Este documento describe los cambios y permanencias en el sector primario en España. Resume que el sector primario ha ido perdiendo importancia económica a lo largo del siglo XX, pasando de una agricultura de subsistencia a una agricultura de mercado. También describe las diferentes regiones agrarias de España y los principales cultivos y actividades en cada una.
1. GEOGRAFÍA TEMA 1: CAMBIOS Y PERMANENCIAS EN EL SECTOR
PRIMARIO
1. INTRODUCCIÓN
El sector primario o agrario abarca aquellas actividades económicas que se basan
en la extracción de bienes y recursos del medio físico. Estas actividades son la
agricultura, ganadería, pesca, explotación forestal y minería.
Durante siglos, el sector primario ha sido el sector principal de la economía
española. Pero su importancia ha ido disminuyendo a lo largo del siglo XX.
Actualmente, solo el 4,6% de la población activa española está empleada en el sector
primario y aporta el 2,6% del PIB.
2. DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL A LA AGRICULTURA DE
MERCADO
2.1. De la economía de subsistencia a la economía de mercado.
La utilización de nuevas técnicas agrícolas (rotación trienal, nuevos cultivos)
permitió aumentar la producción agraria en momentos en que los precios de los
alimentos eran elevados y así obtener excedentes para alimentar a una población en
crecimiento. Al mismo tiempo, los grandes propietarios de las tierras obtenían mayores
ingresos por la venta de los productos o por el arrendamiento y de ese modo iniciaron
un proceso de concentración de capital para invertir después en la industria.
Como consecuencia de este proceso económico una parte cada vez más
considerable del sector agrario entró en los circuitos de la economía de mercado, en la
cual el campesino es vendedor y comprador: cultiva aquellos productos que tienen más
demanda, y compra bienes industriales (maquinaria, insecticidas) para aumentar su
cosecha en calidad y cantidad, lo que provoca un especialización en unos pocos cultivos
y la necesidad de comprar en el mercado aquello que se deja de producir. De esta
manera se pasa de una agricultura tradicional (basada en el autoconsumo) a una
agricultura de mercado.
2.2. Población rural y población agraria.
La población agraria disminuye de forma progresiva debido a la mecanización
de los trabajos agrícolas y por la baja rentabilidad que obtienen los agricultores,
provocando éxodo rural (favorecido por la demanda de mano de obra de la industria).
Sin embargo, en las últimas décadas se ha producido un éxodo urbano que ha hecho
aumentar la población que vive en el campo. Ello permite diferenciar entre una
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2. población rural (aquella que vive en la zona rural aunque trabaje en el sector secundario
o terciario) y una población agraria (aquella que trabaja en el sector primario).
Igualmente, se ha producido un aumento de la población activa agraria joven,
entre la que hay un importante porcentaje de inmigrantes contratados (fijos o
temporales). En cualquier caso, sigue predominando la población agraria de más de 40
años.
Un fenómeno aparte es el rural profundo: zonas rurales con explotaciones muy
tradicionales, trabajadas por personas de cierta edad, y con una mano de obra joven que
deja el campo y se dirige a la ciudad para emplearse en la construcción o en servicios
poco especializados.
2.3. El trabajo agrario en España.
En las fincas pequeñas y medianas son los propietarios quienes trabajan la tierra
con la ayuda de la familia (explotación familiar) o con la participación de uno o pocos
asalariados fijos. Debido a los bajos rendimientos, a la creciente especialización y
mecanización de los cultivos y al nivel educativo de toda la población, suele ser habitual
que en la explotación trabaje el cabeza de familia mientras que la mujer e hijos tienen
otras actividades económicas. Además, el pequeño propietario suele trabajar en el
campo a tiempo parcial, combinando el trabajo agrícola con trabajos en otros sectores
económicos para conseguir un segundo salario.
En las fincas grandes, aumenta la gestión directa y disminuye la aparcería y el
arrendamiento de las parcelas porque la maquinaria pesada requiere de grandes
espacios, lo que también ha provocado una disminución de los trabajadores asalariados
fijos, sustituidos por trabajadores eventuales (frecuentemente, mano de obra inmigrante
contratada en sus países de origen).
2.4. Evolución de la superficie agraria.
En los últimos años han disminuido las tierras de cultivo y han aumentado el
terreno forestal, los prados y los pastizales. Estos cambios son debidos al abandono de
las tierras menos productivas, incentivado por la política comunitaria, al aumento de la
superficie destinada a la explotación ganadera, a la construcción de áreas residenciales o
al trazado de infraestructuras.
2.5. La tierra y la estructura de las explotaciones agrarias.
En España existen muchas explotaciones pequeñas, el conjunto de las cuales
ocupan poca superficie, mientras pocas explotaciones grandes reúnen la mayor parte del
suelo cultivado.
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3. Gran explotación o latifundio
Los latifundios son explotaciones de grandes dimensiones (más de 100 ha)
donde se practica una agricultura extensiva. En España dominan en Castilla-La Mancha,
Extremadura y Andalucía.
