El documento discute varios temas relacionados con la crisis energética actual y el calentamiento global. Explica que la crisis energética ha empeorado debido a la guerra en Ucrania y la dependencia de los combustibles fósiles. También describe los límites de los recursos fósiles como el carbón y el petróleo, cuyas reservas están disminuyendo, y los esfuerzos insuficientes para limitar el calentamiento global. Finalmente, analiza algunas alternativas energéticas y los desafíos que enfrentan.
3.
La crisis energética, que viene larvándose desde hace
décadas, amenaza a la UE y al mundo y se ha
precipitado y agravado por la decisión del Kremlin de
expropiar una parte de Ucrania.
Hay escasez de materias primas en la industria, los
países de la OPEP han reducido la produccion de
petróleo, la inflación está fuera de control y los
bancos centrales han decidido encarecer los créditos.
Por si fuera poco, los precios de la energía se han
disparado, por la especulación y la fuerte
dependencia de todos los mercados energéticos de
gas, combustibles y electricidad.
Vivimos una época convulsa
4. Contexto: el calentamiento global
La Tierra se está recalentando. La temperatura del
planeta ha aumentado 1,2ºC en los últimos 60 años.
Estamos padeciendo ya los daños de este
calentamiento.
Un aumento de 1,5º C es el límite que permitiría
una adaptación controlada a esta situación.
En ningún caso deberíamos acercarnos a los 2,0º C
porque se producirían daños irreversibles, que
pondrían en riesgo nuestra propia supervivencia.
No debemos sobrepasar ciertos puntos de no
retorno, que causarían la aceleración del
calentamiento y la destrucción de la biosfera.
5. La civilización industrial y los combustibles fósiles
Desde tiempos inmemoriales, los humanos hemos
usado básicamente leña, como fuente de energía. Pero a
finales del XIX empezó la fiesta de los fósiles con el
carbón.
Luego añadimos el petróleo en los años 30, la aviación
en los 50, el coche particular en los 60, la energía
nuclear y el PC en los 80, Internet y el smartphone en
los 90.
Ha sido una época vertiginosa, una orgía de crecimiento
y consumo masivo que sólo era posible usando
gigantescas cantidades de energía y materiales. A esta
orgía, que ha durado unos 60 años y ha puesto en riesgo
la vida en el planeta, la hemos llamado "desarrollo".
6. Causas del calentamiento
La emisión a la atmósfera de gases, como el
dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4) crea
el efecto invernadero que calienta el planeta
El uso de combustibles fósiles (carbón, gas natural
y petróleo) es la causa principal de los gases de
efecto invernadero (GEI).
Para frenar el calentamiento deberíamos reducir
las emisiones de gases hasta el 50% en 2030 y
hasta el 100% en 2050.
Pero ninguna de las 27 cumbres del clima
celebradas hasta ahora, han servido para alcanzar
acuerdos vinculantes que limiten los daños, a
pesar del consenso científico unánime sobre la
urgencia de la situación.
7. Fuentes de energía primaria
Utilizamos distintas fuentes de energía primaria. Algunas proceden de la historia geológica
del planeta (petróleo, gas natural, carbón, uranio). Una vez se haya consumido el stock no se
podrán reponer. Otras se obtienen de flujos de energía (agua, viento, sol) que los ciclos
naturales vuelven a poner a nuestra disposición y por eso las llamamos energías renovables.
8. Nuestro mix energético es fundamentalmente fósil
Las energías primarias que alimentan nuestro sistema
económico son, básicamente, energías fósiles
(carbón 8,9%, petróleo 44,3%, gas natural 20,9%
y fisión nuclear 11,2%).
Un 85,3% de nuestra energía primaria es fósil,
importada, no renovable, con grandes emisiones de
GEI y residuos.
Las energías renovables nos aportan sólo un 13,8%
pero en forma de electricidad, que no es útil en
aplicaciones que exigen alta potencia.
10. El carbón, un amigo sucio y apestoso
Es el combustible fósil que más contribuye al
cambio climático. Emite 1 Kg de CO2 por Kwh
generado. Por eso es urgente cerrar todas las
centrales térmicas de carbón y limitar su uso.
