El documento resume el descubrimiento de un monumento árabe único en Madrid realizado por el catedrático Elias Tormo en la antigua parroquia de San Nicolás. Se trata de una torre morisca de ladrillo que era originalmente la azotea desde donde el muezín llamaba a la oración. El hallazgo incluye tres órdenes de arquerías lobuladas y un artesonado mudejar descubierto en techumbres adyacentes. El profesor Tormo explica la importancia de conservar este monumento y continuar las investig
El Legado de Walter Gropius y Frank Lloyd Wright en la Arquitectura Moderna_c...
Iglesia de San Nicolás. Un monumento árabe en Madrid
1. La Esfera
UN MONUMENTO ÁRABE EN MADRID
INTERESANTÍSIMO HALLAZGO ARQUEO-
LÓGICO E N LA A N T I G U A PARROQUIA
DE SAN NICOLÁS 1 ^ = = ^
Una conversación con el ilustre
catedrático ^ . Elias 'Tormo,
q[ue ha descubierto este único
monumento árabe q'ue existe
en nsíadrid
Nuestro e.vceíei te rcHlíictor-fotóffrafo
Miguel CorU>s ha llerndo á ciiho, en
Ins nllos del viejo templo madrileño
de Son A'ieolds, uno información no-
tabilisinm de la anlinna construcción
árabe, que se halla cubierta pxterior-
m rite pnrarbitrarios reooQues. Para
poder fotografiar Ins artesanados
que se conseroan ocultos entre la bó-
oeda !/ los tejados, Miguel Cortés
hubo de operar marchando encoran-
do por un etnacio reducidísimo 1/ dis-
parando en la obscuridad sus moí^ne-
sios a un metro de distancia de los
arcos fotoqrofiailos. Durante e^te
trabajo. Cortés loi^rá penetrar, des-
cerrajando una puerta que hace in-
numerables años no se ahrla y cut/a
Ilaae se había perdido, en un pequeño
desván donde descubrió do<t nuevos
arcos árabes análnaos á los hallados
porelSr. Tormo. El éxito informativo
de Cortés merece una cordial fellci-
iac'ón de LA ESFERA.
A Mlffiíel Cortés acompatió nuestro
redactor Lorenzo Rodero, cni/as in-
teresantes !/ dncnnwntadas notas
pueden leerse á continuación.
La orre de la iglesia de los Terciarios Servitas, en la que se ve el enlace del cuerpo primitivo de la antieua torre de mciquita
con el cuerpo moderno del campanario
(Fot, Cortía)
E?A kibor ingrata, abnegada, del paciente in-
vestigador, llena de silencios en torno,
cuando no de indiferencia y desdén, ha te-
nido con el momento presente^el curioso é inte-
resante hallazgo arqueológico á que nos referi-
mos en el epígrafe—el premio inusitado de tras-
cender á todos los vientos..,
Al efecto, las conferencias en torno á las igle-
sias de Madrid, seguidas de las correspondientes
visitas á éstas, que con tanta concurrencia está
dirigiendo el sabio profesor D. Elias Tormo, han
ofrecido últimamente esa nota inesperada...
Encerrando el osuceso» en lindes de gacetilla:
pl citado profesor de Historia del Arte de la uni-
versidad de,Madrid, Sr. Tormo, ha descubierto,
al registrar la torre del actual templo de los Ter-
ciarios Servitas, que se trataba de una torre mo-
runa en ladrillo, y al examinar el enlace del
cuerpo primitivo con el de las campanas, vio que
este ora completamente postizo, y que debajo
aparecía el pretil y rellano general de las torres
de mezquita, ó sea la azotea donde el muezín
ó almuédano anunciaba la oración á los musul-
manes, en.cuenta que entre ellos no so usan las
campanas.
Se trata, pues, del único monumento Arabo de
la capital, jamás mentado por historiadores y ar-
queólogos. Vestigio del siglo xi.
A mayor estudio, registrando desvanes, buhar-
dillas y techumbres adosadas A la torre en los
aledaños, se ha comprobado que conserva tres
órdenes de bellas arquerías lo^buladas, auténtica
la que más en alto dejóse visible, aunque revo-
cada arbitrariamente.
