1. MIS COMIENZOS EN EL
DEPORTE
Y
EN EL MUNDILLO DE LA
BICI
Karlos Argente
2. Os invito a que
perdáis unos
minutos de vuestro
tiempo en leer estas
líneas
si no... ¿tendría
sentido las horas
que he estado
delante del
ordenador?
Gracias.
Karlos Argente
3. Hace unas semanas,
el amigo Víctor
Sotés, me mandó un
correo titulado Mis
Bicicletas en donde
se relataba con todo
lujo de detalles el
paso de los años que
había tenido con
cada una de ellas.
Pues bien eso me
motivó también a
mí, a recordar como
empezó todo en este
mundillo de la bici.
4. Yo no empecé tan joven
como tu Víctor.
A los 7 años y en las
escuelas de “Errotazar”
había 2 frontones y ahí
empezó mi afición por
la pelota.
Teníamos dos maestros
grandes aficionados:
Don Jacinto y Tirapu,
qué a su vez era
secretario de la
Federación Navarra de
Pelota, ellos me
inculcaron el venenillo
por este deporte,
5. nosotros éramos unos
críos y teníamos las
manos para jugar con
pelotas de poco peso,
pero Tirapu nos empezó
a traer las pelotas de los
profesionales y mis
manos aunque siempre
abiertas se empezaron a
endurecer y un día
consideraron los
maestros que estaba
preparado para
presentarme al
Campeonato
6. Interescolar. Se jugaba
con las escuelas de
Pamplona y las de los
barrios, llegué a la
final y la gané, contra
quién o qué escuela no
me acuerdo... hace
tantos años; lo que sí
me acuerdo es de la
copa trofeo que me
dieron y que me
hicieron ser el chaval
más feliz del mundo.
7. Por cierto esta copa la
conservé bastante
tiempo, pero el paso del
tiempo había
deteriorado mucho la
plata.
Así transcurrió mi
infancia ligada a este
deporte.
Después de esto empecé
en la Escuela
Profesional “Virgen del
Camino” pues había
que aprender un oficio
para aportar en casa,
8. llevó con él a los
Cines Saide que
era donde
trabajaba, hasta
que saldría algo
de lo mío. Él era
jefe de cabina y
me enseñó como
se montan las
películas y a
proyectarlas, iba
recorriendo todas
las cabinas de los
Cines Saide que
entonces eran
eran tiempos
complicados, y
todo venía bien.
Yo me incliné por
la electricidad
aprendiendo lo
básico y cuando
cumplí los 18
pues a buscar
trabajo.
De eso se
encargaría mi
padre, en
principio me
9. muchos; al principio
todo muy bonito cine
gratis, pero sí, había
un pero, también los
domingos se trabajaba
y eso para un chaval
de 18 años era duro y
además yo había
estudiado para
electricista.
Con un poco de
paciencia la
oportunidad llegó, y
me coloqué en una
10. pequeña empresa,
siendo mi primer
sueldo de 300 ptas.
a la semana. Fue
mi primera
aportación a casa y
digo a casa sí,
porque ahora las
cosas no funcionan
así.
Desgraciadamente
la cosa no duró
mucho porque la
11. empresa tenía los
almacenes en la
C/Padre Moret,
todo el sótano de
la antigua
audiencia que era
donde nosotros
acudíamos para la
distribución de los
trabajos. . Con la
jornada partida
eran muchos los
desplazamientos
para ir andando.
empresa se cerró,
y otra vez a
partir de cero.
En seguida me
salió un trabajo
de aprendiz, esta
vez en una
empresa
importante
llamada
“Zapatería
Amorena”,
nosotros
vivíamos en San
Pedro y la
12. Se lo comenté a
mi padre y me
dijo:
- Ya buscaremos
una bicicleta de
segunda mano.
Como decía
antes eran
tiempos jodidos.