Las regiones que viven del comercio de carbón se
oponen. Hay países (China, EE.UU y Rusia) que
van a construir nuevas centrales térmicas, a pesar
del acuerdo de París Y otros planean reabrirlas
por la escasez de gas, a consecuencia de la guerra
de Ucrania.
España consume actualmente unos 12 millones de
toneladas de carbón, de los que sólo 2,5 son de
producción propia y el resto (80%) importado.
Somos muy dependientes del exterior.
11. La producción de carbón está en declive
El carbón, que hizo posible la máquina de vapor y
con ella la revolución industrial, se está acabando.
La producción global de carbón alcanzó su pico
máximo en 2013. En 2022 ya se produjo un 15%
menos y la Agencia Internacional de la Energía
prevé en 2030 una reducción del 47% de la
producción.
Sin embargo:
El carbón sigue siendo imprescindible para la
siderurgia (hierro y acero)
También es necesario para fundir el silicio de las
placas fotovoltaicas.
Muchos países en desarrollo siguen generando su
electricidad quemando carbón, que es barato.
12. Déficit de producción de carbón (IEA)
Figura 5.9 Producción global de carbón doméstico y para vapor por tipo de mina
en el escenario de Nuevas Políticas
Minas necesarias
Minas posibles
Minas existentes
2023
Pico de producción
5450 Mtce (2013)
2900 MTce
- 46,8% (2030)
4000 MTce
- 26,6% (2023)
Fuente: IEA (Agencia Internacional de la Energía)
Demanda prevista
13. El inevitable declive de los recursos minerales
Los recursos minerales son limitados y su
explotación se enfrenta, tarde o temprano a su declive.
A medida que se extraen, su concentración y
calidad disminuyen, hasta llegar a un punto en el
que su producción carece de sentido económico.
Nuestra capacidad tecnológica también tiene
límites y ninguna inversión económica puede reponer
los recursos agotados.
Tampoco es viable recuperar los metales críticos
(Ga, Se, Cr, Mo, etc.), utilizados en cantidades ínfimas
en nuestros productos tecnológicos.
14. El petróleo es el combustible más versátil
El petróleo es un líquido, producto de cataclismos geológicos que enterraron enormes
cantidades de biomasa bajo la corteza terrestre. Es nuestro stock, no hay más.
Su uso masivo empieza en el siglo XX como aceite para alumbrado y, a partir de la década
de los 40, para motores. No puede ser usado directamente, debe ser sometido a
destilación en una refinería para separar sus componentes.
Sus aplicaciones son inabarcables: fertilizantes, plásticos, petroquímicos y, sobre todo,
combustibles (gasolinas, diésel, propano, butano, queroseno, fuelóleos, etc.) asfalto y
lubricantes . Es la sangre de la industria y el transporte. Alimenta nuestro modo de vida.
15. No hay dos crudos iguales
Usamos la palabra genérica petróleo, como si fuese un
líquido homogéneo, pero es más correcto hablar de
crudos, porque hay unos 160 petróleos distintos.
Un petróleo crudo se caracteriza por su viscosidad
(ligeros a pesados) volatilidad y contenido de
azufre en %, lo que determina los productos que se
pueden extraer y la dificultad de su refinado.
Cada ubicación proporciona un crudo peculiar,
distinto a los demás, de tal manera que su precio y
rendimiento varían de un crudo a otro.
Para informar del mercado del crudo se utilizan tres
precios de referencia: el WTI (Texas USA), la mezcla
Brent (Mar del Norte) y el Ural (Rusia)
17. La tasa de retorno (TRE) es cada vez más baja
La Tasa de Retorno Energético es la cantidad de energía útil obtenida por cada unidad
de energía invertida en su extracción (ERoEI en inglés).
Los primeros crudos, en los años 20, tenían una TRE de 100, es
decir, que con la energía contenida en un solo barril de crudo se
podían extraer otros 100. Con el tiempo, la calidad de los crudos
y su TRE ha ido disminuyendo.
Hoy la TRE media está en torno a 15. El límite mínimo para
sostener nuestra civilización industrial es de 5 a 7.
