando correctamente sus de-
talles (por ejemplo, las leyes ceremoniales, las permanentes, los
culturales), y aplicando hoy en día los principios autoritativos del
Antiguo Testamento no es una tarea fácil ni sencilla. No es siempre
obvio para nosotros interpretar un mandamiento del Antiguo
Testamento o utilizarlo correctamente en la actualidad. Así que,
25. 6 He aquí el estándar
la posición tomada aquí no hace que todas las cosas en la ética —
cristiana sean solamente una cuestión de buscar las respuestas
obvias en un libro de códigos. Un compromiso con la posición
propuesta en estos estudios requiere mucha reflexión difícil — tarea
exegética y teológica.
Lo Que No Se Intenta o Propone Aquí
El propósito de estos estudios es fundar un caso a favor de
la validez continua de la Ley del Antiguo Testamento, incluyendo
sus principios socio-políticos de justicia. Se propone que debiéramos
presuponer la autoridad perdurable de cualquier mandamiento
del Antiguo Testamento a no ser que el Nuevo Testamento lo
revele de otra manera, y esta presuposición es válida tanto para
las leyes pertenecientes al Estado como las leyes pertenecientes al
individuo. Como ya hemos visto, tal presuposición no niega la
realidad de algunas discontinuidades en el Antiguo Testamento;
solamente insiste en que tales cambios sean autorizados por la
enseñanza bíblica, no por el sentimiento u opinión personal falible.
La posición asumida aquí no pretende ser una perspectiva
total de la ética cristiana, tocando sus muchas esferas. Trato una
sola perspectiva de la ética cristiana - a saber, la perspectiva nor-
mativa que se relaciona con los principios de la conducta. Las
perspectivas motivaciónales y consecuenciales (que tratan con el
carácter interior v la meta de la ética) no son tratados igualmente,
ni lo es el área vital de como producir y mantener el compor-
tamiento moral.
Mas aún, el único aspecto de la ética que constituye el enfoque
de atención de estos estudios, la cuestión de la Ley, se presenta
con la visión de evitar ciertos errores serios que se puede cometer
acerca de la Ley de Dios, La obediencia a la Ley de Dios no
obtiene la justificación ante los ojos de Dios; la salvación no es
por medio de las obras meritorias sino por la gracia por medio
de la fe. Si bien es cierto que la Ley es un modelo de vivir santo
para la santificación, esta no es el poder dinámico que capacita
la obediencia de parte del pueblo de Dios; mas bien, es el Espíritu
Santo quien nos da una vida nueva y fuerza para guardar los
26. La Especificación del Propósito y de la Posición 7
mandamientos de Dios. La interpretación externalista de la Ley
de Dios que caracterizaba a los fariseos es también repudiado
aquí; las demandas hechas por Dios se extienden a nuestros cora-
zones y actitudes de modo que la obediencia verdadera debe salir
de un corazón de fe y amor. No se encuentra solamente en el
acatamiento exterior a (sólo una parte de) Su Ley.
Lo que estos estudios presentan es una posición de la ética
cristiana (normativa). No comprometen lógicamente a los que
coinciden con ellos en una creencia de interpretación escatología.
Los pre-milenialistas, los a-milenialistas, y los post-milenialistas to-
dos pueden armonizar esta perspectiva normativa con sus postu-
ras de la historia y el reino de Dios, Si bien es cierto que el autor
tiene una perspectiva fija de la escatología, esta no es la materia
de estes estudios ni explícita ni implícitamente.
Se puede agregar que la posición ética ensenada aquí es de
carácter fundacional. Trata con un problema fundamental, la validez
de la Ley de Dios, y no contesta todas las preguntas acerca de la
aplicación detallada de la Ley de Dios a nuestro mundo mo -
derno. La interpretación especifica de los mandamientos de Dios
no se incluye ni se discute extensamente. Verdaderamente, los
que coinciden con la conclusión fundacional de estés estudios — que
la Ley de Dios es valida hoy a no ser que la Escritura lo revele
de otra manera— bien pueden no estar de acuerdo los unos con
los otros sobre los asuntos particulares al interpretar lo que de -
manda la Ley de Dios en un punto n otro, o que no estén de
acuerdo acerca de cómo se debe observar estas demandas hoy,
Estos estudios no tienen la intención de resolver todos esos proble-
mas. Sólo declaran que no se puede pasar por alto la Ley de
Dios al tomar decisiones sobre la ética cristiana. Decir esto no es
aprobar cada abuso que ha sido cometido o está siendo cometido por
los creyentes en cuanto a los requisitos establecidos en los man-
damintos del Antigua Testamento.
Además, se debe observar que estos estudios no apoyan la
imposición de la Ley de Dios a la fuerza en la sociedad, como si
eso sería una manera de "construir el reino." El reino de Dios
avanza por medio de la Gran Comisión—evangelismo, predi-
27. 8 He aquí el estándar
cación, y alimentación en la Palabra de Dios――y en el poder del
Espíritu regenerador y santificador de Dios, Mientras que estos
estudios toman una posición distinta en cuanto a la Ley de Dios
y el Estado moderno, no destacan un método de cambio político. La
preocupación: es mas bien por el estándar de la justicia político.
Así que, sería bueno prevenir los conceptos erróneos repu-
diando aquí cualquier pensamiento acerca de que la Iglesia lleve
la espada en la sociedad, cualquier pensamiento de rebelión
contra los poderes, y de la misma manera cualquier pensamiento
de sumisión irreflexivo al status quo de la sociedad. Nuestro compro-
miso debe ser con el poder transformador de la Palabra de Dios
que reforma todas las áreas de la vida con la verdad. Tanto el
hacer caso omiso a la necesidad de la reforma socio-político como
el intentar lograrla a la fuerza contradice los deberes reformacio-
nales de la Iglesia.
Errores relativos al uso socio - político de la Ley de Dios se
pueden descartar por adelantado en la presente obra. No todos
los pecados son crímenes, y por ese el magistrado civil no esta
obligado a asegurar el cumplimiento de la Ley de Dios en su
totalidad. Los gobernantes deben asegurar el cumplimiento solo
de esas leyes para las cuales Dios reveló sanciones sociales para
imponer (no a los asuntos de la conciencia particular ni a la
piedad personal). Esta claro que no todos los líderes políticos procu-
ran en realidad guiar sus intenciones y actividades por la Ley
revelada de Dios. Lo que estos estudios afirman es que los magis-
trados deben someterse a la Ley de Dios en cuanto a los asuntos
socio-políticos: elles responderán ante Dios por su desobediencia a
Sus principios.
