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Inteligencia emocional
1.
2. La inteligencia emocional es un mecanismo que
permite a los seres humanos, y por extensión a las
organizaciones, adaptarse a un entorno externo
cambiante sin permitir que éste domine las propias
emociones. El éxito tanto de los individuos como de
las empresas no depende tanto del cociente
intelectual, sino del adecuado uso de la Inteligencia
emocional.
3. Desde hace años los términos
“inteligencia” y “emoción” se
consideraban contradictorios
4. Un aspecto de la inteligencia emocional
que permite comprender las
necesidades ajenas y actuar
sabiamente en las relaciones humanas.
La inteligencia social no sólo es muy
diferente de las habilidades
académicas, sino que constituye un
elemento esencial que permite a la
persona afrontar adecuadamente los
imperativos prácticos de la vida.
5. La vieja teoría del CI se ocupa sólo de
una estrecha franja de habilidades
lingüísticas y matemáticas, y que tener
un elevado CI tal vez pueda predecir
adecuadamente quién va a tener éxito
en el aula o quién va a llegar a ser un
buen profesor.
6.
7. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad
de reconocer un sentimiento en el mismo momento
en que aparece, constituye la piedra angular de la
inteligencia emocional. La capacidad de seguir
momento a momento nuestros sentimientos resulta
crucial para la introvisión psicológica y para la
comprensión de uno mismo. Por otro lado, la
incapacidad de percibir nuestros verdaderos
sentimientos nos deja completamente a su merced.
Las personas que tienen una mayor certeza de sus
emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que
tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus
sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir
con quién casarse o qué profesión elegir.
8. La persona consciente de sí misma. Como es
comprensible, la persona que es consciente de sus
estados de ánimo mientras los está experimentando
goza de una vida emocional más desarrollada. Son
personas cuya claridad emocional impregna todas
las facetas de su personalidad; personas autónomas
y seguras de sus propias fronteras; personas
psicológicamente sanas que tienden a tener una
visión positiva de la vida; personas que, cuando
caen en un estado de ánimo negativo, no le dan
vueltas obsesivamente y, en consecuencia, no
tardan en salir de él. Su atención, en suma, les ayuda
a controlar sus emociones.
9. Las personas atrapadas en sus emociones, son
personas que suelen sentirse desbordadas por
sus emociones y que son incapaces de escapar
de ellas, como si fueran esclavos de sus
estados de ánimo. Son personas muy volubles
y no muy conscientes de sus sentimientos, y
esa misma falta de perspectiva les hace
sentirse abrumados y perdidos en las
emociones y, en consecuencia, sienten que no
pueden controlar su vida emocional y no tratan
de escapar de los estados de ánimo negativos.
10. La conciencia de uno mismo es una
habilidad básica que nos permite controlar
nuestros sentimientos y adecuarlos al
momento. Las personas que carecen de
esta habilidad tienen que batallar
constantemente con las tensiones
desagradables mientras que, por el
contrario, quienes destacan en el ejercicio
de esta capacidad se recuperan mucho
más rápidamente de los reveses y
contratiempos de la vida.
11. La vida está sembrada de altibajos, pero nosotros
debemos aprender a mantener el equilibrio. En
última instancia, es adecuar la proporción entre las
emociones negativas y las positivas, esto
determinará nuestra sensación de bienestar. No se
trata, pues, de que, para ser felices, debamos evitar
los sentimientos angustiosos, sino tan sólo que no nos
pasen inadvertidos y terminen desplazando a los
estados de ánimo más positivos. Aún quienes
atraviesan episodios de enojo o depresión aguda
disponen, a pesar de todo, de la posibilidad de
disfrutar de cierta sensación de bienestar si cuentan
con el adecuado contrapunto que suponen las
experiencias alegres y felices.
12. El control de la vida emocional y su
subordinación a un objetivo resulta
esencial para incitar y mantener la
atención, la motivación y la creatividad.
Las personas que tienen esta habilidad
suelen ser más productivas y eficaces en
todas las empresas que acometen.
13. Las personas empáticas suelen sintonizar
con las señales sociales sutiles que
indican qué necesitan o qué quieren los
demás y esta capacidad las hace más
aptas para el desempeño de
vocaciones tales como las profesiones
sanitarias, la docencia, las ventas y la
dirección de empresas.
14. No existe un test capaz de determinar el
grado de inteligencia emocional, a
diferencia de lo que ocurre con los test
que miden el coeficiente intelectual. Jack
Block, psicólogo de la universidad de
Berkeley, ha utilizado una medida similar a
la inteligencia emocional que él
denomina “capacidad adaptativa del
ego”, estableciendo dos tipos de
personalidad teóricamente puros, aunque
los rasgos más sobresalientes difieren
ligeramente entre mujeres y hombres.
15. Los hombres con un elevado CI se
caractericen por una amplia gama de
intereses y habilidades intelectuales y suelan
ser ambiciosos, productivos, predecibles,
tenaces y poco dados a reparar en sus
propias necesidades. Tienden a ser críticos,
condescendientes, aprensivos, inhibidos, a
sentirse incómodos con la sexualidad y las
experiencias sensoriales en general y son
poco expresivos, distantes y
emocionalmente fríos y tranquilos.
16. Por el contrario, los hombres que poseen una elevada
inteligencia emocional suelen ser socialmente equilibrados,
extravertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a
rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de
una notable capacidad para comprometerse con las
causas y las personas, suelen adoptar responsabilidades,
mantienen una visión ética de la vida y son afables y
cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y
apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos,
con sus semejantes y con el universo social en el que viven.