Si quitamos los
años de la in-
13. fancia donde subíamos
al parque de la
Taconera a jugar con
unas bicis, que por
entonces alquilaba el
padre del difunto
Canarias, éste fue mi
primer contacto con la
bicicleta. Era una bici
Beistegui Hermanos
sí, la BH de toda la
vida, , barra alta color
negro, con un solo
plato por supuesto,
14. después de la
carrera me
quedaba mirando
aquellas bicis que
nada tenían que
ver con mi BH;
entretanto yo
subía a trabajar
por el
portal de Francia
que me tiraba lo
suyo con una sola
corona, que no
sería más de un
17, pero con el or-
y una corona, lo
que se llevaba
entonces si
exceptuamos las
de carreras.
Por aquellos
años en las
fiestas del barrio
se hacían
carreras para
aficionados, que
yo recuerde
siempre ganaba
un tal
Muruzabal,
15. montaña, junto
con mi amigo y
primo en tercer
grado Leandro
Arbeloa nos
apuntamos en el
club de montaña
Donibane que se
acababa de
fundar con sede
en las casas de
Eguaras (San
Juan), entonces
no existía la
Agrupación
gullico de no
echar pie a
tierra.
La bicicleta
entonces era mi
medio de
locomoción, sin
pensar en otra
cosa, pero mi
afición se
decantó por el
montañismo. En
la Pamplona de
entonces existían
muchos clubs de
17. dificultad.
En Etxauri
escalamos todo,
incluso llegamos
hacer alguna vía
nueva, después
pasamos a los
alrededores:
Peñas de Unzué,
las Dos
Hermanas, Leyre,
alguna escapada
a Riglos etc.
Como todos los
jóvenes inquietos
que organizaba
el Club
Deportivo
Navarra con los
hermanos Feliu
y otros
monitores,
nuestra escuela,
como no, las
peñas de Etxauri
donde existen
una gran
cantidad de vías
de escalada de
todo grado de
18. por naturaleza,
empezamos a tocar
otras vías de escalada
en el Pirineo
escalando por
Belagua, Ordesa,
Candanchú, Aneto y
otros.
Fueron años muy
bonitos, con nuestros
accidentes, que
también los tuvimos,
incluso con rescate
incluido. Pero la vida
avanza y las personas
19. llevó a África,
haciendo el
Kilimanjaro,
Montblanc, y
otras cimas
pirenaicas.
Yo como al
principio de mi
vida profesional;
la empresa
después de 10
años nos despidió
a todos los
instaladores
dejando solo las
con ella, yo
empezaba con
mis primeros
escarceos
amorosos y fui
dejando un poco
de lado la
escalada y
convenciendo a
mi novia para
que me
acompañase al
monte. Leandro
continuó con la
escalada, ésta le
20. ahora, y
enseguida me
salió un trabajo
en la C.U.N.
(Clínica
Universitaria).
Se estaba
instalando un
sistema de TV en
circuito cerrado,
de los quirófanos
de la clínica a la
Universidad, para
que los
estudiantes
tiendas que
también fue
cerrando menos
la primitiva en la
C/ Pozo Blanco
que todavía
existe. Otra vez
sin trabajo, y
entonces era
peor, porque
estaba recién
casado, pero
había mas
oportunidades de
trabajo que
21. de medicina vieran las
distintas operaciones
que se realizaban.
Necesitaban 2
personas: una para
estar en quirófanos y
la otra en el estudio
con el magnetoscopio
para grabarlas.
Después de unos
cursillos en Madrid en
unos estudios de TV
manejando las
cámaras, yo me bajé a
quirófanos, y allí mi
primera experiencia
22. fue terrible, sudores
fríos, mareos, ganas de
vomitar,... pero aguanté
agarrado a la cámara,
que entonces eran
cámaras grandes de
estudio; después de la
primera vez luego fue
todo mucho mejor. Al
principio los cirujanos
tampoco estaban muy
de acuerdo con ese
intruso y esa cámara
con trípode que
ocupaba tanto espacio.
