- El documento discute los peligros de la "afluenza", una supuesta enfermedad que afecta a los jóvenes ricos y que los lleva a actitudes arrogantes y abuso de sustancias. También analiza cómo la riqueza y el materialismo pueden "poseernos" en lugar de nosotros poseerlos. - La Biblia enseña que debemos ser fieles a Dios, generosos con los necesitados y contentos con lo que tenemos, en lugar de confiar en la riqueza. Cuando usamos nuestros recursos para ayud

1. 14 · CUANDO LO
QUE POSEEMOS
NOS POSEE

2. ELENA G. DE WHITE
Satanás está inventando todo lo que
puede a fin de mantener a los hombres
bien ocupados para que no tengan tiempo
de considerar esta pregunta: ‘¿Cómo está
mi alma?’

3. RANDY ALCORN
Creeemos que somo dueños de
nuestros bienes, pero a menudo
ellos son nuestros dueños

4. En 2013, el joven estadounidense Ethan Couch, de 18 años,
provocó un accidente en el que atropelló y mató a cuatro
personas, e hirió a otras nueve. El porcentaje de alcohol que
había en su sangre triplicaba el límite que define la embriaguez
en el Estado de Texas. El juez Jean Boyd aceptó el argumento
principal de la defensa como atenuante de la pena: el joven
sufriría una enfermedad llamada afluenza. Fue condenado a
diez años de libertad condicional y rehabilitación.

5. El psicólogo Dick Miller testificó en favor de Couch. Según él, el
imputado, miembro de una de las familias más ricas de Texas,
padecía esta enfermedad que le impedía medir o comprender
las consecuencias de sus actos. Sin embargo, la supuesta
enfermedad no está reconocida por la Asociación Psiquiátrica
de los Estados Unidos. No obstante, muchos especialistas
defienden su existencia y citan la supuesta enfermedad como
un fenómeno social.

6. El primer registro de la palabra afluenza es de 1954. El
término es una combinación de palabras en inglés: influenza
(gripe) y affluence (riqueza). Según los expertos, la afluenza
sería una enfermedad psicológica que padecen los jóvenes ricos
por tener demasiado tiempo libre y ninguna profesión, lo que
llevaría a estos niños y jóvenes a actitudes y acciones
agresivas y arrogantes, como el abuso de drogas ilegales, sexo
y alcohol.

7. La psicóloga Jessie H. O’Neill escribió un libro muy interesante titulado
The Golden Ghetto [El ghetto dorado], en el que trata el tema de la
afluenza. Ya que es nieta de un ex CEO de General Motors, se pone en el
lugar de alguien que sufrió este mal. Ella comenta en el libro que
alcanzar la riqueza es un logro vacío para muchos, y que perseguir
implacablemente la fantasía de tener más a menudo permite que caiga
en el olvido todo lo que realmente vale la pena, sea una relación
amorosa, la entrega desinteresada de uno mismo o el crecimiento
espiritual. Sin embargo, según ella, esta no es solo una condición de los
millonarios, sino de todos aquellos que permiten que la búsqueda de las
riquezas suplante a otros valores.

8. Este, por supuesto, es uno de los temas del libro de Daniel. Por ejemplo,
cuando Nabucodonosor mira a Babilonia y dice: “¡Miren esta grandiosa
ciudad de Babilonia! Edifiqué esta hermosa ciudad con mi gran poder
para que fuera mi residencia real a fin de desplegar mi esplendor majes-
tuoso” (Dan. 4:30). O cuando el rey Belsasar piensa que puede comprar
la obra profética de Daniel, ofreciéndole un vestido de púrpura, cadenas
de oro y el puesto de tercer hombre más importante del reino (Dan. 5:16).
O incluso cuando el rey Darío se cree importante y poderoso, hasta el
punto de firmar un decreto en el que durante treinta días sería el único
dios del imperio (Dan. 6). A todos ellos se les podría diagnosticar la
“gripe de la riqueza”.