Desde luego, cuando los magistrados llegan a la decisión de
poner en vigor el mandamiento(s) de Dios en un área particu-
lar ― ya sea porque se han convertido personalmente o sólamente
porque ven la sabiduría y justicia de esas leyes como incrédulos
—están obligados a hacerlo en una manera correcta y justa. El
cristianos no propone la justicia ex post facto en donde les reos son
castigados por los crímenes cometidos antes de la promulgación
civil de una ley que prohíbe sus acciones. Ni tampoco el cristiano
28. La Especificación del Propósito y de la Posición 9
apoya el castigo de criminales que no han sido condenados bajo
la plena garantía del debido proceso en una corte de ley. Los que
creen que la Ley de Dios para la sociedad debe ser obedecida
deben trabajar para que todas las Leyes de Dios para la sociedad
sean obedecidas, que no sólo se trate con el castigo de los ofen -
sores sino también con su justo procedimiento legal y enjuicia-
miente.
Finalmente debemos alejarnos de la impresión equivocada
de que porque estos estudios prestan atención a un sub-tema
particular de la teología y de la ética cristiana ellos tienden a
mostrar esa área de la verdad como mas importante que otras
áreas de la enseñanza bíblica. Es necesario que toda discusión
considere estrechamente cada tema por separado porque no todos
los temas se pueden discutir simultáneamente. Por ejemplo, el
escribir acerca del nacimiento virginal no es despreciar la doctrina
de la venida de Cristo; sólo es dedicarse a uno de los muchos
asuntos importantes de la teología cristiana.
De la misma manera, el establecer una posición respecto a
la validez de Ia Ley del Antiguo 'Testamento de Dios v sustentar
que sus principios de justicia política son válidos hoy (y que los
magistrados civiles deben asegurar el cumplimiento de las san-
ciones penales de la Ley) es enfocar un sólo aspecto del cuadro
total de la teología y la ética cristiana. No es decir que el énfasis
mas importante en nuestras vidas y pensamiento debe ser la Ley
del Antiguo Testamento de Moisés. No es decir que la ética
política es mas vital que la ética personal o que el mandato
cultural es mas crucial que el mandato evangelístico de la Iglesia.
Y ciertamente no es sostener que la pena de muerte es el tema
mas importante de la ética cristiana o aun de la ética social
Cristiana.
Al emprender un estudio de la Ley mosaica y de la validez de
las sanciones penales sólo estamos señalando que estos son aspec—
tos de la enseñanza bíblica―en verdad aspectos que sirven un
propósito benéfico y como tal son incluidos en la Palabra reve-
lada de Dios ― y no se debe malentender o pasar por alto al decidir
qué es lo que la Biblia entera nos dice acerca de nuestras vidas,
29. 10 Ha aquí el estándar
conductas, y actitudes, Al prestar atención a la cuestión de la
Ley de Dios en la ética cristiana sólo estamos siendo consistentes
con la convicción de la Reforma dc que nuestras creencias cris-
tianas deben ser guiadas por la sola Scriptura y total Sciptura — Sólo
por la Escritura y por toda la Escritura.
30. SECCIÓN PRIMERA: LA AUTORIDAD DE
LA LEY DE DIOS
A. EL ESTANDAR DE LA ESCRITURA
ABARCA TODAS LAS ESFERAS
____________________________________________________________
2
LA PALABRA DE DIOS
ES NUESTRA NORMA
___________________________________________________________
"¿Fundarás tu vida sobre la roca segura de la Palabra
de Dios, o sobre la arena destructora de la opinión
humana independiente?"
__________________________________________________________
Día tras día tomamos decisiones sobre como actuar, formamos
actitudes y cultivamos emociones, fijamos metas y procuramos
alcanzarlas. Hacernos estas cosas individualmente, también en
varias agrupaciones: nuestra familia, amigos, Iglesia, comunidad,
trabajo, Estado. En todos estos contextos la clase de personas que
somos, la clase de metas que tenemos, y la clase de reglas que
observamos en la toma de decisiones son asuntos éticos. Toda
conducta y carácter humano está sujeto a una evaluación según
el valor moral; cada uno de nuestros logros (ya sean metas que
son realizadas o cualidades de carácter que hemos cultivado) y
cada una de nuestras actividades (ya sea una conducta mental,
verbal, o corporal) expresan un código implícito del bien y del
mal. Toda la vida es ética.
Pero se nos ofrecen muchos valores morales. Hay muchísimos
códigos implícitos del bien y del mal. Pasamos cada día en medio
de una pluralidad de perspectivas éticas que compiten las unas
con las otras constantemente. Algunas personas hacen del placer
su mas alto valor, mientras otros dan importancia a la salud. Hay
11
31. 12 He aquí' el estándar
los que dicen que debemos ayudarnos primeramente a nosotros
mismos, y otros nos dicen que debiéramos vivir para servir al
prójimo. Lo que escuchamos de la propaganda comercial con
frecuencia se opone a los valores respaldados por nuestra Iglesia.
A veces las decisiones de nuestros jefes violan las leyes establecidas
por el Estado. Nuestros amigos no siempre comparten el código
de conducta tomado en nuestra familia. Muchas veces no esta―
mos de acuerdo con las actividades del Estado. Toda la vida es
ética, pero el tomar decisiones éticas puede resultar confuso y
difícil. Cada uno de nosotros necesita un guía moral que nos pueda
dirigir a través del laberinto de problemas y desacuerdos morales
a que nos enfrentamos en cada momento de nuestras vidas.
Para decirlo de otra forma, el hacer juicios morales requiere
un estándar de ética. ¿Ha intentado usted alguna vez trazar una
línea recta sin la ayuda de una guía, tal como una regla? Por mas
buena que parezca su línea inicialmente, cuando coloque la regla
sobre ella observara que la línea esta claramente torcida. ¿O ha
intentado alguna vez determinar una medida exacta usando sólo
la vista? Por mas cérea que haya acertado, la única manera de
estar seguro y preciso es usando un instrumento correcto de me-
dida, tal como una cinta métrica. De la misma manera, si no-
sotros vamos a ser capaces de determinar que clase de personas,
actividades, o actitudes son moralmente buenas, entonces neccesi-
taremos un estándar en estas cosas también. De otra manera
viviremos vidas torcidas y haremos evaluaciones imprecisas. ¿Cual
debe ser nuestro estándar ético? ¿Cual regla se debe usar para
tomar decisiones, cultivar actitudes, o fijar nuestras metas y las
metas de los grupos en los cuales participamos? ¿Cómo sabe uno
y comprueba lo que esta bien y mal?