18. La producción global de petróleo se reduce
El petróleo convencional se está acabando.
La producción mundial de crudo alcanzó su cenit en el
año 2005. EE.UU. ha conseguido sostener hasta 2018
el nivel máximo de producción, gracias a los líquidos
ligeros de roca (LTO) mediante la técnica del fracking.
Desde entonces, la producción global de crudo se
reduce sin parar. Muchos países, antaño pequeños
productores, han dejado ya de extraer y exportar
crudo.
Hace ya años que no se descubren nuevos yacimientos
relevantes para su explotación, lo que está generando
un desequilibrio entre la demanda (90 millones de
barriles diarios) y la producción de crudo.
19. Los hidrocarburos alternativos son mediocres
Petróleos ligeros obtenidos fracturando roca de esquisto.
Crudos muy densos y sulfurosos, desechados por su mala
calidad, se mezclan ahora con líquidos ligeros de fracking.
En Canadá se extraen arenas empapadas de alquitrán, o
Tar Sands, con un destrozo ambiental desolador.
Biocombustibles a partir de cultivos o de algas.
Ante el declive del petróleo convencional, la industria busca otras alternativas:
20. Producir petróleo ya no es buen negocio
El petróleo ya no es un negocio tan lucrativo.
Buscar yacimientos, en el Ártico o a mayor profundidad
en el fondo del mar, es demasiado caro, con inversiones a
largo plazo y sin garantías de retorno.
La industria del fracking, que nunca fue muy lucrativa,
acumula declaraciones de bancarrota.
Por todo ello, las empresas petroleras reducen sus
inversiones en exploración y desarrollo desde 2014.
Pero la IEA advierte que, si no hay más inversiones, en el
año 2030 tendremos un déficit de producción del
65% respecto a la demanda estimada.
La IEA es siempre optimista en sus estimaciones, para no
asustar a los inversores.
2018
90 mb/d
2022
60 mb/d
2030
33 mb/d
21. Los combustibles escasean desde hace años
Los crudos convencionales son cada vez más densos
y de peor calidad. Para extraer en la refinería
destilados medios como fueloil, gasoil y diésel, hay que
mezclarlos con otros petróleos más ligeros.
La producción de estos combustibles, que son los
utilizados en motores, calderas y en maquinaria
pesada, presenta desde hace años una tendencia
descendente muy acusada.
Preocupa especialmente la escasez de diésel porque es
el combustible que mueve todos los motores usados en
transporte, minería, pesca o agricultura.
Pico: 9,7 Mb/d
Marzo 2008
Déficit: -47,4%
Mayo 2021
Pico: 26,4 Mb/d
Enero 2016
Déficit: -14,8%
Mayo 2021
22. Nuevo etiquetado de los combustibles
El 12 de octubre de 2018 entró en vigor en toda la UE el
nuevo etiquetado de los combustibles en las
estaciones de servicio. No se trata de un simple cambio
de nombre, sino de una anticipación de la evidente
escasez de los combustibles convencionales:
La gasolina podrá contener un porcentaje de
etanol, del 5%, 10% o 85%
El diésel se complementará con un 7% o un 10% de
algún biocombustible (B7 o B10) que suele ser
un aceite vegetal. También podría suministrarse un
diésel sintético derivado de la parafina (XTL).
Los vehículos propulsados por gas podrán
suministrarse gas natural comprimido (CNG),
licuado (LNG), propano (LPG) o hidrógeno
(H2)
24. El petróleo ha sido y es una fuente de conflictos
Las economías industriales son muy dependientes de los aportes de energía y recursos
materiales. La posesión de recursos energéticos otorga un gran poder a escala global. Las
exigencias democráticas y de respeto de los derechos humanos se desvanecen ante la
necesidad de obtener petróleo y gas.
La lucha por la posesión y el comercio de recursos energéticos, ya sea por vía política o
militar ha sido una constante del siglo XX, especialmente por parte de las potencias
occidentales. De hecho, el precio del petróleo refleja fielmente la sucesión de guerras,
conflictos y crisis financieras.
