2. Cuenta el mito que
Apolo, orgulloso
por haberle dado
muerte a la
serpiente Pitón,
decidió desafiar a
Cupido, hijo de
Venus y de Marte.
Este, para castigar
tal burla, tomó
3. Una tenía la punta de
oro y provocaba
amor; la otra era de
plomo e inspiraba
rechazo. Cupido
dirigió la primera
hacia Apolo, y disparó
la segunda a Dafne,
hija del río Peneo y
de la Tierra.
4. Una violenta pasión
por la hermosa ninfa
se apoderó entonces
de Apolo. Sin
embargo ella, herida
por la flecha del
desprecio, huyó
rápidamente
tratando de
5. Apolo corrió en busca
de Dafne, pero
ésta, al verse
perdida, solicitó la
ayuda de su padre.
Tan pronto como
cesaron sus gritos
de socorro, una
corteza suave le
6. sus cabellos se
transformaron en
hojas verdes, los
brazos en ramas, los
pies se fijaron en el
suelo y la ninfa
quedó transformada
en laurel.
7. Apolo, no dispuesto aún a
darse por vencido,
brazó el árbol y lo cubrió
de ardientes besos, pero
incluso las ramas
retrocedían asustadas de
sus labios. “Si no puedes
ser mi amante”, juró el
dios, “me serás
consagrada eternamente.
8. Tus hojas serán siempre
verdes y con ellas me
coronaré”. Desde
entonces, el laurel es
el símbolo de Apolo y
con él se galardona a
los vencedores,
artistas y poetas.