“Reglas" para la Civilización
En la Grecia y Roma antigua se aceptaba a la ciudad o
Estado como la autoridad y modelo principal de la ética. El Cesar
era señor sobre todo, cuando surgían las cuestiones morales, A
diferencia del Estado totalitario divinizado, la Iglesia primitiva
proclamó el señoría de Jesucristo`. Ellos decían a "las autoridades
32. La Palabra de Dios es Nuestra Norma 13
superiores" (Romanos 13:) que "toda potestad en el cielo y en la
tierra" habitaba en el Mesías resucitado (Mateo 28:18). En con-
formidad el apóstol Juan describe a la "bestia” política del Apocalip `
sis, capitulo 13 como el que requería que su propio nombre fuese
escrito en las frentes y manos de los hombres (vs. 16-17), con eso
mostraba que la ley del Estado había sustituido la Ley de Dios,
que se había de escribir en la frente y en la mano (v. 6:8). Por eso
es que los que de oponen a la bestia son descritos como “los que
guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesucristo“ (Apocalip-
sis 14:1, 12). El pueblo de Dios insiste que el Estado no tiene la
autoridad ética principal, porque la Ley de Dios es la regla su-
prema del bien y del mal.
La iglesia medieval, sin embargo, llegó a promover dos
modelos de ética: un modelo para la ética religiosa que se encuen-
tra en las Escrituras reveladas, y un modelo para la ética natural
que se encuentra en la razón del hombre al examinar el mundo.
Desde luego eso dejo algunas decisiones o evaluaciones éticas
independientes de la Palabra de Dios, v los asuntos religiosos que
permanecían dentro de los parámetros de la Biblia eran decididos
por el Papa. De este modo el mundo medieval estaba listo para
una tiranía tanto por un Estado secular como por una Iglesia
déspota.
En contraste con esto, los reformadores desafiaron las tradi-
ciones de los hombres y reafirmaron la plena autoridad de la
Palabra de Dios, y declararon la sola Scriptura tota Scriptura (solo
la Escritura y toda la Escritura). El estándar final de la fe y la
práctica, la regla para toda la vida (tanto la moralidad personal
como la social), era la Biblia. Por eso los puritanos lucharon para
dejar que la Palabra de Dios formase su estilo de vida y regulase
su conducta en cada esfera del empeño humano. Un Dios santo
les requería que fuesen "santos en toda su manera de vivir” (1a de
Pedro 1:15), y el criterio del vivir santo se encontraba en la Ley
santa de Dios (Romanos 7:12), Por ende los puritanos aun acepta-
ban la Ley de Dios como su regla para las leyes civiles en la nueva
tierra que colonizaron, y nosotros hemos disfrutado por tres siglos
las consecuencias de su intento que honraba a Dios en los Estados
33. 14 He aquí el estándar
Unidos. La actitud de los reformadores y puritanos se resume
muy bien en el cuadro de Roberto Paul que está en el edificio de
la Corte Suprema en Lausana, Suiza; se titula "La justicia instru-
yendo a los jueces" y representa la justicia apuntando su espada
hatáa un libro llamado "La Ley de Dios."
La autonomía
Sin embargo, con la llegada de la mal llamada “Ilustración,"
la regla de la ética cambió progresivamente de la Ley de Dios
establecida en la Biblia a las leyes humanas fomentadas por la
razón y la experiencia independiente. Una actitud neutral o
crítica hacia la Escritura inspirada minaba la aceptación de su
autoridad sobre toda la vida, y la ética moderna vino a caracte―
rizarse por un espíritu autónomo — una actitud de "auto—ley." La
regla de la ética se basó sobre el hombre o su sociedad. El obispo
Butler la colocó en la conciencia del hombre, Kant en la razón
del hombre, y Hegel en el Estado absoluto.
La única cosa que todos los grupos de la ética moderna
comparten es su rechazo de la dirección moral de la Biblia, lo
que se ve como anticuada, ignorante, irrazonable, perjudicial, no
democrática, e impráctica. Estando incómodo e irritado con los
requisitos santos de la Ley de Dios para cada aspecto de la
conducta humana, el hombre "moderno" rechaza estas trabas en
su libertad y deseos personales, y ridiculiza sus estipulaciones
para la justicia social. El resultado predecible en la cultura occi-
dental es la tensión entre un Estado desenfrenado y tiránico por
un lado y el individuo liberado y desenfrenado por el otro. El
estatismo y la anarquía luchan el uno contra el otro, La política
inmoral del Estado refleja la vida inmoral de sus ciudadanos.
En las edades más tempranas esta situación fue remediada
por la Iglesia en vista de que tuvo la función de "sal" preservativa
en la tierra (Mateo 5:13). Pero hoy en día muchos teólogos han
desechado la regla bíblica de la ética y la han sustituido con otra
cosas La consecuencia ha sido la pérdida de una ética respetable,
vigorosa, reformadora en la Iglesia contemporánea. "Así dijo Je-
hová" se ha reducido a "me parece (o nos parece)." Bonhoeffer dijo
34. La Palabra de Dios es Nuestra Norma 15
que "Dios nos esta enseñando a que debemos vivir como hombres
que puedan andar muy bien sin Él." 1 No sólo Frank Sinatra
canta el testimonio del hombre moderno para la cultura occiden-
tal, “Mi historia muestra que recibí los golpes, y lo hice a mi
manera," y el teólogo alemán Wolfgang Pannenberg declara la
respuesta de la Iglesia moderna: "La proclamación de imperativos
respaldados por la autoridad divina no es muy persuasiva hoy en
día."2 La Biblia ya no dirige toda la vida porque sus requisitos se
consideran sofocantes y son prejuzgados como irrazonables.
Los hombres repudian los mandamientos de Dios como una
"interposición" en sus vidas. Esta actitud ingobernable basada
en la infracción de la Ley (la Juan 3:4) une a todos los hombres
a causa de su pecado (Romanos 3:23). Hasta los teólogos actua-
les fingen ser autoridades éticas por derecho propio que saben
mejor que la Biblia lo que es el bien y el mal. En La ética cristiana
y la filosofía contemporánea Graeme de Graaff dice, "No hay lugar en
la moralidad para los mandamientos, ya sean del padre, del ayo,
o del sacerdote. Todavía no hay lugar para ellos cuando son los
mandamientos de Dios." El propugnador principal de la "ética
situacional" en nuestro tiempo, Jose Fletcher, deduce concisa-
mente que “la ética de la Ley sigue siendo el enemigo." Y estas
actitudes en contra de la Ley siguen filtrándose en el plano local.