23. Con el paso del
tiempo, todos nos
fuimos
acostumbrando, y
pasé a ser uno más en
el trato con los
médicos, incluso a
veces requerían que
les echara una mano
con los forcest;
también me
enseñaban en las
radiografías la
intervención que iban
a llevar a cabo,
24. aprendí
mucho, porque
en 6 meses vi
todo tipo de
intervenciones,
y el trabajo os
lo podéis
imaginar,
siempre bien
vestido, de
mañana y bas-
25. por Sudamérica,
donde volvía locas
a las masas.
Pero?... Todo
tiene un pero;
como bien sabéis
esta clínica
pertenece al Opus,
y con ella todos
sus trabajadores,
al principio me
invitaban a que
acudiera a sus
casas de oración,
más tarde a ejer-
tante bien
renumerado. Los
días que no
había
operaciones, con
una cámara de
16mm me
dedicaba a pasar
pelis de
Monseñor
Escribá de
Balaguer para el
personal de
clínica, de su
vida y milagros
26. y enseguida me
coloqué en C.N.O.
“Compañía
Navarra de
Oxigeno”.
Como decía
anteriormente, en
1976 se organizó
la Expedición
Navarra al Indu
Kush para hacer
la cumbre del
Shakaur de unos
7300 metros de
altitud, entre los
cicios espirituales,
y yo no estaba por
la labor.
Cuando expiró el
contrato de 6
meses Carlos a la
calle, otra vez sin
trabajo, y pagando
el piso de
Iturrama, menos
mal que mi mujer
trabajaba, esto
sucedía en 1976
pero Dios aprieta
pero no ahoga,
27. miembros de la
expedición se
encontraban
Leandro Arbeloa y
Gerardo Plaza,
ambos
pertenecientes en
sus comienzos al
Donibane y que a
su vez hicieron
cordada para hacer
esta cumbre. Aquel
día del mes de
septiembre, cuando
recibí la llamada
28. que, después de hacer
cumbre, en el descenso,
la cordada se había
precipitado por un
barranco, y que
Leandro estaba muerto,
y Gerardo herido, si me
pinchan no me sacan
sangre, fue un golpe
duro para mí. El
rescate de Gerardo fue
muy difícil, pero estaba
vivo. Leandro se quedó
allí, no se podía
arriesgar a los
componentes de la
29. que todavía vive,
ha cumplido
recientemente 102
años. Gerardo
Plaza se recuperó
volvió a las
montañas, pero
también más tarde
falleció en ellas.
Otro componente
de aquella
expedición, Iñaki
Aldaya, después
de aquello parece
que tenía depre-
expedición por
una persona que
ya estaba
muerta, es la ley
del alpinismo.
Tenía 30 años y
también una
novia
montañera, se
querían casar
cuando
regresara de la
expedición.
Paradojas de la
vida, su madre
30. siones, no se recuperó y
al tiempo se pegó un
tiro con la escopeta.
Aunque ya había
abandonado bastante la
escalada, después de
todo aquello decidí
dejar la montaña, con
la consiguiente alegría
de mis padres después
de lo acaecido. Para
ellos era un sin vivir
cada vez que me veían
preparar la mochila
con las cuerdas,
31. petir con Ignacio
Orbaiceta y ahí
afloraron los
genes; y ni corto
ni perezoso me
puse manos a la
obra
aconsejándome
que la montase
con
“Campagnolo”, él
lo tuvo en sus
tiempos, aunque
en España,
todavía se conocía
mosquetones y
clavijas.
Pero necesitaba
hacer algún
deporte, siempre
lo había hecho,
entonces mi
padre me animó
a comprar una
bicicleta de
carrera, él la
había tenido en
tiempos de novio
con mi madre
llegando a com-
32. muy poco.
El dueño de la
heladería “Italiana”,
que estaba muy
vinculado a Pamplona,
le conseguía las piezas
y me comentaba que
era lo mejor del
mercado. Yo como de
esto no entendía nada,
le hice caso a mi padre.
