1. Análisis de la Ciencia y
la Tecnología
José Manuel Hernández Acevedo
C.I. 20.187.627
Semestre: 7mo Sección: “C”
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULARA PARA LA EDUC. UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ
NUCLEO BARQUISIMETO
2. INTRODUCCION
La ciencia y la tecnología constituyen hoy en día un motor muy importante para el desarrollo de
la humanidad. No existe actividad en el planeta en donde no estén inmersas estas dos áreas. Gra-
cias a los descubrimientos científicos, avances e innovaciones tecnológicas el ser humano puede
disfrutar de una mejor calidad de vida, que se evidencia en el progreso y crecimiento de sectores
como: la agricultura, la minería, la industria, la salud, entre otro.
Es tan grande el valor que tiene la ciencia y la tecnología en el siglo XXI, que adquieren recono-
cimiento e importancia como elementos necesarios para el progreso de las sociedades. El estado,
las industrias y los centros de investigación invierten en estas áreas, con el propósito de generar
mayor desarrollo, calidad de vida, rentabilidad y productividad, que se evidencian en la presencia
de multinacionales que apuestan a los conocimientos científicos y tecnológicos para su funciona-
miento y permanencia en el mercado mundial.
3. ANÁLISIS DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA
Primera etapa: el número de técnicas al servicio del humano todavía es escasa, aunque segu-
ramente forman un corpus coherente que permite distinguir las acciones técnicas de otras acciones
más o menos naturales. No hay especialistas. La capacidad de cambio y la acción intelectual de la
resignificación, principales características del acto tecnológico, son inconscientes; el humano inven-
ta, pero aún no sabe que puede inventar y la lenta innovación surge, no como solución a nuevos
problemas, sino al azar.
En la segunda etapa surgen especialistas: los artesanos. Sólo existen técnicas -techanai-que
son también artes, como lo señala la raíz común de las palabras artista y La transmisión del conoci-
miento se hace por tradición oral, por aprendizaje directo, hay diversas escuelas y estilos. Los arte-
sanos usan herramientas, si bien no ha surgido aún el concepto de maquina (60).
La tercera etapa es la de la tecnología de los técnicos. Aparece la máquina, que rápidamente
pasa al primer plano, aunque coexistiría con los artesanos durante mucho tiempo. La máquina, por
ejemplo, el telar mecánico, que comparado con el telar manual aún es una herramienta, ya no está
claramente al servicio del artesano como lo estaba antes. Es más la tarea del artesano comienza a
dividirse en dos funciones: la del técnico, que diseña y construye las máquinas, y las del operario
que la atiende, con lo cual ya no es su dueño ni en el sentido económico ni en el técnico del tér-
mino .
La cuarta etapa es la actual; en ella “se produce la simbiosis de esta técnica maquinista con la
ciencia. El desarrollo se basa en los conocimientos mediante la ciencia, que a su vez avanza con el
apoyo de la Tecnología que inventa y construye sus instrumentos. El operario tiende a ser reempla-
zado por sistemas automáticos que ya pueden imitar también gran parte de sus funciones menta-
les.
La ordenación más interesante, porque no se basa en la distinción de técnica y tecnología, ni con-
tiene prejuicio ideológico, es la realizada por Mumford,y se basa en una evolución de la complejidad
de la tecnología a partir del uso de la energía y los materiales utilizados en una época; así como en
el tipo de conocimiento e información requerida para la producción de los objetos tecnológicos. Es-
tas etapas son:
(a) La eotécnica, su principal fuente de energía es el agua y el viento, son técnicas intuitivas.
(b) La paleotécnica la que combina las técnicas del hierro y del vapor, se trata de una fase empíri-
ca.
4. (c) La neotécnica (1934, 128).
(d) La etapa neotécncias, en donde las tecnologías se basan en el desarrollo de la electricidad y las
aleaciones metálicas y los sistemas de proceso de información, en esta etapa se da la incorpora-
ción del conocimiento científico (Mumford, 1934).
Esto no quiere decir que en las épocas anteriores no se hiciese uso de los conocimientos científicos
ni del conocimiento obtenido del mismo proceso de producción de instrumentos y aparatos disponi-
bles en cada momento.
Otra manera de clasificar la historia de la tecnología es la Maurice Daumas (1981). El ubica la
aparición de la tecnología en el siglo XVII. Para él la historia de la tecnología es de progreso, el cual
no se realiza por etapas discontinuas como normalmente se supone, sino que el progreso es conti-
nuo. Por otra parte, él intenta analizar cuáles son las circunstancias de la evolución progresiva de
las técnicas. Al parecer la clasificación se orienta por el tipo de conocimiento usado en cada época,
y el conjunto de objetos inventados. Él ve como una etapa cuenta con las conquistas de las anterio-
res, lo que cada nueva etapa lo amplia más la invención y la innovación, llevada a cabo por espe-
cialistas cada vez más numerosos . Establece cinco etapas:
o Primitiva: las conquistas del hombre desde la prehistoria a la protohistoria.
o Arcaica: en la época de las civilizaciones de la antigüedad.
o Tradicional: comienza con la Edad Media occidental y se diluye en el curso del siglo XVII.
o Clásica: se prolonga por dos siglos (XVIII y XIX).
o Científica: siglo XX a nuestros días.