Una mujer “liberada" escribe en The Refomed Journal (La Revista
Reformada) (l975): “Yo agradezco a Dios que por ser una cristiana
reformada adoro a un Dios de gracia y no a un Dios de reglas."
La Actitud Bíblica
En contraste, la actitud bíblica es expresada por el apóstol
Juan cuando el dice, "Pues este es el amor a Dios, que guardemos
sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (la
____________
1. Dietrich Bonhoeffer. Letters and Papers From Prison (London: SCM Press,
l955), pág. l64
2. Wolfhart Pannenberg, Theology and the Kingdom of God (Philadelphia:
Westminster Press. 1969). págs. l03l04.
3, Graeme de Graaff "God and Morality¨, en Christian Ethics and Contemporary
Philosophy, ed Ian T Ramsey (London: SCM Press, 1966), pág. 34.
35. 16 He aquí el estándar
Juan 5:3). Los creyentes en Jesucristo no desean vivir como si
ellos fuesen una ley para sí mismos, libres de los requisitos divinos
externos. Ellos aplauden y aman el estándar bíblico de justicia e
injusticia - no importa lo que esto signifique para cada aspecto
de la vida. La Ley santa de Dios no es una carga para ellos, y ellos
no buscan sustitutos constantemente que sean mas agradables a
la actitud autónoma de la época. No prefieren el autoley en
lugar de la Ley de Dios, porque reconocen que es imposible trazar
líneas rectas y tomar medidas precisas en la ética sin la regla
infalible de la Palabra de Dios.
Ya lo he dicho, toda la vida es ética. Todos los juicios éticos
requieren un estándar seguro de lo justo y lo injusto, Jesús dijo,
habiendo declarado que El rechazaría eternamente a todos los que
practican la infracción de la Ley, "Cualquiera, pues, que me oye
estas palabras, y las hace, le comparará a un hombre prudente,
que edificó su casa sobre la roca" (Mateo 7:2l—27). ¿Fundaras tu
vida sobre la Roca Segura dc la Palabra dc Dios O sobre la arena
destructora dc la opinión humana independiente? ¿Serán tus deci-
siones éticas torcidas e imprecisas, que siguen los criterios necios
y que rompen la Ley, O emplearás sabiamente la regla de la
Palabra revelada de Dios?
36. 3
LA BIBLIA ENTERA ES EL
ESTANDAR PARA HOY
"Dios desea que nos sometemos a cada palabra suya,
y que no selecciones ni escojamos las que son
mas amenas a nuestras opiniones preconcebidas”
Toda la vida es ética, y toda la Biblia está saturada de una
devoción por la ética. A diferencia dc la organización de una
enciclopedia, nuestra Biblia no fui escrita de tal manera que
dedique secciones separadas exclusivamente a varios temas de
interés. Por lo tanto, la Biblia no contiene un libro o capítulo
separado independiente que trate completamente el tema de la
ética o la conducta moral. Sin duda, muchos capítulos de la Biblia
(como Éxodo 20 o Romanos l3) y hasta algunos libros de la Biblia
(como Proverbios o Santiago) tienen bastante que decir acerca
de los asuntos éticos y contienen una guía muy específica para la
vida del creyente. Sin embargo, no se encontrará una división
en la Biblia que se titule algo así como "La Lista Completa de
Deberes y Obligaciones de la Vida Cristiana." Mas bien, encon -
'tramos una preocupación por la ética que domina a través de
toda la Palabra de Dios, desde el principio hasta el final - desde
la creación hasta la consumación.
Esto no es realmente sorpréndete. Toda la Biblia habla de
17
37. 18 He aquí el estándar
Dios, y leemos que el Dios viviente y verdadero es santo, justo,
bueno, y perfecto. Estos son atributos éticos y tienen repercusiones
morales para nosotros. La Biblia entera habla de las obras de
Dios, y leemos que todas sus obras son efectuadas con sabiduría
y justicia — estas también cualidades éticas. Leemos que el mundo
que Dios ha creado revela los requisitos morales de Dios clara y
continuamente. La historia, la cual Dios gobierna con Su decreto
soberano, manifestará Su gloria, sabiduría y justicia. La cima de
la creación y la figura clave de la historia terrenal, el hombre,
ha sido hecho a imagen de este Dios santo y tiene la Ley de Dios
formada en su corazón. La vida y propósito del hombre encuen-
tra su dirección en Dios. Cada una de las actividades y actitudes
del hombre están llamadas a sentir el Creador- motivado por el
amor y la fe, con la intención de avanzar la gloria y el reino de
Dios. De esta manera la Biblia entera tiene un enfoque etico.
Además, la narración y la trama teológica misma de la
Biblia están gobernadas por las consideraciones éticas. Desde el
principio leemos que el hombre ha caído en el pecado ― por desobe-
decer al código moral de Dios; como consecuencia de lo cual el
hombre está bajo la ira y maldición de Dios - Su justa retribución
a la rebelión contra Sus mandamientos. El pecado y la maldición
son por lo tanto características dominantes del ambiente, la histo
ria, y las relaciones del hombre caído.
Para redimir al hombre, restaurarle al favor de Dios, y rectifi-
car su vida extraviada en todas las áreas, Dios prometió y of
reció Su propio Hijo como un Mesías o Salvador, Cristo vivió
una vida de obediencia perfecta para ser apto como nuestro susti-
tuto, y luego murió en la cruz para Satisfacer la justicia de Dios
en cuanto a nuestro pecado. Resucitado y ascendido, Cristo reina
como Señor sobre todo, trayendo toda oposición bajo la sumisión
de Su autoridad como Rey. Él ha enviado al Espíritu caracterizado
por la santidad a Sus seguidores, y entre otras cosas el Espíritu
Santo produce la práctica de la justicia en sus vidas. La Iglesia
de Cristo ha sido enviado a proclamar las buenas nuevas de Dios,
para expandir Su reino a través del mundo, para enseñar a los
discípulos de Cristo que observen todas las cosas que Él ha man-
38. La Biblia Entera es el Estándar Para Hoy 19
dade, y para adorar al Trino Dios en espíritu y en verdad, Cuando
Cristo regrese en la consumación de la historia humana regresará
como el juez universal, y repartirá el castigo y la recompensa
según el criterio revelado en la Palabra de Dios, En ese día todos
los hombres serán divididos en las categorías básicas de guardadores
del pacto e infractores del pacto; entonces será claro que toda la
vida de uno en cada esfera y cada relación ha reflejado su
respuesta a los criterios revelados de Dios. Los que han vivido
apartado de Dios, sin confesar su desobediencia y su necesidad
de un Salvador, estarán separado eternalmente de Su presencia y
bendición; los que han abrazado al Salvador en fe y se someten
a Él como Señor disfrutarán eternamente Su presencia en los
nuevos cielos y en la nueva tierra donde reinara la justicia.