9. Este mal nos afecta de diferentes formas y es capaz de destruir las
relaciones, la felicidad y, sobre todo, la vida espiritual. Alguna
evidencia de esto es saber que los estadounidenses, de todas las
clases sociales, gastan alrededor de seis horas a la semana haciendo
compras, y solo cuarenta minutos jugando con sus hijos. A los veinte
años, han visto un millón de comerciales. Más estadounidenses se
declararon en bancarrota que los que se graduaron de la
universidad, y en el 90 % de los casos de divorcio, las discusiones
sobre el dinero juegan un papel destacado.1 La evidencia muestra
que la riqueza material realmente no nos hace felices. Uno de los
hombres más ricos del planeta habló sobre esto con las siguientes
palabras:

10. (ECL. 5:10-13).
• Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es
pensar que las riquezas traen verdadera felicidad! Cuanto más tengas,
más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Donde los bienes se
multiplican, también lo hacen quienes los comen. Por lo tanto, ¿de qué
sirven las riquezas? ¡Quizá solo para ver cómo se escapan de las manos!
La gente trabajadora siempre duerme bien, coma mucho o coma poco;
pero los ricos rara vez tienen una buena noche de descanso. He notado
otro gran problema bajo el sol: acaparar riquezas perjudica al que ahorra

11. Algunos dirán: “Es muy fácil hablar del mal de acumular y de ser rico cuando eres
rico”. Hay cierta verdad en estas palabras, pero también es cierto que sabios son los
que aprenden de la experiencia de los demás, y no aquellos que eligen seguir un
camino que fue destructivo para muchos. En las sabias palabras de Salomón, en el
libro de Eclesiastés, aprendemos tres grandes lecciones. Primero, él asegura que
cualquiera que ame el dinero nunca quedará satisfecho con él. En segundo lugar, la
acumulación de riqueza multiplica la cantidad de responsabilidades, hasta el punto
de que la mayoría de las veces los propietarios solo pueden ver la riqueza, pero no
disfrutarla. En tercer lugar, la preocupación por acumular y mantener la riqueza
trae consigo problemas emocionales, como la falta de sueño y perjuicios personales.

12. Dios tiene la solución para todos estos males, y no se trata simplemente
de hacer un voto de pobreza y perder toda ambición por poseer recursos.
La Biblia es clara al afirmar que la riqueza no es una maldición, sino el
uso y el efecto que la acumulación de riqueza puede tener en nuestra
vida. De los diversos consejos bíblicos sobre este tema, quiero destacar
dos. Uno fue dado por el profeta Daniel al rey Nabucodonosor, y el otro
fue dado por Pablo. Al rey, Daniel le dijo: “Deje de pecar y haga lo
correcto. Apártese de su perverso pasado y sea compasivo con los pobres.
Quizás, entonces, pueda seguir prosperando” (Dan. 4:27). Y a Timoteo,
Pablo dijo

13. (1 TIM. 6:17-19).
• Enséñales a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni que
confíen en su dinero, el cual es tan inestable. Deberían depositar su
confianza en Dios, quien nos da en abundancia todo lo que
necesitamos para que lo disfrutemos. Diles que usen su dinero para
hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con
los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con
otros. De esa manera, al hacer esto, acumularán su tesoro como un
buen fundamento para el futuro, a fin de poder experimentar lo que
es la vida verdadera

14. En estos dos textos, podemos entender que la cura para el mal que nos pueden
causar los recursos está en ser fieles a Dios, ser generosos con el prójimo, vivir
satisfechos con lo que tenemos y reconocer que todo lo que tenemos es del Señor.
Cuando somos fieles en nuestros diezmos y ofrendas, y cuando somos generosos con
los necesitados, estamos dejando en claro que lo que poseemos no nos posee.
Entendemos que los recursos que tenemos en nuestras manos son una prueba de que
Dios obra en nuestra vida, y no de nuestra capacidad para adquirir o acumular
recursos. Yo, mis deseos y mis necesidades no son el punto principal de mis recursos,
sino Dios, su obra y sus hijos que sufren. Cuando somos fieles y generosos, estamos
tomando el antídoto contra el veneno del materialismo. Los recursos que Dios pone
en nuestras manos tienen un propósito mayor que hacernos ascender de clase social o
darnos estatus. Según el apóstol Pablo, somos “enriquecidos en todo sentido para que
siempre [podamos] ser generosos” (2 Cor. 9:11). Dios nos bendice con recursos
materiales para darnos el privilegio de la generosidad.

