2. Como en casi todo, toda primera acción del ser humano debe empezar por
casa. Aunque estemos en consonancia con el ecologismo, a veces no nos
damos cuenta que es en casa donde estamos aportando para mal cuidar al
medio ambiente y a nuestra salud.
Desde los insecticidas, que usamos para el jardín, hasta algunos artículos de
limpieza, como la lavandina, limpiadores con amoníaco, desinfectantes con
alcoholes. Todo depende de la cantidad que se usa y de cómo. Por ejemplo,
no mezclar productos, como la lavandina con el amoníaco, porque se corre
riesgo de intoxicación.
Otros productos que pueden estar en el hogar que contaminan, son:
removedores de pintura (aguarrás, querosén), barnices, esmaltes sintéticos,
etc. También hay cosméticos, que tenemos en casa, que resultan malos para
la ecología: el quitaesmalte con acetona, cremas con alta concentración de
vitamina A.
Algunas rutinas saludables, para nosotros y el ambiente, son: usar la mínima
cantidad de productos de limpieza, y elegir recetas naturales menos agresivas:
con agua, vinagre y jabón suave se puede limpiar todo el hogar.
En caso de tener que pintar la casa, elegir usar pintura de látex a base de
agua. En caso de que haya mosquitos, elegir eliminarlos a través del uso de
sahumerios de citronella.
Obviamente, controlar que no haya pérdida de agua en canillas, cañerías,
etc.; y revisar las instalaciones de gas por personal matriculado.
3. Presta atención a lo que compra. La importancia del papel de los consumidores es
primordial en la prevención del cambio climático.
A la hora de comprar cualquier producto, tenemos en nuestra mano la capacidad de elegir
la opción que más respete el medio ambiente y que menos emisiones de carbono genere.
Los productos reciclados por ejemplo, siempre necesitan menos energía para ser fabricados
que los productos no reciclados. Por lo tanto, escogiendo los productos reciclados
contribuimos de alguna manera a frenar el cambio climático.
Las principales dificultades que tienen los consumidores para actuar responsablemente es la
falta de información. Actualmente una gran parte de ellos ya están concienciados frente al
cambio climático, pero en muchas ocasiones no saben cómo hacerlo.
Intentaremos ayudar con algunos consejos para actuar responsablemente con el medio
ambiente. Lo primero de todo es saber que el mejor residuo es el que no se genera. En este
sentido, la labor como consumidores es fundamental.
Veamos algunos consejos:
Evita el consumo innecesario de envases plásticos. Evita el uso de productos de usar y tirar:
platos, vasos, cubiertos, etc. No compres productos que vengan envasados, por ejemplo,
alimentos en bandejas de polietileno.
Utiliza envases retornables. Compra bebidas en envases de vidrio retornables. Utiliza los
sistemas de recogida selectiva del vidrio.
Consumo de productos de papel. Evita los envases y embalajes innecesarios. Insiste al
dependiente en que no te envuelvan los objetos que has comprado, salvo que sea
imprescindible.
Evita el consumo de pilas. Las pilas contienen productos altamente tóxicos como el mercurio,
el cadmio y el plomo. Además para fabricar una pila se consume una energía cincuenta
veces mayor a la que ésta aporta durante su vida útil. Siempre que sea posible utiliza la
energía eléctrica de la red en vez de las pilas.