1. UNIDAD EDUCATIVA INTERCULTURAL BILINGÜE “SANTIAGO DE
QUITO”
NOMBRE: María Betún
CURSO: 1ero de bachillerato “B”
El cuidado del agua
El agua es una fuente de vida insustituible y fundamental para el desarrollo de la
sociedad. Además de ser esencial, el agua es un recurso agotable y cada vez
más escaso a escala mundial.
Por ello, si logramos disminuir el consumo de agua potable, contribuiremos a preservar
el medio ambiente y a mantener la calidad del servicio. Al mismo tiempo, podremos
favorecer nuestra condición de vida y construir un importante vínculo solidario.
Por estas razones, es imprescindible que hagamos un uso apropiado del
recurso.
Algunos datos de consumo:
2. El consumo de agua necesario por persona para vivir se estima en 80 litros diarios. Sin
embargo en nuestro ámbito de concesión se consumen, en promedio, 300 litros diarios
por persona.
Una canilla abierta verte entre 6 y 7 litros de agua por minuto.
Las piletas de material tienen entre 50 mil y 70 mil litros de capacidad de
agua.
Las piletas de lona contienen entre 5 mil y 10 mil litros de agua.
Una canilla que gotea desperdicia 12 mil litros de agua anuales.
Un tanque de inodoro que pierde agua dilapida entre 34 mil y 80 mil litros por
año.
Consejos para el uso racional y solidario del agua potable:
• Hacer un uso solidario del recurso: dado que el agua se distribuye a través de un
sistema de cañerías interconectadas, el abuso de este recurso por parte de un sector
perjudica necesariamente a toda la red.
30 ideas para cuidar el agua
Es un miércoles de despiadado sol al sur de la Ciudad de México, y a los costados del
camino de tierra roja de los Viveros de Coyoacán, hay dos paisajes de marcada
diferencia. A la derecha, el panorama es optimista: 300.000 pinos y cedros minúsculos
se alinean hasta perderse en el horizonte; es la incubadora vegetal de la ciudad, donde
se crían los árboles que después crecerán en las veredas. A la izquierda, en cambio, un
río de unos cuatro metros de ancho arruina las ilusiones ecológicas. Platos
descartables, botellas, pañales y otros plásticos indefinidos, se acumulan a la orilla del
agua jabonosa y nauseabunda en ese tramo del río Magdalena, hoy de aguas negras.
En medio del parque un grupo de chicos observa la basura, y dos de ellos fruncen la
nariz. Todos tienen entre cuatro y cinco años, y están pasando la mañana en un
programa que les enseñará cómo y por qué cuidar el agua. El aprendizaje incluye un
paseo por el bosque, videos y una representación de teatro de títeres donde un tal
Tlalocman habla de las enfermedades del agua, en compañía de unos muñecos de trapo
que representan a las bacterias.
Tlalocman, en esta ocasión, no se refiere a las cifras escalofriantes más aptas para el
mundo de los adultos: alrededor del planeta, 1.600 millones de personas no cuentan
con agua potable; 400 millones no tienen alcantarillado, y ocho millones mueren cada
año por padecimientos relacionados con el suministro hídrico. Para el año 2025, se
prevé que 1.800 millones de personas vivirán en regiones de sequía absoluta.
En la Argentina, unos ocho millones carecen de suministro de agua de red pública, y
alrededor de 20 millones de personas no tienen servicio de cloacas. Además, en la
actualidad, 2,5 millones de personas corren riesgo de consumir agua con una
concentración de arsénico superior a 50 ppm (partes por millón). A pesar de que el
superhéroe de tela no habla de estadísticas, y las caricaturas del video son simpáticas,
a los niños les queda claro el problema.
3. — ¿Porqué hay que cuidarel agua? —preguntael maestro.
— Porque se vaacabar.
— ¿Y con qué nosvamos a bañar?
— Connada.
Los funcionarios de la organización no gubernamental Lower Caseciceana, dedicada a
la educación ambiental, creen que estos programas llamados “guardianes del agua” son
realmente efectivos.
“La otra semana un padre nos comentó que fue su
hijo quien le hizo tomar conciencia acerca de la
necesidad de cerrar la canilla”, cuenta Ileana Alcocer,
una de las biólogas educadoras. O sea que funciona.
Además, el cuidado del líquido que todos necesitamos es una labor impostergable. Y
la clave para el éxito es sumar fuerzas. Si vivís en alguna de las zonas que ya
presentan problemas de escasez de agua, sabrás cuánto se extraña este elemento vital
para cualquier tarea cotidiana. Si tenés, en cambio, la suerte de contar con ella, debés
saber que no está bien dar por sentado que siempre estará allí.