Estos latifundios actualmente disponen de grandes extensiones de tierra que
pueden mecanizarse y que permiten la obtención de importantes cosechas cuya
comercialización produce elevados beneficios. Estas grandes explotaciones crean un
nuevo tipo de trabajo especializado en el manejo de la maquinaria.
Pequeña explotación o minifundio
Los minifundios son explotaciones de pequeñas dimensiones (menos de 10 ha).
Predominan en la mitad Norte de la Península y en los dos archipiélagos.
El tamaño de las parcelas dificulta su mecanización y el escaso volumen de su
producción no permite una buena comercialización sin hacer frente al aumento de
precios de los productos industriales de uso agrario. La pequeña explotación es rentable
sólo si se practica una agricultura intensiva o muy científica (invernaderos en la costa
mediterránea o los cultivos de huerta en regadío o bajo plástico en Almería).
Explotaciones de tamaño medio
En España han aumentado las explotaciones de tamaño medio (30 ha), gracias a
que la UE ha favorecido las explotaciones de tamaño medio familiar, fomentando la
práctica de una agricultura intensiva con el fin de obtener productos de calidad para un
mercado cada vez más exigente.
3. PRODUCCIÓN Y COMERCIO AGRARIOS
3.1. La Política Agraria Comunitaria (PAC).
Inicialmente, la CE potenció la agricultura con el fin de conseguir abastecer a los
países comunitarios y elevar las rentas agrarias, subvencionando los precios y
comprando los excedentes.
Sin embargo, la ayudas económicas provocaron la sobreproducción, mientras
que la compra de los excedentes mantenía los precios agrarios comunitarios por encima
de los precios del mercado internacional. Además, la entrada en la UE de países con
rentas agrarias más bajas exigía disminuir la ayuda a países desarrollados, como
España.
Para lograr una mayor competitividad y adaptación a la demanda, la UE
restringió las ayudas económicas, poniendo en práctica –para el período 2007 a 2013- el
Plan Estratégico Nacional de Desarrollo Rural, con el objetivo de aumentar la
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4. productividad, desarrollar la industria agroalimentaria (aumento del valor añadido de los
productos) y mejorar el medio ambiente.
La UE ha concedido una ayuda especial a las Comunidades Autónomas como
compensación a la reducción aplicada a ciertos cultivos: algodón (Andalucía y Murcia)
y tabaco (Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, etc.)
3.2. La producción agrícola.
La producción agrícola depende de la superficie dedicada a cada cultivo, la
calidad de los suelos y la intensidad de los cultivos. En los últimos años se ha detectado
un aumento de la superficie de regadío gracias a la construcción de infraestructuras
hidráulicas (acequias, canales) y una intensa explotación de las aguas subterráneas.
Los cultivos de secano
Los cultivos de secano más extendidos son los cereales, la vid y el olivo. Los
cereales se cultivan de forma extensiva, el trabajo está muy mecanizado y se
seleccionan buenas semillas; el trigo era el cereal predominante en toda la Península,
pero actualmente aumentan las superficies destinadas a cereales para pienso. Por el
contrario, la vid y el olivo no admiten un grado tan alto de mecanización y la obtención
de productos de calidad exige más cuidados (predominan los trabajos estacionales).
La vid se extiende tanto en las zonas atlánticas como mediterráneas y su
producción se ha especializado en vinos de calidad y vinos blancos y cavas. El olivar
centra su producción en la obtención de aceituna de almazara (aceite), disminuyendo la
producción de aceitunas de mesa (menos rentables). Otros cultivos de secano
importantes son también los frutos secos (almendro, avellano), las oleaginosas (girasol)
y las leguminosas.
Los cultivos de regadío
Sobresale la producción frutícola y la hortofrutícola. Los cítricos (naranja) tienen
un gran peso en las exportaciones junto con los frutales de pepita (manzano) y los de
hueso (albaricoque). Las hortalizas se cultivan en la zona mediterránea y permiten
obtener varias cosechas al año, si bien exigen mucha mano de obra y un uso creciente
de fertilizantes, productos fitosanitarios y semillas de alto rendimiento.
3.3. La producción ganadera.
España es el segundo país de la UE por su importancia ganadera (la ganadería
representa el 40% de la producción final agraria española). La explotación ganadera que
se práctica en nuestro país combina sistemas de producción tradicional con formas de
producción intensiva que disponen de las tecnologías más avanzadas. Las producciones
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5. más destacadas se obtienen a partir del ganado bovino (uno de los pilares de la
ganadería nacional, con una disminución del número de ganaderos y una especialización
creciente en la producción de carne y leche), del ganado ovino (con una sustitución de
trashumancia por una mayor profesionalización, orientada a la obtención de carne y
leche), del ganado porcino (consumo en fresco y fabricación de embutidos) y de la
avicultura (carne y huevos).
3.4. La comercialización de los productos agrarios.
España vende a la UE el 75% de sus exportaciones agrarias pero compra de la
Comunidad el 57% de sus importaciones de alimentos.
