2. Una de las virtudes que debemos
imitar de la Santísima virgen María
es “la obediencia” pues según lo
que conocemos, María desde su
infancia se mostró obediente a sus
padres y luego el gran
acontecimiento de la Anunciación.
3. Obediencia
Nuestra madre fue
obediente a todos
los mandatos de
Dios, cuidó de su
hijo hasta el día de
la muerte
inculcándole la
mejor educación y
forma de vida.
La obediencia será la gran manifestación de
fidelidad a la Alianza. Es la generosa entrega de
nuestra voluntad al servicio de la Voluntad de Dios.
La obediencia un valor, no sólo
importante sino necesario para
las buenas relaciones, la
convivencia y el trabajo
productivo.
Cumpliendo así
con la voluntad
de Dios quien le
encomendó esta
ardua tarea
La Obediencia impide los
malos efectos del egoísmo y
los errores a los que nos
llevan los lazos del demonio.
4. María al conocer el plan de
salvación solamente
responde “he aquí la esclava
del Señor, hágase en mí
según tu palabra” Lc 1,38.
Entonces rescatamos de
María la virtud más sublime
como es la obediencia..
5. A los Apóstoles:
La caridad de María les enseñaba con
paciencia de madre y maestra a rezar
a los apóstoles durante la espera de
Pentecostés: ¡Qué dichosos los
apóstoles que pudieron orar junto con
la Virgen! Ella dirigiría la oración.
6. Obediencia de María
Ante la llamada del
ángel, acepta
colaborar, plenamente
en la totalidad de la
obra de la redención
de la humanidad.
Toda la vida de
María ha estado
claramente al
servicio del Hijo
de Dios y de su
misión.
Ella ha colaborado, de manera singular y activa,
estrechamente asociada a la obra de su Hijo,
incluida su Pasión y su muerte.
Su respuesta y su
compromiso son
conscientes; no
pone condiciones,
sino que se entrega
al servicio de la
misión que Dios le
pide y en
consecuencia.
Asume todos los riesgos, tales como el
dolor, el sacrificio, el sufrimiento.
7. Es necesario adentrarnos a la obediencia del Padre
aunque el mundo esté en nuestra contra,
convertirnos en víctimas y mártires por amor a
Dios y por nuestra opción preferencial por los
pobres y necesitados.
8. Actualmente, aunque el mundo esté muy
desfigurado del verdadero rostro de Dios,
debemos ser obedientes al mensaje de
Jesús llevándolo a todos los rincones del
mundo.
9. La Reina de la Paz en sus mensajes de
amor, nos hace un llamado especial para
combatir al demonio con la oración, la
vivencia de los sacramentos y con el
testimonio.
Es tiempo de despertar de la
pereza espiritual y con prontitud
obedecer lo que nos pide la
virgen, así como ella lo hizo con
el plan de salvación.