26. El gas “natural” no es la solución
Es un combustible fósil, básicamente metano (CH4), con el mismo origen que el petróleo, por
descomposición de materia orgánica. Tenemos por tanto unas reservas limitadas.
No es un combustible limpio, aunque la Unión Europea lo haya calificado en el grupo de
“energías verdes”. Su combustión emite CO2 en cantidades relevantes, aunque menores a las del
carbón y el petróleo.
El gas natural es, en si mismo, un potente gas de efecto invernadero y su liberación a la
atmósfera, por escapes durante el transporte o fugas en las tuberías, produce un efecto invernadero
30 veces más potente que el CO2. Y el nivel de metano en la atmósfera no deja de crecer.
27. El mercado del gas
Los contratos de gas se negocian en los puntos de interconexión de las infraestructuras de
transporte o hub, en dólares USA. Suelen estar indexados al precio del crudo. No hay
ninguna transparencia sobre el contenido de los contratos y su precio.
Durante los conflictos los instrumentos del mercado no bastan. Aunque son contratos
privados, los gobiernos han de intervenir para asegurar el suministro.
Europa, por ejemplo, importaba de Rusia el 40% de sus necesidades de gas. Tras la
invasión de Ucrania, cada gobierno de la UE lucha para garantizarse suministradores
alternativos, con poco éxito, porque la capacidad de producción está al límite.
28. El transporte del gas fósil
El gas se puede transportar en forma de líquido o de gas.
En forma gaseosa, se envía por un gasoducto a presión hasta el país de destino,
cruzando enlaces de interconexión. Como la conexión es permanente, quedan
vinculados para siempre el país productor y los compradores.
Para licuar el metano debe enfriarse a -161ºC, usando otros gases, con un coste
energético y ambiental importante. Una vez licuado se transporta en buques
metaneros hasta la terminal del cliente donde se regasifica y se entuba.
Hay fugas de gas en todos los procesos de transporte.
29. El declive del gas natural
La producción actual de gas está al límite.
El 40% de la demanda de gas de Europa procedía de Rusia, que cerró todos los gasoductos
que transportaban su gas. Ahora, la UE debe comprar a otros países gas natural licuado
(GNL), transportado en barco y más caro.
Pero la producción es insuficiente para reemplazar el gas ruso. Europa se prepara para su
primer invierno con escasez de gas y se plantea quemar carbón y ampliar la nuclear.
Esperamos el pico de producción en 2035, porque el hallazgo de nuevos yacimientos de
gas disminuye desde 2020 y en 2021 alcanzó su nivel más bajo en 75 años. No hay más gas.
30. El futuro de la energía nuclear no está claro
La energía nuclear fue, en los años 80, la gran
esperanza de obtener energía abundante. Pero
pronto asomó su cara más fea:
Aún no tenemos solución para los residuos
radiactivos de media y alta intensidad.
Algunos accidentes de centrales han tenido
terribles consecuencias (Chernobil, Fukushima).
Las centrales son vulnerables a ciberataques y se
convierten en objetivos militares en caso de
conflicto bélico.
El uranio, el combustible de las centrales nucleares, es
un mineral escaso y las reservas se están acabando.
El déficit de producción actual es de un 43% de la
demanda. En 2030 el déficit alcanzará el 70%.
31. Construir centrales nucleares es demasiado caro
Construir una central nuclear requiere mucho
tiempo, energía y materiales. Son habituales
enormes sobrecostes, lo que ha puesto en riesgo
de bancarrota a grandes grupos industriales
(Westinghouse - Toshiba y Areva)
La vida útil de una central nuclear es de 40 años.
De las 441 centrales que hay en el mundo, 207
tienen más de 35 años, lo que dispara la
probabilidad de averías y accidentes. Han cumplido
ya los 40 años 99 reactores. Hay 8 reactores
con 50 años o más.
Después de parar la central no basta con dejarla
cerrada. Hay que desmantelarla y
descontaminarla, un proceso caro, lento y
peligroso a causa de los residuos.