Es fácil por lo tanto ver que todas las cosas que la Biblia
enseña desde Génesis hasta Apocalipsis tienen una calidad ética
y conllevan consecuencias éticas. No hay ninguna palabra de
Dios que no nos diga lo que hemos de creer acerca de El y que
es lo que Él requiere de nosotros. Pablo lo describe así: "Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para re-
darguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra" (2o a Timoteo 3:l617). Cuando hacemos caso omiso
a cualquier porción de la Biblia, dejaremos ― en esa porción―de
ser enteramente preparados para toda buena obra. Cuando
pasamos por alto ciertos requisitos establecidos por el Señor en
la Biblia nuestra instrucción en justicia será incompleta. Pablo
dice que toda la Escritura es útil para el vivir ético; cada versículo
nos da dirección acerca de cómo debiéramos vivir.
La Biblia entera: es nuestra regla ética porque cada parte de
ella es la Palabra del Dios eterno, inmutable; ninguna parte de
la Biblia ofrece dirección falible o equivocada para nosotros hoy
en día. Ni una de las estipulaciones es injusta, demasiado per-
misiva o demasiada dura. Y Dios no tiene injustamente un doble
estándar de moralidad, un código de justicia para algunos y otro
código de justicia para Otros. Cada dictamen de la Palabra de
Dios, entonces, tiene la intención de prescribir instrucción moral
39. 20 He aquí el estándar
para nosotros, para que podamos demostrar justicia, santidad y
verdad en nuestras vidas.
Es importante observar en este momento que cuando Pablo
dijo “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil" pars vivir en
santidad, el Nuevo Testamento no estaba todavía terminado ni
compilado; no existía como una colección publicada de libros.
Las referencias de Pablo eran las muy conocidas Escrituras del
Antiguo Testamento, e indirectamente el Nuevo Testamento que
prontamente sería completado. Por inspiración del Espíritu Santo,
Pablo enseñó a los creyentes del Nuevo Testamento que cada
escrito del Antiguo Testamento era útil para su instrucción ac―
tual en justicia, si ellos querían estar enteramente preparados para
toda buena obra que Dios requiriera de ellos.
Ni una jota del Antiguo Testamento ha llegado a ser inútil,
según Pablo. Por eso nosotros, como cristianos, debiéramos hab -
lar de nuestra perspectiva moral, no solamente como la "ética del
Nuevo Testamento,” sino como "la ética Bíblica." El Nuevo Testa-
mento (2“ a Timoteo 3:l6—l7) requiere que aceptemos al Antiguo .
Testamento como éticamente normativo para nosotros. No sólo
hemos de tener en cuenta porciones seleccionadas del Antiguo
Testamento, sino "toda la Escritura." Fallar en honrar el deber
entero del hombre tal como está revelado en el Antiguo Testa-
mento es fallar en estar enteramente preparado para el vivir en
justicia. Es como medir el deber ético de uno con una regla rota
e incompleta.
La Biblia Entera
Dios espera que nos sometamos a cada palabra Suya, y que
no seleccionemos ni escojamos las que son amenas a nuestras
opiniones preconcebidas. El Señor requiere que obedezcamos to-
das las cosas que Él ha estipulado en el Antiguo y Nuevo Testa-
mento — que "vivamos de toda palabra que sale de la boca de Dios"
(Mateo 4:4). Nuestro Señor respondió a la tentación de Satanás
con un pasaje que se encuentran en el Antiguo Testamento en
Deuteronomio 8:3 y comienza "Cuidareis de poner por obra todo
mandamiento que yo os ordeno hoy“ (8:1).
40. La Biblia Entera es el Estándar Para Hoy 2l
Muchos creyentes en Cristo dejan de imitar esta actitud de
Jesús, y no tienen interés en observar cada palabra del mandato
de Dios en la Biblia. Santiago nos dice que cuando una persona
guarda cada precepto o enseñanza de la Ley de Dios, pero —
no obstante él o ella hace caso omiso o la viola en un sólo punto,
esa persona es realmente culpable de desobedecerla en su totali-
dad (Santiago 2:l0). Por lo tanto, debemos aceptar la Biblia entera
como nuestro código de ética, incluso cada punto de la Ley del
Antiguo Testamento de Dios. Ni una palabra que sale de la boca
de Dios se puede anular ni hacerse ineficaz, tal como lo declaró
el Señor al entregar Su Ley: "Cuidareis de hacer todo lo que yo te
mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás" (Deuteronomio
12:32). La Biblia entera es nuestro código ético para hoy en día,
de principio a fin.
¿Pero la venida de Jesucristo no cambia todo esto? ¿No ha sido
anulado o por lo menos reducido en sus requisitos la Ley del
Antiguo Testamento? A pesar del requisito claro de Dios de que
nada sea quitado de Su Ley y a pesar de la enseñanza íntegra de
Pablo y Santiago de que cada escritura del Antiguo Testa-
memo—hasta cada punto de la Ley—tiene una autoridad ética
válida en la vida del cristiano del Nuevo Testamento, muchos
creyentes fieles son confundidos a causa de estas preguntas.
