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M
uchas ganas tendrá Rajoy de seguir siendo cabeza del
Ejecutivo para aguantar al pintoresco poder Legisla-
tivo. Alberto Garzón anunció que hoy presentaba IU
una querella contra Rajoy «por delitos de lesa huma-
nidad, por el tratamiento a los refugiados». Asunto del que ayer
dio cuenta el señor en funciones asegurando haber actuado «con
responsabilidad y solidaridad». También dijo que logró que el
acuerdo entre la UE y Turquía recogiese la prohibición de devo-
luciones masivas. Los diputados de Esquerra, Podemos-En Comú
Podem-En Marea protestaron contra el acuerdo levantándose y
con los brazos cruzados. Pero no como en el casatschok. Parecían
una coreografía de los Power Rangers. Lo ideal sería que Rajoy
(con Évole se le notó lo poco que aguanta las tonterías) tirara por
Arnold Schwarzenegger. Pero nada de ‘Terminator’, la vía es ‘Poli
de guardería’. Y de pronto les dijera algo así como «¡Aquí ya no se
hace pipí!». Qué paciencia, qué ganas.
Futuro laboral. Los universitarios vas-
cos no tienen vocación emprendedora y
prefieren hacer carrera como funciona-
rios o en una multinacional, donde ven
más posibilidades de desarrollo y estabi-
lidad laboral. Según el estudio ‘Radiografía
de la Universidad española: liderazgo empren-
dedor e innovación’, casi el 50% preferirían
ser trabajadores públicos o estar empleados
en grandes empresas frente al 23% que sí tie-
ne vocación emprendedora. Una cifra que se
sitúa por debajo de la media española.
IÑAKI ORTEGA
DIRECTOR DEUSTO
BUSSINESS SCHOOL
MADRID
Nueva novela. Marsé vuelve a su terre-
no y a su tiempo favorito, la Barcelona de
la posguerra, en su nuevo título, ‘Esa puta
tan distinguida’. El premio Cervantes
2008 se sumerge en esta ocasión en el
mundo de la memoria, ese Paraíso del que
no nos pueden echar y ese infierno del que
no podemos huir. El escritor catalán no con-
cibe la creación literaria sin memoria –aun-
que haya de enmascararla– y reconoce que su
pérdida puede resultar balsámica. Al final esa
‘distinguida puta’ es... la memoria.
JUAN MARSÉ
ESCRITOR
EN PRIMER PLANO
P
ese a su derrota del martes enWis-
consinamanosdeTedCruz,Donald
Trump ha llegado a la carrera presi-
dencialparaquedarseysuirrupción,
sus osadías insultantes, su desdén por lo po-
líticamente correcto y por los modos civili-
zados del ‘political system’ ha roto el esque-
ma previsto por el viejo y gran partido repu-
blicano, incapaz de promover un candidato
multiuso, conservador moderado y america-
no-tipo.
No es seguro queTrump sea finalmente el
candidato por la mera aplicación de la norma
oficial: el número de delegados obtenidos en
la campaña. Dispone de 741 de los 1.237 exi-
gidos para ganar la condición y su único rival
de cierto peso, el senador Ted Cruz, solo ha
conseguido 496. El partido tiene aTrump por
seguro perdedor frente a la demócrata Hillary
Clinton, descrita, en cambio, como una aspi-
rante tipo idónea sin que lo sea realmente,
de creer diversos análisis de todos los colores.
Perspicazmente, muchos observadores es-
tán anotando que algo novedoso, rompedor
yextemporáneoestáapoderándosedelacam-
paña o, mejor dicho, del gran debate políti-
co-social que promueve, y ya no es pecado
mortal encontrar algunas concomitancias –la
irritación contra el ‘establishment’ y el viejo
statu quo político institucional– entreTrump
y el aguafiestas del partido demócrata, el so-
cialista Bernie Sanders, un septuagenario pro-
gresista, senador por el pequeño estado de
Vermont.Ya hemos abolido las comillas con
que al principio de su comparecencia escri-
bíamos el adjetivo socialista, casi inimagina-
ble en la política norteamericana. Porque él
no las utiliza y se presenta a veces como tal
con todos los matices que se quiera. No es gra-
to al partido y funciona por libre (otra simi-
litud con Trump), aparece como un poco es-
corado en relación al sistema y es también
original, provocador, aunque muy educado,
y parece disfrutar con lo que hace. Así pues,
hay dos ‘outsiders’ en la carrera, algo que na-
die podía prever hace menos de un año.
En términos prácticos, lo relevante es que
se tiene por seguro que muchos votantes re-
publicanos convencionales, clásicos, no vo-
tarán a Trump en noviembre y la buena no-
ticia que esto es para Hillary (la candidata ofi-
cial, con sus 1.274 delegados frente a 1.025 de
Sanders, dinero sin tasa y el apoyo del apara-
todemócrata)seatenúaconlarazonableduda
de si los partidarios del díscolo senador irán
a ella por disciplina. No es seguro y esa es la
gran novedad: aunque el partido de ambos es
común, Hillary y Bernie son antagónicos y la
irritación del campo oficialista clintoniano
no sabe bien cómo manejar el problema.
Ha dado la vuelta al mundo la declaración
de una conocida y veterana demócrata pro-
gresista, la actriz Susan Sarandon, que, con
palabras entrecortadas y pensándoselo bien,
reconoció que no votaría aClinton porque no
se siente representada por ella. El fenómeno,
sin ser epidémico, tampoco es infrecuente o
excepcional: hay en marcha también en Es-
tados Unidos algo rupturista, de nuevo cuño.
Por eso, se presenta como un festín político-
social el debate que, por fin, sostendrán Hi-
llary y Sanders el 14 de abril en Brooklyn,
Nueva York, solo cinco días antes de las pri-
marias en ese Estado clave. A no perdérselo.
Algo sucede en EE UU
ENRIQUE VÁZQUEZ
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OPINION
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7 Abril, 2016