Conocía un taller de
bicis, a mi paso por la
33. plaza de la O
cuando subía
al “Zapa” de
la Calle
Mayor, (era el
que nos hacía
las botas de
montaña a
medida), y un
día entré, era
el taller de
34. - Argente
- No me digas
que tu eres hijo,
pero si yo lo
conozco
muchísimo de
cuando tenía
aquella bicicleta
con el cuadro
cromado que iba
por Pamplona
llevando a la
novia del hombro
y su bici.
“Ciclos
Maquírriain”.
- Quiero una bici
de carrera, pero me
ha dicho mi padre
qué con el grupo
Campagnolo.
- Eso te la va
encarecer, es un
grupo de
importación…
patatí... patatá...
pues, ¿quién es tu
padre?
35. Pues sí, esa historia ya
la había oído porqué
esa bici del cuadro
cromado y
componentes
Campagnolo se hizo
famosa.
Bueno, ya intentaré
ajustarte el precio todo
lo que pueda. Me
montó la bicicleta con
un cuadro que no sé lo
que podía ser,
posiblemente “Razesa”
pero eso sí, el grupo
36. 6 coronas, era lo
que existía en
aquellos años.
Al principio
empecé a salir por
mi cuenta, pero
enseguida, en la
carretera, me
encontré con un
grupo numeroso
de ciclistas, y
empezamos a
hablar, “¿dónde
has montado esa
bici?”, “¿sales
Campagnolo.
No recuerdo lo
que costó, de esto
hace un siglo, si
me acuerdo que
el movimiento
central era
53x42 con una
piña que
seguramente la
corona mas
grande sería 23
(tampoco lo
puedo asegurar)
por supuesto solo
37. todos los días?”,
“...pues nosotros somos
de un club que se llama
Unión Ciclista
Navarra, si quieres te
puedes hacer socio, se
sale todos los
domingos”; a la postre,
que este grupo eran los
Sotés, Casado, Ocañas
y cía. Corría el mes de
septiembre de 1976. En
unas vacaciones en el
camping Montroig y en
las vías de un paso a
38. un ocho. Yo tuve
esa vez mucha
suerte. En el
camping vi un
anuncio que
vendían una bici
de semicarrera,
fui a verla, se
trataba de una
“Raleigh”, estaba
muy cuidada, y la
compré, no me
acuerdo lo qué
costó. Me sirvió,
para seguir
nivel cerca de
Amposta salí
volando, y un
coche que venía
en dirección
contraria pilló la
bicicleta y quedó
bastante
deteriorada,
incluso el coche
se ofreció a
llevarme al
camping pues la
rueda trasera
estaba hecha
39. y se la vendí; por
supuesto por
bastante más de lo
que a mí me costó.
De nuevo me
encontraba sin
bici, así que me
fui a Maquírriain
otra vez; para
entonces ya
venían cuadros
italianos y
Gerardo tenía un
“Colnago” azul
gios torino que
andando el resto
de mis
vacaciones, y me
vine con las dos
bicicletas para
casa. Tampoco
me acuerdo lo
que pasó con la
bici accidentada,
pero sí con la
Raleigh. Bajaba
a trabajar con
ella a la fábrica,
se encaprichó un
cliente
40. me cautivó, no lo
pensé, y lo monté,
como siempre
Campagnolo, aunque
entonces ya los
japoneses hacían un
grupo llamado
Sountur, y que se veía
muy bonito, pero yo
seguía fiel.
Con aquella bici más
moderna, más ligera,
las piñas habían
aumentado, las
coronas y los platos
habían descendido sus
41. Vélez, en Victoria,
y allí la llevé a
reparar, y aunque
quedó como
nueva, decidí
venderla; no me
costó nada, pues
entonces se
vendían las bicis
de segunda mano
muy bien, y ésta
era muy bonita y
entraba por los
ojos.
