1. La constructiva tardanza del Sr. Rajoy
Manfred Nolte
El imprescindible y denostado ejercicio de la política consiste en ir cuadrando
los círculos que las circunstancias van aflorando y superar con impasible
naturalidad el cisma entre lo que se dice, lo que se piensa y lo que se hace, esa
habitual compartimentalización de la conducta que cosecha la pitada o el
aplauso, según sean los resultados.
El negociador, como el jugador de póker, pone cara de circunstancias y juega las
cartas que le han tocado tratando de sacar de ellas el mejor partido posible, lo
que dependerá no solo de los naipes del contrario sino de sus habilidades para
figurar holgura donde tal vez solo haya necesidad. En todo caso, en el juego
como en la vida, la prisa es mala consejera.
Que se lo pregunten, si no, a Grecia primero y a Irlanda y Portugal después que
se sentaron ante el tapete comunitario mostrando sus cartas infames, pactando
los términos de un dictado incondicional o ‘Préstamo con programa de ajuste
macro’ (MEDE Art.16) que los ha arrastrado a un callejón sin aparente salida.
Por eso hay que apoyar, mientra tenga un ápice de realismo, cualquier intento
de retener la pelota si con ellos logramos el provecho de adivinar las intenciones
de nuestro oponente o de arrimar el ascua de las condiciones a la sardina de
nuestras conveniencias.
En ello está el Gobierno de la nación que reitera la ausencia de urgencia en
torno a la decisión del rescate, máxime cuando en la jornada del jueves el
Tesoro ha colocado varias emisiones con rentabilidades similares a las de Enero.
A la chita callando, España ha cubierto prácticamente su programa de
financiación para 2012 sin haber apelado a las facilidades comunitarias. En
unas pocas semanas de amagos y circunloquios varios el país ha sobrevivido a
los temibles vencimientos de octubre generando incluso la esperanza de cerrar
el ejercicio con un excedente de tesorería.
La defensa táctica se ha venido produciendo en un entorno de expectación y en
muchos casos de presiones indisimuladas, algo que sienta muy mal al máximo
dignatario español. Agencias internacionales, Rotativos globales, y altos
Órganos Institucionales como el FMI se han alternado en sus criticas al
aparente inmovilismo de Rajoy, augurando que cuanto más tarde peor. Por
opinar lo han hecho hasta los Presidentes de grandes compañías españolas, a lo
que el político español ha replicado invariablemente que. "Lo que un presidente
no puede hacer de ninguna manera es actuar bajo presión".
Vaya por delante que el oasis puntual en el que estamos instalados nunca
hubiera sido posible sin el valiente pronunciamiento del Presidente del Banco
Central Mario Draghi de Julio pasado, al afirmar que tomaría todas las medidas
necesarias para preservar la estabilidad financiera de la Eurozona. Afirmación
que quedó reforzada con aquella otra en la que se comprometía a intervenir en
el mercado secundario de bonos hasta tres años, siempre que el país emisor
2. suscribiese un memorando de financiación con el Mecanismo Europeo de
Estabilidad.
La cercanía latente del rescate ha hecho todo lo demás. La prima ha pasado del
record histórico de 24 de julio (649p.b.) a los XXXX al cierre de mercados del
viernes.
Pero,¿qué hay detrás del aparente Rajoy remolón? ¿Es cierto, como reitera, que
necesita disipar varias e importantes interrogantes que afectan a los términos
del acuerdo antes de estampar en él una firma que tendría el carácter de
irrevocable?
La respuesta no ofrece dudas al analista ocupado en fisgar por los pasillos de
Bruselas. Citemos algunas consideraciones que se convierten en otras tantas
incógnitas, en las que España se la juega. Juzgue el lector de su importancia.
1.-En primer lugar, Rajoy exige que se produzca una unidad de acto entre
petición de rescate y concesión del mismo. Mientras España se desliza, como ha
señalado Herrero de Miñón hacia un vacío constitucional, priorizando los
mandatos de Bruselas sobre la operatividad democrática de nuestro País, -
‘síndrome de Vichy’- observamos que países como Finlandia o Alemania
requieren la confirmación de sus Parlamentos para dar validez a los acuerdos,
exigiendo en ocasiones contragarantías puntuales a los mismos.
2.-De las múltiples modalidades de ayuda financiera recogidas por el MEDE,
Rajoy quiere la prevista en su artículo 14, ‘asistencia financiera precautoria’, una
línea de crédito precautoria condicionada. Esta llamada asistencia ‘virtual’ daría
cumplimiento al requisito solicitado por Dragui para sacar sus ‘bazukas’ al
mercado y estabilizar los precios al entorno de los 150/200pb. de prima,
congruente con los fundamentales de la economía española como ha señalado el
ultimo informe de estabilidad financiera del FMI. Los artículos 17 y 19 prevén la
compra de títulos por parte del MEDE en los mercados primario y secundario
del país solicitante, pero siempre según el líder español, la actuación del BCE la
haría innecesaria y redundante.
3.- Con el claro apoyo, entre otros, de Monti y Hollande, España sostiene que el
nuevo memorando no debiera contener medidas adicionales de
condicionalidad. Deberían explicitarse las consecuencias del incumplimiento
del déficit presupuestario para 2012(6,3%) ya que previsiblemente se deslice
hasta el 7%.
4.-El ejecutivo de Madrid precisa conocer el nivel de estabilización de la deuda
pública externa una vez activado el rescate. ¿por qué importe, en qué plazo y a
qué tipo máximo?
5.-La renuncia al carácter de créditos preferentes del MEDE son mas teóricos
que reales y debe asegurarse que no invaliden la operatividad de los mercados
privados.
6.-Si finalmente, fuese preciso disponer de la línea de crédito, deben conocerse
minuciosamente sus condiciones, ya que por analogía con el FMI, los tipos de
3. interés deberían ser tales que minimizaran el riesgo moral, lo que implica un
nivel mínimo superior al tipo medio histórico aplicado por los mercados en
condiciones normales.
De lo anterior se deduce que es importante jugarse con astucia y rigor las bazas
de las que podamos disponer. Una vez pedido el rescate, España habrá
disparado todas las balas, y el último tiro no debería salir por la culata. La
tardanza aparenta ser constructiva.