El trastorno de lateralidad ocurre cuando la prevalencia de la lateralidad (diestra o zurda) no está bien definida en un individuo, lo que afecta negativamente el desarrollo intelectual y emocional. Esto puede causar dificultades en el aprendizaje, la concentración y el rendimiento escolar. Aunque afecta a aproximadamente el 25% de la población, el trastorno de lateralidad puede curarse con un diagnóstico y tratamiento adecuados. No se trata de un trastorno psicológico o de personal
1. QUÉ ES EL TRASTORNO DE LATERALIDAD
Tal como explicamos en el artículo anterior (Lo que necesitas saber para entender qué
es el trastorno de lateralidad), cada hemisferio de nuestro cerebro rige una serie de
funciones superiores y la mayor parte del lado inverso del cuerpo. Esta “configuración”,
a la que llamamos lateralidad, queda definida alrededor de los cinco años de edad, y
debe ser de prevalencia diestra o de prevalencia zurda, es decir, homogénea, para que
el proceso de aprendizaje cognitivo y el desarrollo psicomotor de la persona sea
óptimo, conforme a su cociente intelectual. Cuando esto no es así, cuando la
prevalencia derecha o izquierda no está bien definida, es cuando hablamos
de trastorno de lateralidad o lateralidad cruzada.
Cómo afecta al desarrollo
intelectual y emocional el trastorno
de lateralidad
Dado que la definición de la lateralidad en nuestro sistema afecta a la
organización de las funciones superiores, cuando no se ha definido bien y se utiliza
la parte derecha para realizar algunas funciones y la parte izquierda para realizar otras
(lateralidad cruzada o heterogénea), el trastorno afecta al aprendizaje del lenguaje y
de las matemáticas, a la capacidad analítica, lógica, de comprensión y concentración, a
la percepción espacio-temporal, al equilibrio, etc., impidiendo a la persona afectada
desarrollar todo su potencial intelectual; una dificultad que en los niños y adolescentes
repercute en su rendimiento e integración escolar, y en los adultos se traduce en
problemas personales y laborales, provocando, en ambos casos, mucho sufrimiento:
infravaloración, inseguridad, fracaso escolar, problemas de relación, angustia,
preocupación en la familia, etc.
Un ejemplo de lateralidad cruzada fácilmente detectable es el de una persona que es
zurda de mano y brazo, pero diestra de ojo, pierna u otros campos neuromusculares.
En este punto es importante resaltar que solo un 3 % de la población es zurda (utilizan
su lado izquierdo en todos los campos de funcionamiento).
Un 25 % de la población (niños, adolescentes y adultos) sufre problemas de
lateralidad; un trastorno que, si se diagnostica con la precisión correcta y se trata con
la terapia adecuada, tiene cura, sin recaídas posteriores (leer el artículo Diagnóstico y
tratamiento del trastorno de lateralidad).
No es un trastorno psicológico
2. Para finalizar, es necesario aclarar que el trastorno de lateralidad no es un trastorno
psicológico, de personalidad o psiquiátrico (aunque el hecho de padecerlo pueda
ocasionar, como consecuencia, problemas de este tipo). La lateralidad es un
trastorno neurofisiológico (del sistema nervioso): los influjos nerviosos que proceden
de cada lado del cuerpo y que deberían confluir en los lados opuestos del cerebro no
circulan ordenadamente. Y es hereditario.