A medida que el tiempo pasa, el mundo cambia cada vez con mayor celeridad. Una genera-
ción altera los esquemas de un siglo, una década los de una generación; bastan pocos años para
trastocar una década. La revolución Científico-Técnica imprime a los hechos una velocidad que no
hubiéramos podido imaginar en el pasado, cuando el tiempo meramente transcurría y en algunos
sitios parecía detenerse inexorablemente. Este cambio veloz en el mundo está chocando con las
estructuras establecidas, con la forma de trabajar, con la formación y con los hábitos de vida de
las sociedades y los individuos, sin tomar en cuenta distancias ni tiempos. Es por esto que muchas
de las cosas que pensábamos y creíamos ya no nos sirven, como: las percepciones del universo ,
las ideas, la religión, el arte y los principios y valores.. El conocimiento ha sido el hilo conductor de
todas las revoluciones tecnológicas que han cambiado y cambian la vida del ser humano. La prime-
ra aplicación del conocimiento que marcó una nueva etapa en el desarrollo de la humanidad se dio
en la Revolución Agrícola, cuando el conocimiento humano se aplicó a la tierra. El resultado fue la
estabilización de la agricultura como actividad alrededor de la cual se organizó la sociedad. En la
5. Revolución Industrial el conocimiento no sólo se destinó a la tierra, sino a crear utensilios , herra-
mientas, máquinas y productos, permitiendo al hombre transformar su medio, incrementar sus nive-
les de conocimiento y satisfacer mejor sus necesidades. Las características distintivas de la Revolu-
ción de la Productividad, fueron: el petróleo , la electricidad , el motor de combustión interna y la
producción en línea de ensamblaje. En esta revolución el conocimiento se aplicó a los métodos y
procesos aplicados en el trabajo.
Revolución Científica-Técnica , que comenzó unos pocos años después y es aquella que esta-
mos viviendo, tiene como elementos distintivos a: la exploración y manipulación de la estructura de
la materia, la biotecnología , la informática , las comunicaciones , la robótica, el desarrollo de nue-
vos materiales, y el cambio en el lugar y papel del hombre en la producción. En esta cuarta gran
revolución tecnológica, el conocimiento es aplicado para desarrollar el conocimiento mismo, y facili-
tar la vida cotidiana. En esta nueva Revolución, la riqueza no es el dinero, sino algo más bien espiri-
tual e inherente al ser humano: el intelecto, y quien mejor lo maneje y desarrolle estará a la van-
guardia. El impacto de esta Revolución en la religión será fuerte, ya que al poder el hombre en cier-
to modo dominar y crear a la naturaleza y a sí mismo, el concepto de un ser superior pasará a un
segundo plano sino al olvido.
A lo largo del siglo XIX la industrialización prosiguió y se acompaño de descubrimientos científi-
cos e innovaciones tecnológicas. En esta época, la idea de que la humanidad avanzaba hacia el
progreso se consolidó y frecuentemente se unió a la idea de la evolución. Se creyó que los seres
humanos se habían acercado a la verdad y que sus posibilidades para resolver problemas, ser feli-
ces y dominar su entorno eran cada vez mayores. El conde Saint-Simon dedicó sus mayores es-
fuerzos a descubrir leyes del progreso, para él la edad de oro de la humanidad se alcanzaría pron-
to, cuando la sociedad fuera dirigida por los industriales, los científicos y los artistas. Su continua-
dor, Augusto Comte, creó una nueva ciencia: La Sociología, encargada de estudiar la estructura y
el funcionamiento de las sociedades. Para ello propuso una nueva teoría: el positivismo y la presen-
tó como una nueva religión de la humanidad. En el siglo XIX casi todos los proyectos de la sociedad
afirmaron que el progreso era natural, es decir, estaba dada por las leyes de la naturaleza o por
Dios, y en el siglo XX, la fe en el progreso se convirtió en el fundamento del comportamiento de la
burguesía. A pesar del reconocimiento generalizado de la idea del progreso, también surgieron du-
das y críticas acerca de ella El filósofo alemán Friedrich Nietzche cuestionó el hecho de que sobre
la razón y las creencias admitidas se crearan falsas esperanzas sobre el futuro.