Por otra parte, el arquitecto D. Pablo Gutié-
rrez Moreno ha descubierto á la par, en la misma
iglesia, una armadura ó artcsonado mudejar.
Hasta aquí, antes de conseguir entrevistarnos
con el ilustre profesor de la Universidad Centra'
al que logramos hallar en su casa, á punto de sa-
2. La Estera
Armadura ó artesonado mudejar, descubierto en una de las techumbres adosadas á la torre en los aledaños
lir para sus múltiples ocupaciones^ol Consejo
de Instrucción Pública, la Universidad, el Mu-
seo de Pinturas—, una mañana en hora tem-
pranera.
Es un piso alto, asomado á los jardines de la
plaza de España, que
parecen alegrar este
rincón, un tanto som-
brío, de paz y silencio,
refugio de sabio, lleno
de broncos, porcela-
nas, cuadros, objetos
niil de arte.
—Díganos, D. Elias:
¿qué le aficionó á los
motivos de Arqueo-
logía?
—No hablemos de
mi—elude con un ade-
mán de rechazo; y
añade:—Rectifitjue lo
de arqueólogo, que no
lo soy propiamente.
Considéreme ú n i c a -
mente catedrático de
Historia del Arte, con
cuya misión pronto
c u m p l i r é veinticinco
años, Pero me falta
de nuevo alega su na-
tural modestia—prepa-
ración intensa para po-
derme titular arqueólo-
go. Fui antes—tiene,
roto un silencio—cate-
drático de Derecho y
abogado en ejercicio.
Mi pasión por las bellas
artes me llevó á unas
Oposiciones, y desde
las segundas conseguí esa gran felicidad de tener
por profesión lo que casi constituía mí vicio...
—¿Me quiere dar algunos detalles sobre el cur-
sillo que actualmente dirige en torno á las igle-
sias matritenses?
Un tincón del artesonado, zapata de viga (aliada, de característica traza árabe
(Fots. Cortía)
•—Hace cosa de seis años inauguré un curso
libre de Historia de Madrid en la Universidad;
nunca por nadie intentado antes. Con extraordi-
nario éxito de público desarrollé en doce confe-
rencias la Historia de Madrid en las edades pre-
histórica—la más inte-
resante—, en 1 lEdad
Antigua, en la Edad
Media y liasta todo el
reinado de los Reyes
Católicos, de donde no
pude pasar... En cier-
to modo, el curso ac-
tual de Historia ,del
Arte en las iglesias de
Madrid es la prosecu-
ción del trabajo, apro-
vechando la oportuni-
dad del interés desper-
tado por la Exposición
del Antiguo Madrid.
—Dígame algoscibre
esa.labor ingrata que
es la del investigador.
—Yo, aunque 'co-
nozco bien las igle^as,
las repaso cui<^adosa-
mente antes. Conside-
ro lo más esencial ba-
beripc leído, anotado
y depurado, á la luz de
la crítica histórica y
arqueológica, loa tex-
tos todos de los histo-
riadores y críticopi so-
bre cada iglesia. 'Con-
sulto al caso á los más
competentes , d e 1 a
Universidad ó fuera de
ella. Por eso, en !o de
3. La Esfera
•—Vamos por partes... Madrid no tiene monu-
mentos de la época romana, cuando aquf no ha-
bía la supuesta ciudad de Mantua de los Carpc-
tanos, sino la mansión Miaco ó Meagues, entre
Madrid y los Carabancheles. En el curso de His-
toria que di, visitamos en su lugar, es decir, en
la bella finca de la emperatriz. Eugenia—Cara-
banchel—, el bello mosaico romano subsistente.
Cerca de allí se halló el bellísimo bronce (Cabeza
de im Asno borracho), pieza de brazal de (.lilla,
de los llamados cundes, y que es todavía la más
hermosa del Arte grecorromano en su género:
son muestras de la cultura que se asentó bien en
esta localidad. De la Etiad prehistórica, todo lo
mejor, de capitalísima importancia, se halló en
el ya rebajado cerro de San Isidro. Las magnas
-colecciones de esa procedencia están donde ja-
más pudo suponerse: en .sia y en América, en
las Universidades de Calcuta, en la India inglesa,
y en la de Cambridge, de Norteamérica, en donde
se puede estudiar la prehistoria lejanísima de
Madrid, pues compraron todo lo hallado y estu-
diado por espafiolcs en el cerro de San Isidro.
