Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
La generación z
1. tas cerradas que otorga a los partidos un poder descomunal.
Esto cambiaría la dinámica de la política española. En la ac-
tualidad, la relación que más importa a un diputado/a es con
la maquinaria del partido. Que un candidato/a salga el núme-
ro 3 o 13 en la lista depende de su sintonía con la dirección de
su partido mientras que la relación con los votantes le inte-
resa mucho menos al estar blindado por la lista cerrada. Hay
que sustituir estas listas con un sistema de circunscripciones
individuales –cada candidato se presenta solo en su propio
distrito electoral– como sucede en muchos otros países. Las
yor contacto entre el diputado y sus votantes. Por ejemplo,
la gran mayoría de los diputados en estos sistemas montan
consultas semanales abiertas a cualquier votante del distri-
to. No es una obligación legal sino parte de la cultura demo-
crática: el diputado hace todo lo posible para ayudar al votan-
te porque le va a pedir su apoyo en las próximas elecciones.
En segundo lugar, con circunscripciones individuales hay
más transparencia. El trabajo que hace cada representante en
el Parlamento está bajo lupa. Los diputados que trabajan mu-
cho y tienen un buen contacto con sus electores pueden re-
tal puede cambiar de legislatura a legislatura. Es una fórmu-
la que podría funcionar también en España. Se puede dividir
el país en 350 distritos electorales, el número de diputados
ahora. A éstos se podrían añadir otros 50 escaños (más o me-
nos) que reflejan el nivel de participación y el número de vo-
tos para los partidos. Sin duda, las negociaciones para modi-
ficar el sistema electoral serían arduas. A las burocracias y
aparatos de los partidos no les gustará nada ceder el poder.
Pero la reforma es necesaria e inevitable. Y si no se acomete
ahora, ¿cuándo?
P
ara los que todavía
se frotan los ojos de
incredulidad por los
nuevos inquilinos
del Congreso de los Diputa-
dos les animo a que puedan
leer los siguientes párrafos
para que no se lleven más so-
bresaltos en el futuro próxi-
mo. El 20 de diciembre fue-
ron más de un millón de jó-
venes menores de 22 años
que votaron por primera vez
y que se decantaron masiva-
mente por los nuevos parti-
dos políticos, las imágenes
de la constitución de las Cor-
tes Generales no deberían,
por tanto, sorprendernos en
exceso si profundizamos en
el cambio generacional, iné-
dito, que estamos viviendo.
Los primeros miembros de
la denominada Generación
Z, la de los nacidos entre
1994 y 2009, comienzan aho-
ra a salir de sus centros de es-
tudio, a incorporarse al mun-
do laboral y a reclamar su si-
tio en el mundo, por ejem-
plo votando.
Se trata de la primera ge-
neración que ha incorpora-
do Internet en las fases más
tempranas de su aprendiza-
je y socialización, y también
aquella a la que la crisis –eco-
nómica y política– ha mar-
cado más directamente su
personalidad, porque la han
padecido sus familias cruda-
mente.
Estos días, también, han
llegado a las instalaciones
para emprendedores de
Deusto Business School los
jóvenes del programa de ace-
leración de talento ‘YUZZ’
del Banco Santander.
Con poco más de 20 años,
la mayoría son futuros
STEMs, acrónimo anglosa-
jón por el cual se conoce a los
egresados en grados univer-
sitarios científico-técnicos.
A diferencia de sus herma-
nos mayores son precoces en
usar la creación de empresas
como herramienta de cam-
bio social en materias como
el medio ambiente, la desi-
gualdad o la participación ciu-
dadana, por ello se enrolan
en iniciativas como esta que
les permitan lanzar sus ‘star-
tups’.
Existen grandes expecta-
tivas en torno a los jóvenes
Z, al ser la primera genera-
ción que ha asumido que el
mundo se ha hecho peque-
ño, que la diversidad es con-
sustancial a cualquier socie-
dad moderna, y que el desa-
rrollo democrático, unido al
tecnológico, es imparable y
genera nuevos derechos hu-
manos.
Entre sus rasgos más so-
bresalientes, se encuentra el
omnipresente uso de las he-
rramientas digitales en toda
relación social, laboral o cul-
tural; su creatividad y adap-
tabilidad a los entornos labo-
rales emergentes; la descon-
fianza hacia el sistema edu-
cativo tradicional, que da
paso a nuevos modos de
aprendizaje más centrados
en lo vocacional y en las ex-
periencias, y el respeto ha-
cia otras opiniones y estilos
de vida.