Retomando mis
dientes a 52x39,..
me empecé a
sentir ciclista, y
mi afición a la
montaña se
había disipado
totalmente. Ya
nos habíamos
metido en los
años 80, y un día
la Colnago cascó
del eje de
pedalier. El
distribuidor de
Colnago era
42. logotipo del
aniversario, pero
todo quedó en
agua de borrajas;
la junta de
entonces sabrá
por qué, me
imagino como
siempre el maldito
dinero (opinión
mía), ellos
sabrán. El club
había nacido
como organizador
de carreras, pero
más adelante un
Retomando mis
comienzos con
U.C.N, podría
escribir
muchísimo pero
voy hacer un
resumen somero.
Como bien
sabéis se fundó
en 1933; el año
que viene hará
80 años. Por el
75 aniversario se
intentó hacer
algo, incluso
maillots con el
43. grupo de socios
antiguos, socios
que les gustaba la
bici, se lanzaron a
las carreteras y
desde entonces se
empezó a gestar el
grupo de
cicloturistas.
A lo largo de los
años desde que yo
me hice socio, el
club ha ido
pasando por
muchos cambios de
domicilio,
44. salían las
marchas etc.
Por aquel
entonces estaba
de presidente el
señor Oreja , y en
una asamblea se
decidió alquilar
un local muy
cercano a Ciclos
Maquírriain,
incluso me
acuerdo que él
nos siguió en
algunas marchas
como coche de
desde su sede en
Carlos III
pasando por la
casa del deporte,
donde se
celebraban las
asambleas,
entrega de
trofeos a los
cicloturistas, la
cena fin de
temporada, etc.,
lo de ahora más
o menos, hasta la
plaza de la “O”
desde donde
45. apoyo (entonces no
había camioneta).
Este local estaba
bastante
deteriorado pero
era grande y podía
servir como centro
de reuniones y vida
social.
Pero como siempre
el dinero.
Entonces un grupo
de cicloturistas nos
ofrecimos a
colaborar en la
46. rodillos, y
finalmente se
inauguró. Al
principio todo
funcionaba muy
bien, íbamos a
hacer rodillo,
contar batallitas,
una ducha, unas
cañas y para casa.
El Algarrobo
(seudónimo de un
socio), se hizo
cargo del bar. Por
allí pasó más de
un profesional
reforma, yo hice
la electricidad y
fontanería, el
flaco Esteban la
albañilería y
otros
colaboraron con
el escombro etc.
Al local se le
dotó con un
pequeño bar,
duchas, sala de
reuniones que se
cubrió con
madera, se
compraron unos
47. con el amigo
Etxavarri a darnos
charlas sobre
ciclismo.
Aquello con el
tiempo iba cada vez
a menos, hasta que
dejó de funcionar,
sentí mucha pena,
allí había dejado
muchas horas de
trabajo. También se
organizaban
marchas
familiares,
Moncayo, San
48. Juan de la Peña
(Jaca),... las mujeres
iban en el autobús y
luego comíamos en el
campo.
En fin, cualquier
tiempo pasado fue
mejor. El que haya
visto la película
“Luna de Avellaneda”
me entenderá porque
lo digo.
Quería contar esto
porque para mí
fueron los mejores
tiempos que pasé en
49. Enrique Sanz,
tenía bicis de
segunda mano de
los profesionales
para vender. Los
talleres los tenían
entonces enfrente
de las piscinas del
Anaita; los
cuadros unos
Pinarello rojos
(por cierto todavía
siguen con la
marca).
Estuve mirando
con mi amigo
el Club. Ahora
todos conocéis
como funciona.
Retomo con la
Colnago donde
lo dejé. Vendida
ésta, otra vez sin
bici; mi amigo
“Manda”, Juan
Miguel
Mandagarán,
por entonces yo
andaba mucho
con él y Lorenzo,
me comentó que
el “putilla”,
50. Manda, éste mucho
más experto que yo
en esto del
ciclismo. Y nos
decidimos por uno
que había
pertenecido a
Eulalio García, y,
según Enrique,
solo lo utilizaba
para las
contrareloj, muy
ligero, tubería de
acero Reynolds,
poco andado, solo
51. guardar el grupo
para montar el
próximo.