¿Qué puede hacer cada uno en su hogar para cooperar?
El siguiente es un listado brindado por un grupo de expertos. Todas estas opciones y
acciones están a tu alcance. En cada actividad, en cada rincón del lugar donde vivís, una
pequeña modificación en tus hábitos a conciencia, puede cambiar el futuro del planeta.
Una canilla que gotea pierde casi 1.900 litros de agua por mes, la suficiente para
bañarnos unas 100 veces. Con este dato escalofriante... ¿Por dónde empezamos a
ahorrar?
En el jardín o en el patio
Procurá lavar tu auto con un solo balde, ya que así estarás ahorrando más de 300
litros de agua en cada lavada.
El horario en el que regás influye en el ahorro de agua. Si tenés jardín, o plantas
en la ventana o balcón, regalos por la tarde o noche para evitar que el agua se
evapore muy rápido debido al calor.
En época de sequía no es necesario regar el pasto que se puso amarillo, porque
no está muerto, sólo inactivo. Al regresar las lluvias volverá su verdor.
Cuando cortes el pasto, no lo hagas al ras. La altura conveniente es entre 5 y 8
cm. Así, las raíces se mantienen sanas y se retiene la humedad. No barras lo
cortado ni rastrilles las hojas secas. Ayudarán a conservar la humedad.
4. ¿Estás armando tu jardín? En los viveros donde comprás tus plantas buscá
especies nativas; estas están mejor adaptadas al clima, y necesitarán entonces
una menor cantidad de agua.
Al usar aspersores colocalos solo en los lugares donde el agua es necesaria.
Asegurate de que el torrente de gotas no caiga en piedras, por ejemplo.
Limpiá el patio y el garaje con escoba y un balde de agua. No uses la manguera.
Siempre tené en cuenta
Consumí productos que no promuevan la tala indiscriminada de árboles y
bosques, ya que ellos son los que retienen y conservan el agua que necesitamos.
¿Vas a lavar tu ropa? Reuní toda la que puedas. Utilizá el lavarropas sólo con
cargas completas para no desperdiciar agua. Hay además modelos que permiten
usar menos líquido.
Otro dato: no uses sólo la fuerza del agua para lavar, porque precisarás más de
ella. Mejor hacé un poco de esfuerzo con cepillos y trapos para eliminar la
suciedad, y así ahorrarás líquido vital.
Un buen plomero (profesional o no) es uno de los mejores amigos del ahorro de
agua. Repará inmediatamente las fugas de agua en tu casa. Además, informá
sobre cualquier fuga en la calle a la autoridad correspondiente.
¿Abriste la llave y esperás a que salga el agua caliente? Que haya siempre un
balde cerca. Allí podés recoger el agua fría que sale primero y luego usarla para
regar, lavar o limpiar.
¿Cerraste bien todas las canillas de tu casa? ¿Seguro que no gotean?
Cuando te hospedes en un hotel, verás que te ofrecen la opción de no cambiar
tus sábanas cada noche, justamente para ahorrar agua. Optá por ello. Si te
hospedás en un lugar que aún no sigue esta regla, sugerila.
En algunos gimnasios ofrecen dos grandes toallas para usar mientras uno hace
ejercicio. Probablemente sólo uses una, pero si aceptás las dos, deberán lavar
ambas. El gasto de agua se multiplicará por dos ¡y por todos los clientes del
lugar!
No contaminar también es ahorrar
Un gran porcentaje del agua que se extrae en la Argentina para uso humano está
contaminada. Para que la grave situación no empeore, y se pueda llevar a cabo una
mejor política de saneamiento (que los vecinos pueden exigir si su localidad lo requiere)
considerá las siguientes claves:
Nunca viertas en el inodoro o por el drenaje nafta, ácidos o solventes. El agua se
envenena, así como las especies que viven en ella (todos los ríos van a dar al
mar).
El papel higiénico nunca debe irse por el inodoro. Poné un cesto en el baño.
Además de lo problemático que significa que el drenaje se tape, el exceso de
celulosa en el agua mata los peces.
Biodegradable significa que un producto es capaz de degradarse por acción
biológica. Esto quiere decir que el tiempo y las reacciones químicas de esa
sustancia son favorables al medio ambiente. Si utilizás un producto
biodegradable, usarás menos agua para enjuagar. Además, éstos no contienen
fosfatos, sustancias muy contaminantes. Lee las etiquetas y asegurate de que el
5. producto que compres sea biodegradable. Para mayor seguridad, compralos en
negocios ecológicos.
No compres productos que contengan formaldehído y etanol. Son muy
peligrosos para la salud y perjudican a toda la cadena de seres vivos.
