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Testimonios clave sobre la situación en la Florida colonial
1. CAPÍTULO III
LA INVESTIGACIÓN
El investigadorse presentóinmediatamenteante el gobernadorMéndezCanzo yle informóde
su misión.Obviamente,lallegadade Valdésdebiócausarunagran sensación en esta pequeña
y aburridaaldeade San Agustín.Allíllegóde repente unhombre jovenparadeterminar,con el
poder que le confería una cédula real, si el pueblo y la provincia en la que habían vivido y
sufrido juntos debían ser abandonados.
Indudablemente las noticias de la misión de Valdés se extendieron rápidamente por toda la
villa. Las antorchas deben de haber ardido muchas horas en las miserables casas del pueblo
mientras los aldeanos discutían las sorprendentes noticias del día. Las velas deben de haber
ardido también largas horas durante la noche en la mansión donde se hospedó el joven
Valdés. El gobernador estaba haciendo lo posible por ganarse la simpatía de su visitante.
A MéndezCanzo no pudieron haberle agradado estas noticias lo más mínimo. Era un hombre
enérgico con una tremenda ambición, un hombre de acción, de un gran ingenio y una
agradable personalidad. Se había tomado su puesto de gobernador de La Florida, un puesto
que generalmente llevaal olvido o a la muerte, con gran seriedad. Estaba resuelto a terminar
con los males de Florida. Méndez Canzo pensaba que la desesperante situación de Florida
podía corregirse si los españoles pudieran extenderse y San Agustín no quedase tan aislado;
por consiguiente, inició un movimiento para habitar Tama, la tierra que estaba ante San
Agustín y Gaule. Había pedido al rey 300 soldados más para entrar en Tama, “una tierra que
tenía minasypiedraspreciosas y era muy fértil, abundante en alimento y frutos. Es igual que
España”. Esta población, razonó el gobernador, aumentaría los productos agrícolas; llevaría a
NuevoMéjicoy,por consiguiente,lalargamente discutidarutaterrestre hacialaNuevaEspaña
se haría por fin realidad.
Realmente MéndezCanzosoñabaconuna gran coloniaespañola que englobaría Gaule, Tama,
Ajacán(Virginia) ytodoslosterrenosintermedios.Floridase extendería desde la bahía Keys y
Chesapeake y desde los puertos del Atlántico hacia Nuevo Méjico.
Villas,pueblos y misiones crecerían en esta gran Florida, y San Agustín llegaría a ser la capital
de este enorme y nuevo virreinato. Un día, quién sabe, llegaría hasta la ciudad de Méjico.
MéndezCanzoestabapreparadopara comenzarsu ambiciosoplan,primeropoblando Tama, y
ya estabaestudiandolaposibilidadde mandarhombresaAjacán. Y en el preciso momento en
el que estaba listo para iniciar su expansión, el joven Valdés apareció para determinar,
2. respaldadoporlacédulareal,si Floridadebíaser abandonadaySan Agustíndesmantelado.Era
imperioso para Méndez Canzo lograr que se descartase esta idea de retroceder.
Al día siguiente,sábado31de agostode 1602, el gran tribunal de Floridaconversó con Valdés,
como jefe de la investigación, y con el gobernador Méndez Canzo, que debería sentarse
inmediatamenteal ladode Valdés.Ambosdesempeñaronsupapel enel inesperado drama de
Florida.Desgraciadamente, los testimonios de la época no nos dejan una información exacta
de la clase de persona que era Fernando Valdés. Podemos decir que era un tipo alegre,
aventurero, que gozaba plenamente de las incomodidades de aquellas tierras salvajes de
Florida. Dos años más tarde, en 1604, el joven Valdés regresaría en busca de emociones a la
península de la Florida. Esta vez navegaría a la misteriosa costa oeste en busca de un posible
asentamientoextranjeroenunade lasespaciosasbahías. Y otra vez sería por encomienda de
su padre.¿Nopodríamosdeducir,porcómo codiciabaValdéslosterritoriosen estado salvaje,
que no estaría muy a favor de que cayese el estandarte español de estas ásperas tierras?
Méndez Canzo estaba preparado para actuar con astucia y tacto en este momento crucial.