15. • Cuando podemos entregar una canasta de alimentos y aliviar el
hambre de alguien, disfrutamos de este privilegio. Cuando
devolvemos nuestros diezmos y ofrendas y vemos avanzar la causa
de la salvación, disfrutamos de ese privilegio.
• Elena de White lo resume bien en la siguiente cita:
• Satanás utiliza los tesoros mundanales para entrampar, seducir y
engañar a las almas, con el fin de llevarlas a la ruina. Dios ha dado
instrucciones acerca de la manera en que se deben utilizar sus bienes
para aliviar las necesidades de la humanidad sufrien- te, para
promover su causa, para edificar su Reino en el mundo, para enviar
misioneros a las regiones lejanas y para proclamar el conocimiento de
Cristo en todas partes del mundo.

16. • ¿Te das cuenta? Con el fin de liberarnos de las trampas que usa el enemigo
para engañarnos y llevarnos a la ruina por medio de la acumulación,
debemos aliviar la necesidad del sufriente, promover la causa de Dios,
construir el Reino de Dios, enviar misioneros a regiones distantes y difundir
el conocimiento de Cristo en todo el mundo. La fidelidad y la generosidad,
contrariamente a lo que algunas personas piensan, no me quitan el interés
de crecer y prosperar, sino que dirigen mis deseos al Reino de los cielos, y no
al reino del yo. Nos damos cuenta de que vivir con el 80 %, el 40 % o el 30 %
de nuestros ingresos, de acuerdo con la voluntad y el llamado de Dios, es más
fácil y placentero que vivir con el 100 % fuera de la voluntad y los planes de
Dios. Cristo y su causa se vuelven el centro, y no mi tarjeta de crédito y mis
sueños consumistas. El remedio de Dios para liberarnos de la fiebre de
“afluenza” es salvar vidas como la de Adelaide.

17. En 2016, una parte de las ofrendas misioneras de todas las iglesias
adventistas del mundo se enviaron a Nueva Zelanda. La iglesia en esa
región tuvo el audaz sueño de transmitir el canal adventista Hope
Channel de forma gratuita en todo el país. Gracias al envío de ofrendas,
ese sueño se hizo realidad, y hoy aproximadamente 170.000 personas
miran cada mes este canal, y cientos están visitando iglesias
adventistas. Una mujer cuya vida cambió por mirar Hope Channel fue
Adelaide.

18. El mundo de Adelaide fue trastocado cuando su esposo murió, en 2011.
En 2014, sufrió otro golpe, cuando perdió a su padre. Comenzó a
preguntarse dónde estaba Dios en su vida, y tuvo dudas sobre lo que les
había sucedido a su esposo y a su padre después de la muerte. Un día,
mientras Adelaide cambiaba los canales de televisión, se topó con el
canal adventista. Nunca antes había oído hablar de Hope Channel, y
decidió verlo durante unos minutos. Ella quedó instantáneamente
“enganchada”. Se asombró al darse cuenta de que se estaban dando
respuestas a las dudas que la habían acosado durante los últimos meses.

19. • Las respuestas que encontró le trajeron paz con relación al
estado de los muertos, y ella y toda su familia asistieron a la
iglesia y se están preparando para el regreso de Cristo. Todo
esto, gracias a miles de hijos e hijas de Dios que han utilizado
los recursos de la manera correcta.
• En este momento, reafirma tu deseo de liberarte de las garras
del materialismo y de curarte de todo egoísmo y codicia.

20. AMOR AL DINDERO
1 Timoteo 6:10 NTV
Pues el amor al dinero es la raíz de
toda clase de mal; y algunas
personas, en su intenso deseo por el
dinero, se han desviado de la fe
verdadera y se han causado muchas
heridas dolorosas.

21. MANTENER EL FOCO
Lucas 5:11 NTV
Y, en cuanto llegaron a
tierra firme, dejaron
todo y siguieron a Jesús.

22. RECURIR A LA FUENTE
Hageo 2:8 NTV
La plata es mía y el oro
es mío, dice el SEÑOR
de los Ejércitos
Celestiales.

23. BENDECIR A LOS DEMAS
Mateo 10:8 NTV
Sanen a los enfermos, resuciten a
los muertos, curen a los que tienen
lepra y expulsen a los demonios.
¡Den tan gratuitamente como han
recibido!