Reactores nucleares operativos
Total: 441 (diciembre 2021)
Fuente: Statista 2022
8
50
99
207
32. Empieza una nueva era
Lo que viene ahora es la cuesta abajo, el final de una época de excesos y abundancia. Nos
podemos enfrentar a esta situación de dos maneras:
(1) De manera ordenada y consensuada, imaginando nuevas formas de vivir con menos,
repartiendo las cargas voluntariamente y sin dejar a nadie atrás, o
(2) Seguir con la ley del más fuerte, que cada uno mire por lo suyo y sálvese el que pueda.
La primera salida es un ejercicio de creatividad social, difícil pero ilusionante.
La segunda no resolverá ninguno de los problemas y traerá mucho sufrimiento.
Empieza el declive de la civilización industrial, con grandes
cambios en producción y consumo. Hemos dejado atrás ya el
pico de producción del 89% de nuestro mix energético:
* El pico del crudo convencional pasó en 2005
Todos los líquidos de petróleo en 2018 33,6% del mix
* Carbón en 2019 27,2% del mix
* Gas natural entre 2020 y 2025 23,9% del mix
* Uranio en 2016 4,4% del mix
33. No será mañana. Está sucediendo ahora
No son predicciones de futuro. La crisis
energética ya está aquí: empieza a escasear el
petróleo, el gas, el carbón y el gasoil. Y esto sucede
en medio de una crisis climática que se
agrava: meteorologia destructiva, olas de calor,
sequías prolongadas y pérdida de cosechas.
Sería sensato parar, dejar la mayor parte de los
recursos restantes bajo el suelo y
administrarlos para atender necesidades
prioritarias, en beneficio de todos: los metales
para la industria, el litio y las tierras raras, el
crudo para la petroquímica, el gas para regular el
suministro eléctrico, etc.
Pero ¿quien va a regular los recursos escasos que
quedan?. El libre mercado es inútil para
regular las cosas en beneficio del común, ya lo ha
demostrado con creces.
34. ¿Qué podría pasar en una transición caótica?
La crisis energética es la manifestación del fracaso de este
modelo de civilización. Perseguir el beneficio individual,
como pregonan los economistas liberales, no redunda en
mayor riqueza y bienestar para todos.
Para conducir la transición energética hay que tomar
decisiones de gran envergadura, que están fuera del
alcance y las posibilidades de cada uno de nosotros por
separado.
La crisis energética evidencia también la falta de una
gobernanza global, capaz de garantizar el bien común.
¿Qué podría pasar si nos desentendemos de la
participación política y no obligamos, con una intensa
movilización ciudadana, a tomar las decisiones
correctas?
¿?
35. ¿Una transición energética caótica? Transporte y movilidad
El diésel escaseará y su precio se volverá prohibitivo. Sectores muy dependientes del
combustible, como el transporte, el turismo de masas o la pesca de altura, por ejemplo,
se verán seriamente afectados.
Para reducir el consumo, es más sensato restablecer una red de ferrocarril electrificado,
bien mallado en el territorio, para el transporte de personas y mercancías. Será necesario
tomar medidas como, por ejemplo, abandonar los vuelos low cost y de corta distancia y
sustituir los grandes viajes de vacaciones por turismo de proximidad.
36. ¿Una transición energética caótica? Generación eléctrica
La generación de electricidad a partir de combustibles es una fuente de GEI. Para limitar el
impacto tenemos que cerrar las centrales térmicas de carbón, reducir el número de centrales
de gas a la función de estabilizar la red y cumplir el calendario de cierre de nucleares.
En su lugar la generación eléctrica ha de ser 100% renovable.
Potenciar el autoconsumo individual y colectivo.
Facilitar la constitución de comunidades energéticas.
37. ¿Una transición energética caótica? Climatización
El gas natural y el diésel son pésimas alternativas para climatizar, porque contribuyen al
calentamiento global. Además su precio se volverá prohibitivo.
Para reducir la dependencia de los combustibles fósiles debemos aumentar la generación
de electricidad a partir de fuentes renovables (hidroeléctrica, fotovoltaica y eólica) y
utilizar bombas de calor y frío para climatizar, mucho más eficientes.
38. ¿Una transición energética caótica? La alimentación
La disminución de la pesca de altura, por la carestía del diésel (sustituido probablemente por
amoníaco), junto al cierre de explotaciones agrícolas industriales y ganaderías intensivas por
el precio de sus insumos, junto a la crisis del transporte, se podría reflejar en una escasez de
alimentos, que serán más caros, especialmente los importados.