Tal vez el mejor lugar para dirigirse en la Escritura para
despojarse uno de la inconsistencia teológica que apoya una
actitud negativa hacia la Ley del Antiguo Testamento son las
palabras de Jesús mismo sobre el tema, en Mateo 5:l7-19. Nadie
puede ser mas claro que Cristo en este versículo quien niega dos
veces (para darle énfasis) que Su venida haya abrogado la Ley
del Antiguo Testamento: "No penséis que he venido para abrogar
la ley o los profetas; no he venido para abrogar” Otra vez, nada
puede ser mas claro que esto: ni siquiera el aspecto mas insignifi—
cante de la Ley del Antiguo Testamento perderá su validez hasta
el fin del mundo: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen
el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley.” Y si
hay duda alguna en nuestras mentes acerca del significado de la
enseñanza del Señor en este versículo, Él inmediatamente la elimina
41. 22 He aquí el estándar
aplicando Su actitud hacia la Ley a nuestra conducta; "De manera
que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy
pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado
en el reino de los cielos." La venida de Cristo no abrogó nada
en la Ley del Antiguo Testamento, porque cada jota de la Ley permanecerá
hasta que pase este mundo; por consiguiente, el
seguidor de Cristo no debe enseñar que aun el requisito mas
pequeño del Antiguo Testamento haya sido invalidado por Cristo
y Su obra, Como el Salmista declaró, "Y eterno es todo juicio de
tu justicia" (Salmos l19:l60).
Así que, toda la vida es ética, y la ética requiere un estándar
del bien y del mal. Para el cristiano esa regla se encuentra en la
Biblia —la Biblia entera, desde el principio hasta el fin. Quien sólo
cree en el Nuevo Testamento repudia la enseñanza de la Ley
misma, de los Salmos, de Santiago, de Pablo y de Jesús Mismo
cuando hace caso omiso de los mandamientos de Dios en el
Antiguo Testamento cuando la trata como si fuese un mero estándar
anticuado de justicia. “La palabra del Dios nuestro permanece
para siempre’‛ (Isaías 40:8), y la Ley del Antiguo Testamento es
parte de cada palabra que sale de la boca de Dios, por la cual
hemos de vivir (Mateo 4:4).
42. 4
EL ALCANCE DE LA
VERDADERA OBEDIENCIA
"La obediencia debe salir del corazón, pero no se limita
al Corazón.”
----------------------------------------------------------------------------------
Hay varios errores morales comunes que los creyentes come—
ten, aun después de darse cuenta de que Dios los hace respon-
sables de Sus mandamientos revelados. Entre esos se pueden
destacar dos errores en este capitulo como la raíz de muchos otros
conceptos equivocados. Por una parte, la gente suele perder la
vista que la Ley de Dios requiere la obediencia de corazón. Por
otra parte, la gente se equivoca en pensar que es suficiente con
que su obediencia se limite a los asuntos del corazón. Ambos
errores — opuestos en carácter pero igual en fuerza destructiva -son
tratados por la Palabra de Dios, la cual nos muestra en su totali-
dad la verdadera obediencia al Señor.
La Obediencia del Corazón
En Mateo 5:20 Jesús enseñó algo que debió haber sido
espantoso para Sus oyentes. Él dijo, "Sí vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino
de los cielos." Lo espantoso de esto era que los escribas y fariseos
tenían una reputación que ellos mismos promovían con afán, de
23
43. 24 He aquí el estándar
tener un compromiso profundo de obediencia a la Ley hasta en
sus pormenores. Pero la realidad del asunto era que los fariseos
estaban lejos de vivir conforme a las demandas verdaderas de los
mandamientos de Dios. Habían distorsionado los requisitos de la
Ley, subscribiendolos de una forma perversa, auto-justiñcadora,
y externalísta.
En el sermón del monte Jesús expuso el carácter de la obedien-
cia superficial de los fariseos, y señaló que Dios no se satisface
con nada menos que la obediencia total del corazón a Su Ley
interpretada en su totalidad, Por el contrario, los fariseos habían
apelado a la Ley en una manera calculada para escapar de las
demandas verdaderas y originales, poniendo una capa exterior
de "piedad" sobre todas sus actividades.
Los fariseos hacían una diversión religiosa de su adhesión a
la Ley, pero Cristo vió que aquello era una mera fachada. Les
dijo, "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamien -
tos de hombres’‛ (Mateo 15:7-9). Los fariseos en realidad pasaban
por alto los asuntos mas importantes de la Ley, tal como la
justicia, la misericordia, y la fe (Mateo 23:23-24). Eran guías
ciegos que recortaban los requisitos de la Ley de Dios para que
apareciese semejante a sus tradiciones culturales. “Respondiendo
él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento
de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo:
.... Pero vosotros decís: ..... Así habéis invalidado el man -
damiento de Dios por vuestra tradición" (Mateo l5:3-6, 14).
Así que, es muy posible tener un interés ardiente en los man-
damientos de Dios y todavía tener un corazón que está lejos del
Señor—tener todavía un estilo de vida que parece piadoso pero
que es desagradable a Dios porque nuestras actitudes y motivos
se desajustan con la guía moral de la Escritura. Podemos ocupar~
nos de los pequeños detalles de la Ley, y lo debiéramos hacer, '
pero no de tal manera que perdamos el objeto principal del todo:
es decir, la manifestación de actitudes agradables a Dios tales
como las que se mencionan en "el Fruto del Espíritu" — amor, gozo,
44. El Alcance de la Verdadera Obediencia 25
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5:20-23).
Refiriéndonos otra vez al sermón del monte (Mateo 5:20ss.),
después que Cristo declaró que únicamente si su justicia fuere
mayor que la de los escribas y fariseos entrarían en el reino de los
cielos, Continuó dando una serie de ilustraciones de cómo los
escribas y los fariseos daban una interpretación reducida a los
requisitos de Dios. Comparó el enfoque de ellos acerca de vanos
mandamientos con Su propia interpretación de las demandas
de Dios, y así restauró la plena dimensión del propósito y los
requisitos de Dios a la Ley del Antiguo Testamento. Sus ilustra-
ciones comenzaron con palabras tales Como: "Oísteis que fue dicho
a los antiguos .,.. , Pero yo os digo? En tales palabras Jesús
no rehusaba adhesión a la Ley de Dios sino la comprensión y
desprecio farisaico de la Ley de Dios. .
Después de todo, Si los fariseos realmente satisfacían los requi-
sitos de la Ley, y Jesús agregaba a la demanda de la Ley, ¡enton -
ces Su condenación ex post facto de los fariseos por no haber
satisfecho Sus adiciones sería bastante injusta! Mas bien, Jesús
acusaba a los fariseos de no haber satisfecho lo que Dios había
requerido originalmente. “Habéis oído que fue dicho a los an-
tiguos" se refiere a las interpretaciones rabínicas de la Ley trans-
mitidas de generación en generación, los escribas recurrían
comúnmente a las interpretaciones tradicionales de los rabinos
antiguos como una manera de enseñar la Ley. La cosa mas
sorprendente para las multitudes que oían a Jesús, sin embargo,
era que él enseñaba como quien tiene autoridad en Sí Mismo, y
no como uno de los escribas, que siempre recurrían a otros (Mateo
7:28-29).
