1. Consejo Maternal
Ven para acá, me dijo dulcemente
mi madre cierto día,
(aún me parece que escucho en el ambiente
de su voz la celeste melodía).
Ven y dime qué causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas
como gota cuajada de rocío.
Tú tienes una pena y me la ocultas:
¿no sabes que la madre más sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos
como tú en la cartilla?
¿Quieres que te adivine lo que sientes?
Ven para acá, pilluelo,
que con un par de besos en la frente
disiparé las nubes de tu cielo.
Yo prorrumpí a llorar. Nada, le dije,
las causa de mis lágrimas ignoro;
pero de vez en cuando se me oprime
el corazón, y ¡lloro!...
Ella inclinó la frente pensativa,
se turbó su pupila,
y enjugando sus ojos y los míos,
me dijo más tranquila:
Llama siempre a tu madre cuando sufras
que vendrá muerta o viva:
si está en el mundo a compartir tus penas,
y si no, a consolarte desde arriba.
Y lo hago así cuando la suerte ruda
como hoy perturba de mi hogar la calma,
invoco el nombre de mi madre amada,
¡y entonces siento que se ensancha mi alma!
Autor: Olegaria Victor Andrade
DIPIENDO PARA SU MADRE
Pidiendo para su madre, un joven va por la aldea
Y, aunque el dolor lo taladre, sufre, calla y no se queja
Cuando después de rodar por las calles y las plazas
Se arrodilla ante el altar, así lo sorprende el cura
Y al ver que una mano falta del brazo de aquel mozuelo
Con voz, que es toda dulzura, le dice:
¿Cómo te llamas? ¿Qué haces, di, por este pueblo?
Antón, yo me llamo Antón, padre, y le pedí a la Virgen
Que me den una limosna para que coma mi madre
¿Cómo perdiste la mano? ¿Fue en el taller, fue en el campo?
¿Algún reptil venenoso te dejó, Antón, desgraciado
Y te ha dejado, hijo mío, pobre, triste y mal parado?
No, padre, no fue un reptil lo que mi mano cortara
Años ha que voy pidiendo con lágrimas en los ojos
Y el rubor cubre mi cara; joven y fuerte fui un día
Mis brazos fueron sostén de una madre del alma pura
Madre, palabra sagrada, ya que madre solo hay una
La que con sus besos nos baña, la que nos canta en la cuna
La que jamás nos engaña, mujer que es todo ternura
Qué malo, qué malo fui para con mi madre amada
Una noche, padre mío, tiemblo solo al recordarla
Llegué borracho a mi casa con mi mano encallecida
Le di tan fuerte en el rostro que cayó desvanecida
Y aquella mujer bendita que tantos besos me dio
Estaba en el suelo herida
Y vi una mancha de sangre que la mente me turbó
Maldito, maldito yo, que a mi madre encarnecía
Yo no sé lo que pasó, solo sé que aún vivía
Alcé a mi madre del suelo y al punto curé su herida
Malaya, el hijo maldito que comete tal afrenta
Y maldito aquel cobarde que en su pensamiento alberga
Pegarle a su propia madre
Y salí de su aposento despierto para vengarla
Quien la ofendió fue mi mano
Pues mi mano pagará porque la había ultrajado
Y ciego y lleno de ira, cogí el hacha enloquecido
Y la mano envilecida que tal afrenta causara
Al ser que me dio la vida y tan ruin me porté
Por eso, voy con mi pena y voy por los pueblos, padre
Pidiendo, de puerta en puerta, para que coma mi madre
Autor: Victor Olegario
El ultimo beso a mi madre
como todos los días desde ya hace 12 años
me despertó mi madre esta mañana
para que yo fuese a la escuela
había pasado una mala noches con pesadillas
y me había costado mucho trabajo levantarme
a los 10 minutos mi madre volvió a despertarme
pero esta vez con más premura
se me estaba haciendo tarde.