Por aquellas
fechas se
empezaban a ver
cuadros de
aluminio Alan,
Vitus,... El Alan
fue un boom entre
nosotros y se
montaron
infinidad de ellos
y, como no, yo
también. Pero
estos cuadros
en las cronos
según el; me
decidí a
comprarlo,
precio más
barato que en
comercio, pero
que a mí me
salió caro pues
hizo crak sin
apenas sacarle
provecho.
Esto podía ser
por el Año 1982.
Decidí no
arreglarlo y
52. de Ciclos Aralar,
que había
montado una
tienda y solía ir
muy a menudo a
que me diese su
opinión sobre si
aguantaría el
racord.
El por entonces
solía venir algún
domingo con
nosotros y tenía
un cuadro
“Bottecchia”, “la
picaraza” como
tampoco
resultaron
demasiado bien,
se desencolaban
generalmente de
los racores, estos
también se solían
rajar, como le
pasó al mío. Un
día le observé
una fisura en el
racord de la tija
del sillín y lo
llevé a José Mª
García, no, el
perodista no, al
53. lo conocíamos por ser
blanco y negro que
me gustaba mucho,
montado con el grupo
50 aniversario Tullio
Campagnolo; aparte
de llevar su firma
grabada en los
componentes, también
llevaba en frenos,
pedales y manetas los
escudos de la marca
bañados en Oro, una
pasada, creo que solo
se hicieron 2000 para
toda Europa.
54. Por cierto ese
mismo año 1983,
después del 50
aniversario, murió
Tullio, su
fundador.
Volviendo al racord
del Alan, me dice
José Mari:
- La bici hay que
mandarla a la casa,
pero se puede
hacer otra cosa; si
montas una como
la mía yo me hago
cargo del cuadro y
55. no estaba. Me
dice José Mari:
- Ya lo he vendido,
tenemos que
arreglar cuentas.
- Pero le habrás
comentado al que
se lo vendiste el
problema que
tenía ¿no?
- Tú no te
preocupes por eso.
Pero como el
diablo siempre
anda por medio,
y si se vende
arreglamos
cuentas
(retornaba otra
vez al acero).
La bicicleta se
montó tal cual, y
todos contentos,
yo me acordaba
de mi difunto
padre, si viera
ahora este grupo
Campagnolo...
Un día que acudí
al taller me fijé
que el Alan ya
56. - ¡Oye, José Mari,
qué me has vendido
un cuadro que
tiene una fisura!
Y empieza el jaleo.
Yo no sabía qué
hacer ni qué decir,
ni cómo terminó
todo aquello. Un
tiempo después me
enteré que aquel
individuo era un tal
Ricardo Cárdenas;
y mi relación con
Ciclos Aralar
después de aquello
57. cletas del futuro,
unos cuadros
hechos en fibra de
carbono como las
cañas de pescar.
Yo los conocía
porque solía ir a
Hendaya a
comprar los
tubulares y allí
tenían los cuadros
Look en fibra de
carbono pero,
como todos los
prototipos, el
precio era muy
terminó.
Más adelante, un
tal Honorato
Albero quería
abrir una tienda
de bicicletas, y
estaba en
negociaciones
con un tal
Álvarez, un
mayorista
francés que tenía
unos grandes
almacenes, y
comentaba que
venían las bici-
58. mi nuevo cuadro
de carbono
Bernard Hinault
KG 76. Creo que
fue el primer
cuadro en entrar
a Pamplona de
esas
características.
Con racores en
aluminio y
encolados en los
tubos de carbono
(luego lo
comento*).