Valdés sería fácil de manejar.
El juicio se abrió con una pequeña ceremonia de introducción en la cual Fernando Valdés
presentólaCédulaReal al gobernador enpresenciade dos testigos: Pedro Redondo Villegas,
el Investigador Real de Finanzas, y Juan Oñate, consejero militar. Después Valdés le pidió al
gobernadorque le permitierallevara cabo su misión y expresó su esperanza de contar con su
completaconfianzaycooperacióneneste grave asunto.MéndezCanzotomólacédula y elevó
solemnementesucabezahaciael cielo;luegoexpresóenvozaltael mandatodel rey, de quien
esperabaque Diosle diera muchos años de vida, y, entregándole la cédula a Valdés, Méndez
Canzodijo:“Sepanque yo y todoslosespañolesenFloridacooperaremosamistosamente para
que la misiónde Valdés tenga éxito”. Este acto inicial de presentación de la Cédula Real y de
sumisióndel gobernadorMéndezCanzofue firmadoporel escribanode Florida, Alonso García
de la Vera.
Inmediatamente después, el investigador Valdés le pidió al gobernador que llamara a los
oficiales del tesoro real: Bartolomé Argüelles, contador; Juan Prendes Marqués, tesorero; y
Alonso Las Alas, inspector y gerente de negocios. Valdés entonces ordenó a tres hombres
elegidos entre doce que escogieran a 18 testigos. Esta selección tendría por objeto que
compareciese ante el comité investigador“lagente que estuvieramejorrelacionaday con más
experiencia y conocimiento de la condiciones de la provincia”.
3. El lunes 2 de septiembre el comité encargado de seleccionar los testigos presentó los 18
nombres de españoles que habían pasado más tiempo en la provincia y que tenían más
experiencia en el campamento de Florida. Estos 18 hombres conformaban un cuadro
pintoresco.AllíestabaLópezde Avilés,que habíasido tesorero real e inspector. Tenía 45 años
más o menos y 29 de servicio en Florida. Alonso Sancho Sáez Mercado también había
trabajado como contable. Tenía 42 años de edad y había estado 23 años en San Agustín. Dos
hombreshabíanocupadoel importante puestode SargentoMayor: Francisco Fernández Écija,
de 60 años aproximadamente, y Domingo Gutiérrez, de 58 años aproximadamente, que
llevaba en Florida 40 años, pues había llegado a San Agustín antes de su fundación. Francisco
López,otro testigo, había venido con Pedro Menéndez como colono y llevaba en San Agustín
30 años. Declaró que su edad era de 62 a 63 años. Gaspar Gutiérrez Perete, el siguiente de la
lista, había estado a cargo de las tiendas navales. Tenía 48 años y un mes más tarde festejaría
sus 30 años de estancia en Florida. Juan Jiménez había sido soldado y escribiente y dijo que
tenía 42 años, de los cuales había pasado 24 en San Agustín y Santa Elena.
Ocho testigos eran soldados veteranos: Juan Lara, de 46 años, con 34 años de servicio en
Florida; Luis Bernáldez Alcantarilla, de 53 años, 31 años en Florida; Juan González Llanes, de
cerca de 40 añosy 23 en Florida;JuanRivas,de casi 60 años, ostentabael récordde 40 añosen
Florida; Gonzalo Vicente, el más viejo de todos, tenía 65 años, de los cuales 39 los había
pasado en el campamento; y, por último, Domingo Gutiérrez Utrera, de 55 años de edad y 32
años de estancia en Florida. Había un soldado intérprete, Juan Junco, que hablaba el idioma
tumucuánmuybien.Tenía40 añosy una gran experiencia en Florida de 25 años de servicio, y
ademásera expertoen la costa atlántica de Norteamérica. Mateo Luis, piloto jefe de Florida,
de 60 años, había navegado por las aguas de Florida durante 11 años. Finalmente, Antonio
Díaz, jefe de costa y oficial de guardia del campamento creía tener unos 60 años y había
servidoenlacosta de Floridadurante 24 años.Verdaderamente eraunalistaimpresionante de
expertos veteranos.