No uses fertilizantes artificiales para el pasto, ya que necesitarás más agua si
crece demasiado. Además, estos productos envenenan la tierra y el agua, y
matan la flora y la fauna del lugar.
Para impresionarse
Poné un litro de agua en un recipiente. Con un gotero tomá una gota, extendé una mano,
dejala caer sobre ella y colocala al lado del recipiente. Esa preciosa y frágil gota retirada
del litro de agua equivale en proporción al agua del mundo, a la totalidad del agua dulce
disponible para uso humano.
En la cocina con cautela
¿Sabés cuánta agua desperdiciás si dejás la canilla abierta al lavar los platos? Podés
gastar hasta 120 litros cada vez. Mejor, remojá toda la vajilla primero, luego enjabonala
y enjuagala en una pileta con agua limpia, sin tener la canilla abierta.
Al lavar las verduras, poné un tapón en la pileta. Llenala y lavá de una sola vez todo lo
que vas a consumir.
En la Argentina se consumen unos 370 litros de agua por persona por día, más del doble
que, por ejemplo, en Europa, donde se usan aproximadamente 150 litros diarios. Si
querés contrarrestar esta situación, podés colocar dosificadores en las canillas de toda la
casa, en especial en piletas y duchas.
En el baño el mayor de los cuidados
En todas las casas, el mismo artefacto es casi siempre acusado de ser el mayor
derrochador de agua: ¡el inodoro! Cada vez que oprimís el botón, se pierden hasta 10
litros de agua. ¿Cómo ahorrar? Una posibilidad es cambiarlo por uno de bajo consumo
(pasarías de 16 litros de descarga a 6 litros). Si no lo podés sustituir, introducí dos
botellas llenas de agua en el depósito. Esto reduce la cantidad de agua que usa
(consumirá unos cuatro litros menos en cada descarga) y no afecta su eficiencia.
Vigilá siempre el estado de las instalaciones de tu baño para evitar que haya fugas en el
inodoro. Si querés asegurarte de que no las hay, un truco infalible es verter unas gotas
de pintura vegetal dentro del depósito. Si el agua de la taza toma color, esto será una
señal inequívoca de que se está perdiendo agua.
¿Desafinás terriblemente en la ducha? Estás perdonado, siempre que cierres la canilla
mientras te enjabonás.
Al lavarte los dientes, usá un vaso de agua: con la mitad del líquido te enjuagás la boca
y con lo que sobra, el cepillo. Así podés llegar a ahorrar más de 60 litros por día.
Afeitate afuera de la ducha. Está comprobado que así se derrocha mucha menos agua.
6. Nunca dejes el agua correr cuando te laves las manos o la cara. Poné un tapón y llená tu
pileta sólo con el agua que vayas a usar. Si querés que el agua esté tibia, no la dejes
correr hasta que salga caliente: tapá la pileta y mantené el agua que primero sale fría.
Datos curiosos para respetar aún más el uso del agua
Sin agua, las personas no podríamos comer, porque no podríamos mojar los alimentos
con saliva. Tampoco podríamos respirar sin tener humedad en los pulmones. Además, la
sangre no llevaría los nutrientes donde el organismo los necesita.
En Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, Europa Occidental y muchos lugares de
la Argentina puede beberse agua de la canilla, sin miedo a enfermarse.
Se necesitan cerca de 23 litros de agua para cosechar una sola porción de lechuga. Para
una porción de carne vacuna, se requieren más de 9.000 litros.
Fabricar la edición del domingo de un diario promedio requiere alrededor de 568 litros
de agua.
¿Qué tiene que ver el agua con una bicicleta? Se necesitan 1.817 litros de este líquido
para producir el acero que se utilizará en su fabricación.
Una lámpara fluorescente contiene sólo 0,01 por ciento de su peso en mercurio, sin
embargo, puede contaminar 30.000 litros de agua.
Para hacer crecer una tonelada de trigo, se necesitan 1.000 toneladas de agua.
Para poder obtener un litro de combustible a partir del petróleo, se pueden necesitar
hasta 10 litros de agua.
Cultivar la comida diaria de un adulto promedio requiere de 24.400 litros de agua.
Para fabricar un juego de llantas se necesitan 7.853 litros de agua.
Cuando estamos deshidratados en un 4,3 por ciento, nuestro desempeño físico se reduce
22 por ciento.
Si tu cuerpo pierde de 3 a 5 por ciento de agua, es posible que sufras dolores de cabeza,
náuseas y mareos. La pérdida del 7 por ciento puede causar alucinaciones y pérdida de
la conciencia.