Una óptima comercialización de los productos agrarios depende del desarrollo
de la industria agroalimentaria (en manos de multinacionales y con una elevada
productividad), ya que un porcentaje importante de los alimentos que se consumen son
productos industriales. Una de las industrias agroalimentarias más relevantes de España
es la vinícola, seguida de la elaboración de embutidos, jamones y conservas, la
elaboración de platos precocinados y la congelación de alimentos en crudo, y
fabricación de pienso para el ganado.
4. LOS PAISAJES AGRARIOS DE ESPAÑA
La interacción entre el espacio agrario y los factores ecológicos han originado
una especialización productiva que se ha traducido en la existencia de varios dominios o
regiones agrarias.
Paisaje agrario atlántico
Ocupa la franja cantábrica y gran parte de Galicia. Las condiciones naturales de
esta zona de España (clima oceánico y amplias praderas naturales) imponen una
dedicación esencialmente ganadera, con una gran dependencia de las industrias lácteas.
Su hábitat o poblamiento es disperso. Predomina el minifundio, con parcelas
cerradas o bocage.
Paisaje agrario mediterráneo
En la Península se sitúa en el litoral mediterráneo y suratlántico y comprende
también el espacio que va desde el valle del Guadalquivir hasta Sierra Morena. Incluye
también las Islas Baleares.
El hábitat tradicional es concentrado. La agricultura presenta una clara
diferenciación entre secano y regadío. El secano se da en las campiñas del valle del
Guadalquivir y en las áreas más montañosas y accidentadas de las zonas prelitorales,
donde dominan la trilogía mediterránea (trigo, vid y olivar) y el almendro. El regadío se
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creado espacios óptimos para los cultivos de hortalizas y frutas.
La ganadería ovina y caprina se asocia a los cultivos de secano y las reses bravas
se crían a orillas del Guadalquivir.
Paisaje agrario del interior
Ocupa la mayor parte de la España interior, la Meseta y la depresión del Ebro.
Su hábitat es concentrado. En las cuencas del Duero y del Ebro predominan las
pequeñas parcelas; sin embargo, en las zonas más áridas destaca el openfield (parcelas
sin límites entre ellas) y el latifundio. Son espacios fundamentalmente de secano, con
predominio de la trilogía mediterránea. En las penillanuras occidentales es muy
importante la dehesa, latifundios que forman una unidad de explotación de dedicación
agropecuaria y forestal.
Paisaje agrario de montaña
Ocupa las áreas con mayor altitud de la Península.
El hábitat suele ser disperso. Se caracteriza por el minifundio en bocage.
Abundan los bancales, a fin de poder cultivar en la montaña, y las parcelas se dedican al
policultivo de subsistencia, o se destinan a prados para el ganado o a la explotación
forestal.
Esta agricultura está en decadencia, ya que el aislamiento y la baja productividad
hacen que se produzca un despoblamiento.
Paisaje agrario de Canarias
Comprende el archipiélago canario, caracterizado por su carácter volcánico y su
clima cálido durante todo el año, con precipitaciones escasas e irregulares en las zonas
bajas.
La superficie agraria se concentra en las áreas litorales, donde predomina un
cultivo destinado a la exportación (plátano, patata, tomate), plantaciones tropicales y
cultivos bajo plástico. En las zonas medias y altas del interior se da una agricultura
tradicional muchas veces en bancales.
5. LA PESCA
5.1. Caladeros de los barcos de pesca españoles.
Los caladeros más óptimos son las plataformas continentales, las zonas donde
hay corrientes marinas frías ricas en plancton y las zonas de contacto entre corrientes
marinas cálidas y frías.
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7. Las plataformas continentales españolas son poco aptas para la pesca, lo que ha
llevado a la búsqueda de caladeros ricos en otros lugares. Así, en el Mar del Norte
faenan flotas de altura del Cantábrico y de Galicia (si bien la UE ha establecido cupos
de capturas y temporadas de veda) mientras que en las aguas de Terranova faenan
barcos de gran altura (si bien Canadá impone restricciones). Por su parte en el Banco
Sahariano la actividad pesquera española ha provocado conflictos (resueltos mediante
acuerdos) con los países africanos limítrofes (Marruecos, Senegal y Mauritania), lo que
ha llevado a la búsqueda de nuevos destinos en lugares lejanos, como la costa índica de
África (Somalia, Mozambique) o en las aguas atlánticas de América Latina.
5.2. Política pesquera comunitaria.
Con su entrada en la CE, España consiguió un cupo importante de pesca en
aguas comunitarias y un acuerdo pesquero con Marruecos, pero las ayudas para renovar
la flota supusieron para los armadores españoles adoptar un tipo de barco más pequeño
y perder capacidad de pesca.
Para el período 2007-2013 la UE ha fijado la aplicación del Fondo Europeo de la
Pesca (FEP) que prevé ayuda económica a los Estados miembros en proporción a la
importancia económica de su sector pesquero y del número de personas que trabajan en
él. Por otro lado, la Política Pesquera Común (PPC) busca una explotación sostenible
del medio marino y de sus recursos, fomentando el cultivo de especies por el sistema de
acuicultura, y negociando acuerdos con países no comunitarios para poder pescar en sus
caladeros.
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