Debemos recuperar la soberanía alimentaria, potenciar la mayor autosuficiencia posible de los
territorios y el comercio de proximidad:
Potenciar la pesca artesanal y de bajura
Recuperar tierras de labor y los cultivos tradicionales
Recuperar el pastoreo y la ganadería extensiva
Distribución comarcal y mercados de productores locales
39. ¿Una transición energética caótica? La industria
El gas natural y el petróleo son recursos esenciales para la industria, ya sea como fuentes de
calor, ya como materias primas para muchos procesos químicos.
La actividad de las industrias intensivas en energía, cuyos márgenes son ajustados en un
entorno competitivo, sufrirán mucho cuando los fósiles escaseen y su precio se vuelva
prohibitivo.
El gobierno tendrá que nacionalizar o intervenir algunas empresas estratégicas
(cemento, siderurgia, química, etc.) que no deben desaparecer para no arrastrar al resto del
tejido industrial. Si no lo hace, muchas empresas, grandes, medianas y pequeñas, quebrarán
y habrá despidos en masa.
40. ¿Una transición energética caótica? Consecuencias políticas
Muchos gobiernos tratarán de capear la crisis energética, que es estructural, como si fuera
otra de las crisis periódicas del capitalismo y confiando en que pase lo antes posible.
El poder financiero podría agravar la crisis económica al aplicar recetas de austeridad para
"contener la inflación". La población indignada y desconcertada, acusará al gobierno de
la escasez de energía, los racionamientos, la desigualdad lacerante y el paro desbocado.
En ese mar revuelto de descontento y pésimas condiciones de vida, los partidos de extrema
derecha difundirán mensajes de odio y xenofobia, señalando a supuestos culpables externos y
prometiendo volver a un pasado idílico, en el que había más "orden" y se vivía mejor.
41. ¿Una transición energética caótica? La desigualdad
Los límites del crecimiento, ya evidentes, podrían dar forma a un nuevo capitalismo que
ofrecerá productos adornados con etiquetas "verde y sostenible", a quien los pueda pagar.
En realidad será un nuevo marco o pacto social impuesto por la fuerza.
El malestar social se reprimirá, por razones de responsabilidad ecológica con dureza. La
vida en el planeta seguirá siendo maravillosa, pero sólo para quien se lo pueda permitir.
Bienvenidos al nuevo "capitalismo responsable".
La transición sólo tendrá éxito si es justa y redistribuye la riqueza y los esfuerzos
42. ¿Es posible una transición energética ordenada?
Sí. Ese es el mejor escenario, pero solo será posible
con la participación activa de una ciudadanía
informada y movilizada, porque habrá que vencer
resistencias poderosas.
Si los gobiernos, con apoyo de la población,
limitan seriamente las emisiones, retiran las
subvenciones a los fósiles y lideran la
implantación de un nuevo modelo energético.
Si los municipios se hacen más resilientes, de
forma proactiva, y promueven soluciones de
economía social y solidaria para cubrir sus
necesidades y el cuidado de las personas.
Si, en lo personal, una mayoría de la población
adopta de forma voluntaria y proactiva una
reducción y simplificación de sus consumos.
47. Nos espera una formidable batalla cultural
La crisis energética es la manifestación del fracaso de un modelo de organización social y
económica, el capitalismo neoliberal, que ha rebasado los límites del planeta. Para cambiarlo
tendremos que pelear en una larga y difícil batalla de cambio de valores:
Competitividad
Crecimiento del PIB
Creación de riqueza
Estímulo del consumo
Mercado global y gran distribución
Acumulación de propiedades
Derecho de propiedad ilimitado
Elogio del triunfo y el logro
Aspirar al éxito
Cooperación
Satisfacción de necesidades
Cuidado de las personas y el planeta
Elogio de la sencillez voluntaria
Mercados locales y de proximidad
Uso de bienes comunitarios
Limites a la propiedad y la herencia
Valoración superior de la empatía
Descolonizar el deseo