El problema con la interpretación escribal o farisaica de la
Ley del Antiguo Testamento era que ellos destacaban lo trivial y
lo extremo. Jesús tenía que señalar, conforme a la enseñanza del
Antiguo Testamento (por ejemplo, Proverbios 6:16-18, 25), que
el odio y la concupiscencia eran los pecados fundamentales del
homicidio y el adulterio (Mateo 5:21-30). Cuando Dios mandó
que Su pueblo no matase y no cometiese adulterio, no solamente
45. 26 He aquí el estándar
requería que se abstuviese de los actos exteriores del asalto y la
fornicación; Su requerimiento se dirigía al corazón, requiriendo
que nuestros pensamientos, planes, y actitudes sean también li-
bres de la violencia e incontinencia,
La Obediencia verdadera a la Ley, entones, brota de un
corazón que esta bien con Dios, un corazón que busca agradar
al Señor― no sólo por la obediencia exterior sino también por las
actitudes puras. Vemos, entonces, por qué la “obediencia" de los
fariseos no era aceptable ante los ojos de Dios. No obedecían la
Ley de Dios verdaderamente en su demanda integral, tanto inte-
rior como exterior. Cualquier obediencia que mostremos hoy en
dia a la Ley de Dios para que sea agradable a Dios, tiene que ser
obviamente mas que una obediencia externa, hipócrita, farisaica,
auto-justificadora. Tiene que ser una obediencia de corazón.
La Obediencia No Se Limita al Corazón
Quien se abstiene del adulterio físico mientras que alimenta
pensamientos lascivos se engaña si piensa que ha obedecido al
mandamiento del Señor. Por otra parte, quien cree tener una
actitud y motivación pura, y se entrega exteriormente a un acto
que transgrede la Ley de Dios, se engañan igualmente. ;La ley
de Dios no da preferencia especial a lo interno y a las actitudes
del corazón a vosta de la obediencia abierta a Sus requisitos!
Cuando se trata de la obediencia al Señor, la obediencia de co-
razón no es suficiente.
Los propugnadores de la ética situacional, que dice que un
hombre puede actuar con amor a Dios y amor a su prójimo
cuando comete adulterio con la esposa de su prójimo, serán
condenados por Dios y Su palabra en el juicio final. Esto debe
ser obvio a la mayor parte de los Cristianos nacidos de nuevo.
Saben que "andar en el Espíritu" significa que, a diferencia de los
que andan en "la carne" (en la naturaleza pecaminosa), pueden
guardar la Ley de Dios (Romano: 8:5-10); es “la justicia de la ley"
lo que "se cumple en nosotros, que no andamos conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu‛' (v. 4].
Los que tienen sus corazones y vidas justificados por Dios, los
46. El Alcance de le Verdadero Obediencia 27
que han recibido un corazón nuevo de Dios, los que desean de
corazón agradar a Dios, procuraran andar conforme a los man-
damientos de Dios (Jeremías 31:33; Ezequiel 11:l9―20; 36:26-27).
Una actitud correcta del corazón ha de llevar a una conducta
externa también correcta. No se puede limitar la obediencia al
corazón. Jesús no sólo quería que los fariseos realizasen los
valores interiores de misericordia y fe; Él tampoco quería que ellos
dejasen de cumplir ninguno de los asuntos exteriores mas pequeños
como diezmar las verduras del huerto (Mateo 23:23).
Así como no se debe limitar la obediencia al corazón y olvidarse ~
de la necesidad de la conformidad exterior a las estipulaciones de
Dios, de la misma manera puede decirse que la obediencia- si es
una obediencia bíblica genuina ― no puede limitarse a un interés
en nuestra conducta personal. La obediencia plena supone un
interés en la obediencia a las leyes de Dios de los que me rodean,
El Cristiano debe aceptar el deber de exhortar a los de su casa,
iglesia, sociedad, etc. a guardar los mandamientos del Señor.
David escribió, "Vuélveme el gozo de tu salvación, y tu espíritu
noble me sustente. Entonces enseñare a los transgresores tus caminos, y
los pecadores se convertirán a ti" (Salmos 5l:l2-l3). La Gran
Comisión impuesta a la Iglesia por Cristo requiere que enseñemos
a las naciones "todas las cosas os he mandado" (Mateo 28:l8-20).
Una actitud que no tiene esta ansiedad hacia la obediencia de los
que nos rodean es deslealtad al Señor y no califica como obedien-
cia verdadera a Su Ley. Juan Murray escribe:
Hasta los mandamientos mas pequeños, si nos obligan a nosotros,
obligan los demás. Nosotros debemos resistir la ponzoña virulenta
del individualismo que tolera en otras la indiferencia y la desobe-
diencia que nosotros no podemos justificar en nosotros mismos ....
En el momento en que llegamos a ser indiferentes a los pecados
de los demás entonces hemos comenzado a relajar nuestro afin por
la santidad de los mandamientos de Dios, y hemos comenzado a
¡condonar esos mismos pecados en nosotros mismos! 1
Una obediencia de Corazón a la Ley de Dios nos llevará a
----------------------
l. Principles of Conduct (Grand Rapids, Michigan: Eerdmans. 1957), pág. 154
47. 28 He aquí el estándar
promover la obediencia a esa misma Ley por parte de otros,
Los verdaderos santos se indignan con los que violan la Ley
de Dios (Salmos 119:53), y no tienen vergüenza de promover esa
Ley públicamente (v. l3). Si guardasen silencio frente a la desobe -
diencia, entonces se harían culpables por los pecados que presen-
cian. Como dice Salmos 50:18, "Si veías al ladrón, tú corrías con
el" por mantenerte indiferente, Efesios 5:11 exhorta al creyente a
reprender las obras infructuosas de las tinieblas. Entonces, la Escri -
tura es bastante clara en enseñar que el requisito de la plena
obediencia a los mandamientos de Dios se extiende a la pro-
moción activa de la obediencia a esos mandamientos en los
demás.