Seguía teniendo
la
alto. Un día
comentándolo
con Albero me
dijo:
- Si te interesa ya
lo miraré yo en
Álvarez que,
siendo
mayorista,
tendrá mejores
precios, y te lo
sacaré de precio
como si fuese
para mí. Dicho y
hecho, a los
pocos días tenía
59. la Bottecchia, y
esperé a que Albero
montase la tienda,
y, por deferencia,
se la llevé a montar
a él.
En aquella ocasión
la monté con
Shimano, que fue
el primero en poner
los cambios en las
manetas, entonces
gran novedad. Más
tarde, como dice
Víctor, le
compramos las
60. primeras BTT que
asomaban por el
mercado. La primera
un hierro, como
diríamos ahora,
cuadro “Contini” de
acero made in
Pamplona, Mutilva,
peso todo, la segunda
más moderna, más
ligera, cuadro de
grafito composite
made in U.S.A y
montada con el grupo
Shimano Deore;
comparada con la
61. primera una
pluma.
La primera aterrizó
en el pueblo, el
cuñado la anda por
el campo,
“irrompible”. La
segunda todavía la
tengo, y ando con
ella en invierno,
eso sí, en carretera
o pistas fáciles; las
caídas a estas
edades son jodidas
y en el monte son
frecuentes.
62. Volvamos a la
carretera, ya sabemos
todos los que andamos
en bici lo caprichosos
que somos, seguía
teniendo la
Bottecchia, aunque se
había quedado
desfasada, los
cambios en las
manetas y los pedales
automáticos del Look
la iban desplazando.
Un día que caigo por
la Morea entro en
Irabia, y veo un cua-
63. dro se le conocía
como Coca Cola
por su lata, su
color rojo Ferrari,
tubos de Aluminio
y también made in
U.S.A. Con este
cuadro corría el
Bello Cipollini.
La tentación era
grande, el
capricho más, lo
compré, y la
“picaraza” pasó
al trastero, del
cual ya no ha
dro Cannondale
con una
estructura
diferente a todo
lo que había
entonces.
Tubería más
gorda saliéndose
de los cánones de
lo que se llevaba
por entonces.
Acostumbrados a
la tubería fina,
aquello en
principio era
chocante, al cua-
64. vuelto a salir; las
manetas del cambio
de fricción y los
pedales de rastrales
habían pasado a la
historia. Ahora tenía
para andar la Look y
la Cannondale.
Siguiendo*con la
historia del Look un
día, en Ostiz, en una
marcha creo recordar,
se desencoló un
racord de ésta (Víctor
ya se acordará) y
tuvimos que recurrir
65. y se partió, por
supuesto la
garantía ya había
expirado, lo
volvimos a
mandar, y esta vez
mandaron cuadro
nuevo cobrando
únicamente
portes. ¿Porqué os
cuento esto?, por
la diferencia en el
trato de unas
casas a otras y
que luego os lo
explico.
a un compañero
del banco que
vivía allí mismo
para que me
trajese a casa,
por entonces no
había móviles.
El cuadro lo
mandó Albero a
la casa y lo
devolvieron
arreglado y sin
cobrar ni
siquiera portes,
en otra ocasión
tuve una caída, y
66. En los Años 80, en
Iturrama donde
residía, se había
abierto una nueva
tienda de bicis. Se
llamaba ciclos Martín,
solía mirar los
escaparates pero no la
frecuentaba. Como el
servicio técnico en
Irabia era un
desastre, y además
quedaba lejos, le
empecé a llevar la bici
a Teo Martín y su hija
Luci para cambios de
67. cadena y otros
menesteres; me
atendía en el
momento y el trato era
excelente. Conmigo se
ganaron un cliente.
En el año 2005
empezó a importar de
Bélgica unos cuadros
llamados “Ridley”,
por supuesto de
carbono, con una
geometría también
diferente, un tubo
semitriangular y otras
68. gnolo qué por
entonces ya se
fabricaba con
material en
carbono. No tengo
nada contra
Shimano y menos
ahora que ha
mejorado
muchísimo los
grupos, pero el
que monté yo en
el Look salió un
poco blando, con
el tiempo cogió
holgura, vibraba
innovaciones y,
en el 2006,
monté la Ridley
Damocles,
también se hacía
la Noah, que era
con la tija
incorporada,
otra novedad.
