La señora de la vereda era conocida como la peor señora del mundo por su mal carácter, apariencia fea y maltrato a los demás. Un día, mientras dormía, los habitantes de la vereda huyeron, incluidas sus hijas. Más tarde, la señora pidió disculpas y los habitantes regresaron, pero ella los atrapó detrás de una muralla. Luego, los habitantes engañaron a la señora para que dejara de maltratarlos haciéndole creer que disfrutaban de su maltrato
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
La peor señora del mundo
1. LA PEOR SEÑORA DEL MUNDO
En la vereda el mansito había una señora que era la pero señora del mundo era gorda,
tenía una nariz puntiaguda, fumaba tabaco y usaba botas de pico y tenía unas uñas
grandes y filosas.
A sus dos hijas les servía en el desayuno comida para perros y la que no se la comiera
debía dormir en el gallinero. Los niños del vecindario se echaban a correr en cuanto la
veían.
Hasta que un día mientras la señora dormía los habitantes de la vereda decidieron huir
de su lado incluidas sus 2 hijas. Fue así como la mala mujer se quedó sola sin nadie a
quien molestar así que hizo una carta y la envió a los habitantes quienes al recibirla
decidieron volver ya que la señora les había pedido disculpas. Pero en la noche mientras
dormían construyo una muralla con la que atrapo a todos los habitantes y volvió a ser la
peor señora del mundo golpeando e insultando a todos.
Sucedió que mientras dormía su siesta los habitantes del pueblo se reunieron para
buscar una solución. Al sabio de la vereda se le ocurrió engañarla cuando ella les pegara
le dieran las gracias, si les mordía una oreja le pidieran que lo hiciera de nuevo. Y así con
todo. Todos estuvieron de acuerdo.
La señora despertó de su siesta hecha una furia. Tenía unas ganas enormes de jalarle las
orejas a un niño. Agarro al primero que encontró y no lo soltó hasta después de media
hora. El niño aguanto el dolor y le dijo: “gracias, señora podría jalarme la otra por
favor”. La señora extrañada le dijo que no que él no merecía un premio así. Después la
mujer se fue a buscar al zapatero y le jalo tanto los pelos que se quedó con ellos en la
mano. Muchas gracias señora contesto el zapatero y así continúo con todos hasta la
noche.
Mientras dormía los habitantes se reunieron de nuevo y planearon seguirla engañando.
Ahora cada vez que ella se le ocurriera hacer algo bueno, se quejarían como si fuera un
terrible castigo. Desde entonces cuando la señora se le ocurriera hacer algo bueno la
gente se quejaría.
Así sucedió que un día se encontró con el sabio de la vereda, quien le dijo: “muy malos
días tenga usted señora ¿ya se dio cuenta de que un ángel caído del cielo puso en la
vereda una maravillosa muralla? Todos estamos muy contentos.
Llena de furia corrió a la muralla y la destruyó. Y continuo así con todo lo malo que
había hecho. Lo cambio por bueno creyendo hacer daño a los habitantes de la vereda.
Desde ese día la vereda vivió feliz y las familias se divirtieron con los engaños.