El creyente guiado por la Escritura está en posición de ofrecer
un consejo y ayuda genuina a otros y a su suciedad; el conoce la
pureza dela Ley de Dios. Él "puede amonestar" (Romanos 15: I4),
así que, de guardar silencio frente a las transgresiones ajenas sería
un silencio culpable, Cristo instó a Sus seguidores a que fuesemos
"la luz del mundo‛‛ — lo que es imposible cuando nuestra luz esta `
"debajo de un almud‛‘ (Mateo 5:l4—l5). Por consiguiente, la ver-
dadera obediencia cristiana a la Ley de Dios nos llevará mas allá
de una preocupación con nosotros mismos a una preocupación
por la obediencia de los que nos rodean, Las iglesias que predican
(ya sea deliberadamente o por incumplimiento) "el individualismo
moral" están dejando de anunciar todo el consejo de Dios. Los
pecados de nuestra sociedad no pueden ser pasados por alto ni
barridos debajo de la alfombra de la iglesia.
Este pequeño estudio no trata en ninguna manera con cada
faceta de la obediencia a los mandamientos de Dios, pero si señala
dos aspectos muy importantes de la obediencia genuina. Vemos
cuán extensas son las demandas de Dios cuando tenemos presente
que la obediencia tiene que salir del corazón, pero no se debe
limitar al corazón.
48. B. LAS DOCTRINAS
CARDINALES DE LA FE
5
EL MODELO UNIFORME DEL PACTO
RESPECTO AL BIEN Y EL MAL
___________________________________________
"No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de
mis labios" (Salmos 89:34).
_____________________________________________
Si algo era pecaminoso durante el período del Antiguo Testa-
mento, es igualmente pecaminoso en la era del Nuevo Testa-
mento. Los principios morales, a diferencia del precio de la gasolina
o las cambiantes preferencias artísticas de la cultura, no fluctúan.
En los Estados Unidos, hubo un tiempo cuando se podía manejar
legalmente un automóvil a 65 millas por hora; en la actualidad
cualquier velocidad mayor de 55 m.p.h. es ilegal. Pero las leyes
de Dios no son así: justas hoy e injustas mañana. Cuando el Señor
hace un juicio moral, no vacila, ni es tentativo, ni caprichoso. A
diferencia de los legisladores humanos, Dios no cambia de parecer
ni altera Sus principios de justicia: "No olvidare mi pacto, ni
mudare lo que ha salido de mis labios" (Salmos 89:34) Cuando
el Señor habla, Su palabra queda firme para siempre. Sus prin-
cipios del bien y del mal no cambian de edad a edad: “Fieles son
todos sus mandamientos, afirmados eternamente y para siempre,
hechos en verdad y en rectitud" (Salmos 111:7- 8).
De la misma manera Jesús habló con una claridad inconfun -
dible cuando dije, "Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra,
29
49. 30 He aquí el estándar
que se frustre una tilde de la ley" (Lucas 15:17), La venida del
Hijo justo de Dios seguramente no podía hacer nada para cambiar
el carácter justo de las Leyes de Dios, ni siquiera de las mas
pequeñas de ellas, porque entonces estas estarían expuestas como
injustas y menos que eternas en su rectitud. Así que, Cristo da
esta advertencia severa: "Cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos" (Mateo 5:19). La
llegada del Salvador y la inauguración de la Nueva Era no tienen
el efecto de abrogar ni los mas pequeños detalles de los man-
damientos justos de Dios. Dios no ha cambiado de parecer acerca
del bien y del mal.
Podemos alegramos que Dios se atenga a Su Palabra de esta
manera. La autoridad de Su Palabra para la vida humana es tan
permanente como esa Palabra por la cual Él creó y gobierna al
mundo (véase Salmos 19:1-14; 33:4-11). Si la Palabra de Dios
para nosotros no fuese estable de tal manera y si Dios estuviese
expuesto a los cambios de humor y cambiase de parecer de vez
en cuando, no podríamos contar con nada que El nos dijese. Si la
Ley de Dios tiene una validez fluctuante, ¡por que no Sus prome-
sas! Si decimos que un mandamiento dado por Dios en el Antiguo
Testamento ya no es un principio de justicia para hoy, entonces
podemos anticipar igualmente que una promesa de salvación
dada por Dios en el Nuevo Testamento no sería en el futuro una garantía de
su favor permanente hacia nosotros. !Pero alabado sea
el Señor; Su Palabra es estable! Él nunca nos falla como lo hacen
nuestros padres y gobernantes humanos con mandamientos y
promesas que no se cumplen.
Todo lo que dice Dios permanece y no puede ser invalidado
(véase Juan 10:35). La salvación por la grada de Dios y la
justicia de Su Ley no serán abolidas sino que permanecerán para
siempre:
"Estad atentos a mi, pueblo mío, y Oídme, nación mía; porque de mí saldrá
la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. Cercana esta
mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los
pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su
50. El Modelo Uniforme del Pacto Respecto al Bien y el Mal
esperanza. Alzad a los cielos vuestros ojos, y mitad abajo a la
tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se
envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera parecerán
sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia
no perecerá. Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo
corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis
por sus ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como
a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá per-
petuamente, y mi salvación por los siglos de los siglos (Isaías —
51:4-8).
La Ley justa de Dios que condena nuestro pecado es tan
permanente como las buenas nuevas de Dios que promete la
salvación del juicio de todo pecado.
El Pacto: La Unidad y la Diversidad
Es importante que nos acordemos de esto, especialmente
cuando algunos nos digan que la venida del Nuevo Testamento
elimina nuestra obligación hacia los mandamientos del Antiguo
Testamento (o muchos de ellos por lo menos). La división de la
Biblia en dos "Testamentos" se comprende mejor en el sentido
biblico como dos "Pactos." Antes de la venida de Cristo los hom-
bres vivían bajo el Viejo Pacto que anticipaba al Mesías y a Su
obra de salvación; después de la venida de Cristo y Su obra
salvadora vivimos bajo el Nuevo Pacto (véase Lucas 22:20; 1a a
los Corintios 11:25).
Dentro de las escrituras del "Viejo Pacto" encontramos algunos
pactos particulares, tales como los que se hicieron con Abraham
y con Moisés. El pacto abrahámico se caracteriza con frecuencia
en términos de una promesa; y el pacto mosáico se recuerda por
su fuerte; la Ley. Ahora bien, algunas personas dirán que los
creyentes del Nuevo Pacto están en la actualidad bajo el pacto,
abrahámico de la promesa, pero no bajo el pacto mosaico con sus
leyes. Sin embargo, eso está lejos de la perspectiva de los escritores
de la Biblia. En Gálatas 3:2l Pablo dirige la palabra sobre este
asunto a los que afirman estar bajo uno u otro pacto: “¿Es la ley '
contrario a las promesas de Dios?” Y su repuesta inspirada es