Hará de esto medio siglo. Después so han hallado
en las inmediaciones de Madrid hasta cuarenta
y dos localidades de restos prehistóricos... De lá
Edad Media—prosigue—, habiendo datos inte-
resantísimos, sobre todo el texto del Fuero de
Madrid, del siglo xii y de la vida de San Isidro,
escrita en el siglo xiii, apenas quedaba nada ar-
quitectónico más que la torre morisca de San
Pedro, que es ya del siglo xiv, y fragmentos ar-
quitectónicos en San Pedro mismo y alguna
otra iglesia. Y en cuanto á imágenes sagradas, la
Virgen de Atocha, la de Santo Domingo el Real,
la de la Almiidena, las tres en escultura, y la re-
pintadilla de la Flor de Lis, en pintura, estas dos
últimas en la Catedral nueva.
Y allanando una pausa, acomete de nuevo:
—Seguramente quedan todavía algunos tro-
zos de la muralla árabe ó cristiana, pero será
dentro de las casas y absolutamente invisibles;
probablemente, en alguna de la calle de la Esca-
linata y del Espejo, ó de la del /Mmendro y Cava
otro aspecto del artesonado mu-
dejar descubierto en ln antigua
parroquia de S^n Nicolás
la torre y artesonado de
San Nicolás fueron con-
migo el gran arqueólogo
Clómez Moreno, el más
sabio de Europa, en
cuanto al Arte de la
Edad Media especial-
mente, y el arquitecto
Gutiérrez Moreno. Soy
quien cree que la peor
causa del poco provecho
de los estudios científi-
cos en nuestra patria se
debe al aislamiento y los
silencios absurdos de los
estudiosos, que ocultan
los descubrimientos y á
veces los reservan lus-
tros y lustros,,.
—¿No cree usted que
Madrid esconda monu-
mentos de la índole al
descubierto en la anti-
gua^parrnqnia de San
Nicolás?
Ttes arcos en ladrillo de clásico estilo árabe, que testimonian el interesante liallaigo arqueológico
(Fots. Cortés)
4. La Esfera
Baja. Pero si se descubrie-
ran, no ofrecerían m á s inte-
rés q u e el de poderlas me-
dir y calcular su fortaleza,
y la d e Madrid d e los siglos
medios, en consecuencia.
—¿Quiere usted volver á
la torre árabe de San Ni-
colás?
— E s , desde luego, sin
haberlo sospechado, mucho
m á s i m p o r t a n t e y m á s be-
lla en todos los órdenes q u e
la de San Pedro y mucho
más antigua.
— ¿ N o requiere este ha-
llazgo arqueológico alguna
medida que a d o p t a r para
su conservación?
— I n d u d a b l e m e n t e , S e
debería dejar t o d o á la
vista y quitarle ese capri-
choso revoque de lo alto de
su p a r t e árabe. P a r a ello
b a s t a derribar la parte alta
de las habitaciones ó de-
pendencias adosadas, cosa
fácil y sencilla por demás,
salvo si h a y q u e pagar in-
demnización. D e todas for-
mas, creo que debe el Ayun-
t a m i e n t o encargarse de po-
ner á la vista el más bello
y el más antiguo de los mo-
n n m e n t o s arquitectónicos
de la Corte, y el único árabe.
J u s t a m e n t e c u a n d o el Mu-
nicipio m e r e c e unánimes
aplausos por empresas como
las de la Casa de Cisneros,
la de la Hemeroteca (mu-
dejar tan insospechada), en
q u e tan a c e r t a d a m e n t e in-
tervino el arquitecto Belli-
do, y la creación del Museo
Municipal, y las subvencio-
nes concedidas á la Univer-
sidad y al Museo del Pra-
do... Y a no son po.sibles
enormidades como la de ha-
ber convertido en grava las
nobles piedras numeradas
d e la P u e r t a d e San Vicente,
que se había de reconstruir.
— ¿ Y no se debían pro-
seguir estas investigaciones
en otras parecidas iglesias
de la historia á la de San
Nicolás?