Los oficiales administrativos aconsejaron que los padres franciscanos de Florida fueran
invitados a dar testimonio. Nadie podría describir los problemas y el progreso de los indios
convertidos mejor que ellos. Los registros de los bautizos y también sus libros serían de
enorme valor testifical. Sus múltiples experiencias los harían excelentes testigos. Se
recomendabaque estuvierana disposición del investigador las siguientes personas: el Padre
Blas Montes, superior de los franciscanos; el Padre Baltasar López, administrador de la villa
situada en la isla San Pedro; el Padre Francisco Pareja, vicario de San Juan y San Mateo; el
Padre Bermejo,de laaldeade Nombre de Dios,que estaba a cargo de toda la villa del distrito
4. de Agua Dulce y de San Julián, San Antonio y Mayaca; y el Padre Ruiz, que administraba los
distritos de San Sebastián y Tocoy. Pedirles a estos frailes con tanta experiencia que
testificaran era un peligro porque criticaban la política del gobernador. ¿No eran ellos en
parte los culpables de que se investigase este caso de Florida?
Inmediatamente el investigadorValdés,conlaayudadel Escribano Real, publicó las citaciones
a todos los testigos, ordenándoles que se presentaran ante el comité de investigación. Al
gobernadorMéndezCanzose le pidióque se ocupara de las citaciones. Él designó al sargento
JuanRodríguezCartailapara que localizaraa los testigos. Por esta vez no se pidió a los padres
que participaranenla investigación.ValdésyMéndezCanzohicieroncincopreguntasbásicasa
cada testigo,de acuerdocon lacédulareal y lasinstruccionesdel gobernador Valdez de Cuba.
Las preguntas fueron:
1ª) ¿Fueron convertidos muchos o pocos indios a la cristiandad? ¿Cuántas colonias cristianas
existen en Florida?
2ª) ¿Cómo está progresando la conquista española de los salvajes nativos en Florida? ¿Hay
algún indicio de rebelión?
3ª) ¿Cuáles son los productos agrícolas de la provincia? ¿Se pueden conseguir metales
preciosos?
4ª) Los testigos deben aclarar si conocen o saben de puertos mejores en Florida. Si es así,
¿sería ventajoso deshacer el campamento de San Agustín? Si se decide cambiar el
campamento, ¿se aprovecharía el enemigo y construiría una fortaleza en este sitio y, así,
arriesgaríanlosespañolessupoderenel Atlántico?¿Oseríamás fácil mejorarel puertode San
Agustín?
5ª) Los testigosdebendecirsi sabende algúnlugaralo largode lacosta del Atlántico donde la
flotaespañolapuedarefugiarse.Deberándecirtambiénadónde conducenlastierrasde Florida
y si hay algúnparaje que conduzca a regionesde valor.Además,¿haylugaresestratégicos que
corran el peligro de ser ocupados por el enemigo?
Aunque se acortasen estas preguntas, seguían siendo muy largas y complicadas. Diez
preguntascortas,en lugarde las cincolargas,hubieranfacilitadolacomprensión.Algunaseran
repetitivas,comalauna, dos,cuatro y cinco.Perodebemosrecordarque el arte de escribircon
claridaderancualidadesque apenasposeíanlosconquistadoresyoficialespúblicosespañoles.
La mayor parte de los escribanos eran malos y cuando cogían la pluma se confundían y se
5. mostraban torpes. Algunos gobernadores no sabían escribir nada. Estas cinco preguntas
cubrían ampliamente losproblemasde Floridayconstituíanunhonrado esfuerzo para recabar
las opiniones más experimentadas sobre los graves problemas que aquejaban a Florida y al
campamento.
Desde el martes3 de septiembre hastael sábadode lamismasemana,los18 testigos
comparecieronante el investigadorFernandoValdésyel gobernadorMéndezCanzo,que
actuó como consejero.AlonsoGarcíaLavera, el escribanoreal,erael encargadode archivarlas
contestacionesde lostestigosycertificarlasanotaciones.El testimoniode los18 hombres
llenóuninforme de 122 páginasmanuscritas,undocumentohistóricoyesencial que informa
del períodode fundaciónde SanAgustínhasta el sigloXVI.