Como gran diferencia res-
pecto a las generaciones an-
teriores, está el modo en que
las nuevas tecnologías han
condicionado su forma de
aprender: gracias a Internet
se han acostumbrado desde
pequeños a no depender tan-
to de padres y docentes para
adquirir el conocimiento; a
utilizar de manera inmedia-
ta fuentes tan dispares en su
naturaleza como indiferen-
ciadas en la forma de acceder
a ellas; a recibir cantidades
ingentes de datos y a discri-
minarlos con arreglo a su pro-
pio criterio. Lo que se tradu-
ce en que la capacidad para
organizar y transmitir la in-
formación de estos jóvenes
es extremadamente flexible.
Algo que les hace estar muy
preparados para ser no solo
ciudadanos en la era digital,
sino también para ocupar las
nuevas profesiones e inte-
grarse en entornos de traba-
jo multiculturales y globa-
les.
La otra cara de la moneda
es que, desaparecido el prin-
cipio de autoridad e instala-
dos en la creencia de que toda
voz merece ser escuchada y
tenida en cuenta, es posible
que estemos ante una gene-
ración peor informada que la
anterior, pese a su gran faci-
lidad de acceso a fuentes del
saber de todo tipo.
El conocimiento humano
crece sin parar y cada vez es
más evidente que los conte-
nidos escolares ya no pueden
limitarse a los de la cultura
local, con la consiguiente pre-
sión al alza sobre el currícu-
lo educativo.
Además, los alumnos Z
parecen tener menor capaci-
dad para la educación teóri-
ca y demandan una enseñan-
za más práctica y flexible,
menos formal, orientada a
experiencias y habilidades
que les ayuden a afrontar un
futuro laboral caracterizado
por la incertidumbre y el
cambio, con profesiones no-
vedosas y vinculadas a pro-
yectos colectivos de trabajo
en red con la creatividad
como componente principal.
Por otra parte, la tempra-
na familiaridad con la tecno-
logía les coloca en una situa-
ción de ventaja para sacar el
máximo partido a los dispo-
sitivos actuales y futuros;
pero también se alerta acer-
ca de importantes riesgos
aparejados, como el autismo
digital o el sedentarismo.
La particular organización
del conocimiento en su men-
te les llevará a alumbrar tam-
bién un nuevo modelo de in-
novación. Ya no bastará con
«pensar fuera de la caja»
como nos decía el aforismo
usado por los consultores del
ramo, porque la caja –el acer-
vo del conocimiento huma-
no– se ha desbordado, está
llena de informaciones con-
fusas o erróneas, y el desor-
den es cada vez más acusa-
do. Frente a eso, los miem-
bros de la generación Z se
preparan para construir su
propia caja.
En cuanto al futuro labo-
ral, nadie duda que habrá que
estar aprendiendo toda la
vida y que la movilidad va a
ser constante. Esta asunción
les anima a afrontar la vida
de una forma muy construc-
tivista: cada paso supone ge-
nerar competencias para los
demás y para uno mismo, y
su objetivo vital es el propio
camino en sí, que pasa por
desarrollar el espectro de ha-
bilidades necesario para par-
ticipar en los proyectos que
a uno le interesan o le hacen
feliz. Por ello en lugar de es-
candalizarnos por su forma
diferente de comportarse he-
mos de hacer todo lo posible
para que este relevo genera-
cional sea una oportunidad
para toda la sociedad.
Algo que solamente se al-
canzará si trasformamos el
entorno educativo, social y
cultural de modo y manera
que les facilite la puesta en
práctica de sus extraordina-
rias capacidades, para que li-
deren el siglo XXI y con el
desarrollo tecnológico, rein-
venten la economía y el em-
pleo para hacer un mundo
más humano, y así aspirar a
ser el mayor espacio de paz
y prosperidad que haya vis-
to la historia. tos tengan las
mismas responsabilidades
para cumplir con los Dere-
chos del Niño en base a una
triple garantía: querer ser pa-
dre o madre, conocer las ne-
cesidades y los derechos de
los niños y estar en condicio-
nes de poder satisfacerlos.
LaGeneración Z
IÑAKI ORTEGA
DOCTORENECONOMÍAYPROFESOR
DELADEUSTOBUSINESSSCHOOL
SECCIÓN:
E.G.M.:
O.J.D.:
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24 Enero, 2016