Esto a mí
entonces no me
convencía, me
incliné por la
Damocles.
También con el
grupo Campa-
69. me falló; las
monté porqué me
gustaron, craso
error porqué
fallan de los
casquillos donde
se roscan los
pedales. Debe ser
un mal endémico,
pensé después de
consultar en los
foros de Internet y
después de
comentarlo con
Luci que a su vez
lo había comen-
en la carretera, y
no tenía
posibilidad de
desmontar, cosa
que no ocurre
con
Campagnolo.
Volviendo al
trato con las
casas este año en
la Ridley me
ocurrió que una
biela F.S.A que
era lo único del
grupo que no era
Campagnolo, me
70. comentado con el
fabricante. Garantía 2
años, la casa no se
hace responsable
aunque las bielas no
tengan kilómetros, eso
sí, te venden unas
nuevas al 50% de
coste, y encima les
tienes que enviar las
tuyas. Ellos conocen
el problema, porque
en los foros hay
cantidad de gente en
esta situación. Vaya
mina que ha encon-
71. trado de momento
F.S.A., unos añitos y a
cambiar bielas, pero
esto a través de los
foros de Internet se
sabe, y la gente no es
tonta. Esto se les
puede volver en su
contra si no
encuentran una
solución. Es por esto
que comentaba antes
el trato al cliente, hay
diferencia de unas
casas a otras. Como
72. Pablo Aristu, así
que ojo...
Ahora ya en pleno
siglo 21 las
bicicletas han
evolucionado
mucho, cada año
salen novedades,
como el cambio
eléctrico, frenos
incorporados al
cuadro etc. De
momento el
carbono sigue
siendo el rey, pero
me imagino que
supongo que las
nuevas bielas K
Force Light, más
caras que las
Campagnolo,
también
terminarán con
el mismo
problema, me
borro
definitivamente
de esta marca.
Por cierto, a los
pocos días de
pasarme a mí, le
pasó lo mismo a
73. algún día se le
acabara el reinado
como le pasó al
acero, aluminio,
titanio, grafito,...
esto avanza sin
parar.
¿Qué será lo
próximo?
Por mi cabeza ya
ronda lo del
cambio eléctrico
pero de momento
dejaremos a ver si
baja un poco de
precio.
74. rodillo me vale.
En cuanto a la
Cannondale ahí
sigue, y al cabo
del año hace más
kilómetros que la
Ridley.
Si la salud me
respeta no serán
las últimas
bicicletas. Mi
agradecimiento a
Víctor, por él me
he animado a
escribir estas
historietas.
A día de hoy
conservo el
Look, que
después se
mejoró mucho, y
ahí sigue sin
problemas,
dando guerra
por la ribera
aunque ya se ha
quedado
obsoleto.
Por supuesto la
“picaraza” como
pieza de museo,
pero para hacer
75. También como no,
en algo tenemos
que pasar el tiempo
los jubiletas aparte
de andar en bici.
76. en la mili, nunca
había escrito
tanto.
3.- No quisiera
despedirme sin
tener un recuerdo
a tantos
compañeros que
nos han dejado,
bien por
accidentes o por
otras causas
Q.E.P.D.
Notas:
1.- Atrás se
quedan muchas
anécdotas
después de 36
años dando
pedales, y tantos
km acumulados.
2.- He puesto
todo mi interés
en escribirlo lo
mejor posible
pues, desde mis
cartas a la novia
77. 4.- Y por último,
agradeceré vuestras
críticas, malas, peores,
etc... y si hay alguna
buena me daré por
satisfecho.
Saludos para tod@s
Pamplona,
octubre de 2012
Karlos Argente