La utilización de distintas formas (como la electricidad, el movimiento, la luz o el calor)
y combustibles fósiles fuentes de energía combustibles fósiles (-como el carbón , el petróleo y
el gas natural , la energía hidráulica , la energía nuclear o las energías alternativas demandadas en
6. cantidades crecientes por el desarrollo tecnológico y económico ha producido la crisis energética
que desde los años 1970 viene cuestionando la posibilidad del mantenimiento del actual modelo de
desarrollo, sumado a otros efectos nocivos, tanto por el desarrollo desigual, como por sus conse-
cuencias medioambientales (contaminación, calentamiento global, etc.).
El proceso de evolución tecnológica es interpretada con la capacidad de alcanzar todos los
valores materiales tecnológicamente posibles y deseables por el esfuerzo mental. Una implicación
económica de lo anterior es que el trabajo intelectual tiende a ser cada vez más importante en rela-
ción con el trabajo físico . Las transacciones en torno a la información son cada vez más comunes
en el mercado. La expansión y la creación de nuevos tipos de instituciones que trabajen con infor-
mación como, por ejemplo, universidades , bibliotecas, patentes de empresas comerciales, etc. se
consideran indicativas del grado de evolución tecnológica alcanzado por una civilización . Curiosa-
mente, esto pone de relieve la importancia de la propiedad intelectual en relación con los sistemas
de distribución descentralizada, tales como Internet, cuando el precio de la distribución de informa-
ción tiende a cero con cada vez más eficientes herramientas para distribuir información y la crecien-
te cantidad de información que se distribuye a una cada vez mayor base de clientes. La creciente
des-intermediación en dichos mercados y la creciente preocupación por la protección de los dere-
chos de propiedad intelectual no deja claro qué forma tendrán los mercados de la información con
la evolución de la era de la información.
JUICIO PERSONAL: A lo largo de la historia, la técnica ha jugado un papel central en la configura-
ción de la vida material y cultural de los pueblos. En buena medida, el progreso humano está basa-
do en la invención de procedimientos y mecanismos para la resolución de problemas concretos del
quehacer cotidiano. Desde las primeras técnicas para encender fuego, hasta las complejas máqui-
nas del mundo moderno, los seres humanos se han beneficiado de desarrollos técnicos cuya apari-
ción y gradual refinamiento ha marcado profundamente los modos de organización social, así como
las tradiciones y el acervo cultural de la civilización.
Sin embargo, entender la naturaleza del desarrollo tecnológico no es una tarea fácil. Esto se debe a
que el estudio del papel jugado por la técnica en la historia no se agota en el examen de las bases
teóricas de la construcción de máquinas ni en el examen del funcionamiento de algunas máquinas
concretas. En efecto, la técnica es también fruto de una compleja dinámica en la cual intervienen
factores políticos, culturales y económicos muy diversos. Además, la técnica no es solo un fenó-
meno que se produce en la historia, sino que es, a su vez, un factor decisivo del cambio histórico.
En este sentido, para entender la naturaleza del desarrollo tecnológico es preciso considerar tanto
la pregunta por las condiciones sociales de aparición de los desarrollos técnicos, como el problema
de su impacto en la sociedad y en la cultura.
7. Vista desde esta perspectiva amplia, la historia de la tecnología inevitablemente suscita inquietudes
relativas a la interpretación de su desenvolvimiento a lo largo del tiempo: ¿Es posible diseñar un
modelo capaz de explicar los cambios tecnológicos y su impacto en las sociedades? ¿Existe algún
patrón que haya gobernado el desarrollo de la tecnología en el curso de la historia? ¿Tiene sentido
hablar de una lógica del desarrollo tecnológico?.
En principio, resulta tentador aplicar al reino de la tecnología modelos de desarrollo que han
sido ampliamente debatidos en relación con el desarrollo científico. En la técnica, como en la cien-
cia, existe un cierto consenso acerca del carácter progresivo de su avance. Además, si bien el
desarrollo tecnológico es un proceso de largo plazo que se remonta a los orígenes de la especie
humana, desde el Renacimiento las relaciones entre ciencia y técnica se han estrechado a tal punto
que hoy en día constituyen áreas de la actividad humana casi inseparables. Como señala Ladrière,
la tecnología antigua se desarrolló muy lentamente, sobre una base que parece haber sido esen-
cialmente práctica, en tanto que lo típico del desarrollo tecnológico moderno es que su evolución es
cada vez más rápida, cada vez más sistemática, cada vez más consciente, debido a la relación es-
trecha que se ha establecido, en los dos últimos siglos, entre la ciencia y la tecnología. La ciencia
(al igual que la técnica) se desarrolla muy despacio durante la mayor parte de la historia, parece
despegar desde fines del Renacimiento y experimenta una brusca aceleración en los últimos dos-
cientos años. Cabría esperar, por lo tanto, que las lógicas de desarrollo de la ciencia y de la técnica
sean al menos parcialmente similares y que la comprensión de la lógica del desarrollo científico nos
diera luces para entender la naturaleza de su hermano gemelo, el desarrollo tecnológico.