—Se debe... Y así hare-
nQs. San Nicolás, como las
otras parroquias viejas arri-
madas al Alcázar—Santa
María, San Miguel, San
Juan, Santiago, el Salva-
dor —^ifueron s e g u r a m e n t e
mezquitas antes de la re-
conquista; la morería, en-
tonces, pasó al otro lado de
la calle de Segovia.
— P a r a concluir, D. Elias,
c quiere usted hacer una bre-
ve historia de la antigua
parroquia de San Nicolás?
• •—Fué, hasta 1806, desde
el siglo xii, una de las diez
parroquias del recinto mu-
rado de Madrid. La fanta-
sía de los historiadores la
supuso-de 1382 d e n vida de
San Nicolás, en Asia!) E n
tSoG, creyéndola ruinosa,
se unió la parroquiahdad á
la precisamente rival del
Obsérvese en la
presente fotogra-
fía la torre 6 azo-
tea donde el muc-
iln 6 almué-
dano anuncia-
ba la oración
á los musulma-
nes, arbitraria-
mente revocada ,
sobre laque cabal-
ga el actual
cuerpo de las
campanas
Salvador. Unidas las feli-
gresías y titulares, la reco-
bró en 1842, para diez lus-
tros después establecerse en
otro barrio y con otra feli-
gresía en la iglesia de An-
t ó n Martín. Pero ya der-
d e 1825 se había d a d o
como en propiedad á los
hermanos terciarios servi-
tas, que la afianzaron y
decoraron. E n ella siguen.
E n esta iglesia fué bauti-
zado Ercilla, el famoso poL-
ta épico...
L a torre aparece m u d e j a r
—y repetiré—-, sobre la cual
va la parte moderna de las
c a m p a n a s . El viejo b u q u e
del templo aparece como
tres naves, siglo x v i i sobre
macizos viejos muros, cual
si fueran agregadas las se-
gundas con a b o v e d a m i e n t o
típico. Pero la cabecera
—ábside central—es góti-
ca, con las n e r v a d u r a s
complicadas de fines del
siglo XV...
Y r e a n u d a , venciendo
una pausa:
•—La n a v e central, apar-
te la cabecera, conserva
integra, a u n q u e estropeada
y por encima de las bóve-
das, u n a a r m a d u r a mude-
jar, en cuyos extremos del
almizate h a y bella labor de
lazos árabes, pero cuyos
pares de tirantes van sobre
canes labrados con eses del
líenacimiento, m a r c a n d o el
siglo XVI toda esa cubierta
de carpintería d e lo blan-
co, a u n q u e morisca.
L a torre se confirma co-
mo minarete moro, con tres
zonas por lado do arquerías
ciegas, de cuatro y de tres
y tres arcos, de h e r r a d u r a
los altos y lobulados los
otros, todo en ladrillo.
O t r a pausa, y seguida-
mente, luego de consultar
un cuadernito:
— E n c u a n t o al interior
de la iglesia, vemos, en el
retablo mayor, la Doloro-
sa, del siglo xviii, mucho
más interesante que la So-
ledad d e Vestir, donación
del escultor de c á m a r a c e
F e r n a n d o V i l , Valeriano
Salvatierra. Un E c c c - H o m o
— á la cabecera de la n a v e
d e r e c h a—en hornacina,
recuerda á Busi. E n c i m a ,
la Sagrada Familia, de lo
mejor d e p i n t u r a en la se-
gunda mitad del siglo x v n i .
Con los Doíorosa y el E v a n -
gelista, sin retablo—pies de
la n a v e central—, un Cruci-
fijo de la derribada S a n t a
Catalina de los Donados.
Y para a c a b a r - — t i e n e ,
a p u n t a n d o un ademán d e
despedida—, en la antesa-
cristía' , u n a I n m a c u l a d a ,
escultura de la escuela do
Alonso Cano, y un Niño
Jesús del siglo xviii...
LoRiíNZo l í Ü D E R O
DON ELIAS TORMO
Ilustre caiedríitico, profesor de Historia del Arte de la Universidad Central, á quien se
cebe el interesantísimo hallazgo arqueológico, al registrar, con motivo del cursillo quo
dirige en torno ¿ las iglesias, el actual templo de los Terciarlos Servltas
(Fots. Cortés)