Me levante como un bólido y apenas si me lavé la cara
desayune en un abrir y cerrar de ojos
y ahí estaba mi madre diciéndome:
- Come despacio hijo de vas a ahogar
Con las prisas del momento le contesté de mal manera:
- Sí ya lo sé hombre no comiences de nuevo a
regañarme.
Además, tuve que soportar sus preguntas de rigor
¿Llevas almuerzo? ¿Hiciste tus deberes?
¿Llevas completos tus cuadernos? ¿Te cepillaste tus
dientes?
Yo aún mas impaciente levantando la voz le dije:
- ¡¡¡Ya te dije que si!!!
Ella sonrío suavemente Y me dijo:
- Ven anda y dale un beso a tu madre y ve con
cuidado a la escuela
Alce mis hombros con fastidio y le dije medio enfadado:
- Mamá ya es muy tarde
- No tengo tiempo para eso
- Sentimentalismos absurdos
- No quiero darte un beso
Todavía retumba en mi oído mis propias palabras:
- No tengo tiempo para eso
Con las prisas y el enfado
Paso por alto un leve destello de tristeza en su mirada
Mientras iba corriendo a la escuela
Estuve a punto de regresarme
A darle el beso a mi madre
Sentía un nudo en el corazón
Pero mis compañeros comenzaron a llamarme
Y fui hacia ellos
¿Con qué excusa regresaría?
¿Que le iba a darle un beso a mi madre?
Se hubieran reído de mi.
2. De todas formas, al regresar a casa
Después de las clases
Vería a mi madre siempre en la puerta
Esperando como siempre
Temerosa de que no me haya sucedido algo
Impaciente si tardo algunos minutos
Ya que me he entretenido con los amigos.
El día se me paso volando en la escuela
Entre clase y clase y juego y juego
Se me había olvidado el incidente de la mañana
Sim embargo esta vez apenas sonó el timbre
Sali corriendo a la casa si entretenerme.
Desde la esquina espera divisar
La figura de mi madre en la puerta
Pero no había nadie
Supuse que estaría dentro cocinando mi almuerzo
Pero extrañe de momento su presencia
Tan segura antes de tocar el timbre
Toqué el timbre
Salió a la puerta mi padre
¿Pero era mi padre?
Aquel hombre se veía mucho mayor
De lo que siempre me había parecido
Sus hombros caídos, sus ojos hinchados
y un profundo halo de tristeza lo rodeaba
mi corazón empezó a latir alocadamente
presintiendo algo
y apenas me salió la voz para decirle:
- ¿Que pasa papá?
- ¿Todo esta bien?
En un suspiro me contestó:
- Tu madre sufrió un ataque al corazón esta
mañana mientras preparaba tu almuerzo
Su muerte fue instantánea hijo.
Nadie se enteró hasta que vinieron a visitarla
Y Lo encontraron ahí tirada
Se nos fue nuestro ángel hijo.
Mi mamaaa!!! Mi mamaaa!!
La que todas las mañanas me despertaba
La que oraba conmigo
La que me arropaba y me daba un beso
A la que esta mañana contesté
De mala manera y No quise darle un beso
Dios perdóname
Dile que me perdone
Por que aun soy un niño
Pretendiendo ser un hombre
Dile por favor que ella es
Lo que yo mas amo en la vida
Dile que siempre en ella
Encontré muchos consejos
Dile que sus suaves sonrisas
Me acompañaran toda la vida
Y que prometo valorar a las personas
Que se quedaron.
Cuidala por mi dios que ella es muy buena
Y dile por favor que cuando
Me toque la hora de partir de este mundo
Venga a mi lecho y me arrope como un dia lo hizo
Disfrutemos no solo este día
Sino todos los días de nuestra vida
Por que nunca sabremos
Hasta cuando tendremos
La dicha de tenerlos con nosotros
Y si ya no están con nosotros
Un padre y una madre son tan necios
Que aún en su ausencia nos
Seguirán amando